7- Celos.
Predicamento. (II)
La mañana comenzó como cualquier otra ese día. Duo se dirigió a sus clases, llegó un poco tarde como siempre y un rato después, en la hora sagrada de tomar los alimentos, Trowa, Wufei y Quatre lo animaron a levantarse un poco más temprano para no tener problemas con las asistencias.
—Heero, hazlo entrar en razón. — Puntualizó Quatre, algo preocupado por su amigo, a quien palmeó en el hombro suavemente.
—Es lastimoso ver como lo dejan fuera toda la mañana como escarmiento. — Mencionó Trowa, quien palmeo ahora la cabecita castaña del trenzado.
—Da algo de pena que sea nuestro amigo desde siempre… Sus conductas son reprobables. —Comentó entonces Wufei, aunque todos sabían que en realidad no hablaba en serio.
Hero, quien estaba a un lado tomando su almuerzo con los muchachos, solo negó con la cabeza de manera pausada.
— No soy su niñera. Si no aprende por él mismo nunca podrá hacerse responsable. —
—¡Pero que traidor, Heero! Y ustedes también, muchachos. Hago todo lo que puedo por llegar a tiempo… Es solo que el horario matutino no es para mí. — Agregó Duo con una voz notablemente dramática. Y dicho eso, tomó la mitad restante del emparedado de Heero, por que aquél simplemente nunca podía terminarlo solo.
Los chicos pronto entendieron que quizás Duo era un caso perdido en ese sentido, así que simplemente siguieron con su día hablando de otros asuntos hasta que la hora del descanso terminó.
El día sin duda pasó volando, y eso hizo que Duo se preguntara si es que Heero recordaría su promesa del día anterior… cosa que desde luego, le preguntó al final de las clases para no quedar como un total desesperado por saber su respuesta.
—Oye, Hee… ¿Entonces…si vas a venir a mi casa hoy, ¿verdad? Aunque si no puedes lo entiendo, no es una invitación tan importante o del otro mundo~ —
—Por supuesto que iré. Me fue imposible preparar un pastel ayer, pero podemos pasar a comprarlo de camino a tu casa. —
—¿Huh? ¿Entonces me acompañarás hasta mi casa? —
—Ese es el plan. —
Duo sintió que la sonrisa enorme que mostró en ese momento era por demás boba y embelesada de solo escuchar esas palabras, sintiendo algo de pena por si mismo…así que intentó recomponerse pronto. Y mientras estaba en ello, escuchó que Heero recibía una llamada al móvil.
—¿Cómo dices? …¿Cancelaron tus clases extras ? Entiendo. Si, dile al conductor que pase por aquí, te acompañaré a casa. —
Duo no entendió que sucedía, así que esperó paciente a que el muchacho le comentara, aunque por lo que había escuchado no parecía nada bueno…
—Lo siento, Duo. Relena viene para acá. La escoltaré a casa y llegaré a verte cuanto antes…Lo prometo. —
Duo no pudo evitar borrar la sonrisita del rostro de a poco, pero pronto se recobró e intentó ser comprensivo. Después de todo no podía exigirle nada a Hee.
—Está bien, aunque no entiendo por qué te preocupas tanto. Va acompañada del conductor, ¿No es verdad? Dudo mucho que le pase algo…—
—Lo lamento. —
Duo acabó suspirando y esperando entonces a la chica junto con Heero, a quien esperaron a la entrada del instituto. Ella asistía a una escuela solo para señoritas a unos pocos minutos de ahí, así que no debería tardar demasiado.
Y así, mientras perdía el tiempo en su propio móvil, fue que la ostentosa limosina se estacionó cerca de ahí, así que simplemente le tocaría ver que Heero se marchaba con ella y despedirlo…Sin embargo, luego de un par de minutos, la muchacha parecía insistir en bajar del auto.
Heero tomó la mano de la rubia muchacha con cuidado, sosteniéndola mientras salía de allí dentro. Él siempre la miraba con una especie de cariño profundo y leal que era difícil de explicar pero que parecía contener por igual cierta complicidad, mientras ella le sonreía con una gracia tal que parecía, ambos resplandecían demasiado al estar juntos… Lo único injusto allí era que de hecho, la muchacha era siempre muy amable con todo el mundo, y desde luego él incluido.
En realidad, sentía que Relena le prestaba una atención bastante especial cuando se encontraban de vez en cuando.
—Creí recordar que hoy acompañarías a Duo a su casa, Heero. Solo vine para decirte que no tienes que acompañarme a mi, estaré bien…—
—Eso no está a discusión, Relena. Duo lo comprende. De todas formas iré a su casa en cuanto me asegure que llegaste. —
La chica rubia suspiró largamente, pues sabía que Heero era en extremo obstinado cuando decidía algo y que difícilmente le haría cambiar de opinión.
—De acuerdo. Vamos a casa… —
La muchacha miró por sobre el hombro de Heero y notó entonces a Duo detrás, por lo que apartó cortésmente al chico del camino y fue hacia la dirección del trenzado para saludarlo.
—¿Qué tal estás, Duo?. Lamento que Heero se retrase por mi culpa. Es bastante terco cuando se le mete algo en la cabeza. —
—Si, bueno..un poco… algo malo tenía que tener el señorito perfección, ¿Cierto? —
La chica soltó una suave risa, tomando enseguida la iniciativa para atrapar ambas manos contrarias, pues necesitaba pedirle un pequeño favor.
—Heero me comentó que tenían un asunto pendiente contigo esta tarde, pero insiste en llevarme primero a casa…Así que ayúdame a no sentirme tan culpable por ello y acompáñanos en el auto, por favor. No tardaremos mas que unos minutos. Después el conductor podrá llevarlos a donde necesiten, ¿Está bien? —
Duo se sintió un tanto sorprendido con la actitud tan directa de la muchacha, pero su idea de hecho era bastante considerada…
—¿Estás segura? La verdad es que siempre quise viajar en una limosina tan elegante como esa~ —
La chica de nuevo sonrió y lo guio hacia dentro del vehículo, con un Heero bastante extrañado de lo que estaba pasando en ese instante. Los dos ya se habían acomodado dentro, mientras que el de cabellos cortos continuaba ahí de pie sin saber bien como reaccionar.
—Heero, si no te subes nos iremos sin ti!~ — Habló Duo, completamente emocionado por el viaje. Y eso que al principio empezaba a sentir algo así como celos con la sola aparición de Relena…
Se escuchó entonces las dos risueñas risitas de la chica y Duo, quienes parecían compaginar bastante bien cuando se trataba de dejar confundido a Heero… Quien al final sí que se subió con ellos.
El viaje entonces fue ameno y divertido, tanto así que Duo no quería bajarse del auto cuando los 10 minutos del trayecto pasaron volando y sin que se dieran ni cuenta. Al menos había comprobado que la chica no mordía y no parecía ser para nada hostil, aún cuando desde un principio había notado lo apegada que era a su 'hermano' Heero.
Continuará…
Notas finales: Al sig. Capie ahora si la comida con los suegritos. (creo) xD
Es difícil hacer un cap en solo un día, aunque sea corto… espero no tenga muchos errores.
Saluditos~
