Sempiterno querer
Por: Yuuki
.
Resumen: "Hey, Sakura, mi hermano mayor necesita un lugar donde quedarse ¿Estás de acuerdo con ofrecerle la ex habitación de Naruto?" "Claro que sí" dijo ella, sellando así su destino sin si quiera imaginar cómo iba a cambiarle la vida con ello.
.
Capítulo VI
Después de decidir
Parte I
.
Llevaba demasiados meses sin ver a su mejor amiga, y aunque la rubia fuese literalmente un grano en el culo ya estaba echándola de menos, especialmente con todo lo que había acontecido en su vida durante los últimos meses y que no había tenido oportunidad de contarle, pues las diferencias horarias y los ajustados cronogramas de cada una les dificultaban tremendamente poder hablar largo y tendido.
La buena noticia es que ya estaba en el avión que la traería devuelta a su ciudad natal.
Sorpresivamente había recibido una llamada de su mejor amiga temprano por la mañana, avisando que estaba por tomar el avión que la traería de regreso.
En primera instancia Sakura se alegró tanto que pasó por alto la tremenda desconsideración de que Ino había mostrado al no avisarle hasta el último minuto que iba a volver, pero cuando cayó en cuenta de ello ya era demasiado tarde, pues la rubia había cortado la llamada alegando que tenía que abordar el avión y a la pelirrosa no le quedó otra que gritarle insultos al teléfono.
Cuando la alegría volvió a sus pensamientos no pudo resistir el impulso de correr a la habitación de Sasuke y lanzarse a su cama para contarle la excelente noticia, sin embargo, fue terriblemente mal recibida por un pelinegro que aún estaba gozando de sus preciadas horas de sueño, ahora interrumpidas por Sakura.
Ahí se percató de que eran apenas las siete de la mañana.
"No me interesa quien mierda vuelva a la ciudad, Sakura."
"Ah, vamos, es tu exnovia ¿No estás feliz de volver a verla?" Cuestionó mientras se metía bajo las cobijas, junto a Sasuke.
Al sentir movimiento, el movimiento de sus propias mantas, no pudo más que gruñir, un sonido que expresaba molestia y al que Sakura estaba tan acostumbrada que simplemente ya no le prestaba atención.
Sin pensárselo demasiado y guiado más que nada por el enojo, tomó una de las almohadas que tenía sobre la cama y la estampó en el rostro de la pelirrosa, provocando que de sus labios se escapara un quejido.
"¿Puedes esperar un par de horas para regocijarte? Necesito dormir."
A regañadientes aceptó y dio la espalda a Sasuke. Ella también aprovecharía para dormir ahora que tenía la oportunidad.
El pelinegro enterró el rostro en una de sus almohadas y más pronto de lo esperado ya estaba durmiendo de nuevo. Sakura le siguió después de un rato.
.
.
.
Fue cerca del medio día cuando Sakura despertó, gracias a Sasuke, quien no dejaba de empujarla una y otra vez y alegaba algo que no alcanzaba a entender, porque estaba mucho más dormida que despierta.
"¿Qué rayos quieres, Uchiha?" Sasuke enarcó una de sus cejas ante la molestia presente en su voz.
"Si fuese mi hermano el que te despertara no le responderías así." Masculló dando un último empujón a la pelirrosa antes de abandonar la cama.
"Para empezar, Itachi me despertaba con caricias y besos, no a empujones." Dijo ella mientras se sentaba en la cama. Sasuke la observó, deteniéndose unos segundos extra en su desordenada cabellera.
Sakura no era el tipo de muchacha que lucía atractiva al despertarse, no con el cabello en la cara y luciendo como si acabase de salir de una pelea, menos con aquella camiseta terriblemente grande que lucía más bien como un saco en su pequeño cuerpo, y mucho menos con los rastros presentes en su rostro de haberse estado babeando momentos antes.
"Un empujón es lo mejor que obtendrás de mí."
"No me interesa obtener nada más de ningún Uchiha."
Sasuke soltó una risa irónica y negó con la cabeza. En respuesta, la menor le arrojó una almohada.
"De ningún Uchiha más que Itachi." Corrigió él, acercándose a su armario para buscar ropa. Había dormido mucho más de lo planeado y tenía cosas que hacer.
"¿No tienes compasión de mi corazón roto? Infeliz."
"Ah, por favor, no tienes el corazón roto."
"¿Qué podrías saber tú?" Murmuró mientras se intentaba acomodar el cabello, principalmente porque le estorbaba para ver al pelinegro.
"Todavía usas su ropa." Respondió señalando rápidamente la camiseta que estaba vistiendo. "Ahora vete, tengo cosas que hacer."
Se levantó mientras alegaba en voz baja porqué el vestir la ropa de su ex no era señal de no tener el corazón roto, pero no tenía intenciones de pelear con Sasuke por ello y el pelinegro no estaba interesado en aquella conversación tampoco, así que simplemente optó por ignorarla hasta que saliese de su cuarto.
"Ah, ¿Vas a volver hoy? Naruto quería venir a casa a pasar el rato con nosotros." Comentó antes de abandonar el cuarto.
"¿A qué hora?"
"No lo sé ¿Tarde-noche?"
"Está bien."
Y sin más, la pelirrosa se dirigió hacia su propia habitación para poder comenzar el día. Estaba contenta, su mejor amiga estaba viajando y pasaría la noche con sus dos mejores amigos, lo cual era el mejor panorama que tenía agendado en su itinerario desde hace varios meses, quizás desde que se interrumpió su relación con el Uchiha mayor.
Animada como estaba decidió asear su cuarto. Suponía que Sasuke iba a ocupar el baño, así que durante ese tiempo ordenó su cama y un poco su armario.
Al pasar frente al espejo se detuvo para observar la imagen que el cristal le devolvía. No le importaba lo desaliñado de su apariencia, pero no pudo evitar fijarse en la camiseta que meses atrás había robado a su excompañero y que continuaba usando de pijama o incluso para andar por casa en días como aquellos.
Soltó un suspiró y negó suavemente con la cabeza. Definitivamente las relaciones amorosas no eran lo suyo, no eran su fuerte y probablemente nunca lo serían.
.
.
.
Estaban reunidos en la sala, en un encuentro un tanto incómodo pero que intentaban sobrellevar lo mejor que podían.
Hace poco tiempo ella y Sasuke habían comprado un sofá mucha más grande, pues el clásico de tres cuerpos les estaba quedando pequeño cuando traían visitas.
Con el nuevo mueble podían estar fácilmente cinco personas ocupando el espacio de forma cómoda, sin embargo, eran sólo los tres amigos de toda la vida los que estaban sentados en él: Naruto, Sasuke y Sakura entre los dos muchachos. En el viejo sofá de tres cuerpos que habían reacomodado en la sala se encontraban Izumi e Itachi.
Todos intentaban conversar animadamente, pero ninguno era capaz de pasar por alto aquel sutil ambiente de ligera incomodidad.
La muchacha pelirrosa disimulaba perfectamente bien que no le incomodaba la presencia de la pelinegra, sin embargo, todos los presentes eran totalmente conscientes de que, si podía evitarlo, no compartiría el espacio con la Uchiha.
Itachi, por su lado, se restaba de la conversación, escuchaba distraídamente los temas que hablaban, pero evitaba decir palabra siempre y cuando no se dirigiesen directamente a él.
Izumi, quien mostraba una expresión afable, intentaba comentar de tanto en tanto, cuando veía la oportunidad, pero aquellos temas de los que hablaba el trío de amigos bastante seguido la dejaban perdida, después de todo, había siete años de diferencia que se marcaban en los distintos intereses, distintas experiencias e incluso en una forma distinta de comunicarse.
Naruto y Sasuke fingían que nada pasaba, el segundo porque no le interesaba y el primero más que nada por ignorancia.
Aquella velada estaba planeada principalmente para los tres amigos, pues por fin después de mucho Naruto podía unírseles por una noche. La invitación se había extendido a Ino, que debería de llegar en breve y a su novio Sai, otros dos a los que no habían visto en meses.
Por su puesto Itachi también podía participar del encuentro, después de todo vivía en aquel lugar, aunque ya no pasara demasiados días ahí. Izumi, bueno, hacía uso de la invitación que se extendía a Itachi para participar en sus reuniones.
Fue la risa de la pelirrosa lo que llamó la atención del mayor de los presentes, distrayéndolo de sus pensamientos al provocar que su mirada se enfocase en aquella delgada figura. Una pequeña y fugaz sonrisa surcó por sus labios al verla reír tan alegre y despreocupada, pero el gesto se desvaneció en cuanto sintió la mano de Izumi apoyarse en su pierna.
Un trago a la botella de cerveza que sostenía en sus manos fue suficiente para evitar cualquier gesto en respuesta a aquel tacto que interpretó como un claro "Deja de mirarla". Momentos después su rostro volvió a mostrar esa expresión calmada y despreocupada de siempre.
Sakura desvió su mirada hacia la izquierda, en dirección a Itachi, pudiendo observar claramente aquella escena de la pareja. Quiso rodar los ojos ante la despreocupación que enseñaba Itachi ante el tacto de su esposa, pero al instante se reprendió mentalmente por ello.
¿Qué le importaba a ella si el pelinegro se observaba tan cómodo con aquellos gestos?
Volvió su mirada hacia sus amigos cuando Naruto llamó su atención con sus palabras, al instante se extendió una sonrisa en sus labios. No iba a gastar la noche pensando en Itachi o prestando atención a aquellas sutiles acciones de Izumi que buscaban claramente marcar su territorio.
Itachi no se percató de la mirada de la pelirrosa, estaba preocupado de fingir comodidad pese a que lo único que deseaba era que Izumi llamase a un taxi y se fuera a casa. A su vez, Sakura ignoraba la sonrisa que había provocado en el mayor.
Sus miradas no se encontraron, habían dejado de hacerlo hace ya bastante tiempo.
Cuando pensaba en cómo sus interacciones habían decrecido de forma considerable durante los últimos meses sentía su estómago tenso y su pecho más pequeño, como si sus pulmones y corazón fuesen demasiados grandes para mantenerlos ahí.
No le gustaba hablar o pensar en ello, porque de cualquiera de las dos formas sentía su garganta cerrarse y las palabras parecían arder a medida que escapaban de sus labios, en cambio, era mucho más fácil ignorar, guardar y acallar esos sentimientos que le provocaban el distanciamiento que había sufrido su relación con ese Uchiha.
Se decía a sí misma y a los pocos que estaban enterados que realmente no había sido nada, y lo había repetido tantas veces que genuinamente lo creía.
Normalmente catalogaba aquella breve temporada de tiempo como una pequeña aventura, nada más, sin sentimientos de por medio. Aventura que llegó a su fin sin ningún tipo de drama o complicación, de forma pacífica y amistosa.
Amistosa…
Amistosos eran lo último que eran. Se trataban de forma distante, con cordialidad y amabilidad propia de una relación de negocios de esas que debes mantener porque romperla significaría pérdidas importantes.
Pero sí, prefería mantener esa extraña relación de distante amistad a perder todo lo que estaba en juego.
Fue un grito lo que trajo devuelta su atención al espacio físico en el cual estaba compartiendo con sus amigos.
Naruto ya no estaba a su lado, pues había ido a abrir la puerta, y el grito que la devolvió a la sala de estar no era nada más y nada menos que el de su muy querida amiga.
"¡¿Dónde está la estúpida?!" Se escuchó desde la entrada.
Sakura dejó escapar un grito de emoción a la par que palmeaba la pierna de Sasuke.
El pelinegro fingiendo falsa molestia empujó a la pelirrosa para que se pusiese de pie y fuese a recibir a la Yamanaka.
En un instante ya estaba de pie, dando saltitos de alegría mientras chillaba emocionada.
Itachi pensó que era como ver a una niña pequeña y estaba vez no pudo ni quiso reprimir la sonrisa que se formó en sus labios. Su pecho se llenaba de calidez cuando veía aquella expresión de genuina alegría.
"¡Ven aquí, cerda!" Exclamó la médico, extendiendo sus brazos hacia la muchacha que aparecía por la sala de estar.
Sin pensárselo dos veces Ino dejó caer su bolso y corrió a estrechar a su rosada amiga entre sus brazos.
La había extrañado muchísimo.
Cada una ocultó el rostro en el hombro de la otra mientras compartían un cálido abrazo. Ambas estaban saltando y chillando de pura emoción por aquel ansiado momento.
Habían pasado casi un año sin verse y manteniéndose cuerdas con apenas un par de llamadas al mes lo que en definitiva no era suficiente para no extrañarse.
Al separarse Sakura tomó los brazos de Ino entre sus manos para poder observarla. No pudo evitar reír, pues Ino estaba haciendo lo misma con ella.
"Sigues igual que hace un año, cerda."
"Tú sigues igual de frentona." Dictaminó mientras daba un golpecito en su frente. Sakura negó con la cabeza después de haber soltado a la muchacha.
Después de saludar brevemente a Sai, la dueña de casa los invitó a sentarse y fue a la cocina por algo de beber para los recién llegados. Quería sentarse a conversar con su amiga por un rato, y suponía que Sai también estaría interesado en conversar con los muchachos, después de todo, tenía un tiempo sin verlos.
Contenta, tarareando una melodía sinsentido volvió a la sala con un par de botellas de cerveza. Entregó una a Sai, quien ahora estaba con los otros muchachos en el sofá y la otra se la entregó a Ino, que había decidido sentarse en un sofá de un cuerpo.
Sin pensar dirigió sus pasos hacia la chica y se sentó sobre el brazo del sillón. No prestó atención al hecho de que el mueble estaba en frente al que ocupaban Itachi e Izumi, y no reparó en ello hasta que Ino le interrogó por la mujer que estaba presente y en silencio, limitándose a observar a los muchachos.
"Ah, es la esposa de Itachi." Comentó en un susurro. Al dirigir su mirada hacia los mayores, pudo notar como Itachi fácilmente se desenvolvía con sus amigos, a pesar de que hubiesen varios años de diferencia e intereses totalmente distintos.
Le sorprendió un poco la facilidad con la que entabló conversación con Sai, pues estaba segura de que era la primera vez que se veían y Sai no era una persona con la cual resultase fácil entablar conversación, especialmente una primera vez.
Ino indagó un poco más en quien era la mujer, qué hacía ahí y un par de cosas más a las que Sakura respondió tan honestamente como podía, pero evitando tocar el tema de la pequeña aventura que tuvo con su esposo.
Aunque insatisfecha, pronto se cansó de preguntar, pues parecía estar arrancándole una a una las palabras a la Haruno y sabía que cuando contestaba así, era mejor dejarla en paz, además quizás y resultase un poco maleducado hablar de una persona que estaba prácticamente a unos cuantos metros de distancia de ella.
Convencida por ello, decidió dejar el interrogatorio para más tarde, cuando ya no esté la mujer ahí.
Continuaron entonces con temas más banales como el vuelo, un par de regaños por parte de Sakura, una que otra historia sin importancia que compartía Ino, algún resumen breve de los últimos meses de internado de Sakura, y a ratos se unían a la conversación de los muchachos, cuando escuchaban algo que llamaba la atención de las chicas.
La única persona que estaba sintiéndose fuera de lugar era Izumi, quizás porque en parte lo estaba. Después de todo no era su costumbre verse rodeada de jóvenes veinteañeros cuyos temas de conversación a menudo tomaban un rumbo sexual o de doble sentido que terminaba por hacerlos reír a todos, incluido su marido, pero no a ella, pues no alcanzaba a comprender la gracia de un tema que según ella debería ser privado.
Pese a aquella sensación de no pertenencia negaba rotundamente la posibilidad de marcharse. No le importaba estar sentada toda la noche sin apenas soltar palabra, bastaba para ella acompañar a Itachi, aún si este no daba señales de necesitar su compañía.
"Oye, estúpida, tengo hambre, podrías alimentarme ¿No crees?" Mencionó Ino, después de haber pasado un buen rato sin dejar de conversar y bebiendo continuamente de su ya tercera botella de cerveza.
Se percató de los efectos del alcohol en su cuerpo cuando se puso de pie y sintió un familiar mareo potenciado por no haber comido nada en horas.
Siempre era una mala combinación beber y no comer.
"¡Ah! Lo había olvidado." Exclamó ella, poniéndose de pie. Durante la tarde se había preocupado de preparar pizza, porque era fácil y a todos les gustaba, sin embargo, había decidido hornearlas al anochecer, cuando ya estuviesen todos en su casa. "Voy a preparar unas cosas, vuelvo en unos minutos." Avisó tanto a Ino como al resto de los presentes, perdiéndose en cosa de segundos por la cocina.
En vista de que su amiga se había ido, Ino se acercó al sofá que compartía su novio con sus otros amigos para sentarse a su lado.
"Sai." Susurró la rubia, llamando la atención del muchacho. Con una seña le pidió que se acercara a su rostro. "¿No crees que hay algo raro en el ambiente?"
El pelinegro la observó durante unos segundos para luego negar, en respuesta, la chica rodó los ojos. Solía olvidar lo denso que podía ser su novio en situaciones sociales.
"Aunque…" Mencionó después, desviando la mirada de forma disimulada hacia los otros presentes. Sasuke, Naruto e Itachi seguían conversando, mientras Izumi seguía en absoluto silencio, pero con una sonrisa afable en el rostro. "Esa señora…" No podía poner en palabras la sensación que le producía dicha persona, pero no se sentía completamente cómodo en la presencia de ella. "Me pone incómodo."
La rubia intentó disimular la sorpresa que le provocaron sus palabras. Sai no era el tipo de hombre que se pone incomodara fácilmente, es decir, llevaba rato compartiendo una animada conversación con su exnovio, situación que a cualquiera podría tornársele liosa, sin embargo, la amistad de esos dos no podría ser más fuerte.
Su respuesta no hizo más que incrementar sus dudas.
Desde el principio le pareció raro que estuviese ahí la esposa de Itachi, y aunque la presencia de él también se le tornó un poco ajena podía entender que se le extendiese la invitación por vivir en la misma casa que Sakura, pero el hecho de no tener información sobre la razón por la cual estaba viviendo ahí y no en alguna de las varias propiedades que había adquirido a lo largo de su carrera o con su esposa, sólo le generaba más extrañeza.
No había pasado por alto el hecho de que la Uchiha apenas había dicho palabra, y en cambio no retiraba aquella mano de la pierna de Itachi, como si intentase enviar algún tipo de mensaje que Ino era incapaz de comprender.
Por otro lado, el pelinegro parecía ignorar su presencia, pues no mostraba interés de incluirla en la conversación de los muchachos y apenas le dirigía la palabra o incluso la mirada.
No se le escapaba tampoco el hecho de que Sakura no le había dirigido la palabra ni una sola vez a la mujer.
Necesitaba más información al respecto y la necesitaba pronto, pero sabía que Sakura no se la daría.
"Averigua con Naruto qué sucede aquí." Le encargó en un susurro.
Sabía que Sasuke no iba a soltar palabra del asunto, porque así era él, sin embargo, Naruto hablaba hasta por los codos, así que sería una buena fuente de información para poder disipar todas sus incógnitas.
Sai asintió serio. Tenía una misión e iba a cumplirla.
Oportunamente, Naruto recibió un mensaje de su novia avisando que ya se encontraba libre, así que sin demora el rubio se puso de pie y avisó que iría a buscar a la muchacha.
"Dile a Sakura-chan que me llevo su auto." Dijo sonriente.
Sai vio aquello como una oportunidad, así que se ofreció a acompañarlo en el breve trayecto que realizaría, a lo que inocentemente el Uzumaki asintió.
Yamanaka sonrió para sus adentros al ver lo espabilado que se había vuelto su novio. El chico no sólo obtendría momentos para hablar a solas con Naruto, sino que también le había dejado la oportunidad de estar sola con los Uchiha.
Sin embargo, ninguno se mostró demasiado cooperativo. Ocasionalmente Izumi respondía preguntas banales que realizaba Ino, como su edad, su carrera, lugar de procedencia, y otras cosas simples con las cuales intentaba recabar información, pero los otros Uchiha se habían enfrascado en alguna conversación de negocios propios de la familia y de los cuales no tenía entendimiento, así que pronto se cansó de intentar meterse en su conversación.
"Yo tampoco comprendo mucho lo que hablan." Susurró la pelinegra mientras le guiñaba un ojo. Ino tenía una expresión bastante infantil producto de no verse incluida en la conversación. "Así que no lo intento."
Casi se le hizo agradable el comentario, pero en su cabeza no acababan de tener sentido sus palabras.
¿Cómo no entendía de las cosas que hablaban los chicos? Le había comentado momentos atrás que trabajaba con Itachi, en la empresa familiar, así que ¿Cómo podía no entender?
Al menos Ino podía excusarse con el argumento de tener una base de conocimientos totalmente ajena a los negocios y al área comercial, después de todo poco y nada se relacionaba con ese contexto al haberse formado como psicóloga clínica.
"Aunque quisiera no puedo pasar tanto tiempo en silencio." Había respondido ella en un suspiro. "Voy a ayudar a Sakura a la cocina."
Sin esperar respuesta se puso de pie y encaminó sus pasos hacia la habitación contigua para poder averiguar que estaba haciendo su pelirrosada amiga.
"¿Qué haces?" Cuestionó después de haber atravesado la puerta.
Sakura se volteó y se dejó ver con un gran guante para hornear en la mano. Extendió sus brazos y encaminó sus pasos hacia la curvilínea figura de su amiga.
"Estaba horneando las pizzas que preparé durante la tarde para recibir a mi querida cerda." Respondió a la par que rodeaba la cintura de la chica con sus brazos.
Ino respondió sonriente al abrazo de la Haruno.
"Bueno, hubiese esperado algo más como una cena elegante y refinada, pero pizza está bien."
Sakura soltó una risa y volvió a alejarse de su cuerpo. Caminó por la cocina y revisó el horno para confirmar que aún faltaba tiempo de cocción a la comida, entonces se sentó sobre la encimera, al lado del fregadero.
"Bien, ahora estamos solas, cuéntame algo interesante." Pidió la rubia.
La medicó entendió al instante que estaba pidiéndole chismes sobre muchachos. En general Ino era una persona que disfrutaba muchísimo de cualquier historia o chisme, pero los noviazgos y aventuras eran las que definitivamente más disfrutaba escuchar.
"Bueno… no hay demasiado que contar."
"Ah, vamos, no te creo ni por un segundo que no estuviste con ningún hombre en el año que no estuve aquí." Espetó mientras apoyaba la espalda en la isla de la cocina.
"No es eso." Negó riendo. "Sólo no hay nada muy interesante para satisfacer tus ansias de chisme." Estaba mintiendo, claro que tenía una historia que llenaría y sobrepasaría sus expectativas, pero aún no estaba mentalmente preparada para contársela. "Además, después de Neji…" Mencionó con voz apagada.
Oh. Por. Dios.
Oficialmente era la peor persona que pisó alguna vez la tierra. No podía creer lo que estaba haciendo.
"¡Neji!" Exclamó la rubia, con un deje nostálgico en su voz y un poco de añoranza en sus ojos, al mismo tiempo Itachi ingresaba al lugar. "Quiero ir a verle ¿Podríamos ir mañana a visitarlo?"
El pelinegro se acercó con calma hacia el fregadero, con la mirada fija en la muchacha sobre la encimera.
"Vengo por un poco de agua para Izumi." Comentó, aunque nadie le preguntó.
Los ojos de Sakura se posaron en aquella estilizada figura para luego desviarse hacia la muchacha que aún esperaba una respuesta. La rubia era totalmente ignorante de aquella tensión que existía entre ambos.
"No voy a verle hace un tiempo, así que me parece buena idea." Respondió finalmente, pero ya no se escuchaba tan animada como antes.
Las palabras parecieron escocerle la garganta y nuevamente se instaló una sensación de pesadez en su estómago. El apetito que había sentido al momento de meter la comida al horno acababa de desaparecer.
El Uchiha se sintió intrigado por la conversación de las chicas, no creía haber escuchado el nombre con anterioridad, mucho menos creía conocerlo, por lo que sólo se sintió más curioso respecto a la identidad del sujeto, así también por la respuesta de la pelirrosa.
Distraído por sus pensamientos accidentalmente rosó uno de los blanquecinos brazos de la Haruno al intentar alcanzar un vaso de la encimera. De inmediato intentó ignorar el contacto y lo que éste le produjo, especialmente cuando se percató de que la primera respuesta de ella había sido apartarse y tensar su cuerpo.
Sin más demora llenó el vaso con agua y salió de la cocina. No le fascinaba ese tipo de interacciones con la muchacha, pero era mejor que nada.
Dirigió sus pasos hacia la pelinegra y le entregó el vaso que había solicitado, luego, en lugar de tomar el sitio que había ocupado con anterioridad se sentó al lado de su hermano.
"¿Quién es Neji?" Cuestionó sin preámbulos.
Sasuke levantó la mirada del móvil y le observó un tanto desconcertado. Se aclaró la garganta antes de responder como una forma de ganar tiempo, entre tanto, Itachi volvió a tomar la botella con cerveza que había dejado en la mesa de centro.
"Un amigo." Respondió inicialmente, pero Itachi esperaba algún detalle extra que le diera más pistas sobre su identidad. "Y el novio muerto de Sakura."
¿Existiría una forma mucho más sensible se soltar un comentario así? Por su puesto que la había, pero Uchiha Sasuke poco sabía de sensibilidad y en cambio era un experto en soltar información sin embellecerla con palabras innecesarias que la suavizaran.
"Ya veo." Murmuró el mayor. Su expresión se mantenía impasible, como si no fuese aquella una revelación importante, que por cierto, sí lo era.
Izumi estuvo a punto de intentar averiguar qué había sucedido con el muchacho del que hablaban, pero fue interrumpida por una alegre rubia que traía un par de platos en cada mano con trozos de pizza recién hecha y salida del horno.
Se acercó hasta la mesa de centro y pidió ayuda para que los muchachos despejasen el lugar para poder acomodar ahí los platos.
La mirada de Itachi se desvió hacia la puerta, esperando ver ahí a una pelirrosa con comida, pero al paso de los segundos nadie salía del lugar.
Sakura, por su lado, seguía cortando la pizza en porciones fáciles de comer para luego ponerla en los platos que Ino volvería a buscar luego de acomodar los primeros.
Soltó un largo suspiro cuando dejó los servicios que había utilizado en el fregadero.
Sus ojos verdes se perdieron en el cielo nocturno que se dibujaba fuera de la ventana y no pudo evitar sentirse invadida por la nostalgia.
"Lo siento, lo siento, lo siento…" Murmuró con la mirada en las estrellas. Le gustaba pensar que él era una de esas brillantes luces que acompañaba e iluminaba sus noches oscuras. "No era mi intención involucrarte, pero estamos hablando de Ino, y tú y yo sabemos lo persistente que es."
Sakura no hablaba con nadie de su novio, ni si quiera solía mencionarlo con sus amigos, los mismos que habían estado enterados de todo lo sucedido porque lo vivieron ahí con ella y con él, así que se sentía terrible por haber utilizado su muerte como excusa para evitar un tema del que no quería hablar.
¡En su defensa había entrado en pánico!
Además, sabía que Neji le perdonaría utilizarlo como excusa para zafarse de una situación incómoda. Hubiese bastado un par de gestos coquetos y casi infantiles para que el muchacho terminase cediendo a esos encantos naturales de ella, mismos que lo habían enamorado en primer lugar.
Una sonrisa triste surcó sus labios al revivir memorias que tenía tan recelosamente guardadas en su corazón.
Aunque quizás un poco contradictorio, su recuerdo le resultaba doloroso a la vez que se le tornaba tremendamente reconfortante y reparador. Doloroso porque le extrañaba con la misma intensidad que el sol quema en verano o que la lluvia azota las calles en invierno, y reconfortante porque sentía una calidez lo suficientemente fuerte para alejar aquellas sensaciones de malestar que se habían alojado en su interior.
Pasaron los minutos e Ino aún no regresaba, así que fue ella misma quien luego de haber dejado todo en su sitio tomó los platos que había preparado con anterioridad y los llevó a la sala de estar. Al atravesar la puerta se percató de que Hinata había llegado, estaba de pie con su novio tras el sofá que ocupaban los hermanos Uchiha.
Ino estaba cuchicheando con su novio sabrá Dios sobre qué, así que no prestó mucha atención.
Saludó a la peliazul con un entusiasta hola y una gran sonrisa, mientras se acercaba a la mesa de centro para dejar los platos que cargaba.
Rápidamente dirigió una mirada a los Uchiha. Se veían muy enfrascados en su conversación y ella no alcanzaba a captar de qué se trataba, incluso antes de intentar averiguar qué era lo que los tenía tan serios, todas las conversaciones que se desarrollaban en la sala se vieron interrumpidas por un potente grito emitido por la rubia.
Todos quedaron pasmados y en silencio. Ino estaba roja, pero no lucía avergonzada, sino ¿Molesta?
"¡Cómo es posible que durante todos los meses que te pregunté 'qué hay de nuevo' no fuiste capaz de mencionar si quiera que te habías acostado con Sasuke Uchiha!"
El nombrado no pudo más que atragantarse con su propia cerveza, lo habían cogido desprevenido y le fue imposible mantener aquella expresión impasible y seria.
Sakura, de pie al lado de la mesa de centro, a pocos metros de distancia de la familia Uchiha, dirigió sus ojos hacia los hermanos. Su rostro no mostraba algún gesto que diese señales o pistas sobre lo que pensaba. Sus ojos verdes pronto abandonaron la figura del menor de los Uchiha, quien luchaba por llevar aire a sus pulmones de nuevo, y pasaron hacia el mayor, Itachi, cuya expresión era simplemente majestuosa.
Estaba mirando a su hermano menor, pero en sus ojos no había más que ira, quizás algo de desconcierto también. Su mandíbula se veía tensa, su entrecejo fruncido, sus cuerpo rígido. Quizás para los recién llegados resultaba difícil ver esta combinación de gestualidades, pero para los conocidos era una clara muestra de que el Uchiha estaba genuinamente molesto.
"¿Qué?" Fue lo único que pudo formular la pelirrosa después de volver su mirada a la rubia que rápidamente había recorrido la distancia que las separaba.
"¡Te acostaste con mi exnovio y ni si quiera me lo contaste!" Exclamó en un chillido.
Sakura no estaba segura de si reír y simplemente enojarse, al final sería una mezcla de ambas.
"¿De qué estás hablando?"
"No te hagas, estúpida, Sai acaba de decirme que las cosas estaban extrañas porque te acostaste con el Uchiha."
Sai quiso intervenir y también Naruto, pero ambos fueron callados antes de si quiera poder decir palabra. Por otro lado, Uchiha Itachi pasó entre los muchachos totalmente en silencio, con dirección al segundo nivel.
"¡No con ese Uchiha!" Exclamó la pelirrosa, señalando a Sasuke, que, para esas alturas, ya estaba respirando con normalidad. "Ahg… ¿Por qué tienes que ser tan estúpida?" Murmuró frustrada. "Fue con Uchiha I-TA-CHI. Itachi, no con Sasuke."
.
.
.
N/A:
Heeeey, han pasado poco más de dos semanas. Bueno, primero un lo siento por no actualizar, pero sucedió la universidad, en pocas palabras, retomé mi último año de carrera, es decir, la práctica y las primeras semanas siempre son más desorganizadas y atareadas, así que me tomó un poco más poder tener el capítulo listo.
¡Pero aquí está! Decidí no esperar hasta el domingo, porque espero poder publicar la segunda parte que ya está en proceso de escritura, aunque no aseguro nada, pero realmente espero tener el siguiente capítulo listo para este domingo y no para el siguiente.
En fin ¿Qué les pareció?
Obviamente ha habido un salto temporal desde el capítulo anterior hasta el actual
¿Qué cosas habrán sucedido durante este tiempo?
Además apareció un nuevo dato sobre Sakura y un antiguo exnovio. ¿Les gustaría que se profundizara más en este recuerdo, quizás por un capítulo especial dedicado a eso? O tal vez simplemente aportando datos como el de hoy, en medio de conversaciones entre los muchachos.
Díganme en los rvw qué les ha parecido y qué les gustaría que sucediese respecto a esta revelación de información.
¡Espero que les haya gustado! Y espero leer algún rvw de ustedes, ya saben que un rvw nos anima muchísimo a valorar nuestro trabajo.
Saludos!
