CAPÍTULO 6

Cuando se abrió la puerta de la nave, Hinata no sabía qué esperar. Llegaron al planeta más pronto de lo que esperaba y Naruto no le había dicho una sola palabra después de que se despertó sola en la cama. Hinata volvió a mirar a Naruto. Su expresión era ilegible. No le pediría que la llevara a casa. Ya lo habría hecho si hubiese hablado en serio. Tomando aire, salió de la nave.

Por un segundo, sus ojos se cerraron con fuerza cuando sintió la puerta de la nave cerrarse. Anochecía en ese extraño planeta. Él la abandonaría. Ella estaría sola para siempre.

Tal vez sobreviviera esta noche. Saltó cuando Naruto puso su mano en el hombro. No le miró.

"Pensé que te ibas." dijo.

La yema del pulgar corrió a través de su cuello haciéndola temblar.

"Mi escudo no disipará tu olor."

"Entonces… ¿vas a matarme?"

Naruto le dio la vuelta. Enganchó un dedo bajo su barbilla obligándola a mirarle a los ojos.

"Creo que entiendo cómo se formó el tipo Akatsuki de Madara."

"No entiendo lo que quieres decir. ¿Quién es Madara?"

"Mi mentor torturador. Me ha estado golpeando y torturando toda mi vida con dos propósitos en mente. Ahora lo entiendo. De cualquier manera, no importa lo que eligiera, pensará que ha ganado. Si me apareo contigo no puedes ir a casa. Si nos encuentra... bueno, esperemos que no lo haga. Pero estoy seguro de que la verdadera razón por la que Madara me envió a la Tierra es para encontrar una hembra, llenarme con su aroma, y obligarme renunciar a ella asesinándola. Así, yo sería exactamente como Madara. Es lo que él quiere. Soy lo más cercano que tiene a un hijo, y no iba a ser un padre orgulloso si su hijo no fuera un asesino sin sentimientos. Si te mato, eso es lo que voy a ser."

"¿Qué vas a hacer conmigo? ¿Llevarme a casa como trofeo?"

Hinata no pudo detener la amargura.

"Soy hijo de mi padre."

Hinata esperó a que cambiara a bestia y deslizara sus garras en la carne. No hizo nada. Su confusión aumentó. Naruto colocó ambas manos sobre los hombros y respiró una bocanada de aire.

"Mi padre, mi verdadero padre, me amaba y también a mi madre. Voy a aparearme contigo. No voy a permitir que Madara te lastime o te use para lastimarme a mí. Soy un ser cruel, no voy a mentir acerca de eso. De hecho, sabrás cuando miento, porque mi cola crecerá."

Hinata estaba escéptica. Naruto se rió.

"¿No me crees?"

Naruto la soltó y dio un paso atrás.

"Te ves de color púrpura, con el pelo verde y verrugas cubriendo toda tu piel."

Hinata observó como su escudo gris se cerró sobre él, o fuera de él… no estaba segura porque él cambio fue muy rápido. Su cola se movió y antes de que sus ojos parpadearan, se hizo más larga. Naruto cambió de nuevo y le hizo un guiño.

Un pensamiento se le ocurrió.

"¿Qué quieres decir con aparearte conmigo?"

"Si no me apareo contigo y tu mueres, me voy a convertir en algo que aborrezco. Soy un bruto, lo sé, pero me gusta como soy."

"Así que… ¿tengo que aparearme contigo para salvarte?"

"Más o menos."

"Tienes razón. Eres un bruto. Me asustas hasta cagarme, me secuestras, me amenazas, y luego me propones ser tu pareja, todo en un par días. Y pensé que yo era la que cambiaba de opinión rápidamente… Estás loco. Eres como un tornado borracho, un desastre por todos lados."

Hinata se volvió y comenzó caminar a su alrededor. Los colores vivos llamaron su atención. Vegetación exuberante de todos los tonos salpicaban el horizonte. La vida vegetal brillante lucía un arco iris de colores en todas las formas y tamaños. El tono rojo sangre como la puesta del sol era impresionante. Pronto Naruto estaba de pie junto a ella.

"El transbordador será nuestra casa, a menos que encontremos algo mejor. Por ahora, necesitamos el replicador. Debemos aparearnos ahora. No tiene sentido posponerlo."

"No me voy a aparear contigo. Necesito ir a casa. Tengo obligaciones."

Sus pensamientos estaban en una misión. Ella se iba a casa, menos su olor.

Hinata giró hacia una dirección, mientras que había un poco de luz del día. Naruto la siguió. Largos filamentos de hierba la rozaron cuando pasó. Un pequeño estanque quedó a la vista. Hinata no dudó un instante, ella arrojó sus zapatos en el suelo y se zambulló en el agua.

Cuando salió, Naruto estaba apoyado en un enorme montículo verde.

El aire era cálido en el planeta, el agua estaba tibia. Había algo extraño en el agua; estaba sin vida, de una manera extraña.

"El agua es rara." dijo.

"He estado en un lago en la Tierra. Mi escudo odiaba la sensación. Lo que estás sintiendo es la nada. Estás acostumbrada a los contaminantes microscópicos. En este momento eres el ser más contaminado en este planeta. Te lo dije, sólo existe vida vegetal."

"¿No hay insectos ni animales de algún tipo?"

Hinata apoyó sus manos en la orilla y se detuvo, sentada sobre sus pies. Sus manos sacaron el pelo de su cara. Alcanzó sus zapatos y metió en ellos sus pies con los calcetines mojados.

"No hay bichos. Sólo ha sido creada vida vegetal."

Naruto parecía seguro de eso.

"¿Por quién?"

"No sé, no me importa. Mientras que no seamos encontrados estaremos bien."

Hinata se levantó y se puso delante de él.

"Bueno, ¡huele!, ¿apesto a ti o se ha ido?"

"No apestas. Es esencia. No tienes idea de lo que quiero decir y no lo sabrás hasta que nos apareemos. La mayor parte de mi aroma está dentro de ti."

"Quiero ir a casa. Lo prometiste, ¿o mentiste?"

"No estaba mintiendo en ese momento. Pensé que iríamos con calma, pero hay demasiados problemas si tú o yo volvemos a casa. Madara será la cabeza de la serpiente."

"Bueno, ya sabes lo que dicen de la cabeza de las serpientes. Córtala."

"¿Me estás pidiendo que le mate?"

"Te digo que necesito ir a casa. Mi tía y dos niñas están dependiendo de mí para su supervivencia."

"Si te llevo a la Tierra y Madara te encuentra, me va a oler en ti. Una simple brisa sería tu ruina."

"La Tierra es enorme. Nunca me encontrará; sería como encontrar una aguja en un pajar."

"El sentido del olor de los Akatsuki es muy agudo. Madara ha estado cerca de mí durante toda mi vida. Nosotros no llevamos el olor de los otros, ya que somos todos de sexo masculino, pero él puede y hará un rastreo si acaso te huele en mí. Madara te va a matar o te expondrá al crimen más atroz que las hembras humanas pueden soportar… algunas no lo soportan."

"¿Qué te importa a ti?" preguntó Hinata.

"Estamos unidos. Corre, ve. Te voy a dar una hora de la Tierra. Te prometo que nada te va a pasar. También prometo que te encontraré en cuestión de minutos después de que pase esa hora."

Naruto se volvió de espaldas a ella. Hinata corrió, podía escapar. Estaba segura, con cola o sin cola, estaba mintiendo. Hinata era una profesional en jugar al escondite. La Madre Naturaleza le había enseñado bien con las tormentas.

El follaje era exuberante por todas partes. A menos que le hubiera puesto un dispositivo de rastreo, nunca la encontraría. Pensar en eso le hizo detenerse. Naruto la mordió mientras estaba inconsciente, admitió ser cruel. Era posible que estuviera jugando con ella.

Divirtiéndose para pasar el rato.

Su ritmo se ralentizó cuando sus pulmones comenzaron a doler. Estaba dejando un rastro en su huída. Se detuvo y separó los arbustos en frente de ella. La belleza estaba en todas partes. La Tierra estaba en muy malas condiciones, con las nubes oscuras cruzando el cielo la mayoría de los días. Esperaba que una vez que el pueblo de Naruto consiguiera lo que querían les dejaran en paz.

A menos que buscaran esclavos. Se preguntó si los varones humanos serían mano de obra esclava. Servirían los peces gordos, seguro, comprando su pasaje a otro mundo, creyéndose mejores porque tenían dinero.

Eran las mujeres y los niños por lo que el corazón de Hinata sufría. Todos los pequeños huérfanos. Con determinación, Hinata decidió que iba a llegar a la nave. Era inteligente, había una posibilidad de que pudiera volar aquella nave a casa.

"¿En serio? ¿Vas hacia atrás?"

Hinata gritó cuando chocó contra el torso desnudo de Naruto. La abrazó.

"No ha pasado una hora." gritó ella.

"No, no ha pasado. Pero mira las nubes. Se acerca una tormenta. Se necesitan lluvias torrenciales para sostener este tipo de ecosistema. Tenemos que regresar a la nave."

De nuevo, Naruto se transformó en una bestia y arrojó a Hinata sobre su hombro.

La lluvia comenzó en la distancia, cayendo sobre las hojas, doblando la exuberante vegetación.

Su boca se abrió por la sorpresa, cuando enormes olas de agua se derramaron desde el cielo a solo unos metros detrás de ellos. Medio metro detrás de ellos… a centímetros de ellos...

Naruto saltó y las primeras gotas de agua alcanzaron las mejillas de Hinata cuando las puertas de la nave se cerraron de golpe. Naruto la puso abajo.

"¿Alimentos?" preguntó él casualmente.

La lluvia que golpeaba contra la nave era horrible. Naruto fue al replicador y se dirigió a la máquina. En cuestión de segundos había un plato lleno de una gran variedad de alimentos al vapor.

"¿Cómo sabías que la lluvia sería tan intensa?" preguntó ella, su cuerpo tiritaba. "Puedo sentir cualquier peligro para ti. Voy a tener que vigilar la lluvia, podrías ahogarte. No eres una brizna de hierba que puede resurgir."

Naruto cogió un trozo de carne del plato y metió todo el bocado en su boca.

"¿Tu tipo se empareja cuando no hay amor?" preguntó Hinata.

"No tengo ni idea."

"Si me emparejo contigo, ¿vas a llevarme a casa?"

No podía detener el temblor de su voz. No entendía lo que quería decir con el apareamiento, excepto tal vez que tendría relaciones sexuales con él, y, o bien la mataba, o bien se deshacía de ella después de conseguir lo que quería.

"Hay partes del acoplamiento de las que no tengo conocimiento. Si nos emparejamos, nos unimos de por vida. Los Akatsuki son básicamente inmortales excepto por una cosa. Si tú mueres, yo muero. La Tierra es inestable. Tendría que velar por ti cada segundo. Eso sería tedioso. Además, mi escudo necesita regenerarse, sin ello, yo soy vulnerable. Y prefiero no serlo. Mi planeta se está preparando para la batalla de su vida. Ahora lo veo. El secuestro de hembras humanas tendrá repercusiones. Los guerreros Konoha no nos darán ninguna información. Creo que entregándoles a las hembras humanas podremos influenciarles un poco. Hay un líder de los guerreros Konoha llamado Kakashi que los reagrupará. Quedaron devastados por la pérdida de sus hembras. Muchos guerreros cayeron. Muchos jóvenes Konoha de cuatro y cinco años se quedaron sin protección. Los Akatsuki comenzaron una nueva guerra. Ha sido larga, muy dura, y todavía batallamos. Un Akatsuki y un Konoha pueden luchar como guerreros a la edad de doce años. Los Konoha tienen Compañeros Guerreros a los doce; se emparejan y luchan como un equipo. Si Kakashi nos encuentra en la Tierra no sé lo que hará. Tratará de matarme. Si descubriera que eres mi compañera, nos encerraría por la eternidad. Un Konoha nunca perjudicará a una hembra. Es lo que los hace débiles y vulnerables."

"No me has herido." se vió obligada a decir Hinata.

Naruto se puso rígido.

"Entonces supongo que Madara estaba en lo cierto todo el tiempo. Soy patético."

"La compasión y la piedad no te hacen patético. No tener piedad es de cobardes."

Los hombros de Naruto se relajaron. Cogió un elemento púrpura que Hinata decidió que era una fruta. La metió en su boca y masticó, mientras la miraba. Todo lo que decía era incomprensible para ella. Ella no sabía lo que era un Konoha.

"¿Un Konoha te mataría?"

"Sí."

"Suena como si al emparejarme contigo vas a tener un montón de nuevos enemigos."

"El universo teme a los Akatsuki por una razón. Conquistamos, matamos. Destruimos sin piedad."

"¡Huy!, esto está poniéndose más atractivo a cada segundo."

Naruto puso el plato en el replicador. Caminó alrededor de ella.

"Hay más."

"Apenas puedo esperar."

"Me estoy acercando mi ciclo de necesidad. Es el primero y es muy poderoso. Pronto voy a encontrar demasiado difícil resistirme a ti. Mi interior batalla por el control. Cuando no tenga nada de control va a ser un problema."

"¿Qué vas a hacer?" susurró Hinata.

Naruto caminó hacia adelante. Su cuerpo era el de un depredador, ella no podía moverse. Llevó la mano a su mejilla.

Hinata se quedó sin aliento y vió temblar a Naruto. Él estaba dentro de ella, su droga. Hinata quería fundirse en sus brazos, pero se quedó pegada al suelo.

"Vas a hacer que te quiera." dijo ella. "Tus drogas me van a seducir."

"Es más que eso. Están haciendo que te desee. Están haciendo que me quieras. Una parte de ti debe haber estado atraída hacia mí por un segundo. Un 'sí' es todo lo que mi escudo necesitaba. Una invitación. Aceptación, como no he tenido ninguna en cientos de años, eso es un afrodisíaco para mi escudo. Mi escudo me cuida de una manera única que no entenderías. Mi única droga está en mis colmillos. Mi especie es conquistadora y sí, soy un guerrero, pero contigo es diferente. Mis secreciones, no pelean contigo para controlarte. Yo no quiero ser tu dueño. Quiero darte la mitad de mí. Eso significa que vas a mantener mi vida en tus manos, y yo mantendré la tuya. Aparéate conmigo, Hinata. Puedo oler tu compasión. Cuando mis padres murieron, la compasión también murió. Mi cuerpo recuerda esa emoción. Cada vez que te toco, todo mi ser recuerda lo que era el amor. Dámelo de nuevo. Dámelo de nuevo, y juro que nadie volverá a hacerte daño jamás."

"¿Me amarás?"

Hinata oyó sus palabras susurradas. Sus emociones eran tan intensas con la necesidad, con cada parte de ella gritando por su toque.

{¿Cómo es esto posible?}

"Si soy capaz de amar, entonces te amaré."

"¿Quieres probar?"

Naruto negó con la cabeza.

"Con un Akatsuki, está allí o no lo está. No sé si puedo. Se ha criado tanto odio dentro de mí. Hay tanta rabia dentro de mí. Cuando te toco, hay una emoción por encima de mi conciencia, que lucha por liberarse. Enséñame a amar, Hinata. Enséñame la compasión. Voy a tratar de aprender, si es posible. Es sólo que no lo sé."

La lluvia continuaba cayendo sobre la nave de transporte, meciéndola. Hinata trató de concentrarse, pero cada vez que Naruto la tocaba, su mente volvía a él. Si lo que decía era cierto, Hinata iba a hacer el amor con un hombre virgen de cuatrocientos años de edad.

{¿Cómo era eso posible?}

Naruto no tendría ni idea de lo que estaba haciendo, y por la forma en que se expresaba, era obvio que no lo hacía. Este era el hombre más poderoso y masculino con el que se había encontrado nunca. Hinata tomó su mano y la puso debajo de su camiseta. Cuando la mano se encontró con su pecho, fue amor a primer toque. Podía decirlo por la forma en que él se tensó y su aliento se detuvo. Hinata gimió cuando su mano trató de cerrarse sobre su pecho, apretando. La tiró con más fuerza contra su pecho. Era demasiado fuerte. Era más que poder, eransólido, un bloque de acero tamaño hombre.

"Esto es demasiado limitante." dijo Naruto en un gruñido suave. "Aceptación, recuerdo la emoción. No es de extrañar que mi escudo quisiera esto para mí."

Hinata chilló cuando Naruto rasgó su camisa por la mitad.

"Necesito esto. No es como si hubiera una tienda de ropa."

"El replicador te hará otra. Además, aún estás mojada por el baño que tomaste en el estanque. Eso te da escalofríos y necesitas ser calentada. Tengo que mantenerte a salvo."

Habló lentamente, arrastrando sus palabras, Hinata pensó que debería estar confundida, pero no lo estaba. Cada toque la llevó más cerca de entenderle. Estaba loco por la necesidad de unirse a ella.

La idea surgió con fuerza en su mente, sorprendiéndola. Naruto la levantó en sus brazos y le sacó los pantalones, rasgándolos, sus zapatos cayeron al suelo. Se bajó los pantalones y su polla se reveló libre. Podía sentir la fuerte presión contra ella. Hinata se movió más bajo para envolver sus piernas alrededor de su cintura. Sintió que su peso no era nada para él. Naruto maldijo cuando su calor le tocó.

"Puedo oler tu preocupación." dijo Naruto. "Incluso con las mujeres extinguidas, Madara y los otros machos eran vulgares al referirse a qué iba dónde y cómo debía suceder."

Hinata se preguntó a qué se refería, al tiempo que Naruto la empujó hacia arriba y gritó cuando su enorme miembro la empaló. No había vuelta atrás. Naruto envolvió sus brazos alrededor de ella empujando hacia arriba, tirando hacia abajo.

Fue hábil y embaucador con cada embestida. Lo sintió en todas partes. Su ser estaba dentro suyo. Su frente descansaba sobre él y fue arrastrada hacia abajo, y luego hasta el pecho. Naruto estaba sudando.

Ella clavó los dedos en sus hombros. No estaba segura de si sentía terror cuando una gota de su sudor se deslizó más allá de su piel. Sus secreciones se fundieron con las de ella.

Hinata quería más de él. Cada centímetro de ella quería tocarle. Fue surrealista, caer por alguien tan rápido.

{¿Estoy drogada?}

{No.} susurró su mente.

Cada necesidad que sentía fue respondida. Cualquier temor fue anulado. Ni el escudo ni Naruto influyeron en sus emociones, solamente estaban reaccionando con amor a lo que sentía.

El corazón de Hinata saltó, se preguntó si Naruto se daba cuenta de que podía amar. Se preguntó si él sentía las mismas emociones en ese momento. El cuerpo de Naruto le habló en un idioma antiguo.

Hinata lamió su piel. Más de él se filtró hacia ella. Cada sabor, cada lamida, aumentaba su deseo. Naruto la agarró de la parte posterior del cuello con su enorme mano y la obligó a mirarle a los ojos.

Hinata siempre amó los ojos azules, tan expresivos, tan profundos. La mirada que le devolvió era intensa.

"No tengas miedo. Algo está ocurriendo dentro de mí. No puedo detenerlo."

Su interior comenzó a doler por su tamaño e intensidad. Había algo diferente que no esperaba. Su miembro creció, lo sintió. Sus entrañas se esforzaban. Aminoró el movimiento, pero se veía tan desconcertado que el pánico de Hinata creció. Ella se apareaba con un alien, cualquier cosa podría pasarle. Él podría rasgarla, separarla.

¿Y si realmente iba a comérsela? Pero ella sabía que Naruto la amaba.

¿Cómo podía hacer esto?

{¡Oh Dios!}

"Duele." gimió ella.

"Maldita sea."

Su respiración era irregular, jadeaba. La preocupación de Hinata aumentó. Era demasiado. Sus entrañas se tensaron.

"Naruto." susurró.

Naruto estaba haciéndole daño. Lo sentía.

Había miedo en la voz de Hinata. Su escudo batalló para secretar el fluido para calmarla, pero no era suficiente. Había más en el apareamiento y Naruto no lo entendía.

Hinata gritó. Naruto no podía parar, tampoco podía hacerle daño; tenía que hacer algo. Sus colmillos parecieron crecer por iniciativa propia, cada vez más grandes, gotearon.

Naruto bajó la cabeza y hundió sus colmillos en la garganta de Hinata. Se relajó inmediatamente. Su cuerpo plácido y aceptándolo. Ella ya no sentía ningún dolor.

Su escudo le estaba instando a continuar, había más en el apareamiento. Sin retirar su polla, se volvió y la puso sobre la cama. La agarró por las caderas y la atrajo de nuevo sobre él.

Naruto bajó su cabeza. Le lamió el cremoso hombro. Necesitaba marcarla. El universo necesitaba ver que ella era suya y estaba bajo su protección, ¡que nadie tratara de joderla! Su compañera.

Hinata gimió cuando grabó su tatuaje sobre su espalda cerca del hombro. Cuando hubo terminado, el tatuaje brillaría negro en su bella piel pálida, a juego con sus propias mejillas perfectamente tatuadas.

En su interior, sabía que no era el momento de concebir. Se encontraba en las primeras etapas de su necesidad. Ella aún no necesitaba un pedazo de su escudo. Solo le necesitaba a él. Naruto rugió su liberación. Se deslizó de Hinata y tiró de ella en sus brazos. Su cabeza descansaba sobre su hombro.

Su escudo los envolvió, sorprendiendo a Naruto; ella era la primera hembra humana en plena madurez que había protegido nunca.

Entonces Naruto recordó. Su padre podía proteger a su madre. Naruto podría arreglar cualquier herida. Él la sanaría.

"¿Hinata?" susurró.

"¿Sí?'

"Todavía soy un imbécil, pero puedo amar."

"Es bueno saberlo."

" Hinata, ¿te sientes diferente?"

"Estoy aplastada dentro de tu escudo."

"Estás dentro de mi escudo, conmigo."

"No te tengo miedo. En absoluto."

"No se supone que debas tenerlo."

"¿Naruto?"

"¿Hmm?"

"¿Me quedaré aquí para siempre?"

"No. ¿No te gusta estar tan cerca?"

"Tienes una polla enorme."

Naruto se rió.

"¿Genial?"

"Sí. Sigues siendo un imbécil."

Continuará...