Disclaimers: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto, yo solo le doy una vida diferente a algunos de sus personajes. Todas las situaciones que ocurran en la historia son producto de mi imaginación a no ser que indique lo contrario. Historia de categoría M ya que contiene escenas que no son apropiadas para menores de 18 años. No gano dinero haciendo esto, por favor respeten mi trabajo y a mi persona.
Capítulo 7
Sasuke y Kakashi encontraron su camino hacia el despacho ubicado en el sótano luego de haber acabado con Kyo. En el lugar, se encontraron con Naruto peleando uno a uno contra Hotaka quien ya estaba sudando por el sobre esfuerzo que la lucha le producía, sin embargo Naruto no parecía para nada agotado, de hecho ni siquiera había recurrido a sus clones de sombras.
Sin más, el Uchiha fue el encargado de acabar con la batalla sin esfuerzo alguno, había usado un chidori para atravesar el pecho del hombre cuando éste aún no había notado los nuevos contrincantes que habían llegado.
Kakashi escaneó rápidamente la habitación en busca de Sakura, sin embargo lo único que logró ver fue a Michi en un rincón, acercándose poco a poco hacia el grupo.
— ¿Dónde está Sakura? - preguntó, dirigiéndose a Naruto.
— Ella… se fue. En plena batalla, Hotaka dijo algunas cosa y ella-
— ¿Cómo que Sakura se fué? ¿A dónde? - interrumpió el mayor, con urgencia. Sasuke también se paró firmemente en su lugar, a la espera de una respuesta sobre el paradero de su compañera.
— ¡No lo sé! ¡No lo sé! ¿Está bien? Ella sólo salió corriendo y no pude seguirla porque tenía que acabar con Hotaka - se justificó desesperado el Uzumaki. Durante su batalla no había tenido tiempo de pensar a dónde había ido su compañera, y ahora se sentía terriblemente culpable por haberla dejado sola.
Soltando un suspiro pesado, Kakashi hizo algunos sellos para convocar a dos de sus ninken, los que aparecieron en una nube de humo.
— Oi, Kakashi - saludó Pakkun, mientras Bisuke prefirió mantenerse callado, observando fijamente al Uchiha. Podría decirse que ellos llevaban una relación de "perros y gatos", pero eso es sólo porque Bisuke tenía exactamente la misma actitud del Uchiha antes de unirse al equipo 7. Era soberbio, algo altanero, y sin intenciones de vincularse con otras personas.
— Pakkun, Bisuke. Necesito que busquen a Sakura, ahora - les ordenó Kakashi.
— ¡No somos niñeros! - reclamó el ninken de pelaje café arena.
— Bisuke - suspiró el mayor — No ahora ¿si? Por favor - ambos ninken podían sentir y oler la preocupación de su jefe, por lo que sin más comenzaron a olfatear el lugar, buscando el rastro de la chica.
— ¡Por aquí! - Pakkun comenzó a liderar la marcha, acompañado de su compañero, hacia el piso principal de la mansión y guiaron a todos hacia el puente que los llevaba al pantando.
Kakashi se detuvo en medio del puente, provocando que todos lo hicieran.
— ¿Ocurre algo, Kakashi-sensei? - preguntó Naruto preocupado.
— Tú y Sasuke deberían ir al hotel de Masayoshi, y asegurarse de que no quede nadie allí - respondió el hombre.
— Pero… pero Sakura-chan - alegó preocupado el Uzumaki.
— La encontraré y la traeré de vuelta. Ustedes encarguense del hotel - sin aceptar ningún tipo de excusa de parte de sus alumnos, retomó su camino hacia el pantano siendo seguido por sus perros ninjas que prontamente liberaron la marcha.
Los ninken decidieron no emitir palabra, ya que no querían molestar a su jefe en este momento que parecía ser tan complicado para él.
El rastro de la chica era algo vago debido a la humedad, sin embargo pudieron seguirlo sin ningún problema hasta encontrarla 2 kilómetros más adelante, sentada peligrosamente cerca de un precipicio. Se quedaron unos pasos por detrás, ya que el llanto de la chica era muy fuerte, incomodando a los perros. Para su suerte, Kakashi los dejó ir.
— Gracias por su ayuda - y realizó los sellos de mano para hacerlos desaparecer.
Observó con dolor la imagen frente a él, a la frágil Sakura que había estado cuidando y acompañando durante la última semana. La joven se abrazaba a sí misma, como intentando mantener su cuerpo unido. Sus hombros se sacudían compulsivamente y su llanto era audible incluso desde el lugar en el que se encontraba el mayor.
No quería detenerse a pensar el por qué la chica estaba peligrosamente cerca del precipicio, ni por qué lo miraba desde su lugar… solo pensó en acercarse a ella con movimientos lentos y controlados para no asustarla.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca como para tocarla, se detuvo.
— Sakura… - pronunció su nombre en voz baja. La chica giró su rostro en un solo movimiento hacia su sensei, casi causándole un infarto al mayor.
— Sensei - pronunció, secando sus lágrimas bruscamente con el interior de su brazo.
— ¿Estás bien? - sí, esa había sido una pregunta estúpida pero no quería alterar a la chica. Su pregunta parece sólo haber sido la peor opción, ya que el llanto que se había detenido segundos atrás volvió con más potencia.
— Sensei… yo - sus pocas palabras se volvían algo inteligibles producto del llanto y de los hipidos que soltaba Sakura — Lo siento, yo - hipó nuevamente — Yo me fui y-
— Necesitabas un tiempo fuera. Eso está bien - intentó consolarla el mayor, aún guardando su distancia — ¿Qué te parece si vamos por un poco de té?
La intención del mayor era poner la mayor distancia posible entre la chica y el acantilado, para evitar cualquier… accidente. Sakura pareció pensarlo por unos segundos, en los que intentaba inhalar aire correctamente.
Pensó en cómo su sensei había estado acompañándola prácticamente cada minuto del día de la última semana. Pensaba en los mimos que le había dado la noche que decidió llamar "oscura", pese a no gustarle el contacto físico con el resto. Pensó en su conversación de ayer, y la promesa que le había hecho sobre enseñarle un nuevo jutsu especial. Pensó en lo segura que podía sentirse junto a él… por lo que terminó cediendo.
— Está bien. Té - Kakashi estaba aliviado de que la chica aceptará al primer intento.
Sakura puso ambas palmas en el suelo para impulsarse hacia arriba. Con algo de dificultad logró ponerse de pié y se inclinó para sacudir la tierra de su ropa cuando la piedra que le brindaba soporte a su pie derecho cedió, cayendo hacia el abismo. Sakura perdió el equilibrio, y agitó sus brazos intentando recuperarlo cuando la mano de su sensei rodeó su muñeca y la atrajo hacia él, alejándola del peligroso lugar.
Kakashi la sujetó firmemente contra su pecho mientras ambos respiraban agitados por el susto que habían tenido.
— No vuelvas a asustarme de esa manera - la reprendió el mayor, posando sus dos manos en los hombros de la chica y mirándola fijamente.
— L-lo siento mucho. Yo no quería, en serio - se justificó la chica. Kakashi sabía que la pérdida de equilibrio había sido un accidente, pero la chica había llegado a ese lugar con un propósito. Pudo haber sido de manera inconsciente, pero ella había escogido tan peligroso lugar para explotar y liberar su tristeza.
— Sé que no - volvió a abrazarla, agradeciendo haber llegado y que ella siguiera allí. Sakura devolvió el abrazo, cruzando sus brazos tras la cintura del mayor y permitiendo que su aroma entrara por sus fosas nasales.
La chica siempre había asociado el olor a pino que desprendía su sensei como un aroma reconfortante, que le brindaba paz. Kakashi acarició su cabello, como sabía que a la chica le gustaba, hasta que sintió como ella se relajaba en sus brazos.
— ¿Qué te parece la idea del té? - preguntó luego de unos segundos.
— Está bien… me gustaría un poco de té - respondió la chica, deshaciendo su abrazo.
Uno junto al otro, conectados sólo por sus meñiques, atravesaron nuevamente el pantano con dirección a Kirifuri. El gesto de entrelazar sus meñiques le recordó al día siguiente del incidente, cuando ella hizo el mismo gesto para dirigirse a comer junto a sus compañeros.
Ambos caminaban lentamente, en un silencio cómodo hasta que los árboles del pantano fueron desapareciendo y las pequeñas casas de madera se hacían más y más visibles. Cuanto más se acercaban al pueblo, más lograban notar un cúmulo de gente que estaba ¿celebrando?. Se escuchaban vitoreos y los aldeanos se abrazaban los unos a los otros y en medio de la muchedumbre lograban observar a Naruto y Sasuke quienes sonreían incómodamente.
— ¿Qué está pasando? - preguntó sorprendida la chica.
— No lo sé…
— ¡Oi! ¡Kaka-sensei! ¡Sakura-chan! - Naruto los llamaba agitando su brazo en el aire. Muchas de las personas que rodeaban al rubio se giraron para observar a los nuevos visitantes.
En un parpadeo, la gente comenzó a rodearlos a ellos también. Sakura sólo podía entender algunos "gracias, gracias". No entendía del todo lo que estaba pasando, sólo sabía que a pesar de la alegría que profesaba la gente ella no quería estar ahí. Cuando sintió manos tocando sus brazos y sus hombros, se acercó aún más a su sensei en busca de refugio.
Kakashi, notando la incomodidad de su pupila, la rodeó con un brazo y la llevó por delante de él para caminar hacia Naruto. En ese corto recorrido la gente del pueblo seguía rodeandolos y agradeciéndoles.
— Sakura-chan, que bueno que estés bien - apremió su compañero una vez llegaron frente a él. Sakura le respondió con una pequeña sonrisa.
— ¿Qué es lo que está pasando? - preguntó Kakashi.
— ¡Nos están celebrando! por haber acabado con Hikari y los bandidos. ¡Todos están felices! - exclamó Naruto con júbilo. Entonces Kakashi y Sakura entendieron todo, su identidad ninja había sido revelada, y los aldeanos estaban felices por la solución a aquello que los había estado aquejando por tanto tiempo.
Sakura miró a su alrededor en busca de la señora Mikoto, quién para éste momento ya debía saber que Kiki no era una persona real… No fue de extrañar el verla entre la multitud, ni que la observara fijamente con curiosidad.
— Sensei… - lo llamó en voz baja, mirándolo por sobre su hombro.
— ¿Mmh? - le preguntó en silencio. Sakura volvió su vista hacia Mikoto-san, sintiéndose algo enferma. Kakashi siguió la dirección de su mirada, encontrando el motivo del malestar de su alumna. Había llegado el momento de hablar con la verdad… — Naruto, nosotros estaremos en la posada, ustedes quédense todo lo que quieran. Partiremos por la mañana - intentó transmitir una mirada significativa que ahorrara las preguntas de parte de su alumno.
— Ok - Naruto estaba feliz de quedarse, amaba las fiestas.
Maestro y alumna se encaminaron hacia la señora que tan amable y desinteresadamente los había ayudado durante toda su estadía en el lugar. Era evidente que Sakura estaba nerviosa, puesto que luego de todas las emociones que había sentido ese día la tenían agotada, y dudaba poder resistir el rechazo de la mujer que le había abierto las puertas de su tienda y hogar.
La señora Mikoto también caminó hacia ellos una vez que el reconocimiento había llegado a ella y cuando estuvo lo suficientemente cerca, se detuvo.
— ¿Kiki-chan? - preguntó a Sakura con duda. La piel de la chica se erizó al escuchar su nombre falso salir de los labios de la mujer.
— En realidad… - respiró profundo — Mi nombre es Sakura.
La chica observaba fijamente a la mujer, en busca de alguna reacción de su parte más lo único que recibió fue un lento asentimiento de cabeza, en señal de entendimiento.
— Ya veo… te queda - añadió amable — Digo, por tu cabello - la señora apuntó a la chica mientras dejaba ver una pequeña sonrisa. La culpa volvió a Sakura, que procedió a disculparse por el engaño realizado.
— En serio lo siento mucho, Mikoto-san. No quería mentirle, pero yo no podía decir-
— Que eres una ninja - terminó la frase por ella.
— Exacto - dijo Sakura en voz queda. La mujer frente a ella asintió, desde el punto de vista de Kakashi la mujer no parecía molesta con ellos, solo algo confundida.
— No debes disculparte, Sakura - se dirigió a ella por primera vez usando su nombre real. — Es más, debería agradecerte… agradecerles por todo lo que hicieron por nosotros.
Un suspiro de alivio abandonó los labios de la muchacha. Estaba agradecida de que Mikoto-san no se hubiera molestado con ella por mentir tan descaradamente.
— ¿Y tú cómo te llamas? - preguntó esta vez dirigiéndose a Kakashi.
— Mi nombre es Hatake Kakashi - el hombre se inclinó levemente frente a la señora en signo de respeto.
— Bien. Kakashi-san, Sakura-chan, muchas gracias por toda la ayuda que nos brindaron - en un acto de cariño la mujer rodeó a ambos ninjas con sus brazos quienes estaban algo sorprendidos por el gesto, pero que terminaron aceptando de buena gana.
— No hay nada que agradecer - respondió el Hatake. — Lamento mucho interrumpir el momento, pero llevaba a Sakura-chan a nuestra posada ya que no se sentía muy bien. Si gusta, podríamos pasar a su tienda mañana a despedirnos - ofreció.
— Comprendo. Me encantaría que pasaran, los estaré esperando - dijo la mujer sonriendoles. Sakura y ella se dieron el último abrazo antes de ser guiada por su sensei, quién aún rodeaba su cintura con un brazo.
Él la ayudó a salir del cúmulo de gente que celebraban desbordantes de alegría, más el quedarse no era una opción ya que el cansancio pudo con ellos.
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Ambos ninjas ya se encontraban en su habitación compartida en la posada Taiyō. Ambos habían tomado una ducha, luego Kakashi se había ofrecido a preparar el té. Ninguno de los dos tenía intenciones de comer ya que el estimado se les revolvía luego de una jornada tan llena de… sangre, por lo que optaron por acompañar la bebida caliente con unas simples galletitas saladas.
Habían mantenido una conversación amena, más Sakura sabía que era cuestión de tiempo que tocaran el tema de por qué ella había huido al acantilado. Por mucho que quisiera evitarlo, sabía que su sensei no le dejaría pasar aquello por lo que se preparó mentalmente para hablar.
Una vez habían terminado de beber el té, se recortaron en la cama por sobre el tapado intentando relajar sus cuerpos y espíritus. Sakura tomaba respiraciones profundas, llenando sus pulmones de aire y dejando que el oxígeno se transportara por su cuerpo.
— ¿Sakura-chan? - preguntó Kakashi en voz baja. Llegó el momento, pensó la chica
— ¿Qué quieres saber, sensei? - era mejor si zanjaban el tema pronto.
— Todo… ¿Por qué huiste?
— Naruto, Michi, y yo nos encontramos con Hotaka en el despacho del sótano - comenzó su relato — En cuanto llegamos al lugar, él me reconoció.
Kakashi se giró para poder observarla con atención.
— ¿Hotaka? - preguntó, a mi que Sakura asintió.
— El dijo que era la chica de la posada, y que me esperaba días atrás… también dijo que él había enviado a esos hombres y que debía ser parte de su colección - el peliplata definitivamente no se esperaba esa información. No esperaba que el desgraciado haya tenido en su mira a la chica desde el primer día que habían llegado a Kirifuri…
Sakura comenzó a sollozar, y con cada oración que decía su llanto se volvía más potente.
— Así que corrí. Solo salí corriendo y sin darme cuenta ya estaba en el acantilado… - continuo mientras intentaba inútilmente secar sus lágrimas — Yo ni siquiera sabía que había un acantilado por aquí, yo solo corrí - se justificó la chica.
Kakashi procesó la información en su mente y maldijo todo lo que ocurrió. Maldijo que todo fuera premeditado, maldijo haber traído a la kunoichi a esta misión, maldijo a Hotaka, a los 3 hombres y a todos aquellos que se han atrevido a hacerle daño. Con confianza tomó la muñeca de Sakura y la arrastró hacia su pecho, tal y como había hecho cuando la encontró horas antes junto al precipicio.
Sakura simplemente se dejó hacer. Se dejó mimar por su sensei enterrando su rostro en el pecho del hombre, tal y como había hecho con su clon días antes. Dejó que éste la rodeará con un brazo y que acariciara su cabello con su mano. Se permitió sentirse segura en ese pequeño refugio y dejó que las lágrimas se extinguieran. También dejó que el sueño se apoderara de ella y dejó que el descanso la invadiera.
Kakashi notó como la respiración de su alumna se hacía cada vez más pesada y sonrió con ternura cuando ésta finalmente se durmió. Estaba agradecido de poder acompañarla en estos momentos tan duros y estaba feliz de poder brindar cierto consuelo.
— Estás a salvo… yo voy a cuidarte - murmuró en el oído de la muchacha a modo de promesa.
El copy ninja permaneció despierto por un par de horas, hasta que el sueño finalmente lo venció.
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El día de su retorno a Konoha había llegado por fin. Todo el equipo 7 ya había terminado de empacar y de comer, algunos con mejor ánimo que otros ya que Naruto y Sasuke se habían pasado de copas la noche anterior y tenían resaca. Por otro lado Kakashi y Sakura se preparaban para ir a despedirse de la señora Mikoto tal y como habían acordado el día anterior.
— ¿Ya estás lista? - preguntó Kakashi.
— Sí - confirmó la chica. Por lo que juntos se dirigieron por última vez a la ya conocida tienda de la dulce señora.
Sakura estaba mucho más tranquila que el día anterior. Sabía que Mikoto-san no estaba molesta con ella por el engaño y el haber contado todo a su sensei la hacía sentir de alguna manera más liviana, por lo que caminó tranquilamente junto al hombre hasta llegar a la tienda de la señora.
— ¿Mikoto-san? - preguntó cuando abrió la puerta.
— ¡Ya voy! - se escuchó que respondían desde la parte trasera de la tienda. Ambos ninjas se dispusieron a esperarla hasta que llegó frotando sus manos en un pequeño delantal amarillo.
— Sakura-chan, Kakashi-san. Que gusto verlos - la dulce mujer se acercó a ellos con los brazos abiertos, rodeandolos a ambos al mismo tiempo. — Les preparé una merienda para su viaje - les avisó, para luego indicarles que la siguieran a la parte trasera del lugar.
— No debió molestarse, Mikoto-san - alegó la chica avergonzada.
— ¡Claro que no es molestia! Es lo mínimo que puedo hacer después de todo lo que hicieron por nosotros - los ojos de la señora les transmitía profundo agradecimiento de poder volver a vivir en paz en Kirifuri.
— Era nuestro trabajo - acotó Kakashi.
— Lo sé - suspiró Mikoto. — A todo esto, creo que me deben una explicación - reclamó la señora deteniéndose frente a ellos y cruzando sus brazos por sobre su pecho. Sin duda esa pose en conjunto con su expresión de molestia hubieran espantado a cualquiera. Al menos a cualquier civil.
Kakashi sabía que su demanda se debía más a la curiosidad que a un verdadero reclamo. Daba por hecho que quería averiguar cuál era la verdadera "naturaleza" de la relación entre ambos ninjas. Después de todo, el amor no se puede fingir, o eso es lo que pensaba Mikoto.
— Lo sentimos mucho, Mikoto-san. Pero cambiar nuestra identidad era clave para llevar a cabo la misión - se disculpó la kunoichi, inclinándose frente a la señora.
— Ya me lo imagino. Tu lindo cabello rosa hubiese llamado mucho la atención y el cabello plateado de Kakashi-san ¡Uff! - dijo la señora restándole importancia. — Me refiero a lo otro - añadió sugerente.
Kakashi ya había entendido a lo que se refería la señora, más Sakura no parecía captarlo ya que lo miró en busca de ayuda pero sólo recibió un encogimiento de hombros. Como siempre, haciéndose el desentendido.
— ¿Otra cosa?
— ¡Sí! Ya sabes… ¿Están juntos? Como… ¿de verdad juntos? - preguntó con ilusión.
La realización llegó de golpe a la joven, quien se sonrojó furiosamente. En ese momento le gustaría hacer un hoyo en la tierra y no salir en un largo tiempo. O al menos deseaba no haber venido acompañada, ya que más que la pregunta en sí, le avergonzaba que se lo haya preguntado tan directamente en frente de su sensei.
— Y-yo… esto… nosotros - miró nerviosa al mayor. — No - dejó salir en un susurro.
— ¿No? - preguntó Mikoto, visiblemente decepcionada.
— No - confirmó Sakura, esta vez más segura ya que Kakashi no había dicho nada, dándole a saber que había dado la respuesta correcta.
— Mmh… eso es una lástima - se quejó — Hacen muy buena pareja.
Ahora el rostro de la chica no era el único que era invadido por el rubor, sino que también el de Kakashi sólo que él podía disimularlo un poco gracias a la máscara.
La señora Mikoto notó la incomodidad de ambos ninjas, sin embargo lejos de sentirse mal por ponerlos en tal situación, se regocijaba en su "desgracia". Podrían llamarla bruja, pero ella apostaba a que tarde o temprano esos dos terminarían juntos. Los segundos de incomodidad siguieron flotando en el aire, creando un ambiente algo pesado que la señora decidió romper finalmente.
— Bueno, supongo que les espera un largo viaje. Aquí tienen sus bentos - les extendió una pequeña caja a cada uno envuelta en un pañuelo para que fuera fácil de transportar.
— Muchas gracias por todo, Mikoto-san - Sakura estaba profundamente agradecida por toda la ayuda que la mujer le había brindado, y sin duda sentía que dejaba una parte de ella en ese pueblo, aunque no de manera positiva.
El despedirse del cobijo que significaba la señora, también significaba que de ahora en adelante estaría expuesta… Ya no tendría la protección de su equipo las 24 horas del día, ya ni tendría la distracción de estar en una misión, y ya no tendría esas largas conversaciones con Mikoto-san. Temía lo que le deparaba el futuro…
— Cariño, si tú lloras yo también lo haré - amenazó la señora cuando notó que pequeñas lágrimas se formaban en los ojos de la chica, más ésta no las dejó salir. Tomó una bocanada de aire y se acercó a Mikoto para estrecharla en un cálido abrazo de despedida, el que fue devuelto con completa entrega.
Kakashi miraba la escena algo apartado. Él también agradecía todo lo que Mikoto había hecho por su alumna y lamentaba que ella no viviera en Konohagakure. Una vez ambas mujeres deshicieron su abrazo mientras intentaban contener las lágrimas, el peliplata decidió intervenir para hacerles las cosas más sencillas ya que prolongar la despedida solo la haría más dolorosa.
— Fue un placer conocerla, Mikoto-san. Espero que de ahora en adelante pueda vivir en paz - se despidió.
— Claro que sí, querido - los tres se dirigieron a la puerta de la tienda y luego de una leve reverencia ambos ninjas emprendieron su camino al encuentro con sus compañeros dejando a una llorosa Mikoto en su tienda.
Kakashi no era bueno consolando. Eso era un hecho que estaba más que claro. Había podido pulir un poco esa habilidad cuando su alumna estaba atravesando por momentos verdaderamente difíciles, más este no entraba en esa categoría para el mayor. Sí, quizás Sakura quería llorar porque se había encariñado con la señora, más sabía que iba a sobrevivir por lo que se limitó a caminar a su lado en silencio.
Esta vez no era necesario que volvieran a la posada, ya que sus compañeros los estaban esperando en la entrada de Kirifuri con sus mochilas ya empacadas. Es por eso que fue una sorpresa ver a Tara, entre algunas otras personas, junto a Naruto y Sasuke.
"¿Qué estará pasando?" se preguntó.
— Oi Kaka-sensei, Sakura-chan - Naruto corrió a su encuentro — Todos ellos vinieron a despedirnos ¿No es genial? - les preguntó en éxtasis.
— Sí… genial… - dijo indiferente el mayor. Kakashi no podría estar menos interesado en despedidas afectuosas con personas que no conocía, durante toda su estadía sólo había compartido con la señora Mikoto y aunque parezca frío, no quería escuchar palabras de agradecimiento de nadie… él sólo había hecho su trabajo.
Una sacudida brusca de parte de su alumna lo trajo de vuelta al presente y es que un grupo de unas 3 personas se habían acercado a ellos y habían comenzado a tocarla en los brazos para llamar su atención. Se posicionó frente a ella e intentó ser amable con la gente, pero también despedirse rápido para poder marcharse.
— Muchas gracias por todo - escuchó por quinta vez.
— Ne, ne. No hay nada que agradecer. Ahora debemos irnos, hasta luego - respondió también por quinta vez, logrando avanzar unos metros y dejar a gente atrás.
Kakashi ya estaba cantando victoria, ya que al parecer no quedaban más personas a las que decirles "no hay de que" "era nuestro trabajo" "sí, de nada". Sin embargo, una jovencita a la que había visto cada día desde su llegada a Kirifuri se detuvo frente a él.
— Kakashi-kun - lo llamó Tara, la chica de la posada. Y por si se lo estaban preguntando, la respuesta es sí. Ya todos los aldeanos conocen sus verdaderos nombres e identidades. Le llamó un poco la atención el "kun" pero no se haría el desentendido respecto a los "sentimientos" de la chica. Sabía desde el día uno que estaba coladita por él, por eso mismo a Sakura no le agradaba. Y si traía a su alumna a la conversación era porque está se había sujetado a su chaleco ninja y tenía el ceño fruncido en molestia.
— Tara - respondió simplemente.
— Me preguntaba si podríamos hablar un segundo - la chica dirigió su mirada hacia Sakura — Ya sabe, a solas.
Problemas. Esa chica significaba problemas y eso era lo que menos necesitaba en ese momento. Y pensar que había pensado aunque fuera por un breve momento el deleitarla con el placer de compartir su cama una noche…
— Me temo que eso no es posible. ¿Por qué? ¿Ocurre algo? - preguntó más que nada por cordialidad. Sinceramente esperaba que la chica no se atreviera a decir nada comprometedor frente a la pelirrosa.
— Mmm… algo así. Solo me preguntaba si alguna de sus misiones ninja volvería a traerlo por estos lados.
— Honestamente, no tengo cómo saberlo. Pero el país de la lluvia no es un lugar en el que solemos trabajar.
— Es una lástima - dijo decepcionada — Pero si algún día está de visita cerca de aquí, por favor pase a visitarme a la posada - lo invitó con seguridad, aunque sus mejillas delataban cierto rubor.
Kakashi no quería ser duro con la joven. Ella era sin duda encantadora, más sabía que si la oportunidad de diversión pasajera no se había dado en ese momento era por una señal de Kami, y Kakashi confiaba en las señales.
— Lo tendré en cuenta. Adiós, Tara - se despidió con un leve asentimiento de cabeza, y marchó hacia el camino que conducía a la frontera.
Sakura a su lado se había mantenido en silencio en todo momento, más sabía que estaba enfadada por la forma en que pisoteaba contra el suelo, más decidió ignorarlo. A los pocos minutos se les unieron Naruto y Sasuke y finalmente pudieron emprender su retorno a casa.
Naruto estaba más que feliz por la cálida despedida que había recibido. Es más, todo rastro de resaca había desaparecido… lo que le recordaba al mayor que tendría que castigarlos por haber bebido demasiado durante la misión siendo menores de edad. Tsk, siempre con problemas.
El Uzumaki llevó a cabo todo un monólogo en su camino hasta la frontera, aunque Kakashi dejó de escucharlo después del minuto número tres. Ahora solo iba apreciando el paisaje y repasando los hechos vividos durante la última semana. Aún habían situaciones pendientes, sobre si Konoha se involucraría en la búsqueda de las jóvenes desaparecidas, pero eso era algo que debía decidir Lady Tsunade.
De sólo pensar en el nombre de la Hokage su cuerpo se erizaba. Temía por su integridad física después de que le contara lo que había sucedido con su única pupila, que es más una hija para ella… La misma líder de la aldea le había confesado que se sentía tranquila enviando a la chica a tan peligrosa misión porque sabía que Kakashi estaría allí, cuidándola. Lo que la Hokage no sabía, era que había hecho un trabajo terrible.
Miró a la joven, esperando encontrar a la misma Sakura vibrante que había recorrido este mismo camino, solo que en dirección contraria, más no la encontró. Sakura no había emitido palabra desde que habían dejado la tienda de la señora Mikoto. La despedida con la señora la había entristecido, la aglomeración de personas la había asustado, la presencia de Tara la había molestado, y ahora su estado de ánimo era nulo. No podría decir si estaba triste, asustada, o molesta, más sabía que ninguna de las emociones que había experimentado ese día eran positivas.
Cuando estaban cerca de la frontera volvieron a activar su henge no jutsu por última vez, logrando pasar la seguridad sin ningún problema. El cruzar hacia el país del Fuego era un gran alivio para todos los del equipo, ya que la probabilidad de encontrarse con enemigos se reducía enormemente.
Se detuvieron a unos cuantos metros de la frontera y se dispusieron a escuchar las instrucciones del líder del equipo.
— Aunque estemos en nuestro país, no quiero que se relajen - les advirtió Kakashi.
— Lo sabemos, siempre nos dice lo mismo - alegó Naruto.
— Y no siempre me obedecen - lo reprendió Kakashi. Naruto solo rodó los ojos. — Lo que sea, seguiremos con la formación de siempre.
Todos sabían lo que eso significaba. Sasuke liderando la marcha, Sakura y Naruto resguardando los costados y Kakashi cuidando la retaguardia. Notó que Sakura lo miró con los ojos abiertos en alarma, más debía probar el cómo actuaba en un ambiente familiar y relajado. Después de todo, Kakashi no podría estar todo el tiempo con ella una vez volvieran a Konoha. Lo más probable es que ella volviera a sus labores en el hospital y que él volviera a las misiones.
— De acuerdo - aceptaron sus tres alumnos.
Dicho y hecho comenzaron a acelerar su paso hacia Konohagakure manteniendo su posición. Al parecer todo marchaba bien, y en la última hora Sakura había volteado a ver sólo 4 veces. Todo parecía estar volviendo a la "normalidad", pese a que no había mucha comunicación entre los integrantes del equipo, lo que no era anormal considerando la velocidad a la que corrían.
Luego de otra hora decidieron detenerse para comer algo. Esta vez Sakura había volteado a verlo 9 veces en la última hora… como siempre, la falsa calma se había hecho presente.
Tanto Sakura como Kakashi sacaron los bentos que les había preparado la señora Mikoto, lo que llamó la atención de sus compañeros.
— ¡Esto no es justo! ¡Por qué ustedes tienen bolas de arroz y verduras! - exigió saber Naruto. Sakura pasó de él completamente, comenzando a comer su comida silenciosamente.
— No seas envidioso. La gente de Kirifuri también te envió comida - le respondió su sensei, comiendo al igual que Sakura. Por otro lado Sasuke los miraba de reojo… ya que las bolas de arroz eran su comida preferida y a diferencia de sus compañeros a él solo le habían dado pescado con verduras.
— Pero su comida se ve más rica - continuó alegando el Uzumaki, inflando sus mejillas.
— La próxima vez comparte con alguien que sepa cocinar bien - aconsejó su sensei, comiendo todo le quedaba en un pestañeo para evitar que sus mocosos vieran su rostro.
— No es justo - Naruto pasó el resto del tiempo quejándose en voz baja, hasta que llegó el momento de continuar con su viaje.
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Todos los hombres del equipo 7 notaron lo extraña que estaba su compañera, más no sabían qué decir o cómo entablar una conversación con ella. Naruto había intentado hablarle, más solo recibió monosílabos a forma de respuesta. Sasuke estaba atento a lo que ocurría, pero como siempre prefirió mantenerse al margen. Mientras, Kakashi comenzaba a preocuparse del rápido aumento en la cantidad de veces que Sakura volteaba para verlo.
Era como si la chica necesitara asegurarse de que estaba allí, al igual a como había sido durante su estadía el en pueblo. Todo indicaba que la seguridad de estar en su propio país no brindaba conforte alguno a la muchacha. Cuando Sakura volvió a girarse para observarlo por vigésima vez en los últimos 25 minutos es que decidió darle un respiro.
— Sakura, ven aquí - la llamó. La joven obedeció de inmediato, posicionándose junto a su sensei.
— ¿Ocurre algo? - preguntó Naruto sin detenerse.
— Cambio de formación. Tu y Sasuke al frente y nosotros atrás - ordenó. Sasuke ralentizó su paso un segundo para dejarse alcanzar por su compañero rubio y así continuar su viaje. Nadie había hecho preguntas, por un lado porque confiaban completamente en su sensei, y por otro porque sabían exactamente por qué había hecho dicho cambio. Era un secreto a voces que era por la comodidad de Sakura.
Algunos minutos transcurrieron en silencio, el cual luego fue interrumpido por una voz femenina.
— Gracias - fue todo lo que dijo.
— No tienes por qué darlas - le respondió con simpatía.
— No, si tengo. Yo enserio lo estoy intentando, sensei. Pero a veces-
— No tienes que justificarte, Sakura. Cada cosa llegará a su tiempo, no te presiones - la interrumpió el peliplata.
— Odio sentir que retraso al equipo… lo mejor será que deje las misiones por un tiempo - dijo apenada.
— Somos un equipo por algo. Para ayudarnos unos a otros. Si sientes que necesitas un tiempo fuera, está bien. Pero asegúrate de hacerlo por ti y por nadie más - le aconsejó. Las palabras de Kakashi-sensei la dejaron pensando por unos momentos, más terminó asintiendo en acuerdo con él. A pesar de ser algo… distante la mayoría del tiempo, su sensei siempre le daba los mejores consejos.
El equipo 7 siguió con su ritmo acelerado hasta que cayó la noche. Gracias a lo que habían adelantado de trayecto ese día, les sería posible llegar a Konohagakure en dos noches más… por fin estarían en casa. En esta ocasión, fue el turno de Sasuke de cocinar. Sakura se encargó de extender las bolsas de dormir. Kakashi de hacer pergaminos de sellado para viajar más livianos y Naruto de encender las fogatas. Pese a estar ya lejos del país de la lluvia, la temperatura seguía siendo algo fría.
— La comida ya está - anunció Sasuke.
— ¡Genial! Muero de hambre - con emoción, Naruto tomó una cuchara y la hundió directamente en la olla en la que Sasuke había cocinado una sopa de verduras y sorbeteó con gusto.
— No seas animal, usuratonkachi - dijo Sasuke golpeando la cabeza de Naruto.
— ¡No me trates así, teme! - Sakura los observaba con diversión. Sus tontas peleas siempre lograban subirle aunque sea un poco el ánimo.
— Ustedes dos, comportense - los reprendió Kakashi, quien ya estaba sentado frente al fuego y con un bol de sopa en la mano.
Maestro y alumnos se reunieron en torno al fuego, disfrutando luego de algunos días de paz y compañerismo. Era bueno tenerlos a todos de vuelta en un ambiente relajado. Con el ánimo fluctuante de la chica, Kakashi se había encargado de supervisarla casi todo el tiempo prácticamente abandonando a Naruto quien tampoco tenía a su mejor amigo para distraerse.
— Oigan, recuerdan esa vez que… - Y ahí iba el Uzumaki. Volviendo a contar la historia que habían vivido juntos para sacar una sonrisa a sus compañeros.
Luego de un par de horas de conversación ligera, Sakura comenzó a sentir sueño más no quería molestar a sus compañeros diciendo que la acompañaran a dormir por lo que simplemente intentó mantener los ojos abiertos, luchando con todas sus fuerzas. Sin embargo, tanto Sasuke como Kakashi habían notado el estado de su amiga pero decidieron darle su espacio. No fue una sorpresa para ellos que Sakura se quedara dormida incluso sentada y el peliplata ya estaba listo para acudir a ella cuando notó que comenzaba a inclinarse hacia un costado. Con rapidez, se posicionó junto a ella y dejó que la chica apoyara su cabeza en su hombro, aún sin despertar.
— Buenos reflejos, Kaka-sensei - lo felicitó Naruto, a lo que restó importancia. No es por ser egocéntrico, pero era el copy ninja de Konoha después de todo. Pese a mantenerse al pendiente de su durmiente alumna notó la extraña mirada que le había ofrecido Sasuke pero decidió ignorarla olímpicamente. El azabache no era de esos tipos que se guardaban las cosas, por lo que tarde o temprano buscaría hablar con él.
Los tres chicos siguieron conversando por algunos minutos, cuando finalmente decidieron que era tiempo de descansar ya que Naruto había comenzado a bostezar.
— Naruto, tienes la primera ronda - le informó Kakashi, ya que no se le había olvidado el castigo que debía darles a ambos chicos por haber bebido la noche anterior.
— ¿Qué? ¿Y eso por qué? ¡No es justo! También tengo sueño - obviamente reclamó, después de todo no podía estarse quieto nunca.
— Supongo que la próxima vez que quieras pasarte de copas, durante una misión y siendo menor de edad lo pensaras mejor ¿verdad? - le preguntó enarcando una ceja.
— Yo… esto… - balbuceó el rubio con un leve sonrojo por verse encarado.
— Eso pensé - sin aceptar ninguna palabra más, cruzó un brazo por detrás de las rodillas de su alumna y la cargó para llevarla hacia su bolsa de dormir.
— Eso no es muy justo, sensei. Sasuke también se portó mal.
— Si, y es por eso que él tomara la segunda ronda de hoy y la primera de mañana.
— Tsk - "dijo" el aludido.
— Sin reclamos. Rondas de 3 horas cada uno, dejaremos a Sakura dormir esta noche - nadie se negó a esa condición.
Kakashi depositó suavemente a Sakura en su saco de dormir, quitándole sus sandalias y aflojando el cinturón de su falda, para que no le apretara al dormir. Luego la arropó y se giró para acercar su propia bolsa de dormir a la de ella. Estaba desabrochando su chaleco ninja cuando escuchó los débiles gimoteos que la joven había comenzado a soltar.
El peliplata se giró rápidamente y tomó una de sus manos — Shh… no pasa nada - murmuró en voz baja, trazando círculos con su pulgar en la mano de la chica. Sus palabras y gestos parecían surtir efecto, ya que la respiración de Sakura volvió a ser rítmica.
Kakashi soltó un suspiro casi lastimero. Esa era una de las situaciones que más le preocupaba, que la chica no pudiera dormir con tranquilidad sin tener a alguien a su lado, sosteniendo su mano. Una vez en Konoha ella estaría nuevamente sola, el copy ninja no podía escabullirse a su habitación. Primero, porque estaría terriblemente mal y el señor Haruno posiblemente lo mataría. Segundo, porque Sakura debía aprender poco a poco a volver a valerse por sí misma.
Era un hecho que Kakashi no podría estar siempre junto a ella. O al menos no físicamente. Él también tenía su vida, sus misiones… No tenía problema en compartir su tiempo libre con la chica, quién de hecho resultaba ser una grata compañía… pero eso era en sus tiempos libres. Cuando sus trabajos no los mataban de cansancio y sus horarios lograban coincidir.
— ¿Tiene pesadillas? - escuchó que una voz murmuraba a sus espaldas. Estaba tan sumido en sus pensamientos que había olvidado completamente a su alumno pelinegro.
— Sí… a veces - respondió Kakashi.
Con una sola mano, desató sus sandalias y se quitó la parte derecha del chaleco. Para quitarse la otra parte, soltó la mano de su alumna por un segundo y una vez libre del accesorio volvió a tomarla.
— ¿Qué tan seguido? - notaba que su alumno estaba preocupado por su compañera, más no tenía una buena respuesta para él.
— No estoy seguro, he logrado calmarla cuando ha ocurrido pero… no estaré siempre allí. No sé cómo será para ella cuando volvamos a la aldea - un silencio pesado de posicionó sobre ambos hombres.
— Ella es fuerte, podrá con esto - aseguró Sasuke.
— Sé que si, solo me pregunto cuánto tiempo tardará - sin más se recostó en su bolsa de dormir sin soltar la mano de su alumna y se dispuso a dormir.
Ignoró completamente el hecho de que el azabache se había quedado observándolos a ambos. Su mirada pasaba del rostro tranquilo de la chica, a la dura expresión de su sensei, a sus manos unidas y decidió matar el pensamiento antes de que se desarrollara, yendo a dormir él también.
Kakashi había despertado tres veces esa noche. La primera vez fue cuando cambió la ronda de vigilancia de Naruto a Sasuke. La segunda vez fue cuando sintió a Sakura removerse junto a él, más la chica no llegó a despertar. Y la tercera vez fue cuando Sasuke fue a despertarlo para cambiar con él la ronda de vigilancia. El peliplata sopesó la idea de hacer un clon que acompañara el descanso de la chica, o en su defecto que tomara su turno vigilando, pero ambas opciones podrían llamar la atención de sus otros dos alumnos.
En un intento de resguardar la situación de su alumna, ya que ésta no quería que sus compañeros supieran qué tan mal estaba a veces, optó por descartar la idea del clon.
— ¿Tomas mi lugar? - le pidió al azabache, sabiendo que éste no haría más preguntas.
— De acuerdo - con movimientos medidos, Kakashi soltó la mano de su alumna y se puso de pie, cediendo su lugar para dirigirse a un árbol en el que tuviera buena visión para la vigilancia de su campamento. Cuando estaba a medio camino lo pensó mejor y decidió convocar a Pakkun, su ninken de más confianza.
— Jefe, son las cuatro de la mañana - se quejó el Pug en cuanto apareció frente al copy ninja.
— Shh… lo siento Pakkun, solo quería pedirte que fueras a dormir junto a Sakura y que me avises si despierta.
— ¿Puedo dormir? - preguntó desconfiado. Recibió una respuesta afirmativa cuando Kakashi asintió, por lo que sin más se dirigió hacia la pelirrosa y se acurrucó junto a ella.
Nuevamente Sasuke no dijo nada. Ahora sí, Kakashi saltó a una rama gruesa del árbol que fuera lo suficientemente fuerte para soportar su peso y recargó su espalda en el tronco de este. La noche se notaba tranquila por lo que sacó su copia naranja de Icha-Icha para despejar un poco su mente. A estas alturas ya no necesitaba luz para leer el libro, estaba seguro de saber cada palabra que este contenía, más era un hábito el estar con él en la mano.
La tranquilidad de la noche no duró mucho en el campamento, ya que Sakura había comenzado a removerse dentro de su bolsa de dormir. Sasuke acercó su otra mano para acariciar su cabello, pero su mano fue apartada bruscamente por un manotazo de la chica.
— ¡No! No, no me toques - decía la chica con voz rota sacudiendo su cabeza. Había deshecho la unión de sus manos, y ahora sostenía su cabeza con ambas manos mientras se encorvaba, haciéndose más pequeña.
— Sakura, soy Sasuke. Estás bien - el azabache soltó lo primero que se le vino a la cabeza y contra todo pronóstico pareció funcionar. Bueno, eso y que ahora tenía a un Pug restregando su peluda cabeza en uno de sus brazos.
— ¿Pakkun? - susurró.
— Hola, Sakura-chan - le respondió tranquilo el can. De una u otra manera el ver al ninken junto a ella la hizo sentir mejor, eso quería decir que su sensei la estaba cuidando.
— ¿Dónde está Kakashi-sensei?
— Haciendo guardia.
— Está sobre un árbol - contestaron al mismo tiempo el Uchiha y Pakkun. Sin necesidad de pensarlo, la chica se puso de pie dispuesta a buscar a su sensei. No tenía cabeza para pensar en lo irracional que estaba siendo, ni en lo dependiente que se estaba volviendo a la presencia del jounin. Sólo sabía que no podría seguir durmiendo si no era junto a él.
— Pakkun ¿Me llevas?
— Claro que sí, Sakura-chan - Sakura recogió su bolsa de dormir y se dispuso a seguir al ninken cuando recordó la presencia del azabache.
— Lo siento mucho, Sasuke-kun. Puedes volver a dormir - se sentía terriblemente avergonzada por haber actuado de esa forma frente a su compañero, más sentía que de todas maneras él nunca la había considerado un elemento útil dentro de su equipo, por lo que su percepción de ella no podía verse afectada negativamente por lo que había presenciado.
A paso lento el ninken y la chica se alejaron unos metros del campamento hasta detenerse frente a un gran árbol de tronco macizo. Kakashi los había sentido caminar hacia él hace unos segundos por lo que no lo pillaron de sorpresa y al ver a la chica mirarlo con su bolsa de dormir entre sus brazos supo que él aceptaría cualquier cosa que ésta le pidiera.
— Sube aquí - la invitó, en respuesta a la pregunta silenciosa que ella había hecho con su mirada. Haciendo alarde de sus movimientos ninja, Sakura pudo subir al árbol sin ningún problema, deteniéndose de pie frente a su sensei. Kakashi dejó que una de sus piernas colgara de la rama, mientras flexionaba la otra haciéndole un espacio a su alumna entre ellas. La chica tomó su lugar de forma inmediata, dejándose recostar contra el pecho de su maestro.
— ¿Pesadilla? - preguntó el mayor.
— Si… - respondió en voz queda.
— Entiendo… intenta volver a dormir - aconsejó mientras cruzaba un brazo por sobre el abdomen de la chica para asegurarse de que ésta no cayera mientras dormía. Ese gesto algunos días atrás se hubiese sentido extrañamente incómodo e incluso invasivo, pero habían vivido tantas cosas durante la última semana que ya solo provocaba seguridad.
Sakura abrió completamente su bolsa de dormir, para usarla como manta en la fría noche y agitandola logró cubrirlos a ambos. Se permitió acomodarse contra el torso de su sensei y cerró sus ojos buscando conciliar el sueño, el que no tardó en llegar.
— Gracias, Pakkun - dijo en voz baja el peliplata sabiendo que su ninken lo escucharía y realizó los sellos para dejarlo volver a su dimensión a descansar.
Luego observó el rostro de la chica contra él… ahora se veía tan pacífica, tan… despreocupada… pero en cuanto el sol volviera a asomarse por el horizonte esa tranquilidad en su gesto se evaporaría. Ya lo sabía. Lo había estado viendo cada noche durante los últimos 7 días… y siempre ocurría lo mismo. En cuanto el alba regresara, también lo haría la Sakura saltona, cuyos ojos recorrían cada lugar visible para asegurarse de que nadie la seguía, de que nadie quería hacerle daño.
¿Qué es lo que haré contigo, Sakura-chan? - se preguntó el hombre.
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Los dos días siguientes pasaron con rapidez. Siguieron avanzando hacia su hogar a paso acelerado, tomando sólo los descansos necesarios para comer, dormir, y descansar. Habían mantenido su nueva formación de viaje, y Sakura seguía despertando cada vez que Kakashi tenía guardia por lo que cambiaron los relevos de cada tres horas, a solo dos y estratégicamente Sakura y Kakashi siempre tenían sus rondas antes o después del otro.
Durante el día la muchacha seguía retraída, usando monosílabos para responder cuando le preguntaban algo directamente aunque para la sorpresa de todos durante el almuerzo de ese día había mantenido una conversación relativamente normal con el Uzumaki.
Ahora mismo se encontraban en un descanso para comer algo.
— Deberíamos llegar en una hora - comentó Sasuke.
— ¡Por fin! Extraño el ramen ¿Vamos a comer ramen después de visitar a la abuela? - preguntó animado.
— No cuenten conmigo, yo solo quiero dormir - se quejó el Uchiha.
— Conmigo tampoco - mencionó el peliplata.
— Pff… son unos aburridos ¿Y tú, Sakura-chan? - tres pares de ojos la miraban, esperando su respuesta.
— Mmhh - murmuró negando con la cabeza.
— Ya que - se quejó lastimero, estado de ánimo que no tardó en desaparecer — Hinata de seguro me acompaña.
— Seguro que sí - le secundo su sensei.
— ¡Vamos, vamos! Quiero llegar pronto. Hinata me debe estar esperando - los apresuró con renovado entusiasmo su compañero rubio.
Esta era la primera vez en todo su viaje que el joven se acordaba de su novia. No lo malinterpreten, no es que Naruto no la ame sino que su mente era algo… monofocal. Sólo podía concentrarse en una cosa al mismo tiempo.
La siguiente hora transcurrió de forma rápida y sin inconvenientes. A la lejanía podían observar la gran puerta verde de Konohagakure, la que se mantenía abierta las 24 horas del día. El sol se estaba poniendo, dándole al paisaje un tono anaranjado.
— Por fin - Kakashi dejó escapar en voz baja.
Sí, era un alivio llegar a casa. Sin embargo Sakura sabía que ese hecho traería consecuencias negativas para su recientemente adquirida rutina. Llegar a Konoha significaba volver a la tranquilidad de no sentirse amenazada por cada habitante de la aldea, significaba volver a dormir en su cama, significaba reencontrarse con su padre y su maestra… Pero también significaba recordar a los bandidos de Kirifuri en los rostros de habitantes de Konoha, significaba volver a dormir sola, significaba aparentar estar bien frente a su padre y su maestra, significaba mentirles a todos. Sakura no estaba lista para eso.
Sakura no estaba lista para enfrentarse a la realidad de lo que había vivido fuera de casa, plantándole cara a sus demonios internos. Tampoco estaba lista para hablar de lo sucedido… si se lo decía a Lady Tsunade sabía que no tardaría en romper en llanto, y seguramente su shishou la acompañaría para luego enviarla a terapia. Sakura no estaba lista para ir a terapia…
Pero ya no había tiempo.
En ese preciso momento sus compañeros estaban cruzando la puerta de la aldea y saludaban cordialmente a Izumo y Kotetsu.
— ¡Tiempo sin verlos, equipo Kakashi! - los saludo Kotetsu.
— Sí, misión larga - se limitó a responder Kakashi en lo que firmaba el libro de entrada y salida de la aldea.
— ¿Y la señorita Sakura? ¿No había ido con ustedes? - preguntó Izumo. Los miembros del equipo 7 lo miraron extrañado y se giraron en busca de su compañera, fue entonces que la vieron. Sakura estaba quieta, justo tras la línea roja que marcaba el límite de la aldea y el comienzo del bosque, sin atreverse a entrar.
Kakashi fue el primero en acercarse a la chica.
— ¿Qué ocurre, Sakura-chan? - preguntó en su típica voz tranquila.
— Necesito un momento - respondió. La joven tomaba inhalaciones profundas para ayudar a calmar los rápidos latidos de su corazón. El líder del equipo notó cómo retorcía sus manos con nerviosismos y cómo miraba hacia el cielo mientras mordía su labio interior. Se estaba preparando.
El segundo en acercarse fue Naruto, quien observaba preocupado a su mejor amiga.
— ¿Necesitas algo, Sakura-chan?
— Solo un poco más, ya casi - El Uzumaki no entendió del todo a lo que se refería, pero sabía que debía esperar. Unos segundos después tanto el peliplata como el rubio escucharon un gran suspiro de parte de la joven, quien asentía para sí misma — Ya está.
Pasó junto a ellos a paso lento, en su mente intentaba componerse a sí misma con cada paso que daba. Se sentía como un robot que perdía pequeñas piezas al caminar, un pequeño tornillo, una lucecita, un engranaje… por lo que hizo lo mejor que pudo para tomar todas sus piezas y seguir adelante. Ya tendría tiempo después para ponerlas en el lugar correcto.
— ¡Ahí estás, Sakura-chan! Jaja si te hubiese ocurrido algo Lady Tsunade hubiese acabado con todo tu equipo - bromeó Izumo, más su broma estuvo lejos de causar gracia en los integrantes del equipo 7.
— Jaja, si… - añadió incómodo el Uzumaki, soltando la risa más falsa que le habían escuchado en su vida.
Si tan solo supieran… pensaron hacia sus adentros. Dejando a los cuidadores de la puerta de Konoha atrás, tomaron rumbo hacia la torre Hokage donde los esperaba la líder de la aldea.
Era agradable volver a pisar las calles tranquilas de Konoha, con amigos y familias caminando por ellas sin preocupación alguna. Muchos estaban saliendo de sus trabajos para cenar con sus familias, algunos padres llamaban a sus hijos que no querían dejar los parques… era un contraste enorme en comparación a cómo vivían los aldeanos de Kirifuri.
La torre Hokage, como siempre, estaba siendo custodiada por anbus, pero el equipo 7 no tuvo problema alguno para ingresar. Algunos escritorios de camino a la oficina de Tsunade ya se encontraban vacíos más la Hokage solía quedarse hasta entrada la noche. Naruto fue el encargado de tocar la puerta, recibiendo un "pase" casi inmediato.
— ¡Oba-chan! ¡Ya volvimos! - anunció escandalosamente.
— Así veo, Naruto. ¿Qué tal la misión? ¿Cuántos días fueron?
— Estuvimos fuera por 16 días, Tsunade-sama, y la misión fue realizada con éxito. Acabamos con todos los miembros de Hikare, a excepción de Michi quien resultó ser un aliado en contra de la banda. También terminamos con todos los adherentes que encontramos, brindando paz al pueblo - respondió Kakashi políticamente.
Tsunade estaba escaneando con la mirada a cada uno de los integrantes del equipo en búsqueda de lesiones, pese a saber que si ese hubiese sido el caso, Sakura ya los habría curado. Fue precisamente esta última la que llamó su atención. La pelirrosa había rehuido su mirada desde el instante en que había entrado a habitación, sin mencionar que a cada segundo que pasaba retrocedía un centímetro, como intentando esconderse tras sus compañeros, más específicamente de su sensei…
Esa no era la personalidad que la chica solía mostrar luego de volver de una misión.
— Bien. Buen trabajo. ¿Algo más que reportar? - Esperaba que el equipo contara lo que había ocurrido, porque evidentemente era así. Sin embargo Naruto y Sasuke miraron incómodamente las paredes de la oficina, como si nunca hubiesen estado allí y todo les pareciera interesante. Kakashi tenía una mirada dura, más no abría la boca. Y Sakura estaba completamente ajena a toda la situación.
La Hokage ya se estaba poniendo nerviosa, más entendió que el líder del equipo no hablaría mientras sus alumnos estuvieran presentes. Además, lo que sea que haya sucedido parecía tener que ver con su alumna, por lo que estratégicamente decidió hablar con ella primero.
— Ok, si no hay nada más que decir pueden irse. Su pago estará listo dentro de tres días y espero tu reporte para mañana, Hatake - el alivio llegó a todos los miembros del equipo, no tendrían que hablar sobre lo que ocurrió. Todos se despidieron de Lady Tsunade con una pequeña reverencia y se dispusieron a abandonar el lugar — ¡Ah! ¡Sakura! Me preguntaba si puedes ayudarme con estos pergaminos - no era una petición extraña, después de todo Sakura solía ayudar en el despacho pero los ojos de todos se abrieron en alarma confirmándole a la líder de la aldea que algo había ocurrido con su alumna.
— Esto… yo… Estoy algo cansada hoy, Tsunade-sama - eso era algo nuevo. Que Sakura le dijera que no a Tsunade — Por la misión - se apresuró a aclarar.
— Bien. No hay problema, descansa. Hatake, ¿Te quedas un momento? Quiero hablarte de una nueva misión - si su alumna había truncado la opción de hablar con ella directamente, sabía que el copy ninja no lo haría. Antes de cualquier cosa, o de cualquier lealtad, Tsunade sabía que la lealtad de Kakashi siempre sería con ella, como líder de la aldea.
Sakura rápidamente tomó la muñeca de su sensei, suplicándole con la mirada que no le dijera nada a su Shishou… pero una mirada bastó para saber que él lo haría de todos modos. No lo hacía por dañarla, sino todo lo contrario. Kakashi creía verdaderamente que la Hokage podría ayudar a la chica mucho más que él. Pese a que todo el mundo consideraba a la mujer de ojos avellana como una persona dura y fría, sabía que con su pupila no era así. Ella y Sakura compartían un vínculo especial y quizás, solo quizás, la mujer podría brindarle un apoyo más… sensible, de lo que él jamás podría.
Sakura negó con la cabeza desanimada, aunque también pensaba en que si su sensei se lo contaba, ella no tendría que hacerlo. Los nervios de Tsunade iban a alterarla en cualquier momento, la interacción entre esos dos no era normal.
— Esperame afuera - le dijo su sensei para que Sakura lo dejara ir. Dicho y hecho, Naruto, Sasuke y Sakura dejaron la oficina más la pelirrosa se quedó fuera de la misma esperando a su sensei.
N/A: Esto es todo por hoy. Espero que les esté gustando la historia!
Manténganse a salvo.
Moonlight.
