Sin Ki

(KiBlind)

Un fic de Sholio

Traducción por Apolonia


N/A: Me di cuenta que el personaje al que me estaba refiriendo como "Korin" es en realidad "Karin". Ups. Está corregido.

N/A #2: He decidido que me gusta más Kaiobito que Kibito-Shin; suena más apropiado para el muchachito, así que usaré esa versión ahora. Supongo que no importa mucho - parece que en el único personaje que importa es con Vegitto/Gojita, donde las dos versiones diferentes del nombre en realidad representan diferentes personajes. (Y lo que es más, me da curiosidad ver cómo manejarán el nombre de Vejitto en la versión en inglés, ya que la parte de -tto viene de Kakarotto, que no se pronuncia así ni en el doblaje ni en el manga... pero ahora estoy divagando. Al programa... eh, quiero decir, ¡el fic!)

Aplican los descargos de responsabilidad estándar. Ver Cap. 1


Capítulo Seis: ¡Aquí viene el calvario!


"Quién se lo imaginaría, justo cuando el pequeño enclenque hubiera sido realmente útil," Vegeta gruñó.

Kaiobito comenzó a quedarse quieto ante la ira del Príncipe, aceptando la culpa en su dócil manera de ser, pero de repente se enfureció como Kibito y decidió defender a su señor. "Salvé tu vida, sabes. Lamento no haberlo hecho tan bien, pero al menos podrías agradecerme."

Vegeta bufó y se dio la vuelta. "¡Karin! ¿Dónde está esa semilla?"

"Puedo ver que eres tan odioso como siempre," gruñó Yajirobe, apareciendo a la vista con una pequeña bolsa marrón en la mano.

Vegeta se negó a exaltar eso con una respuesta. Cruzó sus brazos, se echó para atrás y dejó que Yajirobe y Karin alimenten a Goku con la semilla. Había tenido suficiente de cuidar a Kakarotto por el resto de su vida. Sin embargo, sus oscuros ojos permanecieron fijos en el otro Saiyajin hasta que Goku jadeó y respiró fuerte y parejo. Luego se dio vuelta, permitiéndose liberar el respiro que había estado conteniendo - en el estado actual de las cosas, no se atrevía a confiar ni siquiera en las semillas del ermitaño - y caminó hacia el borde de la torre, mirando hacia abajo a las nubes.

¿Qué estaba sucediendo allá abajo? Sus puños se apretaron en frustración. Odiaba sentirse así de inútil, lo odiaba más que a nada en el mundo.

"Aquí, toma esto," dijo una voz en su codo. Vegeta volteó su cabeza para ver a Goku sosteniendo una semilla, con Kaiobito flotando nerviosamente detrás de él. La tomó, la tragó, y sintió cesar el dolor de sus heridas, aunque no fue acompañado con el usual estallido de poder.

"¿Deberías estar levantado y caminando por ahí, Kakarotto?"

"Sí. Estoy bien ahora." Goku miró por el borde, y la cálida sonrisa en su rostro se desvaneció en una expresión mucho más fría. Era algo extraño en Kakarotto - la mayoría del tiempo, parecía completamente inofensivo a pesar de su tamaño, la clase de sujeto con la que no se lo pensaría dos veces a la hora de dejar a tus hijos jugar con él incluso si es un completo extraño... pero cuando estaba enojado, cuando su planeta estaba amenazado, se podía ver sólo mirando sus ojos que era, después de todo, un miembro de una raza de guerreros y asesinos.

"¿Hay alguna otra forma de bajar de esta torre que no sea volando?" Preguntó Vegeta. Mirando a los lados, había experimentado la más extraña sensación. Le tomó un momento darse cuenta que era un leve vértigo, algo que nunca había sentido antes. Qué extraña sensación, saber que si caía del borde, se revolcaría sobre su muerte, tan incapaz de volar como cualquier otro humano.

"Supongo que sería posible escalar," Goku dijo incierto. "Pero tomaría mucho, mucho tiempo."

"¡No tenemos mucho tiempo, Kakarotto!"

"Lo sé." Musitó Goku, mirando a las mullidas nubes debajo de él. De repente alzó su vista al horizonte, y cerró sus ojos.

"¿Qué estás haciendo?" Preguntó Vegeta.

"Llamando a un viejo amigo," Goku dijo suavemente. "Es una apuesta arriesgada, pero ahora intentaría cualquier cosa."

Durante un largo momento, nada ocurrió. Luego Vegeta vio una mancha dorada materializarse debajo de la capa de nubes bajo ellos, escalando rápidamente hacia el pequeño grupo en el borde de la torre.

"¿Qué demonios?" Dijo Yajirobe, saltando hacia atrás.

Goku rió. "¡Kinto'un! ¡Es bueno verte, viejo amigo!"

"¿Cómo puede volar esa cosa cuando nosotros no podemos?" Demandó Vegeta.

Goku se encogió de hombros. "No lo sé. Pensé que valdría la pena intentarlo. Tal vez lo que sea que esté bloqueando nuestro ki solo funciona en criaturas vivas, o tal vez Kinto'un usa algún método completamente diferente para volar, ¿quién sabe?" Se paró sobre la superficie de la pequeña nube.

"¿A dónde crees que vas sin mí?" Espetó Vegeta y comenzó a seguir el ejemplo. Goku lo detuvo.

"Vegeta, tienes que tener un corazón puro para subir a Kinto'un. Si no lo tienes, te caerás."

"Oh," Vegeta dijo, mirando hacia abajo... y abajo...

"Podrías agarrarte a mí," Ofreció Goku.

"¿Estás loco? ¡Prefiero caer!"

"Como tú quieras," dijo Goku. "Puedo luchar solo contra las arañas. Kinto'un puede -"

"¡Detente ahí! ¿Todavía piensas que eres mejor que yo, Kakarotto? Yo -" Vegeta se detuvo. Sus ojos se angostaron. Nunca había logrado atrapar a Kakarotto abiertamente en el acto de manipulación emocional; cuando lo intentaba, siempre recibía los mismos ojos ampliamente abiertos, esa mirada inocente que Goku le estaba dando ahora. A lo largo de los años, sin embargo, había llegado a la conclusión de que Goku no era tan tonto como demostraba - especialmente cuando se trataba de hacer que Vegeta hiciera lo que él quisiera.

"Contacto mínimo absoluto," rechinó Vegeta. "Tócame en algún lugar que te diga que no y te patearé de esa nube."

"Pero Vegeta, si haces eso, caerás," dijo Goku, sonriendo mientras sacudía sus manos.

Vegeta despreciaba las manos ofrecidas y en cambio se agarró a Goku con firmeza de sus antebrazos. "Sería preferible," murmuró.

"¡Esperen!" Kaiobito gritó. "¿Esa nube puede soportar otro? ¡Llévenme con ustedes!"

"Probablemente podrá soportar dos personas..." musitó Goku.

"Imagino que podré subir sin tener que ser sostenido," Kaiobito ofreció, y se subió a la nube, solo para hundirse de inmediato en ella. Goku lo agarró del cuello antes de que pudiera caer ("¡Te tengo!") y volvió a colocarlo en la torre. "¿Qué demonios-?" Kaiobito protestó. "¡Soy un dios! ¿Quién podría ser más incorruptible que un dios? Espera un minuto..." Todo esto es tu culpa, ¿verdad? envió su irritación hacia Kibito. ¡Yo era perfectamente puro hasta que te fusionaste conmigo!

"Puedo cargar dos personas. Sólo sostente a mí y yo sostendré a Vegeta," dijo Goku.

Esto se veía menos y menos seguro cada vez. "¿Por qué vienes con nosotros de todas formas?" desafió Vegeta. "¡Ni siquiera puedes luchar! Sin tu ki o tu habilidad para teletransportarte, ¿de qué sirves?"

El dios se veía como si hubiera sido abofeteado.

"¡Vegeta!" Goku gritó.

"No, tiene razón, pero..." Kaiobito titubeó. "Me necesitan. Hay una nave sobre la superficie del planeta, probablemente la fuente de las arañas. Puedo llevarlos a ella."

Los dos Saiyajin lo miraron en sorpresa. "¿Una nave?"

"No es muy lejos de la Ciudad Satán, casi tan alto como estamos ahora."

"Necesitamos ir allí, entonces," dijo Goku. "Pero primero tenemos que encontrar a nuestras familias y asegurarnos de que estén bien." Asintió al dios. "¡Sólo sostente de mí y despegaremos!"

Goku se agazapó y Kaiobito se aferró nerviosamente a sus hombros. "¿Estás seguro que esto no es un problema para ti?"

Goku rió. "En lo absoluto. Son tan livianos como plumas. Apenas puedo sentirlos."

"Cállate, Kakarotto," murmuró Vegeta. Claramente no apreciaba ser comparado con una pluma.

"¡Gracias, Karin, Yajirobe!" Goku gritó alegremente.

"No tienes por qué gritar. No estamos a un kilómetro de distancia," gruñó Yajirobe.

La nube se tambaleó perezosamente desde el borde mientras que Goku ganaba equilibrio para ajustar el peso de él mismo y sus dos pasajeros sobre la Kinto'un. Por un momento, nada ocurrió.

Luego la nube cayó en picada como una piedra.


Mucho más abajo, sobre el nivel del mar de hecho, la lancha motora sumergible del Maestro Roshi navegaba suavemente en las olas.

En la cabina ligeramente iluminada, los refugiados hacían tiempo y esperaban que las arañas dejaran de buscarlos para poder salir de nuevo a la superficie. Krillin y #18 estaban apoyados uno contra otro en una esquina, una vieja manta envuelta sobre ellos y Marron. Krillin y la niña se habían quedado dormidos, pero #18 estaba despierta, y en vigilia.

Yamcha cabeceaba también, en otra esquina con Pu'ar acurrucado contra su cuello en una suave bola azul.

Oolong y el Maestro Roshi habían encontrado otra forma de pasar el tiempo. Involucraba la pila de revistas de chicas que el viejo mantenía en la caja de herramientas del bote en lugar de herramientas. Risas deleitadas y ocasionales chillidos de alegría venían en dirección de los controles del bote.

"Bajen el volumen allá. Mi hija está tratando de dormir," #18 espetó cuando su irritación con esos dos se volvió demasiada como para soportar.

De repente la lancha se sacudió y todo el mundo se sentó erguido mientras docenas de luces rojas parpadeaban todo alrededor de ellos.

"¿Qué-? ¡Nos encontraron!" Gritó Yamcha, poniéndose de pie rápidamente.

"No se podían mover bajo el agua, dijiste. Apaguemos los motores y escondámonos, dijiste. Dejarán de buscarnos y se irán, dijiste," Oolong balbuseó al Maestro Roshi, quien desparramó pornografía por todo el suelo mientras hacía un frenético salto hacia los controles del bote.

"Sabía que era un error esconderse," dijo #18, agachándose en posición de batalla - obstaculizada ligeramente por el pequeño y dormido cuerpo de Marron. "Tan pronto como te permitas ponerte en el lugar del cazado, y no del cazador, estás en desventaja."

"Bueno gracias por eso, Señorita sabelotodo," se quejó el cerdo.

"No puedo imaginar por qué te rescaté. Debería haberlos dejado atravesarte como el cerdo que eres."

"Bueno, por mi parte, no tengo idea por qué Krillin se casó con semejante pe- ¡AAAAAHHHH!"

El grito fue propinado por una repentina descarga de aproximadamente media docena de robots, que golpearon contra el dosel de la lancha. Estaban siendo mucho más lento debido al agua y el ataque perdió mucho de su impacto, pero incluso así, una fina telaraña comenzó a propagarse sobre el pesado plástico.

"¡Otro golpe como ese y estamos acabados!" jadeó Krillin.

"¿Qué está tardando tanto allá arriba?" Yamcha demandó en dirección a Roshi.

Su respuesta vino en forma de un tremendo tambaleo de la cubierta del bote, desperdigándolos por todos lados - excepto por el viejo ermitaño, por supuesto, que estaba sentado. El bote se movió hacia adelante y las arañas se esparcieron mientras golpeaba contra ellas.

"¿Advierten a un muchacho la próxima vez?" murmuró Oolong, frotando su cabeza.

Pu'ar chilló de miedo, captando la atención de todos a lo que yacía frente a ellos: arañas. Muchas, muchas arañas. Las luces rojas parpadearon en la oscuridad de las profundidades del océano.

"¿Cuánto aire nos queda?" preguntó Krillin, arrastrándose hasta el asiento expulsor.

"Media hora aproximadamente, da o toma un poco," respondió su maestro.

"No nos atrevamos a salir a la superficie y abrir el dosel con tantas arañas alrededor," dijo #18.

"Es fácil decirlo para ti. Tú no respiras," espetó Oolong en su dirección.

"Lo hago," dijo ella calmadamente. "Sólo no tan seguido como lo haces tú."

La lancha aceleró por un cordón submarino, el flanco de una serie de picos de montañas subacuáticas. "Tal vez sea capaz de sacudirlas lo suficiente como para reponer nuestro suplemento de aire," dijo el Maestro Roshi sobre su hombro. "¡Sosténganse!"

Con eso, puso al bote en una escalada casi vertical, aceleró sobre la punta del cordón y bajo un cañón curvo en el otro lado, azotando entre las formaciones de rocas a una velocidad aterradora, esquivando por muy poco algunas de las filosas rocas. Todos los pasajeros, excepto por #18, se veían algo verdes.

"Maestro, ¡cuidado!" Gritó Krillin.

El movimiento del bote había perturbado las cuestas y de repente se encontraron en el medio de una columna de lodo subacuática. Todavía aceleraban hacia adelante, pero ahora no podían ver a dónde estaban yendo, y la lancha, como cualquier bote, no estaba equipada con frenos. Un lado del bote rozó algo que no se veía y toda la nave giró de un lado a otro. Los pasajeros volaron en un enredado montón en una punta del bote.

"Creo que voy a -" comenzó Oolong.

"¡Vomita sobre mí y morirás!" le gritó #18. El cerdo había acabado sobre su cabeza.

"Estoy comenzando a ver una falla en este plan," murmuró el Maestro Roshi, justo antes de que llegaran al costado del cañón con un horrible sonido de metal chillando. Los desafortunados pasajeros estaban acurrucados en el otro extremo del bote, aterrizados sobre la tortuga ermitaña y Krillin, que había logrado escapar del tumulto general hasta ese momento.

El bote ya no se movía, y después de unos pocos minutos, todos empezaron a temblar y hablar a la vez.

"¿Están todos bien?"

"¿Están bien muchachos?"

"Hey, ¿de quién es el pie que está en mi oreja?

"Auch, esa es mi cabeza..."

"¿Dónde está Marron?"

"¿De quién es ESA mano?"

Lo último fue de #18, que había descubierto que el Maestro Roshi estaba tratando de sacar ventaja de la confusión. Lo golpeó lo fuerte suficiente como para enviarlo al otro extremo del bote.

El resto de ellos se desenredaron. Sacando unos pocos golpes y moretones, todos parecían ilesos.

No se podía decir lo mismo del bote. Los motores habían muerto y estaban casi en la total oscuridad. La cubierta parecía estar inclinada a unos 30 grados.

"Debería haber una linterna en la caja de herramientas," dijo Roshi.

"No, no hay," replicó Yamcha. "Tal vez habría - ¡si alguien no hubiera sacado todo de la caja de herramientas y lo hubiera reemplazado con pornografía!"

"Hey muchacho, es arte fino lo que estás hablando - y sucede que recuerdo que has pasado casi tanto tiempo como yo con mi colección como yo lo he hecho-"

"¿Eso quiere decir que no tenemos ninguna herramienta?" preguntó Krillin.

"Y estamos a punto de no tener más aire," murmuró Oolong.

Marron comenzó a sollozar, y se acurrucó contra el cuello de su madre mientras el resto contemplaban su situación en silencio. De repente todas las cabezas se giraron ante el ominoso y chirriante ruido. Pu'ar se aferró al brazo de Yamcha.

"¿Qué fue eso?" Preguntó Krillin.

"Creo que fue la cubierta dañada del bote," dijo el Maestro Roshi en un tono extrañamente apagado. "Debe estar teniendo dificultad en soportar la presión del agua."

"Bueno, es bueno escuchar eso," dijo Oolong, al borde de la histeria. "Al menos nos ahogaremos antes de sofocarnos."


"Vamos, dime que soy un genio," dijo Bulma. "Sabes que quieres hacerlo."

Los demás miraron al objeto en sus manos.

"Se parece al radar del dragón," dijo Trunks.

Se veía como el radar, aunque era un poco más grande, con más controles.

"Funciona con un principio parecido," dijo Bulma. "Pero no es un detector de esferas del dragón; es un detector de ki. Incluso sin ser capaces de usar su ki, asumiendo que el problema está afectando a todo el mundo - y debería, o sino Vegeta y Son-kun estarían allá afuera luchando contra esas criaturas ya mismo, y los veríamos en las noticias - sus niveles de ki no deberían haber sido afectados. Así que todo lo que tenemos que hacer es escanear por el ki más alto en el planeta. Trunks, déjame calibrarlo en ti."

Trunks se quedó quieto mientras su madre jugueteaba con los botones, luego ejecutó una calibración similar sobre sus padres.

"¡Bien!" dijo ella. "Parece que tu ki está más bajo que lo normal, pero aún así es fácilmente detectable. El ki Saiyajin se lee diferente del ki humano, así que debería ser capaz de decir cuál de las lecturas son Vegeta, Son-kun y Gohan. Y Piccolo probablemente aparecerá diferente, también."

Comenzó a escanear.

"Está bien... parece que las dos lecturas de ki más altas están juntas... en esa dirección." Señaló ella. "Si esto está calibrado correctamente, ambas son Saiyajin, así que deben ser Son-kun y Vegeta. Hmmm... extraño... hay otro ki alto que aparece con ellos, y no es ni humano ni Saiyajin. ¿Será Piccolo tal vez? Veamos... tengo un grupo de lecturas altas... allá... eso es cerca de la isla del viejo pervertido, entonces deben ser Yamcha, Krillin, y los demás. Gracias a dios, parece que están bien." Siguió escaneando. "Esta lectura está demasiado lejos - deben ser Tienshinhan y Chaotzu. Aquí hay otra lectura alta -¡oh!"

"¿Mamá? ¿Qué sucede?"

"Acabo de ver un ki Saiyajin pero lo perdí. O disminuyótanto que el escaner no puede encontrarlo, o..." Se cubrió su boca con una mano.

"¿Papá?" Trunks susurró consternado.

"Lo.. dudo. Tu padre es lo fuerte suficiente como para cuidarse solo." Pero por dentro estaba aterrorizada. Ese ki tan alto tenía que ser Vegeta, Goku, o Gohan, y era casi tan probable que Gohan y Goku estuvieran juntos como era posible que Vegeta estuviera con uno de ellos. El escaner no era lo suficientemente sensible como diferenciar la firma de ki de un Saiyajin completo como de un semi-Saiyajin.

"Estoy viendo otro ki alto no muy lejos de donde estaba ese - no es humano ni Saiyajin, tampoco. Si la otra lectura anómala es Piccolo, ¿entonces quién es este?"

"¿Alguien de la nave?" Sugirió el Dr. Briefs.

Todos se miraron entre sí. "Voy yo," dijo Bulma.

"Te necesitamos aquí."

"Ellos me necesitan allá. Tanto mi marido o mi amigo están seriamente lastimados" - o muerto - "y todavía no sabemos dónde está Chi-Chi. Tomaré una de las cápsulas más grandes con naves y juntaré tanto de nuestros amigos como pueda -"

Una pequeña mano tiró de su pierna. "¿Dónde está papi?"

Bulma saltó y bajó la mirada. "¡Goten! ¿Qué estás haciendo fuera de la cama?"

"¡Goten!" Gritó Trunks felizmente.

"Lo siento, cariño," se disculpó su madre. "Pensé que estaba dormido."

"Mi brazo está mejor," dijo Goten, levantándolo.

"Deja que la abuela de Trunks lo vea, cariño. Estoy ocupada ahora."

Trunks corrió hacia su amigo. "Hey, Goten, ¡vamos a rescatar a mi papá y a tu papá!"

"Neato," Goten murmuró, frotando sus ojos, todavía grogui por los calmantes.

"¿'Vamos'?" repitió Bulma. "Nada de 'nosotros' aquí, jovencito. Ustedes se quedan con tus abuelos..."

Se detuvo. Vio la tenaz mirada en los ojos de Trunks - una mirada muy parecida a la de Vegeta - y sabía exactamente lo que haría su hijo si lo dejaba solo. Sus padres tan buenos pero tan poco coherentes nunca serían capaces de cuidar a los dos niños adecuadamente. Tan pronto como cualquiera se descuide, los pequeños saldrán por la puerta y directo al peligro.

"Está bien," murmuró Bulma, cerrando sus ojos. "Puedes venir."

"¿Escuchaste eso, Goten?" Trunks saltó de alegría. "¡Vamos a luchar contra las arañas!"

"No, no van a luchar contra las arañas. Estamos en una misión de rescate ahora, y ustedes se quedarán en el vehículo. Además, nunca dije que Goten pudiera venir. Él está lastimado."

"No lo estoy," dijo Goten, escondiendo su brazo lastimado detras de su cuerpo y haciendo un gesto de dolor.

"Aquí, déjame ver," Bulma suspiró, y desenvolvió las vendas. La herida no era tan profunda, y las habilidades de sanación del pequeño niño Saiyajin no habían funcionado por completo mientras dormía. La herida estaba bien encaminada para curarse; en unas pocas horas, debería ser capaz de usar su brazo normalmente de nuevo.

"Está bien. Goten puede venir también. Pero se quedan en el vehículo, ¿entienden? Si intentan irse a otro lado por su cuenta, los traeré directo hacia aquí."

Se giró hacia sus padres, mientras los niños hacían entusiastas planes para matar a todas las arañas y salvar al mundo. "Papá, voy a intentar volver en una hora aproximadamente. Podemos usar los comunicadores de emergencia para mantenernos en contacto."

El Dr. Briefs asintió. "Seguiré buscando formas de.. eliminar estas criaturas." Era muy difícil para él reconocer que su trabajo actual sería usado para propósitos destructivos, pero más difícil era usar la palabra "matar", incluso refiriéndose a criaturas no humanas.

"Si dejo de dar señales, supongo... Bueno, dejé los planos para el detector de ki, así que puedes construir otro. Sigue intentando contactar a nuestros amigos."

Bulma abrazó a sus padres y se dio la vuelta. "Vamos chicos."

El laboratorio tenía una salida directa a la pista de aterrizaje en el techo de la Corporación Cápsula. Bulma llenó una caja de cápsulas con lo que esperaba que fuera un surtido útil y luego abrió la puerta y echó un vistazo afuera. Había cargado una bazuca rudimentaria de algunas cosas que tenía en el laboratorio. No era bonita y no ganaría ningún premio de diseño, pero debería ser capaz de aniquilar arañas.

La azotea estaba oscura y al parecer no habían brillantes luces rojas. Explosiones distantes, y un torvo brillo sobre la ciudad, indicaban que la lucha estaba ocurriendo en otro lugar.

Bulma arrojó una cápsula y ésta explotó en una nave de tamaño medio. Tenía que encontrar un equilibrio entre el tamaño y la velocidad, eligiendo un vehículo que pudiera cargar a todas las personas que quería hacer entrar (aunque no fuera un vuelo cómodo) y aún así fuera capaz de superar la velocidad de las arañas.

"¡Rápido! ¡Entren!"

Los niños entraron en la nave y Bulma levantó la escotilla, golpeando la puerta y encerrándolos. Sellados en la cabina del vehículo, se sentía mucho más segura - engañosamente segura, sospechaba, porque los vidrios de seguridad de las ventanas podrían no ser muy útiles contra las arañas de lo que las ventanas y puertas habían demostrado ser. Pero podían moverse rápido, y eso les daba ventaja, por ahora.

Encendió los motores y despegó del techo. "Aquí," dijo, arrojando el escáner de ki a Trunks. "Tú serás mi navegador."

"¡Genial!" Se entusiasmó Trunks.

Goten se puso de pie en su asiento, mirando sobre el hombro de su amigo. "¡Yo también quiero ser navegador!"

"Pueden ser co-navegadores," dijo Bulma, entrando las coordenadas de dódne había detectado el ki Saiyajin subiendo y bajando. "Pero los buenos navegadores usan cinturón de seguridad."

Los niños se ajustaron obedientes. Bulma miró a su panel de instrumentos mientras la computadora del vehículo detectaba varios objetos pequeños acercándose hacia ellos en el aire. ¿Arañas...? Sí, su despegue había llamado algo de atención; podía ver las luces rojas por la ventana, pequeñas pero acercándose. Bulma apretó el acelerador, y fue recompensada con un estallido de velocidad. Los instrumentos le decían que estaban pasando fácilmente a las arañas.

Por ahora, todo bien.

Preparó un curso que los conduciría alrededor de la zona de batalla, y se sentó a esperar. Y rezar.


Continuará...


Lo que viene: O resuelvo próximamente todos estos enganches o creo un par nuevos. O ambos. ^^

Los agradecimientos usuales a todos mis lindos comentadores, en especial a jen7x por la detallada descripción de las peculiaridades de la Torre Karrin y el Mirador de Kami. Como pueden ver, decidí no llevar la historia en esa dirección, pero es información útil y me ayudó a suponer qué hacerlos hacer después, ya que no tenía idea. ¡También gracias al resto: angelhitomi, T-Sama (en realidad no vi ninguna de las películas excepto la #12, así que no sabía que se podía escalar, ¡pero ahora lo sé!), Go10 (para responder tu pregunta sobre la fuerza de Goku y Vegeta: todavía son mucho más fuertes que los humanos normales - Vegeta al parecer es capaz de romper el cuerpo de las arañas con sus propias manos, por ejemplo - pero no son lo fenomenalmente fuertes que solían ser), Tom the Mighty, Moose, Chuquita, cyzay y Princess Vegena!