Podrán notar unas leves inconsistencias con el capítulo anterior pero honestamente, hace como un año que no escribo esta mdre, en fin, disfruten, mis queridos lectores.


—Lo cierto es, Vegeta. — La voz siniestra del saiyajin semi dios que aún se encontraba flotando en el cielo, mirando con desprecio y sonrisa malévola al príncipe guerrero, cruzó los brazos y comenzó a descender junto a su acompañante, Zamasu. —Pude sentir tu energía hace unos momentos, me sorprende que hayas llegado tan rápido, se ve que el tú de esta realidad es mas capaz que tus otras patéticas versiones. —Confirmó, tocando el suelo con la suela de sus botas blancas de forma elegante.

—Un pequeño inconveniente en nuestros planes, pero nada que no se pueda arreglar. —Aseguró el kaioshin corrupto, cruzando sus manos por detrás de su cadera y mirando fijamente a su oponente.

El saiyajin de sangre noble mirada atento todos sus movimientos, incluso el movimiento que hacían los cuerpos de sus adversarios al respirar, sin hacer comentario alguno a lo que le habían dicho.

Luna y Cadance, justo detrás de su protector miraban de la misma forma a esos dos seres que les hacían temblar de forma involuntaria, sus sentidos gritaban alerta máxima pero algo les impedía alzar vuelo y huir de ese lugar. Voluntad.

Los demás nobles de las diferentes especies se encontraban en la cercanía, Celestia suspiró ligeramente, su energía estaba casi agotada, si hubiese habido otro ataque más no habría podido resistirlo, pero no había bajado la guardia del todo, ya había aprendido en su corta experiencia en estas situaciones que por alguna razón siempre tenía que dar el extra para asegurar vidas.

—Ya déjense de tonterías, váyanse de aquí de una buena vez. —Ordenó Vegeta a las dos detrás de suyo, quienes dieron un salto casi por reflejo casi como regresando a la realidad.

—Príncipe, este oponente es muy diferente a todos aquellos que habría enfrentado antes. —Confesó Luna, caminó hasta ponerse frente a él para mirarlo directamente a los ojos, ambos conectaron miradas.

El saiyajin observó en sus ojos inseguridad, los iris azul cielo de la princesa le preguntaban en silencio si él estaría bien esta vez, a lo que este sonrió y chasqueó la lengua.

—Las cosas siempre son así, Luna, ahora vete, me estás estorbando. —La empujó suavemente a un lado, comenzando a caminar hacia sus dos oponentes.

Pero Luna tenía un mal presentimiento, algo no le terminaba de gustar, era como un mal augurio que vendría al desenlace de esta batalla. La princesa de la noche asintió, aún mirando la espalda de su príncipe seguir avanzando de frente al peligro, para darse la media vuelta e indicarle a la princesa del amor que debían volver a zona segura, esta asintió levemente con un gesto de mortificación pero con resignación alzaron vuelvo y cayeron del lado del resto de nobles.

—Qué está sucediendo Luna. —Preguntó Celestia, siendo la primera en acercarse a ambas alicornios, abrazándolas con sus alas blancas totalmente extendidas.

—El príncipe luchará solo como siempre, solo queda esperar por el mejor de los resultados. —La yegua de pelaje azul oscuro trató de dar el mensaje de forma positiva, pero aún así algo no terminaba de sentar bien dentro de ella.

—¡¿Él solo?!. —Preguntó Grover atónito y desencajado, algunas plumas salieron volando de sus alas en respuesta. El resto de nobles aunque en silencio, supieron agradecer la iniciativa del griffo, tampoco les cabía la menor de las ideas en cómo ese ser bípedo podría enfrentar a ese par de monstruos.

—No podrían saberlo, pues nunca lo han presenciado. —Comenzó Cadance, mirándolos con un gesto de determinación, para después voltear atrás de ella, donde el saiyajin al que consideraba su padre se acercaba más a sus oponentes podía verse. —Pero el poder de ese macho es inmensurable, es algo simplemente que va mas allá de nuestros horizontes en percepción. —Aseguró recibiendo, aún así, muecas de desapruebo e incredulidad por parte de todos aquellos ajenos al reino equestre.

—Este ser mi mundo, no pensar dejarle completa batalla a guerrero que no ser de este mundo. —Exclamó con determinación Rutherford, planeando avanzar hacia su muerte con la frente en alto.

—No hay gloria en una muerte vana, Rutherford. —Aseguró Vou, dedicándole un semblante de ligero reproche. —Si las monarcas del reino equestre están diciendo que nos hagamos a un lado es por una razón.

—Pero aún así, quedarse sin hacer nada… no me sienta bien. —Comentó Thorax con el ceño arrugado.

—Entonces hagamos nuestra parte. —Comentó Twilight, ganándose la atención de todos. —Esta reunión era importante pues con ella planeaba unificarnos todos, olvidar viejos rencores y enterrar malas memorias para así crear un vínculo de amistad como seres que caminan en el mismo mundo. —Frunció ligeramente el ceño y miró en la dirección de Vegeta. —Ahora mas que una petición es una necesidad trabajar juntos para proteger nuestro mundo, debemos hacerlo todos como uno solo. —Aseguró, dibujando una sonrisa en su rostro.

La princesa Celestia, Luna y Cadance asintieron, encendiendo un llama en su interior, pronto el resto de nobles comenzó a contagiarse con esa resolución asintiendo levemente, forjando sonrisas de valentía en sus labios.

—Pues que mas queda, hagamos esto, hay que patearle el trasero a esos dos fenómenos, demostrémosles que nadie se mete con nuestro mundo. —Exclamó Ember con júbilo, soltando una llamarada al cielo con pasión, a lo que sus dragones hicieron lo mismo en respuesta.

Por alguna razón incluso Novo olvidó su temor, lo transformó en ese propósito de proteger a su reino y a sus súbditos. El brillo de sus ojos no podía ser más resplandeciente.

—El resultado será el mismo en esta realidad, Vegeta. —Aseguró Black, dejando caer los brazos a sus costados. —Morirás, seré el verdugo y tú el martyr, tu sangre derramada será la que comenzará a pagar la penitencia de todos estos mortales que han querido imitar a dios. —Soltó una risa elegante y malvada.

—Naturalmente, yo estaré aquí para limpiarlo todo, para corregir ese error de la creación. —Comentó Zamasu.

—Es así la voluntad de dios. —vociferaron ambos al unísono.

Vegeta detuvo su andar y observó a los dos fijamente, separó sus piernas al nivel de sus hombros mientras suspiraba profundamente. El suelo, al igual que el cielo comenzaron a temblar en un ritmo progresivo, corrientes de aire comenzaban a ir y venir de forma caótica por todos los 4 vientos y los mares vibraban y chocaban violentamente contra las costas, la vida no inteligente se encontraba asustada y confundida de la misma forma.

—¿Es ese el poder de este príncipe Vegeta?. —Preguntaba Grover perturbado, costándole algo de trabajo mantener la orientación y no caer el piso, sentía como su estómago daba vueltas. El resto de nobles a excepción de Vou mostraban los mismos síntomas, hasta que la jirafa cerró los ojos y con un hechizo de telequinesis rápido y efectivo hizo que cesara la brusquedad de los elementos alrededor de todos ellos.

—Es increíble, tanta magia condensada dentro de un pequeño recipiente como él. —Murmuró Novo, pensando en la perla que permanecía resguardada en su reino y sin embargo, esta palidecía brutalmente en comparación.

—Esta es la obra de ese ser ¿cierto?. —Preguntó Artikel, gotas de sudor resbalaban de forma descontrolada por su rostro, Garble comenzó a vomitar en la cercanía.

—Así es, pero esta magia… es violenta y hostil por naturaleza, sin embargo… al mismo tiempo se siente serena y controlaba, es diferente aquella vez. —Contestó Fizzle Pop, mientras recordaba su entrenamiento con el saiyajin en el cual quedó cerca de romperse los cascos.

—Es abrumador. —Confesó Shinning Armor, a su par se encontraba Pharynx, mirando y sintiendo pasmado lo que sucedía.

El saiyajin de sangre noble dejó escapar el aire que retenía en sus pulmones, mientras que una onda de choque se fugó de él violentamente en forma radial, dándole la vuelta a todo el mundo en un instante. Sus cabellera, ojos y cejas se encendieron en una llama gruesa y densa de color rojo vino, su complexión se volvió delgada y su rostro más joven, corrientes suaves pero bastas de aire se desprendía de su forma hacia todos los lados.

—Esta transformación… ¿te has resignado?. —Preguntó Black, ligeramente confundido. —Este poder es inferior al mio, quizás no lo sabes ó… ¿es un gesto arrogante?. —La sonrisa apareció de nuevo en su rostro, mientras se transformada en ssj rose.

Todos los efectos que provocó el poder del príncipe saiyajin él los provocó en un instante, como si hubiera comprimido todo el tiempo de los efectos y los hubiera dejado liberar expandiéndolos en un instante, casi quebrando la realidad en el proceso. Vou comenzó a sangrar violentamente de su nariz, boca y oídos, mientras caía al piso casi inconsciente, el hechizo telequinético que había puesto sobre ellos se había roto, la magia de ese ser repulsivo había colmado la suya con asquerosa bastedad, Celestia, Rover y Nátura se pusieron a su lado de inmediato para ayudarla.

—¿Te dieron pelea?. —Preguntó Vegeta, hablando por primera vez con ellos.

La pregunta confundió un poco a ambos Kaioshin.

—De qué hablas. —Inquirió Zamasu, frunciendo el entrecejo. El rostro tranquilo e inexpresivo de Vegeta le intrigaba a un grado molesto.

—Los saiyajin que mataste en aquél planeta… ¿eran fuertes?. —Preguntó nuevamente Vegeta, mirando fíjamente a Black a los ojos.

El guerrero de ropajes negros lentamente transformó su gesto confuso en uno inexpresivo, para después sonreír y fruncir el ceño cínicamente, entendiendo el pensamiento de su enemigo.

—Eran insectos y los aplasté sin que pudieran oponerse como tal, incluso aquellos que se transformaron en super saiyajin, solo fueron un mal chiste. —Confesó Black. —¿Cuál es la idea? Tú morirás de la misma forma, tantas iteraciones, tantos universos 7, tantos Gokus y Vegetas, y todos muriendo por mi mano de la misma forma, como insectos. —Rio de forma malévola.

Vegeta permaneció tranquilo por un momento, después tomó lentamente su pose de batalla en silencio, cambiando su rostro inexpresivo a uno serio. Black y Zamasu hicieron lo mismo.

—Es una lástima que siempre viajaran el pasado y nunca al futuro de las realidades. —Comentó el guerrero de cabellera rojo vino. Black frunció ligeramente el entrecejo con confusión.

En un corto instante Vegeta se encontraba frente al saiyajin de cabello rosado, con su brazo derecho totalmente estirado hacia atrás, el guerrero de traje negro apenas pudo reaccionar observando el movimiento, intentó cubrirse el rostro pero su movilidad no fue suficiente para contrarrestar el puño feroz del príncipe saiyajin enterrándose en su rostro, casi amenazando con arrancarle la piel y la carne de la mejilla izquierda.

Un estruendo feroz abarcó por completo el tiempo y el espacio, la tierra se partió en dos y grandes elevaciones de suelo comenzaron alzarse de su lugar, el mar agitaba de forma violenta y los vientos se transformaban en huracanes feroces alrededor del planeta. Black se despegó del suelo y en un instante de tiempo después se encontraba siendo despedido a toda velocidad en la dirección opuesta de aquél ataque que había recibido, estrellando su cuerpo contra todo tipo de materia que se interpusiera entre su camino. Fue entonces que el tiempo pareció descongelarse para ellos dos, Zamasu pudo ver a su enemigo a unos escasos centímetros de él por el rabillo del ojo, un mal presentimiento invadió su cuerpo y justo cuando intentó girar su mirada en aquella dirección su vista se vio oscurecida por la mano cubierta de guante blanco de su enemigo.

—Incluso tu invulnerabilidad no es tan durable ¿qué tanto puedes soportar antes de desaparecer?. —Preguntó Vegeta con voz sombría, concentrando una gran cantidad de energía en la palma de la mano donde sujetaba la cara del kaioshin maligno.

La explosión de ki nuevamente sacudió todo el planeta y cubrió con una manta gruesa de polvo todo el panorama a su alrededor. El cuerpo inerte del kaioshin cayó de rodillas al suelo, podía notarse la falta de cabeza sobre su torso, sangre viscosa llovía agresivamente del hueco que ahora dejaba ver parte de la carne y columna vertebral del ser divino. Vegeta retrajo lentamente su mano de aquella posición hasta dejarla al lado de su costado mientras miraba con desprecio el cuerpo que caía desplomado ante sus pies. Chasqueó la lengua y de una feroz patada lo lanzó al cielo, justo después apuntó su mano derecha en aquella dirección.

—El ataque, Big Bang. —Exclamó, disparando una poderosa esfera de ki condensado color amarillo que doblaba del tiempo y el espacio a su alrededor por la densa cantidad de energía concentrada.

Justo antes de impactar en su objetivo, Black apareció rápidamente y tomó el cuerpo degollado de su aliado y lo apartó del camino del ataque, el saiyajin de cabellera erizada frunció el ceño ferozmente observando la escena. La pelota de energía continuó su transcurso hasta perderse en la densidad de nubes oscurecidas en el cielo.

Los habitantes de Equus observaban el trayecto de la esfera luminosa, para después apreciar cómo el cielo comenzaba a rugir con feroces truenos y relámpagos, la princesa de la noche lo entendió en un instante.

—¡Debemos proteger toda la zona con una barrera de magia de inmediato!. —Exclamó, atrayendo la atención de todos los presentes quienes asintieron sin cuestión alguna, incluso los que no sabían mucho acerca del príncipe saiyajin presintieron que hacerle caso a la monarca equestre de la noche estaba en el mejor de sus intereses.

Todos comenzaron a transferir un poco de su magia a la yegua de la noche con sus métodos personalizados, las alas de la princesa comenzaron a centellar violentamente con magia cruda, su pelo se había encendido como llama y había cambiado de un color azul rey a uno azul cielo, casi plateado, sus ojos se habían vuelto blancos y destellaban chispazos de energía azules. Apenas pudiendo controlar toda la saturación de magia dentro de su cuerpo se concentró, creando una gruesa capa de magia color azul rey alrededor de todo el continente que supuso era el que recibiría el mayor y más brutal impacto.

El ataque del príncipe saiyajin finalmente explotó, dispersando en un microsegundo todas las nubes del cielo, iluminando parte de la galaxia donde se encontraban con un haz de luz blanco cegador, el planeta chillaba y temblada descontroladamente amenazando con salirse de su órbita natural, todos dentro de la barrera gritaban y cerraban sus ojos con fuerza, solo podían escuchar el zumbido de ensordecimiento en sus orejas, pasaron varios segundos y el efecto de la explosión pareció cesar por completo.

—Tú… por qué eres mas fuerte. —Preguntó Black con voz sombría, observando con la mirada afilada al saiyajin de cabellera rojiza. —Es diferente a todas aquellas versiones sobre ti que he asesinado.

El cuerpo del kaioshin maligno regeneró rápidamente la cabeza perdida con ruidos grotescos, Zamasu abrió los ojos de golpes, respirando jadeante mientras gotas de sudor resbalaban por su cara.

—Pero me tomaste desprevenido, no se repetirá. —Exclamó Black, depositando el cuerpo de su aliado en el suelo y desapareciendo rápidamente con la transmisión instantánea.

Vegeta abrió los ojos de golpe poniéndose en alerta máxima, comenzó a buscar el ki de su enemigo pero al percatarse que lo tenía justo detrás de él fue demasiado tarde. Intentó esquivar la patada que iba directo a su cabeza pero esta logró impactar en la nuca del guerrero, estrellándolo contra el suelo ferozmente, creando montañas y grietas enormes en el suelo. Justo cuando venía un segundo ataque del guerrero de cabellera rosada, el saiyajin de sangre real se transformó en super saiyajin Blue a la vez que lanzaba un poderoso codazo contra el muslo de su enemigo, el impacto fue tan severo que el hueso femoral de Black se partió en dos, este soltó un alarido de dolor por reflejo, Vegeta no perdió un momento y tomó la pierna rota de su enemigo, girando sobre su propio eje hasta tomar una velocidad bestial para después lanzarlo a la lejanía. Zamasu apareció interponiéndose entre el destino de impacto y el saiyajin maligno, atrapándolo en un abrazo y regenerando rápidamente su herida.

—Púdranse en el infierno. —Exclamó Vegeta frente a ellos, apareció sin que se dieran cuenta. Black y Zamasu abrieron los ojos enormemente, no alcanzo a poder reaccionar el saiyajin de cabellera azul lanzó una potente esfera de ki contra ellos, haciéndolos estallar en miles de pedazos.

La explosión hizo retumbar todo el planeta.

El saiyajin de cabellera erizada se quedó estático un momento, levitando sobre el enorme cráter que se había formado, la energía pura había erosionado por completo algunas rocas, convirtiéndolas en líquido, magma latente, rayos caían desde el cielo a pesar que no había nubes visibles. Los ojos del saiyajin se abrieron de golpe y justo después logró esquivar una daga de energía color violeta, la energía sólida logró cortarle la mejilla y la punta de la nariz, provocándole un sangrado que comenzó a resbalar por la punta de esta y su mentón. Black había aparecido frente a él con su espada de energía, mirándolo con odio profundo en sus ojos.

—No me subestimes gusano insolente. —Exclamó el kaioshin el cuerpo de saiyajin, girando sobre su eje y lanzándole una poderosa patada a su enemigo, quien apenas alcanzó a cubrir con su antebrazo.

El impacto del ataque lanzó de vuelta al suelo al guerrero de cabellera color rojo sangre, levantando una enorme montaña de polvo. La princesa Luna y Celestia podían sentirlo, ese saiyajin maligno y su amigo ocultaban algo muy peligroso, el resto de líderes observaban la catástrofe ocasionada por la pelea de esos dos colosos y entendieron que el mundo completo podría ser destruido por tan solo uno de ellos sin mucho problema, las capacidades destructivas que estaban presenciando iban mas allá de todo el vasto conocimiento que habían recabado al paso de los años, incluso mas allá de su imaginación.

El saiyajin de cabellera erizada apareció frente a los dos enemigos, despejando una capa gruesa de humo y polvo dejándose ver en su transformación de super saiyajin blue.

—Sabes algo Vegeta. —El guerrero de traje negro observó al saiyajin peli azul, elevando ligeramente su rostro con arrogancia. —Tú siempre fuiste el más fácil de matar, en todas las realidades, Goku fue el único que logró hacerme más fuerte en combate. —Dibujó una sonrisa maliciosa en sus labios. —Eres un inútil incluso para los de tu raza, tu técnica es mediocre y tus ideales son tan aplastables como este mundo tan miserable. —Confesó, lanzándose al ataque.

Vegeta observó sus movimientos y recordó la técnica que había usado la primera vez que se enfrentó contra él, sus ojos y mente obtuvieron enfoque en el cuerpo que su enemigo que se acercaba a propulsión como una bala feroz, observó el puño de Black y antes de que este tocara su nariz cambió de transformación al super saiyajin god, esquivando rápidamente el ataque, observando la apertura del costado derecho del su atacante, rápidamente volvió al blue y le impactó un derechazo en el hígado, los ojos de Black se abrieron al tamaño de platos, el aire acompañado de un torrente de sangre salieron a presión por su boca y nariz. Su atención se vio interrumpida al observar que el saiyajin de cabellera rosada lo mirada con odio profundo directamente a los ojos, mientras que partía sus labios mostrando hilos pendientes de sangre en una sonrisa diabólica, Vegeta no pudo reaccionar a tiempo al sentir que el su enemigo lo tomaba del brazo y a la vez que sentía que alguien lo abrazaba desde la espalda. Era Zamasu aferrándose a él con brazos y piernas como un oso. Black no desaprovechó el tiempo y dislocó el codo del saiyajin de cabellera azul, para después dislocar su hombro.

Vegeta suprimió un aullido de dolor y con ira latente gritó a los cuatro vientos, creando una explosión de ki que desintegró casi por completo el cuerpo de zamasu, separándolo de el efectivamente. Black sintió el ataque, mientras su ropa se arrancaba de su torso y parte de sus piernas pero pese a eso se mantuvo firme, creando una espada de energía y atravesando el costado izquierdo del guerrero de sangre noble, muy cerca de su riñón y pulmón, la espada de energía sólida rosada salió por el lado de la espalda, haciendo llover un chorro de sangre.

Vegeta rechinó sus dientes con furia y con un gruñido feroz, seguido de un grito iracundo lanzó otra onda esférica de ki puro, a todos sus lados, el planeta comenzó a temblar nuevamente pero de forma más violenta, el mar en las costas se alejaba de aquél saiyajin de sangre pura al igual que las nubes, como si estos tuvieran miedo de su presencia. Black no pudo soportar el ataque, la piel y la carne comenzaba a separarse de sus huesos, simulando a una desintegración brutal, la piel de su cara, brazos y pecho había desaparecido, dejando ver sus tejidos que también comenzaban a desaparecer, con ira y odio creciente soltó su propio grito furioso, tratando de liberar todo su ki para protegerse pero era en vano, la manta de energía violeta que lo cubría se veía drásticamente opacada por la azul marino de su contrincante.

—¡Maldito Vegeta!. —Gritó con ira, sus tejidos y músculos habían desaparecido a tal grado que ahora se podían ver sus huesos en parte de sus brazos y manos. Rápidamente colocó dos dedos en su frente y despareció junto al cuerpo de Zamasu el cual estaba por desaparecer por completo.

Una explosión siguió a continuación, las capas magnéticas del planeta se habían distorsionado a su vez que el espacio tiempo se contraía y se expandía en un instante

—Santa madre Faustina… —Murmuró Luna con ojos totalmente abiertos, observando el vortex de energía junto a su hermana, la atmósfera se había dañado tanto que por un segundo se pudieron observar los razos luminosos del sol entrar al planeta con intensidad.

—Luna, debemos… —Celestia no terminó al ver que Luna asentía, cargando toda la magia concentrada que residía en su cuerpo, protegiendo la mitad del planeta con su magia.

La explosión cristalizó por completo la energía de luna y la hizo explotar hecha polvo.

Vegeta se encontraba en su estado de super saiyajin royal blue, la musculatura de su cuerpo había incrementado y su cabellera se había vuelto más erizada, el color de su apariencia cambió de un azul cielo a uno azul rey. Sus ojos se abrieron de golpe y en un instante se movió a través de las moléculas que componían la realidad para aparecer frente a Luna, Celestia y los demás habitantes del planeta. Un segundo después una esfera de poder rosada había aparecido frente a ellos siendo atrapada por él, para después desmaterializarla en la palma de su mano, haciendo parecer que ahí ya no había nada.

—A pesar de ser un saiyajin, tú el rey de ellos, eres muy diferente a tus semejantes, Vegeta. —Comentó Black, apareciendo detrás de una cortina de humo totalmente recuperado, las heridas de su cuerpo habían sanado pero su ropa seguía trozada, colgando de las bandas que las sujetaban en su cintura, detrás de él se encontraba Zamasu en el mismo estado, sin herida aparente.

Vegeta gruñó bajo su aliento y peló los dientes, comenzando a toser un poco sobre su mano, bañándola por completo con su sangre.

—A diferencia tuya nosotros podremos sanar nuestras heridas. —Comentó Zamasu con una voz tranquila y siniestra, observando con ojos afilados la apertura que había en costado de su enemigo, de la cual caían hilos de sangre. —Pero tú en cambio, seguirás sufriendo mas daño de forma progresiva, hasta que ya no te queden fuerzas para pelear, el tiempo será tu enemigo. —Exclamó, tomando su pose de combate.

Luna y Celestia abrieron los ojos con horror, al observar el costado perforado del príncipe, ambas corrieron a su lado casi al instante.

—¡Príncipe!. —Exclamó la yegua de la noche con temor y preocupación en su rostro y tono de voz.

—Tenemos que sanarlo de inmediato. —Exclamó Celestia, iluminando su cuerno y canalizando un poco de magia en el lado del guerrero. La herida se cerró casi de inmediato al mismo tiempo que la princesa del sol caía desmayada al suelo, Luna la atrapó rápidamente en su magia.

Vegeta la observó preocupado, pero el ala azul marino de la alicornio a su costado trató de calmar su inquietud.

—Tranquilo príncipe, solo agotó su reserva de magia, estará bien dentro de poco. —Le aseguró Luna.

—Luna, toma a Celestia y junto con los demás aléjense de aquí, es peligroso que… —No terminó su frase antes de estirar su brazo y sujetar del cuello a Black, el cual había aparecido en un instante enseguida de él con la intención de atravesar a las yeguas con su espada de energía.

—Me estás comenzando a enfadar, insecto. —Murmuró Vegeta con voz gutural, obsevando con ojos afilados al saiyajin de cabellera rosada, quien trataba de zafarse del agarre con los ojos inyectados en sangre. —De hecho, ya es hora de que mueran. —Confesó Agarrando con ambas manos del cuello.

Todos los presentes observaban como el enemigo lanzaba golpes y patadas al cuerpo del saiyajin de sangre real pero este seguía sin mostrar intención de soltarlo, cada impacto provocaba una herida superficial y leve sangrado en su cuerpo, pero Vegeta solo sonrió de forma siniestra, apretando con más fuerza el cuello de su enemigo, las venas de sus brazos, hombros y pechos comenzaban a resaltarse, así como comenzaban a resaltarse los ojos de Black, quien comenzaba a sangrar de los oídos, boca, nariz y ojos. Vegeta soltó un grito feroz, haciendo estallar la cabeza de Black en un batido de carne y sangre, cesos y ojos.

Vou, Nátura y Ember no pudieron evitar vomitar por la brutalidad de la escena, Luna, Celestia, Twilight y Cadance estaban petrificadas, observando y recordando la brutalidad con la que el príncipe solía acabar con sus enemigos. Grover, Rutherford, Thorax y Novo permanecían en silencio, estaban en shock.

Vegeta soltó el cuerpo del saiyajin y lo dejó en caída libre, pero antes de que tocara el suelo disparó una onda de choque cortante contra él con una sola mano, provocando que las piernas y brazos se desprendieran del cuerpo de Black, y todos los restos salieron volando en la lejanía.

Zamasu gruñó furioso, atrapando un brazo de black en el proceso, aplicando rápidamente su magia curativa y regenerativa, haciendo aparecer por completo un cuerpo nuevo para Black.

El saiyajin de cabellera erizada chasqueó con su lengua frunciendo el entrecejo.

—No pensé que la magia curativa de ustedes los kaioshin fuera tan exageradamente poderosa. —Confesó irritado, poniéndose en forma de combate.

—Al principio no lo era, pero he aprendido trucos en todo este tiempo. —Confesó Zamasu con una sonrisa arrogante. —

Black se incorporó lentamente, jadeando con suavidad. Cuando recobró la calma observó al saiyajin de cabellera erizada con un gesto siniestramente sereno, incluso logró incomodar un poco al príncipe de los saiyajin. Los ojos del kaioshin maligno se encontraron con los del falso saiyajin y ambos asintieron levemente, Vegeta se puso en alerta.

—¿Piensan utilizar la fusión?. —Preguntó Vegeta, sonriendo levemente. —No los dejaré, descarten ese plan de sus mentes de inmediato.

—Durante mis viajes por el tiempo y los universos he visto muchas cosas. —Comenzó Black, confundiendo ligeramente a Vegeta, quien esperaba un ataque. Todos escuchaban atentos. —He volteado a mirar el pasado, y he presenciado el futuro de muchas realidades. —Prosiguió comenzando a caminar tranquilamente. —He visto mi muerte, nuestras muertes en varios espacios de esta infinita existencia. — Se detuvo a unos cuantos pasos de Vegeta. — Todo con un simple motivo. —Dibujó una sonrisa diabólica en sus labios, Vegeta frunció el ceño y apretó con fuerza los puños. —El de conocer el límite de este cuerpo pero… —Soltó una risa seca. —Cuán grande fue mi maravilla al descubrirlo, el cuerpo de un saiyajin… el cuerpo de son Goku ¡no tiene límites!. —Exclamó con un gesto psicópata. — Y en este mismo momento te lo mostraré, será mejor que estés preparado, maldito mortal.

—¡Ya tuve suficiente de tus espideces! ¡morirás sabandija!. —Exclamó Vegeta, lanzándole el puño derecho con toda su fuerza.

Pero cuál fue su sorpresa al ver que al recibir el impacto de lleno en la parte izquierda de su rostro, Black no retrocedió ni un centímetro, la sangre que salía nuevamente de su nariz y boca caían como hilos al suelo, pero Black no perdía esa sonrisa, tomó el puño de Vegeta y rápidamente le asestó un golpe en el pecho con su mano desocupada, fue tan rápido que el saiyajin de cabellera azul apenas pudo darse cuenta. El ataque no terminó ahí, pues seguido de ese puño vino una patada a la cara y finalizó con un rodillazo al estómago, Vegeta escupió sangre por montones y cayó al suelo de rodillas, temblando ligeramente. Luna y Celestia miraban horrorizadas la escena, el resto los veía preocupados.

—¡Tenemos que ayudarlo!. —Exclamó Twilight, hablando por primera vez en mucho tiempo. Su tono de voz sonaba desesperado.

—¡No podemos nadie de nosotros!. —La frenó Luna con una mirada seria. —Nos aplastarán como hormigas, no podemos intervenir. —Gritó con frustración, rechinando los dientes con ira.

Vegeta detuvo el siguiente ataque con su antebrazo, una patada de Black, la tomó rápido con su mano y lo lanzó en la lejanía, se puso de pie y rápidamente y se lanzó contra Zamasu.

—Para acabar con ustedes primero debo eliminarte a ti aunque use gran parte de mi energía. —Mencionó, apuntando a la cara del kaioshin con la palma abierta de su mano, respiró con profundidad y se concentró. —HAKAI. —Exclamó, al mismo tiempo que la cabeza del Zamasu comenzaba a desintegrase hecha polvo mientras que este gritaba agonizante en respuesta.

La concentración de Vegeta se vio interrumpida por un poderoso derechazo de Black directo al mentón, seguido de una ráfaga de puñetazos en toda la cara, cada impacto hacía brotar sangre del cuerpo del príncipe en forma de hilos salvajes que salpicaban los nudillos del falso saiyajin.

—Muere basura. —Exclamó Black apareciendo la espada de energía en su mano izquierda e intentando atravesar el corazón de Vegeta.

Este reaccionó rápidamente, esquivó el ataque y tomó el brazo del kaioshin en cuerpo de saiyajin y provocó que este se atravesara así mismo con la espada. Con su mano desocupada atravesó el estómago de Black y ya entre sus vísceras concentró una gran cantidad de ki y la hizo estallar, el cuerpo del Goku falso explotó en mil pedazos, desparramando sangre y tripas por doquier. Zamasu reapareció frente al trozo de torso y cabeza de black que aún quedaban intactos y rápidamente lo regeneró con su magia. Black no perdió un segundo y se lanzó al ataque, siguió combatiendo al saiyajin de cabellera erizada, Zamasu siguió detrás de ellos vigilando que su aliado no muriera, su pelea se elevó hasta las nubes.

Vegeta tomó el cuerpo de zamasu y lo lanzó contra black, creando una carambola con ambos, tomó una pose para su ataque de largo alcance, relámpagos morados comenzaron a bailar a su alrededor.

—el ataque ¡Big Baaaang!. —Gritó con furia, disparando el laser engrosado de energía morada contra ambos, mandándolos a volar fuera del planeta, para estrellarse con la luna que orbitaba el planeta, la princesa de la noche pudo sentirlo.

Black gruñó iracundo, se quitó de encima a Zamasu y lo arrojó fuera de la órbita de la luna al espacio, concentró su energía y telequinéticamente tomó el núcleo de la gigantesca roca blanquesina, sacándola de orbita con la tierra, las venas de sus brazos, pecho y cara se encontraban totalmente remarcadas, ya que tuvo por completo en su control a la luna la lanzó contra el planeta Equus.

El gigantesco satélite que medía 1/6 del tamaño del planeta se dirigía a toda velocidad contra su superficie.

Las princesas y los demás líderes de Equus miraban totalmente conmocionados, incluso temblando y sin poder parpadear cómo la luna se dirigía hacia ellos a toda velocidad. La princesa de la noche estaba impactada, no podía creerlo, alguien con el poder de controlar su luna a voluntad, imposible de concebir. Vegeta apareció a un lado de ella en un segundo.

—¿Puedes detenerla?. —Preguntó Vegeta, aún impresionado con por lo desquiciado que fue Black en lanzar el satélite contra el planeta.

—¡N-no! ¡No! ¡No! ¡No! ¡He perdido el control sobre mi luna! ¡Imposible!. —Exclamó histérica la yegua de la noche.

—¿Puedes reconstruirla?. —

—¡¿Eh?! ¿Príncipe?. —

—¡¿Puedes reconstruirla Luna!?. —

—¡S-si! ¡Tomará algo de tiempo y mucha de mi magia pero sí puedo!. —Exclamó la yegua.

Vegeta dio un salto con fuerza para ponerse a una altura considerable, concentró una gran cantidad de energía en su puño izquierdo y lanzó su brazo contra el satélite gigantesco, creando una fricción lo suficientemente poderosa para incendiar el aire, la onda de empuje creada por el puño del saiyajin siguió su curso hasta salir del planeta y cuando hizo contacto con la luna la hizo explotar en millones de partículas que comenzaron a caer como meteoritos en la superficie.

Si las princesas y los líderes ya estaban más impresionados y conmocionados, ahora lo estaban el doble, no podían creerlo, todo parecía una pesadilla.

Black y Zamasu aparecieron frente a Vegeta, este apenas y pudo darse cuenta, los tres comenzaron a intercambiar golpes y patadas en el aire. Black atrapó al saiyajin con telequinesis, dejándolo inmóvil pero le estaba costando trabajo lograrlo. Zamasu sonrió.

—Puedo sentir que el repunte de energía divina ha descendido drásticamente, te has estado esforzando mucho, Vegeta. —Mencionó el kaioshin maligno.

Black sonrió aún teniendo inmovilizado al saiyajin de cabellera azul lo abrazó por detrás, inmovilizando sus brazos y piernas con las suyas.

—Los ataques de esta escoria son intencionados a matar, mi cuerpo no logra acostumbrarse a este ritmo de pelea con esta transformación como lo hizo con Jiren. —Maldijo Vegeta en sus adentros, tratando de zafarse vanamente.

—Te lo mostraré. —Mencionó Black a su oído. —El poder que he aprendido a extraer de este cuerpo. —Su voz era maliciosa y burlesca.

El ki violeta que rodeaba a Black desapareció por completo, a la vez que este tomaba un suspiro profundo y se concentraba, absorbiendo toda la energía en su interior. Vegeta abrió los ojos de golpe al darse cuenta, mientras que una gota de sudor resbaló por su frente.

—Aprendió a usar la versión perfecta del blue en su estado actual, pero com… —No terminó sus pensamientos al ser interrumpido por el Zamasu frente a él.

—Y aquí es donde la historia se repite… y mueres, saiyajin. —Confesó.

Black apareció la espada de ki en su mano izquierda y rápidamente atravesó el corazónde Vegeta con ella, atravesándose a él mismo en el suyo en el proceso, los ojos del saiyajin de sangre noble se pusieron en blanco, entrando en shock por un instante, sangre salió disparada de su boca y nariz como chorros viscosos que quedaban pendiendo de hilos gruesos y oscuros, Black sufrió las mismas consecuencias, pero de algún modo sin perder su sonrisa sádica.

—T-tú morirás ta-tambi-bien… —Exclamó Vegeta entre toz y espasmos.

—No, eso no pasará. —Comentó casualmente Zamasu, poniéndose a un lado de Black y regenerando continuamente los tejidos del corazón de black, evitando así su muerte. Sudor frío corría por montones en su cuerpo, mezclándose con la sangre descendiente de Vegeta.

Su cabellera azul se apagó lentamente a una negra, sus brazos y piernas se sentían entumecidas y un hormigueo comenzaba apoderarse de su cuerpo, de pronto sintió un sueño pesado, su mirada cayó al suelo, observando como las princesas equinas lo observaban a los ojos, podía divisarlo ligeramente, el brillo de las lágrimas que bañaban sus ojos, rechinó los dientes con la poca fuerza que le quedaba, a pesar de toda su fuerza siempre era débil para proteger a sus seres queridos.

—Vegeta… —La voz de Bulma apareció en su mente

—Príncipe Vegeta —La voz de Luna

—Papá… —La voz de Cadance y Trunks

Sus ojos se abrieron de golpe, no podía morir aún, no dejando cabos sueltos, no permitiendo que estas basuras destruyeran lo único que le quedaba. Aún había una llama pequeña, casi como una chispa, podía sentirla muy cerca, muy dentro de sí y esta iba tomando fuerza hasta convertirse en una llamarada, sonrió débilmente, esta era la última oportunidad y perder no era una opción.

—Así que esto es lo que siente Kakarotto… que patéticos saiyajin somos. —Pensó con burla.

Una explosión de ki sacó de equilibrio a Black y zamasu y los apartó salvajemente del saiyajin de sangre pura, la espada de ki desapareció, la sangre aún caía brutalmente por el pecho y espalda de Vegeta, pero les confundió que este se mantuviera firme como la roca, dándose la vuelta para mirarlos a ambos a los ojos, rápidamente adquiriendo el estado del Blue.

—No moriré sin antes verlos sin aliento, insectos. —Aseguró, absorbiendo todo el ki divino en su interior, entrando al super saiyajin blue perfecto.

—Que obstinado eres, saiyajin. —Murmuró Black, limpiándose la sangre de los labios y nariz, para después lanzarse al ataque.

Un puñetazo fue rápidamente esquivado por Vegeta y aprovechando la apertura de la guardia de Black colocó su mano en el pecho de este.

—Tu sueño muere contigo. —Le confesó el príncipe al falso saiyajin. —HAKAI.

Zamasu trató de intervenir para rescatar el cuerpo agonizante que se hacía polvo rápidamente de su aliado, pero Vegeta lo lanzó lejos con una ráfaga de aire.

—¡Maldito saiyajiin!. —Gritó rabioso y hundido en ira Black, la mitad inferior de su cuerpo ya había desaparecido por completo. —Te voy a matar. —Rugió.

Lanzó un espadazo de Ki contra la cara de Vegeta y este al no poder moverse recibió el impacto de lleno en los ojos y nariz, sus iris estallaron en una bola de sangre así perdiendo la vista por completo, cerró los ojos y rugió con dolor pero se mantuvo concentrado, logrando desaparecer a Black, volviéndolo polvo por completo ahora siendo imposible para Zamasu por volver a regenerarlo.

El cuerpo de Vegeta perdió por completo su fuerza, comenzando a caer en caída libre al suelo, su cabellera se volvió negra nuevamente, el aliento comenzaba abandonarlo.

—Está en sus manos… ahora. —Murmuró.

Antes de tocar el suelo fue acogido suavemente con la telequinesis de Cadance y rápidamente acerca al resto de líderes equestres, donde se acercaron para ver la herida mortal de la cual aún brotaba sangre en su pecho, todos lo miraban mortificadamente, en especial la princesa del amor que se echó a llorar en su pecho, sin importarle empapar su pelaje con la sangre del saiyajin.

—¡Tenemos que hacer algo! ¡no podemos dejarlo morir!. —Exclamó Grover, sin una pizca de paciencia.

—La magia solo puede hacer mucho, no puede salvar a alguien que ya está muriendo. —Exclamó con impotencia Twilight, mientras las lágrimas caían sin control de sus ojos.

Natura sacó entonces una poción de su morral, una pequeña botella que albergaba un líquido blanco tan brillante que algunos tuvieron que cubrir sus ojos con sus cascos/pezuñas. Luna y Celestia abrieron los ojos enormemente, mirando con incredulidad a la líder de las zebras.

—Ese es acaso… —Celestia fue interrumpida por Nátura.

Esencia de resurgimiento, la poción para salvar a alguien de tomar su último aliento. —Exclamó Nátura, pasando la botella a los cascos de Luna, quien en lugar la tomó con su magia, limpiándose las lágrimas con su pata.

—La esencia del resurgimiento, un tipo de magia tan poderosa y antigua, se dice que ya había dejado de existir después de los wendigos. —Murmuró Twilight. —Pero ver que aún… es increíble.

La princesa de la noche vertió el elixir mágico en la boca del saiyajin y tomó su cabeza entre sus cascos para evitar que se ahogase, el fluido entró en el cuerpo del guerrero sin aparente reacción instantánea.

—No dejaré que revivan a ese saiyajin de nuevo, mortales. —Una voz sombría extremeció a todos por completo.

Voltearon a ver lentamente con horror al malvado Kaioshin que flotaba detrás de ellos, en su rostro podía verse la ira latente, Luna aferró al saiyajin a su cuerpo por instinto, protegiéndolo con su cola y alas a la vez que miraba desafiante al enemigo, aún sabiendo que no tenía una pizca de fuerza para enfrentarlo. Novo comenzó a temblar ligeramente, Grover tomó una pose desafiante, al igual que el resto de princesas equestres, Nátura solo lo miró de forma seria, manteniendo su pose, Ember empezó a gruñir y lanzar humo de sus fosas nasales y Thorax, al igual que Nátura permaneció serenamente serio.

—¡Moriraaaan!. —Gritó Zamasu de forma desquisiada, apareciendo su espada de energía en el brazo izquierdo.

Justo cuando se iba a lanzar al ataque su cuerpo se desvaneció, como si se hubiese teletransportado hacia otro lugar sin dejar rastro alguno de él. Todos los presentes se confundieron al paso de los segundos, no entendían que había pasado.

La toz del saiyajin trajo a todos de vuelta a la realidad, Luna enfocó velozmente su mirada en el príncipe que yacía recostado contra su cuerpo, observando como comenzaba a respirar y hacer movimientos frenéticos con sus extremidades, la herida de su pecho había dejado de sangrar, había cerrado y cicatrizado por completo, su ki aún era muy bajo, apenas pudiendo mantenerse con vida pero rumbo a un estado favorable. Las lágrimas comenzaron a resbalar de los ojos de las princesas equestres, pero esta vez de felicidad, Cadance se tiró nuevamente contra el pecho del saiyajin de sangre real, acariciándole con su alas y hocico. Twilight y Celestia observaban la escena con una sonrisa.

—Sus ojos, observen. —Comentó Thorax, apuntando con un casco a la vista del saiyajin, que estaba irreversiblemente dañada, habiendo rastros secos de sangre que había descendido de sus cuencas.

—Está vivo y eso es lo primordial, se da un paso a la vez. —Comentó Celestia, escondiendo la preocupación de la repentina ceguera del príncipe en sus adentros.

—Vegeta ser Un guerrero muy valiente y poderoso, Yak dar honores y medallas a Vegeta. —Comentó Rutherford.

El resto de líderes asintió con una sonrisa en su rostro, pensando en una futura ceremonia para el príncipe que salvó al mundo entero.

Luna sonrió y dejó escapar un suspiro de alivio. Permaneció observando a su amado entre sus cascos respirar tranquilamente aún inconsciente, el amor que sentía por el ser bípedo latía con mas fuerza que nunca, esta vez, tan solo por esta vez no dejaría que las dudas y el miedo inundaran su mente. Se acercó al rostro del saiyajin y comenzó a lamer suavemente su mejilla, la acción hizo que todos la miraran con ojos enormes, Twilight se ruborizó por completo, Celestia dejó escapar una toz detrás de su casco, mirando hacia otro lado de forma avergonzada, Cadance la miraba con ojos enormes y brillosos, como si hubiese encontrado el diamante mas precioso del planeta, pudo sentirlo, la magia del amor que poseía la hacía sensible a ese tipo de cosas.

La princesa de la noche continuó lamiendo la mejilla, la nariz y por último los labios del saiyajin, para después cerrar los ojos y reposar su cabeza sobre la cabeza del guerrero.

La calma después de la batalla había llegado.

****DBS&MLP****

Zamasu reapareció en el planeta de los supremos kaioshines, mirando agitado hacia todos los lados, confundido y aún con la ira invadiendo su cuerpo.

—Saludos, Zamasu, por fin te conocemos en persona. —La voz del sagrado supremo atrajo su atención a sus espaldas.

El malvado kaioshin se dio media vuelta para encontrarse con el sagrado supremo y los cuatro supremos kaioshines que protegían el universo, lo que más lo impresionó fue ver que al lado de ellos estaba de pie el ángel del universo 7, Whis.

—Les agradezco con humildad que hayan traído a Zamasu, me han ahorrado el tiempo de buscarlo, supremos. —Confesó Whis, haciendo una leve reverencia hacia ellos.

Los supremos, incluso el sagrado supremo rápidamente se tiraron al suelo haciendo una reverencia profunda.

—El placer es todo nuestro, Whis. —Contestaron los 5 al unísono de forma respetuosa.

El ángel sonrió levemente asintiendo con suavidad mientras apoyaba sus manos por detrás de su espalda. Su mirada serena se enfocó Zamasu quien aún permanecía frente a él.

—El señor Bills no está para nada contento con lo que hiciste, Zamasu, por eso me encargó la tarea de destruirte. —Confesó Whis, sin perder su sonrisa y gesto sereno. Los supremos y el sagrado sudaron frío.

Zamasu permaneció en shock observando.

El ángel entonces caminó hasta quedar frente a él, tomó un poco de aire y sopló suavemente contra Zamasu, haciendo que este se desvaneciera de inmediato como su fuera una corriente de polvo en el aire, había sido exterminado completamente de la existencia con el simple aliento suave del ángel.

—Honestamente fue una molestia, estaba disfrutando de mi postre favorito. —Se quejó levemente el ángel, apareciendo su bastón y observando al sagrado y los supremos. —Pero gracias a ustedes todo fue muy sencillo, nuevamente se los agradezco, adios. —Se despidió cortésmente, con la misma sonrisa y gesto sereno.

Había desaparecido en un flash.