Me adjudico todos los errores ortográficos y/o gramaticales que puedan encontrar en el capítulo.
Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.
PAPÁ QUIERE HUIR
.
Fruncí mis cejas al momento que Rose restregó un suave trapo por mi camisa. Se veía preocupada mientras limpiaba frenéticamente el pedazo de tela tratando de borrar la mancha de vómito.
Era la tercera vez que Oliver vomitaba su leche encima de mí.
Detuve su mano y le sonreí.
― Tranquila, no pasa nada.
Avergonzada dio un ligero asentimiento al tiempo que quitaba al pequeño gordo de mis brazos. Mi hermana lo arrulló de un lado a otro al sentarse al lado mío.
― ¿Por qué no te animas y la buscas? ―inquirió, frotando la cabeza calva de Oliver que dormitaba en sus brazos.
Sabía que se refería a Bella. Le había contado mi interés por la preciosa chica gritona.
Froté mi rostro.
― No sé, Rose. Me gusta, pero en verdad tengo dudas sobre si sea lo mejor. Ella tiene niños y me doy cuenta que…
Mi hermana me interrumpió con su palma en alto.
― ¿Estás tratando de decir que por ser madre soltera no saldrías con ella?
― No. No es lo que quiero decir ―aclaré―. Es solo que tal vez no tenemos el mismo camino, las mismas metas. Ella es una chica consentida, que no ha sufrido por absolutamente nada en su vida. Vive en un mundo completamente diferente al nuestro.
― ¿Te lo ha dicho o solo son conjeturas tuyas? Porque no creo que quedar embarazada a los veintiún años, la haya pasado muy feliz ―suspiró―. Hermano, si te gusta, no lo pienses más, buscala. Las diferencias sociales son lo de menos cuando hay atracción.
― No sé cómo acercarme ―reconocí sintiendo idiota. Bella me volvía un completo tonto, pues al tenerla cerca de mí lo menos que quería era meditar sino someterla bajo mi cuerpo. En verdad desconocía mi reacción ante ella―. ¿Cómo puedo enamorarla si nunca lo he intentado con nadie?
― Podrías empezar con un buen ramo de flores ―sugirió entre suspiros― a la mayoría de nosotras nos gustan esos detalles, pero sobre todo, sé tú mismo. Con toda tu esencia.
¿Con toda mi esencia?, repetí mentalmente. Seguro se refería a tropezar cada cinco minutos con cualquier cosa, incluso hasta con mis pies. A tartamudear cada que mis nervios me superan, sí, claro.
― ¡Bella amará mi esencia! ―verbalicé con sarcasmo―. Y eso que aún no le muestro mis carcajadas de puerco asmático.
― ¿Aún no sabe de tu vergonzosa risa? ―cuestionó mi hermana con sus cejas fruncidas.
― Me he contenido ―dije.
Además, ¿por qué me elegiría a mí? Pudiendo elegir entre millones de candidatos. ¿Por qué sería yo? Tal vez, hasta ella se había dado cuenta que no podía ser yo y por ello salió huyendo después de… ―sacudí mi cabeza―. ¿Qué hiciste de mí chica gritona?
― ¡Ya estoy aquí, familia! ―se anunció Roy con una bolsa de comida de McDonald 's y llevándose la inspiración de mi monólogo interno―. Pondré la mesa para que vengan a comer.
Rose y yo nos miramos. Era sábado de comida chatarra y nos estábamos debatiendo por empezar a atascarnos de comida grasienta y llena de sodio. Nuestra gula fue más grande cuando ambos nos pusimos de pie y fuimos directo a la mesa, yo le llevaba ventaja porque tenía mis manos desocupadas, así que me aseguré de quedarme con la caja de chicken nuggets más grande…
.
No había dado ni diez pasos cuando escuché las pisadas detrás de mí. Aceleré mi paso y las pisadas se hicieron más fuertes, aproximándose.
― ¿Por qué no me dijiste que la gritona estuvo aquí? ―reclamó Jasper―. Creí que éramos amigos.
Alcé mis hombros por un breve momento sin dejar de caminar por el largo pasillo. Tenía las llaves del apartamento en mis manos y les daba vueltas sobre mi dedo.
― ¿Para qué? Si de todos modos Zafrina te lo iba a decir.
― Sí, y fue desconcertante que fuera ella y no tú ―igualó su paso al mío―. Pero dime, ¿es cierto, que Bella salió de tu apartamento a las 23 horas con 3 minutos con su vestido blanco mal arreglado y despeinada?
Empujé mis gafas sobre el puente de mi nariz. Ni siquiera recordaba la hora, mucho menos el color del vestido. ¿Cómo hacía Zafrina para recordar con exactitud cada cosa? Esa mujer era de temer.
― La hora exacta... no sé, tampoco el color de su ropa.
― Entonces, ¿si estuvo contigo?
― Si, sí estuvo.
Su palma se estrelló en mi espalda con más fuerza de la necesaria haciéndome tropezar.
― ¿Qué te pasa? ―me quejé.
Jasper frunció su entrecejo. Era extraño notar que no traía su pelo relamido con medio bote de gel esparcido por toda su cabeza, ni tampoco usaba sus camisas a cuadros que solía usar. Muy extraño.
― ¡Una semana, Edward! ―exclamó a puro drama― ¡una semana! Y no me contaste nada.
¿En qué momento transcurrió una semana? Era un cobarde, no había duda. No tuve el valor suficiente para buscar a Bella, siquiera pude enviar un mensaje para saludarla. No tenía ni idea de qué pensaba ella de mí, y yo no entendía su reacción al salir corriendo cuando estábamos pasando un rato increíble. Fui un pusilánime por no hablarle.
― Así que tampoco te contaré sobre mí.
La voz de Jasper me trajo de nuevo a la tierra.
Resoplé. Conocía a Jasper, de modo que con él no necesitaba preguntar nada porque me daría respuestas sin pedirlas.
— ¡Edward!
Mis llaves resbalaron de mis dedos justo cuando la voz de Bella resonó en el lugar. Me volví hacia ella.
― ¡Edward! ―volvió a gritar.
Compartí miradas con Jasper al verla tan alterada. No tuve tiempo para que mis ojos siguieran el contoneo de sus caderas en ese ajustado vestido rosa y esas piernas tan hermosas de las que era dueña.
Di algunos pasos a ella.
― ¿Estás bien? ―pregunté impaciente― ¿qué ocurre, Bella?
Se abrazó con fuerza a mi torso. Acerqué mi nariz a su cabeza y aspiré su aroma, era tan tierna... tan mía.
― Es positivo ―susurró.
La sensación de sentir la sangre cayendo de golpe a mis pies se apoderó de mí. De pronto me sentí cayendo en un espiral donde todo a mi alrededor daba vueltas. Cerré mis párpados e inhalé hondo.
Mi garganta estaba seca.
― ¿Estás segura? ―indagué con voz estrangulada. Fue un chillido feo y vergonzoso.
Sus manos fueron a mi camisa haciéndola puños. Levantó su barbilla y me miró.
En sus bellos ojos marrones podía distinguir el miedo y desolación.
― El test salió positivo ―respondió en un susurro apagado―. Mis padres ya lo saben.
¡Madre mía! Era un hombre muerto.
― ¡Señor, me has mirado a los ojos! ―canturreó Jasper haciéndose notar. Ambos volteamos a verlo y éste saludó agitando su mano y mostrando sus grandes dientes―. Soy el mejor amigo del padre de tu hijo o hija ―apretó la mano de Bella y la sostuvo por más tiempo del necesario.
Intervine y zafé la delicada mano de Bella para después echarle una mirada asesina a mi dizque amigo.
― Bella, él es Jasper ―los presenté― Jasper, ella es…
― La madre de tu futuro hijo ―terminó por decir al momento que dejaba una palmada en mi hombro―. Seré el padrino, eh.
Bella sonrió, pero su alegría no llegó a sus bellos ojos.
― ¡Jasper! ―reprendí―. ¿Puedes darnos un momento? Bella y yo debemos hablar sobre su… el bebé.
― ¡Aaah! ―nos estremecimos ante los gritos de Zafrina. Se aproximó a nosotros con su andar tan jocoso en esas zapatillas rosa chillón, tenía una mueca de sorpresa y sin quitar las manos de su esponjoso cabello rizado, volvió a gritar con sus brazos en alto―. ¡Bebé en camino! ¡Me encantan los bebés!
― ¡A mí también! ―aseguró Jasper chocando su puño con Zafrina. ¿Desde cuándo tanta camaradería? Por Dios, eran ridículos―. Aquí los futuros padres ―nos señaló a Bella y a mí.
― ¡Felicidades, chicos!
Zafrina tiró del brazo de Bella, que digo tiró, casi se lo arranca para abrazarla con tanta fuerza, como si de una vieja amiga se tratara le besuqueó las mejillas mientras que a mí me las pellizcó con excesiva fuerza.
¿Es que todos en este edificio estaban locos?
Sin esperar a que salieran todos los vecinos a mitad de pasillo sujeté la mano de Bella y la encerré en el apartamento, dejando atrás los cuchicheos de Zafrina y Jasper.
― Disculpa ―le dije―, aquí son un poco cotillas.
― Son lindos. Me hubiera encantado conocerlos en otra circunstancia, para así unirme a ellos ―reconoció.
Sujeté sus manos y le sonreí débilmente.
No podíamos desviarnos del tema principal que era su… no podía ni mencionarlo.
― Hablemos ―pedí.
Bella asintió sentándose en el sofá, la acompañé y sujeté sus manos infundiendo valor.
Debía darle valor aunque yo me estuviera muriendo por dentro.
Mi cerebro profesaba la firme idea de una pronta vasectomía mientras debía ser responsable con ella.
Mordió su labio y la maldita idea de la vasectomía salió volando de mi cabeza.
Por favor Edward deberías ser más serio, me reclamé mentalmente.
— Tenía una semana de retraso —farfulló— me hice la prueba y dio positivo. No tuve valor de ocultarlo a mis padres y ellos lo saben —bajó su vista— ahora Charlie quiere matarte.
Era lo menos que podía imaginar. Seguro me dará caza por todo Phoenix hasta dar conmigo por haber embarazado a su nena. ¿Qué podía hacer? No había opción y debía dar la cara.
Carlisle me educó para ser responsable y afrontar las consecuencias. ¡Dios! Mis padres me matarían si no lo hacía Charlie. La charla sobre usar condón que mi padre me dio a los 14 años y que yo vergonzosamente prometí grabar en mi memoria fue lo que menos recordé cuando conocí a Bella.
Sin esperarlo Bella se echó a mis brazos aferrándose a mi cuello, sollozó y mi corazón se oprimió en mi pecho. Estaba llorando.
La abracé con más fuerza y la dejé desahogarse en mi pecho mientras frotaba con delicadeza mis dedos por su espalda.
— Volví a fallar, Edward —dijo entre sollozos— volví a hacerlo.
Sabía que se refería a su primer embarazo. Bella era recelosa y algo reticente para hablar sobre ello. Mas yo le daría su tiempo hasta que pudiera contarme qué ocurrió con el padre de sus mellizos.
— Yo tengo igual de culpa. No soy un crío y últimamente me comporto como si lo fuera —reconocí avergonzado—. Así que es hora de actuar como hombre, vamos a tu casa, hablaré con tu padre, le diré que me haré cargo de ti y mi hijo.
¿De dónde había salido eso?
Bella se alejó un poco tan solo para ver mi rostro con mucha atención.
Tenía sus labios regordetes entreabiertos y lucía realmente sexy a pesar de tener sus ojitos llorosos.
No había duda. Era un maldito pervertido.
— Me gustas —confesé sin pensar y con mi cara ardiendo.
Ella sonrió ampliamente y asintió.
— También me gustas —reveló sin inmutarse— me gustas mucho.
Bueno, nos habíamos confesado, ¿que procede? ¿besarla? ¿pedirle que sea mi novia?
Sacudí mi cabeza. Necesitaba despejar mi mente de la bola de dudas que me abordaban.
Sin cometer errores Edward. No puedes seguir fallando, lo primordial es ese pequeño ser que dependerá de nosotros.
Inspiré.
— ¿Quieres que vayamos a casa de tus padres?
La desilusión se apoderó de su semblante. Abrió su boca y la cerró de golpe apretando sus labios en línea recta.
— Vamos —se incorporó saliendo delante de mí y sin tomarse un momento en esperarme.
¿Por qué reaccionaba así?
.
— Siéntate —me señaló de forma triste—, iré a casa de mis padres, no tardo.
Apenas salió Bella y una señora de edad mediana y de apariencia discreta se presentó como María, me ofreció alguna bebida la cual amablemente negué y volvió de nuevo a desaparecer seguramente en la cocina.
Después de algunos minutos unos niños ruidosos y el mismo perro castroso del otro día llegaron a la sala de estar. Los pequeños corretearon entre gritos alrededor del sofá mientras el perro peludo empezó a olfatear mis zapatos.
Podía darme cuenta que los mellizos cuchicheaban sobre mí y luego reían mientras el perro empezaba a mordisquear mi pantalón.
No de nuevo.
— Chuch, chuch… —articulé, alejando al perro.
Pero este no entendió y se prendió con más ganas de mi pantalón empezando a tironear con fuerza sacudiendo su hocico. Los niños llegaron en mi auxilio y sin decir mucho ordenaron al unísono:
— ¡Merengue! Él es amigo, ¡jaula!
El peludo lloriqueó y se fue de inmediato a quién sabe dónde.
Miré mi pantalón, ese perro castroso había vuelto a romperlo, bufé.
Levanté mi vista y los niños estaban sentados y perfectamente combinados en su ropa: musculosas blancas y pantalones de mezclilla arremangados a media pantorrilla.
Exhalé, esperando pacientemente que regresara Bella.
Nervioso, desvié mi vista para otro lado.
Los niños eran intimidantes. Parecía que buscaban algo de mí al estarme viendo fijo desde hace más de media hora.
Sentados en el sofá frente a mí solo cruzaban miradas entre ellos, como si ambos sostuvieran su propia conversación sin necesidad de articular palabra.
La niña al fin se puso de pie y se acercó curiosa a observarme. Primero me miró con mucha atención de pies a cabeza y luego estrechó sus ojos viendo mi rostro quizá en busca de una imperfección que pudiera tener.
― ¡Hola! ―saludó alegremente agitando su manita frente a mí. Automáticamente le sonreí.
Bueno, era una niña tampoco era un desalmado para no corresponder una sonrisa.
― Hola ―respondí.
― Me gusta tu pelo ―alabó―. ¿Puedo tocarlo?
Acerqué mi cabeza como respuesta. De inmediato sus pequeños y frágiles dedos empezaron un recorrido por mi pelo que me hizo cosquillas el cuero cabelludo, era una sensación relajante. Y muy nueva.
Sintiéndose satisfecha se sentó al lado mío; movió sus cortas piernas que quedaban colgando del sofá.
― ¿Te gustan mis sandalias? ―preguntó, poniendo su pequeña pierna sobre mi rodilla, movió su pie de un lado a otro para que viera con atención las flores azules que adornan su bonito calzado.
― Son lindas.
Ella no pareció satisfecha con mi respuesta porque inmediatamente se acercó un poco más.
― Tus ojos son bonitos ―mencionó con una sonrisa.
― Gracias.
La niña restregó su cabeza en mi costado y suspiró.
¿Era mi imaginación o buscaba que la abrazara?
El pequeño niño no se quedó atrás y también se acercó.
― Mira ―me mostró su rodilla con mucho orgullo― me caí de la bicicleta.
Parpadeé. Su rodilla estaba en perfecto estado, tal vez tenía una vieja cicatriz, nada aparatoso qué mirar.
― Me llamo Noah ―me saludó con su pequeño puño chocando con el mío.
― Edward ―dije.
Me sentí más fuera de lugar cuando ambos niños estaban sentados conmigo, a cada lado y se replegaban de mis costados buscando atención.
― Mami dijo que eras el papá del bebé ―murmuró la niña.
― Sí, lo soy.
Tragué saliva. Aún no lograba asimilar que sería padre.
― ¿Viviremos contigo? ―inquirió Noah.
Encogí mis hombros.
No sabía qué respuesta darle. Sabía que sería responsable con Bella y mi futura paternidad, solo que vivir juntos era muy prematuro de decir.
― ¿Crees que el bebé quiera compartirte con nosotros? ―preguntó Emma con su voz rota.
Me quedé callado conteniendo el nudo en la garganta.
Ellos me hacían sentir extraño y por ende muy vulnerable.
— Yo creo que sí —confesé muy bajo, sin ser consciente del real significando de mi respuesta.
— ¡Yay! —chillaron.
Ambos niños se apretujaban contra mí, abrazando al mismo tiempo mi torso provocando un calor agradable en mi pecho.
Mis manos sin recibir ninguna orden rodearon sus frágiles cuerpos, en un abrazo sincero.
Sonreí.
— Edward, perdón por la… espera —Bella se quedó anonadada, mirándonos—. Papá te espera en el despacho, te acompaño.
Me incorporé y los pequeños lo hicieron también escoltado mis pasos por delante hasta la casa de su abuelo. Fue imposible no reír al verlos marchar con su pecho inflado y cara en alto, parecía que estaban dispuestos a enfrentarse a todos por mí.
Nos detuvimos frente a una gran puerta de madera donde Bella dio varios golpecitos con sus nudillos.
Abrió la puerta sin esperar ser invitada.
— Sé bueno —le pidió a su padre.
Tragué saliva ruidosamente.
— Aquí estaremos esperándote —susurró Emma mientras su hermano levantó el pulgar en aprobación. Bella solo negó con una sonrisa y cerró la puerta tras de mí.
No había dado ni seis pasos y me tropecé con el tapete donde se ubicaba el escritorio.
— Buenas tardes —saludé.
Charlie solo movió su bigote y me señaló que me sentara en la única silla frente al escritorio.
Una vez me senté me aclaré la garganta por quinta vez.
Es que la personalidad de Charlie Swan imponía respeto y... también miedo.
El hombre y había que agregar, mi jefe, cruzó sus manos sobre el escritorio sin quitar sus castaños ojos de mí.
— No te pedí que vinieras para hacerte un reclamo, Edward. Lo hice con la única intención de saber si te quedarás al lado de mi hija para apoyar su embarazo. Quiero saber si puedo confiar a ti lo que más amo.
Suspiré aliviado.
Mis hombros se relajaron y mis nervios también.
Mis manos frías y sudorosas frotaron el reposabrazos con ahínco hasta que se secaron y entraron en calor. Relajé mi postura y puede que mi cuello hiciera un tronido de confort.
— Me quedaré con Bella —prometí.
Evaluó mi rostro y puede que mi postura. No supe lo que realmente vio en mí, solo supe que sonrió satisfecho.
— Era justo lo que quería escuchar de ti. Sabía que no podías fallarle a mi hija —se incorporó y yo hice lo mismo—. Me imagino que ustedes se pondrán de acuerdo sobre el bebé, no voy a intervenir en sus planes —caminó hasta mí y dejó su mano en mi hombro— ahora puedo ir a mis vacaciones sabiendo que Bella no estará sola.
Asentí.
Charlie abrió la puerta; rostros conocidos y desconocidos sonrieron con entusiasmo mientras una mujer alta que reconocí como la madre de Bella me abrazó con mucha emoción colgándose de mi cuello.
— ¡Bienvenido a la familia, hijo! —exclamó ella casi en un grito.
Pero qué demonios... ¿qué estaban pensando ellos?
¡Hola! Aquí vamos de nuevo con otro capítulo. Recuerden que esta historia es para pasar un rato relajado, así que no cuenta con drama, solo enredos que no tardarán mucho para resolverse. Como leyeron Edward esta dispuesto a asumir su responsabilidad junto a Bella y las nutrias se han unido a la ecuación y parece que toda la familia de Bella también 😂 como ven ambos se han confesado que se gustan pero Edward no dio ese paso final. Abrochen sus cinturones que empezamos una nueva ruta ¿están listas?
Me gustaría saber tu opinión, ojalá se unan y comenten, es importante leerte.
Les doy las gracias por sus favoritos, follows y reviews que me dejan.
*Nos leemos el jueves con un nuevo capítulo de Peligrosamente, tú *
*Esta historia se actualiza los viernes *
Los martes adelanto en el grupo de Élite Fanfiction y si gustan unirse a mi grupo, son bienvenidas, ahí les acabo de presentar a las nutrias, si quieres conocerlos únete a: Historias por Lau
Vamos a los agradecimientos: (Guest): ¡sí, es viernes! Rakelluvre: gracias por la oportunidad a la historia. NarMaVeg: agradecida con unirte a esta aventura, ojalá te quedes. Rini chiba: haha, algo así, Bella está muy llena de humo, muchas gracias por pasarte y dejar un comentario. Lidia: oh, muchas gracias por siempre comentar, me encanta leer tus ocurrencias. Diannita Robles: el pobre dice que mira a Bella y pierde la cordura, saludos hasta tu bello Monterrey. PaolaValencia: de verdad , agradezco la oportunidad que le das. Cassandra Cantu: de hecho toda su familia es divertida, gracias. Dulce Carolina: LOL. Flor Mcarty: Edward respondió como todo un caballero y Charlie no murió. cocoa blizzard: gracias. miss-lissa19: gracias a ti por leer y comentar. Leah De Call: muchas gracias. blossommarie: te aseguro que será divertido vivir el proceso de embarazo con ellos, gracias. Patty: ambos se confesaron pero Edward no dio el paso definitivo. Ady: totalmente agradecida contigo por seguir comentando, se viene más diversión. (Guest): pero no te preocupes que todo va ir yendo mejor, gracias por comentar. Lili Cullen-Swan: más bien creo que lo hará HUIR la familia de Bella, gracias por siempre comentar, Lidia Hernández: pues con miedo y todo, pero lo tomó bien, muchas gracias por tu apoyo. Vivi19: Hola, me da mucho gusto leerte en esta historia también, gracias por comentar. kaja0507: muchas gracias por tus comentarios, esto será una completa locura. Jane Bells: ambos se gustan y creo que el bebé será su acercamiento, muchas gracias por estar siempre. Torrespera172: Charlie resultó ser todo un tipazo, en si toda la familia de Bella son unos locos haha, muchas gracias por siempre aparecer y hacerme saber que sigues por aquí. Car Cullen Stewart Pattinson: ahora ella se relajara al tener el apoyo de Edward, será divertido, gracias. Majo: muchas gracias por la oportunidad. Alex: no te asustes, será una locura divertida, gracias. Antonella Masen: vamos a ver si le sigue yendo mal, gracias. NaNYs SANZ: agradezco que te guste, lo hago con la intención de hacerlas pasar un rato agradable, saludos. Elizabeth: exacto, así fue. Vanesa: dime como quieras, haha. Adriu: ellos también son unos loquitos aunque ya se confesaron Edward no se atrevió a dar el paso decisivo, saludos hasta Ecuador. sandy56: gracias a ti por leer y comentar. Fallen Dark Angel 07: muchas gracias a ti. Dani: gracias a ti. Jade HSos: lo tomó bien, veremos cómo continúa su buena racha de felicidad. (Guest): no, no se nos murió, él solo quiere saber que Bella no estará sola. ClaryFlynn98: nada de drama, solo risas. Sther Evans: quizá si se enfadó, pero solo quiso saber si Edward afrontará su paternidad con su hija, y parece que se quedó satisfecho con ello, gracias a ti, Raque Adorno: es mi única intención que sea divertido. saraipineda44: haha, al menos Edward estará a su lado. Ya veremos cómo les va juntos en ese embarazo, gracias. EmilyChase: fue lindo en apoyarla y hacerle saber que no estará sola, gracias. Lily: gracias. (Guest): qué fuerte lo que afirmas, haha. A LBANIDIA: pues la familia casi se la regalan ya solo faltó sacar maletas, haha. Elizabeth Marie Cullen: muchas gracias por siempre dejar un análisis de cada capítulo. Pues estos dos han decidido aventurarse en espera de su hijo, aunque todavía como amigos, veremos cuánto durará antes de caer en tentación. Kasslpz: fue muy pronto sí, pero ambos estarán conociéndose en al espera de su hijo, veremos qué sigue pasando come los y cuáles aventuras están por venir. jenni317: no, no son malos, serán traviesos y amorosos con él. mrs puff: gracias. Cinthyavillalobo: se portó como todo un caballero, y ambos llevarán el embarazo juntos, gracias. Andrea: será una locura asegurada, muchas gracias por comentar. Pepita GY: oh, no sé porque sentí que tus plantas eran realmente para mí. A veces temo mucho, no diré más... gracias. Damaris14: y nuevas locuras, gracias. Danny CullenMa: todo ocurrió bien y Charlie solo 1uiere que apoyen a su hija. Creo que le cayó bien Edward, gracias. Ana: ¡Sí! Lizdayanna: exacto, pero es que ya aceptó que le gusta Bella y cuando está cerca de ella no suele coordinar sus pensamientos, haha, gracias. Franciscab25: Edward ahora sabe que se gustan, entre ellos hay mucha atracción, gracias. rociolujan: será muy divertido, de verdad que sí, muchas gracias. Isis Janet: esto de no usar preservativo les caerá muy bien, haha, gracias. solecitopucheta: haha, será divertido leer su embarazo y Edward cuidando de ella, muchas gracias.
¡Gracias totales por leer!
