Los personajes no me pertenecen, los tomo prestados de Rumiko Takahashi. Esta historia es por diversión y sin ánimo de lucro
Por un sueño
Capítulo 7
Ranma pasó todo el domingo preocupado por Akane, y eso que su padre y su abuelo no le dieron mucho margen para pensar porque, aparte del entrenamiento de grupo, habían elaborado uno especial y exclusivo para él. Llegó a casa hecho una auténtica piltrafa humana. Pero por más que le exigieran, en su cabeza solo estaba ella. Vale que le escribió y le dio de nuevo las buenas noches cuando Mousse la dejó en su casa, pero seguía con la sensación de que era su deber haberla llevado. Y no un deber que le molestara, como cuando tenía que hacer tareas en casa o para el colegio, era un deber que le hubiera encantado realizar. Quizá si la hubiera acompañado… y hubieran estado solos… Se moría de ganas de besarla pero desistió de la idea, lo único que le faltaba a Akane era otro baboso más.
Cuando terminó de darse un buen y tonificante baño y estaba acabando su cena, la cual devoró sin apenas respirar, una idea loca se le cruzó por la mente. Se despidió de sus padres hasta el día siguiente fingiendo estar muerto de sueño y cansancio, que en parte era verdad, para poder escabullirse desde la ventana de su cuarto.
Corrió por las calles de Nerima unos veinte minutos hasta divisar la casa de Akane. Cuando paró frente a su puerta, tomó un poco de aire y sacó su teléfono ―Va a creer que eres un chiflado. ―Antes de escribirle, miró hacia la ventana de su habitación, o la que él pensó que era la suya. La luz estaba encendida.
Ranma: Qué tal has pasado el domingo? Me has echado de menos? (enviar)
Nada más pulsar se arrepintió de estar allí y de haber enviado ese mensaje. Decidió borrarlo pero ya era tarde, el visto en azul en la conversación de Akane confirmaba que ella acababa de ver lo que le había escrito.
Akane: Pues bastante agotador, casi no me sostengo en pie, estaba a punto de meterme en la cama. Y el tuyo? Lo de si te he echado de menos o no… me lo reservo :P
Ranma sonrió de medio lado ―Está jugando, eso es buena señal… ¿no? Si estuviera Ukyo aquí, le preguntaría.
Ranma: Auchh, eso ha dolido. Pues cuando pensaba que mi día había acabado por fin, mi padre me hizo salir a correr una hora. Acabo de pasar por tu casa ahora mismo.
Akane: Has pasado por casa y no te has parado a saludar a mi padre? Se va a sentir muy ofendido.
Ranma: Luego le mandaré una botella de sake para excusarme, pero… no era a él a quién me hubiera gustado saludar.
Vio escribir a Akane como cosa de un minuto, un minuto que para Ranma se figuró como una hora entera. Más claro no podía haber sido. Solo rezaba porque ella no fuera muy cruel en su respuesta.
Akane: Y… ya estás muy lejos?...
Ranma: Sólo tienes que decírmelo y me doy la vuelta.
Akane: Mi padre está durmiendo pero puedo saludarte un ratito de su parte…
Akane se sintió arder al enviar ese mensaje, ¿pero qué le estaba pasando? ¿Qué tenía Ranma de especial que quería estar con él a todas horas? Apenas lo conocía y ya le había creado una necesidad imperiosa de querer verlo.
Ranma: Baja en dos minutos.
Ranma se removió el pelo, nervioso, estaba como un auténtico flan. Al poco, el portón de la casa Tendo se abrió y vislumbró la figura de Akane en la semi oscuridad. Iba con un pantalón corto de pijama, dejando de nuevo, para recreo de la vista de Ranma, sus hermosas piernas al descubierto. También llevaba la chaqueta roja de Adidas de él.
―Me gusta tu chaqueta, te queda muy bien ―dijo nada más verla.
―¿A que es bonita? Se ha convertido en mi favorita. ―Sonrió tímidamente―. Así que… ¿qué has hecho para que ni tu padre ni tu abuelo te dejen descansar después de todo el día?
―Yo, nada. Soy un alumno de diez, siempre que se acerca un torneo se ponen insoportables. "Tienes que dejar el apellido Saotome en el estatus que le corresponde. Y ese no es otro que el más alto" ―imitó la voz de su padre.
Akane rio y Ranma creyó que flotaba al oírla ―Creo que voy a perder la apuesta…
―Ya te lo dije, pero seré benévolo contigo, no te preocupes.
―Es un alivio, gracias ―bromeó sarcástica.
Ranma se puso serio de pronto ―Oye… ¿estás bien? ¿Te ha vuelto a molestar ese tipo?
Akane se tensó un poco y luego negó con la cabeza ―Parece que tu advertencia hizo efecto…
De nuevo se encontraba en la incertidumbre de preguntarle a la chica sobre su pasado pero, si quería iniciar algo con ella necesitaba saber a qué debía atenerse ―Akane… él y tú…
―Sí… estuvimos juntos una temporada. ―La chica escondió el rostro y se abrazó a sí misma, avergonzada―. Fue poco tiempo, enseguida me di cuenta de que no me convenía y le puse fin. Pero él no lo ha aceptado y sigue insistiendo, creí que lo tenía controlado, hasta ayer… ―Ranma no supo qué decir, sólo se quedó callado mirándola fijamente―. Supongo que mi vida es demasiado complicada… entiendo si tú no…
―¿Qué? Perdona, sólo estaba pensando… ¿Hay algún otro ex con el que vaya a tener que pelearme?
Akane frunció el ceño ―No entiendo lo que tratas de insinuar, ¿crees que soy una promiscua? Solo he salido con ellos dos y yo no… no he hecho… Seguro que tú has salido con muchas más chicas y no te digo nada.
―Yo no quería decir eso, perdona si me has malinterpretado, jamás he pensado eso de ti, ni se me ha pasado por la cabeza. Todos tenemos un pasado. Lo que quería decirte es que… no dejaré que un imbécil te haga daño, se las tendrían que ver conmigo.
Akane pareció relajarse ―Vale…
Estuvieron un rato en silencio hasta que Ranma volvió a hablar, no quería irse con la sensación de haber molestado a Akane ―Entonces… si me dejaras… ¿me volvería tan loco como ellos?
Akane enarcó una ceja y sonrió pícaramente ―¿Cómo que si te dejara? ¿No deberíamos estar saliendo para eso?
Sin saber cómo, poco a poco habían ido acercándose el uno al otro hasta quedar a escasos centímetros ―Para tu ex psicópata número dos, tú y yo somos "novios"... ―Hizo el gesto de las comillas en el aire.
―¿Y para ser "novios" ―Akane lo imitó―, no tendríamos al menos que habernos besado…? ―Se sonrojó nada más acabar de decir la frase.
Ranma le apartó un mechón del flequillo y su mirada se volvió muy intensa, tanto que hizo a Akane tragar en seco mientras el corazón le latía a mil por hora.
―Bueno… eso tiene fácil solución… ―Ranma se inclinó lentamente, buscando la aprobación de Akane, ésta cerró los ojos, apoyó las manos en el pecho del chico y buscó también el contacto con sus labios. Estaban a escasos milímetros, tanto que podían sentir sus cálidos alientos.
―¡Akane! ¿Estás fuera? ―La voz de Kasumi Tendo hizo que la pareja se separara de golpe, quedándose con las ganas de probar el sabor de los besos del otro.
―¡Sí, Kasumi! ¡Ya entro! ―Miró al chico con una caída de ojos que hizo temblar al gran guerrero Saotome―. Ya es tarde… nos vemos otro día… Buenas noches, Ranma…
―Buenas noches, Akane…
En cuanto ella cerró el gran portón, Ranma respiró profundo, todo el camino de regreso a su casa se lo pasó con una sonrisa boba que era incapaz de hacer desaparecer.
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El inspector Shinnosuke Ryugen llegó por la mañana a su despacho después de pasar toda la noche recogiendo pruebas en la escena de un nuevo crimen. Se sentía cansado tanto física como psicológicamente. Era la tercera víctima en menos de dos meses, apenas una semana de diferencia entre la segunda y la tercera. Aún andaban desaparecidas tres chicas más con las mismas características, se le estaba acabando el tiempo y tenía que apurarse si no quería encontrar a una nueva víctima.
Se tumbó en su silla pesadamente y apoyó la cabeza en el respaldo, aún tenía que rellenar el informe antes de poder irse a casa.
―Buenos días, inspector, vaya comienzo de semana, ¿no?
La voz de su secretaria le sacó de su estado de letargo ―Al menos la hemos empezado mejor que esa pobre chica… ―respondió apesadumbrado.
―¿Le apetece un café?
―Sí, gracias, Natsume. Que esta vez esté extra cargado. Eres mi salvación.
La chica se ruborizó, hizo una leve inclinación de cabeza y fue en busca de la tan anhelada bebida para su jefe. Shinnosuke se levantó para cerrar la puerta pero algo le llamó la atención.
―Buenos días, Tatewaki. ¿Qué haces en la mesa de Kashao? ¿Ahora te interesan las artes marciales? ―preguntó situándose de pie, a su lado y de brazos cruzados.
Kuno ni siquiera miró a su interlocutor, siguió buscando por la red información del supuesto novio de Akane ―Este niñato me agredió el sábado por la noche y voy a denunciarlo. Acabaré con su carrera antes de que empiece. Estoy mirando si tiene antecedentes.
Shinno entrecerró los ojos y pareció dudar un instante ―¿Qué fue lo que pasó exactamente?
―Se metió donde no le llamaban y me golpeó, está federado así que puedo joderlo por ahí. Esa chulería suya se la voy a bajar de un plumazo.
―¿Te dejaste golpear por un crío? ¡Si tiene 17 años!
―¡Me pilló desprevenido! ¡Ya te he dicho que se me echó encima sin más! ―Kuno volvió a enfrascarse en su búsqueda por las redes.
―Seguro que había testigos, lo primero es que corroboren que él atacó primero y segundo, si ese chico usó o no las artes marciales; en el segundo caso dudo que tengas nada que hacer contra él. Yo que tu lo dejaba estar, ¿quieres que la comisaría entera se entere de que vencieron al gran Tatewaki Kuno? ¿El que fue apodado en su época de deportista "El rayo azul"? ―Kuno lo miró con desdén, era obvio que Ryugen y él no hacían buenas migas―. Ya somos adultos, no te metas en peleas con adolescentes. Además, tienes trabajo. Acabamos de traer a otra chica, estoy convencido que es obra de la misma persona.
Kuno resopló de mala gana ―Ya voy, dame dos minutos.
Shinnosuke se dirigió de vuelta a su despacho justo cuando Natsume aparecía con un humeante café ―Aquí tiene, extra cargado y con una nube de leche… como a usted le gusta…
―¿Qué haría sin ti? ―Tomó la taza de las manos de su secretaria rozando a propósito los dedos de ésta, la cual soltó un leve suspiro, Shinnosuke se sentó de nuevo.
―¿N-necesita algo más… inspector?
Shinnosuke la llamó con la mano para que se acercara, la chica caminó despacio hasta colocarse a su lado. Sutilmente, Ryugen acarició el gemelo de Natsume y fue subiendo paulatinamente hasta llegar al muslo de la joven
―Verte esta noche… ―susurró seductoramente― ¿Estás libre para acercarme por tu apartamento?
La chica jadeó cuando Shinnosuke llegó a la altura de su ropa interior ―Y-ya sabes… que sí… ―respondió en voz baja.
Shinnosuke dejó de tocarla antes de ser descubiertos, el que de vez en cuando se acostaran no era incumbencia de nadie ―Perfecto… llegaré sobre las 19h. Nada más, Natsume, cierra la puerta al salir. ―Esto último lo dijo en voz más alta, para que la gente no sospechara.
Cuando su secretaria cerró la puerta, sacó su teléfono móvil y marcó uno de los pocos números personales que tenía, todos los demás eran de trabajo. Cuando estaba a punto de colgar una dulce voz sonó al otro lado de la línea.
―Hola, tía. ¿Qué tal estáis?... sí, mucho tiempo… es que tengo muchísimo trabajo… oye, ¿hay hueco para uno más para comer?... Vale, vale… anotado, que ni se me ocurra preguntar la próxima vez… Ya estoy deseando probar tus platillos, mi madre siempre me decía que su hermana pequeña era mejor cocinera que ella y debo decir que no se equivocaba… Sí, yo también la echo de menos… Bueno, nos vemos luego.
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Hacía mucho que Shinnosuke no salía de Tokio, salvo por trabajo. Su tía le recriminaba constantemente que los tenía abandonados, que siempre había que dejar un hueco para la familia, y no le quitaba la razón. Pero desde que sus padres fallecieron en un accidente de tráfico, hacía cosa de dos años, le costaba visitar a su tía. Le recordaba demasiado a su madre, eran casi como dos gotas de agua, salvo por el color del cabello.
Se plantó delante de la puerta de su casa y llamó al timbre. Casi de inmediato, su dulce tía le abrió y su corazón dio un vuelco al verla. Recordaba que se parecían pero no tanto.
—Shinnosuke, cariño. —Inmediatamente abrazó a su querido y único sobrino.
—Tía Nodoka, te veo genial, cada día más guapa.
—Eres un zalamero, como tu padre. Pasa, estás en tu casa, ya lo sabes.
Shinnosuke entró y se quitó la chaqueta, entregándosela a su tía.
―¿Te apetece algo de beber, cariño? ―preguntó Nodoka, feliz de tener a su sobrino en casa.
―Un té estaría bien, gracias. ¿Dónde está el enano de mi primo?
―¿A quién llamas enano? ―Ranma entró en ese momento en la sala de estar y se acercó para saludar a su primo, al cual hacía dos años que no había visto.
―Vaya, si ya estás casi igual de alto que yo.
Se dieron la mano en un gesto casual ―¿Cómo que casi? Ya soy lo mismo de alto que tú, y aún puedo crecer hasta los 21 años. Me alegro de verte, Shinno.
―Ranma, mi vida, ¿tú también quieres un té?
―Sí, gracias.
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Conversaron animadamente durante el almuerzo. Shinnosuke les puso al día de su vida, aunque poco pudo contarles, ya que prácticamente todo giraba alrededor de su trabajo.
―Shinno cariño, ¿tienes novia? ―preguntó Nodoka cambiando radicalmente de conversación.
Su sobrino casi se atraganta con un trozo de pescado y Ranma no pudo evitar soltar una risotada. Cuando Shinnosuke se recompuso miró a su tía de reojo mientras daba un largo sorbo a su vaso de té ―No, tía Nodoka… sigo sin novia.
―Pero ya es hora de que busques a una buena mujer que te cuide y tenga a tus hijos.
Ranma continuó riendo por lo bajo, su primo mayor lo fulminó con la mirada pero él hizo caso omiso.
―Nodoka, deja al chico. Es joven y guapo, ya tendrá tiempo de formar una familia, sólo tiene 28 años ―intervino Genma para echarle un cable.
―Sí, déjalo mujer. Seguro que no le faltarán mujeres que lo "cuiden", ¿no es así? ―Happosai lo miró sonriendo lascivamente. Shinno sabía muy bien a qué clase de cuidados se refería el abuelo de Ranma, que según pudo comprobar, no había cambiado ni un ápice.
―Me recuerdas mucho a mi madre, tía, y no sólo físicamente, ella no hacía más que decirme que quería nietos… supongo que ahora ya da igual… ―Se hizo el silencio durante unos instantes. Al ver el ambiente que había creado, intentó sonar más desenfadado―. Tía Nodoka, es que ahora mismo me absorbe mi trabajo, cuando tenga novia, serás la primera a la que le presente.
Nodoka pareció conformarse con la respuesta de su sobrino y sonrió cándidamente ―Eres como mi hijo, no te dejaría en manos de cualquier mujer. Por cierto, ¿sabes que Ranma tiene novia?
Esta vez, fue el primogénito Saotome el que se atragantó con un trozo de comida y su primo lo miró con media sonrisa vengativa ―¿Ah… sí…? Vaya, vaya… ¿mi primo pequeño ya va a sentar la cabeza tan pronto? En la última conversación que tuvimos no querías ni oír hablar de mujeres… ―Su tono socarrón irritó a Ranma. Pero sabía que se lo merecía por haberse burlado previamente de él.
―No tengo novia… nos estamos conociendo… ―dijo secamente y continuó engullendo.
―Pero seguro que pronto la conquistas, nunca había visto a Ranma así de embobado con nadie… Enséñale una foto.
―Sí… enséñame una foto… ―secundó Shinnosuke, que continuaba con su tono burlón.
Ranma masculló maldiciones y sacó su móvil. Buscó en galería las fotos del sábado por la noche. Es esta de aquí ―dijo malhumorado.
Shinno abrió los ojos cuando vio a la chica, ahora podía entender más o menos lo que había pasado ―¿Es esta? Uf… si yo tuviera 10 años menos te juro que tendrías un fuerte rival…
―¡Pero qué dices! ¡Te las verías conmigo y me daría igual que fueras familia mía! ―Ranma apuntó con el dedo índice a su primo. Éste se giró buscando a su tía.
―Sí, le ha dado fuerte ―siguió burlándose.
―Y que lo digas… el otro día se peleó con Ryoga Hibiki por ella ―añadió mordaz, Happosai.
―¿Te peleaste con Hibiki? ¿¡Antes del torneo!? ―gruñó su padre.
―N-no me peleé con él… ¿le vas a hacer caso al viejo?
Shinnosuke era un mero observador, pero ya era hora de terminar con el motivo real de su visita ―Ranma, ¿salimos al jardín y calentamos un poco? Hace mucho que no practico, estoy algo oxidado y qué mejor que un entrenamiento ligero con el campeón.
Ranma lo miró extrañado pero no decía que no a un combate ―Por mí perfecto.
―Yo voy a echarme un rato, me alegra verte, Shinno. Sabes que puedes venir a ésta, tu casa, cuando quieras.
―Gracias, tío Genma.
―Yo… voy a darme una vuelta. Nos vemos en la cena ―Happosai se fue saltando fuera de la residencia Saotome.
―¿Te quedas a cenar, cariño?
―No, tía. Tengo que volver a la oficina a continuar con unos papeleos. Pero prometo no tardar tanto en haceros otra visita.
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Ya en el jardín, Shinnosuke se quitó la camisa y la dejó cuidadosamente colgada en la rama de un árbol, quedándose con el torso al descubierto. Ranma lo observó como quien ve a un extraterrestre por primera vez.
―Es seda italiana, no quiero que se estropee.
―Te has vuelto muy pijo, Shinno. ―Se rio y se quitó también la camiseta.
Hicieron varios combates sólo marcando hasta que ambos quedaron satisfechos. Ranma le ofreció agua, él parecía estar totalmente fresco mientras que su primo respiraba pesadamente sentado en el porche.
―Se nota quién sigue entrenando y quién se ha vuelto una rata de despacho ―dijo Shinnosuke tras beber un gran sorbo de agua.
―Puedes venir al Dojo a entrenar cuando quieras, ya lo sabes.
Shinnosuke lo miró fijamente ―Hay una razón por la que he venido hoy aquí, y es para hablar contigo.
Ranma se extrañó, hacía dos años que no se veían, ¿qué querría decirle? ―Pues dime.
―¿Qué ocurrió el sábado por la noche exactamente? Te peleaste… ¿cierto?
El chico se tensó ―¿Cómo lo sabes? ¿Quién te lo ha dicho?
―Digamos que el otro implicado es compañero y te quiere buscar las cosquillas, yo solo intento proteger a mi familia. Pero antes tienes que contarme lo que sucedió.
―¿Tu compañero? ¿El tal Kuno? ¡Es un mal nacido! ―Ranma comenzó a alterarse.
―Estamos de acuerdo pero… ¿estás seguro de que esa chica no está saliendo con él?
―¡Claro que estoy seguro! ¡Ella misma me lo ha confirmado!
―Ranma… ¿le golpeaste?
―Y-yo… le di un puñetazo en el estómago. ¡Pero créeme que él se lanzó a pegarme! ¡Yo me defendí!
Shinnosuke se puso los dedos índice y pulgar en su tabique nasal y se masajeó la zona ―¿Y por qué te quiso pegar?
―¡Porque lo aparté y lo estrellé contra la pared! ¡Tenía a Akane acorralada! ¡Le estaba gritando y zarandeando como si fuera un guiñapo! ¡Yo sólo se lo quité de encima y luego él se abalanzó para atacarme! ¡Con un puñetazo me bastó! No usé artes marciales si eso es lo que te preocupa, pero no dudes que si la veo en peligro por culpa de ese baboso o de cualquier otro, las usaré si hacen falta para protegerla.
―¿Hay testigos que puedan corroborar esa historia?
Ranma bufó ―Todo el maldito bar puede corroborar lo que pasó.
Shinnosuke lo miró serio pero luego se rio ―Estás totalmente colado por esa chica por lo que veo.
Ranma se puso colorado ―Y-yo… hubiera hecho eso también con cualquiera… pero tratándose de ella… más... ¿Acaso si tú ves a una chica en apuros no correrías a socorrerla? Y sobre todo… si es la chica que te gusta...
―Touchè, sólo te digo que te andes con cuidado con este tipo, ¿de acuerdo?
―Si deja a Akane tranquila no tendremos de nuevo esta conversación.
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Recién habían terminado un arduo entrenamiento especial, regalo del abuelo de Ranma. Los alumnos estaban tirados por el suelo intentando recuperar el aliento.
―¿Qué tal vas con Akane? ¿Vais a volver a quedar? ―preguntó Ukyo curiosa, la verdad es que le cayó genial y quería que se uniera al grupo. Así tendría una chica con la que hablar de sus cosas, porque era obvio que no podría jamás ser amiga de Shampoo, principalmente porque tenían el mismo interés. Aunque Ukyo estaba convencida de que si Ranma o el encargado de Akane le dijeran algo, dejaría ipso facto plantado a Taro, solo era cariñosa con él para ponerla furiosa, y vaya si lo conseguía…
―Pues… eso quiero… pero lleva toda la semana entre el Maidreamin y los ensayos de ballet. Yo no es que esté mucho más libre, ya sabes lo pesados que se ponen mi padre y mi abuelo cuando se acerca un torneo, no me dejan ni a sol ni a sombra.
―Pues es una pena, ya mismo volvemos a clases y lo tendrás más difícil ―respondió su mejor amiga.
―Si quieres ir a verla yo me ofrezco a acompañarte al Maidreamin, fíjate si soy buen amigo ―dijo Ryu mientras caminaban hacia los vestuarios.
―Oh… qué gran amigo eres… ir a ver lindas chicas vestidas de maid dispuestas a complacerte… tiene que ser un gran esfuerzo por tu parte, Kumon ―alegó Ukyo, sarcástica.
―Si me tengo que sacrificar por mi amigo Ranma, haré lo que sea. ―Le pasó el brazo por encima del hombro y le apretó el cuello en actitud de colega.
―Lo que tiene que tener Ranma es un calentón de tres pares, tener a ese pibón tan cerca y no poder tocarla… quizá dentro de poco podrías dejar de ser virgen ―se carcajeó Taro.
―¡Cállate, pantymedias! ―contraatacó Ranma.
―¡Te he dicho que no me llames así, niña! ―bufó Taro.
―Ya están de nuevo… ―le dijo Ryu a Ukyo al oído.
Cuando se despidieron, Ranma le pidió a Ukyo que lo acompañara a un sitio. La chica preguntó durante todo el camino pero su amigo estaba muy misterioso.
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Ya llevaban una hora de calentamiento cuando por fin se posicionaron en la barra para iniciar la clase.
―Akane… Mikado no deja de mirarte... va a ser un Romeo realmente enamorado ―susurró Yuka mientras hacían los respectivos ejercicios en la barra.
―Mientras que dé la talla como bailarín me da igual ―respondió la susodicha secamente.
―Uy, cómo está hoy… eso es porque el karateka no le da bola ―añadió Sayuri mordaz.
―Qué sabréis vosotras, es que no podemos vernos. Ya sabéis mi agenda y él está igual.
―¡A ver, las tres de siempre! ¿Podéis prestar atención a la clase? Señorita Tendo, vamos a ensayar su actuación y la del señor Sanzenin, si no tiene mucho inconveniente. ―La señorita Ninomiya estaba hoy especialmente severa. Akane lanzó a sus compañeras una mirada de regaño por no poder estar calladitas en clase, al final, la perjudicada era siempre ella.
Los dos se posicionaron en el centro de la sala esperando que sonara su melodía. Mikado la tomó de la cintura y la acarició sutilmente. Akane lo miró con el ceño fruncido e intentó apartarse un poco pero él la retuvo.
―Escena del balcón. Midori, por favor, pon la música. Señorita Tendo, ¿podría sonreír? Recuerde que está enamorada de Romeo, bailar también es actuar.
―No estés tan seria, yo ya me moría de ganas de bailar contigo… ―le susurró Mikado al oído. Akane respiró hondo y comenzó a bailar cuando inició la melodía.
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―¿Se puede saber dónde me has traído? ―preguntó Ukyo a Ranma por novena vez.
―Me daba vergüenza venir solo. ―Señaló el gran escaparate y Ukyo se acercó.
―Ah… vale… ―dijo mirándolo con una sonrisa torcida.
Ranma la había llevado a la escuela de ballet de Akane, ya no podía aguantar más las ganas de verla y, como parecía que su padre y su abuelo iban a dejarlo tranquilo por hoy, pensó que sería su gran oportunidad.
Llegaron justo cuando Akane y Mikado se pusieron a bailar. Ukyo miraba de reojo a Ranma cada vez que Mikado tocaba sin pudor el cuerpo de la morena. Veía a su amigo totalmente relajado, cosa que le extrañó bastante ―Oye, Ranma…
―¿Qué pasa?
―¿No te molesta que ese chico… que por cierto está tremendo… esté tocando a Akane así…?
―¿Y por qué me iba a molestar? Si es gay ―soltó tranquilamente mientras daba un sorbo a su lata de refresco.
―¿Y tú cómo sabes que es gay?
―¡Hace ballet! Qué hombre en su sano juicio llevaría esas medias tan ridículas si no fuera gay ―dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
―Ranma, no todos los bailarines son gays y dudo de que ese lo sea.
―¿De qué hablas? Claro que tiene que serlo… ―Justo acabando el baile, vio cómo el bailarín gay besaba a la chica que él aún no había besado. Estrujó la lata de refresco con una facilidad asombrosa. Akane seguía bailando como si nada y de nuevo volvió a besarla. Empezó a hiperventilar y se dirigió a la puerta de entrada.
―¡Ranma! ¿A dónde vas? ¡Ay, Dios… se va a liar…! ―Ukyo lo siguió temiendo lo peor.
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Cuando Akane y Mikado finalizaron su escena, ésta lo apartó de su lado con un ligero empujón ―¿Qué te ocurre ma cheriè? Si los besos vienen incluidos ―dijo Mikado a la malhumorada chica.
―Ya lo sé, ¿pero no podemos sólo marcarlos hasta el día de la representación? ―respondió irritada.
―¿Algún problema, señorita Tendo? ―intervino la señorita Hinako― Le he repetido muchas veces que el ballet es interpretación. Si no es capaz de separar un beso ficticio de uno real, no sé qué hace aquí. Este futuro no es para usted.
―No me malinterprete señorita, pero es que… ―Se acercó a ella para que Mikado no pudiera escucharla― Yo he bailado con muchos hombres y sé cuándo me sujetan profesionalmente y cuándo no… y Mikado es de los que no…
―Pamplinas, yo lo que veo es que él está muy implicado, mucho más que usted. Pero si tiene inconvenientes estamos a tiempo de escoger a otra Julieta…
―No… ningún inconveniente…
Se oyó un gran revuelo en clase, la señorita Hinako y Akane dirigieron las miradas hacia el grupo de chicas que se arremolinaba alrededor de la puerta.
―¡Señoritas, vuelvan a sus posiciones!
Sayuri se acercó velozmente hacia Akane ―¡Es el karateka! ¡Ha venido a verte!
Las rodillas de la chica comenzaron a temblar, cuando sus compañeras se esparcieron, pudo apreciar al fondo de la sala a Ranma, iba con ropa de deporte pero aún así estaba tremendamente guapo, con el cabello húmedo y alborotado en su característica trenza. Aunque su rostro parecía tenso.
A su lado estaba Ukyo que la saludó tímidamente.
―Disculpen, ¿necesitan algo? Estamos en mitad de una clase ―dijo Hinako.
―Lo siento señorita, son amigos míos. Han pensado que salía ya del ensayo. ¿Puedo ir a decirles que voy a tardar?
La señorita Hinako la miró con desaprobación pero luego añadió: ―Dese prisa y dígales que no pueden interrumpir una clase. Ensayaremos mientras la escena de la fiesta.
Akane se inclinó para hacer una rápida reverencia y corrió hacia Ranma ―Hola… ¿qué hacéis aquí? ―expresó alegre.
―Hola Akane… darte una sorpresa… jeje ―respondió Ukyo, porque Ranma continuaba serio―. Te espero fuera, Ran-chan. Me alegro de verte.
Akane salió de la clase tomando a Ranma de la mano, ese gesto hizo que el chico bajara leventemente sus defensas, aunque continuaba molesto por lo que acababa de presenciar.
―Estás muy serio… ¿te pasa algo? ―preguntó la chica.
―¿Ese chico con el que bailabas es gay? ―Por más que su madre le pidiera que no fuera tan impulsivo era algo que Ranma no podía remediar.
Akane se quedó algo perpleja por la pregunta pero comprendió que la había visto besarse con Mikado ―No, no es gay… y si lo es lo disimula bastante bien.
Ranma resopló y se pasó la mano por el cabello, Akane intentó tranquilizarlo ―Ranma, es puro teatro, a mí no me agrada tener que besar a ese tipo… pero es parte del ballet. Cada uno interpreta su papel.
―Pues él lo ha bordado… ―Akane sonrió y Ranma enrojeció, su sonrisa terminó de desactivar las pocas defensas que tenía cuando estaba con ella ―. No me siento nada cómodo viendo cómo otra persona te toca… no me mires así, sé que entre tú y yo no hay nada pero…
Akane frunció el ceño ―¿Crees que entre tú y yo no hay nada? Ranma… has visto lo juntos que hemos bailado y yo no he sentido nada. Sin embargo… ha sido verte al fondo de la clase y… bueno…
Al oír lo que le estaba diciendo, Ranma sonrió tontamente ―¿Qué has sentido cuando me has visto?
―Ya he hablado de más, no creas que voy a inflar tu ego mientras tú te quedas ahí recriminándome lo de Mikado. El ballet es mi vida, y sí que hay bastante acercamiento pero solo es eso… todo se queda ahí.
―Bueno… si te sirve de algo… yo también me pongo muy nervioso cuando te tengo cerca... pero… ¿a ti te daría igual si por mi "profesión" tuviera que besar a otras chicas?
El rostro de Akane se desencajó, pensaba constantemente en el día que por fin Ranma se decidiera a besarla y no hubiera interrupciones de por medio, y la verdad que imaginarlo besando a otras no le hacía ninguna gracia ―Pues… yo…
―Sólo quiero que entiendas mi postura… ―Ambos callaron y sin darse cuenta se estaban acariciando la mano ―¿A qué hora sales? Te espero y te acompaño a casa.
―Aún me quedan dos horas mínimo… viene mi cuñado a por mí… pero mañana tengo el día libre. Si quieres y puedes…
―Sí, te escribo para recogerte. Ya me libraré de mis piedras.
Los dos sonrieron ―Debería entrar ya… hasta mañana…
―Hasta mañana…
Cuando salió del local, Ukyo lo esperaba fuera. Lo vio acercarse como si caminara entre algodones ―Veo que te ha ido bien… ―se rio.
―Vamos a quedar mañana, uno de los patrocinadores le ha dado a mi padre entradas para el parque de atracciones, la llevaré allí. ¿Qué dices? ¿Es buena idea?
―Me parece perfecto para vuestra primera cita en condiciones.
―Pues le escribo esta noche, le mando una foto de las entradas y a la hora que la recojo. «Ya no voy a dejarlo pasar más… necesito besarla… Le demostraré lo que es un beso de verdad».
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Al día siguiente Ranma llegó puntual a recoger a Akane, le había costado conciliar el sueño a pesar de estar derrotado físicamente; no solo por los nervios del día que le esperaba, donde por fin podría estar a solas con Akane, si no porque la imagen de ese "afeminado" besándola seguía siendo plato de mal gusto, por mucho que ella le dijera que era actuado. Si quería salir en serio, tendría que aguantar muchas cosas… le costaría, y mucho, pero ella valía la pena.
El portón estaba abierto, así que Ranma se introdujo hasta llegar a la puerta principal. Llamó un par de veces y su buen humor cambió automáticamente al ver a la persona que lo recibió ―¿Qué haces aquí? ¿Es que no tienes casa? ―increpó el chico de trenza.
―¿A ti qué coño te importa? Yo soy siempre bien recibido por los Tendo. ¿Qué haces tú aquí?
―Vengo a recoger a Akane ―sonrió triunfal, justo lo contrario que Ryoga, al cual se le descompuso la cara―, así que si me dejas, entraré a buscarla. ―Ese si me dejas no había sido una petición, era más bien una exigencia.
―¿Por qué no la dejas en paz? No le convienes… ―siseó el chico de colmillo prominente.
―Y supongo que tú sí, ¿no? ―respondió Ranma apretando los dientes.
―Ryoga, ¿quién es? ―El señor Tendo se asomó a la puerta― ¡Pero qué sorpresa, Ranma! ¡Pasa, hombre! ¡No te quedes ahí plantado! Ya me dijo Akane que ibas a llevarla al parque de atracciones.
―Buenos días, Señor Tendo. Sí, los patrocinadores le han regalado entradas a mi padre y pensé que sería una buena ocasión para relajarnos.
Ranma entró mirando por el rabillo del ojo y sonriendo descaradamente a Ryoga.
―Me parece estupendo, a mí también me dieron pero creo que mi hija Nabiki se las llevó todas… Nosotros vamos a hacer un entrenamiento especial, Ryoga no te lo va a poner nada fácil en el torneo. Aunque seguro que mi buen amigo Genma estará preparándote también a conciencia.
―Créame que si me torturaran sería mejor que el entrenamiento de mi padre y mi abuelo.
Soun rio con ganas ―¡Pero qué chico, este! Sin esfuerzo no hay recompensa, ese es el eslogan del Dojo Tendo, ¿no es así, Ryoga?
―Sí, señor… ―respondió con desgana.
―Kasumi, hija, ¿por qué no vas a avisar a tu hermana? ―dijo el señor Tendo alzando la voz para que su primogénita, la cual estaba en la cocina, pudiera oírlo.
―¡Enseguida voy, padre! ―respondió la mencionada.
Akane estaba terminando de elegir qué bolso llevar, al final optó por una pequeña mochila, seguro que le resultaba más cómodo que cualquier otro. Se miró al espejo, estaba como un verdadero flan, seguro que hoy Ranma intentaría besarla.
Habían anunciado un día de calor primaveral, así que se puso un top sin mangas de color azul que le dejaba ligeramente al descubierto su vientre, y una falda corta de corte A de color mostaza, acompañada de unas medias tupidas y botas planas. En su bolso mochila, echó un jersey fino por si bajaban las temperaturas, no quería que Ranma le cediera ropa suya y pasara frío por su culpa.
―Akane, Ranma ha llegado, está abajo. ―La voz de su hermana la regresó a la realidad.
―Gracias, Kasumi. Ya voy. ―Guardó la cajita de música, regalo de su madre, y salió de su cuarto dispuesta a tener una auténtica cita con él.
―Ya estoy lista… ―La voz se le cortó cuando vio a su padre sentado en la mesa y Ranma y Ryoga a cada lado, este último no tenía muy buena cara.
El chico de la trenza se incorporó al verla entrar, no podía creer lo preciosa que estaba, y que se había puesto así de bonita para él. Al diablo Ryoga, el bailarín besucón afeminado y el tal Kuno, hoy sólo pensaría en ellos dos ―Vaya… estás muy guapa…
La chica se ruborizó, no pudo evitar mirar a Ryoga de reojo, que resoplaba sin apartar la vista de ella. Después se centró en Ranma. Estaba realmente guapo, llevaba una camiseta blanca de algodón con cuello bastante ancho, sus jeans rotos por las rodillas que le quedaban tan bien y zapatillas deportivas.
―Hija mía, que lo paséis muy bien. Ryoga y yo nos vamos a entrenar. Ranma, cuida de mi pequeña, tráela de regreso antes de que anochezca.
―Tranquilo, Señor Tendo, yo la cuidaré… siempre… ―dijo esto último en voz baja pero fue escuchado perfectamente por todos. Ranma se dio cuenta, así que enseguida añadió : ―Duro con el entrenamiento, Hibiki. Lo vas a necesitar…
―Lo mismo va para ti, Saotome… ―escupió enfadado el chico de ojos miel.
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El trayecto hasta el parque de atracciones transcurrió bastante rápido, la pareja hablaba animadamente de todo un poco. Estaban sentados uno al lado del otro y sus piernas estuvieron permanentemente en contacto. Al llegar a la estación, Ranma le cogió la mano para salir y ya no se la volvió a soltar, salvo para montarse en las atracciones.
No hacía más que darle vueltas a cuál sería el mejor momento para besarla. El parque de atracciones estaba lleno de gente, al haber vacaciones escolares, muchos estudiantes aprovecharon para pasar allí el día.
―¿Quieres que entremos allí antes de comer? ―Ranma señaló una atracción de terror, donde tenían que recorrerla a pie, atravesando lo que supuestamente era una casa encantada llena de fantasmas y monstruos.
El color del rostro de Akane cambió a violáceo, era muy miedosa, apenas consentía ver películas de terror, salvo cuando hacía quedada con las amigas y sabía que dormirían todas juntas, aún así, esa noche las pesadillas estaban aseguradas.
―¿Y no podemos subirnos a otra…? ―dijo con voz temblorosa.
Ranma la miró y sonrió ―¿No me digas que te da miedo? ―La chica no respondió lo que confirmó la teoría de Ranma. Se puso delante de ella y le tomó ambas manos―. Yo te protegeré, no te perderé de vista ni un instante y, si tengo que pelearme con todos los fantasmas y los monstruos, lo haré.
A Akane se le erizó la piel al escuchar a Ranma, seguía sin querer entrar pero tampoco quería que pensara que era una miedosa aguafiestas ―Está bien… pero no me sueltes la mano… ¿v-vale?
Ranma alzó la mano de Akane y se la llevó a los labios dándole un ligero beso en el dorso, que hizo que las piernas de la chica flaquearan ―No te soltaré, te lo prometo.
Cuando salieron de la casa encantada, Akane seguía agarrada al brazo de Ranma, él por su parte, estaba completamente pletórico ―¿He cumplido mi promesa o no? ¿Has pasado mucho miedo? ―preguntó el chico intentando que ella le mirara― Akane, estamos fuera, puedes abrir los ojos ―dijo riéndose.
Ella se soltó bruscamente y se cruzó de brazos ―No te rías de mí… casi me da un infarto cuando ese Freddy me ha cogido del tobillo.
Ranma no pudo evitar reírse a carcajada limpia ―Y vaya golpe que le has dado al pobre. Has dejado claro que no me necesitas para defenderte de los muertos vivientes.
―¿Qué te hace tanta gracia?
―Tú, no me puedo creer que te den tanto miedo estas cosas, si sabes que son actores disfra…
MIAUUUUU
Ranma se quedó callado y congelado en el sitio, Akane lo observó un rato preguntándose qué le había pasado. El chico seguía sin reaccionar y ella comenzó a preocuparse, estaba muy pálido, tanto como los fantasmas de esa atracción.
―¿Ranma? ¿Estás bien? ―Le pasó la mano por delante de la cara pero seguía sin moverse.
MIAUUUUU
De un salto se colocó detrás de la chica, usándola de escudo entre él y una supuesta bestia ―¡Aléjalo de mí! ¡Aléjalo de mí!
Akane se giró a mirar a Ranma y luego al gato que estaba sentado lamiéndose tranquilamente una pata ―¿Te da miedo el gato? ―preguntó sin poder creérselo del todo.
―¡Dile que se vaya, Akane! ¡Son criaturas del diablo!
Ahora fue la chica la que rio con ganas.
―¿¡De qué te ríes!?
―¿Puedes enfrentarte al tipo más fuerte y peligroso pero luego no puedes ni mirar a ese michi? ¿Y te reías de mí con los fantasmas?
―Si supieras lo que mi padre y mi abuelo me hicieron pasar con 5 años en un entrenamiento especial, me entenderías y no te reirías de mí.
El orgulloso artista marcial había mostrado su único punto débil, Akane se compadeció de él, no debía de estar pasándolo nada bien, sobre todo porque se había puesto en evidencia delante de ella. Se acercó al gato y lo ahuyentó, caminando hacia Ranma de manera triunfal.
―Ahora he sido yo la que ha derrotado a la bestia y ha rescatado a la princesa. ―No pudo evitarlo, es que era algo muy cómico.
―Ja Ja Ja ―respondió sarcástico.
―Lo siento… ¿me lo contarás mientras comemos? ―Akane entrelazó su manos a su espalda en una actitud inocente.
Ranma no pudo más que relajarse y sonreír, la tomó de la mano y caminaron hacia un puesto de comida ―Te contaré la terrible historia de cómo un pequeño e inocente niño, cubierto de comida, fue lanzado a una fosa llena de gatos hambrientos por sus malvados y siniestros parientes. No una ni dos veces… hasta seis...
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Después de comer Ranma se compró un frapuccino de cereza con mucha nata y se sentaron en un banco a descansar un rato del ajetreado día que llevaban ―Está buenísimo, ¿seguro que no quieres?
―Todo para ti, no quisiera privarte ni un poquito de tu Frapuccino, que por cierto, no entiendo por qué he tenido que pedírtelo yo.
―Es una bebida de chicas, yo no pido esas cosas.
Akane rio y Ranma entrecerró los ojos sonriendo maliciosamente― ¿Qué estás tramando?
El chico cogió un poco de nata con el dedo y se lo puso a Akane en la nariz, antes siquiera de que ella pudiera reaccionar.
―Conque sí, ¿eh? Esta me la pagas, Saotome. ―Cogió también nata con el dedo e intentó ponerle a Ranma en el mismo sitio, pero éste se movió, sujetó la muñeca de la chica e hizo que se diera en su propia mejilla.
Ranma no podía dejar de reír y ella bufaba, pero se notaba que no estaba enfadada ―Quítame esto de la cara a la de tres… Una, dos y…
El chico se acercó y le lamió la mejilla donde tenía la nata, ella se quedó paralizada y él continuaba riendo ―Me has dicho que te la quitara de la cara.
La joven sonrió coqueta ―Pues aún tengo más en la nariz…
Ranma se puso serio, se acercó muy despacio y con los labios le retiró la nata de la nariz muy suavemente. Ambos se miraron con sus corazones latiendo desbocados, el chico volvió a coger un poco y le puso en el labio inferior, la chica emitió un pequeño suspiro al sentir el dedo de Ranma rozar su boca ―¿Te la sigo quitando de encima…?
Akane sólo asintió, Ranma se acercó despacio, sin perder contacto visual con ella hasta que estuvieron muy cerca y cerraron los ojos, dispuestos a darse el primer beso.
―¡Ranma, airen!
―No puede ser cierto… ―se quejó el joven de trenza.
―¡Estáis aquí! ¡Os hemos buscado por todas partes! ―dijo Ryu sentándose al lado de Ranma― ¡Hola, Akane! Tienes nata en el labio…
Akane buscó en su mochila y sacó un pañuelo de papel para limpiarse.
Shampoo se sentó en medio de la pareja y abrazó a Ranma ―¿Por qué no decir que tú venir al parque? Tenernos que enterar por cocinera.
El chico lanzó una mirada furiosa a su querida amiga Ukyo ―Le comenté a Taro que ibas a venir al parque y… no fue idea mía… lo siento…
―¿Ya cambiaste a tus amigos por las mujeres? Eso no puedes hacerlo. Sin ofenderte, Akane… yo la verdad es que entiendo a mi amigo muy bien… ―añadió Taro mientras daba un mordisco a un perrito caliente y repasaba a la chica de arriba a abajo.
―No os preocupéis, supongo que cuantos más seamos mejor lo pasaremos… ―dijo Akane intentando sonar desenfadada.
Ranma se levantó, quitándose de encima a Shampoo y tomó a Akane de la mano, haciendo que la chica también se levantara ―Nosotros ya nos íbamos… llevamos aquí desde esta mañana. ―El tono de voz de Ranma sonaba bastante molesto. Esta vez sus amigos habían cruzado el límite y tendría una charla muy seria con ellos.
―¡Ranma no poder irse! Si maid estar cansada, haber metro dentro de quince minutos.
El chico de la trenza fulminó a Shampoo con la mirada ―Ella no se va a ir sola, Shampoo. ¿¡Pero qué os creéis que estáis haciendo!? ¿¡Es una especie de apuesta!? ¿¡De venganza!?
Akane tocó a Ranma en el brazo, él la miró ―No importa… no te enfades con ellos, ha sido casualidad. Que esto no arruine el día. Vamos a pasarlo bien.
―Pero Akane…
―¿Dónde queréis que nos subamos? Ranma y yo hemos dejado la montaña del Yamato no Orochi para ahora. ¿Os animáis?
¿Qué había hecho él para merecerse a ese ángel? Sus amigos le habían fastidiado un momento único pero ella intentaba que él no se molestara con ellos.
―¿Nos estás retando? ―Ryu fue el primero que rompió el hielo― Por mí genial, vamos.
Todos asintieron enérgicos, parecía que se les había olvidado que hace poco su amigo estaba a punto de echarles la peor bronca del siglo, salvo Ukyo, ella seguía sintiéndose culpable por haber interrumpido la ansiada cita de su amigo. Cuando pudiera encontrar un momento a solas con él se disculparía.
Llevaban veinte minutos haciendo fila para subir a la atracción, todo el mundo parecía animado a excepción de Ranma. Seguía furioso por la interrupción, había estado tan cerca de besarla por fin que hasta le dolía. Akane también parecía bastante taciturna pero sonreía y era partícipe de la conversación que mantenían los amigos del chico.
Llegó el turno del grupo de subirse a la atracción, había que hacerlo de dos en dos. Primero subieron Taro y Shampoo, luego Ryu y Ukyo, cuando Akane iba a ocupar su lugar, Ranma tiró de ella y dejó pasar a otra pareja. Cerraron el vagón y Ranma saludó a sus amigos con una sonrisa de oreja a oreja.
―¡Hasta luego! ―dijo antes de sujetar a Akane y salir corriendo, dejando al grupo quejándose por la jugarreta que acababa de hacerles.
―¡Estás loco! ―dijo Akane riéndose mientras intentaba seguir los pasos de Ranma.
El chico de la trenza frenó en seco cuando llegaron a la noria ―Escondámonos aquí.
Subieron a la atracción, que continuó girando en cuanto se sentaron.
―Jugármela a mí… aún no ha habido quién ―se jactó Ranma.
Akane esbozó una tímida sonrisa que hizo temblar al chico, la noria se paró en lo más alto. Ella miró al horizonte ―Las vistas son preciosas desde aquí.
Sintió cómo Ranma se sentó a su lado y le tomó la mano ―Sí que lo son…
La joven giró la cabeza y se encontró con unos hermosos ojos azules mirándola intensamente ―Ni siquiera las has visto….
―No me hace falta, tengo todo lo que quiero delante de mí.
Puso su mano en la mejilla de la chica y comenzó a acariciarla con el pulgar, mientras lentamente la acercaba una vez más a sus labios. Ella se dejó hacer, ansiosa también de probar sus besos. Por fin, el espacio que los separaba se quedó en nada. Sus labios hicieron conexión suavemente, poco a poco los fueron moviendo de forma acompasada, como si sus bocas se conocieran de toda la vida. El pulso se les aceleró cuando sus lenguas se rozaron e hicieron el primer contacto. Ambos jadearon y, los besos que al principio fueron tímidos y suaves, se volvieron apasionados.
Ranma la tomó de la cintura y la sentó sobre sus rodillas, ella rodeó su ancho cuello con sus brazos y enredó sus dedos en el cabello azabache del chico. Mientras, él acariciaba su espalda y la abrazaba con firmeza. Pararon un segundo para tomar aire pero volvieron a besarse ardientemente. Se morían de sed el uno por el otro y parecía que no se terminaban de saciar, necesitaban más. Ni siquiera se dieron cuenta de cuándo paró la atracción.
Oyeron a un hombre carraspear ―Disculpen, jóvenes, tienen que bajarse, hay gente esperando a subir.
Los chicos, ya ruborizados por el momento de pasión, se disculparon y se bajaron de la noria cogidos de la mano.
Cuando llegaron a un lugar más apartado, sus miradas se volvieron a cruzar y Ranma se inclinó para volver a besarla, después de haber probado el sabor de sus labios no quería dejar de hacerlo nunca ―Entonces… ¿ya que te he besado sí puedo decir que estamos saliendo? Fue lo que me dijiste, ¿no?
La chica sonrió tontamente ―Sí… fue lo que te dije…
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Después de estar un rato en las tómbolas y conseguirle a Akane el peluche del cerdito negro con una pañoleta que ella quería, decidieron que ya era hora de regresar a Nerima. Afortunadamente, no se habían vuelto a encontrar con los amigos de Ranma, cosa que el chico agradeció infinitamente.
Llegaron a la puerta de la residencia Tendo con mucho pesar de que el día se hubiera acabado tan pronto. No les apetecía nada separarse pero, al día siguiente, ambos tenían obligaciones de las que era imposible escapar.
―Me lo he pasado muy bien… ―dijo la chica moviendo sus larguísimas pestañas en una danza cautivadora para Ranma, aunque inmediatamente su atención fue entera para sus pequeños y carnosos labios, que se moría de ganas por volver a probar.
―Yo también… aunque siento la intromisión de mis ex-amigos.
La chica no pudo evitar reírse ―Pero fue gracioso salir huyendo.
―Será una anécdota más en nuestra historia.
―En fin… tengo que entrar ya… ―dijo apesadumbrada.
―Sí, no quiero que tu padre crea que me he saltado sus normas.
―Qué descanses…
―Igualmente…
No sabían qué hacer, se morían de ganas de despedirse con un beso, pero les daba apuro al estar en la propiedad de la familia de Akane. Ella se giró para entrar y él comprendió que no era un lugar apropiado, pero de pronto la vio darse la vuelta de nuevo hacia él y se colgó de su cuello. Él la abrazó con fuerza y volvieron a fundirse en un apasionado beso, que aunque duró poco, fue extremadamente intenso.
Akane cortó el beso y entró corriendo a casa, dejando a un Ranma embobado durante unos minutos observando la puerta por la que se había ido su chica. Ahora podía decirlo con todas las de la ley. Ella era su chica.
Continuará…
Hola a todos! Qué tal estáis llevando esta atípica semana santa? Yo prácticamente vivo en el hospital así que ni me he enterado casi :P
Al lío, q tal os ha parecido este capítulo? Ya se han besado por fin! Se han hecho de rogar un poco estos dos. Supongo que muchos estaréis contentos con la aparición de Shinnosuke. Os los imaginábais como primos a este par? Yo creo que les viene que ni pintado.
Muchísimas gracias a mi beta Sailordancer7 que aunque me diga que en este fic no la necesito ella sabe que no es verdad, sin ti no es lo mismo baby. Ha publicado hace poco el segundo capítulo de su fic, CherryBlossoms, si queréis saber lo que pasó con Ranma y Akane no podéis dejar de leerlo. A mis queridas SusyChantilly, que por si aún no lo sabíais ha estrenado un nuevo fic llamado The Office. Corred a leerlo y a dejarle un review. Y a LumLumLove, que ahora mismo está en un periodo de "relax" al haber terminado hace poco su fic 10 peores primeras citas, os digo que ya tiene más de una historia en mente, ella es así de creativa.
A mis Locas por el Dios Griego, especialmente a nuestra MamaNodoka que ayer fue su cumpleaños. Te queremos!
Gracias mil a cada persona que me lee y a los que, además de leer, dejan un review, que sabéis que me hace muy feliz saber que os está gustando la historia sofito2811, Elisa LJ, Alexandraaa417, Pauvishana, ShaiOS, Lu chan87, Rankosita, Niomei, MelAngi, Lirio De Plata, Esmeralda Yasmin, Juany Nodoka, RANMA LOVE, Benani0125, PaoVedder, JGS, 1Andrea11, Sailordancer7, Cynthiagurod, hinatacris, SARITANIMELOVE, Yeka453, SusyChantilly, KattytoNebel, Karol Butz Molina, Luz Aurea Pliego Romero, Paola Andrea1, Daya, AkaneMx, Peque T, Daniela Valezka Avila Gallardo y una persona que me aparece como invitado.
Espero que no se me haya olvidado nadie, si es así mil perdones. El siguiente capítulo, si todo va bien, me gusta recalcar eso, será el 18 de abril. Y sin más me despido hasta el siguiente. Cuidaos mucho mucho! Nos leemos!
Sakura Saotome :)
