Nada de Katekyo Himan Reborn me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.


Behind Golden Eyes

Capítulo 6

-… ya la perdimos? – Pregunto el tonto humano, probablemente así mismo, jadeante y apoyándose contra una roca por soporte.

- "Por los momentos Tsu, por los momentos." - ¿Oh?, ¿había alguien con el niño que aún no entendía que jamás podría escapar de ella?

El niño humano necesitaba 10 vidas más para siquiera poder considerar tal cosa. Ahora, ¿quién era este sujeto y que quería con su cachorro?, si su interés era en el humano, no tendría salvación.

- Dios… - El humano se dejó ir, cayendo sentado al suelo, cansado. – Te juro que ese es el animal más terco y peligroso con el que me he topado… - ¿Acababa de decirle terca?, ¿a ella? – Se parece a Reborn… - Lloriqueo, llevándose las manos a la cabeza como si se lamentara algo profundamente.

- "Oh vamos, al menos la pantera no está activamente tratando de matarte o divirtiéndose a costillas tuyas." - ¿Que? – "Además, ¿no ha sido dulce en darte algo de comer?, somos horribles cazadores." – Muy bien, este sujeto se había ganado una muerte relativamente rápida si tenía que matarlo.

- Mas te vale no haberme dado un sermón Natsu. – Fue la queja tardía de un humano que dirigió su mirada arriba.

Tuvo que hacer una doble toma. Y dar un paso atrás mentalmente. Nunca había visto una criatura como esa antes. Incluso tenía esa extraña cosa que el humano podía producir a voluntad en su cuerpo y no parecía sentir dolor. Y era pequeño, muy pequeño. Parecía un bebé, pero su voz no era tan… ¿tal vez era una cría que apenas salía de la etapa bebé?

- "Hey, al menos no me estoy riendo de tu suerte." – La criatura salto a los brazos de su cachorro, dando una linda cara. – " Otra vez." – Esto fue un murmullo, seguramente para no ser oído. Lástima, no era como si el humano pudiera entender.

Silenciosamente, como siempre, se acercó. Tenía que castigarlo otra vez, aunque estaba limitada. El humano comía muy poco como era, y no era tonta. Estaba debilitado, y seguiría así hasta que dejara la estupidez. Había probado ser un trabajo difícil, muy difícil. Era la cría más terca que había tenido. Y había tenido muchas camadas, así que era decir algo.

Una vez que estaba sobre la roca en la que su tonto cachorro había decido apoyarse y por lo visto quedarse allí durante por los momentos, se detuvo. La razón de esto era ver que la nueva criatura comer la… la cosa extraña y luminosa que el humano podía traer a la realidad cuando quisiera. ¿Así que eso era lo que comía?, ¿con lo que se alimentaba?

¿Su cachorro estaba alimentando a otra criatura de solo Dios sabe de dónde salió y esta criatura no aportaba nada…?

- ¡IIItttttaaaaa! – Por más que quisiera, sabía que ese golpe no serviría para sacar toda la estupidez de su cachorro.

- "Tienes 5 segundos para desaparecer de mi vista." – Ignoro el horror de su cachorro para darle la única advertencia que le daría al parasito que era esta criatura.

- "Caray, definitivamente eres igual a Reborn." – En lugar de huir, se escondió detrás de su cachorro. – "¿Podrías dejar de atraer demonios en vida Tsu?"

- " ¿Cómo diantres acabas de llamarme parasito?" – Estaba muerto.

- " ¡AXULIO!" – ¡De paso era un cobarde!

- ¿Que diantres le dijiste Natsu? – Mas tarde me las arreglo contigo cachorro tonto. Tener algo tan asqueroso como un parasito… era indigno, horroroso, inconcebible. Por todos los cielos, lo que me faltaba…

- "¡Deja de lamentarte y ayúdame de una buena vez Tsu!" – Esta alimaña seria erradicada, de una forma u otra.

Nada la podría haber preparado para el jalón de cola que recibió antes de darle el golpe de gracia al parasito. Claro que tampoco estaba preparada para ver los rasguños y la sangre correr de parte de su bebé. Opps, no se fijó. Aun así, ¿quién diantres se metía en donde no lo llamaban?

- No puedes comerte a Natsu, no puedes. - ¡Era un parasito!, ¡había que erradicarlo! – Es mi compañero, mi amigo, no te lo puedes comer. - ¿Ah? – Y Natsu, por favor discúlpate, algo tuviste que haber dicho y te informo que a nadie le gusta ser insultado. A nadie. – Esto último fue dicho con un doble mensaje.

Resoplo con fuerza, a duras penas conteniéndose de golpear a su cachorro en la cabeza a ver si la estupidez se iba. Primero lo mataba antes de que pasara. Estaba casi segura.

- "Lo siento si te ofendí." – Detrás del humano como un verdadero cobarde… - "Él es Tsunayoshi, prefieren que le digan Tsuna." - ¿Tsunayoshi?, ¿qué clase de nombre era ese…? – "Soy Natsu, su compañero, su amigo." – Lo que siguió fue toda una sorpresa.

Y no, no era por lo que dijo el parasito.

- "No soy un parasito." – Había crecido en un dos por tres. Era tan grande como ella. Sin explicación. – "Somos iguales, lo protejo y el me protege."

- "No he visto que hagas nada excepto beneficiarte." – El que cambiara de tamaño o… o fuera lo que fuera, no cambiaba las cosas. – " Parasito."

- "Pues le he ayudado a escaparse de ti." – Este parasito… - "Lo estoy llevando a la civilización humana. Estará con los suyos en poco tiempo." - ¿Por qué no le creía? – "¿Piensas seguirlo todo el rato?, ¿no tienes nada mejor que hacer?" - ¿Que si no tenía nada mejor que hacer?, ¡debería de preguntar ella tal cosa!

- Ya que no van a matarse, gracias a Dios por eso, ya puedo tomar una siesta… - Ambos, ella y la criatura extraña, giraron la cabeza al mismo tiempo para ver al humano tirarse al suelo allí mismo. Al menos había sombra, pero rayos… - Tu no planeas dejarme solo, ¿eh linda? – Resoplo en su cara, dejando que le rascara detrás de las orejas. - ¿Planeas seguirme a casa?, ¿dejar tu hogar?, porque si es así hay que hacer arreglos… - ¿Arreglos? – No me mires así, estoy seguro de que querrás ir y ser tratada como una reina y tampoco quiero que te lastimen por ser, ya sabes, una bestia colosal muy peligrosa…

- "A donde vayas voy cachorro." – Resoplo otra vez, acostándose a su lado y posando su cabeza sobre su pecho. – "Eres la cría más terca que he tenido…" – Eso no lo salvaría de ella, eso era seguro.

Inadvertidamente, un cachorro de león estaba que lloraba y reirá al mismo tiempo. La suerte de su amo era horrible…