Capítulo 7

Cuando llegaron a casa, Erin estaba bostezando, cansada. Aaron la instó a que se acostara un rato a descansar.

-No quiero descansar. ¿Por qué no me enseñas los álbumes de fotos que tenemos?

-Creo que seguimos pensando igual. Esa era la siguiente cosa que quería que hiciéramos -sonrió ampliamente mientras la guiaba al sofá.

Cogió todos los álbumes que tenían y los colocó en la mesita de café. Luego preparó el DVD de su boda.

-¿Quieres ver primero los álbumes o el vídeo de nuestra boda? -preguntó sentándose a su lado.

-Los álbumes, por favor.

Aaron cogió el primero de ellos. Le dijo que esos eran los que habían hecho cómo familia en esos siete años, de los dos con todos los niños; luego tenían dos de ellos solos; y los de Erin con sus hijos de antes de él y Jack, no los había sacado, pero los tenía en el cajón por si quería verlos.

La primera foto la sorprendió. Era una de ella y Jack, sentados en lo que parecía el banco de un parque, y el niño le contaba algo con emoción (a juzgar por la expresión de su cara) mientras tenía apoyada su cabeza en su hombro. Ella sonreía levemente, mirando al horizonte, sin darse cuenta que les estaban sacando una foto.

Se había enamorado de esa foto. No recordaba al Jack de la foto, al niño de doce años que se sentía tan seguro como para apoyar la cabeza en su hombro, pero no cambiaría por nada al jovencito que era ahora.

Siguieron viendo fotos, álbum tras álbum, y Aaron le iba contando la historia detrás de cada foto. Vio cómo sus hijos (y Jack) iban creciendo, vio cómo de repente a la familia se sumó otro miembro más, pero su memoria seguía en blanco.

Chloë tenía un álbum para ella sola, al igual que sus hermanos, desde su nacimiento hasta ahora. Y Erin se encontró sintiéndose protectora con esa niña de la que apenas sabía nada.

Cuando terminaron los álbumes familiares, Aaron le preguntó si estaba lista para ver los suyos, o si por el contrario prefería verlos sola. Le dijo que quería verlos en ese momento, y con él. Aaron cogió el primero de ellos.

Se sorprendió al verse tan relajada en las fotos, tan feliz. A lo largo de su vida, y su matrimonio con Mark, era ella la que solía sacar las fotos, puesto que no le gustaban demasiado. Sin embargo, en todas en las que le estaba enseñando Aaron, parecía otra persona. O había cambiado mucho en esos siete años, o realmente estaba enamorada de él, hasta el punto de hacer cosas que antes no solía hacer.

Lo miró de reojo, mientras le explicaba la historia detrás de una foto, en la que los dos reían tirados sobre el césped, y pudo ver que realmente eran una pareja feliz. Que todo lo que él le contaba, lo que le había dicho Rossi en el hospital o su hija Olivia durante esos días, era totalmente cierto. Habían construido una relación sólida, una familia perfecta y feliz.

-¿Estás bien? Me estás mirando de forma extraña -le dijo Aaron preocupado.

-Yo…lo siento. Necesito un momento.

Se levantó rápidamente y entró en el cuarto de baño. Se sentó sobre el Wc y respiró hondo varias veces.


Flashback

La casa estaba en completo silencio. Chloë estaba pasando el fin de semana en casa de JJ y Will, y Jack estaba estudiando en la biblioteca con unos amigos.

El bol de palomitas estaba medio vacío sobre la mesa, Aaron estaba sentado en el sofá, y Erin yacía acostada, con su cabeza sobre el regazo de su marido. Él arrastraba lentamente sus dedos por todo su cabello, extendido sobre sus piernas, en un movimiento tan errático y relajante que hasta él estaba empezando a quedarse dormido.

-Estás muy callada, ¿estás bien? -preguntó preocupado.

-Estaba pensando en el final de la película -contestó Erin.

-¿No te ha gustado? Creí que era una de tus películas favoritas.

-Y lo es. La he visto mil veces, pero hasta ahora no me había parado a pensar…Aaron ¿tú harías lo mismo? ¿Te casarías conmigo sabiendo que tengo los días contados?

-Por supuesto que si. Creo que el amor lo puede todo. Incluso hasta con la muerte.

Ella lo miró con la ceja levantada desde su posición en sus rodillas, y Aaron se inclinó y la besó dulcemente en la frente mientras sonreía.

-¿Acaso no me crees?

-Es que creo que tienes que amar realmente a alguien para sacrificarte de esa forma.

-Bueno, tú me has preguntado si yo haría lo mismo contigo, y mi respuesta es que sí. Te amo lo suficiente para sacrificarme de esa forma ¿sabes? -sonrió de medio lado.

Ella se incorporó y se sentó a horcajadas sobre él. Rodeó su cuello con sus brazos, y lo besó apasionadamente. Luego sonrió.

-Sabes que yo haría lo mismo ¿verdad? Que los sentimientos son tan grandes a veces que lo único que importa es la felicidad de la persona a la que amas.

-Eres maravillosa, Erin. Y haría cualquier cosa por ti, fuera lo que fuera.

-Lo sé -juntó su frente con la suya mientras acompasaba su respiración con la de él y una sensación de paz se instalaba en su pecho.


Salió rápidamente del baño y volvió al salón. Aaron estaba contestando un mensaje en ese momento.

-Me ha escrito Olivia. Llevará a Chloë a tomar un helado, para darnos un poco más de tiempo. Y Jack está a punto de llegar, pero subirá a su habitación, así que será como si no estuviera.

-¿Podemos ver el vídeo de la boda ahora? -preguntó sentándose de nuevo a su lado.

-Por supuesto -respondió Aaron cogiendo el mando de la televisión.

Erin vio la cara de felicidad en sus hijos, en el equipo, en Aaron y en ella misma. Y se pudo convencer una vez más que realmente estaba enamorada del hombre sentado a su lado. Le quitó el mando y paró el video.

-¿Por qué decidimos casarnos el día de Navidad? -preguntó mirándolo directamente a los ojos. Vio cómo él sonrió cálidamente.

-Queríamos hacer algo distinto. En Julio, tuvimos un caso bastante malo, que me afectó bastante. Llegamos a casa un Sábado a mediodía, y me llevaste al Keniworth. Pasamos gran parte de la tarde caminando, y cuando se estaba poniendo el sol, parados junto al lago, me estabas diciendo algo. No recuerdo el qué, pero te miré y el sol se reflejaba en tu pelo, y tus ojos brillaban más que nunca y estabas preciosa. Y fue en ese preciso instante que supe que no quería ni podía separarme de ti, que te quería a mi lado para siempre. Te pedí que te casaras conmigo. No tenía anillo, pero no hizo falta. Simplemente sonreíste, dijiste que si y me besaste. Al día siguiente, te compré un anillo -Erin se dio cuenta que lo estaba recordando como si lo estuviera viviendo en ese momento. Los ojos de su marido brillaban de amor.

-¿Y dónde nos casamos? El sitio parece precioso -dijo señalando con la cabeza la televisión.

-Así es. Encontramos un restaurante en Annapolis, con unos jardines interiores espectaculares. Casi no se notó que era pleno invierno, parecía que estábamos al aire libre. Tuvimos que pagar un poco más por el día que era, y al funcionario del juzgado también, pero mereció la pena, sin ninguna duda.

Ella sonrió un poco y volvió a pulsar play. Escucharon llegar a Jack, que los saludó con la mano y se dirigió directamente a las escaleras. Estuvieron en silencio el resto del video, Erin absorbiendo la información que veía en la pantalla y todo lo que le había contado Aaron ese día, y él mirándola de reojo todo el tiempo.

Al terminar, recogieron todo entre los dos.

-¿Puedo subirme el álbum de la boda? Es el único que no hemos visto -preguntó cogiéndolo y apretándolo contra su pecho.

-Por supuesto. Ya sabes dónde están todos. Por si quieres volver a verlos y eso -respondió con una sonrisa.

-Gracias -y se dirigió a las escaleras.

-Por cierto Erin -ella se dio la vuelta-. El Viernes tenemos la primera revisión en el ginecólogo, y si te parece bien, he invitado al equipo el Sábado. Pero si no te apetece, podemos dejarlo para más adelante…

-Si claro, está bien. No hay problema -y sonriendo un poco volvió a subir las escaleras.

Continuará…