Mientras volaban lejos de ahí Perfuma por fin se acordo de los otros tipos que habían junto a Bow.

— Oiga Bow, ¿Quienes eran los otros que estaban contigo? —Pregunto Perfuma.

— Gente muy horrible y malvada, su alteza —Contesto Bow—, si la atrapaban le harían cosas espantosas con tal de herir a su padre.

— ¿Seguro? quiza no sean tan malos, nadie puede ser tan horrible —Dijo Perfuma.

— Créame, lo son, y cosas peores también —Dijo Bow.

Bow había llevado lo más lejos posible a Perfuma de aquel lugar, y ahora estaban descansando en un monte llano en dónde era en extremo fácil ver de donde podrían venir los Hordeanos.

Ahí dejo que Perfuma se estirará y se quitará los zapatos para volver a sentir la tierra bajo sus pies en muchos años.

— ¿Cuanto tiempo llevaba encerrada? —Quiso saber Bow.

— Tanto que perdi la cuenta, tan solo recuerdo que aún no le llegaba a la cintura a mi padre —Contesto Perfuma recostandose en el suelo.

«¡Joder! desde niña, eso ya es pasarse», penso Bow—. ¿Y como se siente ser libre de nuevo?

— ¡Increible, sé siente como si volviera a nacer! ¡El oír de las aves, la brisa en mi piel, las plantas que hacer crecer! —Exclamo Perfuma.

— ¿Plantas que hacer crecer? —Y traa decir eso vió como Perfuma hizo que una flor casi imperceptible al inicio creciera hasta ser de su tamaño—. ¡¿Que mierda?!

— ¿No es hermosa? —Pregunto Perfuma.

— ¡Perfuma, sal de ahí, esa flor es…

Y los dos quedaron inconscientes tras recibir de lleno al gas soporífero de la flor. Al cabo de un rato llegaron las fuerzas de Despara y vieron a los dos tirados en el suelo y a la planta responsable de eso. La planta fue destruida al instante y aprovecharon para llevarse a Perfuma.

— Debiste haberlo pensado dos veces antes de detenerte aquí —Le dijo Despara—, ahora morirás y la Princesa Tara sera nuestra.

Y alzo su espada para decapitar a Bow solo para ser detenida por Lohni, quién agarro su brazo y detuvo el corte.

— No hay honor en matar a un oponente inconsciente y desarmado —Le hizo ver Lohni.

— A la Horda del Mal no le importa el honor —Le recordo Despara.

— Pero a ti si, y por eso no puedo dejar que lo manches —Afirmo Despara.

— Mate a la Princesa Abby como si no fuera nada y estuve a punto de ejecutar a todo su pueblo, no tengo honor —Afirmo Despara.

— A ella la mataste porque te ataco primero, y al final no ejecutaste a su población, tienes honor y no voy a dejar que lo manches —Juro Lohni.

— No voy a poder ganarte en esta discusión, ¿Verdad? —Pregunto Despara.

— ¿Alguna vez me has ganado en una? —Le pregunto con una sonrisa burlona.

— Esta bien, lo dejaré vivir —Dijo Despara al notar como era imposible ganarle a Lohni en una discusión debido a su terquedad—. Agradece que este aquí Lohni para salvarte la vida, gusano, que a la próxima no tendrás tanta suerte.

— Si, ya es obvio quién es la que tiene los pantalones en la relación —Dijo Lynda fuera del alcance auditivo de Despara.

Sin perder más tiempo tomaron a Perfuma y se largaron de ahí lo antes posible. No sea que Bow se despierte y los deje como la ultima vez.


Finalmente estaban en la Zona del Terror. Y sin pensarlo arrojaron a una inconsciente Perfuma a la celda más mohosa y en mal estado que encontraron cómo escarmiento por haber huido.

— Parecemos niños malcriados haciendo esto — Notó Romeo.

— ¿Que? ¿Acaso querías darle la mejor celda después de lo que nos hizo ese tipo para protegerla? —Le pregunto Despara.

— Pero eso fue cosa de el, ella no tuvo nada que ver —Le recordaba.

— Silencio, Romeo, no cuestiones mis decisiones —Aunque no alzo la voz bien se notaba que Despara estaba molesta porque le llevarán la contraría.

— A sus ordenes, Capitana —Romeo ni se molestó en ocultar su frustración y enojo en su tono de voz.

Una vez el se fue entro Lohni y se colocó al lado de Despara y ponía su mano izquierda en el hombro derecho de ella.

— Parecemos niños malcriados haciendo esto —Dijo Lohni respecto a meter a Perfuma en una celda con tan malas condiciones.

— ¿Tu crees? supongo que podría buscar una mejor —Dijo Despara algo avergonzada.

— ¡Oh, vamos! —Exclamo Romeo desde afuera al escucharlas.

— ¿Que fue eso? —Pregunto Lohni.

— Nada sin importancia —Contesto Despara—. Supongo que te haré caso y la meteré en…

— Mira, se está despertando —Señalo Lohni.

— El traslado puede esperar, ahora es turno de una "charla" con nuestra "invitada" —Dijo Despara acercándose a la celda y golpeando sus barras con su espada—. ¡Hey, bella durmiente, levanta el culo de una vez y colabora si no quieres ser castigada!

— ¡¿Q-que, que está pasando?! —Quería saber una desorientada Perfuma antes de ver a Despara y Lohni—. ¡Ah, hola, soy Perfuma!

— Su reacción cambio de un segundo al otro —Lohni estaba confundida respecto a eso.

— Esto será cuánto menos curioso —Expreso Despara.


En el palacio de Plumeria un humillado y avergonzado Bow se estaba viendo cara a cara con un muy y comprensiblemente molesto Rey Orgon.

— ¿Dime qué mierda hacía mi hija fuera de la torre? ¿Y como mierdas fue que la capturaron? —Demando saber Orgon.

— Su Majestad, yo…

— ¿Tienes idea de lo que has provocado? —Le pregunto Orgon—. ¿Tienes idea del desastre que ella causará ahora que está libre.

— Espera, ¿Que? —Bow quedó muy confundido.

— Yo no la metí en esa torre para protegerla, la metí ahí para proteger a los demás de ella —Revelo Orgon—. Ella puede parecer ser la más inocente y noble mujer que alguna vez conocerás, y lo es, pero sus poderes son algo que fácilmente se puede salir de control si se encuentra rodeada de plantas. Cuando la liberaste dejaste libre una bomba de tiempo.

— Ahora que lo dice, su Majestad, quizá pueda sernos beneficioso eso —Expreso el consejero real.

— ¿De que estás hablando? —Pregunto Orgon.

— Ella se encuentra ahora mismo en la Zona del Terror, tan solo piénselo un poco —Le hizo ver.

Tanto Orgon como Bow entendieron lo que intentaba decir, y por ello no pudieron evitar esbozar una gran sonrisa.


De vuelta en la Zona del Terror, el interrogatorio de Perfuma no llego a ningún lado y Despara la dejo en la celda mientras iba a cualquier otro lugar que no sea ahí.

— ¿No ibas a ver si la metias en una mejor celda? —Preguntaba Lohni.

— ¿Después de eso? ¡Ni loca! —Exclamo Despada largandose de ahí.

— ¡Que mujer más maleducada! —Exclamo Perfuma con los brazos enrrollados y haciendo pucheros—. Esta habitación está horrible. Oh bueno, supongo que me toca decorar este sitio, a ver qué plantas hay por aquí.

En la cámara privada de Hordak, este había llamado a Shadow Weaver para ver su progreso.

— ¿Y bien, bruja? —Quería saber Hordak mientras se recostaba en una silla cercana de su taller.

— El progreso se está llevando a cabl de forma aún más rápida y eficiente de lo que había anticipado. A este paso bien podría estar listo para mañana por la noche —Explico Shadow Weaver.

— Bien. Entre más pronto mejor. Vuelve al trabajo, si necesito verte mandaré a avisarte, ahora largo —Ordeno Hordak.

— Como ordene, mi Lord —Dijo Shadow Weaver haciendo una reverencia y yéndose de ahí.

Hordak volvió a colocar la silla frente a la mesa de su taller, en el investigaba la manera de lograr una cibernetización eficiente sin matar al cibernetizado en el proceso. Pero justo cuando iba a volver a investigar eso empezó a oír ruidos extraños viniendo de afuera, ruidos que empezaron a ser más frecuentes y más raros hasta que también empezaron a ser acompañados por los gritos de sus hombres.

— ¿Que mierda? —Expreso Hordak levantándose y yendo a la puerta.

Tan pronto la abrió, vió como por toda su base se había desatado el pandemónium debido a plantas y flores que estaban creciendo demasiado, con varias de ellas siendo carnívoras y las otras venenosas.

— ¡Que carajos! —Exclamo Hordak.

— ¡Contenganlas! —Ordenaba un sargento que rápidamente fue devorado.

— ¡No dejen de disparar! —Ordenaba un teniente que también fue devorado cuando el equivalente a una Venus Atrapamoscas rompió el suelo bajo sus pies.

— ¡Son demasiadas! —Grito un soldado que fue rociado con veneno corrosivo y ácido que lo disolvió dolorosamente en segundos.

— ¡¿Que está pasando aquí, soldado?! —Demando saber Hordak a un soldado al que agarro del hombro.

— ¡No tenemos ni idea, Lord Hordak, salieron de la nada y… ¡Ayuda! —Pidío a gritos mientras era atrapado por una liana y arrastrado hacía las fauces de una planta.

Hordak quedó horrorizado por lo que vio, no porque le importarse el soldado, en lo más mínimo, sino porque el metodo de digestión de esa planta era tan inenarrablemente asqueroso que Hordak tenía ganas de vomitar tras presenciarlo con sus propios ojos, razón por la cual convirtió su brazo derecho en un cañón láser y desintegró a la planta.

— ¡Un momento! —Hordak tuvo un chispaso—, ¡La Princesa Tara, ella debe ser la causante de esto! debo llegar donde Despara y saber en donde se encuentra.

Entonces se fue de ahí corriendo dejando que sus hombres fueran comidos vivos. Pues de todas formas siempre podía reemplazarlos con robots. Ahora lo que importaba era evitar que la Zona del Terror fuera destruida, pues de lo contrario sus planes serían arruinados. Por eso corrió en busca de su hija, esperando que no hubiera sido comida y que así lo pudiera llevar con Perfuma, y asesinarla a sangre fría.