Capitulo 6: Familia
En el Colegio de Invocadores uno nunca sabe que encontrarse.
Lo tuvo muy claro cuando salió del Vacio y se consumio de forma destructiva hasta que los Invocadores le enseñaron un proposito. Una meta.
Una vida.
"También aceptasté pagar el precio" se recordó a si misma cuando caminaba flanqueada por dos fornidos invocadores con capucha. Uno apenas mas bajo que el otro no había diferencias más palpables. Así era con todos, menos con ella.
La Invocadora Mayor.
Tori Maseg. Su patrona. Aquella que la había avalado como Campeona de pleno derecho. La lider y directora de todos los invocadores del Colegio.
Siguieron caminando, avanzando pasillos en la oscuridad de la noche, hasta llegar a la Camara del Consejo donde los 10 invocadores mas influyentes se reunían y escuchaban los hechos y decidían lo mejor para Valoran en su conjunto.
A veces decidían que lo mejor era no intervenir incluso y dejar que se desarrollaran sus ciudades, que evolucionaran, que prosperaran a través de la paz de la Liga. Ella nunca fue consciente de que tan importante fue fomentar la paz y la unidad hasta hacía un par de semanas.
Las puertas estaban flanqueadas por 4 invocadores con tunica negra, que demostraba su categoria de ascendidos. Grandes Invocadores, apenas por debajo del Consejo, con grandes victorias en su haber.
Pero nada era como el Vacio. Todavía temblaba involuntariamente al recordarlo, si no fuera por Ezreal...
Ezreal...
Todavía dudaba de si había hecho bien. Pero descubrió con terror que el joven rubio se moría en sus brazos. Aquella fria noche, su corazón casí había dejado de latir, y ella se aterrorizó como nunca el Vacio lo había hecho, ni siquiera con las siniestras imagenes que le acababa de mostrar hace unos dias.
Ezreal se moriria. Y sería culpa suya.
Azotó sus piernas desesperada. Forzó sus brazos cuando se cansaban, mientras arrastraba al joven, que apenas y lograba arrestrarse, delirante en una nube de frio, dolor e inconsciencia. Y por fin pudo verlo, el Fuerte de Sejuani, Dagercave, la impenetrable fortaleza del Norte.
Vio como unas figuras se acercaban a ella y dejó caer su carga. Lo miró un largo segundo, sin saber que hacer, hasta que se apartó de un salto de nuevo hacía la nieve y la oscuridad.
Pero no pudo pensar más en su joven rubio, pues el Consejo estaba tomando asiento y allí con la palabra, alzada mientras el resto estaban sentados, Tori dio comienzo a la reunión.
Kai'sa ya estaba acostumbrada a esto. Relató su historia, bajo aquellas miradas logicas y pacientes de manera impersonal, fria, sin sentimientos, si bien su corazón se aceleraba cada vez que mencionaba el nombre de Ezreal durante su relato. Mas inquietante aun era la manera en la Invocadora Mayor parecía mirarla, sin despegar su capucha de ella aunque no estaba segura.
Cuando llegó a la mención del anciano, pudo detectar un leve nerviosismo en sus miembros. Si bien pudo controlarse, eludió las visiones que la atormentaban y simplemente mencionó que la doblegó con la mirada.
-El Explorador Ezreal me salvó. A base de sacrificar su integridad, nos sacó de allí y me ayudó a cerrar el portal.
-Bien cierto es que su integridad no tendría porque ser salvada, porque vosotros mismos os metisteis en la boca del lobo por así decirlo. -anunció Tori con voz clara.- Sin embargo, gracias a eso sabemos que lo que nos dijo Kha'Zix puede aplicarse al Vacio mismo tambien, bajo ese mismo principio.
Ella tambien lo había estado pensando. Tambien recordaba.
"Yo cazo, aprendo, evoluciono" las palabras temidas. Todos las sabían. El Vacio estaba evolucionando.
-Nos ha cazado -enumeró Tori, con firmeza en su voz – durante años y sin descanso. Ha aprendido de nosotros y ha evolucionado. Creo firmemente que lo que mas tememos pueda llegar antes de lo previsto. El Vacio viene. Y con más fuerza que nunca.
Un alboroto discordante se urgió en la sala, pero en el fondo todos sabían la verdad. Eran demasiado inteligentes y sabios como para ser ciegos e ignorantes ante la advertencia.
-Sugerencias, Cazadora. - era una orden. Firme y clara.
-Estoy confusa, Invocadora Mayor. El Vacio nunca había asumido una forma fisica corporea previamente que yo sepa. A los que estamos relacionados con el Vacio, nos habla de otra forma. Sueños, visiones, susurros... Pero esto, una conversación real y tangible no susurros mal escuchados ni visiones cripticas. Me mostró quien era y perdí. Dicho esto – anunció la joven con aplomo – me gustaría trabajar en colaboración con el Caminante Kassadin. A pesar de su estado mental, ha peleado contra el Vacio por más tiempo que nadie y si su estado mejora podría encontrar algo que nos ayude con esto, mi Señora.
-Tu analisis es sabio, tu sinceridad agradecida y tu petición será concedida, Dama Kai'sa, a pesar de que veo poco exito en tu empresa. - anunció Tori. -En tanto, debemos convocar una reunión de urgencia con toda la Liga y los principales representantes de las ciudades-estado. Anunciaremos la amenaza y veremos a que tipo de consenso se puede llegar. Hasta entonces, este Consejo queda disuelto.
Sin mas ceremonias, los presentes se levantaron y la propia Kaisa iba a hacer lo propio cuando la Invocadora Mayor habló una vez mas.
-De hecho, Dama Kai'sa me gustaría estudiar mas a fondo tu relato contigo. Podrías quedarte ¿por favor?
Aun estaban presentes los demas miembros del Consejo y ella no podia decir que no. Con una reverencia se quedó en su sitio hasta que elultimo encapuchado se había ido.
-¿Que más deseais escuchar, mi Señora?
-Lo único que no has querido decir, pequeña. - respondió ella con un tona más amable. -Nunca antes te habías dejado acompañar, ni siquiera por mi. Y tus palabras cargan emoción cuando hablas del muchacho, si bien solo yo pude distinguirlo. ¿Que pasó, pequeña, fuera de oidos insipidos?
La joven dejó al descubierto su rostro y le permitió ver a la encapuchada la gran duda que portaba la muchacha encima.
-Me vi comprometida.
-¿En que sentido?
-...No estoy segura...
/
Paseaba tranquilamente. En aquella región solo estaba el despues de todo, asi que nadie sería capaz de molestarle.
A no ser... que tal vez aquella piedra que empujo hace 200 saltos fuera un enviado del Vacio destinado a recolectar información...
¡Ja! Pues lo había confundido. Maldito y estupido guijarro. ¡Tienes enfrente al gran Kassadin!
Desató su poder sobre una colina que convirtió a polvo porque creia que era un enviado del Vacio. Por un guijarro. Kai'sa no se esperaba encontrar tal panorama. Le debía mucho al hombre que observaba desde una prudente distancia, pues Kassadin estaba mucho mas loco de lo habitual.
No le culpaba.
Cuando Kai'sa pudo salir por un portal la primera vez, se encontró a 2 personas apuntandola con sus armas. Kassadin y Tori y un reguero de bestias deformes a su alrededor. Ella arremetió contra ellos, sin pensar, con un calmoroso grito de rabia que desconcerto al campeón y al invocador, que se preguntaban que hacía una joven con una armadura demoniaca saliendo del portal del Vacio.
El mago saltó detrás de ella y la noqueó, con su desnutrimiento, deshidratación y sufrimiento fue sumamente fácil. Y por alguna razón, al mago se le comprimio con fuerza el corazón cuando la vió de cerca. Pero no había tiempo que perder.
"Está llegando Tori, el batallón"
"Cierralo"
"Estan entrando. No puedo cerrarlo si hay alguien pasando, tu lo sabes." El mago exhaló un suspiro de dolor y resignación. "Debes destruir a los que llegen. Yo impediré que sigan entrando."
"¡No! Eso es una locura, Kassadin, incluso si eres tu, vas a morir idiota, esto no es la Grieta"
"Es la única manera" afirmó el mago, dandole la daga y, sin una palabras mas, traspaso el portal. Despues de decapitar a un par de criaturas, Tori, todavía con lagrimas esperó un segundo más. Susurró el nombre del mago en voz baja una ultima vez. Y cerró el portal.
Pasaron dos meses y estaba estabilizada mentalemente cuando lo sintío, sintío el portal abriendose a medio kilometro de la frontera de Noxus y Jonia, y la joven informo de inmediato. Con rabia en la mirada, Tori y ella salieron cou un escuadron de Invocadores y la Divsión del Vacio preparados. Y del portal, solo salió Kassadin.
Medio muerto.
Agotado.
Sin magia.
Y totalmente loco de la cabeza.
Intentaron saludarlo y el les miró con rabia, murmurando maldiciones. No paro de dispararles energía, de perseguirles, no los reconocía. Se había pasado los ultimos dos meses peleando contra un batallon de unos 3000 monstruos y su mente quedo sumida en los horrores que se vio cometido a hacer y la guerra perpetua que se libraba en su mente.
Lo sedaron. Intentaron sanarlo. Los atacaba. No comia. Solo gruñia, no hablaba. Los llamaba demonios, sombras sin rostro, malnacidos de la oscuridad. Un invocador especializado en enfermedades mentales entró en simbiosis con su mente dormida durante unos segundo y sufrió un colpaso nervioso del que todavía no se había despertado,
El antaño orgulloso mago se habia ido, y solo quedaba el Caminante Loco, Kassadin. Los invocadores hicieron lo que pudieron. Lo mandaron a un area alejada al ver que era un peligro para todos, y lo sellaron bajo grandes barreras mágicas para que ni un eco del Vacio pudiera llegar a sus oidos.
Y esperaron el milagro.
5 años esperando.
Ella no se hacía ilusiones. Le encataría decirle la verdad al mago roto delante suya. Abrazarlo con fuerza y que el la respondiera del mismo modo, dieciendole que todo iba a estar bien.
Pero no la entendería. Para el serían susurros de una bruja malevola encantando su mente y la atacaría. Aun así y despues de todo lo que había visto y se imaginaba que vendría, no le quedaba más remedio.
Descendió y el la detectó de inmediato.
-Bruja -gritó y disparó.
Ella se movió sin atacarle, alzando las manos en un gesto universal. Al menos tenía que conseguir que no la viera como a un enemigo.
-Kassadin...
-Bruja infernal, te materé como hice con tus congeneres. El Vacio... nunca podrá ganar.
-Ganará si no lo detenemos. Razona, por favor...- pedía la joven, casi suplicante.
-Razonaré con tu cabeza, cuando la ensarte con mi cuchilla – gritó el mago riendose desquiciado y disparando a lo loco.
Kai'sa solo tenía un último recurso. Se acercó a el lo mas posible y desactivo su casco mientras le quitaba su sombrero y veía la mirada atormentada del antiguo y cariñoso hombre. Lagrimas salían de los ojos de la joven, dolor, sufrimiento. Lo quiso muchas veces, pero no así.
-Por favor, papa...
