Llegamos al hotel en la noche. Después de ese dramático día, decidimos recorrer la ciudad hasta agotarnos. Al llegar cada uno se fue a su habitación. Me di un largo baño para reflexionar todo lo que había pasado y en ese tiempo, me di cuenta de lo que iba a significar ir a la función de Hamlet. Solo podía pensar en cómo me tenía que portar, incluso practiqué algunas frases por si me encontraba con Olga, Eleonor, Susana o incluso Terry.
-" Que gran velada, señora Marlowe. Dígame cómo van los planes de casamiento." - no, muy directa - "Que gran velada. ¿Prefiere que me quede o me vaya? No la quieroincomodar" –no, me tengo que ver fuerte y segura- "Que gran velada. Si me disculpa,tengo que ir con mis amigos. Hasta luego" -creo que puede llegar a sonar grosero sino lo digo en la manera correcta.
Al final decidí que lo mejor era que no pensara demasiado en eso y solo que, en caso de que me encontrara con alguno de ellos, debería ser amable y respetuosa y que lo último que tenía que hacer era huir... de nuevo.
Me fui a dormir con el pensamiento de que la última vez que vi una obra de Shakespeare terminé con el corazón hecho pedazos. Ahora estamos aquí, mis amigos y yo a punto de ver otra obra de Shakespeare en el mismo lugar en donde vi Romeo y Julieta, con el mismo actor como protagonista, pero... él con alguien más como pareja. Me había prometido jamás volver a caminar por estas calles sola, de hecho, me había prometido no volver a caminar por Broadway. No pude evitar reírme, al menos esta vez no tengo expectativas de nada.
...
Me estaba muriendo de hambre. Tantos sentimientos encontrados hacen que mi apetito se haga más y más grande.
-Annie, vamos a desayunar ya por favor- dije mientras Annie seguía muy concentrada en su peinado. Era una coleta alta con un crepé muy elegante, esta vez decidió dejar su fleco hacia su lado izquierdo. Se veía preciosa, llevaba un vestido blanco suelto de la cadera para abajo con un abrigo gris encima.
Mientras tanto, yo había dejado de hacerme coletas. El cabello suelto se había vuelto mi look de cada día, sentir los rizos largos en mi espalda me hacía sentir bonita por alguna razón. Este día no fue la excepción, llevaba el cabello suelto y traía puesto un vestido rosa palo algo entallado del torso y suelto de la cintura para abajo, llegaba hasta un poco arriba de la rodilla por lo que sentía que podía ser un poco revelador. No lo negaré, es día también me sentía bastante bonita.
-Listo, vamos Candy. Tenemos que comer muy bien para retomar fuerzas. Recuerda que hoy iremos a recorrer bares –el día que más impacientaba a Archie era éste. Aunque él realmente no era muy aficionado a beber, el hecho de estar en Nueva York y conocer gente en bares lo emocionaba mucho. Por mi parte, aún debo de experimentar más con el alcohol.
- ¡Si! Este día será maravilloso, hay que comer muy bien antes. Vamos ya por favor–dije algo desesperada por la situación. Mi estómago estaba gritando que lo alimentara ya.
...
En el desayuno decidí pedir un merecido omelette de queso con champiñones bañado en una salsa de nombre muy extraño, pero picaba bastante. Nos pasamos el desayuno entero diciendo lo emocionados que estábamos por los próximos días, hoy los bares, mañana la función de teatro...
Cambiamos de tema a anécdotas vergonzosas que hemos tenido con el alcohol.
- ¿Recuerdan esa vez que Archie empezó a hablar con un perro callejero? Estoy casi segura de que ese perro lo conoce más de lo que alguna vez llegaremos a conocerlo nosotras- dije entre risas.
-Espera, ¿cómo olvidar esa vez que Paty no podía creer lo sucia que estaba la casa al llegar y nos empezó a regañar como si fuéramos niños chiquitos y viviéramos con ella? -dijo Annie. Paty instantáneamente se sonrojó, pero de lo que estaba segura era de que, si ella se hundía, se llevaría a Annie con ella.
-Me acabo de acordar de algo muy gracioso. ¿Recuerdan la vez que Annie empezó a gritar lo... - no digas enamorada Paty, quedamos en que esa historia no saldría nunca de nuestras bocas - enojada que estabas por algo en ese momento al pobre hombre que nos atendió? Salió corriendo muy espantado - Archie soltó una carcajada.
- ¡Annie! Esa es una historia que no me sabía -claro porque no deberías de saberla, al menos la sabes a medias- y tú Candy...
¡Ja! Por más que intentaran pensar en alguna anécdota vergonzosa mía no había. No porque no quisiera, sino porque en cada una de sus anécdotas era yo la que los cuidaba hasta verificar que estuvieran bien.
-No hay ninguna -contesté segura -y probablemente no la habrá en mucho tiempo.
-Candy eso cambia hoy –dijo Paty casi gritando- iremos a todos los bares de Nueva York necesarios para que tengas tu anécdota graciosa.
Me gustó la idea, lástima que fuera en una ciudad en donde si me encontraba con la persona equivocada me arrepentiría toda mi vida. Pero no, hoy me divertiré y confiaré en que mis amigos me cuidarán como algún día yo los cuidé.
-Apurémonos y vamos –dije con una gran sonrisa.
...
Primera parada: Pete ́s Tavern. Eran las cuatro de la tarde cuando decidimos que era una hora prudente para comenzar con la... travesía. Cuando entramos al bar, nos dimos cuenta que era pequeño, pero con un estilo muy clásico. Las luces con tono rojizo y las mesas con los típicos manteles blancos lo hacían un lugar muy ameno para conversar y tomar algo tranquilamente. Estuvimos dos horas ahí platicando y algunos fumando. Vimos mucha gente entrar y salir, algunos que solo querían una
copa y otro grupo como nosotros, turistas emocionados por conocer la ciudad y disfrutarla al máximo.
Segunda parada: Old Town Bar. Tenía un estilo muy similar al bar pasado. Sin embargo, la diferencia era la cantidad de gente que había y el ambiente. Probablemente por la hora, había mucha más gente en Old Town Bar, y lo que más me emocionaba es que era gente de nuestra edad. Llegamos y nos sentamos en la barra, empezamos a tomar cada vez más. Un chico de mi edad se acercó a invitarnos un trago a todos, incluso a Archie. Supongo que su intención no era coquetear. Era alto, rubio, ojos cafés claro, delgado pero fornido. Mmm, era mi tipo.
-Y... ¿cómo se llaman y de dónde vienen? Puedo apostar que no son de aquí - cierto, ¿acaso nos veíamos tan externos a la ciudad?
-Somos de Boston –dijo Paty- venimos aquí de vacaciones y para conocer Nueva York ¡Es una locura! - conocía esa mirada y esa actitud en Paty, pensé que era el alcohol, pero no. Le había gustado el chico rubio misterioso.
-Es una ciudad grandiosa. Alguno de estos días les podría hacer un tour, pero... aún no se sus nombres - ni nosotros sabemos el tuyo. No lo dije, solo lo pensé.
-Yo soy Archie –se presentó de forma bastante amigable- y ella es Annie -dijo abrazándola. Claro que quería marcar territorio con un hombre así en frente de nosotros.
-Yo soy Paty –dijo en su tono tan tierno y amigable. Ahora iba yo, reconozco que esa vez tomé más que los demás por lo que me daba miedo hablar mal.
-Yo soy Candyy, ¿tú cómo te llamas? No eres un secuestrador ¿o sí? -definitivamente había tomado más de lo normal. Todos se me quedaron viendo con cara de asombro y diciendo "cállate" con la mirada, excepto ese chico misterioso.
-Me llamo Sebastian pero me pueden decir Sebas- dijo riendo. El ambiente se alivianó cuando vieron que Sebastian lo había tomado a broma.
Estuvimos bastante tiempo ahí, conociendo gente y tomando, pero siempre con Sebastian al lado. Se había convertido en otro miembro de nuestro tour por bares, aunque claramente él conocía todos.
- ¡Creo que es preciso cambiarnos de locación! -gritó Annie- ¡Vamos a algún bar por Broadway porque ya quiero conocer ahí! Y cuando vayamos mañana me tendré que comportar como dama, yo quiero ¡divertirme ahí!
Ya no estaba pensando bien por lo que me pareció una excelente idea ¿Borrachera en un bar en Broadway? No se diga más.
Salimos los cinco corriendo de ese lugar. Al llegar a Broadway, era evidente que varios ya estábamos algo pasados de copas. Reíamos sin parar y platicábamos de cada cosa curiosa que veíamos.
Al final, encontramos un bar muy escondido antes de llegar a la zona de teatros. Era más grande que los demás. Entramos con ganas de comernos al mundo. Seguimos
y seguimos tomando y comiendo algo de snacks que ordenábamos. Sebastian estaba bastante cariñoso con Paty, comenzaron a bailar con música irlandesa, así como Archie y Annie estaban bailando. Al estar sola sentada y ebria, no pude evitar sentirme triste y muy muy sola. Salí del bar para tomar aire.
Estaba enojada, estaba muy enojada. Enojada conmigo por sentirme mal cuando mis amigos estaban felices, enojada con esas calles por ser protagonistas de varios de los peores recuerdos que tengo, enojada con toda la situación de la boda porque yo había planeado que eso fuera mío, enojada con Susana porque no renunció a Terry antes que yo, enojada con Terry por haber elegido a Susana, pero sobre todo enojada conmigo por pensar todas estas idioteces.
Caminé y caminé, hacía mucho frío. Me tambaleaba a cada paso que daba, veía borroso y no sabía en donde estaba ni de donde había venido. Cuando volteé para arriba, vi el teatro. Ese teatro en donde todo había pasado. Me enojé aún más. Busqué y busqué la entrada trasera de los actores, cuando la encontré no pude pensar en una mejor idea que gritar todo lo que sentía.
- ¡Te crees muy bonito solo por tus lujos, teatro! ¡¿Sabes que has arruinado amores?! ¡¿Que has causado decepciones?! ¡Tal vez mi vida habría sido diferente si los lujos que tienes, te lo hubieran dado en el cuidado de tus cuerdas! ¡Deberías revisar mejor la gente que trabaja en ti y te cuida! ¡No vuelvas a arruinar otro amor! ¡¿te quedó claro o te lo repito?! - no se si esperaba que el teatro me respondiera o que regresara el tiempo. Solo sé que me quede ahí esperando en frente de la puerta trasera. Después de unos minutos llegaron las lágrimas. -Solo cuida a los tuyos, ¿bien? - le volví a decir al teatro como si me fuera a contestar.
Estaba llorando, pero era casi imperceptible. No quería volver a llorar por lo mismo nunca más. De repente la puerta del teatro se abrió y salió.
-Candy, ¿estás borracha?
Que mal momento para encontrarnos.
