Predicamento
6-Deseo. [High school -AU]
Duo en ese preciso instante tenía una especie de desacuerdo con su familia. Había crecido en un hogar relativamente común, con unos padres cariñosos y preocupados por su bienestar, además de que ambos poseían un pensamiento más liberal que la media, por lo que Duo en comparación con muchos de sus amigos y compañeros del instituto, se sentía realmente afortunado de tenerlos como tutores.
Sin embargo, en el verano de sus 16 años cuando les anunció a ambos que le gustaba un chico de su edad, lo que más les asombró no fue que su único hijo tuviese un gusto por otros muchachos de su edad, si no del chico en cuestión al que había decidido prestarle su atención.
— Ya les he dicho que no es un mal chico; si no todo lo contrario… ¿Qué mas quieren que les cuente para que me dejen salir con él? ¿No confían en mi palabra? —
El padre del muchacho, quien siempre había sido más que comprensivo con Duo no estaba del todo convencido de que ese tal 'Heero' fuese una buena compañía. Había algo que le decía que no era un chiquillo común…El Maxwell mayor se desempeñaba como un psicólogo experimentado que trabajaba con adolescentes muy a menudo, y por ello es que sabía cómo pensaba la mayoría de ellos… Sin embargo, sus intenciones para con su hijo no eran prohibirle ese acercamiento, sino todo lo contrario, estaba preocupado por todo lo que había escuchado en las juntas de padres de la escuela. Sin duda, aquel chico del que Duo hablaba tenía una reputación por entero "especial".
— No te pongas así, Duo. Solo queremos conocerlo. Y que estés consiente de en lo que a ti respecta, a penas y lo conoces hace unos pocos meses… No es tu amigo de toda la vida, como por ejemplo el dulce Quatre. —
Quatre era de hecho esa clase de amigo amable y educado que a todas las madres fascinaba… así que regresando al centro del problema, la propia mamá de Duo intentó que su hijo comprendiera su punto al atenuar el conflicto que se avecinaba, intentando que todo fuese mucho más llevadero para todos, pues las cosas se estaban poniendo tensas; Duo con su innegable rebeldía por no querer escuchar sus consejos paternales, y ellos como padres deseando que su hijo se abriera más a escucharles.
— Ya hablamos de esto papa, mama… el que Heero sea un chico huérfano no significa que sea malo, o grosero. ¡Incluso tiene calificaciones mejores que las mías! —
— No estamos intentando juzgarlo, Duo. — Continuó su padre, mirándole severamente al ver a su hijo cruzarse de brazos y actuar de nueva cuenta, a la defensiva. —Todos escuchamos lo que sucedió con ese muchacho. Incluso salió en las noticias, hijo. —
—Si te refieres a lo que pasó con el arma de fuego…no fue su culpa. Intentaba defenderse y francamente yo hubiese hecho lo mismo…—
El padre del muchacho suspiró largamente, frotándose las sienes para intentar relajarse de a poco; mientras la astuta mujer de mirada azul y largos cabellos castaños, los mismos que heredó a su hijo, palmeó suavemente sus manos al aplaudir para intentar llegar a una resolución.
—Tengo una idea que les dejará a ambos conformes. Propongo que nuestro Duo invite a ese muchacho a comer a la casa cuanto antes. Así podremos conocerlo y estar más tranquilos cuando salga con él~. ¿Qué me dicen? ~ —
Duo desde luego sintió que sus padres de nuevo iban a avergonzarlo, pero en fin…tampoco es que fuese tan poco razonable como para no aceptar la "tregua".
Ya imaginaba las terribles escenas en donde le preguntaban al chico cada mínimo detalle de su vida, sus aspiraciones…y peor aún, cuando le relataran las travesuras y anécdotas vergonzosas de cuando él mismo era pequeño.
De todas maneras estaba en una encrucijada… seguro que, si no accedía, ellos no verían con buenos ojos esa relación y por desgracia, aún no era mayor de edad como para hacer lo que se le viniera en gana.
—Bien, de acuerdo…lo traeré a casa siempre que no lo interroguen descaradamente… Y por favor, prométanme que no lo harán sentir incómodo con lo del accidente. —
Sus padres asintieron a tal petición. Tampoco es que fuesen a llenarlo de preguntas que no venían al caso…
Además, eso les haría admitir que Heero, su apreciado Hee era más que solo ese muchacho serio y algo apartado que había sido capaz de utilizar un arma de fuego en un momento por entero necesario y que ponía en riesgo su supervivencia y la de alguien más.
Sucedió de tal modo: Heero había vivido en muchos lugares diferentes desde que lo abandonaron de pequeño. Pasó por muchos orfanatos y diversos albergues temporales desde los cinco a los once años, pero el chico parecía realmente decidido a escaparse cada cierto tiempo, harto quizás de la poca libertad que le otorgaban en aquellos sitios y desde luego, ese comportamiento apartado que le impedía acercarse a otros chiquillos de manera natural.
Heero había demostrado tener aptitudes para la destreza física desde que tenía uso de razón, e incluso parecía tener una memoria privilegiada, un niño avanzado, en resumen. A raíz de su serio y frío comportamiento, no muchas familias se interesaron por él para una adopción, sin embargo, la familia Darlian cambió las cosas para el muchacho, de quien se hicieron cargo desde que cumplió los doce años.
Los Darlian se encargaron de llevarlo a su espaciosa mansión y una vez allí, con el apellido de la familia adquirido, le habían dicho que solventarían todos sus gastos y que le darían la bienvenida a su familia, sin embargo él en cambio entrenaría y practicaría diversas disciplinas de defensa personal con el fin de proteger a su única hija biológica, la dulce Relena, además de servir de compañía para ella dado que tenían la misma edad.
Aquello le pareció algo por demás excéntrico y muy propio de una familia de mucho dinero, pero ni hablar. Si había un interés de por medio, entonces no rechazaría semejante oportunidad de salir de esos deprimentes y aburridos lugares de acogida. Además, así no se vería obligado a fingir aprecio por sus benefactores. Esa farsa de familia feliz no era para él… aunque luego de un tiempo, descubrió que de hecho todos ahí dentro le trataban con una amabilidad y paciencia nunca antes experimentada.
Por lo tanto, lo que tanto revuelo había causado no era su pasado como chico huérfano y abandonado, si no ese evento reciente hacía un par de meses en el que el joven muchacho había disparado a dos terribles hombres armados que se infiltraron en un evento público para llevarse a Relena y desde luego, pedir una jugosa recompensa a la familia. El joven desde luego ya estaba adiestrado para utilizar armas, aunque ese detalle se mantuvo oculto. Siempre podían alegar que disparó con las armas de los asaltantes, y los Darlian desde luego que podían encubrir esa clase de detalles por ser una familia con muchos contactos.
Por suerte no hubo mayores incidentes o problemas a raíz de aquello, aunque el mero hecho de que él tuviese el valor como para casi aniquilar a los malhechores por si solo levantó mucho revuelo a los padres de familia donde el chico estudiaba.
Además de todo,esos tiros fueron impecables, pues buscaron inmovilizarlos y provocar daño en lugares estratégicos, pero desde luego no fueron suficientes para acabar con sus vidas. Esa clase de cosas hicieron pensar a muchos padres de familia que tal vez el muchacho había aprendido esas 'malas costumbres' en las calles, así que ni hablar… en vez de ser elogiado por salvar la situación, había generado algo de pánico y muchas habladurías.
Duo entonces se fue directo a su habitación y llamó por teléfono a Heero, pues no podía esperar para contarle las "buenas nuevas" y sacar esa información de su pecho. Marcó el número y por suerte, su llamada si fue contestada muy rápido.
—Heero~ ¿Puedes hablar ahora mismo? —
—Todo en orden. ¿Qué sucede? ¿Tienes problemas con matemáticas de nuevo?. —
Duo hizo un puchero al escuchar semejante cosa. ¡No era siempre! Solo que le gustaba repasar las ordenadísimas notas de Heero cuando estudiaba. Sentía que así comprendía más rápido las cosas.
—No es eso. Es solo que me preguntaba… ¿Estás libre mañana? —
—Lo estoy. Relena tiene sus clases de piano y natación, así que paso por ella a recogerla hasta muy tarde. —
Otro suspiro largo. Lo peor del caso es que ella tenía sus guardaespaldas personales, pero era Heero quien insistía en que debía cuidarla él mismo en pago a la ayuda ofrecida por su generosa familia.
—De acuerdo, entonces… ¿Crees que puedas venir a mi casa? No lo tomes a mal, pero mis padres quieren conocerte…—
Que bochorno el expresar algo así. ¡Sus padres actuaban como si fueran a casarse pronto!
—Búrlate si quieres…pero ten algo de compasión. No fui yo quien lo sugirió, de verdad, Hee… no quiero presionarte. Son ellos los exagerados que quieren saber de ti. —
—Recibido. Estaré ahí a la hora que me indiques. Me dará gusto saludar a tus padres. —
—¿Qué? .¿Hablas…en serio?. —
—Absolutamente. Solo dime que debo llevar para no llegar con las manos vacías. —
Duo sintió entonces que los colores se le subían al rostro. Nunca habría esperado esa reacción en Heero… aunque ahora que lo pensaba, era un chico que se estaba acostumbrando a todo tipo de reuniones formales con los Darlian. Seguro que tratar con una familia común y corriente como ellos no sería la gran cosa a comparación de las personas importantísimas que había conocido en aquellos años.
—De… de acuerdo. Trae un pastel de manzana o algo… a papá le gusta… y también a mamá. —
—Bien. Nos vemos mañana entonces. —
—Si, hasta mañana, Hee…—
El castaño trenzado se echó de espaldas contra la cama, pensando que las palabras de Heero habían sido por entero tranquilizadoras. Un muchacho normal seguro que se habría sentido incómodo visitando tan repentinamente a su familia en ese contexto de ser novios donde esa clase de acciones podrían sonar precipitadas…sin embargo, Hee estaba de lo más calmado.
Por esa clase de cosas es que le gustaba el chico… de verdad que le atraía su actitud madura, entre muchas otras cosas, por supuesto.
—¡Agh! Olvidé pedirle que comparara sus respuestas de ciencias con las mías… Que decepción~ —
Y así fue que el muchacho se ocupó en terminar con sus deberes escolares con cierto desgano. Al menos eso le haría olvidar todo aquel asunto por un rato, aunque de manera contradictoria, sus pensamientos solo se enfocaban en la comida de mañana, teniendo un solo deseo en mente: Que todo saliera de la mejor forma posible.
Continuará…
Notas de la autora: Esta vez tenía muchas ganas de crear un ambiente ameno y familiar para al menos uno de los chicos, así que desde luego que continuaré en el siguiente capie explorando esta posibilidad.
¿Conseguirá Heero caerle bien a los suegros? ¿Relena se consolidará como un obstáculo para Duo en el terreno amoroso?
¿Duo se comerá todo el pastel de manzanas él solito en venganza por esa jugada traicionera de sus padres?
¡Averíguenlo en la siguiente entrega! xD Fsfdhdmd Bye.
