Título: Del Odio al Amor, Sólo Hay un Paso.
Género: Humor / Romance.
Resumen.
UA: Ella era una hermosa joven humilde, dulce y amable con todos que disfrutaba de las cosas más sencillas de la vida, a la cual le desagradaban las personas como él. Él era un chico atractivo pero frívolo y cruel con las personas que no eran de su mismo nivel social al igual que ella. Pero cuando sus dos mundos choquen y el amor nasca entre ellos, ¿podrán hacer a un lado sus diferencias y tener un final feliz? o fracasarán en el intento y seguirán haciéndose la vida imposible el uno al otro.
¡Gloxinia x Fem King!
Disclaimer: Nanatsu no Taizai no me pertenece, todo es propiedad de su increíble creador Nakaba Suzuki.
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Prólogo.
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La fresca brisa de la mañana entraba por la ventana de una sencilla pero linda habitación pintada de un suave color azul pastel.
Sobre la cama, yacía durmiendo a gusto una hermosa jovencita de 17 años de edad, aunque tenía la apariencia de una chica de 15 años.
Su dulces sueños fueron interrumpidos cuando la alarma de su despertador sonó avisándole que ya era hora de levantarse para ir a la escuela. Bostezando, se fue poniendo de pie y se encaminó lentamente al baño para tomar una refrescante ducha. Al salir, se arregló cuidando que no quedara ni un cabello fuera de lugar, pues ella era una persona a la que le gustaba mantener orden en todo, hasta en su apariencia.
Animándose al detectar el maravilloso aroma del desayuno, salió de su habitación y bajó feliz las escaleras de su casa.
Al llegar al pequeño comedor, vio que su padre y su hermana menor ya se encontraban sentados esperando el delicioso desayuno que su madre preparaba.
"¡Buenos días, Kim!" La saludó alegremente su adorable hermanita Elaine de 6 años de edad.
"Buenos días, hermanita". Le devolvió el saludo ésta, dándole un beso en la mejilla a la sonriénte rubia.
"Buenos días, hija". También la saludó su padre.
"Buenos días, papá". Dijo ésta dándole un beso en la mejilla a su padre al igual que lo hizo con su hermanita.
Un par de minutos después de que Kim tomase asiento en la mesa del comedor, llegó su madre con un plato lleno de panqueques. Kim se levantó de la mesa, y ayudó a su madre a traer el resto del desayuno al comedor. Y en completa calma, todos desayunaban charlando de cosas triviales.
En cuanto terminó de desayunar, Kim se despidió de sus padres y su hermana, y se marchó a la escuela.
El día en la escuela transcurrió tranquilamente, sin nada nuevo sucediendo. Sus clases finalizaron, y luego de despedirse de sus amigos caminó hacia su casa para ayudar a su madre en la floristería que su familia poseía.
Al doblar la esquina para llegar a su casa, vio que en la entrada de la Floristería había estacionada una elegante limusina. Encogiéndose de hombros, entró y al instante vio a su madre charlando animadamente con una hermosa mujer de largo cabello marrón y ojos color ámbar.
"Kim, hija. Ven aquí cariño". La llamó su madre Elena al verla entrar a la floristería. "Quiero presentarte a una vieja amiga".
Extrañada, la castaña se acercó a las dos mujeres sonrientes.
"Rose, ella es mi hija mayor, Kim. Cariño, esta es Rose Fairy, una amiga de la secundaria".
"Es un gusto conocerla, señora Fairy". La saludó Kim educadamente.
"¡El gusto es mío, querida! ¡Eres tan bonita y educada!, Sabes, tengo un hijo de tu edad, ¡se llama Gloxinia!, él me está esperando en la limusina. ¡Ustedes dos harían una linda pareja!" Dijo la mujer jovialmente.
"Claro". Respondió Kim riendo nerviosa ante la actitud demasiado alegre de la bella mujer y también por lo que ésta dijo.
Elena solo miraba la pequeña charla entre su hija y su amiga con una sonrisa. Yendo a un estante cercano, tomó unos hermosos girasoles, la flor favorita de su hija mayor.
"Aquí tienes, Rose". Dijo Elena llamando la atención de la mujer, entregándole el jarrón con los hermosos girasoles.
"¡Gracias Querida Elena!" Dijo Rose tomando alegre el jarrón con las hermosas flores. "Bueno, me voy. De seguro Gloxinia ya ha de estar algo molesto de tanto esperar en la limusina. ¡Nos vemos Elena, estaremos en contacto!, ¡ fue un gusto verte nuevamente después de tantos años!"
"Claro, Rose. Cuídate mucho amiga". Se despidió Elena.
La mujer asintió con una sonrisa.
"Nos vemos, Kim querida". Dijo Rose empezando a caminar hacia la puerta de la floristería.
"Por supuesto, señora Fairy. Permítame ayudarla con el jarrón y acompañarla hasta la puerta". Dijo Kim de manera cortés.
"Oh, gracias mi niña". Aceptó la ambarina.
Desde la puerta de la floristería, Kim vio como ésta entró a la limusina y por un momento, pudo ver al hijo de Rose cuando el chofer de la mujer abrió la puerta del auto.
Un leve sonrrojo se posó en sus mejillas. El chico era bastante lindo, aunque la expresión facial que llevaba en esos momentos era muy antipática. Lástima, tal expresión arruinaba su lindo rostro.
Viendo como la limusina arrancaba y se alejaba hasta casi desaparecer a lo lejos, Kim entró de nuevo a la floristería para seguir ayudando a su madre.
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Ese mismo día, mientras que Kim y su pequeña hermana colocaban los platos y cubiertos para cenar, su madre hablaba por teléfono con su amiga Rose por el teléfono de la sala de estar.
En eso, Kim se acercó a su madre, cuando vio que esta le hacía señas.
"¿Mamá, qué pasa?" Le preguntó en voz baja con curiosidad la ojinaranja a Elena.
"Verás hija, es que tras contarle a Rose lo buena que eras con los niños, ella me está preguntando si podrías cuidar a su hija menor Gerheade mañana por la tarde, ya que tiene una reunión desde las dos hasta las seis de la tarde y no tiene con quien dejarla".
"Claro, no hay problema". Respondió Kim.
Su madre asintió y le dijo su respuesta a la señora Rose.
"Ella dice que mañana el chofer de su familia pasará por ti para llevarte a la mansión". Le informó su madre mirándola.
"Está bien". Respondió Kim con una leve sonrisa. Mañana era sábado, no obstante, no le importaba pasar la tarde cuidando a aquella pequeña, debido a que no tenía planes de salir a pasar el rato con sus amigos, a causa de que algunos de ellos estarían muy ocupados en otras cosas.
Con eso, la castaña continuó ayudando a su hermana a poner la mesa y minutos después su madre terminó de hablar con la señora Rose.
Al finalizar la cena, Kim se preparó para ir a la cama, y cuando ya estaba acostada apunto de dormirse, se le vino a la mente la imagen de Gloxinia. Se sentía algo emocionada ante la oportunidad de tal vez conocer al hijo mayor de la señora Rose, después de todo, éste no podría ser tan malo teniendo una madre así, ¿verdad?
Y con ese último pensamiento, la linda chica se quedó totalmente dormida.
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Fin del Prólogo.
