Cuando Shikadai se enamoró de Sarada estaba aterrado, no, no fue porque Chouchou lo molestara, ello no era nuevo, tampoco que Inojin insinuara comentarios al aire justo cuando la Uchiha pasaba a su lado, el que su madre se enterase de algún modo le arrebata el sueño por las noches
— ¿Qué tal el entrenamiento? — Prácticamente saltó cuando sintió la mano de su padre en el hombro
—Bien, bien, todo bien— Respondió nervioso
— ¿Algo que quieras comentar? — Preguntó Shikamaru curioso
— ¿Qué? ¡No! ¡Para nada! — Se alzó de hombros negándole la mirada a su padre
—Eres tan obvio como yo, Dai— El Nara río ante la reacción de su hijo
— ¿A qué te refieres? — Cuestionó Shikadai
—Cuando escoltaba a Temari mi padre era igual conmigo, aunque yo tampoco admitía ni contaba nada, mi madre de por si lo sabía sin preguntarme nada— Comentó el patriarca de los Nara nostálgico
— ¿El abuelo Shikaku y la abuela Yoshino? — Preguntó el de orbes aguamarina intrigado
—Hombres vagos y mujeres problemáticas e intuitivas, creo que es un ciclo, además tienes los ojos de Temari, puedo leerlos como los ojos de tu madre— Shikamaru se alzó de hombros y acarició el cabello de su hijo —Tu madre debe estar comprando frutas, hay que alcanzarla y vamos a casa
Ambos empezaron a caminar lado a lado hablando de las misiones de cada uno hasta llegar a la tienda, sorpresivamente encontraron a Sarada y Temari hablando alegremente.
— ¿S-Sarada? — Shikadai se enderezó
— Oh, Shikadai — La Uchiha le sonrió
—Sarada-Chan estaba comprando algunas cosas cuando la encontré, me comentó que Sakura estaría de interna mañana en el hospital, la invité a cenar, espero que no te moleste— Temari se apoyó en su cadera y le sonrió a su hijo
—Que problemático— Cerró los ojos y entreabrió uno, fingiendo despreocupación —Pero no hay problema
—Típico de los Nara— Soltó Sarada
— ¿También te diste cuenta? — Ambas se sonrieron cómplices
Sorprendentemente se llevaban bien, el solo sonreír hacía que ambas lucieran hermosas en sus ojos, ello inevitablemente les provocó un sonrojo a ambos.
— ¿Le dijiste o comentaste algo? — Susurró Shikadai al oído de Shikamaru
—No te sorprendas, son tan intuitivas que somos un libro abierto para ellas— Respondió con una sonrisa
Ambos se enderezaron y miraron a ambas mujeres conversar un poco más, hasta que Temari se puso al lado de su hijo y lo empujó suavemente al lado de Sarada con una sonrisa algo burlona en el rostro.
—Aún no está en el almuerzo, puedes acompañarla hasta su casa
El joven Nara se giró a la Uchiha y esta se encogió de hombros, finalmente se asintieron con una sonrisa y se despidieron de los patriarcas Nara rumbo a la residencia Uchiha.
—No esperaba que se llevaran tan bien— Comentó Shikadai cogiendo una de las bolsas de la Uchiha
—Temari-San es genial, además de que es muy amable— Comentó la azabache con una sonrisa
—Las dos son demasiado problemáticas, es obvio que se lleven tan bien ahora que lo pienso— Insinuó el joven de orbes aguamarina
— ¿Eso es malo? — Cuestionó la Uchiha
—Yo nunca dije eso, me gusta que seas así— Alegó el Nara y luego ambos se sonrojaron ante tal comentario
Ambos azabaches avanzaron lado a lado en una conversación amena, siendo observados por Shikamaru y Temari que mantenían una sonrisa divertida y nostálgica.
—Que cruel eres, apenas si pudo reaccionar— El Nara observó a su mujer, divertido
—Es tan malo ocultando sus sentimientos, como tú— Comentó la rubia con tono burlón
—Eres demasiado problemática, mujer— El azabache bufó con una sonrisa ladina
—Y tú un bebito llorón— Temari tomó de la mano a Shikamaru y suspiró enternecida
