N/A: Nada que decir hoy, la idea saltó y fue escrita, algunos arreglos por aquí y por allá, y tienen una nueva historia.
Desearía que me perteneciera Danny Phantom… pero no lo hace
Sueño Dorado
Amity Park era una ciudad rara.
Regularmente sufría ataques de fantasmas, pero casi nada de robos o accidentes.
Tenía su propio héroe local, que también era un fantasma y, la rareza en la rareza, parecía no ser más que un adolescente.
Las escuelas y oficinas de trabajo hacían simulacros de fantasmas, pero hacían poco y nada sobre seguridad en caso incendio.
Las fuerzas del orden y seguridad ciudadana constantemente recibían ordenes, equipo y capacitaciones de dos simples civiles.
Pero lo más raro de la ciudad eran, sin duda, sus habitantes. No habían necesitado más que unos pocos meses desde el primer fantasma para adoptar una nueva rutina.
Aquellos que visitaban la ciudad muchas veces no podían creer todas las reglas no escritas que los ciudadanos insistían en seguir, pero tarde o temprano todos aprendían a seguir los consejos, aún si era de la manera difícil.
Cosas como probar los nuevos aparatos electrónicos en un ambiente seguro y oscuro, si había interferencia o el hardware brillaba seguro Technus estaba de nuevo en las andadas; o que cualquier paquete debía ser puesto en un lugar amplio y la persona que lo abriera debía dar dos pasos atrás antes de levantar las solapas, 4 de cada 5 cajas estarían sin dudas bajo los poderes del Fantasma de las Cajas.
Pequeños cambios en la rutina que la gente se había acostumbrado a realizar, aunque había uno que se resistía: no uses las palabras "ojalá" o "deseo" en una oración.
Toda la ciudad sabía lo que pasaría si ese fantasma estaba cerca, pero había quienes pensaban que con el deseo correcto nada malo sucedería, seguían intentándolo y fallando.
El siguiente que lo intentó fue un hombre de mediana edad, tenía un rostro demacrado, sus ojos con notables ojeras, el cabello largo, desordenado y grasiento, llevaba una gabardina encima que acentuaba la figura delgada que obviamente había perdido peso de mala forma.
Fijó su vista en la fuente del parque y tiró una moneda.
-Deseo que ella vuelva aquí, conmigo.
La haría volver, de aquel lugar donde no podía seguirla. Que estuviera con él, como siempre había sido. Y diciendo 'ella' en lugar de su nombre debería bastar para asegurarse que no fuera otra que compartiera nombre.
Así debería funcionar, al menos eso quería creer.
-Así los has deseado y así será
Un escalofrío lo asaltó mientras se materializaba una figura envuelta en humo verde sobre el adorno de la fuente, el fantasma de los deseos, Desirée.
Un movimiento de muñecas y otro montón de humo apareció a su lado, mientras el humo se aclaraba comenzó a ver la silueta que estaba esperando ver, la había esperado durante mucho tiempo, desde aquel accidente que le había arrebatado a su amor.
La alegría en su corazón cambió rápidamente a terror cuando empezó a ver sus ojos, esos ojos eran los mismo que recordaba, pero diferentes, vacíos, como si lo que aún no terminaba de salir del humo no fuera más que una cáscara vacía, solo una vez había visto sus ojos de aquella manera, un momento que sólo quería olvidar.
-Vete de aquí, Desirée. ¿No tienes nada mejor que hacer?
Atravesando de un lado a otro el humo, apareció el chico fantasma, eso había bastado para detener el hechizo y ahora la figura había desaparecido, él sólo pudo observar mientras ambos fantasmas peleaban, aún demasiado conmocionado.
No escuchó los chistes ni los gritos furiosos, mucho menos siguió la pelea, sólo se derrumbó de rodillas pensando en lo que estuvo a punto de hacer.
Una luz lo encegueció y lo devolvió al presente, Danny Phantom tapaba un extraño termo de sopa y el otro fantasma ya no estaba por ningún lado.
-¿Estás bien? – El chico estiró su mano hacía él para ayudarlo a pararse – Perdón, vi lo que pasó, pero no pude llegar antes.
Suspiró y tragó el nudo en su garganta.
-Supongo que ya debería saber que no se puede revivir a los muertos – Hizo una mueca al darse cuenta de un detalle – Lo siento, sin ofender.
-No te preocupes, te entiendo muy bien, hace tiempo… perdí a algunas personas importantes, las cosas están bien ahora, pero… bueno sé cómo se siente.
Phantom se rascaba el cuello nervioso, pero podía ver en su mirada que había pasado por el mismo dolor que él.
-Sólo no lo hagas de nuevo, ¿bien? – Asintió, claro que lo había entendido – Hay cosas que Desirée no puede hacer, aun si ella quisiera hacerlo, la mayoría de sus deseos sólo son ilusiones, sólo pondrá verdadero poder en lo que ha ella le conviene. Y siempre termina mal para quien pidió el deseo.
Volvió a asentir, el fantasma se despidió y partió hacia el cielo.
Esa había sido una mala idea, no importa cuanto lo anhelara, había sido una idea estúpida.
Se dio vuelta para caminar de regreso a casa.
Algún día la volvería a ver, pero sería de la forma que debía ser, ella lo esperaría, estaba seguro, y él esperaría por ese momento.
Notas finales: Día 7 ¡yay! Una semana sin fallar. El protagonista puede ser un extra genérico, ni siquiera un OC, o podría ser la versión DP del segundo hermano, esta idea giró en torno a Danny interviniendo en ese momento. Para más contexto, si Danny no hubiera intervenido pues "(…)la muchacha estaba triste y distante, separada de él por una especie de velo. Pese a que había regresado al mundo de los mortales, no pertenecía a el y por eso sufría(…)"
Lo de los simulacros está basado en mi experiencia, nunca he estado, o escuchado, de un simulacro de incendios, pero en las escuelas al menos una vez al mes deben hacer simulacros de terremotos, otros edificios deben ponerse de acuerdo para hacerlo en x días-semanas-meses, y en todos se debe repasar el protocolo para que todos lo conozcan.
Nos veremos, estoy ansiosa por empezar la segunda semana del reto.
Rorii
