- La dejaron un día más? - le preguntó a su madre

- No, cariño. Creo que la dejaron allá de manera permanente. Luke sabe los detalles-

Buscó a su tío desesperado. Necesitaba saber la verdad.

- Por qué no me lo dijiste?! Esto era a largo plazo, cierto?!- le gritó apenas lo vio

- No es necesario que alzes tanto la voz, Ben- lo corrigió - Y sí, era una posibilidad. No creí que la aceptarían tan pronto pero lo hicieron y ella quiso quedarse. ¿Desde cuándo te importa lo que ella haga o no?-

- Pero... estábamos entrenando y... lo de la Díada - continuaba en su confusión

- Sabes que su vínculo en la Fuerza permanece aunque estén lejos. Eso no va a cambiar. Pero ella debe poner de su parte si algún día quiere ser libre-

- Es que... yo me fui... y no me despedí - murmuró

- No es tan grave- quiso bajarle el perfil

- Sí lo es- gruñó

- ¿Ahora me dirás lo que de verdad te ocurre para que estés así de irritable?-

- Debiste decirme- le recriminó, antes de darse la vuelta e irse, dejando al Jedi mirándolo preocupado

Se quedó encerrado en su habitación el resto del día maldiciendo su vida. Ella era una presa política y él... él era el orgullo de una galaxia entera.

- Ben? Sigues ahí? -

La voz de su padre lo desconcentró de sus cavilaciones.

- Pasa-

El hombre mayor entró muy serio, dejando la puerta junta.

- Sé que la esperabas- comenzó Han, comprendiendo el dolor de su hijo- Yo también creí que volvería. Que se quedaría aquí contigo-

- Es mi culpa. Yo... creo que lo arruiné-

Ante la aterrada mirada de su hijo supuso que aquel error sí era muy grave, al menos a la vista del joven. Aún así sabía que ya no había mucho que hacer. No podían obligar a Rey a volver si no quería. Lo más probable es que ya no la dejaran salir y completara allí el resto de su condena, si es que algún día salía en libertad.

- Por qué nunca se lo dijiste?- criticó su padre- Ella sí te quería. ¿Acaso no veías cómo te miraba? Era más evidente que tú - terminó diciéndole molesto

- ¡Porque soy un imbécil! ¿Eso querías escuchar?!- exclamó furioso- Nadie aquí se pone en mi lugar! ¿Sabes lo que dirán de mí si el resto se entera de que siento algo por ella? Peor aún lo que dirán de ti, de mi madre, de Luke. Todo está en juego por lo que yo decida. ¿Lo entiendes?-

Otra vez esa sensación impulsiva de ir y romper todo a su paso. Se apoyó en la pared intentando controlar su respiración.

- ¿Me estás diciendo que le ocultaste a Rey lo que sentías por ella solo por la opinión pública? - cuestionó Han- Porque es cierto: será un escándalo cuando la galaxia se entere de la relación que tienen. Pero dos enemigos enamorados no es peor noticia que la de tu madre, cuando anunció que se había casado con un contrabandista-

- Entonces ¿no te importa lo que yo haga sobre eso?- inquirió angustiado

- Claro que me importa! Quiero que seas feliz. ¡Olvídate del resto de los políticos! Solo preocúpate de tu madre ya que tú le explicarás porqué sus nietos tendrán apellido Palpatine- advirtió, liberándose de la responsabilidad de dar aquella noticia

- Y si es una trampa? Si hizo todo esto para que la extrañe y después me convenza de ponerme de su lado en la Oscuridad?-

- Eso es ridículo - respondió una voz más joven detrás de Han- Sabes perfectamente que la Luz en ella es más brillante que nunca. Al menos así lo noté cuando se fue junto contigo a su misión-

- Me quitaste las palabras de la boca, niño- palmeó la espalda de Tai- Mi hijo ya se está volviendo paranoico- se quejó

- Acepta que fuiste cobarde- continuó el Jedi

- Ya cállate - contestó con fastidio el aludido

Tai lo observó impaciente. Había llegado por la fluctuación en la Fuerza que su amigo estaba generando. La misma que notó muy lejos, adivinando que era la de ella. Rey sin duda estaba tan alterada como él en ese instante. ¿Por qué ninguno de los dos entendía que el balance de la Fuerza dependía del equilibrio de sus emociones?

- Sé que la sientes... ella no está bien- añadió, arriesgándose a que Ben se enojara más con esa declaración

El se les quedó mirando como si buscara en ellos la aprobación para lo que estaba apunto de hacer. Algo imaginario ya que lo haría de todos modos. La sonrisa de ambos bastó para que él saliera corriendo del lugar directo al Halcón Milenario.


Caminaba llena de rencor por los pasillos de aquella moderna cárcel. Estaba decidida a olvidarse de él. No sufriría más por Ben. No lo merecía. Apretaba los puños y sus labios para evitar soltar la pena que la embargaba... porque estaba destruida por su causa.

Ni siquiera te despediste

Simplemente desapareció. ¿Por qué le resultaba tan común sentirse abandonada a su suerte? Jamás le importó a alguien, ni siquiera a su familia de sangre.

Pero ya no quería seguir llorando por él. Su dignidad estaba ya por los suelos como para hundirla más en su nombre.

Entró en la celda que le asignaron aquel día, sin embargo la puerta se cerró tras ella aunque no había ningún oficial adentro. Percibió a 10 enormes sujetos de distintas razas acercándose mientras la rodeaban: supo que era una emboscada. No tenía sable de luz, pero no lo necesitaba para luchar. Todos se arrepentirían de haberse atrevido a siquiera tocarle un cabello. Aunque eso no era lo peor: veía a los guardias pasar y no hacían nada. Al parecer todos allí eran cómplices de su desgracia.

Por más que atacó, igual terminó en el suelo después de que la golpearan con gruesas barras de metal. Aquello no quedaría así... Sus burlescas risas terminarían siendo gritos de pánico.

Los ahorcó a los 10 al mismo tiempo, elevándolos un poco mientras ella se ponía de pie.

- Morirán, no sin antes decirme quién armó todo esto- siseó con ira

Estaba tan furiosa que los rayos ya recorrían su cuerpo. Vio en sus mentes a los políticos responsables. Nunca fue una oportunidad: era una trampa para eliminarla. Algunos se estaban poniendo azul por la falta de oxígeno pero no le importó. Al contrario, empezó a estrangularlos con mayor intensidad, lista para dar el golpe final, cuando se distrajo al escuchar su nombre en los labios del único hombre que podía estremecer su corazón.

- Ben?- le respondió, soltando a sus enemigos, quienes cayendo al suelo desmayados

- Qué está pasando?! No me querían dejar entrar! Tuve que derribarlos. Te hicieron daño?!-

Ella negó, pero él vio las marcas moradas que tenía en su cuerpo donde su ropaje gris no cubría. Se maldijo por haberla dejado sola ahí. Sin duda no tramarían algo así con él dentro.

- Sé quienes lo provocaron- agregó Rey

- Entonces vámonos - cortó donde estaba el cerrojo de la celda con su sable- Serás libre junto a mi- le sonrió

Ella salió de la celda, indiferente a sus palabras.

- No me iré contigo- lo sentenció - Yo misma iré donde esos desgraciados a enfrentarlos. Quiero un juicio decente, no ser perseguida por mercenarios-

- Tienes que aceptar mi ayuda y la de mi familia. Somos los únicos que podemos protegerte. Lo que acaba de ocurrir es muy grave! Nos engañaron, Rey-

- No quiero irme contigo!!- exclamó dolida- Tú me haces daño tal como todos los demás -

Sus ojos llenos de decepción y profunda tristeza le hicieron entender la gran herida emocional que le había provocado. Rey no esperó respuesta y empezó a correr hacia una de las salidas, derribando a quien se le cruzaba. Él fue tras ella.

La joven subió a la primera nave que encontró disponible. Intentó encenderla pero disparos de bláster arruinaron los controles. Sabía perfectamente de dónde provenían.

- Ya déjame en paz, maldito!-

- No! Te irás conmigo!- insistió decidido, mientras le disparaba a más oficiales que se acercaban

- Todos me odian! Déjame huir lejos!- le exigió

Su petición era sincera. Prefería morir sola en algún remoto planeta que ser perseguida el resto de su vida. Pero él no accedió. Frente a su negativa, Rey quiso robar otra nave. Ben ya estaba saturado entre intentar convencerla de desistir en su idea y detener a la multitud de oficiales que la querían muerta.

La jaló del brazo antes de que se subiera a otra nave. La chica intentó defenderse pero la otra mano de Ben se colocó en su frente. Rey sabía lo que eso significaba: los espió aquel día, cuando Luke le enseñó a su sobrino esa técnica para anular su voluntad en casos extremos. En el fondo temía que él usara mal esa habilidad.

La joven forcejeó al principio hasta que entró en trance. Él entonces la soltó.

- Nos vamos ahora en el Halcón - le ordenó Ben, ella asintió con la mirada perdida

Mantenerla en ese estado de trance era increíblemente agotador. Su mente era tan fuerte que si se descuidaba se saldría de su control. Pero no podía descansar hasta que llegaran a D'Qar. Temía que con lo impulsiva que era, ella intentara desviar la nave de su rumbo.

Al final de las 4 horas de viaje, su control mental ya estaba flaqueando. Estaba tan cansado que pensó que tal vez él sería quien perdería la consciencia. Al aterrizar la liberó del trance. Rey apenas despertó empezó a insultarlo por manipularla de esa manera hasta que se desplomó frente a ella.

El llanto de la joven castaña comenzó cuando vio a los droides médicos llevarlo a la sala de cuidados intensivos. Luke intentó tranquilizarla sospechando de lo que tuvo que hacer su sobrino para traerla de vuelta. Entre lágrimas le contó a Leia y Han lo que había sucedido. Ellos le prometieron que informarían de inmediato lo ocurrido para enjuiciar a aquellos políticos por actuar de esa manera, como así también a todos sus cómplices.

"Serás libre junto a mí "

No podía creer en esas palabras. Tal vez eso nunca sucedería. Y aún así le bastaba con verlo despertar para ser feliz. No aspiraba a nada más. Él era un héroe y ella una criminal. Ella solo le traía problemas a su vida y ahora... por su culpa él estaba inconsciente.

Tuvo que esperar 2 horas antes de que la dejaran ir a verlo. Las horas más eternas de su vida. Él seguía ahí, durmiendo. Se sentó a un costado de la camilla y le tomó una de sus grandes manos.

- Nadie me había dado antes un regalo- le empezó a contar entre sollozos- Hasta que me diste ese ramo de rosas negras ¿lo recuerdas? Tú... lo que me escribiste... De verdad mi corazón estaba oscuro y congelado, Ben, hasta que tú llegaste por mi- sus lágrimas apenas la dejaban continuar- Estaba a la deriva y sola. Yo... quería estar contigo pero, en realidad, nunca me sentí digna de ti -.

Hubo un silencio que se interrumpía de manera intermitente por el sonido de las máquinas que evaluaban sus signos vitales.

- No me dejes ahora. Quédate otro día conmigo- le rogó, colocando la tibia mano del joven en su húmeda mejilla

- No pierdas la fe... Comparte otra noche conmigo-

Sí, la misma frase que él le escribió aquella vez ahora dicha con voz suave y grave. Lo vio sonreírle a pesar de su letargo. Lo abrazó emocionada mientras él seguía recostado rodeado por las máquinas.

-Te amo. Perdóname, Ben- le habló al oído

- También te amo. Quizás debí decírtelo antes. Lo lamento tanto... Soy un idiota en este tipo de cosas-

Ambos se rieron. Él acariciaba el rostro de la bella mujer que tenía enfrente.

-Te casarás conmigo y no aceptaré ninguna de tus estúpidas excusas para no hacerlo- añadió él

-Pero estoy recluida, no soy libre- mencionó de todos modos

- Poco me importa la libertad si tú no estás conmigo. Estaremos juntos, sin importar el lugar. No volverás a estar sola- le sonrió - Ahora hazme un favor y cuéntale a mi madre lo que sentimos. Quiero que nos casemos pronto-

- Por qué yo?!- se asustó ante la petición

- Porque yo estoy convaleciente-

- Con mayor razón. Si le dices tú, no se enojará contigo-

- No sé si estoy hablando de manera coherente todavía -

- Sí, estás hablando bien. Iré por ella y se lo dirás. Creo que ahora me odia más que antes por traerte desmayado-

- Ella no te odia-

- Tú no viste su cara cuando te sacaron los droides médicos. Estoy segura que me culpó por todo- se lamentó justo antes de salir de la sala

Leia no sabía qué pensar. Han y Tai actuaban como si nada frente a la noticia, incluso se les veía felices. Luke tampoco se escandalizó. ¿Era ella la única que ignoraba la situación? Rey se escondía de ella para no darle detalles y su hijo la miraba radiante como si despertar de ese desmayo le hubiera revelado la clave para la dicha eterna. ¿Qué iba a hacer? ¿Oponerse a una decisión que al parecer hacía tan feliz a su hijo? Le aconsejó esperar hasta que se repusiera por completo pero él no quiso. Quería casarse ahora ya. Temió que ahora fuera Palpatine la que manipulara mentalmente a Ben como él lo hizo antes.

- Ben la quiere hace mucho tiempo- le dijo Han, como si leyera su mente- Así que no te preocupes. No fue una decisión de último momento-

- Tú lo sabías, verdad? Me lo ocultaste- le comentó molesta- Ella era la mujer que a Ben le gustaba y jamás me dijiste su nombre-

- Él debía decírtelo, no yo-

El papeleo era lo de menos. La realidad es que Ben solo quería llevársela a su habitación y continuar con aquello que había comenzado hace unas noches atrás pensando que era un sueño. Rey aceptó con gusto su proposición aunque el resto no entendía porqué la celebración se posponía para el día siguiente, pensando que quizás era porque él aún no se sentía del todo bien. Menos Han, él lo tenía más que claro, pero omitió dar comentarios al respecto.

- Ponte cómoda, yo ya vengo- le sonrió antes de entrar al baño, dejando a la joven sola en la habitación

"Compórtate, Ben. Sé un caballero" se decía a si mismo al espejo. Y es que simplemente no podía creer lo que estaba a punto de suceder. Pero no quería parecer ansioso. Salió del baño con ese propósito.

- Que cama tan grande y cómoda... yo también tenía estos lujos antes. Ahora mi habitación parece una pocilga- mencionó la castaña con algo de envidia

Debía enojarse con ella por menospreciar la pieza que le dieron cuando el Imperio fue destruido. Pero no pudo. Verla sensualmente enrollada entre sus sábanas semidesnuda dejó bloqueado todo pensamiento racional.

Las cortinas estaban abajo ocultando parte de la luz del atardecer. Él empezó a desvertirse sin dejar de mirarla. Ella lo observaba sin poder disimular su avidez, respirando agitada cada vez que se sacaba una prenda dejando al descubierto ese cuerpo que añoraba tocar. Aunque no pensó que se desnudaría por completo frente a sus ojos... fue una sorpresa inesperada ante la cual desvió la vista al instante por los nervios. Lo sintió entrar en la cama mientras su corazón se desbocaba.

Se recostaron frente a frente. Sus miradas seguían encontrándose sin hablar. Ben la abrazó pero un quejido involuntario de dolor salió de Rey. Él levantó las sábanas y contempló con horror las magulladuras en su espalda y otras en los brazos.

- No te preocupes, he tenido marcas peores- quiso calmarlo cuando lo vio espantado

- Esos malditos te lastimaron. Te juro que me encargaré personalmente de todos los que planearon esto- la consoló - Pero por ahora bastará con lo que Luke nos enseñó -

Recorrió toda su espalda con sus amplias manos, incluyendo sus brazos. Ella sentía como se recuperaban sus músculos con el poder de la Fuerza.

- Gracias- le habló en voz baja

- Nunca más dejaré que te lastimen. Lo prometo. Perdóname por no estar ahí-

Ella tomó su rostro y lo besó. Confió en sus palabras... pero ahora quería que su boca estuviera concentrada en ella y no en hablar. Él estuvo de acuerdo en eso: deseaba arrancar todo el dolor de su pasado, como si cada uno de sus besos borrara las cicatrices que ella poseía.

Rey solo quería sentirlo tan cerca, que se aferró a su inmensa espalda, uniendo su abdomen con ese torso que ardía sobre ella. Anhelaba pertenecerle desde hace tanto y... cada una de sus caricias la hacía desearlo más. Ben rompió las vendas que cubrían sus pechos para apropiarse de ellos.

Rodeó con sus piernas la cadera de su ahora esposo, maldiciéndose por no haberse quitado la ropa interior. Él le sonrió porque había escuchado ese pensamiento.

- Puedo quitártela si quieres- le susurró al oído con su gruesa voz

- Sí quiero... -logró modular- Todo... todo lo que está en tu mente, Ben. Házmelo todo- le solicitó casi en una súplica, enredando sus dedos en el oscuro cabello del hombre que no le dejaba de besar el cuello mientras sonreía por la agradable petición.

Tal vez ese siempre fue el camino: el Amor. Lo supo cuando la vio completamente desnuda con sus ojos radiantes de Luz. Era todo lo que ella necesitaba para dejar de ser una Sith... Todo lo que él mismo necesitaba para sentirse completo. Y esas coquetas manos que acariciaban cada centímetro de su ser lo comprobaban.

Los besos de aquella joven lo enloquecían y él quería entrar en ella para causarle ese placer único que no había experimentado aún. Algo que él mismo deseaba probar y que sin embargo nunca concretó al colocar la guerra por encima de su propia vida. Y ella ahora estaba dispuesta a todo, en una sumisión que lo sorprendió gratamente.

Los pensamientos de Rey se interrumpieron cuando él inició el proceso sentado sobre su cadera. Siempre estuvo alerta a su entorno pero ahora... era un dolor que la llevaba a sensaciones surrealistas. No entendía porqué salían de su boca gemidos descontrolados dedicados a él.

Ben estaba seguro que le haría el amor toda su vida con tal de mantenerla a su lado, tan luminosa y oscura a la vez... Los dos lo eran y ahora por fin eran uno solo en todo ámbito. La amaría sin importarle nada ni nadie, para que comprendiera que su lugar en el universo era ahí, en su cama. Y Rey lo comprendió sin duda alguna cuando después llegó al clímax junto con él.

Ese era en realidad el propósito de ambos, buscar el equilibrio en sus vidas... y por fin lo hallaban. Nunca imaginaron que lograrían la mezcla perfecta entre el caos y la paz.


Así llegamos al final de esta historia. Queda más que claro que Ben le va a partir la cara a los que hicieron esa redada contra Rey. Y ahora irá con ella donde sea para cuidarla.

Espero les haya gustado, ya que esto empezó como un oneshot pero siguió después agregando un songfic y finalmente siendo parte de un reto Reylo. Todo encajó para darles un final feliz.

Muchas gracias por leer y comentar.

Para más historias Reylo, vean mi perfil.