Slade

Esta historia no es mía; fue escrita por Laurann Dohner. Esta es una adaptación (sin fines de lucro) de su trabajo con personajes del anime/manga Fairy Tail, creados por Hiro Mashima. Esta es la segunda novela de la larga saga de Nuevas Especies. Algo interesante de esta saga es que no necesariamente tienes que seguir el orden para entender lo que está pasando, aunque si lo haces, puedes comprender mejor la historia de algunos personajes.

Espero que disfruten la historia tanto como yo y si es así, los invito a leer la novela (Slade) en su idioma original, inglés, ya que tengo entendido que no se ha traducido de manera oficial al español.


***Advertencia***

El contenido de esta historia es fuerte, contiene escenas de sexo y violencia, tanto explícitas como implícitas. Lean bajo su propio riesgo.


Actualizaciones los miércoles y domingos


Capítulo Seis

"Hey dulzura, es hora de levantarse."

Todavía era de noche cuando Juvia se despertó. Una mano tomó la de ella y empezó a tirar para levantarla. Ella gimió suavemente y se puso de pie, aún aturdida. No estaba segura de cuánto tiempo había dormido, pero no fue suficiente.

"Camina unos tres metros en esta dirección y haz lo tuyo. " Le soltó la mano y se volvió. "¿Lo mío?"

"Mear " le explicó. "Date prisa. "

"No puedo ver nada. "

"Te he puesto en un dirección donde no tropezaras con nada. Despierta, Doc. Falta una hora para el amanecer. Tenemos que poner más distancia entre nosotros y ellos. Me subí a un árbol y vi que han apagado el fuego. Ellos están ahí fuera. Cuando tengan más luz podrán seguirnos más fácilmente. Es por eso por lo que tenemos que darnos prisa. "

"Ok," suspiró ella. "¿No hay comida?"

"Lo siento. "

Ella asintió con la cabeza, caminó unos tres metros, se detuvo y se bajó los pantalones. Ella tenía ganas de orinar, aunque todavía no se había despertado del todo. Ella mataría por un café y por un pedazo de pan. Su estómago rugió cuando pensó en la comida. Ella no había comido nada desde el desayuno de la mañana anterior. Ella se subió los pantalones y se dirigió de nuevo hacia Gray. Escuchó su risa a su derecha antes de que sus manos la agarraran.

"Por aquí. Vas en la dirección equivocada. No eres muy madrugadora ¿verdad? "

"No. No lo soy. "

"Creo que eres una de esas mujeres que prefieren quedarse en la cama hasta el último minuto y que pulsan el botón de la alarma una y otra vez."

"¿Qué hay de malo en eso? Tengo más tranquilidad desde que dejé el hospital para trabajar en Fairy Tail. Duermo mucho más y no puedo decir que no me guste hacerlo."

Él se echó a reír. "No hay una alarma de despertador esta mañana. "

"Si. Estamos corriendo para salvar nuestras vidas."

"Esa es una buena razón para ponernos en marcha. " Él tomó una respiración profunda. "¿Crees que puedes caminar por un rato?"

"Me siento mejor. Dolorida pero mejor."

"¿Estás dolorida por el accidente o por mí?"

"No te hagas ilusiones. " Juvia sonrió. "Eres impresionante, pero todavía puedo caminar muy bien. "

"¿Estas lista para irnos dulzura?"

"Claro Pirulí." Ella sonrió y volvió la cabeza para que no la pudiera ver.

"¿Pirulí?" Él casi parecía insultado.

"Porque quiero lamerte," respondió ella con dulzura.

Él gruñó y le agarró el brazo. "Estás diciendo eso sólo porque sabes que soy yo la razón de que no puedas caminar. "

"¿Estás seguro de eso?"

"Vamos. "

"Muéstrame el camino. "

Juvia no podía ver nada. Gray la llevo del brazo y le advertía cuando tenía que pasar por encima algo que estaba en el camino. Tropezó varias veces. Gray se detuvo a la cuarta vez que estuvo a punto de caer.

"Te voy a llevar hasta el amanecer. Nos estamos moviendo demasiado lento "

"Lo siento. " Sabía que él podría viajar mucho más rápido si no estuviera con ella, sabía muy bien que representaba un peligro para su supervivencia.

"No te preocupes por eso. Sé que tienes limitaciones ya que eres una humana. " La diversión se reflejaba en su voz.

Juvia levantó la otra mano y le mostró el dedo corazón. "¿Puedes ver esto?"

"Tal vez más tarde, Doc. Me lo tomo como una oferta. Me voy a dar la vuelta para que te puedas subir a mi espalda y aquí está la bolsa. Si tengo que llevarte tendrás que llevarla. "

Con cuidado se colgó la bolsa. Se agachó y se subió sobre su espalda. Él se levantó cuando ella se agarró a sus hombros y empezó a caminar.

Cuando empezó amanecer y Juvia podía ver le dijo. "Bájame."

Se detuvo y le soltó las rodillas para que Juvia se deslizara por la espalda. Estaban en un barranco. Miró hacia arriba y ambos lados. "Eso es un gran ascenso. "

Los ojos azules de Gray se encontraron con los suyos. "Esperé hasta que pudieras ver, pero tenemos que subir ahora. Quiero salir de aquí. Estaremos mejor en los terrenos más altos. "

Ella asintió. "Después de ti."

Él negó con la cabeza. "Después de ti. Quiero ser capaz de cogerte si te caes. "

Eso tenía sentido para ella. Ella tomó una respiración profunda. Juvia asintió, dio media vuelta y vio un montón de maleza en ambos lados. Ella se agarró a una raíz y empezó a subir. El terreno era más rocoso en algunos lugares, pero ella seguía encontrando vegetación a la que agarrarse. Gray iba justo detrás de ella. Su pie resbaló una vez y Gray la agarró del zapato e impidió que se deslizara. Ella volvió la cabeza.

"Gracias."

"Sigue moviéndote dulzura. "

"Lo hago Pirulí."

"Podrás lamerme más tarde. "

Ella puso de nuevo su atención por donde tenía que subir y siguió caminando. Las manos le dolían, pero trató de ignorarlo, sabía que sus vidas estaban en juego. La luz del sol convirtió el frio de la noche en una mañana cálida y soleada, haciendo que Juvia sudara.

Juvia mostró claramente su alivio cuando llegaron a la cima. Estaba agotada. Una mano de repente la agarró de los pantalones y tiró de ella hacia abajo. Juvia se quedó sin aliento cuando cayó de rodillas. Gray se agachó a su lado.

"Quédate ahí," le ordenó, dándole una mirada irritada. "Somos más altos, más fáciles de detectar y tu cabello azulado es demasiado visible. "

"Lo siento. Estas cosas no son mi fuerte. "

"Desafortunadamente, es el mío. Tómate un descanso, permanece abajo y estate tranquila. Voy a explorar la zona. "

"Por supuesto. Haz eso. " Estaba agotada así que se extendió en el suelo, sin importarle si se ensuciaría más. Ella puso su brazo bajo la cabeza. "No voy a moverme."

Gray soltó un bufido. "Mujeres."

"Hombres."

"Sabihonda."

"Culo tonto."

"Doc. Ya basta."

"Mientras que estás explorando ¿podrías buscar una tienda y tráeme un café? ¿Tal vez un panecillo? O ¿una rosquilla? "

Gray sonrió. "Haré mi mejor esfuerzo. "

Juvia lo vio marcharse. Ella permaneció tumbada y observó el cielo. Se sentó unos minutos más tarde y miró a su alrededor con cuidado y luego hacia abajo. Ellos estaban en un punto muy alto. Ella se tumbó de nuevo, con la esperanza de que Jellal hubiera enviado a la Guardia Nacional para rescatarlos. Ella quería una ducha con agua caliente, ropa limpia y comida. Ella bostezó.

No había dormido lo suficiente. Debido a su profesión se había acostumbrado a dormir poco. Sólo esperaba que lo que había dormido fuera suficiente para poder seguir el ritmo agotador necesario y mantenerse por delante de los hombres que querían cazarlos.


"No hagas ni un sonido. " Algo duro pinchó el estómago de Juvia.

Abrió los ojos y miró con temor al hombre peludo que estaba sobre ella y que empujó la escopeta con más fuerza contra su cintura, clavándola en su estómago. Tenía los pies a ambos lados de ella. Juvia lo miro entre las piernas y vio que tenía un desgarro en la costura de su pantalón por donde mostraba parte de la ropa interior de color rojo.

"¿Dónde está el hombre animal?"

Juvia se encontró con la mirada del hombre y su corazón empezó a latir rápido por el terror. Se refería a Gray. Era evidente que los hombres que habían intentado matarlos definitivamente eran anti Nuevas Especies. Ella respiró con fuerza, aterrorizada. Le pegaría un tiro en el estómago si él apretaba el gatillo y esa sería una muerte horrible. Si le disparaba, esperaba que le dañara las arterias principales y desangrarse rápidamente. Con la pistola en ese ángulo, se imaginó que el orificio que le haría ese arma acabaría con ella rápidamente.

"¿Estas sorda perra? ¿Dónde está el hombre animal? "

"Él me abandonó," mintió. "Le entretenía demasiado."

El hombre miró de reojo sus pechos. "Animales estúpidos. Yo te habría jodido al menos una vez. Levántate despacio. Tú eres médico, ¿no? "

Ella consiguió asentir con la cabeza a pesar de que le sorprendió que él supiera quien era ella. "Yo soy la Dra. Juvia Lockser."

"¿Eres veterinaria o un médico de verdad?"

"Yo soy-"

"No importa," le interrumpió. "Mueve el culo y levántate. Uno de mi grupo está herido y es tu día de suerte. Por lo general, mato a los traidores de nuestro país, pero te necesito. Supongo que no importa qué clase de médico seas, siempre y cuando sepas cómo enyesar un hueso y suturar la piel."

¿Traidor de su país? Ella se quedó boquiabierta mientras lo miraba. El tipo era, obviamente, un monstruo fanático. Grande. Se sentó cuando él apartó el arma y dio un paso atrás. Juvia cuidadosamente se puso de pie.

"¿Tienes algún arma, además de tus tetas?"

"Yo... " Ella tartamudeó y le miró. "No. "

El hombre agarro la escopeta con su brazo, pero siguió apuntándole. "Levanta la camisa lentamente y muéstrame que no tienes un arma escondida en la cintura. "

Ella lo hizo, se subió la camisa hasta las costillas y giró lentamente para que comprobara que no estaba armada. Ella le devolvió la mirada cuando dio un giro completo. Tuvo que controlar el impulso de mirar alrededor para ver si podía ver a Gray. Rezó para que él viera al hombre de la pistola y no se acercara a ella.

"¿Vamos Bill? ¿Tom? ¿Todavía me cubres la espalda? "

"Sí, señor," un hombre gritó desde la izquierda.

"Seguro como la mierda, Sully. " Habló la voz de la derecha.

Juvia miró a su alrededor, pero no vio a nadie más que al hombre frente a ella con el arma. Él sonrió, mostrándole esos dientes amarillentos.

"Algunos de mis chicos están conmigo. Por lo general, viajamos en grupos de cuatro. Ese hombre animal no volverá a por ti a menos que le pique el pene. "

Juvia se abstuvo de hacerle una mueca de asco. El tipo era la escoria de la humanidad. Por el sonido de su voz y las cosas que dijo, él honestamente sabia muy poco de Gray. Ni siquiera lo conocía y tenía prejuicios en contra de todas las nuevas especies. Él podría ser un idiota pero desafortunadamente le apuntaba con una pistola.

"Muévete. "

Juvia tuvo un plan. Dio un paso y cojeando más, arrastró el pie mucho e hizo una gran mueca de dolor. El hombre de la pistola maldijo tan fuerte que la hizo estremecerse.

"¿Estás herida? ¡Maldita sea! " Rugió él las palabras.

Juvia evito sonreír. Le había preocupado que el tipo no le gritara, Gray le habría escuchado con toda seguridad. Cualquier persona dentro de una milla le habría escuchado. Se mordió el labio con fuerza y se detuvo.

"Sucedió cuando ustedes hicieron que la camioneta cayera por la montaña. "

Miró furioso. "¿Tom? Ven aquí."

Tom parecía un adolescente y tan bajo como Juvia. Llevaba una pistola y un cuchillo grande atados a su ropa de camuflaje, vestido así parecía un niño de doce años que se había disfrazado de militar en el día de Halloween. Las líneas cerca de su boca eran los únicos signos que delataban su verdadera edad, poniéndolo en sus veinte.

"¿Sí, señor?" la voz de Tom era inusualmente profunda, probablemente él lo hacía a propósito para que sonar más masculino. Le miró fijamente los pechos.

Ella quiso cubrirse con los brazos pero tenía miedo de que al moverse le dispararan. Tom la miró de reojo. Ella le miró con ira, pero él no se dio cuenta ya que no le estaba mirando a la cara. Eso significaba que tendría que dejarle mirar sus pechos.

"¿A qué distancia está Pat de nosotros?"

"Un kilómetro y medio, señor. " Tom se pasó la lengua por los labios y la mano libre por el muslo. "¿Es la amante de los animales, señor? Apuesto a que él se la tiró. "

"Cállate," ordenó el hombre a cargo. "Mírala. Es bonita. Ella seguro que no encontró a un verdadero hombre como nosotros. Llama por la radio y diles que iremos más despacio porque ella está cojeando "

Tom finalmente apartó su atención de los pechos de Juvia y miró al hombre mayor. "Claro que sí, Sully. " Tom no parecía muy feliz mientras desaparecía en vegetación densa.

"Vamos"

Juvia sabia sus nombres. Sully. Tom. Bill. Podría identificar a dos de ellos si vivía lo suficiente y llegaba hasta las autoridades. Ella realmente quería verlos arrestados. Se concentró en ese plan en silencio mientras andaba cojeando. Si ellos iban más lentos le daría Gray más tiempo para escapar. Podría buscar ayuda y enviar a la policía a por ella.

Caminaron hacia abajo. Tropezó varias veces, pero Sully nunca levantó un dedo para ayudarla. Mantuvo el arma apuntando hacia ella, la siguió de muy de cerca y no dijo una palabra. Juvia supuso que si Gray no conseguía ayudarla probablemente no viviría por mucho más tiempo. Solo viviría el tiempo que tardara en curar al tipo que estaba herido. Ellos probablemente le dispararían igual que a Bart cuando ya no la necesitaran.

Salieron de la espesa maleza y finalmente vio una carpa montada en un claro y los restos frescos de un pequeño fuego. Juvia olió a comida y le rugió el estómago. Una cafetera estaba junto a las cenizas de la hoguera. Juvia se detuvo, volvió la cabeza y se encontró con los ojos de color marrón de Sully.

"Entra en la tienda y ayúdale. Pat, ya estamos aquí y la médica va a entrar. No le vueles los sesos antes de que te atienda."

Juvia se dirigió cojeando hacia la tienda y casi gritó de dolor real cuando una mano la agarró del pelo y tiró su cuerpo hacia atrás. Tropezó y cayó de rodillas. Las lágrimas la cegaron durante unos segundos mientras se agarró la cabeza, le había arrancado un poco del pelo. Miró a Sully en estado de shock cuando pudo ver más allá de las lágrimas.

Tenía el arma apuntando hacia la tienda. "¿Pat? Háblame. "

Juvia cambió su atención hacia la tienda cuando nadie respondió. La puerta de la tienda estaba cerrada con cremallera. Sully avanzó y se inclinó hacia delante. Abrió la cremallera y saltó hacia atrás, apunto con la escopeta en el interior.

"¿Pat? Quiero que hables ahora."

Silencio.

"¿Bill?¿Tom?," rugió Sully.

"Aquí, señor," le gritó Tom. Salió del bosque y se detuvo a unos veinte metros de donde Juvia y Sully estaban.

Otro hombre, de unos cuarenta años, calvo y con barriga, salió del bosque al otro lado del campamento. Juvia supuso que ese tenía que ser Bill. Él asintió con la cabeza a Sully. Los tres hombres miraron a la tienda. Sully asintió con la cabeza a Tom y señaló con la cabeza a la tienda de campaña.

Tom se movió hacia delante y se desabrochó el cuchillo de caza del muslo. Él lo agarró firmemente y se agachó al lado de la tienda. Él extendió la mano izquierda y abrió la cremallera para mirar dentro.

"Se ha ido. " Tom se quedó sin aliento.

"¿No le avisaste por la radio?" Sully sonaba enojado.

"No, señor. Él no respondió. Pensé que tal vez estaba durmiendo o cagando. Todavía puede moverse bastante bien, incluso con el brazo roto."

Sully se giró para apuntar con su arma a Juvia. "¿Cuándo te abandonó ese animal?"

Ella tragó saliva. "Se fue durante la noche. Me quedé dormida con él y cuando desperté antes de que saliera el sol ya me había abandonado."

"Estará muy lejos de aquí. " Bill tenía una voz profunda y un acento que le dio a entender que era tejano o tal vez del Sur. Era difícil de concretar. " Pueden moverse rápido, Sully. Es probable que esté diez millas por delante de nosotros. "

"Hijo de puta. " Sully bajó el arma que sostenía. "Vamos a buscar a Pat. ¿Crees que estará delirando? Esta mañana tenía fiebre. "

Bill asintió con la cabeza. "Podría ser. Te dije que uno de nosotros debería quedarse con él. Hemos estado fuera desde el amanecer y él podría haberse marchado hace mucho tiempo. Uno de nosotros tendrá que quedarse aquí con la mujer y así ella podrá curarle cuando lo encontramos. "

"Deberíamos haberlo llevado a un hospital," murmuró Tom. "Te dije que podía morir. ¿Y si se suicidó? "

"No voy a perder los cincuenta mil dólares de la recompensa porque Pat no mire por dónde pisa. " el tono de Sully era duro.

Bill asintió con la cabeza mientras miraba a Juvia que estaba sentada en el suelo. "Me quedo con la mujer mientras ustedes buscan a Pat. Me imagino que habrá ido cuesta abajo ya que será más fácil para él. Tal vez él entró en pánico y se fue a buscar alguien del otro equipo para que lo llevara al hospital o se fue a la carretera a parar un automovilista."

"¡Mierda!" Sully gritó. "¿Por qué no nos olvidamos de él, matamos a la perra y seguimos buscando al animal? Quiero los cincuenta mil dólares de recompensa que dan por matar a ese animal."

Juvia guardó silencio, pero se tambaleó por el shock. ¿Alguien ofrecía una recompensa de cincuenta mil dólares por Gray? ¿Quién haría algo así? ¿Por qué? Ella tragó saliva. Ella esperaba que se olvidaran de que existía. Odiaba a Sully por querer matar a Gray.

"Te olvidas," Bill suspiró, "De que Pat es el hijo de Thomas. Si no buscamos a ese idiota, él nunca nos dará la recompensa por cargarnos a ese hijo de puta. Tenemos que mantener viva a la mujer hasta que ella lo cure. Tenemos que encontrar a ese gilipollas y atrapar al animal. El animal ha estado utilizado los barrancos y seguirá con ese patrón. Vamos a alcanzarlo en las cordilleras. Mira la cantidad de tiempo que le hemos ganado a él. "

"Pero a él lo entretenía la perra. " Sully apretó los dientes y soltó una maldición. "Está bien. Vamos a hacer eso. Bill y yo nos separaremos. Tú te diriges hacia la carretera en caso de que Pat se dirigiera allí. Iré detrás de ese animal para ver si lo puedo coger. Tom puede quedarse aquí con la perra. "

Bill sacudió la cabeza. "Míralo. Él no puede dejar de mirarle los pechos. "

Juvia volvió la cabeza hacia Tom. Estaba de pie allí con el cuchillo en la mano y mirándole de nuevo los pechos. Él sonrió.

"Estaría muy feliz de quedarme con ella. "

"¿Lo ves?" Bill maldijo. "Queremos a la idiota con vida. Yo me quedo con la mujer mientras ustedes dos se separan para buscar. Tom, ve hacia la carretera."

"Está bien," asintió Sully y miro a Tom. "Es mejor que le encuentres. Voy a subir por el oeste de la montaña para atrapar más rápido al animal. "

"Pero yo quiero quedarme con ella." Tom no estaba muy feliz con eso y protestó.

Sully subió la escopeta. "No te estarás negando a cumplir una orden, ¿verdad? Joder, odio a los llorones. Tu padre no es de las recompensas y a nadie le importara si te disparan. "

El miedo se reflejó en la cara de Tom. Él negó con la cabeza vigorosamente. "Voy a salir a buscarlo ahora."

Juvia vio como Sully y Tom se marcharon en direcciones diferentes. Juvia observó al hombre que la miraba. Él suspiró ruidosamente.

"¿Tienes hambre? ¿Tienes sed? "

"Si por favor," instó Juvia suavemente.

Bill entró en la tienda y salió rápidamente. Llevaba un refresco y una especie de sándwich. Bill se detuvo a unos metros de ella.

"Toma."

Ella levanto sus manos. Él le lanzó el refresco con cuidado. Juvia lo cogió y lo puso en el suelo junto a sus rodillas. Alzó las manos otra vez y cogió el sándwich. Ella le dirigió una mirada de agradecimiento.

"Muchas gracias."

"Cállate," le ordenó. "Odio hablar con la persona que tendré que matar más adelante. Sólo come y calla."

Juvia odiaba los sándwiches de mantequilla de maní, pero ella no se quejó mientras lo masticaba.

Se estaba muriendo de hambre y estaba demasiado hambrienta para protestar por lo que comía. Tomo sorbos largos de la soda. Y no apartó la mirada de la comida. Sabía que Bill se había sentado en el suelo a unos diez metros de ella y que observaba en silencio cada movimiento suyo. Ella terminó su bocadillo y reservó algo de su refresco. Ella no quería bebérselo todo en caso de que Bill no volviera a ser generoso.