Hola, hola... Kuroshiro a vuelto. El final del capítulo anterior fue un caos y desesperación, Yuu había llegado a un punto peligroso y Viktor lo llevó de urgencias. ¿Qué pasara en esta ocasión?
Sin más, dejo la continuación.
CAPÍTULO VII: Consecuencias, aceptación y solución
- Familiares del paciente Nikiforov – el doctor recién salía del quirófano, habían recurrido a una operación de emergencia.
- Yo soy su esposo – Viktor se levantó de aquel asiento, la expresión seria del doctor lo tenía un poco nervioso.
- Su doncel tenía una úlcera reventada dentro del esófago, gracias a que usted actuó deprisa y lo trajo aquí la intervención fue rápida y no paso a mayores – Viktor estaba más alivia – sin embargo, me gustaría que su esposo pasara unos días internado para ver el avance de su recuperación... la herida aún puede abrirse si no se trató bien –
- Si, lo que sea más conveniente para la salud de mi Yūri – el doctor sonrió, no esperaba algún día tratar a algún miembro de la familia Nikiforov... agradecía que no fuera a Viktor.
- El paciente se encuentra en la habitación 243... el horario de visita está abierto para usted, Señor Nikiforov –
- Muchas gracias, Doctor – Viktor suspiro tranquilo, lo peor había pasado.
Cuando vio a Yūri caer en la inconsciencia aún no llegaban al hospital. Para Viktor fue desesperante aquello, lo bueno fue que cuando lo vieron llegar al hospital la atención fue rápida. Espero por lo menos dos horas, sentado en aquellos asientos... sin saber si Yūri saldría librado de esta.
Las palabras "maldito idiota" llegaron a su cabeza rápidamente justo cuando Yūri ingreso al quirófano. Pues, ¿qué idiota con problemas alimenticios de provoca una úlcera?... solamente su estúpido esposo.
Al entrar a la habitación se encuentra con Yūri inconsciente aún por la anestesia, vestido de blanco y con el semblante lúgubre. Parecía más un muerto, la delgadez de su cuerpo era extrema... como no notó ese cambio.
- Vitya – la voz de Yakov lo llamo desde el marco de la puerta. Lo miraba con molestia, Viktor sabía que iba a recibir otro regaño por las tonterías de Yūri... de nuevo.
- ¿Dónde está Iván? – Yakov suspiro fuerte, definitivamente estaba molesto por lo calmado que se encontraba Viktor. Su esposo estuvo a punto de morir... está bien que preguntara por su hijo, pero Viktor ignoraba lo grave del asunto metiendo "la preocupación paterna" en medio.
- Esta sentado en las bancas, dos cuartos antes – antes de que abotone saliera, Yakov lo tomo de los hombros, mirándolo fijamente le dijo – no me importa mucho tu forma de ser tan infantil, estoy acostumbrado a ello... pero si llegas a lastimar a tu familia por tus pensamientos egoístas, créeme cuando te digo que aún tengo poder sobre ti – Viktor desvío su mirada – soy tu representante y tutor, lo cual me da derecho sobre tu vida –
- No me vengas con artículos de mierda – altanero, qué más se esperaba de Nikiforov – lo único tan importante para mí a parte del patinaje, es mi hijo. Lo que haga Yūri con su vida y cuerpo es su problema, pero claro, yo tengo la culpa de todo... ¿No? – jalo su cuerpo para zafarse del agarre de Yakov.
- Ese chico haría cualquier cosa por ti, algo debiste decirle – insistió Yakov.
- Yo no le pude una pistola en la cabeza para que se matará de hambre, si él así lo decidió... no es mi problema – dijo Viktor molesto – Yūri es mi esposo por título, pero no le he tomado nada de cariño en los últimos años... creí que eras capaz de ver por lo menos la verdad –
- Eres un egoísta, Vitya –
- Claro, al menos yo tengo el valor de admitirlo – sonrió cínico.
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La siguiente hora Viktor se la paso calmando al pequeño Iván, quien temeroso de la situación médica de su madre seguía sollozando en cada momento. Viktor como "buen padre" comenzó a mimarlo comprado algunos aperitivos, las mujeres y donceles comenzaron a asechar, a los dos peli-grises... y a preguntarse por qué Viktor Nikiforov se encontraba en el hospital.
- Yakov, dile al doctor que atendió a Yūri que oculte la razón de nuestra estancia aquí – ordeno Viktor. Yakov de mala gana fue a cumplir con lo pedido.
- ¿Mamá está enfermo? – pregunto Iván, la sonrisa de su padre le daba confianza.
- A mami le dolía mucho el estómago, por comer poco... y por eso escupió sangre – hablo con voz enternecida – de ahora en adelante sí vez a mamá tomar su polvo mágico o comer como pájaro, dile que es malo... ayúdame a mejorar a mami, ¿ok? –
- Aja – Iván asintió, sonrió dándole afirmación a su expresión.
- Viktor, el doctor quiere hablar contigo – Yakov juntó a Viktor salieron de la habitación, el mismo cirujano se encontraba parado al lado del varón mayor.
- ¿Qué pasa? –
- Bueno, después de la operación del paciente Nikiforov pude notar algunas características muy preocupantes sobre su cuerpo – suspiro – lo más alarmante es la falta de grasa corporal y los dedos con llagas; no es tan delgado para estar en peligro, pero lo es para su altura y juntó con el problema de la úlcera... –
- El doctor cree que Yūri puede padecer bulimia o anorexia – interrumpió Yakov, el doctor hablaba demasiado.
- Eso mismo, Señor Nikoforov – confirmo el doctor.
- Yo también lo creo – dijo Viktor – lamentablemente lo note muy tarde, es por ello que estamos aquí... le pido que me diga alguna solución a su problema, medicinas o un tratamiento mayor –
- Primero debemos hacer saber al paciente lo que tiene, convencerlo que está enfermo y tratarlo con algunas citas terapéuticas y una alimentación recomendada –
- De acuerdo –
- ¿De acuerdo? – Yakov frunció el ceño, Viktor en eras era un idiota – no sabemos si Yūri sea tan fácil de convencer, un enfermo de eso no lo acepta con un simple "estas mal, te vamos a tratar"... esta situación va más allá de eso, Vitya – se acercó al oído del peli-gris y susurro – además, esto afectaría tu imagen de "matrimonio perfecto"... los periodistas comenzarán a hacerse preguntas, ¿Por qué Nikiforov no notaría la enfermedad de su esposo? –
- Lo sé, pero para eso te tengo a ti – contesto Viktor – tu deberás encargarte de callar a las malas lenguas y mentir sobre esto. Algo se te ocurrirá – guiñó el ojo.
- Tch, no será fácil –
- Papá... mamá está despertando – los tres varones entraron a la habitación después del niño, Yūri estaba desorientado... miraba con miedo todo a su alrededor.
- I-Iván – el pequeño al ser nombrado se acercó corriendo hacia los brazos del doncel.
- Mamá – lloraba Iván, y al igual lo hacia Yūri. Todo hubiera sido tan hermoso, si Viktor no hubiera intervenido con su hipócrita forma de ser.
- Yūri, no me vuelvas a asustar así – decía "preocupado" – que hubiéramos hecho Iván y yo sin ti. Eres el amor de mi vida y la madre doncel de nuestro hijo... pero gracias al cielo estas mejor, y ahora podrás aliviar tu enfermedad de forma normal –
- ¿Enfermedad? – dijo Yūri, el doctor se acercó más a la cama.
- Usted tiene varias úlceras en el esófago, una de ellas reventó causando una leve hemorragia... la cirugía fue un éxito, pero creemos que la causante de aquellas úlceras fue usted mismo – todo quedo en silencio unos segundos, antes de que el doctor hablara de nuevo – usted tiene algún transformo alimenticio –
- No, debe estar mal – afirmaba Yūri – tan sólo me he estado cuidando, por eso baje de peso rápido... nunca llegaría a un extremo –
- Pero lo hizo – contesto el doctor – usted mide 1.73 mts... y pesa 48 kg. Esto ya no es un peso promedio, si baja más morirá –
- No es verdad, no estoy tan delgado... estoy gordo aún, tan sólo míreme – extendió sus brazos, tan delgados y frágiles – aún tengo mucha grasa y piel colgante –
- Yakov, saca a Iván y llévalo a comprar algo – Feltsman saco lo más pronto posible a Iván. Es ahora cuando Viktor podía ponerse serio – doctor, le pediré unos minutos a solas con mi esposo –
- Sólo no lo altere – el doctor se retiró cerrando la puerta al final. La tensión podía cortarse en el aire, el silencio penetraba la habitación... y la mirada de Viktor hacia Yūri, era firme.
- Esta tontería debe terminar, Yūri – dijo Nikiforov, poniendo nervioso al pobre doncel.
- No sé de lo que hablas – trato de no ver los ojos azules del varón – lo que dicen es mentira, yo no estoy enfermo –
- Tal vez tienes bulimia – dijo Viktor importándole muy poco lo que Yūri pensaba – el exceso de ejercicio, la medicación, la falta de alimento y el vómito inducido cuando comes... ¿quieres que continúe? –
- Viktor, por favor – Yūri sujetaba su cabeza, le dolía. Pero le dolía más saber que Viktor le reclamará – no estoy enfermo... yo sólo quiero gustarte –
- ¿Gustarme?, ¡cómo es posible que me gustes cuando eres un esqueleto andante! – grito – cuando me preguntaste todas esas tonterías de que me molestaba de ti no pensé que te lo tomarías tan serio, como llegar a ser un enfermo –
- Viktor... –
- Te dije lo que me molestaba, pero yo jamás te prometí amarte o quererte... no soy un estúpido – Yūri lo miraba atónito mientras grandes lágrimas caían de sus ojos – aún si fueras gordo, o muy delgado... o tan simple como un modelo de doncel perfecto, yo no te amaría... porque jamás lo he hecho –
- ¿En verdad? – pregunto Yūri dudoso de las palabras de su marido.
- Ne case contigo por obligación, amenazado por tus padres y Yakov. Mi vida de soltería, juntó a mis posibles futuros amantes desaparecieron... y lo único bueno de todo esto es Iván – Viktor se acercó a la cama, poniendo la situación más amenazante – y ahora mismo él está sufriendo aquí, llorando por la seguridad de su mami... mientras él se comporta como un estúpido, poniendo en peligro su vida y actuando como un mar de lágrimas sin poder admitir en que se equivocó –
- Basta... por favor – pedía Yūri entre sollozos.
- No, ahora por atención a mis palabras – tomo entre sus manos el lloroso rostro del japonés y susurro – admite que estas enfermo, tratare y mejora... has feliz a Ivan, solamente cuando cumplas todo aquello, tal vez considere tratarte más como un esposo. Considera mi opción, y si por tu remota cabeza vuelve a pasar algo que me moleste o lastime a Iván... – se acercó más al oído de Yūri, y con una sonrisa en labios dijo – entonces conocerás lo que es capaz de hacer Viktor Nikiforov –
- ... – un sudor frío atravesó el cuerpo de Yūri, paro de llorar en seco. No trato de moverse hasta que Viktor se alejó de él... estaba sonriendo.
- ¿He sido claro contigo? – pregunto Viktor.
- S-Si – contesto por inercia, el escalofrío no desaparecía y Yūri fijaba su mirada en aquellos peligrosos ojos azules.
- Te quedarás en el hospital unos días más – dijo – vendré mañana a traerte la compañía de Ivan... por ahora no creo que sea conveniente verte, y espero que seas más adorable en día de mañana –
- Si –
- Te dejo descansar – Viktor se dirigió hacia la puerta – adiós, Yūri – y el cerro, dejando sólo y aterrado a su esposo.
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Los siguientes días Viktor llevaba a Iván, como lo había prometido. La única felicidad de Yūri era ver a su retoño, este radiaba una sonrisa cada vez que convivía con el doncel. Para Iván era muy triste irse y dejar a su madre sólo, en casa la falta de Yūri se notaba... ya que Viktor no limpiaba, cocinaba, lavaba y cuidaba con la misma atención el departamento como lo hacía el doncel japonés.
Para Viktor la ausencia de Yūri lo hizo estresarse más de la cuenta. Su vida tan sólo había sido los entrenamientos y el patinaje... su nivel en tareas doméstico era muy bajo, y se notaba. Hasta Makkachin extrañaba los mimos de Yūri, más cuando los dos peli-gris se iban a entrenar.
Por su parte Yūri, aunque extrañaba a su hijo y su hogar... recapacito un poco las palabras dichas por su esposo. Que, aunque eran dolorosas de digerir, no tuvo más remedio que aceptar... y rápidamente recibió ayuda psicológica especial, juntó a una dieta.
Aún no aceptaba al cien su problema, se negaba en admitir sus problemas matrimoniales, pero rápidamente y al utilizar correctamente un tema en específico las cosas comenzaron a cambiar... y era Iván. Yūri adoraba a Iván más que al mismo ruso.
- Los niños son muy susceptibles a ciertos cambios en las rutinas de los padres, aprenden a identificar cada movimiento o actitudes que, aunque no entienden quedan grabados – dijo el psicólogo a Yūri – su hijo menciono "unos polvos mágicos" y sus llantos al no bajar de peso, también que esta tendencia sobre las calorías desde que "mamá era más feliz" – Yūri se avergonzaba al ver que Iván desde un principio sabía sobre sus manías.
- Yo... no quería que mi hijo aprendiera eso, en verdad – lloro con dolencia – pero no vi otra solución, pensé que... si yo tomaba un peso determinado en poco tiempo todas mis inseguridades desaparecerían, que mi marido me amaría y podríamos ser una familia feliz –
- Es fácil suponer cosas, pero no es bueno alterar el balance normal de la vida con acciones innecesarias – dijo el varón – por ahora vendrá una vez cada semana a una cita y veremos el cambio que ha comenzado a mostrar. Por ahora deberá mantener una dieta estable, y por lo menos alcanzar un peso de 55 kg... no le impediré ejercitarse, solamente no exagere y no tome nada que sea para engordar o adelgazar –
- Si, eso haré – Yūri limpió sus lágrimas de más mejillas, hizo una pequeña reverencia agradeciendo al psicólogo.
- Usted es un excelente esposo y persona, pero hace falta que tenga más carácter... además de confiar en las personas de su alrededor y en usted mismo – sonrió – trate de cambiar, por su propia felicidad –
- Gracias –
Yūri fue dado de alta dos semanas después del incidente, por él fueron Viktor e Iván... acompañados de un hiperactivo Makkachin, quien rápidamente al ver al doncel se puso como loco.
- MAKKACHIN, NO – gritaba Viktor al tratar de calmarlo.
- MAMÁ – Iván corría tras Yūri para abrazarlo, aunque el pequeño tan sólo llegaba hasta la altura de las piernas – felicidades por curarte –
- Gracias, amor – Yūri se hinco para poder recibir mejor el abrazo de su pequeño, y un ramo de flores – no te hubieras molestado – le dijo al varón mayor.
- No todos los días sales de un hospital – Viktor a pesar de todo seguía con ese tono de voz sarcástico y pesado – fue Iván quien las compro con sus ahorros –
- Mami debía tener algo especial, te has esforzado mucho todos los días – Yūri no sabía que había hecho para merecer un hijo tan lindo como Iván, pero le agradecía a la vida por aquello.
- Vámonos, el departamento debe extrañar mucho a Yūri – hijo y doncel se separaron para entrar al auto de los Nikiforov.
El tramo no fue tan largo, y la felicidad de ver el edificio de su hogar agolpo a Yūri... se le había hecho las dos semanas más eternas de su vida. Al abrir las puertas de casa, rápidamente el doncel notó el desastre... definitivamente Viktor sólo era bueno en cuanto se hablaba de patinaje sobre hielo.
- Sí que me extrañaron – dijo Yūri con tono de burla al notar aquella capa de polvo, sobre todo.
- Es difícil entrenar y mantener una casa en orden, casi me vuelvo loco – suspiro pesado Viktor.
- En eso tienes razón, no todos pueden con ello – Viktor notó que en el tono con el cual Yūri contesto fue como indirecto.
Lo más difícil al llegar a casa fue la hora de la cena. Mientras los peli-gris Nikiforov comían sin ningún problema aquel katsudon (especialmente comprados para Yūri), el japonés dudo al principio en llevar un bocado a su boca.
- Yūri, eso se enfriará – dijo Viktor sin siquiera mirarlo.
- Lo sé, perdón – se levantó y se fue hacia el baño de su habitación. Llorar ahí se había vuelto una costumbre de años.
- Mami – para sorpresa de Yūri su hijo lo siguió – ¿el katsudon tiene calorías?... ¿por eso no lo quieres? – aquellas preguntas fueron más dolorosas para Yūri que todos sus pesares juntos. ¿Acaso eso le estaba enseñando a su hijo?...
- No es eso, tan sólo me sentía mal – sonrió dejando la tristeza de lado – vamos rápido o papi de enojara – abrazo a Iván entre sus brazos y beso su mejilla.
- Si – contesto Iván. Yūri no dudo en comer después de aquello, fue dificultoso terminar el tazón... y no lo hizo, pero al menos comió el 70%.
Cuando la noche llego Iván fue el primero en caer dormido, Yūri lo tomo con cuidado para llevarlo a la habitación... definitivamente lo que más extraño fueron los abrazos de Iván.
- Se despertó desde temprano el día de hoy, porque saldrías del hospital – Viktor recargado en la puerta no dejaba de mirar como dulcemente su esposo dejaba a su hijo acostado.
- Es un buen niño – dijo Yūri, pasando de lado de Viktor y siendo seguido por este.
- Espero que el amor que profesas por él sea verdad –
- Viktor, yo no mentiría sobre mis sentimientos... ni por ti o por Iván – al llegar a su alcoba Yūri cerró la puerta, era ahora o nunca para ser honesto con Viktor y hablar – pero tu si –
- Que estupidez dices –
- Una de los pasos para mejorar es hablar con la verdad... yo estoy cansado de mentir y que me mientas – dijo firme, decidido a todo – la razón por la cual me metí en este embrollo fue en parte mi culpa, por pensar que todo estaría mejor si yo obedecía a tus peticiones, fue tuya por decir algo tan a la ligera sin tomar tus palabras en serio –
- Por favor, no me metas en esto... –
- Y fue en parte culpa también de tu amante, Yuri Plisetsky – Viktor quedo en shock después del nombre, no sabía que decir.
- Como lo... –
- Desde hace tiempo recibía unos sobres con algunas fotografías – se acercó a uno de sus cajones con ropa y saco sobres abiertos, sacando las fotos y enseñándole al ruso – siempre se trataba de ti con un doncel rubio; ambos besándose, abrazados, acariciándose o teniendo sexo –
- ¿Por qué no me decías sobre esto? – Viktor estaba anonadado. Nunca había notado ninguna cámara en la habitación de Yuri.
- Tal vez por idiota, por el miedo de que reaccionarás de mala manera y me dijeras que querías el divorcio – por sorprendente que sonara, Yūri no lloro – por miedo a que me alejarás de Iván –
- Mierda – Viktor estaba molesto. Yuri había actuado a sus espaldas, significando que todas esas veces donde quería convencerlo en dejar a Yūri era parte del plan de un rubio doncel – ¿algo más que quieras agregar? –
- Él vino una vez, a verificar que este fuera el departamento correcto... y hablo conmigo –
- De qué... – Viktor quería saberlo todo, tenía que saberlo.
- Me amenazo, si no te dejaba y me llevaba a Iván... me haría daño –
- Creo que ahora yo resolveré este asunto – Viktor abrió la puerta, furioso… al parecer se iría a ese lugar.
- Viktor, no – lo detuvo Yūri tomándolo del brazo – no por ahora – Viktor paro ahí, pero Yūri no había parado de hablar – también me dijo que es menor de edad, por ahora déjalo... si lo enfureces puede ir con los medios y arruinar tu imagen –
- Siempre pensando en los demás antes que en ti – Viktor suspiro pesado, abrazo a Yūri con fuerza – idiota –
- Si, lo soy – susurro Yūri.
- Resolveré esto, lo prometo – dijo Viktor aunque no convenció al japonés – y no me separare de ti, no por esto –
Viktor estaba furioso, a pesar no ser muy simpatizante con la forma de vida que llevaba juntó a él... tampoco le agradaba que Yuri estuviera llevando todo a escondidas suyas, viéndole la cara.
- "Me pagarás esto, Yurio" – pensó Viktor.
Continuara...
Ahora que Viktor esta enterado de las acciones hechas por Yuri... este tiene problemas. Esperemos el bienestar de Yuu mejore... o quien sabe. Muchas gracias por leer, nos vemos en la actualización siguiente. Kuroshiro fuera :D
