—Estos son los últimos archivos de los envíos del año, por lo que iré a supervisarlos, ya sabes Sarah, saber si tendremos nuevas chicas para mamá o hermana.
La mayor sujetó la carpeta revisando cada archivo —Esta bien señor Peter, le avisaremos una vez estén listos los chicos para ello.
—Espero que la fecha sea más cercana, ya sabes, en semanas o días.
—Espere... ¡es muy pronto!, No han pasado ni dos meses desde los últimos envíos para que se decidan...
—Sarah, quiero a esos niños antes del tifari, nuestra clienta frecuente así lo quiere.
La mayor suspiró rindiéndose —Está bien señor.
El hombre salió de la plantación en dirección a sus escoltas para dirigirse a la mansión, el recurrido era más que común, nada sospechoso para su vista a excepción del cielo que ese día era más gris de lo normal, ¿llovería pronto?
—Estoy de vuelta.
—Te buscan en el teléfono principal —Pronunció la niña viendo el patio principal del lugar tratando de ignorar al hombre.
Él rodó los ojos suspirando mientras se dirigía al teléfono, una vez recogió este mismo la voz de la anciana resonó para él.
—¡¿Mañana?! —Exclamó el hombre— Bueno, no importa, haré unos movimientos... No lo cancelen, ya se que haré con él.
Colgó el teléfono y volvió a levantarlo haciendo varias llamadas después de ese momento, la chica sólo se retiró del lugar y caminó en dirección a su habitación para encerrarse.
—Veamos que planeaste, William Minerva...
—El plan es el siguiente —Señalo Ray en una de las hojas.
Los cinco chicos miraron la hoja del azabache con atención ya que ahí tenía un pequeño croquis con sus posiciones.
—Las hermanas deben de estar cuidando a los niños, sin embargo Yuko llevará a mamá a la enfermería, Don y Gilda, ustedes vigilarán que mamá no salga de la casa, Nat y Anna mantenganse con los más pequeños para que no nos sigan mientras Norman y yo supervisamos.
El moreno levantó su mano —Ray, ¿qué hay de la hermana Krone?
El chico suspiro —Por un demonio... La había olvidado... Nat, ¿puedes distraerla?
El chico se asustó —¿Como lo hago?
—Pídele ayuda para mover el piano, creo que con eso la distraerás un poco —Rascó su mejilla el albino.
Suspiró —Esta bien, sólo espero que no me haga un extenso interrogatorio como lo hizo con Gilda.
—¡Chicos!
Ray arrugó la hoja metiéndola en la bolsa de su pantalón, mientras los demás tomaban algo de la cocina para llevarla al comedor.
—¿Qué pasa Phill? —Preguntó Norman con una sonrisa.
El pequeño los miró algo confundido pero ignoró lo ocurrido —¿Esta todo listo?
Don revolvió el cabello del pequeño —Por supuesto, ve a avisarle a los demás.
El pequeño se alejó y todos después de unos segundos suspiraron mirándose con una expresión de alivió pero a la vez preocupación.
La hora de la comida transcurrió con normalidad a excepción de algo que no se percataron los chicos, la hermana mayor no se encontraba en el comedor en compañía de ellos.
—¿En donde está Krone? —Preguntó Don.
—¡Tiene trabajo! —Respondió uno de los niños.
Todos ignoraron la respuesta por lo que después de comer todos comenzaron a ejecutar el plan establecido. Los niños estaban fuera y por mientras las dos mayores ordenaban algunas de las habitaciones.
—Yuko, dime querida... ¿tu aspiras a candidata a mamá o sólo como a hermana?
La chica la miró con una sonrisa —Sinceramente sólo deseo ser hermana, el ser mamá es una responsabilidad más pesada en especial por resguardar el secreto y vigilar que los chicos no lo descubran.
—Lo sé, esa es la responsabilidad más pesada que hay... Pero, ¿no crees que las hermanas son un peso muerto cuando combinan sus emociones?
—¿Peso muerto? —La miro algo confundida—. ¿A que se refiere?...
Isabella sonrió de forma tranquila —Se ha ido...
La joven la miró sorprendida —¿Acaso usted la... —Salió de aquella habitación corriendo escaleras arriba a la habitación donde ambas hermanas se encontraban descubriendo que en efecto, la mayor había dejado el lugar—. No...
—No puedo enviar a dos personas a la vez a menos que se trate de los niños, así que, trata de portarte bien en lo que queda del tiempo —La dama cerró la puerta con seguro—. Ustedes siempre fueron peso muerto en todo esto, no se porque los superiores han dudado de mis habilidades.
—¡Señora Isabella, por favor abra la puerta!
—¿Creíste que no me enteraría de todo lo que planearon con los chicos?, Por favor —rió la mayor—. Dos chicos se acercan al muro, supongo que son Ray y Norman... Perfecto.
—¡Señora no les haga daño!
Isabella sonrió —Son mis niños, nunca sería capaz de hacerles tal cosa.
El silencio se hizo presente por un largo lapso, la mujer salió del lugar alertando a las menores que estaban afuera, en resumen el plan había fracasado...
Ambos chicos estaban ya casi listos para poder subir al muro pero el escuchar pasos próximos a ellos les hizo detenerse, haciendo que el albino quién sujetaba la bolsa con las cuerdas faltantes la arrojará a los arbustos, en pocos segundos la mayor estaba al frente ellos.
—Norman, Ray, ¿qué hacen aquí?
Ray notó como en sus manos se encontraba el monitor de los rastreadores, sonrió suspirando —¿Se acabó cierto?
Norman miró con sorpresa a Ray —¿Qué?
Isabella extendió su mano a ambos chicos teniendo una sonrisa —Creo que no es necesario que les explique todo, ¿verdad?, después de todo Krone y Yuko ya lo ha hecho.
Una mirada seria invadió a los dos, sin embargo no mostraron otra expresión, la mujer extendió de nuevo sus manos a los chicos teniendo una sonrisa en el rostro.
—¿Qué es lo que quieres mamá? —Norman posicionó sus ojos en la dama.
—Dejen de luchar, ya no hay vuelta atrás para ustedes dos.
—¿A qué te refieres? —Miró Ray la mano de la mujer.
Una sonrisa de oreja a oreja se posicionó en el rostro de la mujer —Ya no intenten dejar este lugar, ya que mañana será su último día aquí.
Los ojos de sorpresa en ambos estaban presentes, la confusión los estaba envolviéndo al punto que dejaron caer las cuerdas sobrantes.
—Los superiores han hablado y su entrega será mañana mismo —Los hermanos menores de ellos llegaron al instante que escucharon las palabras de la mayor, Isabella sonrió de forma satisfactoria—. Ya no hay vuelta atrás, mis queridos niños.
