¡Porque el NejiTen no debe morir!
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Mes del NejiTen día 6
Abril 06/2021
Temas: Madrastra - hijastra/*/Bancarrota/*/Infidelidad
Universo alterno
Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial.
Disfruten la lectura.
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Día 6: Infidelidad
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Abrió los ojos porque podía escuchar a lo lejos la melodía de su teléfono que también vibraba y maldijo de una vez, queriendo solo dormirse un rato más. No reconocía nada a su alrededor así que se incorporó lo suficiente para revisar la habitación y el movimiento del otro lado de la cama la hizo dirigir allí la mirada y recordar en dónde estaba. Los ojos blancos se abrieron y una sonrisa ladeada hizo presencia
- ¿Tu esposo? — así que él también se había despertado con su teléfono que timbraba en algún lugar del suelo bajo la ropa que estaba esparcida
- Probablemente — se mordió el labio mientras ignoraba una nueva llamada y se estaba reacomodando para descansar otro rato cuando fue el teléfono fijo de la habitación el que empezó a sonar
- Un poco impaciente — ella levantó el auricular de una vez
- Aló — contestó con voz adormilada
- ¿Te desperté?
- Son las 7am de un domingo — Neji le había mostrado la pantalla de su celular con la hora —¿pasó algo? — no era usual que su esposo fuera insistente con las llamadas — ¿Ryuu está bien?
- Emmmmmm sí y no, respecto a eso... es algo urgente y...— se preocupó de una vez mientras escuchaba unos ruidos extraños al otro lado de la línea
- ¿Mamá? — bueno, al menos su voz sonaba normal
- Dime cariño
- Papá dice que no sabe dónde hay una papelería abierta a esta hora y no encuentra por internet ninguna
- Ryuu ¿Qué te he dicho de dejar tus deberes para último momento? — lo reprendió de una vez
- Mamá...
- Ningún mamá, el viernes en la tarde dijiste que no tenías ninguna tarea pendiente y salí confiando que mi hijo no es un mentiroso. Pásame otra vez a tu padre — esperó un momento antes que Kiba volviera a ser quien estaba al teléfono — ¿qué hora es allá? Creo que tengo jet lag
- Van a ser las 6pm
- Dentro del centro comercial cerca a la estación del ferrocarril hay una papelería, cierran a las 7
- Gracias, el enano acaba de decirme que tiene que hacer no sé qué cosa para mañana y necesita unas cartulinas
- No lo dejes ver televisión hoy, ni ninguna consola por esta semana. Está castigado hasta mi regreso
- ¡Mamá! — al parecer la había oído
- Lo haré ¿qué tal estuvo tu vuelo?
- Largo, tuvimos un retraso en el despegue, casi perdemos la conexión y hubo turbulencia antes de aterrizar. Llegamos al hotel pasada la medianoche, caí rendida a la cama en cuanto estuve en la habitación
- ¿Qué hizo el Hyūga?
- Quejarse de todo como siempre, ya sabes cómo es
- Todo un dolor de muela. Bueno, me iré a conseguir las cosas del enano y con eso de paso descansas —hubo una pausa y un ¡adiós mamá! se oyó a lo lejos — hablamos mañana, te amo
- Y yo a ti — descargó el auricular y de una vez se sintió apresada por los brazos de Neji
- ¿Quejarme de todo? — le preguntó de modo burlón mientras empezaba a repartir besos en su cuello — no recuerdo esa parte — ella dejó salir una risa suave y un suspiro — ni tampoco que hayas caído rendida en la cama — su respuesta fue un jadeo pues estaba empezando a acariciar sus senos — o bueno, sí llegaste de una vez a la cama, pero definitivamente no a dormir
- Claro, mejor debí decirle a mi esposo mientras mi hijo escuchaba que llegué directo al hotel a acostarme con mi jefe — solo como si hiciera énfasis en lo recién dicho por ella, él deslizó su mano hacia su intimidad, rozándola suavemente y arrancándole un gemido por todas las punzadas que sentía en esa zona y que la hacían querer suplicar por más
La conversación terminó ahí, pues él la había besado a la vez que leyéndola como un libro abierto había aumentado la caricia y no mucho después se habían sumergido juntos en el desenfreno que ya les era usual. Volviendo a dormir varias horas más, pues al menos lo del jet lag no era una mentira. Siempre se confundía con los cambios de horario y que a veces estuviera unas horas más tarde y otras veces que fuera más temprano en donde ella estaba.
La siguiente vez que despertó moría de hambre, así que pidieron servicio a la habitación para no tener que salir y dado que su celular tenía el doble reloj para saber qué hora era en su casa, cuando vio que su hijo debería estar camino al colegio hizo una videollamada, revisando antes que no hubiera nada que delatara que estaba acompañada y solo verse ella en el momento que les mostró la habitación, cuando se despidió lo hizo recordándole a Ryuu que estaba castigado y hablando algunas cosas pendientes para esa semana con el Inuzuka. Les envió un beso a los dos y al colgar vio a Neji prestándole atención.
- Nunca he logrado entender cómo es que ustedes dos resultaron casados — no era la primera vez que el Hyūga decía algo así, sobretodo porque ella llevaba 10 años de matrimonio
- Éramos jóvenes e idiotas
- Tú sigues siendo joven
- Y él sigue siendo idiota — se encogió de hombros a la vez que se reía — ¿no vas a llamar a tu esposa?
- Le escribí mientras estabas en tu videollamada, dijo que se acaba de poner una mascarilla y no puede hablar o no le hará efecto. Me llamará en 3 días cuando se dé cuenta que no estoy en la casa
Ella rodó los ojos, antes de decidir que lo mejor sería que revisaran lo que necesitaban para la reunión del día siguiente, después de todo, el largo viaje no había sido por diversión ni para poder acostarse juntos sin peligro a que los descubrieran, había una importante negociación que el Hyūga estaba cerrando y ella como su asistente e intérprete estaba allí para ayudar en lo que fuera posible.
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Flashback
El año en que cumpliría 16 años llegó con grandes cambios en su vida. Una semana antes que el instituto empezara habían llamado a sus padres a una reunión, y fue su madre quien asistió pues el turno en la planta no le permitía a su progenitor faltar. Todos los padres de los alumnos de su curso y del curso superior estaban allí mientras el director explicaba que por varios factores ese año no les iba a ser posible dictar esos dos cursos. Algo sobre logística, presupuesto y no haber recibido un dinero del gobierno o algo así. La voz de todos los padres se fue subiendo por la evidente molestia pues no podían dejarlos sin cupo a tan solo una semana de empezar el año lectivo pues en ninguna otra institución los recibirían.
El director los calmó diciendo que había conseguido algunas alianzas para que en diferentes instituciones los recibieran, lo malo es que no eran en su misma zona como ese claustro, pero al menos podrían seguir estudiando con normalidad. Adicionalmente, para los dos mejores estudiantes de cada curso había conseguido que un colegio privado los becara, probablemente algún programa social o similares, lo importante de eso es que ella había sido seleccionada. Su madre había agradecido la oportunidad que le daban y recibieron el folleto con la dirección y otros datos que debían tener en cuenta para sus clases. Ella veía las imágenes asombrada, era un lugar enorme con muchas zonas verdes y lo que podía asumir eran muchos estudiantes de familias acaudaladas.
El primer día se había alistado temerosa, no solo de tomar el bus equivocado o quedar atrapada en el tráfico y llegar tarde, sino de no saber cómo actuar. Empacó sus cosas y su almuerzo, se vio al espejo, al menos el lugar tenía uniforme lo que haría que no resaltara tanto en medio de los demás, salió con el tiempo suficiente y por culpa de eso llegó muy temprano y pudo escuchar a varios alumnos hablar despectivamente sobre los nuevos.
Había agachado la cabeza y tratado de pasar desapercibida entre todos, hasta que la clase empezó y tanto ella como Michiko, su compañera del anterior instituto y la otra beneficiada de la beca, tuvieron que presentarse. Todos las hicieron a un lado y ellas dos empezaron a pasar el tiempo juntas, no es que hubieran sido grandes amigas antes de eso, pero al menos se tenían una a la otra para apoyarse.
Sobrevivió el primer trimestre y al empezar el segundo en clase de química les pidieron que trabajaran en parejas para esa clase y el proyecto de la materia lo que restaba de año, su usual compañera ese día estaba enferma y aunque le explicó al docente que se haría con esta él negó y le dijo que tenía que trabajar con alguno de los presentes.
- Puedes hacerte conmigo — era una voz suave y ella solo asintió antes de sentarse — soy Hana Inuzuka
- Tenten Ama — contestó apretando la mano que le extendía la joven — ¿no te molesta tener que trabajar conmigo?
- ¿Por qué me molestaría? Eres buena estudiante — ella sonrió, agradeciendo que no la rechazara como hacían todos los demás. Ese mismo día en literatura también tuvo que hacer pareja y nuevamente Hana le dijo que se hicieran juntas.
Michiko regresó una semana después y tras quejarse de la injusticia los docentes la emparejaron a un estudiante que tampoco había asistido, empezando a andar en los descansos y ratos libres las tres. Para lo del proyecto por lo general iban a la biblioteca para adelantar lo referente a la investigación bibliográfica, hasta un día que Hana la invitó a su casa pues necesitaban otros implementos y empezar la parte práctica y allí estarían más cómodas.
Se subió al lujoso auto que llevaba y recogía todos los días a la Inuzuka y trató de no lucir muy sorprendida o deslumbrada ante la enorme propiedad en la que se bajaron. Después de comer una merienda en un enorme comedor se dirigieron a hacer los deberes y seguir en su proyecto, estaban concentradas cada una en un libro cuando la puerta se abrió y una mujer de gesto severo se asomó.
- Hola cariño
- Mamá — la joven a su lado se levantó y fue a abrazar a la mujer
- ¿Están haciendo sus tareas? — ella asintió, mientras los ojos oscuros de la mujer la evaluaban por completo — creo que no te había visto antes ¿cómo te llamas?
- Mi nombre es Tenten... Tenten Ama — completó al ver que esperaba el apellido
- ¿Ama? — pareció pensar en algo — no me suena tu apellido ¿quiénes son tus padres?
- Tadashi y Suyin Ama
- Siguen sin sonarme ¿de dónde son?
- De China, llegaron al país hace 15 años — la mujer asintió pensativa
- ¿A qué se dedican?
- Papá es operario de producción en la fábrica de pescado y mamá trabaja de mucama en el hotel... — no pudo terminar de hablar pues de inmediato la mirada de la mujer cambió, tomando a Hana de la mano y saliendo de la habitación
- ¡Trajiste a casa a uno de los pordioseros! — ni siquiera podía decir si trataba o no que ella no escuchara la acusación — ¿En qué estabas pensando?
- Es mi amiga mamá, es una buena estudiante y mi compañera de proyecto
- ¿Has estado pendiente de ella? ¿Te has fijado que no se lleve nada? — sintió un golpe en su estómago y tuvo que aguantar la necesidad de devolver lo que había comido — no le has mostrado tus joyas ¿cierto?
- No es una ladrona
- No sabes nada de la pocilga en que ha crecido, le dije claramente al rector Ōnoki que no los recibiera y vas tú y traes uno a casa — se limpió la lágrima que se le había escapado y se puso de pie — debemos revisar su maleta no vaya y sea que...
- No era mi intención importunar — interrumpió tratando de mantener su dignidad y no llorar frente a la imponente mujer — ya me voy
- ¡Tenten espera! — escuchó que gritaba Hana detrás suyo pero ella ya iba corriendo a la puerta, abriéndola para irse y rompiendo en llanto pues para colmo ni siquiera estaba segura de en qué parte de la ciudad estaba y dónde era el paradero del autobús
- ¿Estás bien? — fue un hombre quien le habló cuando se detuvo a intentar ubicarse y al verlo pudo darse cuenta de una vez de su parecido a la odiosa mujer, así que asintió — la gente no llora así cuando está bien
- ¿Sabes dónde es el paradero del bus? — preguntó finalmente al no ver a nadie más a quien pedirle indicaciones
- El paradero del... — se veía confundido — no tengo ni idea, pero seguro que mi teléfono sabe — sacó el aparato del bolsillo y tipeó — a ver, el norte es hacia allá así que... — giró tratando de localizar correctamente el mapa — hacia allí, mira — le mostró y ella se acercó lo suficiente solo para ver, limpiando su rostro de paso
- Gracias
- Soy Kiba Inuzuka — le extendió la mano y ella negó con la cabeza antes de volver a correr ahora en la dirección que sabía estaba el paradero. Maldiciendo todo mientras avanzaba por la ciudad hasta su propia casa, o pocilga como había dicho la mujer.
Su madre solo le había acariciado el cabello mientras ella lloraba en su regazo, quedándose dormida y queriendo no levantarse al día siguiente. Pero igual lo hizo, desde el primer día de clase había escuchado comentarios similares y ya debería haberse acostumbrado.
Hana la había buscado después de la primera clase, disculpándose por las palabras de su madre y explicándole que siempre había sido una completa snob y muy clasista, pero que había prometido quedarse callada y dejarlas estudiar tranquilas pues todavía tenían que trabajar juntas en los proyectos. No se sentía bien al subirse por segunda vez al auto e inconscientemente trató de mantener sus manos a la vista, no quería malos entendidos de ninguna especie.
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El año escolar estaba por finalizar y ellas estaban dando los toques finales a sus dos proyectos juntas, tal y como había dicho la Inuzuka, Tsume, que era el nombre de la madre no le había vuelto a dirigir la palabra cuando llegaba del trabajo y la encontraba ahí, aunque podía jurar que la vigilaba atentamente y la veía mal. Tenían una pizarra en la que ella estaba haciendo unas anotaciones para corregir el último cálculo que les faltaba de la fórmula cuando la puerta se abrió y allí estaba el hombre de la otra vez
- Hola pulga — saludó y Hana corrió a abrazarlo, se quedó viéndola por un momento antes de recordar — eres la chica de la otra vez
- Así es — admitió con una sonrisa apenada — Tenten Ama
- Bueno, un gusto Tenten ¿ya comieron?
- ¿Me vas a invitar a cenar? — preguntó Hana emocionada
- ¿Qué quieres?
- Vamos por tsukune — se sentía fuera de lugar, así que tomó su maleta para irse
- ¿Qué dices Tenten? Hay un sitio de tsukune cerca... y también de otras cosas a la parrilla, si no te gusta el tsukune
- Yo... creo que es mejor que me vaya
- Anda, te llevaré a casa después
- E...emmm, no, no es necesario... yo...
- ¿Al paradero del autobús?
Se mordió el labio antes de aceptar, sentándose en el puesto de atrás mientras los dos hermanos al frente charlaban. Kiba iba a la universidad que quedaba a las afueras de la ciudad y tenía una residencia cerca, por eso casi nunca estaba en casa, aunque se pasaba a veces entre semana cuando estaba aburrido. En el restaurante quedó sentada junto a él, escuchando sus anécdotas y riendo por varias de estas pues era un hombre divertido. Tal y como acordaron la dejó en el paradero del autobús, durante todo el recorrido hasta su casa no pudo evitar sentirse sonrojada pensando en la forma que él sonreía y luego negar, un hombre de su estatus jamás se fijaría en ella, menos si tenía en cuenta quien era su madre. Al estar en su vivienda mientras alistaba su maleta con los cuadernos para el día siguiente vio una pedazo de papel que antes no estaba allí, así que lo sacó y leyó un número de teléfono anotado. Buscó su celular para guardarlo y en la aplicación de mensajería se sorprendió al ver que la foto mostraba que era justamente él quien había dejado la nota.
Se sentía confundida, pero aún así lo saludó y se sonrojó de nuevo mientras chateaban y Kiba le decía que temía que no hubiera encontrado su mensaje o que no le interesara hablarle, porque él la encontraba hermosa. Así que sus noches después de la escuela y, una vez el año lectivo terminó, sus vacaciones se convirtieron en tontear con él, sintiéndose indudablemente cada vez más atraída hacia él a pesar de saber que le llevaba casi 5 años y solo eran mensajes lo que intercambiaban.
Para el nuevo año escolar gracias a sus notas el colegio había mantenido su beca, pero Michiko no había corrido su misma suerte y tenía que hacer su último año en otro instituto. Así que solamente contaba con Hana con quien compartía todas sus clases y por lo tanto trabajaban juntas.
No se había vuelto a ver con el Inuzuka desde esa vez el año anterior en que fueron con Hana a comer, hasta esa tarde en que tuvo que ir nuevamente a la casa de ellos porque iban a estudiar juntas para un examen. Estaba sentada la habitación esperando a su amiga que había ido a la cocina y cuando se abrió la puerta creyó que sería ella
- Hace mucho no venías — su garganta se secó y fue incapaz de pronunciar palabra al verlo allí y pensar en lo mucho que habían hablado hasta ese momento, él le extendió la mano para que se levantara y la acercó, tomándola ahora por la cintura. Miles de mariposas revoloteaban en su estómago y podía sentir su piel erizarse por la cercanía, en especial al ver la forma en que él aproximaba su cara a la de ella y lo único que atinó a hacer fue cerrar los ojos mientras sus labios se unían.
Se separaron poco después, había sido un beso suave y él le dijo que la esperaría para acompañarla al paradero del bus cuando se fuera, asintió todavía sintiéndose congelada y sin creer en lo que por fin había pasado, siendo difícil concentrarse de nuevo en el libro y tener que explicarle a Hana porqué su rostro parecía un tomate. Habían caminado juntos las diferentes cuadras, él contándole sus aventuras en la universidad y pidiéndole que le avisara la próxima vez que fuera a ir a la casa para poder estar también, despidiéndose con un nuevo beso.
No es que tuviera que hacer mucho para convencer a Hana de estudiar juntas y siempre pasaba lo mismo, él entraba a la habitación mientras la joven salía por algo o ella decía que tenía que ir al baño e intercambiaban besos cada vez más fogosos. Fue un día de mediados de abril que no escucharon la puerta abrirse y Tsume los vio, empezando a gritar de una vez.
La acusó de cazafortunas al seducir a su hijo y le recordó a Kiba que ella era menor de edad, así que si eso se llegaba a saber lo podían acusar de estupro, lo que iba a ser un completo escándalo y no iba a permitir que su reputación se viera mancillada de esa forma por una simple pordiosera. Se fue corriendo y el Inuzuka le escribió que no compartía el parecer de su madre, convenciéndola que si ellos se gustaban no había ninguna razón para dejar de hablarse.
Se veían a escondidas, a veces él la recogía cerca del colegio o a la salida de su propia casa pues su madre le había dicho que no quería volver a verlo merodeando por ahí las veces que ella iba a estudiar, pues algo que reconocía la mujer es que las notas de su hija habían mejorado teniéndola a ella de compañera. Pero igual de alguna forma se enteró que ellos seguían viéndose y decidió que lo iba a enviar a estudiar el nuevo semestre en otro país, tratando así que se olvidara de ella y cortar por completo la relación.
Ese había sido precisamente el motivo por el que tuvieron su primera vez, a modo de despedida por los meses separados que se avecinaban. A pesar de la diferencia horaria se escribían a diario y los fines de semana ella se las ingeniaba para hacer videollamadas subidas de tono sin que sus padres se dieran cuenta. Así que a principios de diciembre cuando él regresó, cambió el vuelo sin decirle a su madre y verla a ella fue lo primero que hizo. Valiéndose solamente de la parte trasera del auto para su tan anhelado reencuentro.
- Les diremos a todos que eres mi novia tan pronto cumplas los 18 — fue la promesa de navidad que él le hizo — no habrá ningún motivo para no estar juntos ni podrán decirnos nada — ella estaba completamente enamorada y casi contaba los días para tener que dejar de estar con él a escondidas.
Ya se había graduado del colegio, nadie le había dicho que gracias a esa beca y ser egresada de una institución de tal calibre, no podía acceder a ninguna ayuda o subvención para su educación superior, sin importar cuanto explicara que sus padres no tenían ningún tipo de recurso económico. Así que también esperaba los pocos meses hasta su mayoría de edad para poder empezar a trabajar y ahorrar para estudiar en un futuro no muy lejano, dedicándose a tratar por su cuenta de mejorar los idiomas que conocía.
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Una semana después de su cumpleaños 18, Kiba le dijo que fuera a la casa a cenar con ellos, había hablado con su madre y esta había accedido a dejarla estar en la comida y que hablaran sobre ese amorío juvenil. Buscó entre su guardarropa algo que le pareciera apropiado, sorprendiéndose al notar que el vestido floral le quedaba un poco más ajustado de lo que recordaba, pero igual se le veía bien. Su progenitora tampoco había estado de acuerdo en un principio con su relación, aunque se había rendido al verla feliz y tan solo le aconsejó que estuviera preparada para lo peor en esa cena, era una mala familia y no quería que la volvieran a lastimar al tratarla de forma despectiva.
Haciendo lo posible por controlar sus nervios llegó esa tarde a la propiedad, siendo recibida por el Inuzuka que la saludó con un beso frente a Hana. Estuvieron los tres hablando un rato antes que anunciaran que la cena estaba lista y podían pasar al comedor, en donde la mujer ya estaba sentada y seguía viéndola tal y como siempre había hecho. Trató de ignorarla y se dedicó a hablar con Hana sobre la universidad y cómo le iba en las clases de primer semestre de veterinaria.
El primer plato había sido una crema de espinaca a la que ella le agregó un poco de sal antes de comérsela y en el momento que sirvieron el plato fuerte lo probó, decidiendo que también estaba un poco insípido, así que tomó el salero de nuevo, en el momento que hizo el primer movimiento para que los granos cayeran sobre la carne se escuchó como la mujer dejaba de forma pesada los cubiertos en la mesa y se levantaba
- ¡Por un demonio! — la señaló de una vez — ¿Cuánto tiempo tiene de embarazo? — ella observó a todos lados
- ¿Quién? — preguntó Kiba al ver que ella estaba tan confundida como él
- No me crean estúpida, dime niña ¿con cuántos hombres además de mi hijo te acuestas?
- ¿Qué? — podía sentir los colores acumularse en su rostro — con ninguno, y no estoy embarazada
- Tengo dos hijos ¿me estás diciendo que no sé reconocer una mujer embarazada? — se llevó la mano al puente de la nariz — Podía soportar que quisieras revolcarte con ella por un tiempo pero ¿Cómo pudiste ser tan idiota de dejarla encinta?
- Yo no estoy... — repitió en voz baja y se calló al ver la mirada de la mujer
- ¡YUUKI! — una de las sirvientas ingresó — ve a la farmacia y compras una prueba de embarazo, de esas que dicen las semanas
- Enseguida señora
- Que sean varias — fue lo último que dijo antes que la empleada abandonara el salón
Se quedaron en silencio, al parecer el apetito de todos había desaparecido por completo y ella solo quería meterse en un hueco o salir corriendo. Una nueva sirviente entró y escuchó que Tsume le decía algo aunque no se esforzó en entenderlo, tan solo dejaron un vaso de agua frente a ella, se lo bebió completo tratando de apaciguarse y un nuevo vaso fue servido, no tenía sed pero se lo tomó, el tercero lo bebió despacio pero todo, sabiendo que en un momento cuando Yuuki regresara tendría que ir al baño.
- Haz los honores — el pequeño palito plástico le fue entregado y ella resignadamente fue al servicio — más te vale no tratar de engañarme o te haré repetirla y entraré contigo — escuchó del otro lado de la puerta y solo exhaló pesadamente, no haría tal cosa, ella también quería saber si la sospecha de Tsume era cierta, en especial tras pensar en el incidente con el vestido que le quedaba más ajustado. Salió sosteniendo la prueba y la dejó sobre una de las mesas altas mientras el temporizador en su teléfono terminaba de contar los minutos que tocaba esperar
"Embarazada 3+"
Sintió que todo el aire salía de sus pulmones al leer esas palabras en la pequeña pantalla y Kiba solo la abrazó de una vez, también sin procesar la noticia que recibían
- Aquí dice que contando las 2 semanas probables desde el último ciclo — empezó a leer Hana el instructivo rompiendo el silencio — tienes mínimo 5 semanas, pueden ser más pues no está hecha para medir más tiempo
- Mañana la llevaremos a un examen de sangre que nos dé algo más exacto que esta porquería
Llamó a su propia madre y le dio una excusa para quedarse esa noche con los Inuzuka, sin ser capaz de explicarle el motivo, iban a dejarla en una habitación de invitados pero ya estaba embarazada, ya qué más daba que durmiera en la misma cama que su novio. Él se dedicó a ver su abdomen antes que se acostaran a dormir diciendo que ahora que la veía detenidamente, sí estaba un poco más grande, pero podía pasar a simple vista como un par de kilos extra por comer de más o una indigestión.
Contando lo de las semanas adicionales desde el último ciclo, el resultado arrojado por la prueba de sangre es que tenía 3 meses y medio, y esto fue confirmado por la ecografía que le hicieron de una vez. Toda una sorpresa para todos descubrir que había pasado su primer trimestre completo sin un solo síntoma y sin ninguna señal externa de su estado, más allá que apenas estaba empezando a subir de peso, que su cabello que estaba más brillante y el uso excesivo de sal en las comidas, el médico de una vez le recetó un montón de vitaminas y le dio varias recomendaciones. La fecha de concepción dejaba claro que había sido ese día que él regresó del viaje, ese encuentro en el auto en el que llevados por la urgencia y las prisas los cuidados no fueron tomados.
- Se van a casar — sentenció la mujer cuando estuvieron de regreso en la casa y se sentaron los tres en la sala a decidir su futuro
- ¿Nos vamos a qué? — preguntó él
- Lo que oíste, no estoy dispuesta a arriesgar la reputación de mi familia si se sabe que mi hijo tuvo un bastardo — ella solo estaba en silencio — igual quiero una prueba de ADN tan pronto nazca, debemos estar seguros que es tuyo
- ¿De qué me está tratando? — cuestionó ofendida, tanto por el comentario hecho con anterioridad como por ese
- Firmarás un prenupcial — continuó la mujer ignorándola — si no es de mi hijo la treta no te sirvió de nada y te irás de aquí exactamente como llegaste, y si sí lo es, nació dentro de un matrimonio como debe ser
Así que se habían casado una semana después de ese suceso, mudándose a la enorme propiedad en donde no tenía mayor cosa qué hacer mientras Kiba terminaba sus clases, era su último semestre y su madre ya le tenía un cargo en la compañía de la familia tan pronto se graduara.
Los idiomas se le daban bien, en el colegio les habían enseñado inglés a la perfección y algunas bases fundamentales de francés, entre su graduación del colegio y su boda se había dedicado a tratar de mejorarlos por su cuenta y como ahora no tenía nada en que ocuparse hasta que naciera su hijo, se dedicó el resto de su embarazo a estudiar ese idioma y dado que tenía algunas nociones básicas de chino por sus progenitores, estuvo tratando de mejorarlo también.
Ryuu nació la primera semana de septiembre, y no había necesidad de una prueba de ADN, tal y como un hijo que es negado por su progenitor, era el vivo retrato de su padre. Se mudaron de la casa de Tsume poco después de eso y al poco que el bebé cumplió el año, tras un problema en su matrimonio por el que quiso separarse y que de paso le recordaba que no tenía nada propio que ofrecerle a su hijo, ella habló con Kiba, seguiría casada y quería ir a la universidad, no quedarse solamente en la casa como un ama de casa que dependía del todo de ellos. Él accedió y aunque al enterarse de sus planes su suegra no estuvo muy contenta con eso, pues dejaba al niño al cuidado de terceros, admitió que le gustaba que quisiera mejorar y ser alguien en la vida más que solo una mantenida. Se decidió por Negocios Internacionales, ya que tenía el precedente de tener casi 3 idiomas además del propio a su favor de algo le tenían que servir.
Fin de flashback
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Así había llegado a trabajar para la empresa de los Hyūga, estaba buscando sus prácticas profesionales y no quería trabajar para los Inuzuka, ya suficiente tenía con todo lo demás en lo que era casi controlada por Tsume. Se había sentido algo fuera de lugar en la entrevista con Recursos Humanos, era la única de los postulantes que era casada y con un hijo, además que todos tenían 21 o 22 años, ella estaba por cumplir 25. Pero igual la escogieron, cuando se graduó la llamaron porque el puesto de asistente de Neji se había abierto y querían alguien que hablara algo más que solo inglés y su nombre había salido.
La entrevista con él fue corta, era un hombre conciso que sabía exactamente lo que esperaba de una asistente y era además de los idiomas, eficiencia. Poco le importaba lo de su hijo siempre y cuando avisara con tiempo si tenía alguna reunión de padres o algo por el estilo y esto no afectara drásticamente su desempeño.
¿En qué momento la relación entre ellos dejó de ser netamente profesional? No estaba segura, recordaba que todo había empezado una tarde en la que se habían quedado hasta tarde terminando un informe para una negociación que él tenía prontamente y estaban sentados muy cerca y la tensión había ido creciendo, en un punto se besaron y no mucho después ella resultó boca abajo sobre los diferentes documentos en la mesa con él embistiéndola como si se le fuera la vida en ello. Se había sentido mal al llegar a casa, en especial por haberlo disfrutado tanto y tomó una ducha de una vez para borrar cualquier rastro de lo ocurrido antes de acostarse a dormir junto a su esposo, puede que su matrimonio no fuera el más feliz de todos, pero era una mujer casada y él también era un hombre casado.
Lo hablaron al día siguiente, como los adultos que eran. Acordando que había sido un incidente que no se repetiría y que su trabajo seguiría de forma normal, pues él reconocía que era una asistente capaz y ella que estaba aprendiendo mucho en su cargo. Neji se había vuelto más distante y el quedarse a solas hasta tarde ya no pasaba, hasta que ese viaje a China llegó. Él necesitaba que lo acompañara pues a fin de cuentas por eso la había contratado, para que pudiera ser su intérprete si lo requería. Se despidió de su esposo y su hijo, sintiéndose vacía pues era la primera vez que pasaría la noche lejos de su bebé, que claramente ya no era un bebé, pero a sus ojos lo sería siempre.
Todo iba bien en el viaje, cada uno se comportaba y se limitaba a su trabajo, hasta esa noche después de la última reunión. Habían ido a cenar para celebrar el cierre de un negocio exitoso y después de eso resultaron en la habitación, no podía culpar al alcohol, porque habían sido apenas dos copas de sake. Lo único a lo que se le ocurría culpar era a la enorme atracción que él hombre le producía. Además no había sido solo esa noche, se había dejado un día libre entre la última reunión y el vuelo de regreso para descansar y ellos escasamente habían salido de la cama.
No hubo una conversación puntualmente, al principio fue solo un acuerdo tácito con la obviedad que no le dirían a nadie por sus respectivos matrimonios. Pero de eso habían pasado más de 2 años y a ese punto ellos ya se conocían casi por completo. Dejando de lado la culpa y dedicándose a disfrutar ese fruto prohibido.
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Sí, va por buen camino lo de hacer ideas cortas jajajajajajajajajajajaja
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¿Se nota que quiero extenderme mucho con esta idea? Estoy pensando seriamente al terminar el mes dedicarme a esta historia y hacer algo más elaborado. Contar bien cómo fue el KibaTen, su matrimonio y la crianza del hijo, el matrimonio de Neji que quedó totalmente por fuera y escasamente se mencionó, y obviamente el desarrollo del NejiTen y cuál será el final ¿los descubren? ¿se separan? (además de hacerlo con un par de lemon, que le hace falta a algo con esta temática).
¿Les llama la atención algo así?
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Aviso: mañana no hay oneshot, nos leemos el día 8.
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Recuerden que sus comentarios son bien recibidos en un review, además de ir a darse una vuelta por mi twitter (idamariakusajis) en donde voy hablando de cosas random de cómo voy avanzando con este reto.
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Actualización: El longfic que se desprende de esta idea ya está publicado, lo encuentran en mi perfil como Incertidumbre
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Att: Sally K
