Segunda Oportunidad

Capítulo 7: montaña rusa

–Adelante –respondió Sakura luego de escuchar que alguien llamaba a la puerta de su oficina. Aún era temprano, pero ya hacía algunas horas que se encontraba trabajando en el hospital. Para variar lo que se le había acumulado era trabajo administrativo. Odiaba el trabajo administrativo, quizá era algo que había heredado de sus dos maestros, que siempre estaban atiborrados de trabajo administrativo.

–¡Sasuke, buenos días! –Saludó al ver al pelinegro cruzar la puerta–. Me alegra que vinieras temprano, así tendremos más tiempo para trabajar. Pasa por favor y si no te molesta podrías esperar un momento, solo necesito revisar algunos informes más y estaré libre.

Sasuke asintió al cerrar la puerta tras de sí y se acercó hasta su escritorio –pensé que tendrías hambre –dijo monótonamente, colocando una bolsa de papel sobre su escritorio y un vaso con lo que parecía algún contenido caliente y luego se sentó en el sillón al otro lado de la sala.

Sakura contempló las cosas en su escritorio por un momento y luego dirigió su mirada a Sasuke, sus ojos una completa mezcla de sorpresa y confusión.

–Es chocolate caliente y una dona. No estaba seguro de qué te gustaría, pero sé que te gustan los dulces.

–No… ¡digo sí! Sí… esto es… es perfecto –respondió vacilante y un leve sonrojo se apoderó de sus mejillas–. Gracias Sasuke… esto es muy tierno de tu parte –agregó, aun viendo en la dirección del pelinegro. Estaba sorprendida, y comenzaba a notar que últimamente Sasuke tenía ese efecto en ella. Eran acciones pequeñas, quizá insignificantes, pero eran cosas que jamás esperaría de él, eran cosas que la hacían sentir importante para él. Era un Sasuke diferente al que había conocido, tal vez había madurado en este tiempo o quizá se debía a que antes nunca lograron entenderse realmente.

–Pensé que te gustaría.

–En realidad tengo mucha hambre, mi refrigerador continúa vacío. Vine tan temprano que no encontré nada abierto de camino acá. Tuve que conformarme con un insípido emparedado de pepino de la cafetería del hospital. Ya sabes lo que dicen, la comida de hospital nunca es buena –Sakura sonrió genuinamente y fijó su mirada en sus ojos–. Te lo agradezco mucho Sasuke… y diste en el blanco, me encanta el chocolate.

Sasuke sonrió de medio lado. Era justo como lo había pensado, esas simples cosas pequeñas, incluso tontas, la hacían sonreír. Le gustaba hacerla sonreír.

Justo en ese momento llamaron fuertemente a la puerta de la oficina y luego se abrió de golpe, dejando a la vista a Ino, quién se paró de golpe al ver a Sasuke en el sillón –…buenos días, lamento interrumpir –dijo turbada y lanzó una mirada inquisidora a Sasuke y luego a Sakura.

–Hola Ino, no te preocupes. Sasuke está acá para hacerse unos exámenes. ¿Necesitas algo?

–Oh, ya veo. Hola Sasuke…

–Buenos días.

–Quisiera hablar contigo un momento, Sakura.

Sakura salió hasta la puerta y la cerró ligeramente tras de sí para poder hablar con Ino en privado. –¿Ocurre algo?

–Quería felicitarte por tu promoción capitana –respondió encogiéndose de hombros– Shikamaru me contó que Hokage-sama te había promovido y también me contó sobre tu nuevo equipo. La verdad me sorprendí, no pensé que Sasuke se fuera a quedar en Konoha.

–Bueno, yo también me sorprendí –respondió Sakura con un gesto divertido–. Nos tomó por sorpresa a todos.

–Sí, supongo. Además, quería saber si todo había ido bien en su misión. Ya sabes, con Sasuke. ¿Estás bien con todo esto? ¿Cómo te sientes?

Sakura sonrió –claro que sí, estoy bien con todo esto –respondió–. Deja de preocuparte por mi puerca, todo está bien. Lo prometo. Estoy feliz de que Sasuke se tome un respiro y que finalmente este de vuelta.

–Bien, si eso dices, está bien por mí –respondió–. Además, lo más importante. Adivina quién será tu asistente –agregó con una sonrisa sugerente.

–¡No! –Exclamó Sakura– ¿es enserio?

–Que te diré frentona, eres muy afortunada.

–¡Eso es genial!

–Por supuesto, ya lo sé –respondió con una sonrisa de autosuficiencia y Sakura rodó los ojos.

–Bien, entonces te dejo seguir haciendo lo que sea que estés haciendo. No te aproveches de Sasuke mientras «lo-e-xa-mi-nas»

–¡Ugh! Cierra la boca –exclamó. Sakura abrió nuevamente la puerta de su consultorio para volver a su oficina e Ino se asomó tras ella.

–Me da gusto que estés de vuelta Sasuke, te veré después.

–Gracias –respondió.

–Dame solo unos momentos, terminaré enseguida –dijo Sakura una vez estuvieron nuevamente solos.

XXX

Tal como había dicho, le tomó tan solo unos momentos terminar los informes pendientes. Así que condujo a Sasuke hasta una de las clínicas dónde realizaría algunos análisis de rutina. Después de todo el hospital llevaba un registro médico de todos los ninjas de Konoha y Sasuke aún no había sido examinado. Así que podría matar dos pájaros de un tiro.

Una vez en la clínica Sakura le indicó a Sasuke que se sentara en la camilla mientras ella comenzaba a llenar la ficha clínica. Mientras estaba concentrada en su misión Sasuke la observó detenidamente. Llevaba puesto un vestido rojo que resaltaba bajo la bata blanca. Además, ya había visto esa expresión en ella antes, parecía ser su expresión de extrema concentración. Llevaba el cabello recogido en un moño alto y algunos mechones caían desaliñados sobre su rostro. Recién se daba cuenta de lo mucho que le gustaba esa expresión, la hacía ver increíblemente sexy. Desvió rápidamente la mirada tratando de disipar esos pensamientos que perfectamente sabía que le llevarían a una situación incómoda.

–Quítate la camisa –indicó Sakura sin voltear aún, mientras llenaba los últimos datos de la ficha. Cuando finalmente terminó se volteó, dispuesta a comenzar el examen pero se paró en seco al ver al hombre frente a ella –Kami… –vociferó para sí. Sasuke se veía simplemente hermoso. No importaba lo mucho que lo hubiera superado, no podía negar que el hombre frente a ella era simplemente perfecto. Aclaró su garganta y se irguió para continuar–. Bien… eh… voy a realizar un examen de rutina–. «Vamos Sakura, eres una profesional, no te comportes como una niña» se reprendió.

–Respira profundo –le indicó mientras escuchaba sus pulmones con el estetoscopio–. Repite… –indicó nuevamente. Mientras Sasuke inhalaba profundamente, podía ver los músculos de su ancha espalda tensarse por el movimiento. Parecían esculpidos por los mismos dioses. «Basta ya Sakura, deja eso» se reprendió nuevamente. Luego de escuchar sus pulmones pasó a su corazón, temperatura, pulso, peso, estatura y reflejos. Luego de tomar algunas notas en el formulario que estaba llenando, le pidió a Sasuke que regresara a la camilla.

–Te haré un examen completo con mi chakra y luego tomaré unas muestras de sangre y tejido, que serán las que servirán para reconstruir tu brazo.

Sasuke se limitó a asentir levemente mientras ella colocaba sus manos en su espalda. Dejó correr su chakra a lo largo de todo el cuerpo del pelinegro, buscando cualquier anomalía y además, reparando antiguas lesiones que encontraba a su paso. Era evidente que Sasuke no veía a un médico en mucho tiempo. Luego se paró frente a él.

–Si no te molesta, me gustaría examinar tus ojos –dijo cautelosamente. Era consciente de lo delicados que podían ser los Uchiha con sus ojos y no quería molestarlo.

–Adelante –respondió Sasuke despreocupadamente.

Sakura colocó ambas manos sobre cada lado de su cabeza y dejó fluir su chakra nuevamente. Un brillo verde se extendió por toda la habitación.

El rostro de Sakura resplandecía como resultado del destello verde que producía su chakra médico. Nuevamente tenía esa mirada intensa de completa concentración, que ya era tan familiar para él. Se dio cuenta que la luz verde resaltaba aún más sus ojos y la marca de su frente. Le encantaba esa marca, le daba un aura de misticismo que le parecía delirante. Inhaló lentamente saboreando el dulce aroma tan característico de ella. Estaban tan cerca que podía sentir su respiración sobre su rostro.

Se dio la libertad de observar cada detalle, porque no importaba cuan fijamente la observaba, sabía que no le estaba viendo a él, al menos no exteriormente. Se preguntó qué era lo que ella veía en ese momento y pensó que de alguna forma Sakura utilizaba su propio chakra como ojos para ver su interior. Esa era una habilidad fascinante, debía admitir. Salió de sus pensamientos al ver la mirada de Sakura fruncirse mientras mordisqueaba sus labios distraídamente y sin decir nada se aproximó al encimero que estaba al otro lado de la sala, dónde tenía sus notas y comenzó a escribir.

Sasuke se acercó hasta ella, tratando de leer sobre su hombro lo que escribía, temeroso de que hubiese encontrado algo anormal en sus ojos.

Sakura anotaba pensativa. Hacía algunos años que había puesto especial interés en los jutsus oculares. Había estado trabajando con el clan Hyuga y algunos ninjas especialistas en genjutsu. Era bastante común que muchos experimentaran algunos problemas en los ojos por la sobreexigencia y Sakura había estado trabajando en sus tratamientos.

Comprendía muy bien el funcionamiento anatómico y como el chakra era canalizado a través de los nervios oculares. Sin embargo, hubiera esperado que la estructura de funcionamiento de los Uchiha fuera prácticamente igual al de los Hyuga. Al menos eso era lo que había comprendido de los registros médicos Uchiha y después de todo el Sharingan era una derivación del Byakugan. Pero le había tomado por sorpresa que era bastante diferente y ni hablar del Rinnegan, eso sí que era algo completamente nuevo. Quizá si Sasuke le permitía continuar con algunos exámenes podría comprender de mejor manera su funcionamiento.

Se dio la vuelta para hablar al respecto con Sasuke y se terminó llevando una sorpresa al estrellarse con el torso desnudo de su compañero –¡Kami!

–¿Pasa algo con mis ojos? –preguntó el chico curioso.

Sakura, aún turbada por la cercanía trató de dar unos pasos atrás, pero terminó estrellándose con el encimero –L-lo si-siento... –tartamudeó vacilante mientras un rojo intenso se apoderaba de su rostro.

Sasuke sonrió divertido. Se sentía complacido de ver el efecto que podía tener en ella, le daba cierta esperanza, quizá no todo estaba perdido para él.

Sakura se movió hacia un lado, tratando de ganar un poco de espacio entre ellos lo que le ayudó a recuperar ligeramente la compostura –Lo lamento…. todo está bien con tus ojos, solo trataba de comprenderlos.

Elevó la vista y le dio la impresión que en los labios del pelinegro había una sonrisa que parecía burlarse de ella. Desvió nuevamente la mirada avergonzada –vístete, voy a tomar las muestras –dijo secamente. Tragó saliva y dio un profundo respiro. Había perdido por completo la compostura y eso era algo inaceptable. Sin embargo, había que admitir que la vida estaba gastándole una broma de muy mal gusto. Es decir, había estado toda su vida enamorada de un cretino témpano de hielo y cuándo finalmente logra superarlo, este se convierte en una persona gentil y detallista. ¿Cómo se supone que debería reaccionar a eso?

–Bien, eso ha sido todo por hoy Sasuke –comenzó a hablar nuevamente, luego de tomar las muestras–. Me encantaría que me permitieras seguir realizando algunos exámenes en tus ojos. También quisiera asegurarme que todo está funcionando bien con el trasplante.

–¿Qué hay de mi visita guiada?

–¿Qué? –preguntó confundida.

–Dijiste que me darías una visita guiada.

Le tomó unos segundos a Sakura comprender que se refería al ofrecimiento que le había hecho cuando recientemente había llegado a Konoha –¡Claro! Es cierto… –respondió vacilante y le ofreció una mirada curiosa. La verdad es que nuevamente Sasuke la sorprendía, no hubiera esperado que recordara aquello y mucho menos que estuviera interesado–. Me encantaría. Solo necesito procesar estas muestras antes. Si no te parece muy aburrido podrías acompañarme.

Sasuke se limitó a responder con un suave movimiento de cabeza.

XXX

–Nuestro laboratorio no es tan exuberante como el de Asano-san, pero verás que está muy bien equipado –le explicaba Sakura, una vez estuvieron en el lugar.

En realidad Sasuke no tenía idea de lo que le hablaba, por más que se esforzaba en explicar cosas sobre el equipo, algo sobre reactivos y maquinas que hacían no sé cuántas cosas. Pero le gustaba escucharla y ver el brillo en sus ojos mientras lo hacía.

Luego de la larga introducción, Sakura se puso manos a la obra y comenzó a trabajar. Mientras Sasuke permaneció en silencio observando su trabajo. Ocasionalmente, quizá cuando recordaba que estaba allí, Sakura le explicaba algunas cosas de las que hacía, pero luego volvía a su estado de completa concentración.

–Y aquí es dónde ocurrirá la magia, ves. En este contenedor tu brazo comenzará a formarse a partir de los tejidos que te he tomado. Estoy muy emocionada por esto, estoy segura que todo saldrá excelente. Pronto estarás aplaudiendo como si nada hubiera pasado.

Sasuke frunció la mirada ante aquel comentario. Simplemente no se imaginaba aplaudiendo para nada. Ahora que lo pensaba, quizá era algo que jamás había hecho en su vida.

–Ya has conocido el laboratorio y debo decir que me encanta trabajar acá. Pero ahora te mostraré el resto del hospital.

Caminaron por todo el edificio, mientras visitaban las distintas áreas. Sakura aprovechó la ronda para visitar a los pacientes quiénes se mostraron felices de verla. Además, varias veces fueron interrumpidos por médicos y enfermeras que pedían algún tipo de ayuda de Sakura. Todos parecían admirarla y ella se movía con tanta soltura y atendía con tanta facilidad a todas las situaciones que Sasuke sentía su corazón estremecerse e hincharse de emoción, quizá era lo que llamaban orgullo. Estaba orgulloso de la increíble médico-ninja en que su compañera se había convertido.

–¿Qué te ha parecido? –preguntó Sakura finalmente, cuando hubieron terminado de recorrer todo el hospital.

Sasuke le dirigió una mirada cargada de significado –perfecto… –respondió.

Sakura se sintió ligeramente intimidada por la mirada de Sasuke y sonrió nerviosa –me alegra –respondió tímidamente y sin comprender muy bien si había algún significado oculto tras esa respuesta–. Se ha hecho muy tarde, quizá te gustaría ir a almorzar ¿Qué dices? Yo invito.

Sasuke aceptó la oferta y se dirigieron hacia el Ichiraku. Por un momento pensaron que quizá encontrarían a Naruto almorzando allí, pero ya era bastante tarde y la hora del almuerzo ya había pasado para la mayoría de personas.

–He pensado que nos vendría bien entrenar regularmente como equipo. Eso nos hará más eficientes en las misiones –le dijo Sakura a Sasuke mientras soplaba sus fideos antes de metérselos a la boca.

–Me parece una buena idea.

–¡Genial! –hablaré con Naruto y Sai, mañana podríamos empezar con el entrenamiento.

Al terminar de almorzar Sasuke incluso se ofreció a acompañarla para hacer sus compras. Durante el almuerzo ella se había continuado quejando sobre su refrigerador vacío y en lo mucho que le urgía hacer algo al respecto.

XXX

–Muchas gracias por tu ayuda –dijo Sakura una vez estuvieron frente a la puerta de su apartamento. A lo que el Uchiha respondió con un leve movimiento de cabeza. Luego de las compras le había ayudado a cargar las cosas hasta su hogar. Se había sorprendido al enterarse que vivían a tan solo unas calles de distancia.

En realidad aquello no era una casualidad. Cuando Sasuke había decido quedarse en Konoha, tenía muy claro que su motivo era pasar más tiempo junto a Sakura. Así que buscar un apartamento cerca del de ella le pareció algo muy lógico.

–…y no solo por tu ayuda –continuó hablando la pelirrosa–. Muchas gracias por hoy, realmente lo he pasado muy bien, Sasuke. Me alegra mucho tener la oportunidad de pasar tiempo juntos.

–También lo pasé bien… gracias por todo tu trabajo.

–Oh, no es nada –respondió sonriente–. No olvides que mañana tendremos entrenamiento. Sasuke respondió con lo que a Sakura le pareció un tipo de gruñido y levantó la mano en forma de despedida mientras se alejaba.

Sonrió mientras veía al chico de cabello negro alejarse ¿realmente ese era Sasuke? ¿El mismo que alguna vez trató de destruir a todos? Se sentía sumamente emocionada de ver los cambios que habían ocurrido en él. Se veía pacífico y feliz, eso era lo que ella siempre deseó. Pero tenía que admitir que una parte de ella estaba profundamente asustada. Sabía que si no tenía el suficiente cuidado podría volver a caer en las garras del amor no correspondido. No podía volver allí, no podía permitir que su corazón sufriera nuevamente el rechazo y la desilusión. Se lo había prometido a sí misma, ya había sufrido suficiente, no podía permitirse más dolor.

Dedicó un tiempo a ordenar las compras y luego salió nuevamente hacia el hospital. Cómo había estado todo el día con Sasuke, había avanzado muy poco. Ahora que sabía que Ino era su nueva asistente quería reunirse con ella para poder asignarle algunas tareas urgentes y luego ir gestionando el resto de pendientes.

Una hora después ya se encontraba nuevamente en el hospital y se extrañó al ver desde fuera que la luz dentro de su oficina estaba encendida. Al abrir la puerta se encontró con Mako, quién se encontraba sentado en el sillón, frente al escritorio.

Mako se puso de pie rápidamente para recibir a Sakura –siento mucho la invasión a tu oficina. Ino dijo que estaba bien que te esperara aquí.

–¡Mako! Hola… claro. No hay problema. ¿Cómo has estado?

–Muy bien, gracias. Justo hoy volví de una misión. ¿Qué hay de ti?

–Yo también estuve fuera, volví ayer.

–Lo sé. Es muy difícil poder dar contigo sabes. Hace semanas que espero encontrarte, por eso decidí que sería mejor venir a buscarte.

–Quizá paso más tiempo en el hospital del que debería –respondió riendo–. ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

–De hecho sí. Sakura, realmente me gustaría que aceptaras ir a cenar conmigo mañana.

Sakura ensanchó los ojos y su boca se abrió ligeramente por la sorpresa.

–¿Qué dices? –Preguntó y sonrió– ¿Me honrarías con tu compañía?

Sakura dejó escapar el aire en sus pulmones, que no se había dado cuenta que estaba reteniendo y sonrió –claro Mako. Me encantaría. –respondió.

–Acabas de hacer a un apuesto ninja el más feliz de todos –dijo Mako tomando la mano de Sakura–. Quizá mañana podamos inventar nuevos pasos de baile.

Sakura lanzó una carcajada –¡ya basta! –exclamó divertida.

Mako le dedicó una sonrisa y soltó su mano –te recogeré en tu casa mañana a las 19:00, si te parece bien.

–Por supuesto.

–Te veo mañana, Sakura.

–Continurá…

XXX

N.A. Debo decir que había estado un poco desmotivada para escribir, pero los reviews del capítulo anterior me subieron el ánimo, muchas gracias a Nekatniss y Blossommarie. También muchas gracias a Luz, Nath Mustaine, Uchiha Sam97, Sarib, AbyssWonderland y anóminos, quiénes han dejado sus reviews en capítulos anteriores, siempre me hacen muy feliz y ayudan a seguir adelante con la historia. Espero que les gustara este capítulo y nos vemos pronto.