Misteriosas Razones
Padre e hija se habían hecho alguna ilusión de que Rei empezara a cambiar, pero un nuevo rechazo cruel hacia el primero derribó esas esperanzas. Porque se había acostado con Ralf solo para sacarse las ganas y también con la intención de demostrar que ella tenía poder sobre él, debido a cuánto el hombre la amaba.
Los dos se quedaron fuertemente abrazados por unos cuantos segundos ya que ambos necesitaban ese afectuoso gesto.
- Risa, eres la niña de mis ojos – afirmó Ralf acariciando la cabeza de la joven
- Y tú el mejor papi del mundo, te amo – contestó ella con una sonrisa - ¿Podrías hacerme un favor ahora mismo? – agregó la muchacha notablemente sonrojada
- Seguro princesa, dime – dijo el de cabello castaño oscuro también sonriente
- Por favor vístete – solicitó Risa con la cara toda roja
Eso hizo recordar a Ralf que todavía estaba desnudo y el hecho de que su hija estuviera presente, provocó que su cara también se enrojeciera y se apresurara a taparse con las sábanas de la cama.
- ¡No! ¡Olvidé que estaba sin nada! ¡No puede ser! – exclamó Ralf avergonzado mientras su hija se reía
- Todo está bien papá, iré a hacer el desayuno – aseguró la chica aún riendo
- Debo vestirme rápido... si tu madre nos ve así va a empezar de nuevo con sus estúpidas acusaciones y no tengo ganas de aguantarla – respondió él con tono fastidioso
- Ahora que recuerdo, anoche alcancé a escuchar que trataste a mamá de drogadicta... ¿Qué fue lo que ella te dijo para ponerte así? – indagó Risa pensativa
- Rei me hizo enfurecer, en verdad lamento que hayas tenido que oír eso, creo que es mejor que no sepas lo que me dijo, créeme – dijo el padre evitando mencionar la insinuación que la sacerdotisa le hiciera anoche para no afectar a su hija
- Comprendo, ha de haber sido algo feo de verdad – comentó la joven con pesar, entendiendo rápido
Sin decir más, Ralf se puso algo de ropa mientras Risa se dirigió a hacer el desayuno para los tres con la certeza de que en el presente día debía encontrarse con Seiya y avisarles a Haruna y Mirajane, que ya no era conveniente para ella ir al restaurante y que tenían que citarse en otro lugar para seguir viéndose. De ninguna manera estaba dispuesta a alejarse de ellas solo porque su madre se lo imponía, de ahora en adelante debía procurar que Rei no se enterase que iba a desobedecerla.
La joven giró la cabeza hacia su derecha cuando sintió la perturbada aura de su madre salir del baño y cruzarse con su papá sin dirigirle la palabra, a su vez no pasó por alto el detalle de que él tampoco la miró. Las mismas preguntas venían a su mente de nuevo: ¿Qué hicieron para merecer esto? ¿Por qué su mamá había cambiado así?
- Ya debería de estar listo el desayuno – dijo secamente Rei dirigiéndose a su hija
- Ahora lo estoy haciendo... ustedes se levantaron tarde hoy, no es mi culpa – respondió Risa seriamente
- ¿Noto cierto fastidio en esas palabras? – Preguntó la gobernadora - ¡Oye Ralf! ¡Ya que no volverás a hacer conmigo lo de anoche! ¿Con qué mujer te vas a sacar las ganas? – alzó la voz ella para ser oída por quien estaba en el baño
- Pero... ¿¡Cómo puedes decir eso!? ¡Estás cada vez peor de la cabeza! – gritó la muchacha totalmente ofendida
- ¿¡Porque no te callas!? ¡Mira lo que le dices a nuestra hija! ¡Definitivamente estás muy mal! – exclamó Ralf ofuscado saliendo del baño
- Le haces a papá hacerte el amor para después volver a despreciarlo... ¿Piensas que él es un juguete? ¿En qué cabeza cabe decirle que es tu esclavo y dar por seguro de que se va a sacar las ganas con otra?– preguntó la muchacha apretando los puños
- Porque es la verdad, y tú también lo eres... sin mí, ustedes dos no son nada – contestó tranquilamente Rei, su esposo la agarró fuertemente de uno de los brazos y la miró enfadado
- Estás enferma de la cabeza ¿O será que tienes otro hombre? – dijo Ralf yendo al grano
- ¡Cómo te atreves! ¡Jamás! ¡Vuelves a preguntarme algo como eso y me las vas a pagar! – gritó alterada la sacerdotisa ante la última pregunta
- Eso espero, ahora mejor me voy a lavar los dientes porque si me quedo, voy a terminar tirándote con algo – respondió él dándose media vuelta y dirigiéndose hacia el baño después de empujarla con ira
- ¡Anda, atrévete! ¡Golpéame! – exclamó Rei a modo de provocación
- ¡Ya basta mamá! ¡No te va a golpear porque te ama! ¡Te ama aunque ya no lo merezcas! De algo estoy segura, cada quien recibe lo que da – reprendió Risa a la gobernadora
- No vengas a sermonearme y sirve el desayuno de una maldita vez – contestó la de pelo ébano de mala forma
- ¿Crees que puedes jugar a tu antojo con el corazón de papá? Déjame decirte algo más: ganado sin marcar es fácil de robar, si no cuidas lo tuyo otra lo tomará – afirmó la joven con mucha seguridad
- ¡Jovencita, cállate la boca antes de que te la rompa y sirve el jodido desayuno de una vez! – dijo su madre alzando la voz, ofuscada por lo último que su hija acababa de decir
Risa observó que su madre se alteró en gran manera cuando le mencionó la posibilidad de que su papá se fijara en otra mujer y pensó en tres opciones: que a pesar de todo aún lo amaba o bien, tan solo le preocupaba que su figura pública se viera afectada por una infidelidad, también podía ser el miedo de perder a su "esclavo" a su "juguete".
En el restaurante Magnolia, la hora del desayuno estaba a punto de terminar y dentro de un par de horas el local estaría lleno de gente dispuesta a almorzar. Mirajane estaba de pie, inclinada y recostada sobre la barra, miraba hacia la calle y tenía una sonrisa en el rostro mientras conversaba con su amiga Haruna, quien se encontraba del otro lado del mostrador.
- ¿Me podrías repetir en qué mesa se sienta siempre el chico que me mencionaste el otro día? – preguntó la chica de cabello corto al mismo tiempo que miraba en dirección a la cocina para cerciorarse que no las vigilara Setsuna
- En la mesa 7... amiga, no me digas que tienes pensado otro encuentro ocasional – contestó reprochando la muchacha de pelo blanco sin perder la sonrisa
- Y bueno, ¿Qué hay de malo? tenemos longevidad... una tiene que divertirse... tú ya sabes – dijo ella guiñándole un ojo a Mira
- Ay Haru, en algún momento tendrás que comprometerse con alguien – contestó la apuesta moza riendo
- Nah, no me interesa, pero si de comprometerse con alguien es el caso, tú también debes hacerlo en algún momento – fue la contestación de la hermana menor de Ralf
En cuanto oyó eso, la sonrisa de la cara de Mirajane desapareció y ella bajó un poco la vista con algo de tristeza en la misma.
- A mí tampoco me interesa – afirmó Mira seriamente
- Por supuesto que no, porque con quién quisieras ya... - había empezado a hablar Haruna pero se detuvo al notar que su celular vibraba – Aguarda, parece que tengo un mensaje o una llamada – agregó la muchacha
La de ojos castaños sacó el teléfono y vio que era un mensaje de whassapp de su sobrina, el cual leyó rápidamente.
Buenos días querida tía, ante todo les deseo una buena jornada a Mira y a ti, quería que sepan que ya no podré ir a verlas al restaurante, es conveniente quedar en otro lugar porque la cabrona de Setsuna le contó todo a mi madre y me ha prohibido que las siga viendo. Temo que si voy allí, ella le avise a mamá y las cosas se me pongan más pesadas... necesito verlas, todo se complicó, tengo malas noticias que contarles. Besos.
- ¿Qué pasó Haru? ¿Quién era? – preguntó Mirajane con curiosidad notando el ceño fruncido de su amiga
- Se trata de Risa... ya no podrá venir a vernos, ¡Joder! – dijo con fastidio la mujer
- ¡Oh no! Pero dime, ¿¡Qué sucedió!? – indagó preocupada la de pelo blanco
- Nuestra jefecita llamó a la bruja de Rei y le contó todo lo que mi sobrina le dijo, ahora tiene prohibido volver a este lugar – informó fastidiosa la camarera
- Entonces nos podemos citar en otro lugar, nuestra pausa de almuerzo es un buen momento, pero la jefa no se tiene que enterar que la vamos a ver a ella – concluyó la de ojos azules buscando conservar la calma
- Tienes razón, eso mismo le voy a contestar – dijo sonriendo Haruna
Una vez que la mujer respondió el mensaje de su sobrina, esperaron la respuesta la cual no tardó en llegar.
- Me dijo que hoy podrá cuando nosotras salgamos, porque tiene una cita con Seiya – afirmó la de cabello castaño oscuro luego de ver la contestación de Risa
- Bueno, al menos con su novio sí se puede seguir viendo – sonrió Mirajane rescatando lo bueno de la situación
- Cierto, solo espero que la arpía no lo arruine todo – comentó suspirando la hermana menor de Ralf
Eran alrededor de las tres de la tarde y en el parque más grande de ciudad Ígnea había bastante gente que trabajaba cerca y buscaba una pausa, el lugar era un espacio verde con abundante arboleda en donde respirar aire puro. Risa estaba sentada en una banca aguardando a alguien, su rostro reflejaba algo de preocupación porque no sabía si hablar o no sobre lo que su madre quería hacer.
La chica sonrió al sentir a un aura familiar acercándose a ella y efectivamente unos segundos más tarde, una mano masculina sosteniendo una rosa roja apareció desde atrás enfrente de su rostro.
- Una flor para otra flor, mi dulce bombón – habló la voz del joven recién llegado
- ¡Seiya! – exclamó alegremente Risa dándose meda vuelta y abrazándolo
Luego de abrazarse, ambos se dieron un largo y tierno beso... parecía que el tiempo se hubiese detenido para ellos y cada nuevo encuentro era disfrutado al máximo. Ninguno estaba dispuesto a separarse del otro, pero ¿Cómo frustrar los planes de Rei?
- Te extrañé mucho mi amor – afirmó dulcemente Risa sin dejar de abrazar a su novio
- Y yo a ti mi preciosa, pienso en ti cada momento que no estamos juntos – aseguró Seiya acariciando la cabeza de ella
- Lo mismo digo mi príncipe, me haces mucha falta – dijo la de cabello castaño oscuro con una pequeña sonrisa
- Tú a mí también, pero supongo que lo dices por el trato que te está dando tu madre – comentó el cantante notando la tristeza en la mirada de su novia
- Seiya... mi madre me quiere casar a la fuerza, ha descubierto que tú y yo nos seguimos viendo – informó Risa sin poder contener las lágrimas
- Maldición, ¿Pero cómo se enteró? – preguntó preocupado él
- Fue por Lady Venus, ella nos vio en la calle y le fue con el chisme a mamá... hasta sabe que ya nos hemos acostado – respondió Risa con angustia
- ¿Acaso usó sus poderes o mandó a colocar cámaras ocultas para espiarnos? – indagó el de pelo negro con una mano en su frente
- Ella ya no puede usar sus habilidades psíquicas, las mismas requieren un equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, cosa que mi madre ya no tiene... así que no, no es nada de eso – contestó la joven – Verás, ella fue a casa en compañía de Lady Mercury y me mandó a revisar la intimidad... así fue que lo supo – agregó Risa con la cara algo roja
- Es increíble, ¿Cómo es posible que una madre desconfíe así de su hija? – dijo turbado Seiya
- Es la triste realidad ahora, lo peor es que nos quiere separar – se lamentó Risa
- Imagino que tú te habrás opuesto a ese estúpido matrimonio por arreglo – dedujo el de ojos celestes tomando la barbilla de su novia para alzar su rostro
- Eso hice, pero mi madre... nos amenazó a mi papá y a mí con mandarme a un convento católico a los Estados Unidos si yo no me caso con quien ella me imponga – reveló triste la joven
- No puede ser... eso nos pone entre la espada y la pared... en verdad desconozco a Lady Mars – fue lo primero que se le vino a la mente a Seiya al conocer la situación
El mismo sentimiento de incertidumbre invadió los corazones de ambos, ninguno sabía qué hacer. ¿Escaparse? Rei movería cielo y tierra hasta encontrarlos, además tendrían que lograr salir de ciudad Ígnea pero eso era muy difícil... el distrito estaba diseñado como una gigantesca fortaleza y cada ruta de salida estaba controlada. ¿Embarazarse Risa? Tal y como Ralf le había dicho a su hija, eso no detendría a Rei con respecto a sus planes... seguramente la obligaría a abortar o haría pasar al yerno que ella eligiera, como el padre biológico. ¿Casarse a escondidas? Mars perfectamente podría obligarlos a divorciarse bajo la amenaza de mandar a Risa a los Estados Unidos.
Todas las opciones tenían un problema, pero seguramente algo más se les ocurriría... mas algo sí seguro sabían, que debían vivir cada momento juntos con el conocimiento de que podían llegar a ser los últimos.
- Intentemos no perder la calma, tenemos que hablar con tu papá y pensar bien en algo... - afirmó el muchacho buscando tranquilizar el ambiente
- Tienes razón, pero no sé qué podemos hacer – respondió la chica aún algo dubitativa
- Mientras tanto, tengo esto para ti – dijo Seiya alargando tres boletos hacia su novia
- ¿Estos son...? – preguntó Risa adivinando lo que eran
- Si, tres entradas para nuestro próximo concierto... son para tu papá, tu tía y tú – confirmó él
- ¡Claro que sí! ¡Nos encantará estar allí! Solo tenemos que encontrar alguna forma de escapar de mi madre... - aceptó ella recordando la dificultad
- Ya pensaremos en alguna excusa, me gustaría que vengan a vernos como siempre lo han hecho hasta ahora cada vez que tocamos aquí – comentó el cantante sonriendo
- Te amo mucho, Seiya – confesó la joven sonrojada
- Yo también te amo, Risa – correspondió el de cabello negro antes de inclinarse para besarla
El jefe de guardia de ciudad Ígnea estaba decidido a averiguar la razón del cambio de carácter de su esposa, después de dos años estaba claro que ella no lo iba a revelar por lo que debía averiguarlo por sí mismo.
De entre todas las posibles causas eligió una posible enfermedad mental, por lo que se dirigió con su auto hasta el Hospital en donde ambos se atendían. Una vez allí, caminó hasta el mostrador de la entrada para solicitar los informes.
- Buenos días señor, ¿Qué se le ofrece? – preguntó amablemente la mujer que atendía
- Buenas, señorita... vengo porque necesito acceder al historial clínico de mi esposa, la señora Rei Hino Jones – respondió seriamente Ralf
- Diríjase al primer piso por aquella escalera, en Medicina General le informarán – contestó la informante
- Específicamente quiero ver el historial psiquiátrico – aclaró el de pelo castaño oscuro
- Si, allí también podrá informarse sobre eso –
Acto seguido, Ralf agradeció a la empleada y fue hasta el sector indicado, al llegar preguntó sobre lo que había ido a buscar y le solicitaron el número de socia de su esposa el cual no tenía, pero por suerte se acordaba el mismo de memoria. Esperó unos segundos hasta que la persona que lo atendió le informó lo requerido, la respuesta que oyó lo dejó más que desconcertado.
- Tengo en pantalla el historial médico de la señora, desde que se hizo socia hasta el 3021 – dijo el empleado del hospital
- ¿3021? Eso es justamente dos años antes de este, quiero ver sus análisis posteriores – recalcó el jefe de guardia frunciendo el ceño
- Lo siento jefe Jones, todos los datos de los últimos dos años han sido borrados de la base – se excusó el hombre
- Es increíble, ¿¡Como puede ser eso posible!? – preguntó molesto Ralf
- La propia señora gobernadora lo ordenó, señor – reveló el empleado
- Joder, ¿Y su médico de cabecera? El doctor Yamaguchi, necesito hablar con él – pidió el de pupilas castañas
- Lo lamento jefe Jones, hace justamente dos años que dicho médico no trabaja más en este establecimiento –
- ¡Entonces con el médico actual! Algo me tiene que saber decir – exclamó irritado Ralf ganándose las miradas de asombro de la gente a su alrededor
- Si desea puedo conseguirle una cita con él, pero no va a poder informarle, la señora gobernadora hace justamente dos años que no viene a atenderse aquí, el último turno que me figura es en noviembre de 3021 – dijo el empleado mientras tecleaba en su computadora
- Ya olvídelo, si no hay información en la base de datos, no va a saber decirme nada ya que necesitará chequear en la misma – suspiró el de pelo castaño oscuro resignado
Ralf salió del hospital pensativo y desconcertado, de esa misma manera decidió volver a la sede de gobierno de ciudad Ígnea, creyó que saldría con certezas pero solo volvía con más confusión.
El jefe de guardia condujo hasta la enorme fortaleza roja, sede de gobierno del distrito y entró rápidamente mientras los guardias le flanqueaban el paso. Estaba frustrado porque quería seguir investigando pero si alargaba la ausencia, su esposa iba a hacer demasiadas preguntas y no les convenía a él y a Risa que ella se enterase que estaban buscando información.
¿Por qué Rei había mandado a borrar los registros de los últimos dos años? ¿Qué es lo que ella buscaba ocultar? ¿Era solo casualidad que el anterior médico de cabecera de Rei abandonara el hospital justamente hace el mismo tiempo? Preguntas como esas rondaban por la cabeza de Ralf mientras se dirigía a la oficina de su mujer.
El rostro del esposo de la gobernadora se llenó de más incertidumbre al llegar a la puerta del despacho de ella, desde adentro escuchó las voces de su mujer y la de un hombre joven. Lo que más le llamó la atención fue el tono que ella estaba usando, era excesivamente amable... si bien buscaba disimular ante todos el hecho del cambio de actitud, con nadie tenía tanta dulzura... solo con Risa y él mismo, antes de que los problemas empezaran... y eso a Ralf no le gustó nada.
Su primer impulso era entrar y exigirle a su esposa porqué usaba ese tono de voz con el extraño, pero se contuvo y decidió continuar escuchando a ver lo que hablaban.
No era nada importante, lo único que ese joven integraría el cuerpo de guardia de la sede de gobierno. Ralf se corrió rápidamente hacia su derecha al oír cómo se despedían, por lo que se pegó a la pared a la izquierda de la entrada del despacho. Vio que ésta se abría y salía un hombre de ojos celestes y cabello rubio, quien estaba vestido exactamente igual que él ¿Pero quién era? Si formaba parte de la guardia, ¿Por qué nunca lo había visto? Y si era nuevo, ¿De dónde lo conocía Rei?
- Ah jefe Jones, es un placer conocerlo - dijo el desconocido sonriendo luego de girar la cabeza y verlo
- ¿Quién diablos eres tú? - preguntó secamente el jefe de guardia con desconfianza
- Disculpe mis modales, me he incorporado hace un rato, soy Jedite - afirmó sin perder la sonrisa el de ojos celestes y extendiéndole la mano a Ralf
El hombre correspondió al saludo pero no le contestó y en cambio lo miró con cara de pocos amigos, no le gustaba el tono con que Rei le estaba hablando cuando llegó, además había algo en él que le producía desconfianza, pero no sabía bien qué era.
El sol ya se escondía bajo el horizonte, a Haruna y Mirajane les llegó la hora de salir del trabajo y encontrarse con Risa. Por lo que se dirigieron hacia el lugar pactado, una de las esquinas del mismo parque en donde la hija de Ralf y Rei había tenido la cita con Seiya.
Las dos chicas llegaron pero no vieron a Risa por ningún lado, así que decidieron esperarla.
- Hemos llegado puntualmente, pero parece que Risa se retrasó – dijo la de cabello blanco mirando su reloj
- Todavía debe de estar con su novio, la conozco – dedujo riendo la de cabello corto
- Tienes razón, es lo más probable – concordó Mira sonriendo
- Justamente allí la veo que se acerca – afirmó Haru señalando hacia la izquierda de ellas, por la cuadra de enfrente caminaba la joven de ojos púrpuras
La muchacha se acercó rápidamente a ambas y después de saludarlas, decidieron ir a tomar algo a un bar cercano. Una vez en el lugar, eligieron una mesa al aire libre en el patio trasero y ordenaron tres malteadas de chocolate.
- Bien querida sobrina, aquí estamos... ahora sí, dinos qué fue lo que pasó – solicitó la de cabello corto calmadamente
- Contarle todo a Plut no solucionó nada, al contrario... anoche mamá me prohibió seguir viéndote a ti o a cualquiera de tus amistades – comenzó a relatar tristemente Risa
- No deja de asombrarme esa actitud... ¿y Ralf no puede hacer nada? – preguntó la de pelo blanco
- Justamente a eso voy, si él se levanta en contra de mi madre... ella me va a enviar a un convento católico a los Estados Unidos... ambos estamos entre la espada y la pared – dijo la joven apretando los puños
- Pero que arpía es... ¿¡Cómo puede ser tan basura de persona!? Perdón por referirme así a tu mamá – opinó indignada la hermana menor de Ralf
- No te hagas problema tía, lamentablemente es la verdad... - respondió Risa apoyando a Haruna
- Presiento que no es todo, ¿Qué más te dijo ella? – indagó la de pupilas azules también indignada
- Tienes razón Mira... mamá me quiere casar a la fuerza, me dijo que ya me está buscando novio, quiere alejarme de Seiya a toda costa – continuó contando amargamente la chica
- Pero que bruja, ¿En qué época piensa que estamos? ¿En el siglo 18? – argumentó Haru sintiendo como la sangre le hervía al oír eso
- Y tal como les dije antes, si mi papá se opone... ella me mandará a Estados Unidos, jurando que nunca nos volveremos a ver – recordó Risa con desazón
- La situación está peor de lo que imaginé, pero de alguna manera hay que frenar a Mars... ¿Me esperan un momento? Necesito ir al baño – dijo Mirajane mientras se levantaba del asiento
Ambas asintieron mientras su amiga se alejaba, las tres se sentían tristes ante todo lo que estaba pasando pero sí coincidían en el hecho de que algo tenían que hacer.
- ¿Sabes? Anoche mi mamá sedujo a mi papá para que se acostaran y de hecho hicieron el amor toda la noche, pero hoy a la mañana ella volvió a despreciarlo y le dijo que solo lo buscó por calentura y para aprovecharse de cuanto él la ama – reveló Risa los últimos acontecimientos
- ¿En serio esa arpía hizo eso? ¿Qué rayos tiene en la cabeza?... Oye Risa, hazme un favor – respondió Haru sumamente enojada
- Claro tía, dime.
- Delante de Mirajane, evita mencionar el detalle de que mi hermano hizo el amor con tu madre... créeme yo sé por qué te lo digo – pidió la de pupilas castañas
- A pesar de todo, mis padres siguen casados... Mira sabe eso, entonces también debería presuponer que en algún momento ellos hayan hecho el amor... pero tienes razón, si lo digo la lastimaría y yo no deseo eso – dijo la muchacha dándose cuenta rápido del motivo que tenía su tía para pedirle eso
- Así es sobrina y gracias, ahí viene – afirmó Haru en referencia a su amiga, quien se acercaba a ellas
- Listo, ahora puedes seguir contando que más pasó, Risa – comentó la de ojos azules sentándose
- Está bien, anoche... mi madre nos hizo ilusionar con que podía cambiar y volver a ser la de antes, pero hoy a la mañana ella rechazó a mi papá otra vez... hasta le dijo que era su esclavo al igual que yo – contestó la joven eligiendo cuidadosamente las palabras que decir
- Es increíble cómo puede ser así, Mars no puede tratar a Ralf como juguete y tampoco jugar de esa forma con su corazón, ni disponer de las vidas de ambos como objetos de su propiedad, ustedes no se merecen semejante castigo – aseguró Mirajane con la indignación brotándole por cada poro de la piel
- Tienes razón Mira, ella hasta insinuó algo que no sé si contarles – dijo Risa pensativa sintiendo algo de vergüenza
- Dinos con toda confianza – alentó Haruna con una sonrisa a su sobrina mientras le tomaba una mano
- Mi madre... se burla de nosotros porque nos ve muy unidos y también, sugirió que mi padre se sacara las ganas... acostándose con cualquier chica... - relató la de cabello largo castaño oscuro, con la cara roja
Esa última revelación dejó heladas a las chicas, Rei acababa de rebasar un límite más ante ellas... ¿Cómo podía una madre desvalorizar así a su familia? Simplemente inconcebible.
Un capítulo más que llega a su fin, la maldad de Rei no parece tener límites al igual que su locura y ella cree poder seguir jugando con su familia sin ninguna consecuencia, pero pronto veremos cuán equivocada está.
¿Qué papel jugará Jedite aquí? Ya lo irán viendo con el correr de los capítulos.
De esta manera me voy despidiendo hasta la próxima actualización con la emoción de saber que el estreno de la tercera temporada de Sailor Moon Crystal está cada vez más cerca. Hasta la vista y no olviden dejarme sus impresiones :)
