Capitulo 6: Comienza el ataque
Terminaron las clases, me dirigía a mi hogar caminando mientras observaba mi mano izquierda, aquella donde descansaba un ítem llamado Sacred Gear.
En el club de investigación oculta recibí mucha información importante.
Este ítem en mi brazo, es conocido como un Sacred Gear. Artefactos que el Dios de la Biblia les entrega a los humanos. Ja, parece que, si existe dios, me gustaría conocerlo, tal vez él me dé respuestas del porqué desperté en este lugar
Más específicamente el que poseo es un Boosted Gear, uno de los 13 Longinus donde habita uno de los dragones celestiales. Solo de pensar en la cara de la presidenta cuando se dio cuenta de eso, me dan escalofríos mentales. Supongo que si tenía una buena razón para revivirme… Ahora ¿Cómo les podría explicar que con mi llegada a este mundo absorbí ambas almas?
Tomando en cuenta toda la información que está a mi alcance, puedo concluir que el alma de Issei era tan débil que solo se pudo convertir en información al momento de ser absorbida. Y el alma del dragón solo se convirtió en ¿Fuerza? ¿Potencial? ¿Habilidades? No sabría cómo explicar eso. Solo sé que asesine a uno de los dragones celestiales de este mundo sin siquiera darme cuenta. No sé si estar orgulloso de eso. Sera mejor no decir nada, si no me podría meter en problemas.
Probé mis habilidades para analizar ítems, me imaginaba este Sacred Gear como un ítem mundial o algo así. Menos mal que no fue así, pero ahora hay una pregunta que no deja de dar vueltas por mi cabeza `` ¿Qué opinarían los demás si les digo que ya estoy equipado con ítems divinos hasta los huesos? Y además de eso ¿Qué pasa si les digo que tengo en mi poder ítems con más poder? ´´
Solo deseo llegar a casa para poder relajarme un momento, aunque no puedo dormir, tomar una buena posición y cerrar los ojos, me ayuda a pensar de una manera más clara.
``Si estos artefactos son ítems con el potencial de matar a un dios, o a los reyes demonios. Debería ser clasificado como ítem mundial, tal vez sea un error por no estar sujeto a las leyes de YGGDRASIL. O simplemente los reyes demonio son débiles, pero no debería ir por ahí pensando eso, más vale prevenir, de momento no confiare en [Magical evaluation of ítems]. También está la duda de cómo es que funcionan los ítems mundiales en el nuevo mundo´´
Por ultimo hablamos sobre mi asesina. Su verdadero nombre es Raynare, y pertenece a la facción de los ángeles caídos. Los de su grupo supusieron que al poseer una Sacred Gear podría ser una amenaza, por eso decidieron asesinarme. ¿Pero no era una mejor idea reclutarme de su lado? Ahora no sé cómo debería actuar ante ellos, sé que debería tomar represalias, pero si lo que dicen es cierto, y hay disputas entre las 3 facciones, podría meterme no solo contra una especie entera, si no incluir a los demás demonios en problemas y muy posiblemente comience otra guerra… De momento no are ningún movimiento, solo asistiré a clases normalmente mientras investigo.
oXo
Pasaron varios días donde Issei de vez en cuando iba al club, a veces llamado para cortas platicas, y otras solo simplemente por aburrimiento. Y cuando estaba libre en los descansos, al no poder estar tranquilo comiendo, optaba por ir a la azotea, lugar en el cual disfrutaba estar por la vista que ofrecía. No se cansaba de tomar grandes bocanadas de aire disfrutando de la vista. Y poco a poco se acostumbraba a las visitas de la vice-presidenta del Consejo Estudiantil, las cuales siempre eran para regañarlo.
Pero el día de hoy fue llamado al Club, ¿Por qué? No parecían buenas noticias.
Se encontraban todos los miembros del club en el viejo edificio, todos parecían estar serios.
- ¿Y dime, porque debería acompañarles? - No le agradaba la idea de atacar el escondite de un grupo de ángeles caídos. Sabiendo que es su escondite es evidente el peligro, ¿Y quién más que Momonga para evitar el peligro? Aquel paranoico solo atacaría cuando estuviera lo suficientemente preparado, tal vez en una semana podría si es que llega a conseguir información de los que se encontraban en el lugar. En este caso solo se conocía la información de dos individuos. Uno era un exorcista errante y el ángel caído Raynare. Tal vez eso sea suficiente para convencerlo.
oXo
Después de un tiempo finalmente encontramos su escondite. Esos caídos en verdad que son molesto, como están en territorio de la familia Gremory no abra problemas en acabar con ellos.
Justo ahora nos dirigimos a su escondite, pude convencer a mi nuevo peón que viniera. Parece que tardare más de lo pensado para ganarme su confianza, solo sé que tengo que ponerlo de mi lado, no quiero que sea un desertor. Un desertor con ese Sacred Gear, podría ser tomado como una amenaza para las 3 facciones.
``Al final después de todo, todos tienen un objetivo, una ambición, un deseo, lo atraeré con eso, esta venganza es solo el primer paso. Solo es cuestión de tiempo, tiene que ver que yo poseo el poder de brindarle todo lo que desea, solo tiene que ver el poder que poseen los demonios de alto rango, y con eso deseara tenerlo el mismo, ja solo de pensarlo se me pone la piel de gallina. Vamos, solo tienes que morder el anzuelo mi pequeño Isse ´´
Ya había oscurecido, había luna llena, aunque no se veía iluminado gracias al cielo lleno de nubes que obstruían el paso de la luz. Habíamos aparecido en la parte trasera de la iglesia a través del circulo de tele-transportación, árboles y arbustos era lo que nos rodeaba.
-Valla, valla- Alguien estaba en un árbol, mirando exactamente el lugar en el que habíamos aparecido, saliendo de la sombra del árbol que impedía poder reconocer al que parecía ser una mujer por su voz, dio un salto cayendo de una forma juguetona al suelo. – Soy un Ángel Caído conocida como Mittelt, y ustedes demonios, no interrumpirán el ritual- Era una chica de una estatura alrededor de 145 cm, con cabello rubio, peinado en dos coletas, con unos ojos azules. Portaba un atuendo estilo lolita gótica, que consistía en un vestido negro con detalles blancos, con un moño negro en la parte delantera de la cintura y otro en la parte superior de la cabeza. Calcetines blancos hasta los muslos con zapatos negros y una joya verde incrustada en el cuello.
-Valla, sí que vinieron muchos- Analizando a todos los individuos, aunque sea alguien que confié en su propia fuerza, ante los números sabe que no puede hacer mucho.
-Bien, nos vemos- Mas rápido de lo que un humano normal pudiera ver en la oscuridad, la pequeña Caída salió volando del lugar.
-Ara, ara, que imprevisto, nos han descubierto- Con una sonrisa mientras se sujetaba la barbilla, Akeno hizo un comentario con la misma actitud de siempre.
Y con eso el plan se vio expuesto, no era necesario ir a ver, con nuestros propios sentidos pudimos concluir que más adelante, estaba el enemigo. Eran demasiados, no solo Ángeles Caídos, sino sacerdotes desertores. Parece que estaban en medio de algo importante, por eso la seguridad del lugar. ¿Tal vez fue buena suerte el encontrarlos a todos juntos? Así sería más sencillo deshacerse de ellos. Sea lo que sea, solo será necesario eliminarlos a todos.
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Subió las escaleras del edificio, pues el elevador no funcionaba. Se comenzó a quitar la máscara y los lentes justo cuando estaba por llegar al piso donde se encontraba su habitación. Traía una cara aburrida, decaída, con ojos marrones, cabello corto negro, un rostro común pues no decía ser el hombre más hermoso del edificio, una estatura de 1.78 metros. Y su caminar, medio encorvado, nos decía como fue su día.
Estaba a una vuelta de llegar a su habitación, solo era necesario doblar la esquina a la derecha, y por fin podría tomar un pequeño descanso e ir a aquel lugar mágico lleno de fantasía que tanto le gustaba. ¿Y a quien no le gustaría? En un mundo decaído, donde la única comida que podía comer eran esos suplementos alimenticios, donde no hay más árboles, ni lugares al cual ir a disfrutar. La única forma de escapar de los humanos a una mejor realidad, era por medio de la experiencia de la realidad virtual.
Justo cuando dio vuelta en la esquina, poco a poco, sin animo alguno, fue levantando la mirada para poder observar la puerta de su habitación.
Lo que vio lo sorprendió, no todos los días tenia visitas, más bien, si no era el cartero, o alguien que tuviera la intención de cobrar algún tipo de deudas, nadie lo visitaba.
Parada en la puerta de la habitación número 18, estaba un individuo esperando a la llegada de Suzuki. Era una mujer con una estatura de 1.70, tal vez un poco menos, con un hermoso cabello de color negro a la altura de los hombros, a simple vista se podía observar lo bien que lo cuidaba. Por su vestimenta parecía venir de dar un pequeño paseo por la ciudad, o para ir a darlo. Aunque esa idea quedo descartada, pues nadie en su sano juicio saldría de paseo en este mundo, a menos que seas un millonario con su propio pedazo de naturaleza. Traía puesto encima un suéter de un color rosa fuerte, abajo se podía ver que portaba un vestido de color negro con adornos de blanco, que le tapaba un poco más arriba de las rodillas. Unas largas medias que cubrían hasta los muslos, junto con unos zapatos negros. Y en el suelo parecía haber una pequeña mochila de color negro. ¿Tal vez era uno de esos bolsos que acostumbran traer las mujeres donde guardan sus pertenencias? No… si se trataba de una simple mochila.
``Hermosa´´ fue lo que pensó Suzuki, pues no siempre tenía visitas, y menos de lo que parecería ser una hermosa colegiala.
Ella sonrió haciendo un hermoso gesto inclinando la cabeza a la derecha mientras cerraba los ojos. Satoru solo pudo sonrojarse, y ya saliendo del shock, comenzó a caminar a donde se encontraba la mujer.
-Ha...yo… he- No podía formular una palabra, no siempre tenía la oportunidad de socializar con alguien del sexo opuesto. Más bien tampoco tenía experiencia en ese campo, toda su vida vivió rechazado por las mujeres. ¿Su única novia? Esa la consiguió hace más de 10 años, tema el cual no le gusta tocar, pues no fue una experiencia agradable.
- ¡Momonga-oniichan! – Con una fuerte exclamación no pudo evitar sentirse feliz al estar frente a Suzuki.
-Te vez mejor de lo que pensé je- Se veía tan feliz, tan inocente, con una hermosa sonrisa que reflejaba lo dicho antes. Si la luz del sol tuviera la oportunidad de entrar por la ventana y la golpeara justo cuando sonríe, la aria ver como un ángel.
-Heee… yo… este bueno yo…- Sonrojarse, era lo único que sucedía con Satoru, aunque no tenía experiencia en ese campo, podía sentir que las palabras eran sinceras. Podía sentir una hermosa calidez, que después era opacada con su vergüenza.
-Eres malo Momonga-oniichan, no me digas que no me reconoces- Haciendo un puchero mientras sus cachetes se hinchaban como los de una ardilla, volteo a un lado al mismo tiempo que se cruzaba de brazos.
- ¡Si claro Bukubukuchagama… es solo que… nunca me imaginé encontrarte aquí- ¿Y cómo sería posible confundir tan dulce y aguda voz? No hay, no existe quien pueda confundirla.
-Llegué a la ciudad por una entrevista de trabajo, así que decidí pasar a darte una visita- Dejando su puchero de lado, le volvió a dar una mirada angelical al avergonzado Suzuki.
- ¿Y bien, como te fue? - No hacía falta preguntar qué tipo de entrevista, pues ya estaba claro que la pequeña Sakura prestaba su voz para personajes en H-Games.
- ¡Me dieron el trabajo! - Un brinco de felicidad mientras extendía sus manos en el aire, ¿Tal vez buscando un abrazo? Lástima que Suzuki es un poco lento en estas situaciones.
-¡Wow. Eso es increíble, felicidades! ¿Quieres pasar a tomar algo mientras hablamos?… Digo si es que no te molesta… nno lo-lo confundas, es solo – Recito esas últimas palabras sujetándose la nunca con una mano, mientras avergonzado giraba la cabeza hacia la derecha en dirección al techo, para así disimular la vergüenza.
-Está bien jiji lo entiendo- Con un pequeño gesto, cubrió sus labios con los dedos de su mano mientras hacia esa pequeña risa juguetona.
-Agradezco la oferta, pero comenzamos a gravar la próxima semana, así que tengo muchas cosas que preparar. También venía a disculparme, con el trabajo ya no podré conectarme a jugar muy seguido- Sus ánimos bajaron con esta última frase, también su mirada para no ver el rostro de su amigo cuando escuchara la mala noticia.
- ¡Bromeas! Está bien. Por favor no te sientas mal, y entiendo perfectamente. Y estaré esperando el juego, no dudare en comprarlo- Hablo de manera sincera y directa, para que así la tristeza desaparezca de la chica frente a él.
-Onii-chan pervertido hehe- Una risa juguetona, un poco lasciva mientras miraba a Suzuki, quien solo se pudo sonrojar en extremo mientras daba unos pasos atrás.
- ¡Hee nooooo yo solo! - Comenzó a negar desesperadamente con ambas manos, mientras el rojo en su rostro no ayudaba para nada.
-Tranquilo solo te molesto- Otra pequeña risita salió mientras trataba de calmar la vergüenza de Suzuki.
-Bien, me tengo que ir-
- ¿He, tan rápido? - Era triste ver que el momento se acabe, pues no siempre sentía tantas emociones juntas.
-Lo lamento Satoru-oniichan, pero tengo muchas cosas que preparar. Así que, por favor, cuida a mis pequeños como si fueran tus propios hijos- Como tomate, tan rojo como si fuera a explotar, era claro la sensación que sentía al decir estas palabras. Aunque no era solo por eso, sino por la acción que tomaría en ese instante.
-Así que- Comenzó a acercarse cada vez más, poco a poco, mientras que Suzuki retrocedió dos pasos hasta toparse con la pared y no poder retroceder más.
Un beso en la mejilla fue lo que le dio, parecía muy decidida en hacerlo, pero después… vergüenza, ambos, tanta que no podían verse a sus propios ojos.
-Bu-bueno he- yo-yo me tengo que ir ¡Nos vemos! - Sudando de los nervios, se dio la vuelta y comenzó a caminar, no sin antes darle un vistazo al también avergonzado Suzuki.
Después de unos segundos, se tocó la mejilla, y volteo a ver como daba la vuelta por la esquina su preciada amiga. Confundido, con emociones encontradas, poco a poco comenzó a reaccionar.
-Nos vemos pronto- Fue lo que pudo formular justo cuando Sakura desapareció de su vista. Claro fue inaudible, fue un simple susurro para sí mismo.
Ese sentimiento fue ¿Felicidad? ¿Amor? ¿Emoción? Fue tanto que era difícil ver que era exactamente. Tal vez era una suma de todo, tal vez ella sentía lo mismo.
``Tonto tonto tonto´´ Fueron sus últimos pensamientos antes de entrar a su habitación.
Aquel día, esa visita, esa pequeña platica, ese pequeño momento, fue la primera y última vez que pudo ver a Bukubukuchagama. Ambos platicaban de vez en cuando por mensajes de texto, después un mensaje por semana, seguido de un mensaje al mes… tal vez…
El trabajo de ambos los consumió, y poco a poco dejaban de hablar.
Y así fue como un miembro más abandono el gremio.
