No voy a decir nada... Jajajajaja
EXTRA 2
(Los obstáculos de Sasuke Uchiha)
Kakashi Hatake x Obito Uchiha x Iruka Umino
Su vida sexual era muy intensa y llena de perversiones. Jamás se habría imaginado que tendría una pareja dispuesta, no sólo a dejarse arrastrar por su mente pervertida y fantasiosa, sino que además le propusiera nuevos juegos y le retara para que todo fuera más emocionante e intenso.
Si antes pensaba que recuperar a Obito fue lo mejor que le había pasado en la vida, cuando empezaron a salir… Luego de una borrachera donde acabaron acostándose sin recordar nada, para finalmente decidir que era una experiencia demasiado interesante como para no recordarla, con lo cual decidieron repetir y, volverse adictos uno del otro, lo que acabo generando que se dieran cuenta que eran perfectos juntos y decidieran volverse pareja. Y si, ahí se dio cuenta de que salir con Obito era lo más mejor que le había pasado en la vida. El Uchiha poseía un fuego interno, una pasión desmedida, una juguetona lujuria… Ahí entendí porque grandes shinobis habían acabado obsesionados por su coetáneo Uchiha. Eran la pasión personificada cuando estaban en la intimidad con un amante. Y era perfecto para su mente pervertida y con ganas de probar cosas nuevas.
A Obito tanto le iba dominar como dejarse someter, le gustaba "pelear" en el sexo, jugar muy duro o ser muy dulce, le podías proponer cualquier juego de roles y aceptaba y le daba morbo extra añadiendo nuevas perversiones. Habían follado en cualquier rincón de la casa, de Konoha y en casa de algunos otros ninjas, por no hablar de la biblioteca, en la torre Hokage, en los baños de restaurantes, en la dimensión a la que iba Obito con su kamui, con clones, con muchos clones, transformados con henge no jutsu, siendo los dos hombres, siendo uno hombre y el otro mujer, los dos mujeres, los dos transformados en algún animal y un largo etcétera. Si, los dos teníamos mucha lívido y muchísima imaginación. Incluso una vez fuimos atrapados por Orochimaru, y Obito, se miró al sannin descarado, para seguir gimiendo y montándome con una pasión desmedida… Menudo buen sexo el que tuvimos ese día.
Pero ahora teníamos una nueva idea rondando por nuestra calenturienta mente… Un trío. Si lo habíamos hecho con clones, tanto con los míos como con los de Obito, pero eran nuestros clones. O sea, seguíamos siendo nosotros mismos. Y en cambio queríamos alguien externo.
–Yo quiero que sea alguien a quien podamos pervertir… Alguien recto y al que podamos llevar por el mal camino, por el camino del vicio y el pecado. –Decía mi Uchiha, mientras estaba tumbado en mi espalda desnudo.
Mordió mi nuca travieso y retrocediendo la cadera me penetró con mucha lentitud. Oh, si… Nos gusta ser versátiles. Cuando hablaba de dominancia y sumisión no hablaba sólo de sado-masoquismo, que también practicábamos a veces, sino que a veces Obito era el activo y yo el pasivo. Nos encantaba el poder intercambiar roles con esa confianza en el otro.
Gemí por esa profundidad y levanté un poco la cadera. Obito sonrió contra la piel de mi nuca, para luego lamer y besar mi cuello.
–¿Y no crees que es mejor alguien experimentado?
–No, Kakashi – Mientras jadeaba sobre mi oído y lo delineaba con su lengua.– Imagínate el azoramiento de alguien que nunca ha experimentado, el introducirlo en nuestro juego, calentarlo, tentarlo… Que no pueda resistir el participar.
–Suena… Bien… –Gemí y apreté mis músculos anales, haciéndole jadear ronco y sintiendo su sonrisa traviesa sobre mi piel… Sabía lo que vendría ahora.
Obito entrelazó sus dedos con los míos, llevando mis manos hacia mi espalda, imposibilitándome cualquier movimiento y empezó un potente movimiento de cadera. No pude más que gemir en alto, su pene rozando mi próstata ante cada movimiento. Se clavó con dureza antes de detenerse y morder mi hombro y continuó chocando su pelvis con fuerza contra mi trasero. Se volvió a detener para ser suave de nuevo y rotar su cadera mientras se clavaba contra mis nalgas.
–Obito… Mmmmm. ¿Y quien será nuestra victima? – Moví mis caderas siguiendo su ritmo y las levanté buscando que se moviera de nuevo con fuerza. Obito tanto podía ser dulce y amoroso, como salvaje y agresivo… Tanto si hacía de activo como si era el pasivo, adoraba a mi pareja y sus facetas.
–Jejejeje… Iru-chan… ¿No crees que sería perfecto? Además podríamos jugar al profesor y sus alumnos.
Kakashi sonrió, satisfecho con la elección de su Uchiha y con el juego que proponía. El Umino era alguien muy inocente y si, era atractivo con ese cuerpo menudito y esa piel bronceada. Definitivamente era una elección que les calentaba mucho a los dos.
–Se puede intentar…
Siguieron con su sesión de sexo y mimos durante el acto y post orgasmo. Para finalmente irse a dormir.
(…)
Conseguir a Iruka Umino iba a ser más difícil de lo que suponían, o estaba dando clases en la academia o desaparecía de pronto para encontrarlo enganchado a Naruto. Frustrándoles a ellos y frustrando a Sasuke Uchiha, que miraba molesto como el dobe le dejaba de lado para irse a comer invitado por el profesor moreno, lo que causaba gracia a la pareja.
–Bueno, esta siendo imposible conseguir que Iruka esté a solas…
–Si, pero ver la cara de Sasuke echando humo del cabreo que lleva encima vale la pena. –Completó Obito mientras reía escandaloso.
–Oh, chicos… Me ha parecido escuchar que estáis interesados en Iruka –Jiraiya estaba seguro que el interés de la pareja por el moreno era de todo menos casto. Sonrió, pues era perfecto para el plan que había trazado con su pareja y de paso le daría una lección al virginal profesor para que aprendiera a no meterse más en relaciones de terceros. –Necesito que os llevéis a Iruka con vosotros y le mantengáis bien ocupado.
Y así fue como Obito y Kakashi se llevaron uno por cada brazo a Iruka, mientras Ero-sennin se quedaba sentado con Naruto, dándole sus consejos.
–¿Pero qué…? Estaba con Naruto, me necesita.
–No te preocupes Iru-chan, Jiraiya está con Naruto… Nosotros te necesitamos aquí… Para… –Obito pensaba una buena excusa, mientras acariciaba con suavidad el cuello del profesor, que cada vez tenía el rostro más colorado.
–Aclararnos una duda, ya que eres profesor. Obito no la entiende y a mi se me da muy mal enseñar… Además de que es algo lento y muy mal alumno. –El codazo de su Uchiha no se hizo esperar, también le pareció ver un brillo rojizo en su ojo.
–Oh, de-de acuerdo. ¿Y que duda es esa O-Obito-san? Si puedo ayudarle en algo estaré encantado. –Iruka estaba más que nervioso, tener al atractivo Uchiha apretado contra su costado, notando sus cálidos dedos acariciarle el cuello y tener delante suyo, muy cerca, a Kakashi con su intensa mirada recorriéndole entero, todo eso era demasiado para su inexperiencia.
–Aaa…– Obito buscaba algún tema que pudiera preguntar, pero nada le venía a la cabeza, sólo podía pensar en tener la boca inexperta del Umino chupando su pene en profundidad, mientras esas morenas mejillas se teñían de un color escarlata. Se mordió el labio inferior con deseo.
Kakashi no se perdió detalle de cómo Iruka desviaba la vista hacia los labios de su Uchiha, que se mordía de forma adorable, y se lamía los propios de forma inconsciente. Sonrió, así que el profesor tenía cierto gusto por su azabache… Realmente sería más fácil de lo que pensaba, aunque a la vez cierto sentimiento de posesividad se hizo presente, harían ese trio pero a la vez tenía que marcar terreno, Obito Uchiha era suyo.
–Necesita que le expliquen la combinación de dos o más naturalezas de chakra. Para una técnica que creo que puede mejorar… –Soltó Kakashi mirando a su azabache con cariño, antes de guiñarle un ojo de forma coqueta al más bajito. Causando que este enrojeciera y luego mirara a Obito con una pequeña sonrisa.
–Usted ya es muy fuerte, Obito-san.
–Gracias – Miró a Kakashi con intensidad y éste le dedicó una sonrisa –Si, necesito ayuda en eso. Es algo que siempre me llega a confundir.
Empujando con suavidad a Iruka y permitiéndole que este le contara de algo que ya conocía, le guió al dormitorio donde se sentó en la cama, dejando a Iruka de pie, tan ensimismado en sus explicaciones que ni enterado.
Kakashi entró al dormitorio y cerró la puerta antes de encontrarse en la cama con su pareja, le dedicó una mirada cómplice a éste. Era hora de empezar.
Sin dejar de mirar a Iruka, puso la mano en el muslo de Obito y empezó a acariciarlo con lentitud, iba subiendo sin perder de vista al profesor, éste por su parte también miraba esa mano, primero con cierto asombro que fue mutando a nerviosismo y luego a morbosa curiosidad. Kakashi subió la mano hasta el abductor de Obito, tan cerca de su intimidad que sólo moviendo sus dedos unos centímetros le tocaba el paquete. El Uchiha descarado abrió sus piernas y se acomodó mejor para permitirle al Hatake que le tocara sin reparos y eso hizo el peligris, acariciarle el pene por sobre la ropa. El azabache soltó un jadeo cargado de erotismo e Iruka enrojeció y se giró, se estaba calentando y excitando.
Los dos hombres que estaban en la cama eran sumamente atractivos y eróticos y él no era de piedra, aunque si era virgen… Muy virgen. Pero aunque encontraba a los dos shinobis muy sensuales y atrayentes, tenía que reconocer que desde que vio a Obito entrenando sin la parte de arriba de su vestimenta ninja, no había parado de fantasear con él, o sea que de los dos portentos que había en esa cama, podía reconocer que el azabache era el que más cachondo le ponía. Si, desde ese día soñaba con que Obito le follara, algunas veces en sus fantasías el Uchiha lo hacía con esa dulzura y amabilidad que le había visto usar en las personas mayores que ayudaba o con los niños con los cuales jugaba. En cambio otras veces le follaba duro y veloz, implacable, como en esos combates que le había visto sostener con sus enemigos y rivales.
Oyó un nuevo gemido contenido venir de la cama detrás suyo y su pene saltó, notando la tirantez en sus pantalones. Giró la cabeza sobre su hombro y lo que vio lo hizo jadear a él. Obito había tumbado a Kakashi sobre la cama y estaba encima suyo, en especifico en su pecho, besándole mientras le sujetaba de forma dominante por el pelo y sin dejar de mirarle a él, a los ojos, de forma intensa. No pudo apartarle la mirada, parecía como en un hechizo, Obito Uchiha le había hipnotizado con esos sonidos, ese carácter, esos apasionados besos hacia el Hatake y esa mirada descarada que le dedicaba. Kakashi sonrió, su Uchiha era un gran seductor, el Umino caería en segundos. La mirada del profesor se apartó de la del Uchiha en el momento que vio una mano del peligris apretar uno de los glúteos del azabache y el sonido ahogado, por los besos, que el del sharingan liberó. Y cuando esa mano traviesa bajó un poco los pantalones del de pelo negro y tocó piel con piel, ya ahí causó que a Iruka se le secara la garganta y llevara su mano de forma inconsciente para recolocarse el pene erecto en esos pantalones que ya le resultaban incomodos.
Y ahora venía el gran toque por parte de Kakashi, levantó esa mano que acariciaba la suave piel del culo de su pareja, para dejarla caer en una fuerte nalgada. Obito se separó de sus labios y soltó un gemido, antes de llevar sus manos a la camiseta de su pareja y levantársela para quitársela, cargado de lujuria al saberse observado y deseado, al saber que su juego sería aceptado por el no tan inocente Iruka Umino.
Obito se montó en las caderas del peligris, que siguió tumbado en la cama y sólo movió su cabeza para mirar al maestro y sonreírle, y empezó a mecer sus caderas, frotándose con la erección de Kakashi, que su segunda acción, después de mirar a Iruka con una sonrisa torcida, fue levantar sus manos y quitarle la camiseta al Uchiha.
–Iru-chan… Mirar no es tan divertido como participar.– Soltó el Uchiha con su profunda voz ronca.
Iruka no podía apartar la mirada, fascinado. Los dos shinobis sin camiseta y ahora el azabache montado en las caderas del Hatake, al que por cierto estaba viendo sin máscara y era alguien realmente atractivo. Eran una gran pareja, los dos eran muy guapos y… Parecía que quisieran que se uniera a ellos en esa incitante escena. Enrojeció y dio un par de pasos en su dirección. Estaba tan nervioso que se quedó quieto intentando pensar que hacía, con el corazón latiéndole a mil por hora casi.
Obito miró a Kakashi, para luego alargarle la mano mientras se lamía el labio inferior y se tocaba el torso de forma descendente hasta llegar a sus pantalones, desabrochándose un botón.
Siguió la dirección de esa mano y sintió su boca babear, levantó la vista mirando al Uchiha y se decidió. Tenía casi la misma edad que esos dos y seguía siendo tan virgen como cuando era un crío. Ahora tenía la posibilidad de cambiar eso, en ese cuarto con el dueño de sus fantasías y Kakashi Hatake, uno de los shinobis más reconocidos por su pericia en combate e inteligencia, además de uno de los hombres más deseados de la aldea… Junto al Uchiha que montaba sus caderas.
–Es ahora o nunca, Iruka…– Se auto animó muy, muy bajito, sin que los otros le oyeran.
Y así fue como tomó la mano que le ofrecía el azabache y se dejaba tirar a la cama junto a esos dos dioses griegos.
Subió de rodillas a la cama y Obito lo recibió con un beso en la boca, donde ya directamente coló sus lengua en su interior y le marcó un ritmo que no le fue difícil de imitar. A la vez que el Uchiha le levantaba la camiseta, cortando el beso los segundos justos para quitársela por la cabeza, para luego seguir en esa unión de labios.
Las manos de Kakashi no se estuvieron quietas y sintió como se incorporaba en la cama y terminaba pegado a su espalda, su pelo fue soltado, cayendo por sus hombros y aumentando su nerviosismo al sentirse como queso entre dos panes, esos dos hombretones y poderosos shinobi le habían dejado en medio de sus dos cuerpos y se dedicaban a acariciar su piel desnuda con suavidad y pericia, obligándole a liberar jadeos que no podía contener. Su habilidad con manos y con su boca era demasiado para su inexperto cuerpo. Se sentía cordero entre lobos, pero lejos de asustarse y entrarle ganas de huir, su excitación creció en demasía. Y cuando menos se dio cuenta estaban los tres desnudos en esa cama.
Obito pegó sus erectos miembros y empezó a masturbarlos a la vez, mientras le besaba la boca con ferocidad y pasión, haciendo que gimiera de forma ahogada entre beso y beso y moviera la cadera contra esa mano. Kakashi en mi espalda besaba mi cuello mientras movía su pene entre mis nalgas, era una polla de buen tamaño y tendría que estar asustado de notarla entre mis glúteos y como de tanto en tanto esta apretaba en mi rosada entrada, sintiéndola entrar unos centímetros para que la sacara casi al instante. Me apreté al Uchiha temblando por la excitación, estaba a punto de correrme… Nunca antes había realizado unos actos tan excitantes y lujuriosos.
El Hatake se apartó unos segundos de mi, pero Obito no me dejó que mirara que estaba haciendo, sino que tiro de mi cuerpo dejando posado sobre mis manos, mientras él se arrodillaba ante mi rostro.
–Cómeme la polla, Iru-can– Me miró con esos ojos brillantes por el sharingan y me sonrió mientras alargaba su mano y seguía masturbándome.
Miré su miembro, alzándose orgulloso en mi dirección y trague saliva, se veía tan apetitoso, apoyándome en mis codos lamí un poco probando su sabor. Me encantó y el olor era algo que también me gustaba, además de que el azabache me obsequió con un suave jadeo ronco. Decidido a darle placer al dueño de mis fantasías nocturnas me metí su pene en la boca, pero no abarcaba todo sin tener arcadas.
–Con tu mano acaricia donde no llegues, Iruka. A Obito le gusta que se la agarren fuerte. –Oí desde mi espalda y es que Kakashi estaba otra vez pegado a mi, noté sus fuertes muslos pegados a mis piernas y otra vez su polla se frotaba contra mi piel, esta vez estaba toda ella húmeda lo que me causó un leve estremecimiento –Tranquilo, pronto se calentara.
Hice caso al Hatake y agarre el tronco del Uchiha con fuerza, oyendo su gemido gutural. Era tan erótico, sobretodo cuando hecho la cabeza hacia atrás mordiéndose el labio inferior. Esa visión causó una pulsación en mi pene, masturbado por el azabache. Gemí y mi musculatura empezó a temblar por el orgasmo que me estaba asaltando. Fue tan fuerte mi placer y tan largo mi orgasmo que cuando me di cuenta estaba con la boca abierta babeando encima del pene del Uchiha, mientras éste no me permitía cerrar la boca al meter un par de dedos entre mis labios y solté un ligero quejido al darme cuenta que notaba una presión interna en mi ano el cual notaba estirado y abierto por culpa de algo grande, largo, grueso y caliente. Estaba tan centrado en el Uchiha y en lo que causaba en mi cuerpo, que no había notado cuando el peligris se enterraba en mi.
Iba a levantarme algo atemorizado, por fin reaccionando a que Kakashi me había penetrado sin yo esperarlo ni notarlo, pero Obito me aguantó en mi sitio mientras me guiñaba el ojo.
–Tranquilo, Iru-chan, sólo es Bakakashi. – Me guiñó un ojo y me dedicó una sonrisa torcida, la sonrisa más sexy que había visto nunca en alguien. –Estabas haciendo un gran trabajo en mi pene… Y te sigo necesitando. Voy a quitar los dedos, por favor no me muerdas –Acompañó esta frase con un ligero puchero muy adorable, que me hizo enrojecer entero y noté como esos dedos salían de mi boca que habían mantenido abierta y se los llevaba a la propia, chupándolos mientras hacía un sonido de gusto. Mi sonrojo creció y mi excitación también.
Miré por encima de mi hombro y Kakashi estaba suspirando con los ojos cerrados, mientras su cadera estaba apretada contra mis nalgas al tener su pene enterrado en mi interior. Abrió los ojos y me sonrió, a la vez que me masajeaba la cadera y los glúteos con suavidad.
La caricia en mi oreja, apartándome el pelo del rostro me hizo volver a mirar al azabache, que desvió la vista hacía su erecta intimidad marcándome con la mirada lo que deseaba. Volví a cerrar mi boca en esa turgente carne y moviendo mi cabeza al ritmo que me marcaba Obito inicié mi felación.
Poco a poco sentía a Kakashi moverse en mi interior, entrando y saliendo su gran pene con suavidad, no era una mala sensación, la verdad es que cada vez la estaba disfrutando más y más. Abrí la boca para soltar un gemido de éxtasis cuando el Hatake golpeó un punto en especifico que me hizo ver las estrellas y desear más, muchísimo más de eso.
–Ah… Siii…– Y el peligris me hizo caso empezando a golpear esa zona en especifico de mi interior, no podía cerrar la boca mientras gemía en alto sin poderlo evitar y un hilo de saliva caía encima del pene del azabache.
Obito sonríe malicioso y lleno de lujuria deseando satisfacerla con ese hombre que tiene un cuerpo tan sensible a todos los estímulos, también muy obediente y dispuesto que le hagan que lo quieran, Iruka Umino parece dispuesto a estar a su entera disposición.
–Obito… Despacio– Advierte Kakashi pues sabe que a veces el Uchiha tiende a dejarse llevar y ser demasiado agresivo y fogoso en su actuar, en cambio en otras ocasiones es dulce y cuidadoso. Él disfruta de esa dicotomía de su adorado Uchiha, pero el hombre que tiene a cuatro en su cama es un inexperto en temas sexuales.
–Tsk… Ya lo se– Le hace un puchero a su pareja, que le hace una seña con el dedo para que se acerque. Y los dos se inclinan encima de la espalda del Umino para que sus bocas se encuentren en un apasionado beso, donde sus lenguas juegan para obtener el dominio.
Se separan con un pequeño hilo de saliva antes de volver a unir sus labios en un pequeño piquito. Kakashi vuelve a erguirse para seguir penetrando al moreno, aumentando el ritmo pues parece que al otro le esta encantando.
Obito por su parte agarra el pelo de Iruka y le marca un ritmo, penetrándole la boca. Lo hace suave, tal como le ha pedido su pareja, pero al ver la mirada cargada de deseo y pasión del menor, todo se autocontrol desaparece. Le acaricia el cuello antes de empezar a mover la cadera follándose esa boquita virginal, pero a la que parece que le encanta el pecado y comerse una buena polla. No disminuye su ritmo, aunque si mira a Iruka para ver si le hace daño o se ahoga. El Umino parece disfrutarlo y nota como hace una fuerte succión, esta acción le saca un fuerte gemido y le da más deseo de darle más fuerte. Kakashi al ver esto se emociona, su Obito es demasiado erótico y verle con esa leve capa de sudor, con esa sonrisa traviesa y lujuriosa, moviendo su cadera, tensando sus fuertes y elásticos músculos, y liberando gemidos roncos y guturales… Es una visión que le pone demasiado cachondo y la paga con el pobre Iruka, embistiéndole de forma salvaje y algo violenta, el profesor parece disfrutar de su salvajismo llegando a una potente culminación.
Sonríe ante esto, quien iba a pensar que el pequeño e inocente Iruka Umino le gustara cierto sadismo en las relaciones sexuales. Se corre en esa calidez con un ronco suspiro y le besa en medio de la espalda como agradecimiento, antes de mirar como sigue el azabache.
Obito le mira y le guiña un ojo, antes de abrir la boca echando la cabeza hacia atrás y con un gutural sonido vaciar su esperma en esa boca.
–Trágatelo todo, Iru-chan.–Mientras le acaricia la cabeza y masajea su cuero cabelludo. El moreno obedece y sigue lamiendo el pene del Uchiha para dejarlo bien limpio.
Obito se aparta y se sienta en la cama.
–Kakashi… Quiero hacer eso… Seguro que a nuestro pequeño profesor le gustaría. –Se acerca al maestro y agarrándole por los brazos le incorpora en sus rodillas, le besa mordisqueando sus labios y une sus torsos abrazándole. Se acerca a su oído–¿Verdad que te gustaría sentirnos a los dos en tu apretado y cálido interior?
Iruka gime ante la imagen que le viene a la cabeza y algo atemorizado, pero a la vez queriendo probarlo asiente con suavidad, mientras lame el cuello del azabache.
Sin dejar de abrazarle, el azabache se dejó caer en la cama con Iruka encima de su cuerpo mientras se besaban y acariciaban todo el cuerpo del contrario, explorándose.
Enseguida Iruka sintió un peso extra encima suyo que le besaba la espalda y le lamía la columna con delicadeza.
–Voy a volver a entrar, Iruka – Le dijo el Hatake mientras besaba su nuca.
El moreno movió la cabeza afirmativamente y le dedicaba una pequeña sonrisa al haber girado la cabeza. Abrió sus nalgas con suavidad y con su otra mano colocó su pene en esa entrada abierta y lubricada por sus anteriores penetraciones y su semilla.
El movimiento que realiza Kakashi es suave, pausado y profundo, es placentero aunque esa estimulación no le llevará al frenesí orgásmico que ha conseguido antes. Jadea en profundidad sin dejar de besar y acariciar la piel del atractivo azabache que tiene bajo su cuerpo, a la vez que siente que el Hatake los acaricia a los dos. Siente a Obito reptar un poco hacía abajo y como mueve la cadera. Le mira en interrogación y el Uchiha enrojece.
–Estoy intentando… Pero…– Su tono de rojo sube más, haciéndose más llamativo y Kakashi detrás suyo suelta una risa clara y cristalina.
–Bobito…
–Cállate Bakakashi…Te crees que es fácil con los dos encima mío.
–Deja tonto, te ayudo.– Kakashi se incorpora de encima de su espalda, sin salir de su interior.
Iruka no sabe que ocurre, pero el rojo que cubre las mejillas del Uchiha es absolutamente encantador y le besa con cariño mientras le acaricia una mejilla buscando consolar lo que le ocurra. Obito libera un jadeo y cierra los ojos y es cuando lo siente, una presión en su entrada que le exige que se abra más a esa nueva invasión. Grita en alto y su cuerpo tiembla antes de soltar un nuevo y agudo gemido.
Obito siente como Kakashi se la había agarrado acariciando su punta con delicadeza y le había ayudado a colocar su pene junto al propio, para que pudiera usarlo de guía para introducirse en el apretado interior del maestro. Y ahora estaban sus penes en ese agujero tenso, después de todo tanto Kakashi como él tenían un buen grosor. Besaron y mimaron al tembloroso profesor para relajarlo y que así se acostumbrara a esa doble penetración. El Umino soltaba suaves jadeos mientras le clavaba las uñas en los hombros. Se movió levemente para probar y el moreno gimió, mientras de su boca entreabierta un pequeño hilo de saliva escurría. Volvió a moverse y esta vez Kakashi secundó su movimiento, se movieron sincronizados y de forma suave durante muchos minutos, escuchando el coro de gemidos que salían de esa boca abierta. Ellos tampoco podían evitar jadear, la fricción entre sus miembros era tanta, se besaron con necesidad mientras acarician al cuerpo entre ellos.
Le estaba gustando demasiado recibir la atención de esos dos poderosos ninja, de estar entre sus cuerpos siendo follado de esa vil y sucia manera. Se escuchaba gemir en alto y con necesidad, pero es que no podía contenerse, era demasiado delicioso para su pobre cuerpo. Kami-sama era un jodido pervertido… Y él que siempre pensó que moriría siendo un pobre maestro virgen. Gritó de forma aguda, su próstata… Era tan estimulada por la presión de esos dos miembros. Su cuerpo empezó a convulsionar en pequeños estremecimientos y cerrando los ojos levantó la cabeza liberando un último grito agudo al llegar a un potente orgasmo que le dejó mareado y flojo entre esos dos grandes hombres.
La presión del interior de Iruka era hasta dolorosa cuando llegó a ese delicioso orgasmo, notaba el semen del Umino en su vientre y eso sólo le hacía sentir más excitado. Apretó los dientes y se corrió en ese interior que se apretaba en mini temblores musculares por el largo orgasmo del moreno. Kakashi llegó poco después a su culminación y con un gruñido también se corrió en ese ano.
El peligris salió con cuidado del menudo cuerpo y vio como pequeños hilos de semen caían de ese culo hasta los muslos de Obito y de ahí a la cama, sonrió con placer por ese espectáculo morboso, le encantaba. Miró a Obito satisfecho por ese juego a tres bandas.
Obito notó menos peso encima suyo, Kakashi se había apartado. Pero el Umino parecía como un trapo encima suyo con los brazos y las piernas flojos y la cabeza encima de su pecho ladeada. Le apartó el pelo del rostro y su preocupación desapareció, Iruka mostraba una sonrisa en ese sueño o desmayo que había sufrido. Con delicadeza lo quitó de encima suyo para tumbarlo a su lado.
–Se ha quedado dormido. –Le acarició con ternura y miró a Kakashi con una gran sonrisa. –¿Qué te ha parecido?
Kakashi se tumbó al otro lado de Obito, después de darle un suave beso al moreno. Y tumbándose abrazó a su Uchiha contra su pecho.
–Ha estado muy bien, cariño. He disfrutado muchísimo.
Obito le puso la cabeza en el pecho y le pasó el brazo por la cintura disfrutando de esa complicidad y amor que se tenían. Poco después sintió a alguien que se abrazaba a su espalda mientras susurraba palabras que no se entendían y liberaba un sonido de satisfacción al poderse pegar a su cálida espalda. Los dos amantes miraron la acción que había hecho el Umino estando dormido, para luego mirarse entre ellos y sonreír… En la mente de los dos un pensamiento "Que mono que era".
–Quizás podríamos…–Empezó Obito
–Si, quizás podríamos. –Estuvo de acuerdo Kakashi –Pero que le quede claro que tu eres mío y yo soy tuyo… Él puede ser de los dos, a veces y cuando se le invite.
Sonrieron cómplices al llegar a un acuerdo y se besaron con amor antes de descansar ellos también.
Gracias por las lecturas, reviews, etc. Espero que os haya gustado.
