Mikasa estrechó la cejas mirando con precaución sobre los altos y frondosos árboles del bosque que cubrían casi todo el entorno a su alrededor. Parecía el lugar justo para ser atrapados, como moscas en una telaraña. La joven soldado lo había imaginado, pero no sentía ningún temor, ella era una luchadora, si quería salvar a sus compañeros, tenía que ser fuerte.
Hace tiempo había aprendido de mala manera que los fuertes eran los que sobrevivían en el mundo plagado de injusticias y sufrimientos en que vivian.
Los soldados se encontraban a pocos metros de distancia del hombre que había secuestrado a Sasha. El idiota se había detenido sosteniendo un cuchillo afilado sobre su cuello, otros dos hombres más a su lado y una mujer joven.
La pelinegra se preguntaba cuantos más podrían estar escondidos por los alrededores. Tenían que salir de ahí tan rápido como fuera posible antes de que la situación empeorara. Hacía rato habían pasado el perímetro, pero no habían tenido opción, no estaban dispuestos a perder a su compañera.
Connie había sacado su rifle apuntándoles directamente. Mikasa mantenía sus cuchillas, no era muy buena con las armas, prefería las cuchillas, tenía más posibilidad de atravesarlos antes de que levantaran sus armas, pero era cautelosa, Sasha podría salir lastimada.
"Que haces aquí, Jonn?" El hombre que parecía estar a cargo preguntó al que mantenía a su compañera cautiva. Se veía tranquilo, pero Mikasa pudo notar un deje de molestia en u voz
"Es el punto de reunión acordado, ¿no es así?"
"No te hagas el chistoso. ¿Dónde mierda están Donney los demás?" Siseó.
"La última vez que los vi estaban cerca del río, iban por los demás soldados."
Mikasa frunció el ceño. ¿A qué se referían? ¿Querían capturarlos? La preocupación creció al pensar en sus compañeros.
"Entonces, porque estás aquí?"
"No es obvio?, es un idiota," La mujer castaña habló molesta. Se veía impaciente mientras los miraba fijamente.
"Cierra la boca Angie, no sabes nada." Jonh la fulminó con la mirada, luego miró a su jefe que esperaba impaciente.
"Realmente no creo que necesitaran mi ayuda con unos simples soldados." Aclaró.
"Y decidiste tomar un premio y huir?, un día de estos perderás la cabeza por imbécil, nunca debes subestimar a tu enemigo no importa lo débil que parezca."
"Tranquilo jefe," dijo evadiendo su mirada afilada. "La verdad es que no pude resistirme, además atraje a una buena presa, no cree?"
El hombre quitó la vista del rubio y los observó detenidamente. El chico se veía nervioso, ansioso, pero podía ver la determinación en sus ojos, eso le gustó. La chica le llamaba más la atención, no mostraba nada, ni una pizca de miedo ni ninguna otra emoción, le resultaba interesante.
Otra cosa que le llamó la atención fueron sus hermosos rasgos asiáticos, pensaba que su raza se había extinguido por completo, pero por lo visto estaba equivocado.
"Vaya, los soldados de exploración son cada vez más jóvenes, no creen?" Habló tranquilamente.
Mikasa estrechó las cejas ante su comentario, podrían ser jóvenes, pero no eran para nada indefensos o estúpidos.
"Ah, bastante interesante." Jonh sonrió descaradamente.
"Supongo que son más fáciles de controlar," La mujer comentó con su mismo tono de fastidio.
"Esos oficiales al mando son unos verdaderos hijos de puta." El castaño volvió a hablar.
Mikasa lo miró fijamente. El hombre era joven, tal vez unos años mayor que el capitán Levi, su actitud arrogante les dejaba en claro que sería un problema.
"Qué tal? Mi nombre es Owen." Sonrió peligrosamente. "No están heridos, cierto?"
Ninguno respondió, los soldados solo lo observaban expectantes. El castaño exhaló pesadamente y continuó. "Realmente lamento los inconvenientes que sufrieron para llegar aquí."
"Deja ir a Sasha." Connie ignoró su estúpido monólogo, el chico frunció el ceño mientras ajustaba el rifle. Mikasa podía ver el arma temblando en las manos de su compañero, con cuidado colocó una mano en su hombro para tranquilizarlo.
Owen alzó una ceja y luego rodó los ojos hacía Jonh. El hombre amenazaba a la joven con una navaja, la sangre de su brazo comenzaba a empapar su uniforme convirtiéndola en un desastre. Entendía la molestia del chico, a veces sus hombres podían ser muy rudos.
"Jonh, no trates a la chica de ese modo." Ordenó al hombre. El rubio bufó, pero igual quitó el cuchillo del cuello de la castaña.
"Estamos mejor ahora?" Preguntó con arrogancia.
Mikasa lo miró estoica, no la impresionaba su actitud confiada.
"Que mierda quieres?" Preguntó seriamente, su sonrisa descarada comenzaba a irritarla.
Owen se sorprendió un poco por su audacia, no muchos se atrevían a hablarle de esa manera. No esperaba una actitud tan altanera en su situación, sin embargo lo dejo pasar. La mujer arrugó el ceño molesta, parecía querer decir algo pero se contuvo.
"Conversar, a veces me gusta conversar, pero me aburro con estos de aquí y necesito nueva compañía." Owen respondió haciendo un ademán hacía sus hombres.
"Tienes una extraña manera de iniciar una conversación."
"Me disculpo por eso, mis hombres a veces no pueden resistirse a las mujeres bonitas, como tu amiga o como tú."
Angie rodó los ojos, definitivamente todos los hombres eran iguales. Aunque Owen no era de los que se interesaba por cualquier mujer, seguía siendo hombre. Una chica bonita como esta obviamente llamaría su atención.
Mikasa lo vio escanearla descaradamente mientras los demás sonreían. La azabache inspiró pesadamente, odiaba a los tipos como estos, su aparente amabilidad la irritaba aún más.
"Tú eres el jefe?" Mikasa preguntó con desinterés.
"Que? No parezco que pueda ser el jefe?"
"Me pareces muchas cosas, ningunas te agradarían."
Owen sonrió como si lo que hubiera dicho fuera una broma. "En serio? Ahora tengo curiosidad."
"Tu curiosidad me importa muy poco, no estoy aquí para charlar."
"Es una lástima, cariño, creo que tú y yo podríamos tener una interesante conversación. Puedo ser bastante tolerante cuando estoy de buen humor."
Mikasa estrechó los ojos. Estaba segura de que este hombre que aparentaba ser indulgente y casi amigable era más peligroso que todos los demás. Lo vio moverse despacio entre ellos como pensando que hacer a continuación.
"Que hay de su capitán?" Preguntó de repente. "Donde está?"
Connie arrugó el entrecejo, se preguntaba cuáles eran las intenciones del hombre. ¿Acaso buscaba algún tipo información?
"Quieres conocer al capitán?" La azabache preguntó con su usual tono neutral. "No es una buena idea, el capitán no tiene tolerancia con los idiotas."
"Suenas algo insolente, niña." Por primera vez Mikasa vio su semblante arrugarse un poco.
"He escuchado eso antes." No se intimidó. "Porque preguntas por el capitán?" Era su turno de saber por qué de repente estaba interesado en su superior.
"Tengo curiosidad, no parece que los aprecie mucho, no debería enviarlos solos aquí, no es seguro." Relajó su rostro.
"Descuida, Sabemos cuidarnos solos."
"No lo dudo, cariño," Sonrió nuevamente, la joven azabache le atraía cada vez más. "Cuál es tu nombre?" Preguntó con real interés.
"Que te importa." Mikasa respondió con acidez, el tipo le resultaba bastante desagradable.
Owen soltó una carcajada. "Vaya que eres ruda, no sabes cuanto me gustan las chicas rudas, porque no vienes aquí, quiero verte de cerca."
"Seguro, me acercaré y te cortaré la garganta." Apretó las manillas de sus cuchillas.
"Mikasa!" Connie, la llamó. "Aún tienen a Sasha."
La pelinegra inspiró con fastidio. Todo lo que quería era bórrale esa estúpida sonrisa de la cara. Vio a la mujer apretar el arma, por lo visto su respuesta no le agrado, cosa que le importaba una mierda.
"Tú eres Mikasa ackerman? ¿La soldado elite de exploración?" Owen volvió a sonreír. cuando tenían un objetivo en la mira procuraban obtener toda la información posible, eran muchos los que mencionaban a los más fuertes de la legión de reconocimiento. Aunque no esperaba que la chica fuera tan joven y mucho menos tan atrevida.
"Interesante...Había excuchado de tí, te imaginaba diferente, me parece que serás difícil de olvidar."
La azabache no respondió, no le interesaba, solo pensaba la manera de tomar la ventaja para salir de este lío en el que estaban. Si no tuvieran a Sasha como rehén todo sería diferente.
"Bien, hagamos un trato Mikasa," Dijo su nombre como si fueran amigos, eso la molestó. "Soltaré a tu amiga, si tomas su lugar. ¿Qué dices?"
Owen soltó las palabras observando la reacción de la chica. La azabache permaneció impasible algo que lo sorprendió. Definitivamente, tener a esa mujer sería más interesante que retener a la castaña que tenían en su poder.
"No lo hagas, Mikasa," Sasha gritó.
"Cállate," Jonh tiró con fuerza de su brazo lastimado haciendo que la castaña se quejara de dolor.
Cuando el tipo la atrapó, la chica recordó que escondía un cuchillo en su bota y lo sacó para defenderse, pero mientras forcejaban logró desarmarla y herirla con su propia arma, le dolía, pero lo soportaba.
Connie apretó los dientes con enojo, iba a matar al idiota en cuanto tuviera la oportunidad. El joven analizó con desaprobación la escena, que Mikasa se entregara era definitivamente una mala idea. La chica no podía aceptar un trato como ese, debía haber otra manera para rescatar a Sasha.
"No es una buena idea, Mikasa." Susurró a su amiga, la pelinegra era la mejor oportunidad que tenían para salir de ahí con vida, si aceptaba, estarían perdidos.
Mikasa miró al chico de reojo, para nada estaba pensando en aceptar ese estúpido trato. Le preocupaba Sasha, pero estaría en mayor peligro si lo hiciera, sin mencionar que el capitán Levi la mataría si cometiera esa estupidez.
De los tres, era la más fuerte, si luchaban tenían posibilidades de salir con vida, rendirse no era una opción. Sacaría a sus compañeros de allí aun si eso le costaba su propia vida.
"Olvidalo, no me agradan ninguno de ustedes."
"Pensé que querías salvar a tu amiga."
"Eso quiero, pero no soy estúpida para confiar en ti. ¿Qué me asegura que la dejarás ir?"
"Soy un hombre de palabra."
"Seguro que sí." Contestó con sorna, "De igual modo, no me interesa tu estúpido trato."
"!Vaya! me siento un poco decepcionado, aunque debo admitir que yo haría lo mismo, es bueno ser precavido." Permaneció en silencio unos segundos como si la analizara. "Eres muy valiente, niña. ¿Son todas las soldados así, o solo eres tú?" Preguntó.
"Haces muchas preguntas y aún no has dicho nada que nos interese. Di que cosa quieres de una maldita vez." Su tono de voz comenzaba a mostrar su irritación.
"Veo que también eres impaciente." Sonrió. "Está bien de cualquier modo no tenemos mucho tiempo."
Owen hizo una pausa aumentando la tensión. Mikasa tuvo que recurrir a todo su autocontrol para no perder la cabeza con el idiota.
"Parecen buenos soldados," Comenzó tomando una posición más relajada mientras sacaba un cuchillo de su cinturón. "Realmente me gustaría saber que tan leales son a sus comandantes?"
"Que?" Connie estrechó aún más las cejas en la confusión.
Mikasa no dijo nada, simplemente lo miraba estoica.
"Voy a matar a sus comandantes, a su capitán y a todo el que este de su lado, solo les estoy avisando." Continuó, llamando la atención de los soldados.
"Porque?" Connie preguntó apretando el arma.
"Son solo negocios, aunque tengo un asunto pendiente con uno de sus superiores, eso si es personal. ¿Así que les preguntaré de nuevo, son leales a sus comandantes o prefieren tener una mejor opción? Deben pensar con cuidado de que lado quieren estar, Además….
"Oye," Mikasa lo cortó, su paciencia se había agotado con este tipo. "Deja de balbucear estupideces."
"Esta chica, como te atreves…" Jonh comenzó furioso, pero Owen levantó la mano para que se callara.
"¿Qué mierda pasa contigo, Owen? ¿Por qué dejas que esta chica te hable de esa manera?" La mujer elevó la voz con enojo.
"Ten cuidado como te diriges a mí, Angie." La miró seriamente.
"La insolente es esta chica, sin embargo no haces nada."
"No te entrometas, yo me ocuparé de esto."
"Como quieras, todo esto es una mierda." La castaña refunfuño entre dientes.
Owen estrechó las cejas hacía la azabache. Mikasa no se inmutó, si el hombre pensaba que podía intimidarla estaba muy equivocado.
"Aún no logro decidir si tu tono insolente me molesta o me gusta." Dijo con seriedad.
Mikasa ignoró sus palabras y continuó. "No eres el primero y dudo mucho que seas el último en amenazar a nuestros superiores. Nosotros somos soldados del cuerpo de exploración, no cambiamos de bando, así que no te esfuerces en querer convérsenos en lo que sea que tengas en mente, no funcionara."
"Eso es así?" Bufó "Estoy seguro de que no todos piensan lo mismo?"
"Lo hacemos." Connie respondió rápidamente. "Esto que haces no servirá de nada."
"Somos leales a los comandantes." Sasha agregó.
"Eso no es bueno," Owen inspiró fingiendo decepción. "Sin embargo me agradaron, sobre todo tú." Le dedicó a Mikasa una sonrisa descarada. "Dejaré que lo piensen con calma."
La azabache iba a decirle que se fuera a la mierda, cuando de repente un joven salió de entre los árboles acercándose a él, era casi un niño, delgado y desnutrido. Desde donde estaba Mikasa pudo notar algunas cicatrices en su rostro afirmando que su vida no debió haber sido fácil.
Owen se inclinó mientras el chico susurraba algo en su oído. Lo vio arrugar el ceño inspirando con pesadez.
"Vaya! Parece que se acabó nuestro tiempo." Dijo resignado. "Pero ya nos volveremos a ver, espero hayan cambiado de opinión para entonces."
Connie se tensó. ¿Qué pasaría ahora? Sintió a Mikasa moverse inquieta, no había manera de que los dejaran llevarse a Sasha, afortunadamente esa no parecía ser su intención.
"Jonh, deja ir a la chica." Ordenó al rubio.
"Pero, Owen, no creo que..….
"Ahora, "dijo alzando la voz.
El rubio arrugó el ceño y soltó a la joven de mala gana. Sasha cayó al suelo sosteniendo su brazo lastimado.
"Deberíamos retenerla, Owen, sería una ventaja." La mujer sugirió.
"No, nos vamos ahora, no quiero escuchar una palabra más."
"Lo que digas." Angie se alejó mostrando su irritación.
"Solo es una muestra de mi buena voluntad, la proxima vez no seré tan compasivo." El castaño le dio una última sonrisa y se adentró en el bosque junto a los demás.
Mikasa no se movió, solo los vio alejarse. No los iban a perseguir, su objetivo era rescatar a Sasha. Connie corrió hacía ella preocupado por su estado.
"Estás bien, Sasha?" Preguntó mientras la ayudaba a levantarse.
"Mi brazo, me duele." La chica se quejó.
Mikasa rápidamente estaba a su lado. "Debemos volver con los otros." Ahora que Sasha estaba a salvo, debía asegurarse que los demás también lo estuvieran.
La azabache levantó la vista cuando escuchó el relinche de un caballo. Sus sentidos se alertaron al instante, sin embargo el alivio que sintió al ver a su capitán fue indescriptible. Por supuesto, los rebeldes debieron haberlo visto venir y se retiraron. La fama y la fuerza del capitán era una leyenda.
"Oi," Levi se bajó del caballo y se acercó a ellos. "Todos están bien?"
"Sasha está herida," Connie contestó, también estaba aliviado ante la llegada de su superior..
Levi examinó el estado de su subordinada, no estaba mejor que los otros.
"A donde fueron esos bastardos?" Miró alrededor, juraba que si encontraba alguno de ellos, no sabría hasta donde podría llegar, por su culpa tenía a muchos soldados heridos. Iba a ajustar cuentas con esos idiotas.
"De repente se retiraron, no creo que sea la última vez que los veamos." El chico contestó mientras sostenía a su amiga.
El azabache asintió, también lo creía. "Bien, regresemos ahora." Levi se dio la vuelta acercándose a su caballo.
"Que pasó con los demás?" Mikasa preguntó, sentía la culpa y la preocupación arañando sus entrañas.
"Van rumbo al castillo." El capitán contestó con voz seca. Tomó las riendas de su caballo y se las entregó a Connie. El chico subió y le tendió el brazo a Sasha para ayudarla a subir, una vez que se aseguró que estuviera bien sujeta, golpeó al caballo que salió galopando a toda prisa.
"Están heridos?" La joven indagó una vez que los chicos se alejaron.
Levi pudo distinguir el tono de preocupación en su voz. Era raro en Mikasa, casi nunca mostraba lo que sentía al igual que él.
"Algunos, Ackerman, pero estarán bien."
Mikasa asintió. Miró unos segundos por donde habían desaparecido los bandidos, pensó que las cosas pudieron haber salido muy mal, por suerte no fue así, sin embargo se sentía responsable de lo sucedido.
Cuando se dio la vuelta, Levi la miraba fijamente mientras estrechaba las cejas.
"Que sucede?" Preguntó curiosa.
El pelinegro se acercó a ella, tomando su rostro con su mano derecha. Ladeó su cabeza observando con disgusto las manchas de sangre seca en su rostro.
Mikasa sintió que el calor le subía por las mejillas ante su toque. Levi tenía una delgada línea en sus labios. Su rostro no mostraba nada, pero por alguna razón la hizo sentir nerviosa.
"No es mía," dijo evadiendo su mirada.
El capitán inspiró pesadamente dejando caer su mano, se dio la vuelta y comenzó a ajustar su equipo.
"Como es que está aquí?" Mikasa se acercó. La presencia del azabache la sorprendió, no lo esperaba.
"Xavier avisó que los habían atacado." Contestó sin mirarla.
"Pero él había ido con Wider a buscar a …. sus amigos." Mikasa no pretendía meter a nadie en problemas, pero era su deber reportarlo.
Si el chico había ido por ayuda, supuso que ellos también fueron atacados. Fue bueno, no sabía como hubieran terminado todo si el capitán no hubiese llegado.
Levi se dio la vuelta para mirarla. Sabía que Mikasa no ocultaría ningún suceso ocurrido durante el recorrido, pero no se veía muy cómoda al dejar al descubierto a sus compañeros.
"Ya estoy enterado de que se separaron del grupo, Ackerman, lo sucedido también es su maldita responsabilidad. Voy a darles una lección que no olvidarán."
Mikasa no dijo nada, no tenía como defenderlos. De hecho el capitán tenía razón, si no hubieran estado esperando por ellos, tal vez no habrían sido emboscados fácilmente, o al menos hubiesen estado todos juntos y tener una mejor defensa.
"Lamento que haya tenido que venir hasta aquí, debí proteger mejor al grupo."
"No lo lamentes, Ackerman, no me molesta venir por mis soldados cuando lo necesitan, lo que si me molesta son las circunstancias, ya verán esos idiotas cuando lo tenga en frente."
Mikasa lo miró detenidamente. El capitán la intrigaba mucho, podía ser muy demandante, y muchas veces irritante, porque su carácter de mierda era conocido por todos, pero siempre llegaba cuando lo necesitaban, nunca los abandonaba, realmente se preocupaba por ellos. Ese hombre llamado Owen estaba equivocado, realmente no conocía a su superior.
"Vamos," Levi dijo evitando su mirada insistente. Entendía lo que estaba sintiendo Mikasa. Ellos eran Ackermans, su primer instinto era proteger a los que les importaban, no poder hacerlo los jodía demasiado.
Los azabaches impulsaron sus equipos de maniobras para regresar al castillo. Saber que sus compañeros estaban a salvo dejada a la azabache más tranquila, pero aun así pensaba que pudo hacer algo más para protegerlos.
Desafortunadamente mientras el grupo se dirigía al castillo fueron interceptados por Theo y su grupo, para liberar a Donney y a los otros. Max y los soldados no pudieron hacer nada para evitarlo, ya que les apuntaban con sus armas y no necesitaban a más soldados heridos. Afortunadamente para ellos los hombres no intentaron nada más y desaparecieron en el bosque.
Sabían que los comandantes estarían enojados por perder a los prisioneros, pero también sabían que lo más importante era la seguridad de los soldados.
Gracias a todos los que se toman un momento para comentar, me gusta saber lo que piensan. También gracias a los que siguen esta historia.
