Hola personitas~
Aquí les traigo una historia cortita, sensual y melosa 3
Disclaimer: Eren y Levi son propiedad de H. Isayama, la historia es mía.
Summary: Levi y Eren son amigos... amigos con derecho.
Advertencias: romance, lime, fluff
Espero les guste, a leer~
Levi y yo somos amigos… amigos con derecho.
Pero voy a contarles cómo llegamos a esta situación.
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Llevábamos poco más de diez años como buenos amigos. No bromeo, en serio buenos amigos; hermanos del alma, compañeros de guerra, pañuelos de lágrimas, una rica almohada, un abrazo, mamá y papá, solo los dos… amigos.
Podía llegar hasta él y correr a sus brazos, estrujarlo contra mí, y después recibir una patada en las bolas por abusar del contacto físico, luego era cargado como reina y me volvía como un gato caprichoso.
Nos íbamos caminando a través del boulevard de la privada de casas donde Levi vivía, abrazados de los hombros.
Levi fumaba un cigarrillo y yo masticaba un chicle de menta. Le chiflábamos a las nenas, y cada cierto tiempo nos deteníamos a observar el cielo, los árboles, los grafitis bien logrados, los niños, un parque, un columpio, una calle.
Llegábamos a su casa, me quitaba los zapatos, corría desde la entrada y por el corredor y me lanzaba en su cómodo sillón negro de piel.
Levi se quitaba su chamarra café, iba a la cocina y traía consigo un par de cervezas frías del refrigerador.
—Juguemos un videojuego —yo siempre proponía eso para pasar el rato.
Él encendía la consola y la televisión; le ganaba, luego perdía y volvía a perder. Bufaba y hacía un puchero.
—Ya tienes 23, esos berrinches de niño no te van —se burlaba.
Con irritación me le iba encima, unas luchitas con Levi siempre me daban energía.
—Prepárate para mi llave maestra del dragón —así le decía.
Un cojín tirado con fuerza en la cara, luego rodar por la alfombra; como siempre, yo siempre perdía en cualquier cosa en la que me enfrentara a él.
Lo que les digo es cierto, Levi era mi amigo, mi mejor amigo.
Pero un día ya no fue así.
—Pensé, que ella te gustaba.
—Yo también creí lo mismo.
—Historia es una chica hermosa.
—Lo sé.
—¿Entonces?
—Quien sabe, solo ya no me gusta más.
—Entiendo... Seguro que para la semana que viene, encuentras un nuevo amor.
—¡Oye! Yo no soy así de enamoradizo.
—JA, si claro, repítelo hasta que te lo creas.
—¿Y tú?
—¿Yo qué, bastardo?
—¿Qué pasó con la pelirroja de la cafetería, a ver dime?
—Petra era linda, pero nada pasó de ahí.
—Creí que te gustaba.
—Pues ya no.
—Vaya hombre… Tenemos problemas de mujeres —hice un breve silencio, sonreí con los labios, mirando hacia la alfombra—, ¿pero sabes? Me alegra un poco… Cuando tienes novia, no puedo pasar mucho tiempo contigo.
Levi me vio sorprendido.
—Eren, celoso de mierda. Qué me dices de ti, tú también me pones en aprietos, atraes a las mujeres por montones.
—No debes preocuparte por eso, porque yo solo te amaré a ti.
Lo dije sin pensar, pero la seguridad de mis palabras hicieron que el silencio fuera abrumador. Levi sonrió con sorna y luego me golpeó el hombro.
—Y yo te amo a ti, eres mi mejor amigo, pero decirlo así es… raro.
No se habló más del tema ese día.
Una semana después hubo una fiesta en quién sabe dónde, nos invitó un amigo que conocía a otro amigo de otros amigos. Era una casa sola, chula, con numerosas habitaciones y piscina incluida.
Convencí a Levi de acompañarme. Nos fuimos vestidos con camisetas de tirantes color negras, botas y pantalones de estilo militar. Pésimo atuendo, lo sé, pero solo íbamos a beber, a bailar y a robar bocadillos de las mesas.
Recuerdo que después de unas cervezas unas chicas me invitaron a bailar.
—Eres muy guapo, que lindos ojos verdes —me dijeron, restregándose contra mí, pero yo no quería ligar con nadie en ese momento. Miré a Levi a lo lejos, una mujer con curvas ostentosas se le contoneaba para quizás seducirlo, y Levi no ponía resistencia.
—Ese desgraciado…
Rechace con poco tacto a las mujeres y me encaminé a la pista de baile, me puse a bailar enfrente de él la canción de Britney Spears, con claro afán de avergonzarlo frente a esa mujer de grandes curvas y que me prestara atención. Este tipo de bromas eran comunes entre nosotros.
Y mis intenciones dieron efecto, en cuestión de segundos Levi mandó a volar a su polvo de la noche para verme bailar desvergonzadamente frente a él. Lo invite a la pista, él me siguió, se acercó lo suficiente y me dio una nalgada, siguiéndome el juego, me reí como nunca y luego huimos a una habitación porque derramé cerveza en su camiseta.
Estábamos solos, la música se colaba a través de la puerta. Levi se metió al baño y se quitó la camiseta mojada, yo mientras tanto me puse a bailar frente a un espejo grande y aproveché para moverme al ritmo de Anaconda, entonces él salió del tocador y se quedó a verme entretenido. Nicki Minaj me hacía mover el culo en un twerking agresivo.
Estábamos muy borrachos, Levi se acostó en la cama, semi desnudo.
No sé qué me poseyó en ese momento, pero quise molestarlo más, me encaminé a la cama y me subí encima de él. Me restregué contra su pelvis esperando a que Levi me golpeara de inmediato, pero no lo hizo. En su lugar dejó que moviera mi trasero por toda su entrepierna, cuando noté algo duro rozándome el trasero me detuve y le miré sorprendido.
Él subió sus manos a mis muslos y me los apretó con fuerza.
—Sigue.
Ordenó con la voz tan gruesa que nunca había escuchado. Llevó sus manos a mi trasero y me masajeó las nalgas invitando a retomar el ritmo que tenía antes.
Tuve una erección por ello, pero le seguí la orden y comencé a restregarme cada vez más.
—¿Así? —gemí.
—Si…
Levi jadeó roncamente, entonces caí en cuenta de lo que estábamos haciendo. Me detuve, y él me miró exactamente como una pantera hambrienta.
Me quite con prisa la camiseta y me lance a sus labios, sentí sus pectorales rozar los míos.
Levi me recibió con el aliento caliente y los besos fogosos.
Me besó, lo besé; rodamos por el colchón como un par de sedientos, bebiéndonos la saliva. Bajó por mi cuello hasta que llegó a mi pecho, chupó mis pezones.
—Quiero que te quites todo —le dije.
Levi se levantó, yo lo hice también, me quité las botas y los pantalones junto con los boxers. Rápidamente me senté en su regazo.
Él me volvió a besar mientras que yo sentía un fuego arder por mi cuerpo.
Si lo preguntan, no, no lo hicimos, solo nos masturbamos el uno al otro. Perdimos el tiempo besándonos, hasta que se nos pasó la borrachera cuando llegó el orgasmo.
Luego de esa noche, las cosas no volvieron a ser igual.
—¿Qué pasará con nosotros ahora?
—No lo pienses tanto Eren, estábamos borrachos.
—A ti… ¿no te afecta?
—¿A ti sí?
Lo pensé detenidamente, sentí un nudo en la garganta en el proceso. Quería responder que sí, pero no era otra cosa que el miedo, no quería perder a Levi, quería que todo fuera igual que siempre, si algo como esto arruinaba nuestra amistad, no podía soportar siquiera pensar en alejarme de él.
—Creo que no.
—Bien. Fingiremos que nada pasó.
—Levi… ¿seguiremos siendo amigos verdad?
—Eren. No importa lo que pase entre nosotros, siempre seremos amigos, eso nada podrá cambiarlo.
Sus palabras me dieron calma. Tenía razón, no debía pensar de más, el alcohol me puso caliente, y por eso pasó lo que pasó.
Pero aun podía sentir la sensación de los labios de Levi sobre los míos. Recuerdo que fueron caricias lentas y placenteras, él me besaba con ansia pero a la vez con ternura, como si yo fuera una flor y a mordidas me quitara los pétalos. Que tonto estoy siendo ahora pensando en eso, solo debo olvidarlo.
Eso de olvidar no fue nada sencillo, de hecho no llevaba ningún progreso.
Hace dos días desperté a la mitad de la noche porque soñé que Levi y yo hacíamos el sin respeto, y para rematar yo tenía una gran erección. Damas y caballeros, tuve un sueño húmedo con mi mejor amigo, ¿Esto amerita un psicólogo verdad?
Después de eso trate de calmarme y ver algo de porno para alejar mis pensamientos que me llevaban a la imagen de Levi desnudo dándome por atrás mientras yo gemía con gran entusiasmo. Puse un video al azar, solo quería ver senos grandes y traseros suaves, pero adivinen qué. Mi querido amigo se arrugó como una pasa. Esto es una broma cruel ¿verdad?
Ya que mi plan de esa noche no funcionó, al día siguiente traté de enredarme en un nuevo romance. Nunca me faltaron las chicas lindas tras de mí, solo tenía que escoger a una y quizá saltarme un par de clases para besarla a escondidas.
Eso quise hacer. Iba de camino a los jardines que -a esta hora estaban despejados y solitarios- mientras sostenía la mano de la chica de la cual ni me molesté en saber su nombre. Todo perfecto, hasta que de repente apareció Levi; se me cruzó de frente, sin querer por supuesto. Él iba caminando en dirección a los laboratorios, sé que venía de fumar, lo supe por su expresión relajada y el fuerte olor a humo que desprendía.
Me miró sorprendido, primero a mí y luego a mi compañera, me sonrió como si fuera un hermano mayor descubriendo que me había masturbado por primera vez a escondidas, y solo se encogió de hombros.
—Hey Eren, nos vemos luego.
Recargó su pesada mano y me palmeó la espalda. Luego siguió su camino sin mirar atrás.
Ese simple acto me irritó. Estaba molesto por ese comportamiento suyo tan despreocupado, el verlo tan tranquilo y no ansioso como yo, me enfurecía; no era justo que solo yo estuviera sufriendo, pero creo que la molestia mas grande era saber que para Levi, lo que había pasado no había significado nada, desafortunadamente para mí sí. Me estaba volviendo loco.
No pude continuar con mis intenciones y abandoné a la chica bruscamente, entonces volví a mi clase. Estaba enfadado, ni siquiera sabía si quería ver a Levi después, no quería verle la cara, lo único que quería hacer desesperadamente era olvidarme de todo y poder volver a como eran las cosas antes.
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Al final de las clases Levi me esperó para ir a su casa juntos, como siempre.
Al verlo sentí mi corazón acelerarse y ni siquiera lo saludé, solo comencé a caminar; tras unos minutos de silencio, Levi pareció darse cuenta de mi mal humor, normalmente no decía nada, pero esta vez decidió romper con el incómodo silencio.
—¿Estás bien?
—Si.
—¿Seguro?, tienes la cara estreñida.
—Te digo que estoy bien —corté de inmediato.
—Ok.
No fue hasta que llegamos a su casa que me acorraló contra la pared apenas cerró la puerta de la entrada.
—¡Oye que haces!
—Lo volveré a preguntar y esta vez responde con la verdad. ¿Qué es lo que te pasa últimamente?
—Que te importa.
—Claro que me importa.
—¡Déjame en paz!, te digo que estoy bien.
—Eren, deja de comportarte como un niño, por un carajo. ¡Se honesto!
—AGH maldición ¡Todo esto es culpa tuya!
—¡¿Mia?!, ¡¿Y por qué razón?!
—¡Si, tuya!, ¡Todo es tu culpa! El que no pueda besar a las chicas, el que no pueda olvidar esa noche, el que que no pueda pensar en nadie más que en ti! Mi cabeza está confundida, estoy asustado porque no quiero cargarla contigo.
Levi se quedó callado y yo procedí a llorar con libertad. Fue entonces que Levi me tomó de la barbilla y me besó.
Por la sorpresa me quedé pasmado, seguía llorando pero tampoco lo alejé.
—Espera —quise detenerlo.
—¿Tú crees que tu cercanía no me afecta? —me preguntó irritado, luego me atacó los labios nuevamente—. He pensado en esa noche tanto como tú, he fantaseado contigo, desnudo, gimiendo para mí.
Tal declaración me sacó más lágrimas e hice lo que más había deseado: me aferré a su espalda, acorté la distancia de nuestras bocas y le permití devorarme una vez más.
Estaba desesperado por sentir sus labios y sus caricias, y esto fue tan alivianador para mí porque ambos estábamos completamente sobrios.
Beso tras beso nos fuimos acercando a las escaleras que daban hacia las habitaciones de arriba. Torpemente tratamos de subirlas, me giré para caminar y escalarlas pero Levi rápidamente se me pegó a la espalda.
—Creo que no puedo esperar —su voz me resonó en los oídos como un suspiro profundo. Su respiración desajustada.
Una roca dura me golpeaba el trasero, y su nariz y labios me chupaban el cuello y la nuca, yo arqueaba mi espalda para sentir más el abrazo de Levi que me asfixiaba. Me rozaba deliciosamente contra él mientras jadeaba sin pudor alguno.
Nos dimos nuestro tiempo para entrar al cuarto de Levi; en el pasillo nos besamos aún más. Mis brazos descansaban en su cuello y los suyos me rodeaban la cintura, cuando por fin pudimos separarnos, nos adentramos dentro de la alcoba y fui directo a la cama, me acosté primero y él me siguió despacio.
El sonido húmedo de nuestros besos, el sorbeteo de saliva junto con mis jadeos me nublaban la mente, me sentía seguro y tranquilo bajo sus brazos.
—¿Quieres hacerlo? —me preguntó mientras rozaba su nariz en mis mejillas.
Lo pensé detenidamente pese a mi condición.
—No —respondí.
Levi me miró y se separó un poco sin apartarse de mi cuerpo.
—Haré lo que me digas.
—Hoy solo bésame... consiénteme un poco ¿si?
Me sonrió volviendo a la tarea de amarme.
Ese día solo nos quitamos las camisas, me hizo varias marcas en el pecho y la espalda y yo a él en su cuello; ese día se nos olvidó hacer todo menos saber besar. Por fin pude conocer a conciencia cómo era la boca de Levi, su sabor, qué tan húmeda y cálida era. Su lengua suave y escurridiza se escapaba por mi barbilla, me daba besitos suaves en las mejillas mientras me abrazaba con ternura. Sus dedos rasposos me tocaban los hombros.
Al término de todo, no pude evitar preguntar y exponer mis temores.
—¿Ahora que somos Levi? —él suspiró ante la pregunta.
—No tenemos que ser amantes si no quieres, esto no tiene que ir tan deprisa, puedes descubrir qué sientes poco a poco, al fin y al cabo solo es una etiqueta. Porque no somos… ¿amigos con derechos?
—¿Con derecho?
—Sí, con derecho de besarnos, de tocarnos… —bajó el tono de su voz dos octavas mientras se acercaba a mí y atacaba mi cuello—, derecho de tenernos cuando se nos dé la gana…
—Entonces ¿está bien esto?
—Por supuesto.
—Pero...
—Eren, tú me gustas… me gusta hacer este tipo de cosas contigo y con nadie más. La pregunta es si a ti te gusta hacer esto conmigo.
—A mí también me gusta… —respondí avergonzado.
—Entonces sigamos haciéndolo hasta que estés seguro de tus sentimientos. Por hoy dejémoslo así.
—Bien..
—¿Quieres comer una pizza?
—¡Si!
Como si nada hubiera pasado, me levanté con un nuevo ánimo, me puse mi camisa y salí fuera de la habitación.
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Por lo demás, después de ese día todo volvió a ser como antes; volví a hablar con Levi con normalidad, pasamos el mismo tiempo juntos, pero solo con un pequeñísimo detalle… Que ahora podía besarlo si se me venía en gana, y que compartíamos algunas noches la cama, a solas y en su habitación, bajo las colchas, desnudos, acariciándonos, haciendo el amor.
Todo fue mejor de lo que esperaba, pues pronto me di cuenta a quien en verdad amaba.
Nuestra relación dejaría de ser un secreto -ni tan secreto- , pero hoy se formalizará después de un año de ser amigos con derecho, porque hoy quiero tener un derecho especial... el derecho de llamarlo mi novio y próximamente mi esposo.
FIN ;)
N/A: Siempre me salen cosas así JAJA ¿qué les pareció? Cursi no ? XD
Este texto me salió muy fantasioso porque eso ni de chiste pasa en la vida real.
En fin, nos leemos~ Besos.
