Decisiones

Alice y Sev despertaron casi a la vez en la misma postura, ella un poco después que él. Él la estrechó contra sí y le daba besos en la cabeza, ella estrechó su brazo contra su pecho y en ocasiones le besaba la mano.

-Alice… Alice… - le decía él profundamente emocionado.

-Prince… - ella también.

-Qué despertar maravilloso…

-Desde luego que sí…

-Y debe ser muy temprano, tenemos mucho tiempo por delante. Sábado de vacaciones, qué maravilla…

-Y me lo has dedicado precisamente a mí.

-Y no sabes cuánto me alegro, nadie mejor a quien dedicarlo.

-Oh… Prince… Te amo, te amo…

-Y yo a ti, Alice, te amo con todo mi ser...

-No te arrepientes de lo que hicimos anoche, ¿verdad?

-En absoluto. Borraría todo mi pasado porque hubiera sido mi primera experiencia.

-Wooow… ¿Incluso a Lily?

-Incluso a Lily.

-Si ni siquiera acabaste.

-¿Y eso qué tiene que ver? Cuenta el sentimiento, mi amor, mi vida… No tengo palabras para expresar lo que siento por ti…

-Wooow…

-Hoy vamos a pedirle a Amparo que nos enseñe palabras de amor en castellano, ya vale de tacos.

-Claro…

-Será nuestro idioma, mi amor, sólo te llamaré con palabras de amor en castellano a ti.

-Vaya…

-¿Tardaste mucho en dormirte?

-Un ratito, estaba en las nubes y no quería dejar de sentirte.

-Vaya…

-Y además pasé un rato pensando.

-Cuéntame qué pensaste.

-Que quiero hacer bien las cosas contigo, quiero que sigamos la iniciación.

-Vale… Entonces se acabaron más desmanes como el de anoche.

-Eso, vamos a hacer como si no hubiera ocurrido.

-Me parece genial. ¿Tú te arrepientes de que ocurriera?

-En absoluto, de otro modo seguramente habríamos dormido con pijama y no cambio por nada la maravillosa sensación que es sentir tu cuerpo contra el mío, tienes la temperatura perfecta.

-Wow… Eso sí que nunca me lo habían dicho, vaya, vaya… ¿Frank no la tiene?

-No, suda mucho de noche, es caliente de más. Y hablando del rey de Roma, algo más en lo que pensé.

-Claro, Frank… lo olvidé por completo anoche.

-Y yo, pero justo antes de que te durmieras lo mencioné y me vino a la cabeza.

-Lo recuerdo. Dime qué has pensado sobre él.

-Que tengo que contarle toda la verdad.

-Claro…

-Incluso aunque lo ponga en riesgo como miembro de la escolta.

-Cierto. Quizá puedas ahorrarte lo que hicimos anoche si ya no vamos a volver a hacerlo en una larga temporada.

-Pues no, Prince, no puedo ahorrármelo, porque alguna explicación tengo que darle de la decisión que he tomado.

-¿Y qué decisión has tomado?

-Que voy a tomarme un tiempo con él, no quiero volver a hacérmelo con él, ni siquiera dormir con él por el momento.

-Buf… vaya tela…

-Soy monógama, Prince, y me he enamorado de ti. No me lo he hecho con él en toda la semana, ¿eh? Desde que tuve los mimos contigo el sábado pasado.

-Vaya… ¿Estas segura, Alice? Es una relación de casi tres años y ya pensabais en casaros. Piénsalo muy bien.

-Claro que voy a pensarlo, no voy a cortar por lo sano con él, sólo voy a pedirle tiempo. Pero lo que te dije anoche justo antes de que te durmieras y a lo que no me respondiste, siento que soy tuya, Prince, en este momento no soportaría que él me tocara al igual que no he deseado que nadie más lo hiciera mientras estaba con él y me sentía suya.

-Claro… te entiendo. Pero sigo pensando que en ese caso puedes continuar ahorrándote lo que hicimos anoche, si quizá ya no vuelvas con él y no hagáis la Unión le ahorrarías sufrimiento.

-Sí, quizá sí, lo pensaré. En ese caso va a tener que entenderme, yo lo he respetado durante todos estos años, le he sido fiel en cuerpo y alma y él a mí porque él también es monógamo. Va a tener que entenderme.

-Estoy seguro de que lo hará.

-De lo contrario va a quedarse fuera de la escolta y la comandancia, si no sabe mantener la amistad contigo y conmigo a pesar de lo que está ocurriendo.

-Claro.

-Probé a rastrearlo, lo cojo, yo no he perdido la confianza en él.

-Voy a probar yo – Sev rastreó a Frank - Yo también lo cojo, está durmiendo todavía.

-Sí, anoche estaba despierto cuando lo rastreé, estaba en la sala de su casa, estaría viendo la televisión.

-Claro…

-Y con la conversación que estamos teniendo estás haciendo que me reafirme en mi decisión, Prince. Estás preocupándote por él cuando cualquier otro no querría ni oír hablar del novio de su última conquista.

-Para empezar, Alice, voy a enfadarme contigo, ¿eh? No eres mi última conquista, eres un amor muy, muy profundo que viene gestándose desde el día que te conocí.

-Vaya…

-Claro, en cuanto te vi luchar te admiré mucho. ¿Y sabes cuándo pensé en ti por primera vez como pareja?

-Dime.

-En los primeros entrenamientos. Pensé exactamente que si no estuvieras prácticamente casada con Frank me enamoraría de ti porque eres admirable en todos los sentidos. Así que el sentimiento habría cuajado mucho antes en mi corazón si no te hubiera visto como un amor imposible.

-Vaya… Pues qué suerte que lo hemos descubierto a la vez, así ninguno de ambos hemos penado por el otro.

-Cierto, Alice, ha sido perfecto. Y para continuar, ya conoces mi faceta que compartimos de preocuparme por todo el mundo, y ¿cómo no iba a hacerlo por Frank, que está dispuesto a dar la vida por mí? Vosotros fuisteis los primeros en ofreceros como escolta.

-Claro, claro…

-Por algo no he perdido la confianza en él ni la perderé pase lo que pase, a no ser que se ponga desagradable contigo o algo parecido.

-Claro, claro…

-Y quiero decirte algo más para que tengas más datos para tus decisiones. Yo voy a tener que atender a otras dos mujeres, lo sabes.

-Prince, eso no es problema alguno, ya te conté que no solía dormir con Frank muy a menudo porque nuestra relación ya hace tiempo que carece de novedad y porque no duermo bien en las camas pequeñas del colegio.

-Cierto, ya me lo contaste.

-Por otra parte, soy bastante autónoma y no le doy demasiada importancia al sexo.

-Vale, genial, pero te sienta muy bien dormir conmigo y en eso también voy a tener que repartirme.

-De acuerdo, lo tendré en cuenta también en mis reflexiones. Pero prefiero un tercio de ti que nada, que es lo que tendría si sigo con Frank, así te lo digo.

-Cuando me tengas no tendrás un tercio, me tendrás por completo.

-Me refería a un tercio de tu tiempo.

-Un tercio de mi tiempo nunca lo tendrás, el tiempo he de repartirlo entre muchas más cosas que las mujeres.

-Cierto.

-Así que ya lo sabes, la vida conmigo puede significar para ti una vida muy solitaria, piénsalo bien.

-Jo, Prince… Te pasas de honesto, estás quitándome la ilusión…

-No, Alice, te digo lo que hay porque no quiero que te precipites en tus decisiones y eches a perder lo que tienes.

-Anoche me dijiste que pelearías con uñas y dientes por mí.

-Y lo haré, claro que sí, pero no contaba con que tú querrías dejar a Frank, pensaba en compartirte.

-Claro… No, no dijiste eso, dijiste que Frank iba a tener que luchar para conservarme.

-Cierto, lo dije. No sé, dije lo que me salió en el momento, porque es cierto, no imagino a Frank queriendo compartirte.

-Nunca, nunca lo haría, él no pasaría por ese aro. Ya sabes, buen apellido, quiere una pareja fiel de por vida porque se la puede permitir, al igual que yo también la quería hasta que te he descubierto. Ahora eso ya no me importa, prefiero compartirte a no tenerte. Y por eso mismo ahora me parezco más a ti que a él, porque tú sí que estarías dispuesto a compartirme si yo lo decidiera así.

-Desde luego.

-Y eso para mí es una garantía de que si en un futuro encuentro a alguien más que valga la pena y para entonces ha cambiado mi mentalidad y soy capaz de llevarlo, no voy a tener que elegir entre tú y él como me está ocurriendo ahora que tengo que elegir entre tú y Frank. En cierto modo un seguro de vida que con Frank no tendría.

-Claro…

-Y ya no sólo por eso, Prince, ya te digo que con Frank se agotó hace tiempo toda novedad, y soy muy joven todavía, quiero más experiencias, pero no lo he sentido así hasta que he caído contigo.

-Desde luego.

-Nos teníamos demasiado seguros, la magia se nos ha escurrido entre los dedos.

-Vaya… qué pena…

-Ninguna pena, así él también está a tiempo de encontrar a alguien.

-Claro…

-Y eso contigo nunca pasará, a ti hay que conquistarte día tras día. Ya has visto con Lily, ahora de nuevo me prefieres a mí que a ella.

-Cierto.

-Y algo más, la premonición del espejo. Yo no quiero tener un hijo durante la guerra, Prince, y si sigo con Frank lo tendré, él sí que está dispuesto.

-Buah… ¿qué dices? – de viva voz, escandalizado.

-Lo que oyes, Prince. Tenemos la vida resuelta, quiere que me quede embarazada en cuanto nos graduemos.

-Buf… vaya tela…

-Así que cuantas más vueltas le doy, más se me acumulan las razones para dejarlo con él e intentarlo contigo, incluso aunque no cuajara. Para mí es un acicate para liberarme, el detonante de algo latente que estaba ahí.

-Claro…

-Lo que te digo, aunque más adelante no continuemos juntos, me valdría todo lo que viva contigo como experiencia vital muy intensa. Hacía mucho tiempo que no me ponía como me puse anoche, si llegamos a hacérnoslo va a ser alucinante para mí.

-Claro…

-Por eso quiero también ir despacio y no quemar a toda prisa las etapas, para no aburrirnos enseguida y disfrutarlo el máximo de tiempo posible.

-Estupendo, Alice.

-Y también para que no tengamos todo de golpe, que tengamos que continuar trabajándonoslo, de lo contrario se pierde enseguida el interés.

-Claro, claro…

-Y por esa misma razón no me importa tampoco lo que casi me echa atrás hace un momento, lo que me has dicho de la vida solitaria. Pasando menos tiempo contigo nos aseguramos de que no nos cansaremos el uno del otro, mantendremos viva la magia.

-Claro…

-Y la vida no tiene por qué ser solitaria con tantos amigos, amigos que tengo también gracias a ti precisamente.

-Claro…

-Qué suerte haberte descubierto a tiempo, me quedaba poco más de un año. ¿Qué vida me esperaba si tú no hubieras aparecido en ella, en la de todos? Tener un hijo durante la guerra y sufrir por él estando solos Frank y yo.

-Cierto.

-Ya está, no tengo más vueltas que darle, me quedo contigo me des lo que me des, sea un mes de tu vida, un año, una década o toda. Decisión tomada, de lo contrario la duda, mi característica principal, hará mella en mí y me atormentará. Esta misma tarde hablo con Frank para que no tenga vuelta atrás, no voy a pedirle tiempo, voy a dejarlo definitivamente. Lo siento por ti, te he dejado sin reto.

Sev rio.

-Cierto.

-Eres el mejor luchador, un auténtico ganador, me has ganado por entero en una sola noche y eso también me pone mucho.

-Y a mí, eres para mí un trofeo muy preciado, porque ya te digo que llevo tiempo pensando que nunca llegaría a tenerte y a medida que te conozco te aprecio cada vez más y más. Y por eso mismo no voy a confiarme y voy a seguir tomándomelo como un reto, yo también quiero seguir conquistándote día tras día.

-Vaya, Prince…

-Quiero aprender mucho, mucho de ti, eres muy sabia en lo referente a las relaciones prolongadas y deseo que la nuestra lo sea mucho.

-Wooow…

-Porque estoy convencido de que sabes ser una compañera magnífica, muy madura para la edad que tienes y en extremo cariñosa. Eres perfecta, perfecta, Alice. Anda, date la vuelta y déjame que te mire un rato, anoche me quedé con las ganas de verte.

Alice se separó de él y se giró, quedaron mirándose a los ojos.

-Qué mirada tienes, Prince, pasaría horas sólo mirándote a los ojos…

-Y yo a ti, tienes unos ojos preciosos. Antes no te lo he contado todo, al tiempo que pensé en ti como posible pareja pensé de ti que no eras una belleza en absoluto y ahora me pareces tan bonita, tanto, tanto… Estoy loco, loco por ti…

-Si sigues diciéndome esas cosas no vamos a aguantar hasta el día veintisiete.

-Vaya… Pero ya te he dicho también que he de conquistarte día a día.

-Cierto, y Frank hace mucho que no me dice cosas así, ni nadie más, claro, por lo que acabas de decirme, yo no le parezco guapa a la gente.

Él le acarició el rostro con mucha ternura.

-Pues a mí sí me lo pareces, eres preciosa, preciosa. Seguiré diciéndotelo siempre.

-A mí también me pareces muy guapo ahora.

-Vaya…

-Y no me lo parecías, ¿eh? Ha sido cosa de estos días. Lo que te digo, me he enamorado de tu personalidad y eso me hace apreciar toda tu persona.

-Claro…

Ella comenzó a recorrer los rasgos de él muy levemente con la punta de los dedos.

-Tienes unas cejas perfectas, es muy raro, ser tan moreno y no tener las cejas demasiado espesas, y más en un chico. Son magníficas... La nariz… le da a tu rostro mucha personalidad y tiene una forma perfecta, me encanta… La mandíbula y el mentón tan afilado, tienes rasgos duros pero muy armoniosos, Prince, no hay nada que sobre ni se eche en falta, y los labios, wooow… finos pero muy tersos y tienen el color perfecto… No sabes lo que daría por besarte ya mismo. Buf… me estoy acalorando, ¿eh?

-Déjalo, Alice…

-Es que cuanto más te miro más perfecto me pareces. ¿Cómo no me di cuenta antes? Eres muy atractivo, me pones un montón.

-No te diste cuenta porque ni siquiera te lo planteabas.

-Debió ser por eso, sí. Ahora siento que en cierto modo he echado por la borda casi tres años de mi vida dedicándome únicamente a Frank en lugar de aprovecharlos para tener más experiencias, me arrepiento.

-No lo hagas, en absoluto. Tienes experiencias de otro tipo, también muy valiosas. Con sólo diecisiete años ya sabes lo que es tener una relación prolongada en el tiempo y ésa es una experiencia mucho más valiosa para el futuro.

-Cierto.

-A mí vas a ayudarme mucho, ya lo estás haciendo, de hecho, y muy especialmente para llevarlo contigo precisamente, que es lo que más me interesa en este momento.

-Vas a usarme de banco de pruebas para que te vaya bien en el resto de tus relaciones.

Rieron, Sev con timidez.

-Sí, algo así.

-Eres encantador.

-Tú sí que lo eres, qué suerte tengo.

-Qué risa y sonrisa preciosas tienes. Buf… estoy muy, muy colgada, ¿eh? Como no lo estuve nunca por Frank, siento que eres mi primer amor.

-Wow, Alice… - profundamente emocionado.

-Te juro que me arrepiento de haber estado con él, Prince, ahora desearía que hubieras sido el primero para mí – echándose a llorar.

-Vaya… lo siento mucho, Alice – abrazándola – No sufras, anda, ni siquiera nos conocíamos, y además, te estás contradiciendo, acabas de decir que te habría gustado tener más experiencias.

-Es porque me abruma, me abruma, me hago un lío. Soy muy inexperta en esto, en sentir las cosas tan intensamente, con Frank nunca fue así. Siento que se me disparan las hormonas y no soy capaz de controlar mis emociones.

-Vaya… Entonces no las controles, mi amor, siéntete libre para sentir, es precioso.

-Y por eso sí que venía a cuento lo de arrepentirme de no tener más experiencias, si las tienes en un aspecto no las tienes en los demás.

-Bueno, en eso puedo ayudarte yo. Es la novedad del primer encuentro, cariño, en unos días se te pasará. Quizá te lleves un chasco conmigo y te desenamores lo mismo que te has enamorado, o quizá ese sentimiento que no puedes controlar deje paso a otro más fácil de llevar. Por eso te decía antes que no te precipitaras, porque también puedes arrepentirte de estar conmigo.

-No, no, sé que eso nunca ocurrirá.

-No estés tan segura, mi amor. A mí me ha pasado y me ha durado apenas una semana o dos con Valerie y Deborah.

-Vaya…

-Claro, por hacérmelo con gente a la que no conocía bien. E incluso me ha pasado con Lauren conociéndola muy bien.

-Claro… Entonces puede pasarte también conmigo…

-No, contigo sé que no. Lo que siento por ti es de naturaleza muy distinta, apenas interviene el deseo. Te deseo porque te amo y no al contrario.

-Lo que me pasa a mí.

-Entonces te durará.

-Entonces no me echo atrás en mi decisión.

-No puedo decirte eso, cariño, yo preferiría que te lo tomaras con calma. No tienes prisa alguna, Frank bien puede esperar una temporada después de tres años de relación.

-Pero entonces sé que voy a darle mil vueltas al tema en mi cabeza, no voy a estar tranquila y no voy a disfrutarlo tanto.

-Es mejor eso a que hagas algo irremediable de lo que después te arrepientas cuando no tenga vuelta atrás.

-Es que lo de Frank ya no la tendría, Prince. Después de haber estado contigo, lo que te digo, no voy a soportar que él me toque, ni un beso siquiera.

-Buf… Pero quizá ese sentimiento también se te pase con el tiempo. A mí me pasó con todas mis chicas durante unos días cuando me enamoré de Hipólita y después lo recuperé con Lily y Lauren.

-Claro…

-En serio, Alice, tómatelo con calma. También será mucho más fácil para Frank que no lo dejes de la noche a la mañana.

-Frank ya se lo espera, Prince, no nos lo hemos hecho desde la noche de la playa. A la vuelta del colegio porque ni siquiera dormimos juntos por estar pendientes de ti, y estos días que sí que lo hemos hecho, en tu casa y en la de Deborah, no nos hemos tocado un pelo, ya te lo he dicho antes.

-Buf…

-Voy a contarle la verdad salvo lo que hicimos anoche y voy a dejarlo decidir a él. Si quiere que nos tomemos un tiempo que me espere, de lo contrario que siga adelante con su vida. Me parece lo más honesto, porque ya te digo, no soportaría ni darle besos.

-Sí, desde luego, a mí también.

-Bueno, ahora sí que tengo la decisión tomada, dejarlo en sus manos por el momento. Me quedo mucho más tranquila, que marque él los ritmos.

-Estupendo, Alice.

-Y vamos a dejar ya el tema Frank, ¿eh? Ya me he pasado de la raya, es de muy mal gusto hablar de otra pareja cuando acabas de estrenar una relación, estoy siendo muy grosera.

-No pienses eso en absoluto, necesitabas hablar sobre ello conmigo y tomar decisiones. Lo comprendo a la perfección y le daremos todas las vueltas que sean necesarias. De hecho, todavía tengo una más que darle. Esta tarde, una vez hayas charlado con él, voy a hacerlo también yo para explicarme. Quiero preservar al máximo nuestra relación, no perderlo como amigo, y apenas he tenido relación íntima con él, quiero trabajármelo también con él.

-Vaya, Prince… eres alucinante.

-No, Alice, soy como hay que ser. Él lo merece, está dispuesto a dar su vida por mí.

-De acuerdo, hazlo así, pero primero te cuento el resultado de la charla entre nosotros.

-Muy bien, así sabré a qué atenerme. ¿Él pensaba venir a casa de Jack?

-Sí, sí. A ver si no se echa atrás después de charlar con él.

-Si no viene charlo por teléfono o Red Flu o voy hasta donde esté.

-¿Cómo vamos a hacer? Porque tú también tienes que hablar con tu madre y tengo que estar atenta por si me necesitas.

-Claro… Entonces hago eso lo primero, voy a mi casa en cuanto termine de almorzar para que quedes libre cuanto antes.

-¿Quieres que vaya yo también y me quede en tu cuarto?

-Si quieres tú, de acuerdo. Me va a reconfortar mucho saber que estás cerca, en el mismo espacio físico que yo.

-De acuerdo, lo hacemos así, en cuanto acabe de almorzar vuelvo y vamos juntos a tu casa.

-Estupendo.