Día 7. Pesca, playa y océano
Bruno se encontraba en un pequeño bote, veía el lejano amanecer esfumarse y en sus pensamientos la emoción persistía. Observó con gran detalle su muñeca donde había dos iniciales plasmadas en su piel y una fecha tan especial, sabía que con certeza lo que esos números tan particulares significaba y parecía tan surreal que al caer la noche encontraría al amor de su vida, su otra mitad, aquella persona a la que su destino se encontraba enlazado.
Ideo en su cabeza, ¿Cómo podría ser esa persona?, ¿De qué color sería su cabello?, ¿Cómo luciría con una copa de vino en su mano?,¿ Qué hará?, ¿Será pescador como él o sería la persona con más poder en Italia? Todo ello invadía su cabeza y mientras su red cachaba poco a poco los pescados se sintió ligero y ansioso.
Bucellati era un humilde pescador, que heredo el bote de su fallecido padre, un hombre al que la vejez y enfermedad reclamaron. Vivía a la orilla del mar y cada mañana se levantaba antes del alba para hacer su trabajo y vendía todo ello en un pequeño mercado local. Sin duda su vida resultaba sencilla, simple en casi todos los aspectos, sin mucha emoción en ella aparentemente y a pesar de ser apreciado por demasiadas personas y tener un techo, Bruno a veces anhelaba algo más, algo que jamás entendió pero tenía la certeza de querer.
Tan pronto su marca apareció una noche de repente, supo lo que todo ello implicaba, todos nacían con ella pero se manifestaba solo un tiempo antes de la fecha que se indicaba, había quienes esperaban una vida entera, quienes lo descubran en su tierna infancia y quienes morían sin respuestas, así fue como para su sorpresa a los 23 años, en una calurosa oscuridad aparición dos iniciales destellantes
Para Abbacchio todo resultaba extraño, hace días que esa marca apareció y no sabía bien cómo sentirse, no sabía si estar feliz o extrañado, más que nada porque en esos instantes tenía algo bastante parecido a una relación... o algo similar, aunque claro Giorno Giovanna no sabía de ello, porque Leone jamás se lo había confesado y aun así a su forma tan ridícula llevaba varios meses siéndole "fiel".
Un sonrojo apareció una vez más en su rostro al pensar en la larga y estúpida cabellera de Giorno, su compañero detective, ambos habían trabajado tanto tiempo juntos y aunque hubo unos roces al inicio, en el fondo supieron comprenderse y entenderse como buenos amigos, hace tan solo unos meses Leone considero si acaso su corazón fue robado por el otro, pues se sentía nervioso todo el tiempo e irritado de su perfección, no le tenía envidia, y con sinceridad Abba estaba seguro de haber rebasado en su sentir la admiración.
Él chico rubio no le ayudaba en nada porque Giorno siempre era carismático, encantador, tan dulce y coqueto que cuando le ofreció ir a un viaje juntos a la playa, casi se desmaya, sin poder creerlo. Llegó el día y aunque bastante nervioso, decidió ignorar por completo la marca con las letras "B&B" que yacía en su pecho, preocupado por asuntos insignificantes como el escoger ropa, su maquillaje, peinado, etc.
Aunque por alguna razón Giovanna había sido bastante específico respecto a ese primer tema, le hizo la petición de ir "normal" y sin nada del uniforme, sin armas, sin ropa oscura o gótica lo que para Abba resultaba demasiado absurdo,(y aun así había cumplido al pie de la letra), además de insistir en que no llevara ropa extra, ni productos, ni nada más que tal vez un teléfono y dinero, de esta forma sin entender mucho porque no llevaría equipaje ni nada "básico" en los viajes, nada más que su presencia se preparó para en unas cuantas horas antes de que el amanecer se esfumara, Giorno apareciera para llevárselo en su elegante Lamborghini.
Sin embargo, Leone no podría escapar a las garras del destino que le guiaría a su único y verdadero amor.
Mista un amigo de Bruno, acudió esa tarde al pequeño puesto del pescador, ambos se conocían desde la infancia, Guido siempre fue alguien bastante relajado, que vivía a su propio ritmo, algo peleonero en ocasiones pero con un gran sentido del bien y en opinión de todos, una gran suerte. El joven fue emocionado a anunciarle la reveladora noche en la que su marca apareció, con gusto y gran sorpresa de Bruno descubrieron que tenían la misma fecha. No pudieron evitar reír ante esta extraña coincidencia incluso Mista mencionó en burla
— ¿Crees en la posibilidad de que nuestras almas gemelas sean dos bellas hermanas del norte que vinieron a unas vacaciones a la costa? —, sin duda conmigo saldría la más guapa. Bucellati solo agravo su risa ante las palabras tan divertidas de su amigo y le reconforto en sus fantasiosas ideas. Él moreno de pronto lucía serio y en su agudo tono de voz le mencionó la razón de su visita. —Si tenemos la misma fecha, no sería tan raro que fuera en el mismo lugar.
Explicó. — ¿Sabes?, hace unas noches tuve un maravilloso sueño donde una rubia bellísima, aparecía en el bar Frutti, antes tuve unos malos sueños pero ese sin duda fue especial, distinto. Claro que Bruno supo casi de inmediato lo que su amigo le proponía, escapar de sus deberes para ir al bar a esperar chocar con sus almas gemelas. Una parte de él se sentía nervioso, sin saber si aquello afectaría el resultado, es cierto que desde que era un infante había escuchado de esta fecha, que algún llegaría pero ahora mismo se sentía en blanco, no había instrucciones ni reglas, nada que le guiara pero confiado accedió a la corazonada de Mista.
Charlaron un poco más y mientras Guido le ayudo a guardar los pescados que sobraron vio pasar con una rapidez fugaz un carro muy lujoso. No supo bien porqué pero algo dentro suyo le decía que era una señal. Mientras tanto Leone disfrutaba de la brisa chocar con su rostro, el olor del mar la reconfortaba a pesar de ser un gran fanático del invierno, no podía negar la chispa especial y atractiva que el verano poseía. Miraba de reojo a Giorno, que tenía una expresión bastante seria en su rostro, demasiada seria y Leone no supo bien porqué pero esa fue una de las primeras señales que le hicieron gritar en su interior que en definitiva, no era lo que había soñado.
Tan pronto se dio cuenta de que el otro le miraba Giovanna volteó y le dedico una chispeante sonrisa, incluso trato de aligerar el ambiente pero lo que el corazón de Abba decía no era una mentira, Giorno había sufrido un montón de pesadillas y en una de ellas vio a un chico moreno de cabello negro y corto, ser baleado. Eso le quito el sueño por mucho rato y para su mayor temor apareció esa marca "G&M", las iniciales del nombre que tenía su amado y aunque sabía lo tonto que era, necesitaba un apoyo, algo que le diera ánimos. Por eso invito a Abbacchio, con dificultades ambos lograron ser buenos amigos, muy cercanos y sabía que podía confiar en el otro.
El sol cayó con rapidez, los nervios de Bruno se relajaron al estar en compañía de su gran amigo, Mista parecía bastante ansioso para ser Mista, puede que ello hiciera que Bruno se enfocara más en reconfortarlo que en las miles de dudas que sentía ante lo que estaba por suceder. Cada que alguien entraba o cruzaba fuera del lugar, no podía evitar verles con intensidad, casi como si con su mirada les digiera "Amor de mi vida, hey, estoy aquí", se sintió incluso algo apenado por su comportamiento pero sabía lo importante que era este día, se arregló bastante para recibir a la persona que según el mundo entero y el destino mismo era su otra mitad.
Después de permanecer un rato bastante tranquilo en el hotel, Giorno y Leone bajaron para buscar algo de comer, encontraron un restaurante cercano y sin duda esa comida, era el sueño perfecto que alguna vez Abbacchio pudo tener, casi si olvidara que vinieron por una razón aún desconocida para él, esa podía ser una cita, ambos reían, charlaban y algunas veces Giorno hacía sonrojar a Leone a propósito, todo encajaba en su lugar, todo lo hacía, hasta que Giorvanna con voz grave le pidió discreción y decidió contarle un pequeño secreto de él. La expectativa tenía a Abba al límite, se limitó a asentir.
Y allí todo el mundo de Leone se destrozó, era muy consciente de que este viaje no iba más allá de un agradable momento con su amigo pero lo que Giorno dijo, resultaba casi ofensivo para él, no estaban aquí sin razón aparente, lo sabía, ¡demonios!, pero jamás creyó que la marca de Giorno aparecería y en esta fecha, en esta maldita fecha, sucedería, ni en este lugar y menos que con demasiada claridad esas no fueran sus iniciales. Lo sabía bien, de sobra pero no puedo evitar doler algo.
Pero no le fallaría por algo de lo que Haruno ni siquiera tenía idea. Le escucho y para tratar de aligerar el ambiente le invito a una copa, susurrándole palabras toscas, torpes pero que guardaba dentro suyo ánimo y cariño sincero, tanto del hombre Leone que era su gran amigo y del que le amaba con pesar.
El tiempo avanzó y con pánico en ellos, los dos pescadores caían con pereza sobre las barras, nadie más que viejos conocidos (cuyas iniciales no encajaban con las de ninguno) les saludaron pero nadie extraño o con las iniciales de "S&H" y "A&L" se había acercado, incluso comenzaron a plantear teorías, más locas por parte de Mista y más sutiles por parte de Bruno, quien siempre era razonable.
Todo lucía extrañamente desanimado hasta que Giorno se quedó frío, bastante al ver a Mista, quién era igual que al hombre que le había atormentado en sus sueños y Guido que lloriqueaba en la mesa, perdió el aliente, la noción del tiempo y las palabras cuando reconoció esa cabellera rubia, vio una visión en ese instante y sin dudar se puso de pie dispuesto a afrontarlo, Giovanna retrocedió nervioso y Leone que apareció más tarde con bebidas vio cómo su amigo era arrastrado por un chico extraño, de mal aspecto, trato de ayudarlo pero Giorno le dio una mirada que le dejó en claro que no había nada que pudiera hacer.
Leone estuvo solo un buen rato, algo consternado y para olvidar bebió, bebió como pocas veces lo hizo, Bruno que permaneció solo cuando Mista desapareció con el rubio se fijó en Leone y al ver lo rápido que terminó en un mal estado se decidió a ayudarlo, llevándolo al infame cuarto de hotel, cuidando de él toda la noche, tan pronto supo que estaba a salvo, se decidió a retirar pero algo le detuvo, vio en la chaqueta del hombre un brillo y se acercó por curiosidad para encontrar una placa de policía que tenía grabado el nombre de "Leone Abbacchio".
El mundo le dio vueltas, se sentía mareado, por completo en shock, vio en esta ocasión mejor su rostro, cada facción y al ver su marca una vez más encontró unos números extras, la hora apareció y miro fugaz un reloj que anunciaba 1:06 am. La marca de su muñeca decía "12:56 am", la hora exacta en la que se acercó al otro. No pudo irse y sostuvo su mano, como si su mano fuera una promesa inquebrantable de su eterno y futuro amor.
Pd: Aunque creo que a este punto ya lo habrán visto, este es un pequeño au de soulmates, con las marcas de los nombres. Es una temática que en lo personal adoro y sin duda quería hacer algo con ella.
