7. Clothes in the shower
Tiene que estar acostumbrado a sus torpezas, pero a veces se supera a sí mismo, equivocándose en operaciones importantes, aunque sus superiores solucionaran rápido el inconveniente y después le dieran un merecido regaño.
Sin embargo, esta vez fue diferente.
Se puso nervioso y casi lo arruina pero fue la reacción de su supervisor lo que lo sacó de eje.
Estar nervioso es normal, le tocó operar con la jefa Bailey, aunque se había convertido en su sombra durante la pandemia, aún no se acostumbra a trabajar codo a codo con ella.
Pensó que Bailey le daría el sermón de su vida, seguido de un horrible castigo como permanecer en la clínica todo una semana o coser heridas un día entero.
Pero no, le habló con calma y, cuando la cirugía terminó, le dio unas palmadas en la espalda, le pidió que la acompañara a su oficina para ayudarle a organizar su papeleo.
¡Correcto, ahí estaba el castigo! ¡Papeleo fastidioso!
Y de nuevo volvió a equivocarse, Bailey le indicó de qué se trataba cada archivo y cada carpeta, básicamente explicándole su trabajo y el del resto de jefes de departamento mientras hablaba con sus hijos por video llamada.
Se rió de algo que los chicos dijeron, Bailey le ordenó que se callara.
Entonces Tuck dijo…
- Deja de fingir, mamá. Todos sabemos que Schmitt es tu favorito -
Bailey balbuceo antes de mandarlo a callar y cortar la llamada, lo último que escuchó fue a Joey despedirse con un grito de "¡Ella te quiere como jefe de internos!"
Lo envío a casa después de eso y él obedeció con rapidez.
No entiende nada: debería estar feliz porque la jefa lo tuviera en tal alta estima, fue lo que se dijo mientras camina a casa de Jo.
Sin embargo, no logró sentirse feliz.
Está tan pensativo y angustiado, que no notó que se metió a la ducha completamente vestido. Se encogió, se abrazó las rodillas y rompió a llorar.
Así lo encontraron Jo y Link, ya que había dejado la puerta del baño abierta.
- ¿Qué pasa, Levi? - preguntó Jo sorprendida pero se encogió más cuando ella se acercó. Con disimulo, Link tomó su teléfono y le envió un mensaje a Nico - ¿te sientes mal? -
- Solo tuve un mal día - respondió con voz ahogada.
- Entiendo, tal vez para que mejore un poco podríamos cerrar el grifo - sugirió Jo pero Levi negó con la cabeza.
- Me estoy dando una ducha -
Jo asintió, retrocediendo al ver el lente de contacto izquierdo de Levi caer por su mejilla.
- Te dejaremos seguir tu ducha en paz - le dijo Link, sacando a Jo del baño y cerró la puerta.
Levi volvió a encogerse y siguió llorando. Recordó como todos se habían reído cuando se enteraron que él durmió con Jo, haciéndolo sentir patético. ¿Cómo podría ser jefe de internos si nadie lo respeta?
Ya se imagina los apodos crueles que le darán: tal vez jefe anteojos o jefe traidor, porque a menudo le recordaban como había delatado a la doctora Grey y nunca lo dejarían olvidarlo.
Quiere ese trabajo pero debe reconocer sus límites: Anteojos jamás sería jefe de nada.
No puede mantener un novio, mucho menos puede manejar a un grupo de internos y residentes.
Fue una discusión consigo mismo, al punto que no se dio cuenta que se había gastado el agua caliente.
- Levi - alzó la mirada, parpadeando al ver a Nico frente a él - ¿Qué haces? - se acercó y se agachó a su lado, inclinándose para cerrar el grifo.
No respondió, observando fijamente al frente, dándose cuenta de que había olvidado quitarse sus lentes de contacto y que a lo mejor ahora estaban en lo más remoto del desagüe.
- No puedo - sollozó, cubriendo sus ojos nublados con las manos.
- ¿Qué no puedes? - le preguntó Nico, rodeándolo con un brazo, sin preocuparse por mojar su ropa.
- Si no puedo ser responsable con mis cosas, ¿cómo puedo ser responsable con la gente? -
- Eres un excelente médico… - Levi se separó abruptamente de él, ya habían tenido esa conversación muchas veces antes y Nico siempre le decía lo mismo, eso debería haberlo hecho darse cuenta de que tanto su ex estaba harto de él.
- ¡No necesito que me digas eso! - le gritó - ¡Para tu información, Bailey quiere que sea jefe de internos!
- ¿Entonces por qué lloras? - preguntó Nico, sin perder la calma.
- ¡Porque sé que no soy lo suficientemente bueno para ello! ¡Cómo no soy suficiente para ti! -
Retrocedió hasta chocar contra la pared de la ducha, no quería que Nico lo tocara y estaba feliz de no poder verlo claramente.
- ¡Nadie me respeta! ¡Ni como persona ni como médico! ¡No tiene sentido que Bailey me quiera para el puesto o que yo sea su favorito! ¡Yo no soy nadie! -
Respiró agitado después de su perorata, sujetando su pecho, sintiendo que se quedaba sin aire, su corazón latía fuerte en sus oídos, sentía como llegaba el desmayo pero no le importaba.
- ¿Terminaste? - fue lo único que le dijo Nico y sintió que la rabia subía por su cuerpo.
- ¡Sí! - exclamó, la expresión en blanco de Nico lo irritó aún más - ¡No, en realidad no…! -
Calló abruptamente cuando Nico se lanzó a besarlo, metiéndose con él a la ducha. Se sobresaltó cuando el agua fría cayó de nuevo sobre él, contrastando con el cuerpo cálido del otro.
- Te vas a mojar - logró decir entre besos, aferrándose al chaleco del más alto.
- No me importa - respondió Nico, rodeándolo con los brazos.
Levi no supo cuánto tiempo se quedaron allí pero Nico se alejó cuando su cuerpo empezó a temblar.
- Ven, vamos a ponerte ropa seca y a prepararte chocolate caliente - con cuidado, lo ayudó a salir de la ducha.
Levi comenzó a avergonzarse de su ataque de pánico, dándole la razón a su… ¿Ex novio? ¿Amigo con derecho?
¿Por qué todo no puede ser como antes? Se quejó internamente y cayó en la cuenta de algo.
- Fue como aquella vez - comentó, quedándose parado mientras el otro buscaba ropa seca entre sus cosas. Hizo un ruido para mostrar que lo escuchaba - Cuando estuvimos en la ambulancia -
- Vaya, te diste cuenta - respondió divertido y le arrojó una toalla - Fue el día en que cambiaste mi opinión sobre nuestra relación -
- … supongo… -
Nico le sonrió y le tendió ropa seca. Se volteó para que no viera su sonrojo, sin querer tener esperanzas para volver a cambiar su opinión otra vez.
