Un día normal para Kazama Tooru de 21 años, salía de la Universidad de Tokyo para dirigirse a una cafetería a comer algo, ese día había sido maravilloso todo le había salido perfectamente, hasta una chica le pidió ser su novia y aceptó sin dudarlo, nada le podía arruinar toda esa felicidad. Nadie excepto alguien que conocía perfectamente. Sacudió la cabeza y suspiró, no tenía porque preocuparse por él, ahora vivía en Tokyo, es muy poco probable o más bien imposible que Shinnosuke estuviera merodeando por ahí, por fin podía vivir esa vida en una gran ciudad que siempre anheló.

- ¿Kazama?.- preguntó alguien antes de entrar a la cafetería.-

- ¿Me llamas a mi?.- volteó a ver a quién le habló, un chico peli-negro y con cejas muy gruesas.-

- Claro que te llamo a ti, ¿acaso no me recuerdas?.- preguntó dolido, Kazama le miró como si lo analizara.- ¡Woo, no me mires tan fijo, que me avergüenzo!.- dijo con un sonrojo en sus mejillas, algo hizo click en el cerebro de Kazama, ese comportamiento más las cejas gruesas solo podía ser...-

- ¿¡Shinnosuke?!.- exclamó sorprendido.-

- Woo woo, has tardado en darte cuenta, ¿tan pronto olvidas a la gente?.- preguntó dolido.-

- No es eso, solo te ves diferente, y no nos veíamos desde que éramos unos niños.-

- Pero, yo te reconocí de inmediato, eres inconfundible.- dijo y sonrió. Kazama se sintió perdido, de repente se dio cuenta que todo este tiempo estaban en la entrada de la cafetería tapando el paso.-

- Venía a la cafetería...- dijo con la intención de deshacerse de él.-

- Genial, yo igual.- dijo y se adelantó a Kazama, entrando.-

Kazama suspiró sabiendo que no podría quitárselo de encima, se sentaron e hicieron su pedido, mientras estuvieron ahí hablaron sobre como eran sus vidas últimamente, Kazama en la universidad y Shinnosuke trabajando.

- Trabajo como tatuador, logré venir a Tokyo y trabajar aquí explicó.-

- ¿Tatuador?.-

- Sí, es un trabajo muy divertido, hasta puedo hacer mis propios diseños.- dijo y dio un sorbo del café que le acababan de traer.-

- Suena a algo que harías tú.- sonrío.-

- ¿Y qué hay de ti?.-

- ¿Yo? Estoy estudiando contabilidad.- dijo Kazama con soberbia.-

- Sí, es algo que haría el Kazama que conozco.- dijo mientras asentía varias veces con la cabeza.- ¡Ya sé! ¿Te gustaría ir a ver como trabajo?.-

- Yo... no...-

- ¡Sabía que querrías ir!.- dijo emocionado y luego se tomó su café de un trago.- Bueno, me tengo que ir llego tarde al trabajo.- dijo y le dejó a Kazama un papel con la dirección para luego irse.-

- E... ¡Espera!.- gritó luego de reaccionar, tendría que pagar también la bebida de Shinnosuke. Suspiró mirando su billetera.-

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Al día siguiente decidió ir al lugar donde trabajaba Shin, no le interesaba ver nada, solo quería su dinero de vuelta. Luego de encontrar la dirección entró algo inseguro, al parecer todo está ajetreado ese día, el estudio está muy lleno. Se sentó en la primera silla que vio y observó el lugar, su vista encontró rápidamente a Shinnosuke terminando de tatuar a un cliente, serio y concentrado en su trabajo, a Kazama se le hacía raro ver esa faceta de él.

- Ah, Kazama, sí viniste.- dijo Shinnosuke acercándose a él, Kazama se levantó.-

- Claro que sí, me debes el dinero de tu café.- le reclamó con el ceño fruncido.-

- Oh, pensé que me habías invitado.- dijo colocando el dedo índice en su barbilla.-

- ¡Claro que no! Dame mi dinero.- dijo y Shinnosuke río.-

- Está bien, pero espera a que termine mi horario de trabajo.-

- No tengo todo el día sabes.-

- No has cambiado nada, Tooru.- le sonrió.- Ya sé, ¿y si te pago el café con un tatuaje?.-

- No me gustan.- se negó y Shinnosuke lo miró haciendo un puchero.-

- Vamos, hombre, que aguafiestas.- dijo con el ceño fruncido.- Quédate mirando mi siguiente trabajo, y entonces te decides.-

- Te dije que no, un contador no puede ir tatuado.- dijo y Shinnosuke ignoró sus palabras tomándolo de la muñeca.-

A Kazama no le quedó otra opción que observar el trabajo de Shinnosuke, al parecer le caía muy bien a su jefe porque él no le dijo nada ni advirtió su presencia en medio del estudio. Al principio observó sin interés, pero después no podía quitarle la mirada de encima, se veía bastante doloroso, pero era cautivante como todo iba tomando forma el tatuaje, hasta que por fin pudo verlo terminado. Shinnosuke amablemente le explicó los cuidados que debía tener.

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- Entonces, ya decidiste que sí te vas a tatuar.- afirmó Shinnosuke y Kazama suspiró.-

- Ya te he dicho unas diez veces que no.- le dijo con fastidio, ya llevaba casi 3 horas en ese lugar.-

- Vamos~~ prometo tratarte bien.- le rogó.-

- Y yo te dije que no, una persona decente no puede llevar tatuajes.- dijo y al instante todos le miraron mal.- ¡Perdonen!.- se disculpó de inmediato.-

- Eres bastante torpe, Kazama.-

- ¡Es tu culpa!.- alzó la voz.- en fin, ya págame el dinero y déjame marcharme.-

Shinnosuke le miró y aceptó, al final no podía hacer más para convencerle, terminó el tatuaje que estaba haciendo y luego le pagó a Kazama, este se despidió y salió del local feliz con su dinero. Shinnosuke se resignó a que no volvería a cruzarse con él.

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- ¿Kazama?... ¿eres Kazama de verdad?.- preguntó Shin al salir del trabajo.-

- ¡Deja de bromear, claro que soy yo!.- grito y luego suspiró.- Olvídalo, fue un error venir.- dijo con la idea de marcharse, pero Shinnosuke lo detuvo agarrando su hombro.-

- No seas tonto, hombre, ¿qué te trae por aquí?.-

- Quisiera hablarlo en privado.- dijo con tristeza, a Shinnosuke le dieron ganas de hacer una broma en ese momento, pero decidió ser maduro y apoyar a Kazama en lo que sea que le haya sucedido.-

El peli-negro guió a Kazama hasta su casa, ambos entraron, Shinnosuke sirvió jugo para ambos y se sentaron en el sofá, al principio ninguno de los dos dijo nada y el oji-azul estaba perdido mirando el vaso de jugo.

- Veras... puede que te rías, pero...- dijo nervioso y Shinnosuke le tomó sutilmente la mano dándole confianza.- ... pero mi novia me terminó.-

- ¿Qué?¿Tenías novia?.- pregunto sorprendido.-

- ¿Por qué suenas tan alarmado?.- preguntó molesto.- Empezamos a ser novios justamente el día en que tú y yo encontramos.-

- Tooru~ ¿me estabas engañando?~.- preguntó dolido.-

- ¡No, cariño, te juro que es un error!.- gritó tomando la mano de Shin y al siguiente segundo reaccionó soltándola.- ¡Deja de liarme!.-

- Tooru no cambia.- susurró.-

- Eres un pesado, no sé para que confío en ti.- dijo frunciendo el ceño y evitando mirarlo. Shinnosuke sintiendo algo de culpa le tomó la mano.-

- Kazama, eres un desastre, seguro te abandonaron por ser un maniático del estudio o por ser un niño de mamá.- dijo y Kazama sintió esas palabras como flechas en su cuerpo.- Pero esa chica es una idiota, Kazama, eres un buen chico y un buen amigo, además de buen líder y eres excelente en ingles... al menos yo te recuerdo así.- dijo con una sonrisa sorprendiendo a Kazama.-

- No creí que pensaras así de mi...-

- Claro que sí... aún no te das cuenta de lo mucho que te amo... nunca he podido olvidarte.-

- Ya, hombre, basta con tus bromas.- dijo riendo un poco para bajar la tensión, pero Shinnosuke le seguía mirando con seriedad, Kazama sin quererlo se sonrojó.-

- Esto es egoísta de mi parte... pero sé mi novio, te demostraré que puedo ser mejor que cualquier chica.- dijo para luego tomarlo de la nuca y besarlo, no dudó en ir aumentando el ritmo, al principio Kazama quedó en shock y buscó separarse, pero Shinnosuke no lo dejo.-

Kazama se dejó llevar por Shin, jugaron con sus lenguas hasta el punto en que ambos sintieron un subidón de calor, ninguno de los dos quería terminar con ese beso.

- P-Para.- le empujó luego de unos minutos.- Shinnosuke... ¿cómo puedes hacerme esto en un momento así?.-

- Te gustó, ¿no?.-

- Sí, d-digo, no.- dijo avergonzado, Shinnosuke le abrazó.-

- Quédate conmigo y olvidala, al principio pensé en rendirme porque te habías ido sin ni siquiera mostrar interés en mi... pero volviste, no quiero dejarte ir ni dejar que sufras otra vez.-

- No exageres...- dijo sintiendo su cara arder.-

- No exagero.- dijo haciendo un puchero.-

- Eres un idiota, Shin.- dijo con el ceño fruncido.- Pero... si eso es lo que quieres, no te detendre.-

- ¿Tanto te gustó el beso?.-

- ¡Cállate idiota y agradece que te doy una oportunidad!.-

- Sí sí.- dijo Shin con una sonrisa y volvió a besarlo.-

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