Mamá salió corriendo de la casa, dejando solo un rastro en dónde había estado. Después solo escuchamos el sonido de un auto que arrancaba el portón de la entrada a toda velocidad. Ahora tenemos que comprar un portón nuevo… y pagarle terapia al guardia de seguridad.

Estaba seguro de que Deidara lo había hecho a propósito, y su burlona sonrisa me dijo que era cierto.

¿Que? Ustedes arruinaron mi vida, pues yo arruinare las de ustedes…—cargo a Naruto en sus brazos con una fuerza descomunal, y salió de ahí dando brinquitos.

Estoy muerto…—

Estamos muertos…—

Y eso que esto solo era el comienzo…

/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/

Un mes después…

¡Ahh! Otro día más…—me levante de la cama con pesimismo, ya va un mes desde que volvimos a la casa de mis padres, y digamos que la vida se ha hecho un poco difícil.

¿Sabías que roncas mientras duermes? —decía mi hermano, ese pedazo de idiota, él también se había despertado.

No me digas, ¿Y sabias que eres un IMBÉCIL? —

¿Yo imbécil? ¿Entonces tu que eres? ¡Pedazo de…!—

Si Deidara no te mata, yo lo hare, ¡AAAAHHHH!—

Y así era el pan de cada día…

Me despertaba, peleábamos y luego alguien venía a calmarnos.

Hermoso…

Amm… ¿Sasu-chan, Ita-nii? —ambos escuchamos como alguien tocaba suavemente la puerta, nos miramos fijamente y dejamos de lado lo que hacíamos.

Mmhg… Adelante…—mi voz se escuchaba aún ronca, pelear con ese idiota agravara mi voz.

B-buenos d-días, d-dice la señora Mikoto que el desayuno está listo—mi pequeño rayo de sol abrió la puerta lentamente, con sus bonitos ojitos cerrados, se veía sonrojado… ¡tan dulce!

Iremos en un minuto—

B-bien—dijo, cerrando la puerta.

¡Waaa! ¡Tan lindo!

Levántate, desgraciado, mamá nos está hablando para ir a comer—trate de mover a Itachi, pero se volvió a dormir.

No quiero, no hasta que Dei-chan venga a darme un beso de buenos días—y vuelvo a repetirlo, Imbécil.

Lo que Deidara te va a dar será un beso de buenas noches, y no creo que te guste dormir en el cementerio—y menos dentro de un ataúd a tres metros bajo tierra.

Bien, bien… ¡YO VOY PRIMERO!—no sé cómo, pero tomo su ropa y cerró la puerta del baño.

Ahh… ¿Por qué me pasa esto a mí?—

Mamá nos había "convencido" de no dejar solos a sus dulces "nueros" en esta enorme casa, bueno, convencer no es la palabra correcta. Después de saber el gran accidente de Naruto y lo que sucedió con su familia (obviamente excluyendo el hecho de que lo embarazamos en mi hospital y que todo esto era para evitar una enorme demanda del hermoso rubio y su terrorífico primo), demando que nos quedáramos todos juntos a vivir con ellos hasta que Naruto diera a luz. Y digo que "demando" porque literalmente despertamos un día atados a la cama para que no nos fuéramos.

Tuve que traer cosas de mi apartamento y agregar otras cosas a la lista de "Cosas por las que temer de Mikoto Uchiha": su tendencia secuestradora y facilidad para atar nudos.

Después de quedar atrapados aquí, era obvio que dormiríamos en la misma habitación (o sea, Naruto y yo, Deidara e Itachi), pero siendo también obvio que Itachi moriría una noche próxima si pasaba eso y que Deidara se encerró con Naru en su habitación, y que cuando intente entrar me saco a patadas (literalmente, aún tengo marcas de sus zapatos en el trasero). Tuve que quedarme a dormir con Itachi para no levantar sospechas.

Así que, a mis 35 años, vivo de nuevo con mis padres y comparto cama con mi hermano mayor… Hermosa etapa de mi vida.

Buenos días, mamá—salude entrando a la cocina, dándole un beso en la mejilla a mi madre y sentándome al lado de Naruto, besando levemente su frente.

Buenos días, cariño… ¿Dormiste bien? Te vez algo cansado…—

Solo un poco, la verdad, estos últimos días me he sentido mal, tengo náuseas y mareos… veré si Tsunade tiene tiempo para revisarme—

¿No se supone que tu tambien eres doctor? —dijo el imbécil de mi hermano al entrar al comedor, dándole un beso corto a Deidara.

Yo estudie medicina general, y la especialidad que practico es la de cirugía plástica, ¿Crees que yo solo puedo decirme que es lo que tengo? —es posible, pero un doctor jamás debe de diagnosticarse solo.

Pues yo digo que este embarazado—dijo metiendo un montón de tocino en su boca.

Imbécil, ¡YO NO…!—si Deidara no lo mata, lo hago yo.

¡Basta, dejen de pelar! —

Si mamá…—no me gusta ser regañado por mi madre, se siente raro a mi edad, y menos por el idiota al que llamo mi hermano.

No puedo creer que sigan peleando como niños pequeños, deberían aprender a mis rubiecitos que si se comportan muy bien…—bueno… podría decirse que si…

Ahora que lo pienso, Naru, ¿Tú has tenido algún mareo o nausea? —cuando Itachi pensaba, lo hacía bien. Aunque eso no ocurría muy a menudo.

Mmm… no mucho… creo que es solo eso de los antojos raros…—bueno, "raros" era poco. Ayer lo vi comiendo galletas de canela con crema batida, tomate, mostaza y un vaso de refresco de lima-limón.

Mi Naru ya casi estará en su segundo mes de embarazo, ¡QUÉ FELIZ ESTOY!—y para la edad que tiene, mi madre no ha dejado atrás su adolescencia sobre hormonal—Aún no puedo esperar para saber que será… ¿Niña? ¿Niño? ¡Díganmelo ahora!—

Tranquilícese, Mikoto-chan, iremos al médico dentro de dos meses, y ahora si nos dirán que va a ser—Deidara se veía feliz, pero sus ojos daban miedo.

¡Ahh! ¡Ya quiero tener nietecitos! ¿Cierto, mi amor? —mamá abrazo a mi padre, que estaba algo excluido de la conversación.

Si cariño, ya casi seremos abuelos…—mi padre sonrió, siento escalofríos.

Bueno, bueno, ya terminen de desayunar, todos tenemos un grandioso día por delante…—

Comimos tranquilamente, bueno, si llamas tranquilamente a que un zorrito anaranjado se la pase mordisqueando tus zapatos, tu "cuñado" te intente apuñalar por debajo de la mesa y el "delicioso" aroma que emitían las anchoas con mantequilla de cacahuate y arroz que estaba comiendo mi hermoso Naruto… Si, tranquilo…

Sasuke, te quiero ver en mi oficina antes de que te vayas—uso su tono serio, era una orden.

Sí, papá—

Algo estaba mal, lo aseguro…

/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/

-Entonces… ¿Cuándo será la boda? —y como no, mi padre de nuevo quería que me casara. Tenía un mes diciéndolo, y cada vez más molesto porque no le daba una buena respuesta.

No lo sé, papá. Naruto y yo lo hemos hablado, pero con esto del embarazo no queremos apresurar nada—era una completa mentira, pero puede que lo convenza.

Espero que elijan la fecha pronto, Sasuke, sabes muy bien que no me gustaría que el rubio y mis nietecitos salgan de esta casa—dijo y se fue azotando la puerta. Ya no podía darle más excusas.

Me saldrán canas con todo este estrés.

Ya había pasado el riesgo de una enorme demanda, después el estúpido de Itachi miente y tenemos que sostener esa mentira porque si no vamos a morir, vivo en la casa de mis padres de nuevo y ahora mi padre quiere que me case con una persona que no conozco muy bien, esta embarazado y ni siquiera sé quién es el padre.

Ahh… ¿Y ahora como arreglo esto? —dije, cayendo rendido en el sillón de la oficina.

¿Todo bien, cariño? –sentí que abrían levemente la puerta, y vi como mi madre me sonreía con una taza de té en la mano—Toma, cielo, te vez algo cansado, ¿sucedió algo con tu padre? —

Sigue insistiendo en que me case con Naruto, y sabes muy bien que no quiero apresurar mucho las cosas—

Entiendo, tienes miedo ¿cierto? —

¿Eh? —

Yo también tenía algo de miedo… nuestro matrimonio fue arreglado desde que éramos niños, y siempre pasaba por mi mente que pasaría si tu padre y yo no nos amaramos o cosas así, ¿Y sabes qué? Ante todos los problemas, somos muy felices aún después de 40 años—

Yo no hablo de eso, mamá… hablo de otra cosa…—de una cosa que no sabrás.

Se nota que ese rubiecito está loco por ti, solo de preguntarle o mencionar tu nombre se pone todo rojito— ¿Qué? ¿Naruto podría sentir algo por mí?

Ahh… ya no sé qué hacer…—

Piensa que es lo que quieres, y veras que todo tiene una respuesta…—me dio un beso en la mejilla, y salió de la oficina.

Necesito vacaciones…

/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/

Después debes de colocar la mezcla en un molde, y ponerla al horno a 350°C durante 15 minutos—no sé por qué hago esto, pero es algo divertido.

¿Así? —la señora Mikoto observo detenidamente lo que estaba haciendo, y dio un pequeño saltito de felicidad.

¡Perfecto, Naru-chan! ¡Puntuación perfecta! –

G-gracias…—

Así era mi vida desde que entre a esta enorme casa.

Me despertaba temprano en la mañana, tomaba una ducha y me vestía para bajar a desayunar, después me quedaba prácticamente solo con la señora Mikoto, porque el señor Fugaku se encerraba en su oficina todo el día y no contratan embarazados para el área de pediatría. La señora Mikoto es una epidemióloga retirada y el señor Fugaku dirigía sus empresas desde la tranquilidad de su hogar. Así que después de terminar las clases particulares que me daba, seguíamos con un montón de cosas que la señora Mikoto hacía para entretenerse.

Tocábamos el piano, hacíamos yoga, manualidades, cantábamos, cocinábamos, tejíamos. El día se hacía tan largo como las bufandas que ahora tenía, suerte que a Kurama le encantan y ahora tendría suéteres para usar todo el invierno.

¿En qué piensas, querido? —dijo la señora Mikoto, mirándome un poco preocupada.

E-en nada… s-solo pensaba si Sasu-chan está pasándola bien en el hospital—no pensaba en eso, no… bueno, un poco… solo un poco…

Debe estar bien, cariño… seguro está pensando en ti—ella guiño un ojo, y yo solo trataba de verme tranquilo ante lo que dijo.

N-no lo creo…—y no funcionaba.

Espero que Ita y Dei me den nietos pronto, al igual que tú y Sasuke—dijo con brillitos en los ojos, a veces Mikoto-san da miedo— ¡Ahhhh! ¡Ya quiero que me den nietecitos! —creo que será difícil ver eso.

No sé porque, pero Ita-nii y Dei-nii se llevaban cada vez peor, bueno, solo Dei-nii lo demostraba. Incluso habían tenido un accidente automovilístico que no paso a mayores, y si no hubiera sido que Dei-nii también resulto herido, se le hubiera acusado de intento de homicidio… Bueno, eso si hubieran visto las pinzas de corte que tenía en su mochila e Ita-nii lo demandara (Cosa que probablemente no sucedería).

¿De qué color quieres la crema batida? —

Mmm… no sé, ¿Amarillo? –

Buena elección…—

Decoramos más de 30 magdalenas, dos pasteles de merengue y nos comimos una charola entera de mini-pizzas.

¡Mmm! ¿Qué huele tan delicioso? —vi que entraba el señor Fugaku por la puerta de la cocina, y se acercó rápidamente a la señora Mikoto, dándole un beso en la mejilla.

¡Oh! Naru y yo hicimos magdalenas, ¿quieres una? —

Ahora no cariño, esperare hasta la cena…—

Bueno, espero que queden algunas para la cena, a alguien le gustan los panquecitos de naranja—ambos me miraron con una sonrisa, mientras le daba una mordida a mi quinto muffin.

L-lo siento…—me sonroje mucho, me sentía muy avergonzado.

No te preocupes, cariño, yo sé que mi nietecito tienen mucha hambre—eso de estar embarazado me hacía comer mucho, no culpo exactamente al bebé, pero aumentaría mucho de peso.

Sigue comiendo, Naru, supongo que harán más para la cena—dijo, señalando al horno, donde aún había dos charolas llenas de magdalenas.

Supongo que si…—

Bueno, iré a la oficina, tengo que terminar algunas cosas—se despidió dándole un largo beso a Mikoto-san, saliendo de la oficina…

¡Anda, anda! Ya casi es hora de la cena y nosotros no hemos hecho nada—Mikoto-san se veía muy consternada, parecía como si se fuera a caer la casa o no sé qué.

Sí, sí, no hay problema, ¿Que hará de cenar? —tenía hambre, y mucha.

¿Haré? Haremos, querrás decir, tu y yo cocinaremos la mejor comida que se haya hecho en esta casa—vi los ojos brillantes de Mikoto-san.

Pues ya que…—

Esto va a doler.

/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/

¡Wow! ¡Te luciste con la cena, mamá! –enserio que todo se veía delicioso, parecía un enorme festín.

Gracias cariño—dijo, dándome un pequeño beso en la mejilla, mientras cargaba con su bolso y se arreglaba el peinado—Volveremos el domingo, tu padre y yo saldremos a pasear—

¿Irás con papá? —qué raro, papá no era de esas personas que les gustara salir.

Sí, solo estarán tú y Naru… solos—vi cómo me lanzaba una mirada rara, como si lo hubiera hecho a propósito.

¡Ahh! ¿Ya se van? —Sonreí con ironía, viendo como mi madre salía por la puerta, dándome un guiño—Debo mudarme pronto…—

/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/

La cena estaba… tranquila…

Al parecer, Deidara e Itachi salieron a cenar, cosa que significaba dos semanas más en el hospital.

Solo quedamos Naruto y yo, un poco solos para mi gusto. Por supuesto que era lindo verlo comer, se sonrojaba cuando nos tocábamos accidentalmente, o cuando pedía las cosas a con una vocecita avergonzada… y con su manera tan bella de comer, moviendo sus labios de esa manera tan sensu…

¡Dispérsate apetito carnal! ¡Dispérsate apetito carnal! ¡DISPÉRSATE APETITO CARNAL!

L-lo siento…—oí la dulce voz de mi niño, pidiéndome disculpas una vez más… creo que sintió mi desesperación—Yo no…—

No pidas perdón por algo que no causaste, es más culpa mía por no haber podido evitarlo…—vivía siempre pidiendo perdón, era lindo, pero debía entender que nada de esto era su culpa.

Pero…—

Sé que no quieres estar aquí, pero lo hago por tu bien… no quiero que te pase algo malo…—acaricie suavemente su mejilla, como lo había hecho desde hace poco tiempo.

N-no es e-eso, y-yo no quiero molestarte… sé que desde que llegue te has sentido mal… y que has tenido que comprar zapatos nuevos por culpa de Kurama… p-prácticamente soy un estorbo para ti—vi como lagrimas corrían por sus mejillas, y me acerque suavemente a quitárselas con mis dedos— ¿Q-que…? —

Lo siento si no te gusto que hiciera eso… yo…—

N-no te preocupes… N-no m-me molesta… —su sonrojo se hizo más profundo, alcanzando casi un color tomate.

Y si no te molesta eso, puedo hacer esto…—tome su rostro entre mis manos, y bese sus labios con una suavidad infinita.

Pensé que me quedaría ahí esperando a que sucediera algo, pero me sorprendió el que tratara de seguir mi beso, tomando mi cara entre sus lindas manos.

Quería seguir con más, pero el aire reclamo su paso, obligándome a separarme de sus labios de miel…

S-Sasuke-san…—

Naruto… ¿Me harías el honor de ser algo más que amigos? —aunque no creo que seamos eso tampoco.

¿Q-que dices? —

Me puse de rodillas y tomé sus manos, dándole un beso en los nudillos.

¿Querrías ser mi novio? —