Ladybug No me pertenece
Madriguera del conejo
Capítulo 7: Una merienda de locos
A pesar que ha salido del hospital, sus padres se muestran bastante sobreprotectores con ella, dejando que se quede en casa unos días sin ir al colegio. No se molesta ante la idea, ya que si se siente algo cansada y antes de darse cuenta es el día de su cumpleaños. Estuvo hablando con una inusual distraída Alya por celular, sobre que el día de su cumpleaños lo pasara con su abuela y familia (sin ganas de luchar contra su abuela nuevamente), que la vera el día siguiente en clases como de costumbre. Se preguntó que pudo haber sucedido con su amiga, que parece algo retraída y pensativa, claro que esta estaba al pendiente de ella, pero sentía que se estaba perdiendo de algo.
El día de su cumpleaños no es malo, el recuerdo de su abuela abrazándola con fuerza dentro de su casa e invitándola a dar una vuelta, le hacen sentir como una niña pequeña nuevamente. Gina había estado especialmente preocupada de escuchar que había estado en el hospital, pero ella aseguro que todo había pasado (esperaba no volver a pasar por algo similar) y acepto la idea de comer con esta en un restaurante que siempre fueron juntas.
Si bien no era una niña, Marinette no puede evitar sentirse mal por haber hecho a su abuela preocuparse en su primera vida, en ese entonces había querido mostrarle que era una adulta, que había crecido. Ahora que en realidad tenía la mentalidad de una adulta, amo la idea de ser tratada como una niña nuevamente, riendo juntas y explicándole de forma más amable que había crecido, pero que siempre seria su nieta pequeña.
Provocando un akuma menos cuando su abuela la llevo de regreso, intercambiando números y una promesa de salir el viernes a la noche a un concierto juntas (que sus padres vieron con prevención) se arrojó sobre su cama en un suspiro de alivio.
Se sentía mucho mejor con su familia.
El golpeteo de la trampilla le hizo suspirar, antes de abrirlo y ver que era Chat, quien lucía cauteloso al verla y sin saltar sobre ella como cualquier otro día. Este entro a su habitación y pareció algo preocupado por su persona, que le hizo sonreír antes de palmearle la cabeza.
Este ronroneo.
Ella sonrió.
—Un pajarito me dijo que es tu cumpleaños—comento el chico con un mejor humor que antes, ella rodo los ojos divertida.
—Ese pajarito debió ser mi abuela que lo grito a los cuatro vientos hoy en la torre de parís y en todas las calles—señalo de forma divertida, el recuerdo de ambas en la motocicleta y muchos gritos como llamadas de la policía.
Si, sus padres estaban preocupados por buenas razones.
Chat sonrió divertido por este hecho, antes de sacar de su espalda una pequeña flor de color blanca, que le hizo ladear la cabeza. La tomo entre sus manos con una media sonrisa, su novio siempre había regalado flores en toda su vida, ya que era un romántico empedernido de esos que aman las películas románticas, pero no recordaba haber recibido esa flor antes. Todas sus flores habían tenido un significado, no por nada había obtenido un libro de significado de flores para entender sus regalos, así como darle algunos.
Pero esta flor…
—Es una gardenia blanca, significa pureza y dulzura, me recordó a ti—comento este con una leve sonrisa nerviosa y desviando la mirada.
Marinette entrecerró los ojos notando, que algo estaba oculto en sus palabras, pero lo dejo pasar esta vez para ver más detenida la hermosa flor.
Sí, eso era algo que él haría.
—Me gusta, es muy hermosa—asegura caminando a su escritorio, en busca de algún jarrón que tuviera por ahí, para mantener la flor con vida el mayor tiempo posible.
Encontró uno fácilmente, entonces puso la flor ahí, ya con algunas ideas para diseños con respecto a esa flor. Sin duda mañana tendría un día ajetreado de creaciones que no podía esperar. De reojo noto como el chico parecía bastante feliz con su regalo, viéndola con ojos brillantes y cola agitada, como un pequeño gatito al cual acariciar la barbilla.
—Me alegra que te gustara, estaba preocupado porque estabas en el hospital, pero puedo ver que estas mejor ahora—dice rápidamente examinándola de arriba abajo sin ningún indicio de maldad o segundas intenciones.
El recuerdo de su novio dándole una mirada larga a su trasero de forma descarada, le hizo sonreír levemente melancólica, nunca pensó que extrañaría eso.
Su vida sin duda había cambiado bastante.
—Yo estaba preocupada, pensé que luego del beso no volverías a venir—confeso con tranquilidad, sonriendo levemente al ver como las mejillas del chico estallaban de rojo.
Adorable.
Parecía un pequeño venado a punto de ser atropellado, fue algo bastante excitante estar de este lado de la jugada, generalmente era Adrien que siempre le provocaba sentirse contrariada y pocas veces ella sintió que tenía el control.
Se iba a malacostumbrar por esto.
—Yo, bueno, yu, digo, tu, esto, nosotros—no parecía poder coordinar ninguna frase correctamente y le pareció incluso más adorable.
Ya entendía porque Adrien solía comentar que siempre amo esa parte nerviosa de ella, en este pequeño Adrien era tan adorable.
Decidió que era mejor darle un respiro, hoy se sentía benevolente.
—No te preocupes Chat no tienes que hablar de eso, mejor ven estoy cansada y dicen que dormir con un gato ayuda al corazón, algo sobre su ronroneo—comento estirando sus brazos y realmente sintiendo el cansancio del día.
Este si bien parecía algo nervioso y viéndola intensamente, no duro más de unos segundos antes de saltar en la cama con ella, rodeándola con los brazos y dejando que su cuerpo ronroneara. Todo su ser se sintió más tranquila de tenerlo a su lado, el ronroneo era realmente relajador y el cansancio termino de hacer lo suyo para dormirse.
Extrañaba mucho los brazos de su novio para dormir, esto era genial.
Lo escucho decirle algo para dormir, pero no lo entendió antes de quedar inconsciente con una leve sonrisa.
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Cuando por fin pudo regresar al colegio, lo hizo sintiendo un poco más de tranquilidad en su espalda, que claramente murió cuando al entrar a su salón de clases, había una tensión palpable. Los ojos de Marinette se desviaron confundidos a las chicas que parecían estar rodeando a Lila de forma protectora, mientras que Alya parecía fuera del circulo luciendo con ojos bastante molestos y llenos de ira. La escena era bastante familiar, sobre todo cuando Alya simplemente paso de ella saliendo del salón luciendo molesta, pensó en ir tras de ella, pero quiso averiguar que rayos pasaba en este lugar antes de hacer algo.
—¿Qué ha sucedido? —cuestiono acercándose a las chicas, viendo cuidadosamente a Lila quien parece casi al borde del llanto.
Con una gran habilidad a la mentira que merecería un Oscar. Esta niña se está desperdiciando, ya que su verdadero talento es ser un actor de novela.
—Oh Mari no sé qué ha pasado, Alya parecía tan molesta, no sé qué le he hecho para ser tratada así—dice en un falso llanto mientras Alix a su lado parece confundida y molesta por igual. Algunos chicos como Max y Kim también parecen de brazos cruzados.
Si, aquí hay algo raro.
—Alya comenzó a gritarle algunas cosas a Lila, parecía muy molesta—comenta Rose a su lado algo apenada por tener que hablar mal de alguien.
Los ojos de Marinette se entrecierran un poco confundida por la información, gira para ver a Lila que sigue llorando porque alguien le trate tan mal. Antes de que esta corriera a abrazarla falsamente diciendo que esto no debería opacar que ella se ha podido reintegrar a las clases de nuevo. Con una sonrisa algo confusa se aleja de Lila, para tomar asiento en la espera de Alya.
No regresa más a clases.
Adrien, Nino y ella intercambian miradas preocupados. Claro que este primero parece recordar lo sucedido la noche anterior, para ponerse rojo antes de evitar su mirada. Intercambia un encogimiento de hombros con Nino, antes de notar divertida como Lila intenta acapararla el resto del día.
Sospechoso.
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El corazón de Adrien no deja de bombear cuando bien terminado las clases, debe quedarse en el club de esgrima donde se supone que tendrán nuevos reclutas esa tarde, ya que hay una plaza abierta para que alguien tome lecciones con ellos. Había pensado que ese momento podría tener un poco de paz y tranquilidad a su interior, que fue cruelmente aplastado cuando entre los participantes nuevos puede ver como Marinette habla divertida con uno de los otros concursantes. Cuando camina a ella preguntando que sucede, esta sonríe emocionada diciendo que quiere intentar algo además del diseño, también comentando sobre que tiene bases de la esgrima por un viejo amigo suyo, lo cual le hace lucir confundido.
No es que no la quiere cerca, ese es el problema, que tal vez la quiere demasiado cerca todo el tiempo. Había pensado estúpidamente que la esgrima seria su lugar a salvo para pensar, pero ante la idea de que ella pase más tiempo con él, quiere casi correr donde su profesor para que la integre de una vez.
Para su sorpresa no hay mucho que explicarle a Marinette, esta parece conocer los fundamentos de la esgrima y si bien no es un prodigio o tiene años de entrenamiento, cuando ambos hacen el primer ensayo de práctica, esta hace un punto a una velocidad asombrosa.
—¿Cómo hiciste eso? —cuestiona sin poder evitarlo y verla con admiración.
Su postura no era perfecta, tiene algunos agujeros por todos lados, pero su velocidad y técnica le han hecho tomar un punto de su persona. No es que hubiera intentado detenerla seriamente, pero verla de esa forma le dio una nueva mirada de la chica, que parece nunca terminara de conocer.
La idea lo entusiasma demasiado.
—Tuve un buen profesor hace tiempo, aun así, no es que me apasione la esgrima, pero puedo decirte que daré una buena batalla—dice con mirada decidida y colocándose nuevamente en guardia.
"Cásate conmigo", debe morderse los labios para no soltar esas palabras y que lo vea como un loco peligroso. Toma un poco de aire antes de ponerse la careta nuevamente listo para ir un poco más serio, queriendo evaluar la habilidad total de su amiga, solo para detenerse ante la llegada de un nuevo oponente con un traje de color rojo fosforescente.
Se siente algo decepcionado de no poder seguir pasando tiempo con Marinette, lo cual queda opacado momento después ante probablemente, el mejor contrincante que ha tenido en su vida. La batalla dura algunos minutos y los lleva a otros lugares que no tenían programados. Al final de la batalla que los llevo al segundo piso, ambos se giran para ver a quien estuviera cerca, para que les indicara quien había ganado, sin sorprenderse del todo de que fuera Marinette quien viera el combate.
Esta parece meditarlo unos segundos, antes de explicar que el nuevo personaje es quien ha ganado, dándole una leve mirada de disculpa. Realmente no tiene la culpa, él había sentido que su contrincante logro impactar primero, entonces el "chico" se quita el protector del rostro demostrando que en realidad es una chica, una bastante bonita.
Se sonroja levemente al notar que es una chica de cabellera azulada y rasgos asiáticos, que en algunas cosas le recuerda a Marinette. Piensa que probablemente Plagg estaría burlándose de él por tener sin duda un tipo predeterminado de chica que encuentra atractivo.
Su nombre, Kagami Tsuguri.
Antes que pueda decir algo, Marinette da un salto frente a ambos y toma la mano de Kagami emocionada, que hace a esta lucir confundida.
—Es un honor conocer a una de las más grandes esgrimistas de tu edad en Japón, sé que es pretencioso de mi parte, pero me gustaría y sería un honor que pudiéramos ser amigas—habla rápidamente con una mirada brillante.
Adrien puede ver que Kagami parece confundida, ignorando que su profesor parece emocionado por tener elegido a quien tendrá la plaza en el grupo de esgrima. Se siente algo decepcionado de que Marinette no fuera la elegida, pero sabe que al final Kagami hará un mejor trabajo, ya que se notaba la pasión de esta por el deporte, a diferencia de Marinette que confeso no apasionarle realmente.
El rubio también puede observar que incluso si Kagami parece reticente y lista para negarse, Marinette termina convenciéndola de alguna forma para cambiar números de teléfono entre ambas. Esta parece totalmente fuera de sí e incluso abraza de forma espontánea a la japonesa, quien se queda congelada viendo como Marinette se marcha con una sonrisa enorme en su rostro.
Kagami gira a verle, él la ve ligeramente con envidia porque le hubiera gustado ser él quien es abrazado.
—¿Es tu amiga? —cuestiona algo anonadada.
La palabra amigo suena algo amargo en sus pensamientos de alguna forma, pero termina soltando un ligero suspiro.
—Por el momento es mi amiga, aunque, bueno, me gusta un poco—admite tímidamente cuando ambos comienzan a caminar al primer piso.
La japonesa asiente y le da una mirada levemente antes de seguir su camino, al final Kagami es presentada como la nueva integrante del grupo. Para pocos minutos después Adrien deba salir corriendo con Plagg, ya que el señor palomo ha vuelto a ser akumatizado. Incluso si trabaja con Ladybug, ambos lo hacen tan rápido que en realidad no intercambian ninguna palabra entre ambos. Esta se despide de él con una leve sonrisa, si bien Adrien logra darle una, siente que algo ha cambiado entre ellos.
Porque la presencia de Ladybug en este momento no es tan diferente de la de Nino o Alya, solo otro amigo más.
Lo cual no le molesta a Adrien.
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Los siguientes días Marinette descubre que ser amiga de Kagami no va ser tan fácil similar a la primera vez, incuso cuando tienen números de teléfono, es claro que Kagami no va dar el brazo a torcer en esta amistad. Es algo frustrante, ya que Marinette quiere organizar una salida con Luka, para que ambos se conozcan, completamente segura que entre ambos podría haber una conexión. No quiere pensar en la temporada que Luka y Zoe salieron juntos, ya que, si bien eran adorables juntos, al final Luka había elegido a Kagami y se habían casado, algo los había terminado uniendo y ella quería que eso no cambiara en el futuro. Claro que, si ambos elegían a otras personas, no se interpondría, pero quería darles la oportunidad de conocerse.
Aun así, estaba siendo especialmente difícil.
Además de tener que enfrentar nuevamente al Robot de Max y luchar contra un bebé gigante, lo cual no tiene sentido ya que esta vez ella no busco ayuda de nadie para una falsa cita entre Adrien y ella, algunas cosas ridículas siguen pasando. Ignorando la lucha contra el director de su escuela, que fue nuevamente akumatizado, al menos esta vez fue mucho más fácil de derrotar al conocer sus debilidades, lo cual le lleva a otro problema que no había esperado que se presentara en su vida.
Chat Noir.
El gato negro que es su compañero de equipo, sigue actuando demasiado sospechoso a su alrededor, incluso algo lejano y pensativo, sin coquetear con ella, sin hacer tantos chistes de palabras, en general solamente haciendo su trabajo como equipo. Marinette pensaría que algo está bastante mal de no ser que Adrien sigue siendo igual de sonriente a su lado y las usuales visitas de Chat Noir en las tardes a su casa, es solo cuando es Ladybug que Adrien ha comenzado a tratarla sin estar tan, interesado como antes. Pero ahora parece que está completamente centrado en su versión de Marinette.
Complicado y un dolor de cabeza que no entiende.
Hay ocasiones que intenta hablarle como Ladybug a Chat, pero este solo comenta sobre patrullas, sobre la seguridad y deja de intentar indagar sobre su identidad como solía hacerlo antes.
Algo debió haber hecho mal, pero para su desconcierto no descubre que pudo causarlo.
También está el tema de Alya con el resto de la clase, que parecen haber aislado de forma leve a la periodista. Incluso cuando nadie dice nada, Marinette puede notar como la morena es alejada de las actividades y esta no deja de ver mal a Lila, lo cual provoca que el resto de la clase suela "protegerla" ya que la pobre tiene muchas enfermedades y entre otras cosas, que sabe son mentiras. Es raro estar al otro lado de la cámara, ver lo que le hicieron a ella a una de sus amigas, meditar que Alya alguna vez estuvo en su lado y en muchas ocasiones prefirió a Lila sobre su persona.
Es duro, porque una pequeña parte de ella quiere cobrar venganza por eso, mientras que otra no puede evitar sentirse mal por la situación.
Entonces un día especialmente difícil, donde Lila ha culpado a Alya sobre empujarla, cuando Marinette sabe que no fue así, suspira. Realmente le hubiera gustado llevar la fiesta en tranquilidad con Lila, sabe que Alya actuaria completamente diferente a ella en su situación, porque ella pudo verlo, aun así, camina tranquilamente en dirección a la salida de su salón ignorando como todos están sobre Lila preguntándole si se encuentra bien.
No le toma mucho tiempo encontrar a Alya sentada en un parque fuera del colegio, gruñendo palabras fuertes a Lila mientras parece querer jalarse el cabello lejos de su cabeza. La ve así durante lo que parecen algunos minutos, antes que la morena sepa que no se encuentra sola, esta gira a verle luciendo desconfiada y molesta, como lo ha estado la última semana.
Marinette no había hecho nada, incluso si saludaba a Alya normalmente, simplemente se quedó al margen sin querer intervenir.
—¿Qué haces aquí? —gruño esta de mala manera, que le recuerda un poco a ella misma en otra línea del tiempo de donde vino, resentida porque nadie le creía y actuando a la defensiva—deberías estar con Lila, la pobre hipócrita tal vez se rompió un hueso o mejor aún, encontró alguna forma de que me expulsen del colegio por alguna otra de sus estúpidas mentiras—añade con claro resentimiento a una persona en específico.
Marinette se pregunta vagamente como actuaria Alya al saber que, en otra línea del tiempo, de alguna forma había sido la causante de demostrar que las mentiras de Lila eran solo mentiras, que incluso si la amistad de ambas había sido rota por la italiana, al final todo había salido bien.
Alya era una gran reportera y solo seguiría avanzando con forme creciera.
Incluso si en el futuro no eran tan amigas, siente un especial afecto a su primera gran amiga, además de que, de una u otra forma, en esta línea de tiempo su amistad parecía no tener que romperse si juega bien sus cartas.
Añoraba eso.
Perder la amistad de Alya, fue uno de los pocos arrepentimientos que considero cambiar ahora que estaba en el pasado.
—No puedes decir declaraciones tan fuertes sin tener pruebas que lo respalden, solo tu palabra no va convencer a nadie y nadie te creerá por eso—dice con voz tranquila e inusualmente fría, ante el recordatorio que eso fue lo que le paso a ella en su primera vida, haciendo que el rostro de Alya se contorsione en una mueca al borde de la desesperación, apenas soporto una semana, ella había pasado por esto durante meses—pero—dice para llamar la atención de la chica que le mira incrédula cuando le da una leve sonrisa—soy tu mejor amiga, así que no ocupas pruebas para que te crea, ya que eso hacen las amigas—admite con voz baja las palabras que siempre quiso oír de Alya.
Pero cuando las escucho fue demasiado tarde, demasiado tarde para recuperar su amistad.
Aunque le hubiera gustado que Alya sufriera un poco lo que ella sufrió, para que comprendiera más sobre la vida y una gran lección de ser adulto, quiso enseñarle otra lección mucho más importante que la amargura porque un mentiroso quiera aprovecharse de ti, quiso enseñarle lo que hace un verdadero amigo.
Una que ambas aprendieron muy difícilmente en una primera vida, en esta es algo que va cambiar.
El rostro de Alya se llena de emociones, antes de parecer que va soltar el llanto en cualquier momento antes de lanzarse abrazarle como si su vida dependiera de ello. Marinette la deja mientras la consuela por lagrimas no derramadas físicamente, pero si en su interior.
Entonces algo hace que la mirada de Marinette se afile.
Había querido llevar la fiesta en tranquilidad con Lila, ya que pensó que no lastimaría a los demás, que solamente había sido tomarla en contra de ella.
No fue así.
Entonces supone que tendrá que jugar con esta.
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Adrien suspira aliviado cuando al final de las clases puede volver a ver como Alya y Marinette vuelven a estar juntas, incluso de una manera mucho más cercana que antes. La morena parece volver a sonreír, como no hizo desde la amenaza de Lila, por otro lado, Marinette solamente sonríe al lado de esta serenamente como siempre, hablando con todos en el salón, incluso con Lila. En una situación donde Lila menciono preocupada sobre que Marinette debería tener cuidado porque Alya podría ser peligrosa, claro que nunca con esas palabras, Marinette solo agradeció la preocupación y le indico que lo tomaría en cuenta.
No lo hizo, pero al menos frente a los demás Marinette quedo impecable y ahora Lila también le da miradas mordaces a la chica de pelo azulado que le ponen los nervios de punta. Temía que luego de Alya, su amiga fuera la siguiente víctima de Lila.
Pero por el momento no parecía ser el caso, igual tendría cuidado de vigilarla de cerca.
En realidad, estaba sorprendido por otro motivo ese día, Marinette había planeado ir a comer helado donde André, un famoso heladero difícil de encontrar que puede ayudarte con el amor verdadero. Su padre claramente se había negado a una reunión social de ese tipo y había estado pensando seriamente en escapar de casa como de costumbre, cuando se topó con Marinette en medio de la sala de estar con una sonrisa afable. No sabía de quien fue el shock, si de su parte o de su padre, quienes vieron a la chica pasar con Natalie quien parecía incomoda por la situación.
—Buenas tardes señor Agreste, vine aquí para preguntar si Adrien podría unirse a unos amigos y mi persona para una pequeña salida personal—había dicho con voz tranquila y para nada nerviosa, ante probablemente uno de los hombres más importantes del mundo de la moda en este momento.
Adrien no pudo más que apreciar su valentía por ese simple hecho.
Giro a ver nervioso a su padre, quien parecía imperturbable e incluso parecía levemente molesto con Marinette, eso lo puso alerta. De todas las personas quería que su padre aprobara desesperadamente a Marinette, quería que le viera con buenos ojos y que no la tratara por menos. Apretó los puños queriendo decir algo en favor de su amiga, pero temiendo que alguna palabra pudiera empeorar la situación actual o incluso ganar desprecio de su padre a la chica frente a ambos.
Aun así, no puede quedarse sin hacer nada, debe hacer algo.
Estaba comenzando a sudar nervioso.
—Señorita Dupaing Cheng, como le he explicado a mi hijo la petición a la salida fue denegada, Adrien tiene muchas cosas en que enfocarse más importantes que una simple salida de placer culposa—señalo su padre sin piedad y listo para regresar a su oficina.
Quería gimotear sobre la idea, pero estaba más preocupado por sacar a Marinette de su casa antes que pasara algo peor.
—Entonces si puedo demostrar que esa pequeña salida de placer culposa como usted le ha llamado, tiene algún beneficio para Adrien tal vez podría reconsiderar su respuesta—explica esta con calma haciendo que su padre le vea con una ceja alzada.
—Señorita está haciendo que pierda mi tiempo, le pido amablemente que se retire—
—Deniego esa petición señor, vengo aquí con intenciones serias y no pienso irme hasta que me escuche, luego usted puede tomar una nueva decisión que estoy segura beneficiara ambos—
—No veo por qué deba tomar su palabra como algo de importancia—
—Es sobre el beneficio de su hijo, el cual usted parece poner sobre otros, además, como diseñadores que somos pensé que su interés en un enfoque nuevo podría ayudarle en diferentes ocasiones, tal vez simplemente sobrevalue su profesionalidad—
La boca de Adrien se abre levemente incrédulo por las duras palabras de Marinette que enmascaran su sonrisa, como ha notado el cuerpo de su padre tensarse ante sus palabras.
Si, esto va tan mal como podría ser.
Le lanza una mirada de pánico a Marinette para que se vaya de su casa, antes que le prohíban verla de por vida, pero se sorprende ante la sonrisa amable de la chica en su rostro.
—Pero tiene razón señor Agreste, es muy desconsiderado de mi parte hacerle perder su tiempo, entonces le tengo una propuesta para su dilema para que obtener unos minutos de su tiempo sin hacerle perder el suyo—comenta con tranquilidad con ambos manos tras su espalda, el silencio es lo único que se escucha y Adrien ve nervioso el rostro serio de su padre—Ajedrez—es lo único que dice Marinette con calma.
El silencio es lo siguiente que les reina.
Adrien le da una mirada de alguien que ha perdido la cabeza.
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Marinette sabe que Gabriel Agreste posee uno de los mejores juegos de ajedrez de la historia, en su juventud había ganado varios torneos y por supuesto es alguien bastante analítico a la hora de esta clase de juegos. En su primera línea del tiempo poco después de convertirse en su pasante, este había desarrollado este enfermizo castigo para ella todas las tardes, donde ambos apostarían algo en medio de una partida de ajedrez. Si era sincera el número de victorias en contra de Gabriel Agreste eran demasiado pocas, no fue hasta algunos meses poco antes de su boda que logro ganar al menos 3 veces seguidas ante la molestia de su suegro.
Emily y Adrien siempre parecían divertido de lo mucho que ambos se parecían en algunas cosas.
Competitivos era una palabra que los describía a ambos.
Sabe que debe jugar bien sus cartas si quiere hacer un cambio en esta vida en Gabriel Agreste y el cebo del ajedrez siempre es bien recibido contra este. Es divertido mirar los rostros preocupados de Natalie y Adrien quienes toman asiento un poco alejado de ambos, que ahora están frente a un hermoso juego de ajedrez de marfil que le trae algunos viejos recuerdos nostálgicos.
Fue el regalo de su ultimo cumpleaños de su suegro, quien le había sonreído levemente al darlo, ganando un comentario de Adrien que este le prefería a ella sobre él, lo cual era una mentira, pero todos rieron.
Ahora era tiempo de que todas esas horas de juego valieran de algo, entonces sin miedo hizo el primer movimiento de un peón que dejo a Gabriel meditando antes de comenzar a mover sus fichas.
—Bueno señor Agreste como usted debe saber logre convencer a su asistente de dejarme a pasar con una presentación de 20 diapositivas donde explica que una salida social con amigos puede ser de ayuda para el desarrollo social en la vida de Adrien, lo cual podría favorecer en muchas áreas de su vida y en su crecimiento de efectividad en sus tareas diarias—comenta con paciencia mientras mueve otra ficha en su siguiente turno.
Gabriel era un amante de las charlas de negocios que ella había logrado dominar con el tiempo y los años, sabe que es lo que este quiere escuchar, siempre y cuando apele a lo que conoce de este, podría tener una salida victoriosa de este encuentro, incluso si logra perder algo, siempre quedaran sus palabras dentro de este.
Solo debe decirlas de forma correcta.
—Adrien tiene un horario establecido por un motivo, hemos meditado sobre cada momento de su día y como eso puede ayudarle, cualquier cosa que usted agregue solamente es perder el tiempo innecesariamente—responde mordaz comiendo uno de sus peones para mostrar su punto.
Interesante jugada, algo arriesgada, pero este Gabriel no es como podría ser en el futuro. Un futuro donde tendría a su esposa, donde no debe de sufrir todos los días, donde tiene tiempo de admirar a su alrededor con un respiro de paz y pensar mejores tácticas para hacerle perder en el ajedrez.
Come uno de los peones de Gabriel sin mostrar mucho arrepentimiento por su ceño fruncido.
—Tiene sentido que fuera diseñado de esa forma, pero el mundo es cambiante y el horario de Adrien no ha cambiado en los últimos meses lo que deja sobre la mesa la idea de que no ha adecuado su vida a los cambios que han entrado en la vida de ambos—expresa con serenidad moviendo una pieza aparentemente innecesaria.
—¿Cuáles cambios? —
—Bueno Paris es una ciudad de cambios, cada día hay héroes luchando contra villanos, Adrien es un adolecente ahora que pasara por cambios y es necesario que desarrolle habilidades que usted está sobreprotegiendo, como por ejemplo su ámbito social que puede ayudarlo cuando sea un adulto—
—Adrien está en un colegio lo que le brinda la oportunidad de socializar con otros chicos de su edad, no tiene porque sobre exponerse a ellos más de lo necesario—
—Una salida con amigos ocasional podría mejorar la felicidad de su hijo, no sé si sabe sobre la felicidad, pero esta logra que los humanos logren mejorar su productividad y genere un apego a su persona, que, si soy sincera, me sorprende que tenga ahora con sus rigurosos tratos a su hijo—
Marinette no se inmuta cuando Gabriel golpea con un poco de fuerza el caballo que ha comido su torre, cosa que no importa cuando usa su reina para devorar al caballo, ganando que este parezca incluso más molesto.
Bueno, él se lo puso frente a ella, no puede hacer alguna otra cosa.
—Señorita Dupaing está muy cerca de que le prohíba a mi hijo relacionarse con usted de ahora en adelante—exclama Gabriel con veneno que no le afecta.
Cuando levanta la mirada del tablero lo hace con algo de pesar, al ver a un hombre que ha perdido al amor de su vida y debe luchar por una forma de regresarla a la vida. Le recuerda un poco a Adrien, quien sin haber podido superar su perdida, fue capaz de destruir todo lo que habían creado, con tal de darle una nueva oportunidad de vida.
Ambos eran tan similares, que era difícil sentir algo más que pena por este hombre en este momento.
—Entonces su respuesta es simplemente arrebatar a una persona que su hijo quiere, haciendo que gane su inconformidad por usted que solamente ira creciendo—musito por bajo, haciendo que el rostro de Gabriel se enojara, entonces supo que debe tomar otro enfoque—puede que me crea o no, pero me parezco mucho a usted, ambos buscamos lo mejor para Adrien y tal vez mi enfoque es algo emocional, pero le juro que solamente quiero lo mejor para su hijo, si eso fuera alejarme de él, lo haría sin dudarlo—comenta moviendo otra ficha de manera triste.
Si, si en algún momento en el futuro la felicidad de Adrien dependiera de alguien más, ella se haría de lado sin dudarlo.
No importa cuanta duela, hay cosas que valen la pena, e incluso podrían ser mejor. Si Adrien llegara a enamorarse de otra chica que no tuviera esa suerte de estar a cada rato cerca de la muerte, podría ser para mejor.
Incluso si en esta vida llegara a amar a Kagami más que a ella, lo dejaría ir sin detenerse a pensar en su propio dolor.
Eso era lo que le unía a Gabriel de alguna forma.
Ambos amaban con mucha pasión.
No sabe que ha visto Gabriel en su expresión, pero los siguientes 4 minutos se juegan en un constante silencio.
—¿Esa es toda su propuesta? —pregunta este de forma monótona comiendo otras de sus fichas.
Esa jugada fue bastante buena y es culpa suya, admite a regañadientes cruzando sus brazos pensativa.
—No lo es, como sé que usted no quiere perder el tiempo de su hijo me gustaría proponer salidas cronometradas que se ajusten cuando Adrien tenga espacio libre de su agenda. Pensaba en involucrar a personas importantes que usted respetaría dentro de su círculo social como la señorita Tsuguri o incluso la misma señorita Bourgeois, que yo vaya o no me es indiferente, siempre y cuando Adrien pueda salir un poco más. Aunque admito que puedo ofrecerle también algo a su hijo a pesar de no ser alguien tan prestigiosa—admite moviendo su torre restante para comer el alfil del hombre.
Este le ve con vago interés.
—¿Qué cosa? —cuestiona con un toque de incredulidad, que hace unos asientos más alejados, Adrien parezca querer venir a interrumpir, solo siendo retenido por Natalie.
—Tengo un inigualable talento por la moda, modestia aparte, le he pasado un catálogo a su asistente y usted puede verlo para comprobarlo con sus propios ojos, también tengo parientes de China lo cual hacen que mi mandarín ayude a su hijo a tener el idioma en un ambiente mucho más práctico, junto con la promesa de convertirme en una diseñadora de renombre en el futuro—expresa de forma algo aburrida moviendo otra pieza.
Gabriel le da una mirada molesta.
—Esa son palabras fuertes señorita Dupaing, esta industria no es para ser tomada a la ligera—gruñe claramente molesto viéndole con severidad.
Pero este se congela cuando ella levanta la mirada fríamente y sonriendo de medio lado.
—¿Quién dice que estoy mintiendo? —declara con sus ojos algo llameantes, que hacen a su suegro en otra vida, parecer dubitativo por primera vez.
Si, debería estar nervioso, fue él quien le enseño a jamás bajar la cabeza ante cualquiera que le hiciera ver por menos, fue el mismo Gabriel Agreste quien se encargó de nutrir su talento y hacerla brillar entre la industria, quien le dio las fuerzas y la confianza para que nadie pasara sobre ella jamás.
Incluso él mismo.
Motivo por el cual estaba ese día ahí.
—Sé que soy joven ahora, pero creceré, seré una adulta y tendré éxito—había sido difícil, pero ella sabe que puede volverlo a lograr—como diseñador debería tener un buen ojo, no pensar que solamente por no tener su estatus social en este momento, no pueda convertirme en una gran diseñadora en el futuro. No piense que por ser apenas una niña no tengo la capacidad de entender a los adultos, y por todos los cielos no piense que solo por ser una niña—dice moviendo una pieza frente a Gabriel, que hace que este ensanche levemente los ojos viendo el tablero—no significa que no se sobre la vida, se mucho más de lo que usted debe pensar y podría sorprenderlo, como ahora mismo con un jaque mate—dice con una suave sonrisa mucho más inocente antes de ponerse sobre sus pies.
Gabriel ahora le está dando una mirada de consternación que raya un poco al enojo que le hacen querer sonreír, pero se contiene para mantener su mirada seria.
Es diferente que la novia de tu hijo que es mayor de edad te gane en un juego de ajedrez que una niña de 14 años.
Si, el orgullo y ego del hombre deben haber sido tocados, por eso no debe regodearse.
—No tiene por qué escuchar mis palabras, solo vine hoy porque sentí que era mi deber hacerlo como amiga de Adrien, pero quiero darle un consejo—expreso con seriedad en sus ojos—Adrien está aquí y está ahora, si sigue enfocando todos sus esfuerzos en un tal vez en el futuro, va perder algo importante que tiene hoy y es algo que no podrá recuperar—musita en voz baja antes de hacer una leve reverencia para caminar en dirección a la salida.
Se despide con un vago gesto de Adrien antes de salir de la mansión de los Agreste para tomar asiento frente a la entrada principal cerca de la cuneta. Tikki le pregunta si todo está bien, a lo que ella asiente vagamente con la mirada perdida en las nubes.
No pasan más de unos pocos minutos, cuando unos pasos le hacen sonreír levemente y girar su rostro sobre su hombro, para ver a un Adrien agitado que parece dispuesto a seguir corriendo, solo para detenerse al verla sentada en la acera.
Le da una sonrisa.
El chico parece incrédulo antes de fruncir el ceño molesto, sorprendiéndola.
—Eso fue lo más estúpido que alguien ha hecho por mí, mi padre se pudo haber enojado, pudo haberme prohibido acercarme a ti, no debes hacer algo como eso en el futuro—le gruñe luciendo bastante asustado.
Se siente algo culpable, pero no puede detener su sonrisa, porque a pesar de eso está aquí.
Siempre esta ahí
—Entonces supongo que le gusto mi carpeta de diseño o tal vez fue mi convincente presentación—comenta levantándose y sacudiendo sus ropas.
Adrien le da una mirada mortal.
—No sé qué fue, pero me ha dejado venir hoy y tener una salida de dos horas a la semana con ustedes, con la promesa que no vuelvas acercarte a casa—masculla pensativo viendo atrás aun temeroso de que aparezca y le regrese a su hogar.
Marinette parpadea sorprendida.
—Vaya pensé que tomaría solo una hora de tu tiempo, pero bueno parece que he ganado, no te preocupes por tu padre, lograre ganarlo con el tiempo—habla con voz seria y un pulgar en alto decidida a convencerlo en algún momento, cuando no este queriendo matarla como ahora.
Adrien gimotea antes de negar con la cabeza.
—No vuelvas hacer algo estúpido así—
—No prometo nada, eres un amigo demasiado querido para mí, enfrentaría a tu padre todos los días si eso significara que puedes salir con nosotros un rato—
No sabe que ha causado la reacción de Adrien, pero antes de saberlo Marinette puede sentirlo sobre ella, rodeándola de un mortal abrazo que le deja sin aire unos segundos. Sabe que debe estar enojado con ella de alguna forma, pero también sabe que solamente estaba muy asustado de lo que pudo haber hecho Gabriel a su persona.
—Gracias—le susurro a su oreja y por un momento se estremece al tenerlo tan cerca como lo recuerda.
Sonríe levemente antes de regresarle el abrazo, al menos por hoy ha ganado algo, es hora de comer helado de la victoria.
Cuando hace ese chiste minutos después, Adrien suelta leves risas mientras le toma de la mano con una sonrisa tímida, lo deja ser por esta vez.
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Marinette es una idiota, es un nuevo adjetivo a la lista de Adrien que, si es sincero, jamás pensó en colocar, pero lo era. Era la chica más idiota que pudo haber conocido y por algún motivo, no puede dejar de sonreír mientras camina con ella en camino a los demás, la más grande de los idiotas. No sabe describir el terror que tuvo al ver a la chica enfrentar a su padre con mirada calculadora y una afable sonrisa en sus labios, la manera en que sus ojos jamás se intimidaron, la manera en que ella pudo enfrentar a su padre como jamás pudo él.
Estaba algo celoso de la chica, pero al mismo tiempo no podía más que admirarla.
Cuando esta había salido de su casa, su padre había lucido furico por unos momentos, antes de pedirle la cartera de diseño a Natalie, que la paso algo dudosa. Debió haber visto algo que no le gusto, ya que comenzó a mascullar sobre la chica con molestia, antes de meditar unos momentos e indicarle que podría salir una vez a la semana, con la promesa de que ella no se acercara a su casa de nuevo.
Debe caerle mal (para su eterna tristeza que esperaba que la aceptaran), pero al mismo tiempo había cedido a una de sus demandas.
Increíble.
Cuando salió corriendo de su casa para alcanzarla, esta se encontraba sentada frente a su casa como si lo hubiera estado esperando. Sus ojos no dudaron al verlo, incluso parecían algo divertidos ante la situación, sin entender que estuvo cerca de arruinarlo.
Idiota, quiso decirle con enojo, al mismo tiempo que deseaba besarla desesperadamente.
Ser adolecente apesta.
Marinette solamente permaneció calmada, aceptando su mano y guiándole al lugar donde estarían esperándolos. Las mejillas de Adrien siguieron rojas mientras sentía el calor de la mano de la chica entre la suya, siendo algo pequeña a comparación a la suya, pero firme e incluso algo callosa. Había escuchado a Marinette decir que sus manos eran así por ayudar en la panadería y sus trabajos de costura, sus manos le recordaban a las de su padre, pero al mismo tiempo eran algo que deseaba proteger desesperadamente.
¿Por qué le tomo la mano?
Se sintió avergonzado de hacerlo, pero ella no se quejó, incluso si era algo intimido que no debería hacer si no sentía nada por él (ya que supuestamente lo sentía por Chat Noir) que le daban algo de esperanza. No es que no le gustara verla como Chat Noir, era feliz entrando en la habitación de la chica en las noches y sintiendo la libertad que siempre deseo.
Pero quería más, era egoísta, la quería todo el tiempo.
Tal vez…tal vez podría convencerla de volverle amar como Adrien.
Sonaba demasiado bien.
Se imaginó saliendo con Marinette durante el camino, haciendo esto la mayor parte de los días, riendo ambos juntos en clases, saliendo a todos los lugares posibles, visitándola en casa con sus amorosos padres, jugando video juegos y pasando la tarde juntos. Marinette seria perfecta como su pareja, si puede dominar de esa forma a su padre, sin duda merece todo su respeto, además de brindarle esa sensación de calidez a su lado y eliminar la soledad que suele rondarlo.
Quería que lo viera, quería que lo viera nuevamente como Adrien y darle todo lo que podría para verla sonreír.
Joder, esta vez había caído duro.
Hizo una mueca cuando al llegar a un puente, Marinette soltó su mano para salir corriendo ante la imagen de Kagami que casi tacleo de un abrazo, para sorpresa de la japonesa. Luego hizo lo mismo con Luka y Alya, agitando las manos emocionada antes de señalarlo con una sonrisa emocionada, cuando se acercó tímidamente, Nino fue quien lo abrazo emocionado de que por fin pudiera salir un poco.
Marinette no comento nada de su padre, entonces él tampoco lo hizo.
—Bro esto es genial, por fin te tengo para mí—dice Nino emocionado y Alya le da una mirada burlona.
Kagami y Luka intercambian miradas confundidos, claramente malentendiendo todo, pero cuando ambos vieron a Marinette en busca de una respuesta ella sonrió cómodamente.
—Son una pareja desde hace un tiempo—miente descaradamente con el rostro serio, que le hace saltar de los brazos de Nino.
—No es cierto—chilla alarmado agitando las manos.
Se queda congelado al ver la mirada preocupada de Marinette frente a él.
—Adrien negar a tu novio lo pondrá triste—musita Marinette con pesar, Adrien gira incrédulo a Nino quien se hace una víctima lastimera al lado de Alya, que apenas parece contener la risa.
—Me ha cambiado Alya, le he dado los mejores días de mi juventud y me rechaza frente a todos—dice de forma teatral.
Por más que intenta decir los siguientes minutos que no son nada, Luka y Kagami parecen dudar de su verdad, al final todos sueltan las risas, incluso él, cuando caminan emocionados por un poco de helado. Todos reciben un helado de parte de André, pero se sorprende de ver que algunos como Alya y Nino reciben uno en forma de pareja, pero cuando el heladero intenta darle uno para Luka y Kagami, confundiéndolos de alguna forma como pareja, estos entran en shock.
Se acaban de conocer, gracias a Marinette, lo que hace que ambos luzcan incomodos.
Kagami parece dispuesta a rechazarlo con dureza, pero al final Marinette interviene llevando a André separado y susurrándole cosas. Adrien levanta una ceja cuando este asiente emocionado, antes de regresar con una actitud menos intensa y darle helados a cada uno de los chicos.
Marinette parece extrañamente satisfecha cuando ella recibe un helado, guiñándole un ojo a André mientras todos iban a buscar un lugar para comer helado.
Adrien tomo tímidamente asiento al lado de Marinette, quien parecía haber descubierto de casualidad que a Kagami le gustaba dibujar, compartiendo ideas, mientras al lado de Kagami, Luka parecía emocionado mencionando sobre el talento y algunas cosas complicadas. Su amiga parecía emocionada cuando de alguna manera logro enganchar a Kagami y a Luka en un tipo de conversación/debate sobre arte oriental que la hizo reír emocionada.
Al ver sus ojos noto que no había ni una chispa de celos, todo lo contrario, parecía emocionado por ambos, como si supiera algo que nadie más no.
Tal vez así era.
Se sintió un poco más tranquilo de ver a la chica intentando unir a Luka y Kagami, incluso si no sabe sobre si eran compatibles o no, eso significaba que ella no estaba detrás de Luka, lo cual podría darle esperanzas. No es que tuviera bajas expectativas sobre sí mismo, además sabe que tiene ventaja al haberle gustado antes y ser ahora su interés romántico como Chat Noir, pero mentiría si decía que no se sintió amenazado por Luka.
Demasiado perfecto.
Disfruto un poco de su helado, sin querer pensar que pronto debería regresar a casa, solo quería quedarse aquí al lado de sus amigos.
El viento que paso por el lugar, hizo que moviera el helado un poco rápido para evitar que se cayera, ganando un poco del dulce en su mejilla. Probablemente su cabello se había despeinado un poco, pero antes de poder limpiarse por sí mismo, se congelo cuando sintió una suave mano contra su piel. Giro el rostro rápidamente incrédulo al ver que Marinette acababa de limpiar con tranquilidad su mejilla con su dedo índice.
Fue tan rápido, tan repentino, que se ha quedado congelado de la impresión.
Pero sus ojos casi se salen cuando el helado que ha limpiado, lo lleva a su pequeña boca con tranquilidad, lamiendo el helado sin lucir alterada. Sus ojos ven fijamente sus labios unos segundos, con los recuerdos del pequeño beso que han intercambiado hace algunos días, volviendo de manera que siente su mundo querer dar un giro.
—Delicioso—habla Marinette con calma y una sonrisa divertida, como quien hace una travesura.
Sin poder evitarlo el helado cae de sus manos, atrayendo la atención de todos que parecían alarmados al verlo rojo como un tomate. Cuando Nino se ha acercado para preguntar qué ha pasado, él solo se encoge en su lugar con ambas manos sobre su rostro rojo como un tomate.
La vergüenza es enorme, quiere que la tierra se lo trague.
De reojo nota a Marinette lucir tan despistada como los demás, lo que multiplica su vergüenza.
Su mente no deja de pensar en sus labios y eso hace que el rojo no desaparezca el resto de la tarde. Luka amablemente le da su helado e incluso Kagami prefiere compartir su helado con el amable músico. Cuando Marinette le da un pulgar en alto al haberlos incitado a estar más juntos, Adrien debe apartar su rostro mortificado.
Es tan hermosa.
Continuara…
Bueno siempre pensé que Marinette terminaría confrontando a Gabriel de una u otra forma y así logre hacer este capítulo.
