Holi, gracias por los vistos y comentarios, sí, sé que dan ganas de más, pero esta es una idea que me dije que no era para estirarla tanto, así que espero que, por lo menos, les este gustando. Y bueno, muchos sucesos de la historia original las mantengo, pero juego con ello, para hacer calzar a los padres de Goku. Eso, espero que les guste.
"The adventure begins"
Bardock
Nos quedamos otro par de minutos rezando, Gine arregla la lápida, limpiándola y poniéndole flores. Kakaroto agacha su mirada, mientras tiene sus manos en oratoria, luego se acerca y le sonríe.
-Hey abuelo, ¿cómo estás?, nosotros estamos bien ... han sido unos años tranquilos ...- se queda pensativo, luego sonríe - ¡cada vez soy más fuerte!, ¡hasta papá lo dijo el otro día!, espero que me estés viendo desde el más allá - comenta feliz.
Observo el día, estaba radiante y hacía calor, los pájaros sobrevolaban el cielo, todo parecía tan pacífico. Exhalo, dejando que el aire puro me recorra el cuerpo.
Era realmente como si Gohan-san desde el más allá, nos estuviera mandando buena energía. Observo el prado donde lo habíamos enterrado, ya de eso, habían pasado 3 años.
Tres años que a todos se nos habían hecho pesados. Habían sido 9 años en los cuáles habíamos convivido todos juntos, en esos años, realmente nos habíamos apoyado en el mayor.
Tanto Gine como yo, aunque al principio no quería admitirlo, buscábamos al mayor por consejo.
En estos tres años, habíamos vuelto a tener que arreglárnoslas por nuestra cuenta, pero las cosas habían resultado de buena manera.
Habíamos logrado salir adelante y nuestros lazos de familia, ya eran innegables. Había aprendido del mayor, mi familia era lo más importante y la iba a proteger, no existía una misión más importante.
Luego de despedirnos de la tumba, emprendemos el camino de regreso.
Durante el camino, corto un gran pedazo de tronco, en una forma ovalada, como una gran rueda.
- Jeje, yo lo llevo - Kakaroto salta sobre el tronco y lo hace avanzar, balanceando sus brazos, mientras caminaba. Ante la pendiente, el gran pedazo de tronco iba avanzando.
Kori el Labrador blanco, quien ya lucía un poco más pequeño por la edad, aunque por su ánimo no se notaba mucho, perseguía feliz a Kakaroto por la pendiente.
- ¡Con cuidado cielo! - le grita Gine.
- ¡Sí! - grita este feliz. Sacudo la cabeza, divertido, pero cargo con el cuchillo que utilicé recién y seguimos a nuestro hijo.
Mientras avanzamos, observo como el sol hace brillar las montañas y los animales se asoman relajados. Unos monitos de montaña se balancean en las ramas.
- ¡Hola monitos! - se ríe mi hijo, haciendo equilibrio sobre la madera.
Cuando llegamos a la casa, este da una voltereta hacía atrás. Ya en el suelo, inspira lentamente, juntando sus manos y flexionando su cuerpo.
- ¡HA! - patea la madera mandándola al cielo, este la sigue. Observamos como golpea el trozo de madera en medio del aire y como iban cayendo, ordenadamente, los pedazos cortados. Kori salta emocionado, mientras ladra al cielo.
- Bueno, ya tenemos la leña cortada - asiento. Kakaroto aterriza y sonríe satisfecho.
- Umm ... - luce pensativo de repente - ¡hey papá!, ¿comemos pescado hoy?, tengo ganas de ir a pescar- asiento.
- De acuerdo, pesca algo grande - le sonrío. Este asiente emocionado, con su cola meneándola con energía. Me quedo mirándola – umm ... recuérdame que tengo que cortarte la cola otra vez - este se detiene y se acaricia su cola.
Hace un puchero - no me gusta cuando me la cortas, siempre me siento mal y me desmayo - me encojo de hombros.
- Nos pasa también, pero es por seguridad, alguien puede acercarse y se extrañará si ve a un mocoso con cola de mono - este vuelve a hacer un puchero.
- No soy un mocoso - se cruza de brazos. Gine no puede evitar reírse suavemente, mientras carga con los leños recién cortados.
Señalo hacía ella - ¿ves? hasta tu mamá se ríe, eres un mocoso - se le enrojecen los mofletes.
- ¡Mamá! - esta vuelve a reírse, dejando los leños a un costado de la casa y se inclina sobre Kakaroto, peinándole sus mechones rebeldes.
-Tranquilo hijo, yo sé que eres grande - lo mima la morena. Atrás suyo, me río del pequeño. Este me ve y hace una mueca.
- ¡Papá!, ¡no te burles!, ¡soy grande!, ya tengo 12 años - agito la mano.
- ¿Seguro? - lo molesto en broma.
- Claro que sí, sé contar bien ... mamá me obligo a tomar clases - mi esposa sacude la cabeza.
- Kakaroto salió más duro que tú para aprender- ruedo los ojos. Aunque siento un pequeño calor en mis mejillas. Mi hijo se ríe, viendo mi reacción.
- Bueno, asegúrate que no te coma el pez - lo despeino, molestándolo divertido. Este sigue con su puchero.
- ¡Atraparé un gran pez hoy!, no podrán decir que soy un mocoso - Gine suspira y mira hacia el cielo.
- Estos brutos y su orgullo - comenta al aire - de acuerdo, pero con cuidado. Siempre con tu Nyoi-bō - Kakaroto suspira, pero asiente.
- Bueno, lo voy a buscar adentro - siento como Gine me golpea en el hombro.
- ¿¡Qué!?- me quejo, mientras ingresamos a la casa.
- No tienes que molestarlo, terminas siendo otro niño más, no su padre - ruedo los ojos.
- ¡Listo! - exclama el pequeño, colgándose su arma en la espalda. Arma que había aprendido, en gran medida, a utilizar durante estos años.
- ¡Suerte hijo! - este está por salir, cuando se detiene.
- ¿Kakaroto? - lo miro extrañado.
- ¡Mira papá!, qué extraño ...- intercambiamos una mirada con Gine y nos levantamos - el regalo del abuelo está brillando ... ¡nunca lo había visto hacer eso! - nos agachamos a su lado.
Parpadeo confuso, efectivamente, la esfera de cristal estaba refulgiendo, casi parecía una lámpara.
La tomo con delicadeza, pero esta seguía igual de fría - que extraño ...- frunzo más el ceño, cuando abro mi palma y veo que su repentino brillo se había apagado.
No puedo evitar sentir un extraño escalofrío. La vuelvo a poner en su lugar- bueno, no parece que vaya estallar o algo por el estilo. Ve hijo, estaremos al pendiente de la esfera - le insto al pequeño.
Este un poco dudoso, finalmente asiente - ¡regreso pronto! - suspiro, pero me dedico a arreglar los circuitos que se habían atrofiado de la camioneta.
No había logrado que ese cacharro viejo volviera a andar, lo cual me había dificultado mis tareas como agricultor. Noto como Kori se recuesta cerca de mis piernas, debajo de la mesa, apoyando su cabeza en sus patas delanteras.
Gine se dedica a cocinar un poco de arroz y disfrutamos de la tranquilidad del día, por lo que parece una hora. Cuando levanto la cabeza para decirle algo a Gine, algo me lo impide.
-... ¡AHHH! - saltamos sorprendidos.
- ¿Ese fue ...? - nos miramos con Gine.
- ¡KAKAROTO! - nos levantamos al mismo tiempo y al salir, observamos como nuestro hijo se ponía en pie. A su lado estaba un pescado gigantesco, de seguro que había alcanzado a pescar por su cuenta, esto porque su ropa seguía mojada.
El pequeño se sacude y carga contra un coche. "¿De dónde salió ese auto?", con suerte alcanzo a pensar, cuando Kakaroto manda a volar el auto por sobre su cabeza.
- ¡Ahh!, ¿c-cómo?, ¡se cargó el auto, es un monstruo! - alcanzamos a escuchar una voz. Al acercarnos, notamos como va saliendo del auto una niña peli azul. También soy consciente, que Kori se pone atrás mío y le ladra a la extraña.
La joven levanta algo negro y al instante, escuchamos fuertes disparos contra el menor.
- ¡HIJO! - grita Gine asustada, pero Kakaroto recibe de lleno los balazos, sin graves heridas aparentes. Se queja un poco, para luego enfrentar enojado a la joven, empuñando su Nyoi-bō.
- ¡Oe!, ¡no creas que me harás daño con eso!, ¡mi cuerpo es duro como el acero! - grita enojado.
- ¡No puede ser!, ¡es de verdad un monstruo! - se exalta la joven. Esta levanta sus manos - ¡es-espera niño!, ¡cálmate! - intenta sonreírle - creo que empezamos mal, me asustaste. No soy mala persona, soy una chica buena - mi hijo se frena. Nosotros nos acercamos.
- ¿Una chica? - parpadea confuso - pero eres débil, no eres como mamá - va rodeando a la niña, inspeccionándola, con su arma lista.
- ¡Oye!, que maleducado - lo reta. A medida que nos acercamos, mi malestar aumenta, me quedo un poco atrás observando a esa niña.
"… La he visto antes", me estrujo la cabeza, intentando ubicarla.
Estoy tan enfrascado en eso, que no noto cuando Gine llega donde Kakaroto y quedo aún más confuso, cuando esta le pega.
- ¡Ay, mamá! - se queja este, sobándose su cabeza.
- ¡No debes levantarles las faldas a las niñas!, ¡tampoco andarle viendo sus calzones! - lo reprende la morena. Se me cae una gotita de mi cabeza.
- ¡Pero mamá!, ¡estaba asegurándome que no tuviera armas ocultas!, ¿para qué quiero verle sus calzones, a esta niña fea? - hace un puchero.
- ¡Eres un pueblerino!, ¡niño maleducado! - grita la peli azul, sonrojada. Gine vuelve a golpear a nuestro hijo, suspiro.
- ¿Y quién eres niña? - me acerco. Esta parpadea confusa, observando de mi hijo a mí.
- ¡Oh!, debe ser su padre, ¡son muy parecidos! - esta se sonroja y se inclina - ¡lo siento!, ¡soy Bulma! - se presenta.
Kakaroto se ríe a carcajadas - ¡qué nombre tan raro!, ¡Bulma! - repite entretenido. Gine vuelve a golpearlo.
- ¡No seas maleducado! - lo vuelve a regañar.
- ¡Uy!, ¡a mí tampoco me gusta mi nombre!, por eso odio a los niños - hace un puchero la peli azul – además, no quiero escuchar tus burlas. Mira que no tiene ninguna gracia, que te vistas con una cola falsa de mono - se burla esta vez ella.
Kakaroto la miro molesto - ¡esta cola no es...! - le tapo la boca. Le dirijo una mirada.
- Discúlpalo, no tiene mucha paciencia, pero le gusta mucho su disfraz - intento improvisar.
- Nos tomaste de sorpresa, pero podemos ser educados. ¿Te interesa quedarte a comer con nosotros? - la invita Gine. La tal Bulma se ve más calmada y le asiente a la morena.
- ¡Será un placer!, ¡oh!, aguarden - rebusca algo en su bolsillo, sacando un extraño aparato y cuando lo acciona, este comienza a pitar suavemente.
- Qué extraño ...- la alcanzo a escuchar que susurra.
- ¿Dijiste algo? - esta se sorprende, pero niega frenética.
- No, no, eh ... yo los sigo – no puedo evitar entrecerrar los ojos, mirándola con sospechas. Además, que sigo sintiéndome intranquilo, pero guío a todos de vuelta a la casa.
- Por cierto, ¿quiénes son ustedes? - nos pregunta la tal Bulma.
- Mi nombre es Bardock, Son Bardock- me presento. Le señalo a la morena - mi esposa, Son Gine - esta le sonríe.
- Un placer- vuelve a inclinar un poco su cabeza - umm, ¿y tú como te llamas niño? - se dirige a mi hijo.
- ¡Yo soy Goku, Son Goku! - se presenta el menor, sonriente.
Al entrar a la casa, la chica observa todo - tienen un bonito hogar- dice la niña con educación.
- Gracias Bulma-chan - Gine vuelve a sonreírle. La peli azul pasea la mirada por la mesa y ve los circuitos que había dejado antes.
- ¡Vaya! - esta se acerca y cuando noto que los va a tocar, me adelanto.
- Hey, no toques - la freno. Esta salta sorprendida.
- Disculpe, pero puedo ayudarle si quiere - la miro confuso - soy buena con la mecánica - saca unos alicates de sus bolsillos, se queda mirando los circuitos y luego comienza a trabajar rápidamente en ellos.
La observamos sorprendidos, cuando esta en un par de minutos, deja armado el mecanismo que me faltaba, para poder hacer andar bien el motor de la camioneta.
- ¡Genial! - se sorprende Kakaroto. La niña se ríe encantada.
- Gracias - logro decirle, inspeccionando el cachivache.
- No hay problema ... ¡ahí está!, ¡lo sabía! - volvemos a sobresaltarnos, cuando esta grita emocionada y se acerca al mueble, donde reposa la esfera de cuatro estrellas - ¡la Dragon Ball! - cuando esta estira la mano, Kakaroto se adelanta y le quita la esfera.
- ¡Oye!, ¡sin tocar!, esto es un regalo del abuelo - protege la esfera, aunque este parpadea confuso y vuelve a mirar la esfera - está volviendo a brillar como antes - nos acercamos a mirar.
- Claro que sí, eso es porque está reaccionando ante las mías - la chica vuelve a rebuscar en sus bolsillos y saca, para nuestra gran sorpresa, dos esferas idénticas a la de nuestro hijo.
- ¡Woow! - exclaman Gine y Kakaroto, mirando como ahora las tres esferas naranjas, brillaban al unísono.
- Encontré una en el sótano de mi casa, investigué y descubrí algo increíble. Si reúnes las 7 esferas del dragón, aparecerá Shenlong y te concederá cualquier deseo que tú quieras - parpadeamos confusos y sorprendidos.
-... ¡Genial!, ¿cualquier deseo? – vuelve a exclamar el pequeño, ella asiente.
- Una vez escuché que alguien pidió un deseo y se convirtió en rey, hace mucho tiempo - me dan ganas de bufar burlesco, pero algo en las esferas me estaba dando escalofríos. Una fuerza extraña provenía de ellas.
"¿Podrá ser cierto esa historia?, suena a cuento de hadas ... por otro lado, nosotros venimos de otro planeta, tampoco es una idea tan irreal", medito.
- Hace unos días atrás encontré la segunda - sigue contando - esa de ahí - señala la esfera de Kakaroto - es la Su-Sinchu. Las demás están repartidas por el mundo - enarco una ceja.
- ¿Y cómo supiste que una estaba aquí? - le pregunto, sospechando.
- Con este radar, yo lo creé - dice orgullosa. Nos muestra el aparato que antes le vi accionar - ahora que les dije todo, ¿me das la esfera? - mi hijo le saca la lengua.
- ¡No!, ¡esta es una herencia del abuelo!, ¡no te la daré! - grita el menor.
- ¡Oh vamos! ... ¡ya sé que quieres! - hace una mueca extraña la peli azul. Se levanta un poco la falda y le deja ver a Kakaroto, un poco de sus bragas.
Tanto Gine como yo, nos quedamos boca abiertos. Gine sonrojada y un poco histérica, hace ademanes de querer bajarle la falda a la joven.
- ¿Por qué voy a querer tu sucio culo? - dice simplemente Kakaroto.
No puedo evitar soltar un bufido divertido. Gine le pega al menor.
- ¡No seas maleducado!, ¡y tú jovencita, no debes ir por ahí enseñando las bragas!, tienes suerte que mi hijo es pequeño y tontito a veces, pero podría tocarte algún violador- el pequeño hace una mueca ante la descripción.
- ¡Mamá! - se queja este.
- Umm, bueno … ¡entonces ven conmigo! - exclama la joven. Los tres nos quedamos observándola.
- ¿Qué? - volvemos a exclamar los tres juntos.
- ¡Sí!, ayúdame a buscarlas. Podrás ver el mundo y te harás más fuerte - Kakaroto se queda pensativo.
- ¿Me podré hacer más fuerte? …- comienza a sonreír- ¡suena divertido!, ¡quiero ir! - exclama este.
- ¿¡Qué!?, ¡ah no!, ¡no irás! - salta Gine, enojado y preocupada - ¡la próxima esfera podría estar a días de distancia!, ¿acaso van a caminar? - razona esta.
Bulma sale fuera de la casa y nuevamente, rebusca entre su bolso - ¡descuide Gine-san!, ¡iremos en esto! - acciona algo y lo lanza. Hay una pequeña explosión y de esta aparece una motocicleta.
Nos quedamos todos sorprendidos.
- ¡Wow!, ¿eres bruja? - le pregunta mi hijo.
- No, estas son las cápsulas Hoi-Poi, todos en la ciudad las usan - parpadeamos impactados.
- ¡Sí!, ¿ves mamá?, no hay problema. ¡Quiero ir, así les demostraré que ya no soy un niño! - nos mira emocionado.
- ¡Pero ...! - freno a mi esposa. Me quedo observando esa motocicleta. Ahora todo encajaba, ahora lo recordaba.
En las visiones que había tenido, hace doce años atrás, era esto lo que había visto, era a esta niña que había visto, por eso me sonaba su cara. Este momento estaba destinado a ocurrir.
En las visiones había visto como esta niña y Kakaroto, iban viajando en esta misma motocicleta. No había lugar a dudas.
- Ve hijo - Kakaroto me mira sorprendido.
- ¡Pero Bardock! - niego.
- Esto debía pasar Gine ... confía en mí - Gine me observa con sus ojos cristalinos, llenos de lágrimas.
Me agacho frente a mi hijo - sé que estarás bien y que tendrás una gran aventura. Recuerda volver y contárnosla - el pequeño parpadea confuso, pero luego me sonríe y salta abrazándome. Apenas logro atajarlo.
- ¡Lo haré papá!, ¡me volveré más fuerte y les contaré muchas aventuras! - me sonríe. Le desordeno sus mechones con cariño.
- No hagas esperar más entonces - este asiente y corre a despedirse de Gine. Esta lo abraza bien fuerte y lo llena de besos.
- Si te quieres volver, lo haces. Si tienes miedo, recuerda que siempre estamos contigo, aquí - le apoya la mano en su corazón. Este asiente, también un poco lloroso.
- ¡Sí mamá! - la abraza bien fuerte, besándole su mejilla y luego se separa - ¡no te preocupes!, ¡estaré bien! - este se cuelga su arma y abraza a Kori - ¡cuídate mucho también!, ¡te quiero! - el perro le lame toda su cara. El menor se ríe, pero se separa.
Vuelve a acomodarse la ropa y se acerca a la peli azul, subiendo a la motocicleta.
Sacude la mano, despidiéndonos - ¡los quiero!, ¡volveré! - comienza a alejarse.
- ¡Cuídate cielo!, ¡aliméntate bien! - alcanza a gritarle Gine. Me acerco y la abrazo, esta solloza un poco contra mi pecho.
Ambos sabíamos que pasaría harto tiempo, hasta que volviéramos a ver a nuestro hijo.
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Estiro mi espalda adolorida y me quedo observando el campo. Todo estaba cosechado y ahora venía la parte de vender.
Me trueno el cuello - definitivamente, luego de esto me tomo unas vacaciones - medito en voz alta. Tomo las distintas cestas y las cargo en la camioneta.
- ¿Ya te vas? - me volteo y distingo a Gine. Le asiento.
- Sí, vendo esto y estamos listos por la temporada … Podríamos viajar y explorar más de este planeta, siento que nos hemos quedado mucho tiempo aquí - le comento. Esta se encoge de hombros.
- Lo sé ... me siento bien aquí, no me dan ganas de moverme ... aunque podemos ir a explorar. ¡Ya sé!, ¡tener una cita en algún spa o algo por el estilo! - se emociona esta. Se me cae una gotita de la cabeza, pero Gine ya se veía emocionada.
- Entonces está decidido, vayamos de aventura - esta parece quedarse pensativa de repente.
- Pero ... ¿qué pasa si Kakaroto regresa y no estamos? - suspiro.
- Han pasado varios meses, no sabemos cuándo volverá ... tampoco nos podemos quedar de brazos cruzados, esperándolo - esta suspira, triste.
- Lo sé ... es sólo que lo extraño - exhalo y la abrazo.
-... Pa ... Am …- frunzo el ceño y me separo de Gine.
Este me mira extrañada - ¿Bardock? - frunzo el ceño y observo a todos lados. "¿Lo habré imaginado?"
-... No ... pensé ...- sigo observando los alrededores, pero no veía nada ni a nadie. Cuando ya estoy sacudiendo la cabeza, ignorando lo que creí escuchar, me asalta un extraño presentimiento y vuelvo a dirigir mi vista al cielo.
"No veo nada ... ¿acaso ...?", sigo escudriñando las nubes.
Entrecierro los ojos. "Veo algo, algo se acerca" analizo, cuando de repente, lo escuchamos claramente.
- ¡PAPÁ!, ¡MAMÁ! - entre las sombras de las nubes, sale disparado ... "¿una nube?"
Abro los ojos, sorprendido. Una nube naranja venía disparada en nuestra dirección y lo más sorprendente es que encima de esta nube, no sabía cómo lo hacía, venía sentado nuestro hijo.
- ¡KAKAROTO! - gritamos Gine y yo al mismo tiempo.
- ¡JE-JE!, ¡PAPÁ!, ¡MAMÁ! - chilla este extasiado y feliz.
Apenas llega a nuestra altura, el pequeño salta de la nube y alcanzo, con mucha suerte, a atraparlo.
Noto como este me abraza fuertemente - ¡hey, tranquilo! - le devuelvo el abrazo.
- ¡Ya estás aquí mi vida! - grita Gine medio llorosa. Mi hijo levanta la cabeza y salta otra vez, pero esta vez, para abrazar a su madre.
Estos se funcionan en un abrazo apretado. Le acaricio sus cabellos disparatados, este levanta su cabeza, estaba riendo medio llorando. Nos observaba como si no creyera que éramos nosotros.
- ¡Los extrañé mucho! - nos sonríe. Gine le besa la frente.
- Y nosotros a ti - la morena sonríe ampliamente.
- Ya nos tenías un poco preocupados - este se ríe, sobándose la cabeza, mientras se disculpa.
Lo observo más en detalle, había crecido un poco. Algo se había desarrollado, aunque todavía tenía mucha grasa infantil, todavía se veía redondito, pero se notaba sano y fuerte.
Este meneaba su cola feliz, con su Nyoi-bō colgado a la espalda como siempre, pero mientras lo observo, deparo en algo.
Me acerco a este y apartándole un poco su arma de la espalda, observo que ahora lucía un Gi naranja y con un símbolo en la espalda.
"No puede ser ...", pero mis ojos no me mentían. "Es el mismo traje", no puedo evitar recordar frenético.
En las visiones que había sufrido hace casi trece años atrás, había visto a Kakaroto mientras iba creciendo. En muchas de esas etapas, lucía este Gi naranja, con el mismo símbolo en su espalda.
"Realmente es el destino", sigo analizando.
Había intentado forzar mi mente en los últimos años, intentando hacer cosas como; 'Yoga', una práctica terrestre que me habían recomendado, para relajarme y encontrar una paz física, logrando acceder a una paz mental. No me había servido, sólo me exasperé rápidamente.
Intenté con la hipnosis, terapias, drogas alucinantes, etc, pero nada había funcionado, no podía acceder a esas visiones, tampoco podía ver más del futuro. Las visiones se habían acabado, en el momento en que escapamos del planeta Vegeta.
Pensé que eso podría significar que habíamos cambiado el destino, el destino de Kakaroto, pero hace un par de meses atrás, cuando llegó a la casa la niña peli azul, me había dado cuenta que algunas cosas estaban destinadas a ocurrir.
-... Umm, ¿papá?, ¿qué miras? - me desconcentro y observo a mi hijo. Este parece darse cuenta de lo que miro y me sonríe.
- ¡Ah, sí!, ¿les gusta?, este es el uniforme que me dio Kame Sennin, ¡y también me dio a Kinton! - exclama este contento.
- ¿Kinton? / ¿Kame Sennin? - preguntamos al mismo tiempo con Gine.
- ¡Sí!, Kame Sennin es mi nuevo maestro, nos estuvo entrenando a Krilin y a mí. Y me dio a Kinton - señala a la nube. Nube que extrañamente, parecía tener vida propia y parecía querer a mi hijo.
Me invaden dos sentimientos contradictorios. Por un lado, me daban ganas de montarla, por otro lado, me daba gripa y quería destruirla.
- Sólo puedo montarla yo, porque tengo buen corazón. Eso es lo que me dijo Kame Sennin - "bueno, sólo me queda la opción de destruirla".
- ¿¡Qué creen!?, ¡tuve muchas aventuras!, todo es muy divertido, ¡hice muchos amigos! - empieza a hablar sin cesar el menor, retratando todo con sus manos, emocionado - ¡papá, fue increíble!, reunimos todas las Dragon Ball y ¿¡adivina qué!?- salta este.
Se nos cae una gotita de la cabeza, intentando seguir todo lo que nos dice y su entusiasmo - las juntamos ¡y BAM! - hace aspavientos con las manos.
Gine tiene que sujetarlo, ante tanto movimiento por su parte - ¡apareció Shenlong!, ¡era gigantesco!, un dragón gigantesco y que daba un poco de miedo. De repente, todo se oscureció y este dijo que sólo se podía pedir un deseo – levanta un dedo.
- Estábamos en problemas, porque el tonto de Pilaf nos había atrapado, pero Oolong justo en el momento saltó y gritó que su deseo era ... ¿qué crees mamá?, él pidió tener unas bragas, ¡unas bragas! - se ríe - ¡y aparecieron! – sigue riéndose, pero comienza a lucir un poco pensativo.
- ... ¿Y saben qué?, pasó algo muy raro también un poco después. El tonto de Pilaf nos volvió a atrapar, en una celda con vista al cielo ... umm ... - cierra los ojos, concentrándose - recuerdo que miré al cielo y sentí algo extraño, como mucha energía y luego, no recuerdo nada. Mis amigos no me contaron mucho, sólo que cuando desperté, ¡me habían cortado mi cola!, ¡y no me dijeron por qué! - nos echamos un vistazo con Gine.
"Definitivamente, se transformó en Ōzaru", con suerte alcanzo a pensar, cuando el pequeño sigue con su disertación.
-Y después, me volví a juntar con Kame Sennin y comenzó a entrenarme, ¡fue muy agotador! ¡Nos hizo usar un caparazón de tortuga muy pesado!, ¡por varios meses! y luego participamos en el Tenkaichi Budōkai, ¡Papá, te encantaría!, ¡tienes que participar en el próximo torneo!, ¡en tres años más!, ¡había muchos competidores fuertes!, ¡y logré llegar a la final! ... aunque perdí - hace un puchero.
Cuando noto que va a abrir su boca otra vez, me adelanto y le apoyo mi palma en su cabeza.
- A ver, a ver, pausa. Necesitamos que hagas una pausa - nos reímos un poco. Este se da cuenta de su entusiasmo y se soba la cabeza, divertido y avergonzado.
- Parece que te divertiste mucho - se ríe Gine - ¿fuiste educado con todos a quienes conociste? - le enarca una de sus finas cejas.
Kakaroto se rasca la cabeza, pensativo, pero no la mira a los ojos – sí ... con casi todos - a Gine se le cae una gotita de la cabeza.
Por lo menos, había cosas que seguían igual, el pequeño no sabía mentir. Kakaroto parece acordarse de algo y mira los alrededores - oigan, ¿y Kori? - intercambiamos una mirada con la morena.
-Ehh ...- esta suspira y baja a Kakaroto, agachándose a su altura - bueno, Kori sufrió un ataque cardíaco ... lo siento cariño, él murió - al pequeño se le va la sonrisa.
Se queda mirando el suelo -... ¿dónde está? - Gine luce confusa, pero yo entiendo a lo que se refiere.
- Lo enterramos al lado de la tumba de tu abuelo. Tuvo una vida plena -le digo. Este se limpia una lágrima traicionera y asiente.
-... ¿Podemos ir a verlos? – asiento. Ya frente a sus tumbas, nuestro hijo les reza y les deja unas flores.
Luego de estar una hora ahí, regresamos. El pequeño estaba evidentemente, menos animado.
- Hey cariño, no estés triste. Sigue contándonos tus aventuras, ellos hubieran querido también escucharte - lo intenta animar Gine.
- Sí, pero por favor, que esta vez sea en orden - comento. Gine y Kakaroto se ríen.
-... ¡Es verdad!, ellos hubieran querido que sonriera - mientras Gine cocina el almuerzo, Kakaroto nos contaba con calma y en detalle, todo lo que había vivido desde que se fue con la niña peli azul.
- … Y bueno, me pidió que lo ayudara a apagar el fuego, a cambio de la sexta esfera. Así que fui con Chi- Chi en Kinton, a buscar el Banshō Sen que tenía Kame Sennin – estaba contando.
- ¿Chi-Chi? - pregunta Gine.
- Sí, ella es la hija de Ox-Satán - explica este. Luego parece acordarse de algo - oye mamá, ¿qué quiere decir, cuando alguien te llama ´cariño´? - parpadea confundida.
- Pues, es una forma amorosa de llamarse con otra persona, a veces yo te digo cariño – este luce confuso - ¿por qué preguntas? – lo mira curiosa.
- Es que, cuando íbamos en Kinton, quise asegurarme que ella era niña. Me acordé que papá me dijo que las niñas no tienen pito, entonces cuando le pegué para asegurarme, esta gritó y me empujo. Luego cuando seguimos viajando, iba toda roja y me dijo ´cariño´, no entendí – no puedo evitar atragantarme con mi cerveza y estallo en carcajadas.
- ¡Bardock, no te rías!, ¡esto es serio!, Kakaroto, ¿cómo hiciste eso?, ¡oh, no!, ¡qué vergüenza!, ¡ni que te hubiéramos criado en una cueva! ... pegarle para comprobar si tiene pito … – susurra para sí misma - ¡esto es tu culpa Bardock!, ¡salió tan bruto como tú! - se exalta Gine, dando vueltas por la cocina.
Me sigo riendo. Le extiendo mi palma a mi hijo, para darle los cinco - ¡muy bien enano!, ¡llegaste rápido a primera base! - siento como Gine me da un coscorrón en la nuca, pero no me importa, sigo riéndome.
- ¿Primera base? - pregunta este confuso. Gine le tapa los oídos.
- ¡No!, ¡no le hagas caso!, no escuches las tonterías de tu padre - ruedo los ojos.
Este sigue luciendo confuso, pero se encoje de hombros y continúa relatándonos sus aventuras. Lo escucho, aunque en mi interior, seguía dándome gracia el episodio con la tal Chi-Chi. "Tal vez algún día, ella sea parte de la familia …jeje, ¿cómo actuaría Gine?", me río.
-... Y Kame Sennin dijo que íbamos a continuar entrenando, pero le pedí permiso para venir a verlos, porque ya los extrañaba mucho ... ¡Es cierto!, ahora que recuerdo, cuando les dije a Kame Sennin, Launch y Krilin que venía a verlos, estos se sorprendieron y me dijeron que querían conocerlos. Kame Sennin los invitó a venir a la Kame House, ¿quieren ir? - nos mira emocionado.
Intercambiamos otra mirada con la peli corta - ¿ir dónde tu maestro? - este asiente.
Suspiro -... supongo que habrá que conocer, con quien te estás entrenando - Gine me voltea a ver.
Me encojo de hombros - luego de eso, iremos de vacaciones - Kakaroto nos observa.
- ¿Vacaciones? - le sonrío burlonamente.
- Es un viaje de pareja, no están permitidos niños. Además, tú vas a estar entrenando - este hace un mohín con su boca. Nos reímos.
- De acuerdo, vayamos. Quiero conocer con quienes estuviste estos meses - asiente Gine.
-... ¡Oh!, pero ¿cómo vamos a ir?, no pueden montar en Kinton - pregunta Kakaroto preocupado.
- ¿Sabes el camino de regreso? - este asiente.
- Entonces descuida, te seguiremos - este nos observa confuso.
Me río - estaba esperando a que crecieras más para contarte, pero con más entrenamiento, puedes usar tu fuerza para volar - este parpadea confuso y asombrado.
- ¿Volar?, ¿por tu propia cuenta? - asiento.
- Era parte del entrenamiento, cuando era un soldado. Cuando crezcas, vas a tener más fuerza y te puedo enseñar a hacerlo - este sonríe emocionado.
- ¿Lo prometes? - asiento.
Es de esta manera, que decidimos armar unas mochilas con un poco de ropa y demás. Ya luego de haber descansado del almuerzo, ordenamos todo y dejamos todo cerrado.
Kakaroto se sube a la nube y nos mira curioso - ¿seguros que pueden seguirme? - bufo.
-Vamos enano, no nos subestimes - este se ríe y sale volando encima de la nube.
Con Gine sonreímos y al expulsar nuestro poder, salimos proyectados hacía el cielo.
Me permito sonreír extasiado, dejando salir mi poder, el cual muchas veces me obligaba a controlar y a esconder.
- ¡Increíble!, ¡de verdad pueden volar! - le sonrío con prepotencia a Kakaroto y lo seguimos, sobrevolando el cielo a su lado.
Cuando llevamos un par de horas de viaje, nos internamos a un mar abierto y luego de algunos minutos, Kakaroto comienza a descender. Confusos, lo seguimos.
Cuando descendemos más, distingo un pequeño pedazo de tierra que se iba acercando, una isla diminuta. Al posarnos en la isla, observo una casa rosada con grandes letras pintadas, 'Kame House'.
Se me cae una gotita de la cabeza," no hay donde perderse".
De repente, la puerta de la casa se abre y se acercan tres personas, luciendo confusos y sorprendidos.
- Hey, ¡volví! - saluda Kakaroto.
- Hey Goku, ¿y ellos? - se acerca un niño calvo, que lucía de la misma edad y estatura que nuestro hijo.
- Ellos son mis padres Krilin - nos tira de la mano y nos acerca a este grupo curioso de personas.
- ¡Wuaa!, ¡son iguales!, ¡es una versión ruda y grande de Goku! - grita una mujer peli azul.
"¿Por qué todas son pelis azules? ... espera, ¿me dijo versión ruda?", se me cae otra gotita de la cabeza.
- ¡Es verdad!, ¡se parecen mucho! - grita el tal Krilin.
-Ya veo, ya veo, es un placer conocer a los padres de Goku - se acerca un anciano con un bastón y un extraño caparazón en su espalda - conocer a tan fina dama, es un placer… - extiende una mano y Gine, alagada y confusa, se la extiende.
El viejo se la besa y luego tose un poco en su propia mano, aclarándose la garganta – dígame fina dama … ¿me podría mostrar sus bragas? – hace una tonta mueca, con las mejillas enrojecidas.
Gine se queda boca abierta. Miro al anciano con un tick en el ojo.
- Jeje …- me hago tronar mis nudillos - ¿así que estamos chistositos anciano? – me adelanto y con un fuerte puñetazo, dejo comiendo arena al viejo tortuga. La cabeza de este se hunde en la arena y sólo quedan visibles sus piernas levantadas.
- ¡Kame Sennin! - escucho como gritan Krilin y la mujer peli azul. Kakaroto se ríe y se acerca a donde se asoma su maestro.
- Kame Sennin, no le puede pedir las bragas a mi mamá – el viejo se desentierra.
- Eso estoy aprendiendo jojo… ¡itai! – no puede evitar quejarse – tiene un buen derechazo, papá de Goku - bufo.
- Eso no fue nada anciano – este se ríe.
- Eso pude notar, ¿puedo saber su nombre? - suspiro, pero me presento.
- Bardock … gracias por cuidar y entrenar a mi hijo - me obligo a decir. Este asiente contento, volviéndose a levantar y apoyándose en su bastón.
- Bueno, entremos, ¡queda harta comida! – invita entusiasta la peli azul.
Niego con la cabeza, viendo lo extraño de toda esta gente, pero ya se me hacía divertido. Me encojo de hombros e ingresamos a la casa.
