Hola nuevamente! Me he visto con algo de tiempo y he decidido subir este capitulo!

Espero les guste!


Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko-sensei.


Advertencias: Ninguna.


Shock


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Ranma había decidido no avisar de su regreso y darle una pequeña sorpresa a su madre. Seria mentira para Ranma si dijera que no se sentía nervioso al volver, estaba sentado en el tren camino a Nerima mientras movía sus manos inquieto, estaba ansioso de ver a todos y comentarles su decisión. Se inscribiría en la universidad para aprovechar la beca, estudiaría acondicionamiento físico y artes marciales y luego se haría cargo del dojo que Akane tanto amo. Pondría el dojo en el lugar más alto del país, se dedicaría a participar en torneos mientras esté estudiando para ir ganando fama y poder hacerse conocido, así cuando abriera el dojo la gente no dudaría en inscribirse. Sabía que su madre estaría feliz con su decisión, pero tendría que aceptar que Ranma se fuera para Tokio y se alejara de ella nuevamente.

El tren se detuvo y fue el momento de bajar, tomo su mochila y la coloco en su espalda para descender del vagón. La gente estaba aglomerada haciendo grandes filas para comprar boletos, otro tumulto de personas esperaban a que sus conocidos bajaran para reencontrarse, cuando vio a una familia abrasarse pensó que hubiera sido mejor avisar a su madre.

Tenía decidido pasar primero por el cementerio, mañana era el aniversario de muerte de Akane y quería visitarla completamente solo para poder contarle todo lo que había pasado y lo que tenía decidido hacer, y con su familia presente se sentiría más presionado e intimidado.

Camino despacio, eran pasadas las 7 de la tarde y había poca gente en la calle. Para llegar a cementerio debía pasar por fuera de la escuela obligadamente, era un pueblo pequeño y todo estaba conectado. Miro con cuidado la pared de la escuela, había un pequeño altar con corazones y fotos de Akane, una pequeña figura religiosa dentro de un pequeño santuario blanco lleno de velas. Lo más probable es que sus amigas y compañeros lo hubiera hecho para recordarla, Akane siempre fue muy quería por todos y su muerte fue una gran pérdida.

Llego al cementerio y busco la tumba de Akane, por lo que sabía estaba a un lado de la tumba de su madre así que sabría como llegar. Mientras más se acercaba más lento caminaba, estaba asustado y temía su reacción al ver la tumba de Akane. Suspiro y apretó los tirantes de su mochila de viaje, debía ser fuerte y enfrentar este miedo, debía seguir adelante por la memoria de Akane y ser un hombre digno para que en su otra vida lograran encontrarse. Camino unos 5 minutos y llego a su destino, estaba en frente de la tumba de Akane. La frese escrita en esta lo hizo temblar; Siempre serás la luz que iluminara nuestro camino. No podían ser palabras más acertadas para describir lo que fue y es Akane en su vida, una luz.

Se quito la mochila y se arrodillo con cuidado en frente de la tumba, no había traído ningún ramo de flores ni regalo para dejarle por lo apresurado de su viaje, pero tendría toda una vida para llenarla de regalos y recuerdos.

- Hola…- Saludo mientras movía su mano en gesto infantil y tímido. – Se que tarde pero ya estoy aquí. Lamento haberte hecho esperar. – Se disculpo mientras intentaba arreglar los peluches que estaban alrededor, sonrió cuando encontró un peluche en forma de un cerdo negro. – Estúpido Ryoga, mira que regalarte algo así. – Se rio mientras lo tomaba en sus manos y le daba un suave coscorrón. – No había podido venir antes porque era un poco difícil… no es que ahora no lo sea. – se interrumpió a sí mismo y suspiro. – Es difícil estar aquí pero seria más difícil alargando el tiempo. Me ha costado aceptar que ya no estarás físicamente, porque aunque no estés siempre te siento junto a mí. – Guardo silencio un momento, sin saber bien que decir. Suspiro un par de veces y sonrió. – Hey! Me han dado una beca en la universidad de Tokio, así que me iré a estudiar ahí el próximo año. También daré clases en el dojo cuando me titule o durante las vacaciones, aun no lo tengo claro. También estaba pensando en cambiar el nombre del dojo, estaba pensando en Dojo Tendo Akane o algo así, pero aun tengo que hablarlo con tu padre. – Se sentó de piernas cruzadas y bajo la cabeza mientras apretaba los ojos, no quería echarse a llorar como un niño. Tomo aire fuertemente y volvió a suspirar. - ¿Adivina donde estuve? – Pregunto al aire sonriendo emocionado. – Estuve en Hokkaido, en un templo lleno de monjes y sacerdotes. ¿Recuerdas cuando queríamos ir de vacaciones allí? No te hubiera gustado, incluso en verano hace frio y tu no lo toleras muy bien, eres muy friolenta. – Se rio unos segundos y volvió a bajar la vista.- Hay tantos lugares que deseo que conozcas, tantas cosas que quiero que vivas y tantas cosas que deseo vivir contigo…- Apretó los puños cuando se dio cuenta de que sus ojos se llenaban de lagrimas y movió la cabeza para despejarse. Espero unos minutos en silencio y luego volvió a hablar. - ¿Sabes? Te amo, más que a mi propia vida y lamento dejarte marchar sola pero siento que puedo demostrarte cuanto te amo estando vivo. – Acaricio el nombre de Akane sobre la lapida con cuidado y le sonrió. – Por favor, espérame. Cuando nos encontremos prometo no dejarte ir. – Se levanto con cuidado y se sacudió el polvo, tomo su mochila y se alisto para marcharse. –Volveré mañana y te traeré tus flores preferidas. – Sonrió hacia la tumba y comenzó a caminar hacia la salida.

Había sido incomodo estar ahí contándole cosas a la nada, era del tipo de persona que sentía que era igual hablar cerca de una tumba o en cualquier otro lado, mientras tus sentimientos estén ligados a esa persona tus pensamientos llegaran igual. Pero le había hecho bien, se sentía un poco más tranquilo y cada vez le costaba menos respirar con el dolor. Miro el cielo, se estaba oscureciendo y las farolas de las calles se estaban comenzando a prender. Le daba escalofríos estar aun dentro del cementerio así que apresuro sus pasos para poder salir, pero desde lejos escucho un pequeño chillido agudo y largo. Su piel se erizo, sus piernas se congelaron y ya no pudo moverse, apretó las tiras de su mochila con fuerza mientras intentaba calmar su respiración. El chillido volvió a sonar esta vez más cerca y recorrió el lugar con la mirada, todo estaba oscuro, solo se veían las lapidas y las sombras de los arboles, el cielo ya estaba casi completamete oscuro y solo se veían pequeñas nubes anaranjadas, la puerta de salida del cementerio estaba iluminada a unos 15 metros pero Ranma era incapaz de moverse. Cerró los ojos por unos segundos y se concentro en caminar mientras trataba de sentir la energía que pertenecía a aquel sonido. ¿Era aquella criatura? Reconocía ese espeluznante ruido de sus pesadillas y al igual que en ellas no podía moverse. Abrió los ojos e intento buscarla pero debido a oscuridad no veía nada, solo la escuchaba chillar y cada vez sentía un olor aun más pesado y fuerte, esa cosa se acervaba.

- Dime qué quieres! – Exigió cuando reunió el valor para hablar, su cuerpo entero estaba temblando y aun le quedaban algunos metros para llegar a la salida del cementerio. - ¿Qué quieres!? – Pregunto dando vueltas en círculos mientras seguía avanzando hacia la puerta lentamente debido al temblor en sus piernas.

- Está comprobando que el trabajo este bien hecho. – Le respondió una voz femenina. – Se regocija al ver tu sufrimiento. – Ranma dio un pequeño brinco cuando escucho aquella voz desde las puertas del cementerio - No soy tu enemiga. – Lo intento tranquilizar mientras caminaba lentamente hacia él. – Al contrario, le estoy dando caza a la criatura que te acecha. Ahora prenderé una luz, no te asustes. – Aviso y un chasquido retumbo en el lugar, una luz totalmente blanca lo obligo a cerrar los ojos. – Toma tu mochila, nos vamos. – Le dijo la voz y sin darle tiempo de responder lo tomo del brazo y lo condujo a las puertas del cementerio.– Tapa tus oídos. –Pidió nuevamente mientras lanzaba aquel tubo de luz dentro del cementerio, cerca de un arbolo y unas pequeñas tumbas. Los chillidos fueron aun peor, tanto que apretó sus oídos con fuerza, temiendo que sus tímpanos explotaran, el lugar se lleno de un hedor a podrido y quemado que quedo en el aire por varios minutos. – Ya esta, puedes abrir los ojos. – Ranma le obedeció, abrió los ojos y quito sus manos de sus oídos aun sintiendo un pequeño pitido. Busco con la mirada a aquella extraña persona y se sorprendió cuando la encontró. No tenía más de 16 años, era una joven de largos cabellos negros amarrados en una trenza que caía por uno de sus hombros, llevaba unos googles totalmente negros que le impedían ver sus ojos, cargaba una mochila pequeña en su espalda y en sus piernas llevaba un par de cuchillas, su ropa eran unos pantalones cortos y una polera, ambos negros, botas altas y guantes. Era bastante baja y delgada.

- ¿Quién eres? – Le pregunto Ranma aun mirándola. Ella subió sus googles mostrando sus ojos cafés y su pequeña nariz rodeada de pecas.

- Mi nombre es Yuki, soy un tipo de cazadora o algo así. – Le sonrió la joven estirando una de sus manos enguantadas para saludarlo, Ranma tomo sus manos aun sorprendido. – Aquella criatura es un habitante de la oscuridad, se alimenta de malos sentimientos y lugares oscuros. – Le explico sabiendo lo que estaba a punto de preguntar.

- ¿Por qué..? – Intento preguntar mientras veía que ella sacada otro tubo de luz de su mochila y lo guardaba en un bolsillo de su pantalón, en su pierna derecha.

- Si quieres saber más, sígueme. – Dijo Yuki mientras comenzaba a caminar alejándose del cementerio, Ranma la siguió antes de perderla de vista. – Los habitantes de la oscuridad son criaturas de otro mundo, antiguamente ellos viajaban entre mundos y dimensiones y destruían todo. – Le conto la joven cuando Ranma empezó a caminar al lado de ella. – Hasta que un mundo logro vencer.

- ¿Otro mundo? ¿Es..es en serio? – Pregunto deteniéndose. Akane había sido asesinada por algo de ¿Otro mundo? ¿Era una mala broma? - ¿Qué tiene que ver Akane con todo esto? ¿Por qué esa cosa mato a Akane? – Pregunto apretando los dientes frustrado, no entendía nada.

- Akane era un ser de luz. – Le respondió ella volteándose para mirarlo. – Las personas que lograron vencer tenían una característica en común, eran seres de luz.

- ¿Seres de luz? – Se tomo la cabeza con molestia al seguir sin entender las cosas. ¿Qué tenía que ver Akane en todo esto?

- Las personas normales poseen un chakra que corre hacia la derecha. – Le explico Yuki volviendo a caminar esta vez volviendo a tomar el brazo de Ranma, obligándolo a caminar a su lado. – Pero hay personas que tenemos un chacra invertido, ósea nuestro chakra corre hacia la izquierda, eso provoca que el chakra sea luminoso y se encienda dentro de su red. Akane poseía un Chakra de luz.

- Sigo sin entender. – Gruño Ranma tratando de soltarse, pero el agarre era muy fuerte.

- Presta atención, lo explicare una vez más. – Suspiro Yuki mientras soltaba a Ranma y lo miraba atentamente. – No hables hasta que termine. – Le pidió cuando lo vio abrir la boca para reclamar. – Los habitantes de la oscuridad fueron derrotados por un mundo donde en su mayoría habían seres de luz o de chakra invertido, como quieras llamarlos. Al verse derrotados decidieron huir y ahora se preparan para seguir consumiendo mundos y dimensiones, por lo que han ido viajando para destruir a aquellas personas capaces de derrotarlos, como sabes la luz siempre vence a la oscuridad. Yo provengo de aquel mundo que venció, y al enterarnos de sus planes tomamos la decisión de ir cazándolos para evitar que otros mundos y sus dimensiones fueran consumidas. Por eso estoy aquí, sabemos que hay un par de ellos cazando a los seres de luz en este mundo. – Miro a Ranma que había empezado a hiperventilar por la cantidad de información. En verdad no era su culpa, Akane no había muerto por alguien que buscaba venganza hacia él.

- Ella no…ella no murió por mi culpa…- Susurro Ranma suspirando de alivio, el no saber el verdadero motivo de la muerte de Akane lo había atormentado todo este tiempo.

- Claro que no. – Le contesto Yuki sonriéndole con ternura. – Ahora. –Siguió diciendo mientras miraba de forma seria. – Se que eres fuerte, te he estado observando así que te ofrezco la oportunidad de unirte a nosotros para acabar con los habitantes de la oscuridad.

- ¿Unirme a ustedes? – Pregunto Ranma extrañado. ¿Qué podía hacer ahora? Él ya había decidido lo que iba a hacer pero ahora le deban la opción de destruir a aquella criatura que le arrebato a su prometida. No por venganza, no quería hacerlo por venganza, lo haría para evitar que más personas murieran de la misma forma que Akane. ¿Podría hacerlo? ¿Akane lo querría así? Ella sin dudas evitaría más muertes.

- Sé que es repentino y prometo explicar las cosas con más calma, pero ya tenemos que irnos. – Dijo Yuki moviéndose con impaciencia. – No saben que me salí a escondidas para buscarte y mientras menos me demore es mejor.

- Acepto. – Le respondió Ranma convencido, su rostro mostraba seguridad y estaba listo para seguir a la joven.

- Genial! – Exclamo ella feliz. Saco de su bolsillo una pequeña bola de cristal y la lanzo al suelo con fuerza haciendo que esta se rompa en pedazos y una especie de portal de colores rosáceos y verdes comenzara a abrirse. – Hay que entrar, solo dura unos segundos. – Dijo mientras tomaba el brazo de Ranma y ambos traspasaban el portal antes de que este cerrara. Sintió su cuerpo ser consumido pro una fuerza invisible, como la gravedad y luego ser expulsado de forma abrupta, haciendo caer de cara al ¿Césped? – Ranma, bienvenido a Saturno. – Dijo una vez traspasaron el portal y este se cerró a sus espaldas.

Ranma intento levantarse del pasto pero debido al mareo y las nauseas solo logro sentarse en el lugar para poder ver en donde estaban. El lugar era una maravilla, campos verdes se expandían en cada rincón que sus ojos alcanzaban a ver y un hermoso lago estaba en el centro rodeado de pequeñas cabañas altas y bajas. Varias personas se movían por todos lados, se notaba un lugar tranquilo con gente alegre y vivaz. Ellos habían aparecido en una colina donde a su espalda se encontraba un tipo de comedor y sala común, ahí había gente comiendo y hablando alegremente entre ellos, sus ropas eran coloridas y de distinta variedad. El comedor estaba rodeado de grandes y altos arboles dando una fresca sombra del enorme sol que se veía en el cielo. Era un lugar hermoso y tranquilo.

- ¿Saturno? – Pregunto Ranma aun mareado luego de pasar por el portal, dejo de observar el lugar e intento volver a ponerse de pie pero cayó al suelo nuevamente.

- Si, es un mundo ficticio. – Contesto Yuki mientras saludaba con la mano a un grupo de personas ahí cerca. – Está protegido por anillos de luces, por eso el nombre. – Vio que Ranma estaba a punto de vomitar y sonrió divertida. – Te acostumbraras con el tiempo, ahora te llevare a tu cabaña, levántate. – Tomo nuevamente el brazo de Ranma y lo guio para bajar de la colina, él gruño cuando escucho la risilla de Yuki al ver su rostro completamente verde y estar casi arrastrándose en el piso por los fuertes jalones en su brazo.

- ¿Podemos ir más lento? – Pregunto Ranma aguantando las nauseas.

- Mientras más rápido caminemos, mas rápido podrás llegar al baño. – Se burlo la joven apresurando el paso para evitar que Ranma vomitara en el camino. Llegaron a la zona de las cabañas que estaban alrededor del lago, eran alrededor de unas 60 o 70 cabañas entre grandes y pequeñas y de llamativos y distintos colores. Yuki guio a Ranma a una cabaña alta que estaba sobre unos largos pilares, era de color blanca con detalles rojos, su escalera era de madera y desde el pasamano colgaban plantas enredaderas dándole un toque armonioso. – Esta será tu cabaña, la 12. – Indico la joven dejándolo a los pies de las escaleras. – Sube, date un baño y alguien vendrá a buscarte para explicarte el funcionamiento de Saturno. – Se despidió de Ranma y se fue caminando alegremente.

Ranma se recargo en el pasamanos y tomo aire para evitar que las nauseas volvieran a atacar. ¿Qué acababa de pasar? ¿En verdad esto estaba pasando? Subió con cuidado la escalera en espiral y llego a la pequeña terraza que tenia, había unos sillones y una mesa de té junto a unas grandes plantas en maceteros de diferentes colores, entro a la cabaña y dejo su mochila a un lado de la puerta. La cabaña tenía un living más grande de lo que hubiera creído, un sillón de 3 cuerpos y 2 sillones individuales estaban en frente de un televisor mediano, una cocina con corte americano y el comedor conectado con el living, en frente de la entrada había un pasillo que tenia 3 puertas. Todo era armonioso, colores madera claro adornaban el lugar, piso de madera casi blanca, paredes pintadas de un café claro y con plantas colgando. Se acerco para descubrir donde estaba en baño, las 2 primeras puertas que estaban una en frente de la otra eran habitaciones, una más grande que la otra, la puerta del final del pasillo era un sencillo baño, una taza, una tina mediana y el lava manos. En realidad la cabaña era más grande de lo que se veía, y eso que era una de las cabañas que había visto como pequeñas.

Tomo su mochila y saco algo de ropa para poder darse un baño, aun se sentía mareado pero ya no tenía nauseas. Camino al baño pensando en todo lo que había pasado y en cómo habían sucedidos las cosas. Él había tomado la decisión de estudiar, de hacerse cargo del dojo y se vivir tranquilo. ¿Cómo fue que termino ahí? Todo paso en cuestión de minutos, quizás debió pensarlo más. Ni si quiera fue capaz de ver a su madre y explicarle, tal vez luego hable con Yuki y le pida volver y hacerlo.

Cerró los ojos cuando el agua tibia callo por su rostro, la manguera estaba en lo alto así que se daría una rápida ducha. Aun no podía creer que acababa de unirse a una especie de tropa de cazadores, de que su prometida era un ser de luz y que por ese motivo fue asesinada. Tenía tantas dudas que no sabía que iba a preguntar primero. Ocupo los artículos de higiene que estaban allí, todo estaba sellado, como si lo estuvieran esperando. Yuki había dicho que lo había estado observando, tal vez ya tenía pensado en buscarlo desde antes. Salió del baño vestido solo con su pantalón mientras secaba su cabello con una toalla pequeña. Dio un pequeño salto cuando vio a Akane sentada en uno de los banquillos que estaban frente al mesón de la cocina americana, el no verla hace mucho lo tomo por sorpresa, se había acostumbrado a ya no verla.

- Pensé que no te vería más. – Hablo mientras seguía secándose el cabello. – Incluso pensé que visitando tu tumba esto acabaría, que podrías descansar en paz. – Entro a la habitación más grande y se sentó a los pies de la cama. Akane lo siguió en silencio y se detuvo frente a la ventana de la habitación, mirándolo.

- Lo siento…- Susurro Akane con los ojos llenos de lágrimas.

- Tú no estás aquí…-susurro Ranma tomando su cabeza entre sus manos y lanzando la toalla al piso. – Hare esto por ti…pero no me atormentes. – Pidió mirándola, se veía tan real como antes, incluso podía sentir su delicioso aroma a jazmín.

- Lo siento Ranma…- Se volvió a disculpar Akane mientras se acercaba.

- Nada de esto es tu culpa. – Dijo Ranma levantándose y caminando hacia la ventana, pasando a un lado de ella, rozando su hombro. Se detuvo por completo y el aire quedo atrapado en sus pulmones, se volteo para mirarla y ella le devolvió la mirada con sus mejillas llenas de lagrimas.

- Yo te puedo explicar Ranma.- Le dijo Akane cuando vio la cara de espanto que Ranma puso, intento acercarse pero él negó fuertemente con la cabeza y retrocedió hasta que su espalda choco con la ventana cerrada de la habitación.

- No..nonono…- Repetía Ranma mirándola. ¿Se había vuelto loco? ¿En verdad la sintió cuando paso a un lado de ella? – Tu estas muerta, recién estuve en tu tumba…- Susurro mientras la apuntaba con su dedo, temblaba entero y sentía que en cualquier momento se desmayaría.

- Escúchame…-Pidió Akane alzando ambas manos para poder tocarlo pero él de un manotazo la alejo. – Ranma por favor, puedo explicarte.

- Tú estás muerta…tú estás muerta…tú estás muerta.- Repetía Ranma mientras se paseaba de un extremo a otro, quería huir de la habitación pero esa Akane estaba justo en medio.

- Tranquilízate, Ranma. – Pidió preocupada al verlo totalmente pálido y a punto de desmayarse. Se acerco nuevamente a él y esta vez lo tomo firmemente del rostro con ambas manos, obligándolo a mirarla. – Necesito que me escuches. – Pidió suplicante. Ranma al sentir las manos de su prometida en su rostro, abrió aun mas los ojos y boqueo un par de veces, sintió las piernas débiles y se dejo caer al suelo mientras lanzaba un grito y sus mejillas se llenaban de lagrimas.

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Es un capitulo algo enredado, lo se, pero en los siguientes capítulos se ira explicando todo con mas detalle.

Espero lo disfrutaran! Ahora me demorare un poco mas en actualizar el siguiente capitulo, mi universidad me esta llenando de trabajos y todos tienen fechas cercanas :c

sofito2811: Muchas gracias por leer y comentar! Me alegra mucho saber que mis sentimientos son transmitidos a ustedes, Ranma necesitaba soltar y naturalizar su amor por akane, debia dejar de creer que era algo malo.

Alexandraaa417:Muchas gracias por leer y comentar! Pues si, tendrá un pequeño giro xD

Benani0125:Muchas gracias por leer y comentar! Ranma necesitaba calmar su furia, sentirse bien con su dolor y mantenerse firme con su vida. Ahora hay que ver como reacciona con esto :s

kariiim:Muchas gracias por leer y comentar! Siento que estoy haciendo mucho sufrir a Ranma, quizás me odien por lastimarlo tanto y no dejarlo en paz xD

Anelir:Muchas gracias por leer y comentar! Si! Ranma siempre fue muy inseguro, en el manga varias veces intento hacer o decir algo pero la presion de la familia terminaba arruinando todo.

JA Guerrero:Muchas gracias por leer y comentar! Si, me costo un poco hacerlo pero siento que es ley de la vida que deba reponerse.

Paola Andrea1:Muchas gracias por leer y comentar! Espero te gustara el nuevo capitulo!

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Fuera!