_ ¿Mi belleza os ha dejado mudas o es sólo el terror lo que os mantiene en silencio? _ Hela sonrió mirando a las presentes. _ Ambas cosas me halagan.

_ Suficiente… hay que estar loca para quedarse a charlar.

Shin Yang pareció sentirse superada, porque con un gesto de las manos abrió un portal y se lanzó al interior. Hela sonrió, hizo un quiebro y antes de que se cerrase, se coló dentro. Darcy no se lo pensó y se lanzó tras ella, empujada por el martillo.

_ ¡Darcy, no! _ Aisha se quedó observando el lugar en el que el portal se había cerrado y suspiró. Se acercó a Jane y la tomó en brazos. _ En fin, creo que me toca a mí ocuparme de ti y del cuerpo de Danvers… vámonos.

Darcy se encontró en un callejón de Brooklyn. Le sorprendía volver a estar en su hogar. Estaba preocupada por las dos mujeres, pero tenía clara cuál era su prioridad. La diosa de la muerte, liberada en la Tierra. Eso era una amenaza del nivel de los vengadores. Y era culpa suya. Podría esconderse en cualquier parte.

Podría tardar meses sólo en encontrarla, sin aspirar a combatir con ella si quiera, mientras se fortalecía más y más. O… podría encontrarla sentada en un banco a apenas unos metros del portal como lo había hecho.

_ La última vez que estuve en Midgard apenas me quedé unos minutos… no imaginaba que hubiera cambiado tanto. _ Miró a Darcy. _ Baja el martillo, no va a hacerte falta.

_ ¿Disculpa? _ Darcy la miró a los ojos. La diosa pareció ponerse seria finalmente.

_ No tengo intención de arrasar tu reino. No tiene caso.

_ ¿No te dedicabas a eso?

_ Por la gloria de Asgard, sí. Quería conquistar cada estrella del firmamento… Pero ahora Asgard está reducida al olvido… gracias a mi encantador hermano. _ Darcy se sentó a su lado. _ Y he descubierto que estoy… aburrida.

_ ¿Aburrida de qué?

_ De matar porque sí, supongo. Cuando volví nadie se acordaba de mí, nadie quería seguirme. _ Puso los ojos en blanco. _ Estaba muy furiosa. Quería mi trono, quería recuperar mi ejército, y continuar con la tarea que mi padre me arrebató. Hicieron pedazos Asgard para evitarlo…

_ ¿No te diste cuenta antes de que al igual los asgardianos no querían eso? _ Darcy la miró a los ojos.

_ Pensaba que cuando hubiera conquistado suficiente se darían cuenta de que tenía razón. Y estaba… demasiado enfadada para echarme atrás, supongo. Después acabé recluida en Helheim hasta que tu amiga me puso ese martillo encima hace unos días. Como comprenderás, no pensaba permitir que se muriera. Antaño ese martillo se plegaba a mi voluntad, pero ahora… mi mayor esperanza era que se despertara y me lo quitara de encima.

_ ¿Tú mantuviste a Jane con vida?

_ Sí, supongo que sí. _ Hela no le dio importancia.

_ Gracias por eso. _ Le puso la mano en el hombro. _ Quizá pueda ayudarte a buscar de nuevo batallas con sentido. ¿Quieres sentirte parte de algo?

_ ¿Qué quieres venderme? _ Hela la miró con suspicacia.

_ Verás… estoy formando un equipo. Los sucesores de los héroes más poderosos de la Tierra. Y tenemos cupo para un dios nórdico.

_ ¿Y te fías de mí?

_ Sé lo que es querer que te den una oportunidad, y lo que es sentirse sola, Hela. A Loki no le querría en el equipo, pero hasta donde yo sé, tú siempre has sido directa. Además… has mantenido a mi mejor amiga con vida, así que te debo un favor.

_ Yo te debo a ti un favor por quitarme el martillo de encima, ya te lo dije antes. _ Hela sonrió. _ Sabes… me gustas. Tienes valor para ser una mortal.

_ Estamos en paz. Pero tú a mí también me gustas. Molas bastante para ser una diosa de la muerte. _ Extendió la mano. _ Entonces… ¿Quieres formar de los vengadores?

_ Supongo que… _ Le estrechó la mano. _ Puedo hacer el intento.

_ Bienvenida a bordo. Oh, por cierto… me encanta tu traje. Los Asgardianos tenéis clase.

Morgan estaba al borde del colapso nervioso. No sabía si matar a Darcy por haberse escapado o darle un beso por haber salvado la vida a uno de los activos más valiosos que tenían, que además era una querida amiga. En cualquier caso, antes de hacer nada de eso, tenía que volver de una pieza.

Se había encerrado en su laboratorio, martillo en mano, preparando el siguiendo prototipo para JARVIS. El sonido de los chispazos sobre el acero siempre la había relajado, desde que era muy pequeña. Quizá por eso consiguió serenarse mientras terminaba de ultimar los detalles del Robot. Como de costumbre, pintado en rojo y dorado.

Morgan mantenía una expresión de absoluta concentración mientras remataba concienzudamente los detalles de los serbos de la pierna izquierda. Quería que JARVIS tuviera la máxima movilidad, que no se desperdiciara ni una pizca de la energía que estaba generando. Acababa de terminar cuando un sonido metálico le llamó la atención.

Se giró y vio a Darcy apoyada en el quicio de la puerta, había golpeado el quicio con el martillo. Morgan se enjugó el sudor de la frente y se adelantó hacia ella. Estaba más relajada de lo que quisiera.

_ Lo siento. _ Empezó Darcy. _ Sé que debería haberte consultado, pero sé que me habrías dicho que no.

_ Pues claro que te habría dicho que no. ¡Podrías haber muerto! ¿A quién se le ocurre ir sola a Helheim? Sin refuerzos, sin avisar.

_ Si hubiera esperado a todo eso, Jane podría estar muerta ahora. Además… tengo un nuevo miembro para el equipo y más pistas sobre esa bruja de la que te habló tu contacto.

_ ¿Un nuevo miembro para el equipo? ¿Te refieres a ti misma con ese martillo?

_ ¿Eh? No, no, hablo de Hela. Se ha apuntado.

_ Que has reclutado a la diosa de la muerte. _ A Morgan se le abrieron los ojos como platos.

_ Sí… está entusiasmada con la idea. Pero pensé que era mejor decírtelo porque sabía que ibas a flipar.

_ Pues claro que voy a flipar… ¡Es la diosa de la muerte, joder!

_ Y Thor el dios del trueno y lo reclutaron sin hacer preguntas. _ Hizo girar el martillo y tras mirarlo un par de segundos, le dio un beso. _ Disculpa, se lo había prometido.

_ ¡Darcy, por el amor de dios! ¡Tienes que parar con esta locura!

_ Veamos… deja que lo piense. No, he decidido que no. _ La miró fijamente.

_ Si esto es otro intento para que te despida, no tiene gracia.

_ No, no lo es. _ Le sostuvo la mirada. _ Si me quieres al mando, haré las cosas a mi manera. Si no, despídeme. Ya has recuperado a Jane, no me necesitas.

_ Jane está en cuidados intensivos y no sabemos cuándo se va a despertar. _ Masculló Morgan. _ Pero está bien… haz las cosas a tu manera. Lo único que te pido es que me informes, ¿De acuerdo? Estaba preocupadísima.

Morgan se dejó llevar y la rodeó con los brazos. Darcy dejó el martillo en el suelo y devolvió el gesto, un tanto confusa por esa reacción.

_ Eh… Ya está… ya está… _ Le apartó el cabello de la cara. _ Tranquila, Morgan… ¿Qué te pasa?

_ No quiero que me ocultes cosas. Prométemelo. _ Lo susurró, apartándose repentinamente. _ No quiero descubrir un día que te has muerto y que no he podido hacer nada.

_ Está bien… no te ocultaré mis turbios y oscuros secretos.

Darcy sonrió. Por un momento le pareció entender a Morgan, al menos lo suficiente como para saber por qué le daba tanto miedo todo.

_ Cualquiera pensaría que tener dos IAs controlándonos todo el tiempo te bastaría. _ Sonrió un poco. _ Dicho lo cual… ¿Por qué dos? ¿Por qué Natasha y JARVIS?

_ Natasha es la IA de SHIELD. La inteligencia artificial más avanzada que se ha creado nunca. A su lado Ultrón era una antigualla.

_ ¿Y JARVIS? ¿No era él una antigualla al lado de Ultrón? _ Darcy se apoyó sobre la puerta.

_ Sí, supongo que sí. _ Se giró y cogió un destornillador. _ Pero es mi antigualla. Y me recuerda a papá. ¿Era lo que querías oír?

_ Me gusta esta faceta tuya, Morgan. Sólo eso. _ Recogió el martillo del suelo. _ ¿Y recreaste a JARVIS de cero? Pensaba que, bueno… con todo lo de Visión… JARVIS estaría…

_ ¿Qué sabes tú de Visión?

_ Le conocí… bueno, más o menos. Era un buen tío. Casi me arrepiento de haberle rechazado. _ Morgan la miró con extrañeza. _ Es sólo una broma, vale… no me pidió salir… aunque yo creí que sí.

_ En realidad… pude recuperar el banco de memoria del cuerpo de Visión cuando le destruyeron. Así recuperé a JARVIS.

_ Tiene sentido. _ Suspiró Darcy. _ Bueno, creo que debería ir a ver a Jane. Buena charla, Morgan. Mañana seguiremos trabajando.

_ Mañana más y mejor, sí. _ Susurró Morgan, revisando los serbos de la otra pierna.

Sí que era cierto que necesitaba un abrazo, pero había sido una estupidez dárselo a Darcy. No se quitaba de la cabeza que la había dejado en Shock.

_ Señorita Stark. Quizá debería tomarse un descanso, su ritmo cardíaco está elevándose a un ritmo alarmante.

_ Ah… cállate, JARVIS.

Darcy dejó el martillo en la mesilla junto a Jane. Era extraño que verla tumbada en aquella cama, inconsciente, le resultase reconfortante… pero después de haberla visto en el hielo, aparentemente muerta, que aquel ecocardiograma no estuviera plano le daba esperanzas.

_ Y aquí estamos de nuevo, tú y yo. _ Se sentó en la butaca a su lado. _ Parece que haga lo que haga… siempre es lo que haces tú, pero más tarde. Tú eres astrofísica… yo acabo siéndolo… tú lideras SHIELD… yo acabo haciéndolo… tú te conviertes en Thor… y yo lo hago más tarde.

Le tomó la mano y la miró a los ojos, negando con la cabeza. No estaba siendo justa. Sin Jane jamás se habría sacado la carrera de astrofísica, y eso sí que era algo que ella misma deseaba. Y sin ella lo más probable es que se hubiera muerto tras lo sucedido en Westview.

_ Así que… creo que paso, Jane. No quiero tu martillo. Voy a encontrar mi propio camino. _ Le besó la frente y recolocó el Martillo sobre la mesilla, abandonando la habitación. Sentía que se había quitado un peso de encima. Por otro lado… tenía la sensación de que se estaba olvidando de algo.

Y así era, se estaba olvidando de cierta bruja con una máscara de Chacal. Aisha no lo había hecho. En cuanto dejó a Jane en la torre, comenzó a buscarla. No le resultó difícil encontrar las trazas de Magia. Estaba sobre una azotea, esperándola.

_ Voy a invitarte una única vez a que me dejes en paz, Aisha. _ Se giró, quedándose cara a cara con ella.

_ Creo que las dos sabemos que eso no es posible. _ Había seriedad en la cara de Aisha mientras observaba a Shin.

_ Y, sin embargo… no le has dicho a nadie quién soy. _ Negó con la cabeza. _ Muy mal por tu parte. Esta vez no están papá ni Strange para salvarte.

Shin se elevó usando la capa. En su cuello, un colgante resplandeció con un intenso color rojo, y una honda expansiva se extendió por la azotea. Cuando Aisha volvió a mirar, sintió un escalofrío, a su alrededor, la dimensión oscura parecía haber devorado toda la ciudad.

Una vez más, tuvo que convencerse de que todo a su alrededor no dejaba de ser falso… Lo que entraba en contraposición con el hecho de que estaba en verdadero peligro.

_ No debiste venir tú sola. _ Shin Yang se rio con bastantes ganas.

_ ¡No está sola!

Aisha ni se paró a preguntarse de dónde había salido esa muchacha vestida de negro. No sabía nada sobre Spider-Girl, de dónde habría salido o sus motivaciones, pero en aquel momento, no estar sola era más que suficiente para serenarse.

_ ¿Por fin has decidido aparecer? Llevo deseando aplastarte desde que te vi. _ Shin se dejó caer sobre la azotea, provocando que retumbase el cielo. _ Quiero que sepas que todo lo que va a pasar, es culpa del primer Spider-Man.

_ No me sorprende, era un capullo. _ Spider-Girl se colocó en posición, apoyando las cuatro extremidades en el suelo. _ ¿Qué esperabas, que le disculpara?

El sentido arácnido de Jennifer se disparó en el acto, indicando amenazas en todas direcciones.

_ Estamos jodidos. _ Venom no estaba de buen humor.

_ Tú calla y haz lo que yo te diga. _ Suspiró ella. _ Tú, la hechicera.

_ Aisha.

_ Nos va a atacar desde todas partes. ¿Alguna idea?

Aisha reaccionó a tiempo. Justo cuando una lluvia de cristales cayó en dirección, conjuró una cúpula que las protegió. Aisha respiró con dificultad, estaba cansada. Cuando deshizo el conjuro, le costó mantenerse en pie.

_ ¿Hey? ¿Estás bien? _ Jennifer le puso la mano sobre el hombro.

_ Sí, estoy bien, céntrate en ella. _ Aisha le apartó la mano y volvió a mirar a Shin.

Y efectivamente, era lo correcto. Cuando Shin alzó las manos, unos enormes tentáculos se alzaron tras ella. Iban a aplastarlas, cuando empezaron a parpadear. Un parpadeo rojizo que envolvió a los tentáculos… y acto seguido a toda la imagen que se había formado, a aquella falsa dimensión oscura. Todo ello se desvaneció y la gema de su colgante se apagó.

_ Se te ve cansada, Shin. _ Jennifer se adelantó. _ ¿Qué pasa, te has quedado sin pilas?

_ Ese no es mi único truco, niña.

Spider-Girl se lanzó contra Shin Yang, que la recibió adelantando los brazos. Un torrente de energía de un vivo color blanco la golpeó y la lanzó, despedida hacia atrás. Fue un shock importante, se resbaló por la azotea. Aisha la sujetó.

Jennifer no podía sostenerse, todo su cuerpo estaba entumecido. Aisha la sujetaba con fuerza, usando ambas manos para levantarla. Pero algo ocurrió. El traje empezó a descomponerse entre sus dedos, y la joven cayó al suelo delante de sus narices.

_ Jenny… _ Venom le susurraba al oído. _ Me pasa algo…

Jennifer respiraba pesada.

_ ¿Venom? _ Le preguntó, intentando incorporarse, tosió, esputando sangre.

_ Jenny, no me siento bien…

El traje empezó a perder consistencia, desligándose y perdiendo cada vez más superficie. Jennifer perdió la consciencia y cayó al suelo. Cuando el traje se descompuso del todo, no se parecía en nada a la muchacha rubia que conocían como Jennifer. Era algo más alta y atlética, tenía el cabello castaño, corto. Y sus facciones eran distintas.

Se quedó allí tumbada, dormida y en ropa interior, hasta que poco después, Aisha bajó y la recogió. Shin había vuelto a huir, aprovechando la confusión. Sentía que se le había escapado entre los dedos, pero no podía abandonar a aquella muchacha a su suerte.