Capitulo 6: El octavo Master parte 2

05/04/2021


"Mierda, ¿por qué tardarán tanto?"

Era lo que la rubia se había estado preguntando con irritación al margen de lo que estaba ocurriendo dentro de la iglesia. Había estado esperando afuera de la iglesia, tal como se lo pidió su descerebrado Master hasta que ellos salieran, pero por alguna misteriosa razón, se estaban tomando su tiempo allí dentro como si estuvieran entreteniendos en algún tipo de fiesta a la que ella no había sido invitada.

Habían pasado no sabía cuánto tiempo desde que entraron ahí dentro y no había indicios de que salieran para gran irritación de Mordred, quien lo único que podía hacer era quedarse ahí parada, su espalda apoyada sobre una pared con los brazos cruzados y dando pequeños pisotasos en el suelo con impaciencia.

'¿Qué estarán haciendo allí adentro?' Se preguntó como su malestar crecía.

A su lado, Kon, el Alma modificada dentro de un león de peluche, estaba igualmente impaciente por la tardanza del adolescente allí adentro. Tenía los brazos cruzados y tenía el ceño fruncido. Le había dicho al idiota de Ichigo que no pasara mucho tiempo allí, y ahora se estaba haciendo evidente que iban a estar allí por un tiempo.

Además, como Mordred, estaba demasiado molesto por no poder entrar a la iglesia para acompañarlos. La razón de esto, no crear conmoción al ver solo un animal de peluche que habla.

¡Y una mierda!

Odiaba ser tratado tan a la ligera y ser subestimado por su apariencia estúpida. Si tan solo Strawberry no lo hubiera condenado a estar en este maldito cuerpo lleno de algodón, estaría seguro de que podría hacer cosas increíbles debido a sus habilidades de Alma Modificada y seguramente todos lo admirarían y respetarían. ¡Pero no!

'Juro que tan pronto como ese idiota regrese, voy a golpearle toda la cara por tardar tanto.'

A pesar de toda su ira y frustración, el Alma Modificada no pudo evitar preguntarse qué estaban haciendo exactamente allí adentro. Todo lo que había entendido era que tenían que ir allí para pedir una explicación de lo que estaba sucediendo y encontrar la manera de regresar a su mundo. El dueño de ese extraño edificio (Kon no sabe muy bien qué es una iglesia) les había pedido a los adolescentes y al tendedero que entraran sin hacer preguntas mientras él y la rubia marimacho se quedaban aquí como si nada.

"¡Ya tuve suficiente de esperar! Averiguaré qué están haciendo esos idiotas allí." Exclamó Kon, habiendo tenido suficiente de esperar y decidió echar un vistazo.

El pequeño león de peluche comenzó a correr hacia el lado izquierdo del edificio y dobló una esquina para ver un par de largas ventanas rectangulares hechas de vidrio en la pared. Kon sonrió al ver que podía ver el interior, pero el problema era que estaban demasiado altos para él. Una vez más, maldijo su diminuto cuerpo.

"Oye, tú, ¿qué estás haciendo?" Preguntó la Servant con aparente curiosidad mientras miraba al león de peluche casi a la vuelta de la esquina. Kon se volvió hacia la chica rubia y casi sonrió para sí mismo.

Tenía una idea.

A toda prisa, Kon corrió hacia el caballero rubia y se paró a unos centímetros de sus pies.

"Oye, tengo una idea para ver qué pasa ahí adentro. Necesito tu ayuda." Incitó Kon a la Servant.

Mordred solo podía parecer un poco confundido sin comprender que quería el Alma Modificada.

"Ven, sígueme." Hizo un gesto para sí mismo mientras regresaba al otro lado de la esquina. Mordred seguía luciendo confundida con cierta curiosidad preguntándose qué quería exactamente. La verdad es que no quería jugar con una cosa ridícula y tonta, pero no tenía nada más que hacer además de quedarse ahí esperando con impaciencia el regreso de su Master. De mala gana, la chica rubia decidió seguir al león de peluche.

Justo cuando cruzó la esquina, solo vio a Kon parado a unos metros de distancia mirándola, pero nada más.

"¿Qué quieres de mí?" Preguntó cruzando los brazos.

"¿Te importaría mirar por una de esas ventanas para ver qué están haciendo esos idiotas allí?" Preguntó Kon mientras señalaba una de las ventanas del edificio. "Estoy seguro de que también tienes curiosidad por saber."

Mordred todavía parecía confundido ante la idea, pero obedeció de todos modos, ya que también quería saber qué estaba pasando allí.

Acercándose a la primera ventana que estaba a su lado, asomó la cabeza para ver el interior que, según pensaba, se veía casi todo a oscuras por la falta de iluminación, aunque solo podía ver los bancos, pero ninguna figura humana reconocible. Frunciendo un poco el ceño, se apartó de la primera ventana y caminó hacia la segunda que estaba a unos metros de la primera. En él, apenas podía distinguir algunas figuras cerca de la parte trasera.

"¿Ves algo?" Preguntó Kon junto al pie de Mordred.

"Sí, creo que todavía están hablando con ese anciano." Respondió Mordred sintiéndose un poco frustrada por no escuchar lo que estaban diciendo.

"Oh, entonces déjame subir, yo también quiero verlo."

No hubo respuesta de la rubia mientras seguía mirando por la ventana. Al darse cuenta de que ella lo estaba ignorando, Kon comenzó a quejarse.

"¡Oh, vamos, déjame subir, déjame subir, déjame subir!" Le gritó como un niño a su madre por no comprarle dulces. No hacía falta decir que los gritos del pequeño león de peluche eran demasiado fuertes y escandalosos que hicieron que la rubia perdiera la concentración y gruñera.

"Déjame subir, déjame-

Fue interrumpido cuando la mano del rubio se estrelló contra la cabeza de Kon, agarrándolo y luego tiró de él hacia el alféizar de la ventana.

"¿Mejor así?" Preguntó Mordred molesta esperando que esto haya aliviado las quejas del peluche león. Si no, ella lo patearía directamente a la luna.

"Sí, gracias. Perdón por causar tanto alboroto. A veces soy como un niño." Kon sonrió un poco avergonzado.

La Servant solo dejó escapar un pequeño bufido ya que no quería perder el tiempo con algo tan extraño y estúpido, y asomó para espiar en silencio junto a Kon a los invitados que estaban adentro.


Al margen de afuera, el ambiente interno era tensa entre los residentes quienes aún seguían mirando al elegido octavo Master sobre su decisión de abandonar el conflicto ahora que podía, aunque no significara que volviera a su mundo.

Ishida no sabía que pensar al respecto. Si bien quería que Kurosaki cediera de una vez y entregara sus Sellos de Comando al hombre que iba a ser su oponente en este conflicto, para quedar excluido oficialmente y ahorrarles muchos problemas innecesarios. Pero aun así no solucionaba su problema de como regresar a su mundo y que harán a partir de ahora estando aquí.

Orihime también quería que Kurosaki-kun estuviera a salvo, que no se viera obligado a arriesgarse la vida en un conflicto e incluso tampoco quería que se viera forzado a matar personas como esos magos, si era cierto que no eran tan malos como los Arrancars. Por otro lado, también le preocupaba que le pudiera pasar a Mordred-san una vez que Ichigo entregara sus Sellos de Comando. Según Tokiomi, si un Master entregara sus Sellos de Comando, el Servant desaparecería y regresaría a ese Trono de los Héroes. A pesar de su actitud poco amigable y descarada, Inoue no podía evitar preocuparse por el Servant caballero.

Ichigo aún seguía debatiendo sobre su decisión y aun así no podía llegar a ninguna parte. A pesar de lo fácil que sería tomar su decisión de salir de la guerra sin violencia, aquello no era beneficioso para él y sus amigos involucrados involuntariamente ya que eso no los haría regresar a su casa.

En cambio, Tokiomi miró con algo de pesar al adolescente poniendo cara de frustración por no haber encontrado una respuesta a su decisión. Sabía que, incluso entregando sus Sellos de Comando, eso no solucionaría las cosas respectos a su situación y la de sus amigos aquí. Incluso si decidiera luchar para conseguir el Santo Grial y pedirle que le hiciera regresar a él y sus amigos a su mundo, dudaba de que pudiera ir demasiado lejos puesto que él mismo poseía el Servant más poderoso y podría quitar al adolescente de la guerra, pero tampoco ayudaría demasiado.

No podía creer que el Santo Grial tuviera un lado tan malevolente para involucrar a jóvenes que no sabían su lugar en esta guerra.

"Dime una cosa." El jefe de familia apenas se sorprendió al escuchar repentinamente la voz del adolescente y se fijó en él, quien este último plantó una mirada dura y seria. "Si yo participara en ese ritual y me enfrentara a un mago, y consigo derrotarlo, ¿qué hago? ¿Es necesario matarlo?"

Tokiomi apenas se asombró no por el hecho de que haya decidido participar, sino que le preocupaba matar a otra persona en vez de morir en el intento. Él reconsideró las palabras de su maestro cuando le contó el tipo de persona que era el octavo Master y su vida durante la guerra, y parecía que estaba empezando a tomar forma en el adolescente que iba a ser su oponente.

"En realidad no es necesario que un mago mate a otro mago." Respondió Tokiomi honestamente. "Solo los Servants son los que tienen que enfrentarse a muerte, mientras que los Masters, si bien tienden a actuar como respaldos o solo tiene que quedarse como espectador. Si tu Servant lograra vencer al de tu oponente, no será necesario quitarle la vida, ya que puedes eliminarlo de la guerra entregándote sus Sellos de Comando."

Ichigo recopiló las palabras del mago sin cambiar de expresión y este último prosiguió. "Si tú y yo nos encontráramos alguna vez y nuestros respectivos Servants lucharan, o más bien, si mi Servant venciera al tuyo, no te mataré. Te dejare vivir a cambio de que me entregues tus sellos y luego vayas a refugiarte a esta iglesia durante un tiempo hasta que termine el conflicto y tu vida estará salvada."

"Pero no creo que eso me sirva para regresar, ¿verdad?" Preguntó Ichigo con un tono serio.

"Todavía no estoy seguro de ello." Respondió Tokiomi con la misma neutralidad.

Ninguno en el interior estaba convencidos de lo que iba a ser el ex Sustituto al escuchar esas palabras. La única opción era jugar al juego que se le incumbo y tratar de ganar como sea si aquello era la recompensa para poder regresar y olvidar lo que había sucedido. No sabía si Ichigo iba a aceptar esa carga a pesar de haber vivido situaciones similares cuando fue por primera vez a la Sociedad de Almas y al Hueco Mundo respectivamente en distintas ocasiones, pero esto era diferente y no sabían si será capaz de superarlo especialmente cuando perdió sus poderes de Shinigami.

El silencio que hubo era intenso y solo una palabra fue capaz de cortarlo.

"Wakatta."

Todos se estremecieron cuando escucharon hablar al adolescente peli naranja con un tono bajo, pero mortalmente serio.

"Voy a dejar esto bien claro." Comenzó el adolescente mirando directamente a los 2 hombre de frente. "Yo no tengo el más mínimo interés en esa mierda del Santo Grial, y la verdad es que va a ser un dolor de cabeza luchar contra esos magos, pero tampoco puedo quedarme de brazos cruzados ya que, por mi culpa, mis amigos también se quedaron envueltos en esto a pesar de que no tenían nada que ver, y es por eso por lo que, para compensarlo, luchare en esta guerra quiera o no." Su expresión se agravo un poco mientras miraba a los hombres con confianza, con los ojos ardiendo de determinación. "Incluso si yo no soy un mago, mientras pueda levantarme y pelear, luchare como un Master hasta haber vencido a todos los magos o Servants y haya tenido ese Grial y largarnos de aquí."

Se formo un nuevo silencio en el interior como cada persona asimilaba el pequeño discurso del ex Sustituto. No tenían palabras para describir lo que había dicho incluso con ese tono lleno de convicción y no albergaba dudas en absoluto. Por un segundo Tokiomi pensó que había visto los ojos del adolescente parpadear a un tono azulado claro, aunque lo descartó como un truco ligero cuando volvió a comprobar con más cuidado y vio que eran del mismo tono de color castaño como estaban hace hace un minuto.

Ishida y Inoue también estaban en una pérdida de palabras tras escuchar la increíble resolución de hierro del ex Sustituto, que sin duda habían visto en él en raras ocasiones, lo que había causado celos y admiración en ellos respectivamente.

Junto al chico peli naranja, Urahara no pudo evitar sonreír con orgullo ante esas palabras. Casi había olvidado que la resolución del ex Sustituto era tan inspiradora y poderosa como siempre, era como si sus palabras fueran palpables. Estaba seguro ahora, Ichigo fue capaz de aceptar el desafió que le encomendó tan injustamente el Grial para poner a prueba su valía. Incluso sin sus poderes de Shinigami, estará más que dispuesto para ayudarlo, era un hecho.

Después de un momento de silencio, Tokiomi volvió a hablar.

"Ya veo, así que esta es tu resolución." Habló con un tono que parecía estar complacido por sus palabras. "Así que, a pesar de no tener las cualidades de un mago, ¿aún te arriesgas a luchar contra ellos?" preguntó para ponerlo a prueba, y solo fue respondido por su silencio inmutable. "Admiro tu valor hasta cierto punto."

"Si me lo permites." Interrumpió Kisuke con su sonrisa. "Se me olvido decir que aunque Kurosaki-san haya perdido sus poderes hace algún tiempo y haya renunciado toda idea de guerra para vivir una vida pacifica, su resolución no a cambiado en absoluto y aún goza de ese espíritu de guerrero tenaz. Creo que podrá superarlo."

Tokiomi parecía estar convencido por sus palabras ya que veía que la expresión que daba el chico parecía dar forma a su resolución. Creía que aquello sería una de las razones por lo que el Grial decidió elegirlo como Master.

"Muy bien, si ya has tomado tu decisión, que así sea." Dijo con una sonrisa. "Te deseo mucha suerte."

Ichigo no dijo nada mientras ponía su expresión seria y su habitual ceño fruncido. Al ver que no había respuesta, Kisuke se río nerviosamente.

"Bueno, lo cierto es que no está acostumbrado a hacer ese tipo de reverencia a sus enemigos." Se ajustó el sombrero antes de mirarlos ahora con una expresión seria. "Ahora que Kurosaki-san ha decidido entrar oficialmente en vuestra guerra, yo y estos 2 hemos decidido ayudarlo en lo que podamos por poco que sea. Ahora si no les importa, me gustaría al menos tener algo de información sobre este mundo, ya que aún nos he desconocido, y tampoco sabemos demasiado de los magos ¿comprendéis?"

El sacerdote considero las palabras del tendedero antes de responder. "Muy bien, a partir de mañana te enviare la información necesaria sobre cómo funciona nuestro mundo y sobre la Asociación de Magos, pero no nada más allá de aquello."

"Muy bien, creo que eso nos será suficiente."

"Espera un momento." Dijo de repente Uryū dando un paso hacia los 2 hombres captando su atención. "Me gustaría preguntar algo al respecto."

"¿De qué se trata?" Preguntó Risei queriendo escuchar lo que tenía que decir el joven Quincy.

"Hay algo que me preocupa y que todos deberíamos considerar." Dijo como todos prestaban su atención en él. "Desde que llegamos aquí, nos han dicho que en esta ciudad es donde va a dar inicio el ritual de invocación, ¿no es cierto?" Su expresión se volvió blanca de preocupación a lo que iba a decir a continuación. "Entonces, ¿quieres decir que todo esto va a convertirse en un campo de batalla donde podría involucrarse toda la gente de aquí?"

Los amigos del Quincy tomaron cada nota muy en serio. Casi se les había olvidado. Puesto que el escenario del enfrentamiento por el Santo Grial va a darse en medio de esta ciudad que parecía ser más grande que Karakura y posiblemente más poblada, lo más probable era que un colectivo se vea perjudicado por esto.

Cierto es que en Karakura se ha dado batallas sobrenaturales entre los Shinigamis y hollows que podrían haber ocasionado daños colaterales, pero puesto a que eran entes espirituales, ningún ser humano normal vivo pudo haberlos presenciado o visto como si no existieran, por lo que su existencia se mantuvo en secreto. Los Servants también eran entes espirituales, pero parecía que más allá de eso, su imagen y sus poderes pudieron ser visto por cualquier humano normal, por lo que podía cundir el pánico entre la ciudad si los vieran luchar y causar tanta destrucción, y eso sería un auténtico caos.

"No tenéis porque preocuparos." Respondió Risei con una sonrisa tranquila. "Si bien es cierto que cualquier parte de la ciudad podría convertirse en un campo de batalla, pero preferimos evitar víctimas mortales y que todo se extienda alrededor del mundo. Y es por eso que todo esto esta estrictamente bajo supervisión de la Santa Iglesia, quienes establecimos reglas estrictas de que los combates solo pueden llevarse a cabo por medianoche como hoy cuando toda la gente debería estar dormida. Sobre todo, en sitios menos urbanos donde no hay casas cercas."

Esto parecía tranquilizar al grupo cuando escucharon de que este conflicto entre magos tenía moderación sobre la vida de los civiles.

"Además." Continuó Risei ahora con una expresión seria. "También deberíais saber que la Guerra del Santo Grial es absolutamente desconocida para la población general, es decir todos aquellos que no son magos y que piensen que todo esto es solo fantasía. Por tanto, nadie en Fuyuki que no tenga nada que ver con esto, son completamente ignorantes a lo que está pasando en las noches cuando empiecen los combates, y así debe ser, ¿entendéis?"

"Lo entendemos perfectamente." Respondió Kisuke con su típica sonrisa. "No os preocupéis por nada."

El viejo sacerdote asiente. "¿Necesitáis escuchar algo más?"

"No, de momento hemos escuchado bastante." Respondió Kisuke mientras se ajustaba de nuevo su sombrero. "Creo que será mejor que nos vayamos y busquemos algún apartamento para pasar el tiempo aquí."

El sacerdote asintió estando de acuerdo antes de fijar su mirada en Ichigo

"Veo que has tomado tu decisión, shōnen. Recuerda de que en caso de que pierdas siempre puedes refugiarte aquí hasta que todo esto termine."

Ichigo apenas asintió en respuesta sin decir nada ya que no quería pensar en eso.

"Muy bien chicos, es hora de irse." Indicó Urahara viendo que la conversación aquí a terminado y ya no tenían más motivos para permanecer aquí adentro, por lo que ahora les tocaba marcharse. Ichigo y sus amigos tomaron esta señal para irse finalmente por lo que dieron media vuelta y empezaron a caminar hacia la salida.

"¡Esperad!" La voz de Tokiomi se extendió por todo el interior de la iglesia haciendo que los invitados se detuvieran de repente y voltearan hacia atrás para ver al mago caminando hacia ellos.

"Perdonad si os hago perder el tiempo aquí adentro." Se disculpó formalmente antes de pararse a pocos centímetros de Ichigo. "Pero si no os importa, me gustaría que me revelaras la identidad de tu Servant, Kurosaki Ichigo."

Ichigo solo parpadeó con confusión sin entender porque quería saber el nombre de su Servant.

"Es cierto." Dijo Risei como este empezaba a caminar también y se paró al lado del mago. "Tal como os lo habíamos dicho, normalmente solo ahí no más de 7 Servants de cada tipo, pero como el Grial ha decidido cambiar un poco las reglas y ha decidido añadir otro más, no creo que exista otro tipo de categoría. Decidnos el tipo de Servant, por favor."

"El Servant de Kurosaki-san pertenece a la clase Saber." Responde Kisuke.

"Sí, se llama Mordred." Concluyó Ichigo.

De pronto, la expresión tranquila y uniforme del mago fue reemplazada por una de perplejidad al escuchar el nombre.

"¿Mordred? ¿Te refieres al Caballero de la Rebelión?"

"¿Caballero de la Rebelión? ¿La conoces?" Preguntó Ichigo con curiosidad mirando al hombre. Sus amigos también lo miraban de manera expectante.

Tokiomi solo miraba a su audiencia curiosa por saber más de la identidad del Servant del octavo Master. Por sus reacciones, deducía que no les habían contado nada sobre él. Lógico teniendo en cuenta su mala reputación.

"¿Algunos de vosotros habéis oído hablar del Rey Arthur?" Preguntó el mago esperando a que alguno se finalizara con ese nombre.

Por supuesto buena parte parecía no conocer dicho nombre, excepto uno.

"Yo sí." Dijo el Quincy. "Tengo entendido que fue un antiguo rey legendario de Gran Bretaña. Para nuestro mundo, aquello fue un mito, aunque para el vuestro... bueno."

"Para nuestro mundo también es un mito, pero es verdadero." Habló Tokiomi. "¿Os cuento la historia?"

Ninguno respondió a la pregunta ya que algunos parecían que no tenían ganas de escuchar una historia sobre ese tal 'Rey Arturo' del que hablaban, pero otros fueron lo suficiente moderados y curiosos de conocerla.

"Me gustaría escucharla." Contestó Kisuke con entusiasmo.

"Yo también." Dijo Orihime también compartiendo su curiosidad de saber cómo eran los padres de Mordred.

"Muy bien." Asintió Tokiomi con una sonrisa antes de concentrarse en como empezar explicar la historia.

"Todo empezó en un pasado lejano de hace apenas 2000 años atrás, en lo que sería hoy mismo la Isla de Gran Bretaña, que en aquel entonces no existía el Reino Unido, ni sus países constituyentes como Inglaterra, Gales y Escocia. Todo el territorio estaba habitado por un subgrupo de gente que son conocido históricamente como celtas. Divididos en varios grupos tribales, los celtas de la antigua Gran Bretaña nunca formaron un estado unificado o un reino como Inglaterra y Escocia, ya que vivían separados en muchos pueblos. Aquel mundo isleño vería un período de cambio dramático cuando uno de los imperios más grandes de la historia, el Imperio Romano, fijó su mirada en ella y lanzó una conquista a gran escala sobre aquel territorio desconocido. En poco tiempo, las tribus celtas nativas cedieron ante el poder abrumador de la maquinaria de guerra romana y lograron someterlas y ocupar el territorio de lo que sería toda Inglaterra, Gales y partes del sur de Escocia. Los romanos llamaron al territorio ocupado como 'Britania', y la ocupación duro casi 400 años después cuando las tropas romanas abandonaron todo el territorio debido a los problemas tanto internos como externos que pasaba el decadente imperio en los últimos siglos, dejando a sus habitantes quienes habían abrazado la cultura y costumbres de sus conquistadores, solos en un mundo hostil.

Se perdieron registros históricos de lo que ocurrió en aquella época cuando los romanos abandonaron Britania, pero según parece, el ex territorio romano estuvo dividido en varios sub-reinos rivales gobernados por aristócratas romanos-celtas y otros señores de la guerra que a menudo entraban en conflictos territoriales unos con otros y al mismo tiempo pasaban momentos difíciles debido a la llegada de tantos invasores sajones."

"¿Sajones?" Preguntó Orihime confusa debido a que desconocía el término del nombre.

"Sí, los sajones fueron una antigua tribu de bárbaros que vivían en lo que sería hoy el norte de Alemania que se dedicaban al saqueo y el pillaje y durante los siglos Cuarto y Quinto invadieron los reinos britanos-romanos. Los sajones eran bien conocidos por su barbarie, ferocidad en el combate y crueldad hacia la gente sin importar la edad o el sexo ya que se dedicaban a saquear, arrasar e incendiar aldeas enteras sin dejar ningún vestigio de vida inocente.

Fue por eso que los sajones eran muy temidos por los britanos y estos últimos fueron retrocediendo ante su avance y los reyes britanos tuvieron ciertas dificultades para aplacar esta gran invasión.

Cuentan las leyendas que en medio de todo este caos surgió un caudillo militar con el nombre de Artorius, más conocido popularmente como Arthur. Según la leyenda, una antigua profecía decía que antes de que Arthur naciera, estaba destinado a grandes cosas y se convertiría en una especie de mesías para el pueblo britano y los guiaría a una era de paz y prosperidad."

El mago tomó un momento de respiro antes de proseguir en lo más importante.

"Se dice que el mayor acontecimiento de su vida fue cuando llegó el día de la profecía y Arthur logró sacar una mística espada conocida como Caliburn, que estaba clavada en un pedestal, y él logro empuñarla y sacarla sin problemas delante de sus seguidores más cercanos. Se dice que ese fue el principal acontecimiento en la que fue autoproclamado rey."

"Pues no lo entiendo." Interrumpió Ichigo de repente. "¿Por qué alguien nombraría rey solo por sacar una espada?" Si había algo que no entendía el ex Sustituto era porque nombraría líder solo por realizar una tarea sencilla como sacar una simple espada clavada en una roca. Si se trataba de algo parecido a una zanpakutō, y ese Arthur lograra descubrir su nombre, eso sí sería una hazaña que mereciera escuchar.

Ichigo escuchó una risa casi divertida del mago, y el adolescente apenas frunció el ceño por su comportamiento.

"Veo que no tienes sentido para comprender la importancia histórica." Tokiomi río casi con diversión haciendo que Ichigo agravara un poco más el ceño con molestia. Una vez terminado de reírse, Tokiomi volvió a su estado serio.

"Para tu información, según las leyendas un misterioso mago llamado Merlín puso una espada sobre una roca y puso una profecía en ella que decía «Quien logre sacar esta espada de esta piedra, se convertirá en el rey de toda Britania.» y esto era algo que muchos nobles gobernantes se creyeron ya que por fin encontraron un pretexto para ser los gobernantes de un gran reino unificado, por lo que intentaron extraer la espada de la roca en más de una ocasión sin éxito alguno.

Se dice que el joven Arthur fue el único quien logró empuñar y extraer la espada de la roca sin problemas. Después de aquello, se metieron en la resistencia anti-sajona. Arthur fue descrito como un gran líder militar carismático, defensor de los inocentes y un aliado de la justicia por así decirlo, que junto a sus caballeros salvaron muchas vidas y se ganó el corazón y la confianza de la gente quienes necesitaban a un salvador que los protegiera y guiarlos.

Según la leyenda, Arthur ganó 11 grandes batallas cuyas victorias fueron consideradas legendarias, y la última y decisiva que decidiría el destino de Gran Bretaña se dio históricamente en el Badon Hill donde se enfrentó a un ejército sajón 3 veces mayor que el de Arthur, y después de una sangrienta y feroz batalla, el ejército de Arthur salió totalmente victorioso. Así fue como el legendario rey de los britanos derrotó y expulsó a los bárbaros de la isla, salvando a su gente y cultura de la destrucción inminente."

No hacía falta decir que tanto Orihime, Kisuke y Uryū parecían estar interesados por la historia de aquel supuesto rey legendario, aunque Ichigo era el único que no parecía complacido ya que aquello no explicaba quién es su Servant marimacho.

"Después de su gran victoria, el Rey Arthur estableció su centro de poder en la legendaria Ciudad de Camelot como capital de su reino, donde gobernaría todo el país con dedicación y justicia. También fundó una orden de guerreros de élite formado por él como su líder y varios veteranos que lo acompañaron durante las guerras sajonas conocido popularmente como los 'Caballeros de la Mesa Redonda' llamados así por haberse reunido alrededor de una mesa redonda como iguales entre sí junto a su rey. Esta gente fueron los encargados de proteger los activos del reino de posibles amenazas tanto internas como externas, y también fueron admirados en todo el país.

Tal era su pasión por la justicia y el orden caballeresco, que se le valió el sobrenombre del "Rey de los Caballeros"."

"Ya, ya, si ya has terminado de hablar sobre ese tal Arthur, me gustaría que hablaras sobre Mordred que esa fue la razón por la que decidí escuchar tu historia." Interrumpió Ichigo casi groseramente estando harto de seguir escuchando algo que no tenía nada que ver con su Servant.

"¡Kurosaki!" Regaño Ishida nada contento por no sola la interrupción, sino por el tono que utilizo el ex Sustituto.

"Oh, es verdad, casi lo olvido." Contestó Tokiomi sin inmutarse por el tono impaciente del adolescente. "No se sabe demasiado sobre los orígenes de Mordred, salvo que también formaba parte en las leyendas artúricas. Según las primeras versiones de su leyenda, Mordred fue representado como el sobrino del rey, mientras que versiones posteriores lo etiquetan como su hijo bastardo nacido de una relación incestuosa con la media hermana de Arthur llamada Morgan, que también era una poderosa hechicera. Cuenta que Mordred había sido nombrado caballero por Arthur y era miembro de la confraternidad de la Mesa Redonda, y se decía que era muy leal a su rey, así como al resto de los caballeros que formaban la orden."

Hizo otro momento de pausa para pasar a la siguiente parte.

"Sin embargo, a pesar de todo, al final se convirtió en el actor principal de la caída de Arthur y su reino. Según la leyenda, mientras Arthur estaba en una misión en Francia para dar caza a uno de sus caballeros leales que había conspirado contra él al cometer adulterio contra la esposa del rey, Mordred aprovechó la ausencia del rey poniendo en marcha un golpe de Estado contra el gobierno artúrico con la intención de usurparlo y coronarse rey de Gran Bretaña, y lo consiguió."

La audiencia parecía sorprendida al escuchar lo que hizo la Servant caballero en vida con respecto a la traición con su propio padre.

"Cuando se llegó la noticia de la Rebelión de Mordred y el Golpe de Estado, Arthur no dudó en regresar de inmediato a Gran Bretaña para atender este asunto y así dio inicio lo que sería una cruenta guerra civil que desgarró todo el reino que creó Arthur. Se dice que el punto de inflexión de la contienda se dio en la Batalla de Cammlan en la que Arthur y Mordred lucharon y al final se dieron muerte unos a otros."

Aquella ultima revelación fue lo suficientemente fuerte para sorprender y estremecer a los espectadores al escuchar como terminaron las cosas.

Padre e hijo matándose unos a otros.

Esto era algo que Orihime no estaba preparada para escuchar. Pese a que ella no había crecido bajo el cuidado de sus padres, sus experiencias con su hermano mayor le habían demostrado que las familias deberían llevarse bien y apoyarse mutuamente. A veces pueden discutir de vez en cuanto, pero nada tan encarnizado como lo acababa de mencionar el mago rojo. Era horrible. Una tragedia.

Ichigo y Uryū tenían expresiones similares mientras recopilaban la última parte de los últimos momentos de la primera vida del Servant rojo. En cambio, Kisuke mantenía una expresión neutral como si estuviera acostumbrado a presenciar este tipo de historias.

"¿De verdad Mordred-san mató a su propio padre?" Preguntó Orihime con pena tras un debate de silencio. "¿Por qué?"

Los demás también estaban prestando atención al hombre mago para saber más detalles o cualquier motivo por la que un padre y un hijo tuvieran que matarse.

"Bueno, no lo sé." Tokiomi respondió. "Las leyendas varían sobre las circunstancias en la que Mordred había decidido traicionar a su padre y destruir todo su reino. Se dice que, a pesar de su condición de príncipe, Arthur nunca vio a Mordred como a su hijo ni lo aceptó como su heredero al trono, por lo que sería un buen motivo para rebelarse. Las leyendas atribuyeron a Mordred como sinónimo de traición y por ello se le recuerda con el infame nombre del Caballero de la Traición.

De cualquier manera, es posible que algunas partes de su leyenda estuvieran equivocadas y haya una historia de fondo para explicar lo que hizo." El mago rojo agregó a nuestros protagonistas para aliviar la tensión que tenían al descubrir quién era el caballero rojo. "Solo tienes que preguntarle a él.

"Querrás decir a 'ella.'" Dijo repentinamente Risei, llamando la atención del mago. El sacerdote solo miraba a Ichigo inquisitivamente. "Debo asumir que aquella jovencita se trataba del infame Caballero de la Rebelión, ¿cierto?"

"Sí, sé que suena raro, pero es cierto." Respondió Kisuke en lugar de Ichigo con una sonrisa humorista en la cara. "Y debo decir que también tiene bastante carácter."

"¿Jovencita?" Preguntó Tokiomi sin comprender lo que estaban diciendo. En eso, Risei decidió explicarlo.

"Cuando me fijé en el Servant del chico, vi de que se trataba de una chica bastante joven en su adolescencia." Contesto el sacerdote mientras recordaba la apariencia del supuesto Caballero de la Rebelión. "Quien diría de que se trataba de una chica."

Tokiomi miró un poco desconcertado ya que tampoco podía creer que Mordred se trataba de una chica teniendo en cuenta el origen del nombre y que en aquella época las mujeres no podían alcanzar la jerarquía de caballero.

"Déjame preguntar algo para aclarar esto." Dijo Kisuke con un aire un poco confuso. "¿Por casualidad Mordred es un nombre masculino?"

"En teoría sí. Mordred solo es un nombre exclusivamente para hombre, y como tal, las leyendas e historias siempre lo describían como un hombre."

Al escuchar eso, Ichigo y los demás quedaron totalmente desconcertados por la nueva revelación.

"¡Espera!" Gritó Ichigo frenéticamente en confusión. "¿¡Insinúas que esa tía debería ser un hombre!?"


'Tch, ¿por qué tengo el presentimiento de qué están hablando de mí?'

Por un minuto, Mordred tuvo lo sensación de que estaban hablando de algo importante a pesar de que ella no podía escucharlo debido a que estas ventanas obstruían el sonido. Fuera lo que fuera, no podía evitar tener una extraña sensación de inquietud y solo esperaba que no durara mucho.


"Debería. Pero no importa. Ya sea hombre o mujer, el género es irreverente. Lo importante es que se trate de la misma persona según era en vida y lo que hizo, ¿entiendes?"

Todos asintieron, uno con comprensión, mientras que el resto aún no estaban seguros.

"Bueno, ahora a lo que quería llegar con todo esto, es que, si es verdad que tu Servant es de la clase Saber, entonces es probable que también haya otro Saber también."

"Ya veo." Asintió Kisuke mientras se ajustaba el sombrero. "Entonces, quieres decir que hay 2 Sabers en esta guerra, ¿no es así?"

"Supongo que sí." Respondió Risei. "En fin, ya hemos terminado."

"Muchas gracias por todo." Agradeció Kisuke mientras hacia una pequeña reverencia a los hombres antes de volverse hacia los adolescentes. "Venga, chicos. Vamos a salir."

Tomándose esto como una señal, Ichigo y los demás dieron media vuelta y fueron ya hacia la salida.


"Mira, parece que van a salir por fin." Indicó Kon de nuevo mientras veía a sus amigos moverse hacia la puerta. Mordred no dijo nada mientras miraba un poco malhumorada pensando que podrían volver a detenerse además de que estaba molesta por haberlos hecho esperar tanto afuera.

Sin decir nada, ella se aparta de la ventana y va hacia la entrada para esperarlos salir. Kon salto del alféizar aterrizando en el suelo y luego sigue a la Servant rubia hacia la entrada.

Una vez llegado allí, las puertas se abrieron dejando salir a los adolescentes y el tendedero y se detuvieron abruptamente para encontrarse cara a cara con el Caballero de la Rebelión.

"A ver, ¿se puede saber que estabais haciendo ahí dentro?" Preguntó Mordred con molestia mientras ponía sus manos sobre las caderas.

Nadie respondió como se había formado un silencio en el ambiente como cada uno recordaron la historia que les contaron Tokiomi sobre la vida de Mordred y su mala reputación. Si bien todavía no sintieron recelos acerca de este infame caballero puesto a que desconocían la verdad sobre sus circunstancias, pero tampoco sabían si deberían confiar en ella solo por su personalidad tan marimacho.

Mordred en cambio, miró un poco extrañada como la audiencia la miraban sin decir ninguna palabra como si fuera un bicho raro o algo.

"¿Qué pasa? ¿tengo moros en la cara?" Preguntó Mordred. Antes de que cualquiera pudiera responder, el único adulto de ellos se adelantó para evitar posibles problemas.

"No, nada, nada, perdona por haberte hecho esperar ahí afuera." Hablo Kisuke apresuradamente con una sonrisa suya, aunque eso hizo extrañar un poco a la Servant. "Nos hicieron pasar un buen rato ahí adentro explicándonos más cosas sobre la guerra, y debo darte buenas noticias, ya que después de una pequeña discusión, Kurosaki-san ha decidido entrar oficialmente en la Guerra por el Santo Grial y luchara como tu Master."

"¿¡Haaa!?" Mordred y Kon gritaron sorprendidos al unísono, incapaces de creer lo que acababan de escuchar.

"¿En serio?" Preguntó Kon incrédulo.

"¿De qué va todo esto?" Preguntó Mordred con un tono que detona sospecha.

"Es tal como lo oyes." Corrigió Urahara. "Al ver que no hay otro modo para regresar a nuestro mundo salvo obtener el Santo Grial, y para ello deberá luchar junto a ti y vencer a los demás Masters y Servants que se les interpongan, ¿no es así?" Para hacer su punto, Kisuke puso su mano encima del hombro del ex Sustituto y alentarlo a que hiciera el resto. Cosa que funciono.

"Sí." Respondió de una manera rígida.

El chico peli naranja empezó a caminar y acercarse hacia su Servant quien esta última se quedó mirándolo y podía ver algo en sus ojos. Ichigo se detuvo a pocos centímetros donde estaba parada el Caballero de la Rebelión, y la diferencia de altura se hizo evidente de que Ichigo solo era unos 5 centímetros más alto.

"Escucha, a mí me importa una mierda esta guerra por un estúpido vaso concede deseos." Habló Ichigo con confianza y seriedad en su voz. El tono era más o menos parecido al que uso dentro para impresionar a los hombres de adentro. "La verdad es que hubiera preferido no participar, pero eso no me ayudara a mí y a mis amigos quienes se metieron esto por mi culpa, y es por eso por lo que luchare para conseguir ese Santo Grial y pedirle que nos devuelva a mi mundo de una vez y que esto no vuelva a pasarnos."

Mordred continuó mirando sin inmutarse facialmente por las palabras del chico, aunque hubo cierto brillo en sus ojos.

"Por esa razón necesito tu ayuda para ganar esto, ya que solo los Servants son los que deben luchar para hacer el ritual mientras sus Masters deben servir como respaldo. Puede que no sirva de mucho, pero tampoco soy de los que se quedan de brazos cruzados mientras esto pasa, y es por eso por lo que luchare también si hace falta." Sus ojos se estrecharon de determinación ante la determinación. "¿Qué me dices, me ayudaras como tu Master?"

Después de aquello se formó otro intenso silencio en el ambiente tras finalizar otro de los pequeños discursos inspiradores del ex Sustituto. La propia Mordred solo podía mirar casi flipada a la expresión dura y ceñuda de su Master sin comprender lo que le paso con su personalidad.

¿De verdad este tipo que tenía al frente era el mismo besugo que no sabía nada de la Guerra del Santo Grial?

¿Era el mismo mocoso malhumorado que se cabreaba con facilidad con cada ofensa que le hacía?

¿Era el mismo cretino que ni siquiera pudo aprenderse su nombre en 2 ocasiones antes?

¿El tacaño que no quería participar en esto?

Los siguientes minutos que pasaron fueron muy silenciosos sin que nadie lo interrumpiera. Pronto Ichigo empezó a preocuparse por la actitud silenciosa de su Servant, y abandono su expresión fruncida para ser reemplazada por una de preocupación.

"Oi, ¿estás bien?"

Sin respuesta.

"Oi-

Y sin previo aviso, Mordred libero una gran carcajada frenética que hizo sobresaltar a Ichigo y sus amigos de atrás. Efectivamente Mordred había empezado a reírse histéricamente como si le hubiera contado un chiste divertido. Ichigo solo podía mirar con total confusión sin entender esta reacción, mientras sus amigos de la misma manera.

Mordred casi doblo las rodillas mientras seguía partiéndose de risas. Superando ya su conmoción, Ichigo recupero su ceño fruncido, aunque aún se veía confusión en él.

"Oye, ¿se puede saber de qué te ríes?" Preguntó Ichigo hacia la alocada Servant. Después de un momento, Mordred casi se recuperó de su ataque de risas, aunque aún quedaba poco.

"Perdona, pero es que me sorprendiste." Contestó Mordred mientras trataba de reprimir lo que quedaba de risa. Esta respuesta solo sirvió para confundir más al ex Sustituto. "Desde que te conocí siempre pensé que eras un coñazo y alguien inepto para ser mi Master. Pero ahora puedo ver que tienes huevos para ser un hombre."

Ichigo frunció el ceño aún más molesto por el comentario o por darse cuenta de que había caído en una broma pesada. Sus amigos de atrás no pudieron evitar sonreír divertidamente.

"Me gusta tu estilo." Dijo Mordred antes de extender un brazo con la mano abierta hacia Ichigo mirándolo con una sonrisa amistosa y energética. "De acuerdo, me has convencido, Master. Luchare contigo en esta guerra ¡Choca esos 5!"

Ichigo miro algo confuso este gesto, pero enseguida comprendió que parecía que Mordred ha empezado a aceptarlo y estaba dispuesta a luchar a su lado. Su código de honor le decía que cerrara el gesto de la misma manera.

"Hai."

Y así Master y Servant chocaron sus mangas unas con otras, sellando el pacto de manera amistosa. No hacía falta decir que la fuerza de impacto de la manga de Mordred fue demasiado fuerte para la del chico peli naranja quien tuvo que agitar doloridamente su mano, mientras su Servant lo ignoraba.

"Bien, Master, ¿qué tal si vamos a buscar a nuestros enemigos?" Preguntó Mordred alegremente mientras volteaba su cabeza hacia atrás para ver el resto de la ciudad, estando preparada para iniciar la búsqueda cuando sea necesario.

"¿Uh?" Gimió confusamente Ichigo por lo que se iba a proponer.

"¿Cómo que 'Uh'? ¿No habías decidido luchar?" Preguntó Mordred mientras volvía a mirar a Ichigo con una expresión confusa.

"No es eso, el problema es que no sabemos dónde podemos encontrarlos." Corrigió Ichigo viendo que no había manera de poder buscar a sus enemigos especialmente en una ciudad en la que nunca estuvieron y conocen.

"Para mí eso no hay problema." Se jactó Mordred sin preocuparse. "Puedo sentir su maná y rastrearlos sin problemas."

"No, el problema es que aún es muy pronto, y además todavía no sabemos nada de esta ciudad por lo que podríamos perdernos con facilidad." Explico Kisuke para aclarar la situación. "Lo mejor sería pasar la noche en un hotel y hacer los preparativos para dar comienzo la batalla."

A Mordred no le parecía una idea entusiasta eso de esperar solo una noche para estar preparados, mientras ella si lo estaba, pero dada las circunstancias en la que estaban, no tenía más remedio que hacer caso. Con un suspiro cansado, el Caballero de la Rebelión dio su respuesta de mala ganas.

"Vale, está bien."

Viendo que todo estaba arreglado, el tendedero sonrió alegrado.

"¿Y a donde iremos?" Preguntó Kon con curiosidad.

"Es cierto, todavía no sabemos cómo vamos a encontrar un hotel por aquí." Dijo Uryū al darse cuenta de que no será fácil encontrar un lugar adecuado para establecerse temporalmente debido a que no conocían la ciudad y tampoco tenían mapas para orientarse por los alrededores.

Todos consideraron las palabras del joven Quincy con urgencia ya que sabían que tenía razón, y eso les dejaban en una posición totalmente jodida. Después de lo que parecía un instante de silencio, el tendedero volvió a hablar con su característica voz tan positiva como si no le afectara la situación.

"Bueno, no importa, ya nos las arreglaremos para encontrar uno por ahí. Lo importante es acercarnos a zonas más urbanas para evitar que otros Masters que vayan rondando por los alrededores nos ataquen."

Los 4 adolescentes (incluyendo Mordred) y Kon solo miraron al tendedero sin poder comprender su actitud tan positiva ante esta situación, además de preguntarse cómo van a hacerlo sin ni siquiera tenían un mapa.

"Bueno, será mejor que nos vayamos ahora mientras podamos antes de que aparezca un Master con ansias de luchar." Incitó Kisuke a que comenzaran a caminar ya fuera de la iglesia.

"No hay problema, yo me haré cargo." Dijo Mordred con confianza mientras los seguían.

"Espero que no..." Dijo Ichigo en susurro.

"¿Decías algo, Master?" Preguntó Mordred apenas escuchando lo que dijo el chico peli naranja.

"Ya deja de llamarme Master. Con solo que me llames Ichigo basta." Reprendió Ichigo ya estando harto de que lo nombre de esa manera.

"Vale, Master Ichigo." Respondió la Servant con una sonrisa juguetona, y tal como esperaba, la reacción de Ichigo no tardo en venir como su cara se enrojeció de pura irritación. Cualquiera se hubiera intimidado por su reacción, pero Mordred no pudo evitar soltar otra carcajada de risas mientras caminaba más deprisa para dejar a su Master enfurecido atrás.

Ichigo no se molestó en ponerse al día con ella y solo se quedaba mirándola con rabia y maldijo en voz baja. Estaba claro que incluso con ella a su lado, esta le causaría dolores de cabeza.

Entretanto, Uryū y Orihime no supieron cómo interpretar esto ya que, si de una cosa estaban seguros, fue que no creían que vayan a convertirse en buenos amigos. Al menos para la opinión del Quincy. Aunque para Orihime las cosas pudieran cambiar, si les diera algo más de tiempo.

En cuanto a Kon, tampoco sabía cómo interpretar esto, ya que, a pesar de haber visto este tipo de escenas en televisión, no sabía si esto era similar.

¿Acaso es esto el comienzo de una hermosa amistad?

Nadie lo sabía…


Una vez solos dentro, tanto el sacerdote como el mago aún observaban la puerta cerrada por donde sus invitados habían salido hace un rato ahora completamente decidido involucrarse en esto a pesar de las circunstancias. Para ser honesto, desde un principio, Tokiomi estaba conmocionado por el hecho de que el Grial haya tomado la decisión de traer un octavo participante para el ritual que crearon sus ancestros, y lo más chocante fue que este nuevo Master desconocía todo lo que estaba ocurriendo y no era de este mundo.

No sabía si aquello tenía algo que ver con el lado corrupto del Grial ya que también había convocado a un Servant peculiar por su infame reputación, aunque lo último era irrelevante puesto a que técnicamente 'no' era un villano. De cualquier manera, no quería que aquel joven inexperto que ni siquiera tenía algún conocimiento en la magia se involucrara, pero después de haber visto su resolución de hierro y la determinación que desprendía de sus ojos junto a la mención de que era un posible candidato para convertirse en un espíritu heroico, cambio de opinión respecto a su situación y empezó a mostrar interés por él.

Quizás ahora entendía porque el Grial lo eligió para que participara en esto. Estaba claro que quería que este juego se volviera más interesante aún.

"Ahí va nuestro octavo participante." Dijo Risei tras un largo silencio desde que sus invitados se marcharon. "Ahora podemos dar inicio definitivamente con el ritual."

"Sō." Asintió Tokiomi estando de acuerdo.

"Aun así me parece ambiguo que esto este sucediendo." Continuo el sacerdote mientras seguía mirando la puerta. "Nunca pensé que el propio Grial traería a gente que no tuviera nada que ver con esto, y eso que normalmente los Masters solo son magos, y este no tiene ningún conocimiento."

"Bueno, tal vez esto sea obra del Grial o de cierto mago Marshall." Respondió Tokiomi casualmente.

'Me pregunto qué estarás tramando, Kischur Zelretch Schweinorg.'

"De todos modos, tampoco es la primera vez que veo algo tan inusual." Dijo de nuevo antes de fijar el rabillo de su ojo hacia la derecha de la sala. "¿No es así, Kirei-kun?"

Tomando esto como una señal, una tercera figura emergió de entre las sombras por donde había aparecido antes Tokiomi. La persona se trataba en si de un joven hombre de unos 28 años de aspecto fornido, pelo castaño y viste con un traje de sacerdote negro con una cruz dorada alrededor de su cuello. No hacía falta decir que a diferencia de Tokiomi quien era una persona de aspecto apuesto y carácter sereno, este hombre tenía una expresión estoica y ojos vacíos de emoción. Este hombre era Kirei Kotomine, el hijo de Risei.

"¿Crees que es prudente dejarlos ir, así como así?" Preguntó Kirei con curiosidad evidente.

"¿Te preocupa algo?" Preguntó Tokiomi a cambio sin ver el punto del que hablaba el hombre más joven.

"No es eso. Pienso que deberías haberle quitado su Sello de Comando puesto que él no quería participar en esto." Argumento Kirei opinando que Tokiomi no debió de haber desaprovechado su oportunidad de eliminar aquel chico del conflicto.

La respuesta que vino un instante después tomó forma de una pequeña carcajada por parte del jefe de la Familia Toshaka. El joven sacerdote solo parpadeo durante un instante al escuchar la carcajada del otro hombre.

"Perdón, perdón." Dijo Tokiomi como trató de reprimir sus risas. "Si bien, podría haberlo hecho, pero sería una deshonra para mí familia obtener un Sello de Comando así de fácil sin haberlo ganado tan justamente en una batalla entre nuestros Servants."

Kirei no dijo nada más manteniendo su expresión vacía, pero su mente decía otra cosa al respecto lo que dijo Tokiomi.

"Si bien parece ser un simple novato que no tiene ningún conocimiento de la magia, pero creo que no hay nada de malo darle algo de ventaja al menos incluso cuando la victoria ya está a nuestro alcance." Continuó hablando Tokiomi con confianza, aunque Kirei pensaba diferente.

"Es cierto, por muy extraño que parezca, el Grial ha tomado su decisión al poner un octavo participante y supongo que no hay nada de malo." Argumentó Risei también.

El sacerdote más joven sólo podía seguir mirando estoicamente a los hombres mayores y todavía no podía comprender sus puntos de vista.

"Por cierto, Kirei-kun." Habló una vez más Tokiomi mirando sonriente al joven sacerdote. "¿No te parece irónico que el Grial haya elegido a alguien que no es apto para participar en esto y que tampoco tenía interés, y mira como ha tomado una decisión sin dudarlo? Deberías tomar ejemplo."

Si Kirei se hubiera reído de forma sarcástica, no pudo debido a que no podía hacerlo delante de su padre y de su mentor. Ciertamente comprendió el punto de esto ya que su situación le recordaba un poco a la del chico, ya que también fue víctima de los caprichos del destino que lo llevó a esto y no tenía más remedio que seguirlo.

La principal diferencia fue que el chico tenía un objetivo en mente como lo había dejado claro, y en cambio él no tenía ninguno. Ciertamente no tenía ni el más mínimo interés en esa copa concede deseo.

Dejando eso a un lado, todavía estaba reflexionando en todo lo que su supuesto 'sensei' contó antes sobre que aquel chico era un posible candidato para convertirse en un espíritu heroico, cosa que le costaba mucho creer teniendo en cuenta que no parecía nada impresionante, aunque le impresionó un poco su pequeño discurso de antes y su voluntad de participar en esto a pesar de las circunstancias. Realmente no sé parecían en nada.

También estaban sus supuestos 'acompañantes' quien según él se vieron envueltos involuntariamente en esto. Lo único que le llegó mi la atención fue que ellos y ese extraño hombre con sombrero de cubo se encargaría de ayudarlo, aunque no sabían cómo. Su padre y su amigo no se molestaron en preguntar más acerca de ellos.

"¿Seguro que no queréis que envíe a Assassin para vigilarlos?" Preguntó Kirei tratando de insistir en vigilarlos por si acaso.

"No será necesario." respondió Tokiomi sin problemas, lo que gano una mirada de sorpresa por el hombre joven. "Le concederé algo de ventaja en ellos para que se adapten a esto y a ver cómo se las arreglan. Sospecho que el Grial quiere ofrecernos un buen espectáculo."

'¿Ah sí? ¿Y es por eso que yo participo?' Pensó Kirei con sarcasmo creyendo que su presencia aquí era para satisfacer los favores de otros.

"Otra cosa." Habló de nuevo Tokiomi llamando la atención de Kirei. "¿De qué tienes miedo? Pensé que te preocupaba más ese Asesino de magos."

Kirei solo se congeló en su lugar, su expresión se agravó un poco más por la mención de ese nombre como si fuera tabú.

"Es cierto, Kirei, ¿tienes noticias?" Preguntó Risei con seriedad.

Kirei los miró durante un momento antes de responder. "Por lo que escuche él y un miembro de la Familia Einzbern han cogido un avión y en estos momentos ya deberían llegar aquí en poco tiempo."

Ambos hombres se quedaron en silencio al oír eso, y aquello era como una señal.

"Entiendo. Entonces deberíamos prepararnos cuanto antes." Dijo Tokiomi con un aire serio lo que hizo que Risei asintiera en respuesta.

Kirei simplemente se quedó en su lugar reflexionando en los acontecimientos que se iba a dar lugar aquí, olvidándose por completo del octavo Master y solo pensando en ese supuesto Asesino de magos.


A varios kilómetros de lo que estaba sucediendo con nuestros protagonistas y los 3 hombres de la iglesia, cruzando las aguas de Kyūshū, un barco comercial se estaba acercando lentamente hacia uno de los puertos de Fuyuki. En la cubierta había una sola persona que miraba fijamente a la ciudad a distancia con su imagen creciendo. La persona en sí se trataba de un hombre alto con el pelo negro y desordenado con ojos a juego, vestía con un traje negro y corbata, y encima una gabardina negra.

Su mirada dura y ojos fríos observaba las luces de la ciudad a medida que el barco se acercaba. Sabía que ya quedaba poco para que llegarán a la ciudad donde por fin se libraría su última batalla para poner fin todos los conflictos y salvar al mundo de una vez por todas. Él haría cualquier cosa para lograr que sus sueños se hicieran realidad.

Aunque eso significara sacrificar a otros por dicho bien.


Al mismo tiempo, sobrevolando la zona, un avión comercial también se estaba dirigiendo hacia Fuyuki. Dentro, había una gran multitud de pasajeros, y entre ellos había una pareja de mujeres sentadas juntas. Una tenía una edad de unos 20 y tantos años con tez pálida, cabello blanco y seductores ojos carmesí. Su acompañante que estaba a su lado tenía unos 15 años y se veía sorprendentemente similar a Mordred salvo que, en vez de tener el cabello atado a una cola de caballo, la tenía amarrado en un moño. Además, su expresión, en vez de energética y engreída que representaba al Caballero de la Rebelión, ella la tenía tranquila y serena.

Ella solo miraba de forma melancólica las vistas de la ciudad de abajo. Ella también sabía que allí iba a darse la última contienda que la conduciría hacia la segunda oportunidad que siempre había esperado para remedirse de sus pecados. Por fin iba a tener la oportunidad de salvar su antigua patria de sí misma y nadie la detendrá.