Fic

Matrimonio Concertado

Por Mayra Exitosa

Capítulo 7

Los hombres del Clan

Afuera varios hombres encapuchados cabalgaban para dar alcance al ver tan larga caravana, con flechas lanzaban bolas de fuego para darle a los carruajes y así verlos salir, sobre todo a las mujeres, pero la caravana ya se encontraba preparada y respondían con sus arcos, de donde salieron las flechas para luego atacar a caballo, dejando resguardadas las familias y cubriendo con agua las flechas que alcanzaban a pegar en algún carruaje o material que les diera oportunidad.

La huida de los arqueros encapuchados no se libraba completa, algunos caían con flechas y los compañeros los levantaban para salir lo antes posible, por más que deseaban atraparlos era imposible. - Nadie se separe, déjenlos huir, lleguemos y salvaguardemos a las familias, no permitan que nadie entre con nosotros. Al continuar él viaja siendo muy de madrugada lograban llegar por fin a Glasgow, al entrar los carruajes salía el personal que cuidaba las parcelas de los nuevos propietarios a quienes ya estaban esperando, sin embargo, estos se encontraban custodiando todo, el personal era revisado y checado antes de continuar dentro del palacio. Lo cual sorprendía a los que se encontraban con antigüedad ahí, así Candy les explicaba que traía su personal, pero no s ele iba a dejar fuera, era solo por precaución debido a que no deseaban alejar a la familia cercana de su marido.

Las tierras eran verdes abundantes y había lugar para todos ellos, los heridos o lastimados del ultimo ataque, eran atendidos algunos no lo esperaban y habían caído muy cercanas las bolas de fuego, al enterarse el personal de Glasgow que habían atacado a los recién llegados, estos mencionaban a los hombres que cuidaban del lugar para que se pusieran al tanto con los hombres de ellos, así aceptaban a otros a unirse a los guerreros escoceses, más para alguien tan desconfiado como lo eran los hombres del clan Andrew, no sería fácil aceptar a nuevos elementos, algunos mencionaban a sus familias y ahí las cosas cambiaban, - Que bueno que llegan solo tengo hijas y no tuve la bendición de tener varones, por lo que espero poder tener ahora con la llegada de los Andrew una familia más abundante. William se reía, por lo que los hombres ya se alborotaban, muchos eran jóvenes solteros y esperaban algún evento para ver mujeres, también había hijas entre ellos, pero lo que más abundaba en los Andrew, eran varones.

Uno de los tíos que se había venido con él reía y celebraba lo dicho por esa gente que estaba en espera de su llegada, - Mira hijo, no han preguntado quien es el propietario, ni quien es la Duquesa, ellos son como nosotros, no están atacando y se les hace extraño que nos hayan atacado a nosotros en el camino. - Si eso veo, sin embargo, no quiero a nadie cerca de mi mujer, seguiremos con el plan, nuestra gente cercana es la confiable, no podemos perder Edimburgo, usted sabe que dejamos a muchos en Invernes, y mi mujer aun no me da noticias de si la he preñado o no, - Eso significa que te necesita en sus habitaciones, de adrede no te lo dirá para seguir con tus atenciones. Los hombres reían y su tío lo entendía lo que jamás entendería era lo que había hecho la vieja Megan, dejar en un juego su azar su herencia, solo porque deseaba herederos legítimos y consanguíneos, maldita vieja, como si no supiera que era lo que más había en los Andrew, más por otro lado habían muerto muchos de la familia y eso era de esperarse, no valoraba a las mujeres o seguía aun con las leyes de la corona, dejando la posibilidad a los ingleses de quedarse con Edimburgo.

El principal del ducado de Edimburgo entregaba los documentos oficiales y comentaba que él era escoces y se quedaría cerca de las tierras para ayudar, pues pertenecía a uno de los viejos clanes, a lo que se le agradecía, más notaba que estaban siendo amables, pero no lo consideraban para tomar la administración, ya que en eso ellos contaban con muchos hombres y su tío manejaba bien todo al igual que había preparado a William para hacerlo.

En las habitaciones el palacio era hermoso, Candy elegía la habitación más grande y espaciosa, procurando que tuviera estudio dentro como la que tenía en el Castillo Andrew, donde su marido se encargaba de hacer sus cuentas y apuntes sin salir de ahí. La noche ya por fin llegaba y él la buscaba, ella lo esperaba porque sabía que todavía no estaba muy ubicado en las nuevas habitaciones, por lo que ella lo guiaba y el reía por ver una cama antigua preciosa, con sus sabanas limpias y frescas, sus ventanales y sus atenciones, al tener vino y todo lo que él poseía en su castillo

- Le ayudaron las mujeres, - Si mi Lord, todas estaban ayudando para tener listo para usted. - Y ¿le gusta a usted esta habitación? - Si, yo misma la elegí, era la más espaciosa y tiene un estudio, más estaba fuera y traje el escritorio y los papeles para que se encuentre igual que como lo tenía en el castillo. - ¿Me esta usted procurando? - Usted siempre me procura mi Lord. - ¿Le gusta que le brinde mis atenciones? - Si mi lord, me gusta complacerlo y solo deseo darle noticias en cuanto la comadrona me asegure que ya me encuentre preñada, - ¿La comadrona? - Si, la de su familia, no quiero un matasano, prefiero a las mujeres son más de mi confianza y desean que usted sea bendecido, ellas han estado con usted, por lo que deben ser de su confianza, - ¿Se han ganado ya su confianza? - Me basta con que usted confié en ellas, para hacerlo también.

- Usted dijo que su tía vive aquí en Glasgow. - Si, por eso ya conocía el palacio, pero ella no se encuentra aquí, debe estar en su pequeña casa, en la villa más delante. - Podemos invitarla a que conozca a nuestra gente. - Sería bueno, ya ve que su tío es viudo. - ¿Perdón? - Supongo que, si mi tía es viuda, querrá que conozca a uno de sus hombres. Este se reía negando y ella no le comprendía, - N era para eso que me preguntaba por mi Tía Bonnie. - No, pero le presentaré a mi tío, sus hijas son muy quisquillosas y no lo dejaron casarse de nuevo, ni tener otra pareja, a ver si lo dejan conocer a su Tía Bonnie. - ¡Oh no! No es necesario, solo pensé que al preguntar usted por ella, era porque hay más varones que mujeres en el Clan Andrew. - Y así es, pero si mi Tío también puede conocer una mujer, no creo que le venga mal. - Por favor mi Lord, no les digas que fui yo la que lo mencionó. - No lo diré, si usted me lo pide.

La noche fue dulce y la pasión fue el mejor aliento para dormir, el castillo era enorme y sus casas aledañas suficientes para muchos de lo que deseaban formar parte de Glasgow y establecerse, el tío de William Rupert Andrew organizaba una velada para que la gente conociera a los hombres del Clan Andrew. Candy y Albert, estaban más que complacidos y deseaban poder merecer la oportunidad de expandirse en Edimburgo, más a suerte estaba echada y dependía de tener un heredero, por lo que no podían hacer más que esperar a que la duquesa quedara preñada.

El evento se anunciaba en los alrededores y muchos fueron con sus hijas, y notaban que el clan respaldaba a todos sus hombres, por lo que eran convenientes estar con los Andrew, las jóvenes casaderas iban con la esperanza de encontrar hombres para tener posibilidades, ya que la mayoría eran mujeres y para suerte el Clan eso era lo que más tenía, guerreros grandes y fuertes que no sabían mucho de modales, pero si de peleas, de esfuerzos y trabajos de caballos y proteger de los suyos.

En Inglaterra, ya la tranquilidad era cuidar a la Duquesa, mientras el Duque tomaba experiencia con sus concubinas, miraba en una reunión a los hombres con algunas mujeres del burdel en el que se encontraban como las ponían a mil y como ellas se enardecían ante las atenciones de los caballeros, así el Duque de Grandchester disfrutaba de ver y aprender de sus mujeres, para poder darle a su Duquesa un heredero más después de que naciera el primero, ella deseaba darle muchos hijos y eso también lo haría tener mas herederos, - Salía del burdel y llegaba a su palacio su mujer ya descansaba y una de sus concubinas lo esperaba, era su turno ahora, a lo que él esperaba tener nuevos ideas aprendidas de esa noche y poder darles un placer más elevado a sus mujeres, ya que al día siguiente le tocaría a otra dama en cuestión, - señor, Lady Susana lo espera, - Bien iré en un momento, vaya a descansar. - si mi señor.

Continuará...


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Mayra Exitosa