Pretendientes (parte 2)

Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Recordar que es un AU apto para mayores de edad, un fics divertido con tintes muy picantes.

Disfruten la lectura…

La relación con mi amada vecina iba lenta pero segura, luego del incidente con mi ex jefa Akane se encargó de que los videos que la gente grabó estuvieran en todas las redes sociales, al día siguiente me llamaban de recursos humanos para devolverme mi empleo.

Contento es poco, feliz porque necesitaba mi trabajo Akane celebró gritando como loca cuando la llamé para decirle que tenía mi trabajo de regreso. Y de la señora Hinako… pues ella fue removida del cargo y fue trasladada a otra sucursal muy lejos de mí.

Pero aun con todo había algo que no me cuadraba, algo que no me dejaba tranquilo ¿qué éramos? Nos llamábamos, nos besábamos, hacíamos el amor cada semana pero había días en donde ella estaba inubicable. Por ello quise saber algo más, sabía que trabajaba en ese bar de strippers y que con eso pagaba sus estudios, así es que ese viernes fui a buscarla.

Una semana completa sin saber de ella, además de un par de mensajes que contestaba de vez en vez me tenían un poco nervioso.

-Esto es una lata— decía Mousse de brazos cruzados, él era el conductor asignado.

-Ya cállate la boca, no ves que esto es como las películas de acción… somos espías observando a la chica que trae loco a nuestro amigo — respondía Hibiki emocionado con el binocular en la mano.

-Necesitaba apoyo Mousse tú eres el único que tiene carro— dije tratando de ver si ella salía del local.

-Creo que sería mejor entrar— habló Mousse serio.

-Solo quieres entrar para ver a esas mujeres semi desnudas— dijo Ryoga — te crees cool ahora que no usas esas feas gafas — al aludido chasqueó la lengua enfadado.

-Dejen de pelear, solo quiero saber por qué Akane no ha ido a su apartamento.

-Deberías preguntarle, te ahorrarías el ridículo que haces ahora — dijo Mousse.

-¡Ya lo hice! — grité.

-¡Y qué te dijo!

-Nada… su silencio me tiene mal. Quizás se aburrió de este tonto nerd inexperto — dije cabizbajo.

-Eres un idiota Saotome, te dije que descargaras la película XXX pero no quieres… — arremetía Mousse.

-Como se nota que nunca has estado con una chica— dije golpeándolo en la cabeza.

-Mousse no tiene idea, debes ser romántico Ranma no le hagas casos a sus sucios consejos — dijo Ryoga mostrando su colmillo.

-¡Mira que coche más lujoso! — exclamó Mousse, todos pusimos atención era un convertible rojo espectacular.

-Espera se bajó un tipo de cabellos dorados, no, no, no definitivamente ese no es japonés ¡mira nada más esos ojos! — exclamó Ryoga, ambos lo vimos con la ceja en alto.

-Si tanto te gusta el extranjero ve e invítalo a tu apartamento— dije serio.

-No me jodas, pero… la que viene hacia él es Akane — soltó pasándome el binocular.

Efectivamente era ella, usaba ropa informal y simple pero siempre se veía muy bonita. El hombre besó su mano y ella le sonrió gentil, este le abrió la puerta del coche y ella subió sin demora dejando mi corazón en frío… el silencio se apoderó de mi entorno y solo podía oír la maldita respiración de Mousse en mi oído.

-¡Muévete maldito psicópata! — grité y este dio un salto con los pelos engrifados.

-Ahí lo tienes… la chica ve a otro, mejor nos vamos — dijo este encendiendo el motor.

-¡Síguelo! — Exclamó Ryoga y lo miré dubitativo — si te importa ella ve y encárala, no seas un perdedor Saotome ya perdiste la virginidad al menos la chica te hizo el favor— asentí decidido.

Por unos quince minutos Mousse condujo con la precaución de no ser vistos, el tipo aparcó fuera de un lujoso restaurant y entraron a cenar. Eran casi las ocho de la noche cuando me bajé del carro con mis amigos detrás…

-¡Tú puedes hacerlo Saotome! Que te diga quién es o qué quiere y le das el primer golpe si se pone violento.

-¿Por qué le pegaría? — lo miré frunciendo el ceño.

-Bueno así nos darías tiempo de huir — dijo Mousse y ambos chocaron las manos.

-Son unos idiotas, solo quiero saber si tengo un lugar en su corazón— dije lleno de ansias.

-Esta es la parte en donde tocan una música triste… te ves patético Saotome saca pecho que de los tres tienes el mejor porte— dijo Ryoga animándome con un golpe en la espalda.

Apenas asomé el enorme ventanal de cristal mostraba su choque de copas, algo celebraban y sonreían cómplices todo hacía indicar que el rubio de ojos verdes la pretendía y como no… semejante escultura japonesa, Akane y sus caderas eran de ensueño.

Quise entrar pero antes de que pudiera moverme, ella se percató de mi presencia se puso seria y se levantó dejando solo a su galán acompañante.

-¿Qué haces aquí? — preguntó con tono molesto.

-Quería verte, quería saber… si podíamos vernos.

-Oh Ranma… estoy ocupada, pero hablemos mañana ¿sí? — dijo con la intención de irse.

-Espera — tomé su brazo — él es… ¿tu novio? — pregunté con dificultad, ella volteó y entonces el aludido apareció en acción.

-Y si lo fuera ¿cuál sería el problema? — ataco de frente y sin pelos en la lengua.

-No te entrometas Cedrik — habló Akane — No somos novios, él puede ayudarme a encontrar un mejor trabajo en una productora que busca actores jóvenes, nuevos talentos ¿satisfecho? – preguntó con tranquilidad.

-¿Puedo llevarte a casa? — pregunté.

-No, aun no termino mi entrevista y la has interrumpido — dijo ella seria.

El hombre no quitaba sus ojos de mí, se llevó a Akane de regreso al restaurant abrazándola como si yo pudiese quitársela.

Regresé al coche con mis amigos muy derrotado, la puse en ridículo y no creo que me perdone la escena que armé recién…

-¿Qué hacemos? — preguntó Mousse.

-¡Emborracharnos! — exclamó Ryoga.

Y así hicimos, luego de pasar por unas cervezas nos fuimos directo a mi apartamento a ahogar la pena y la vergüenza que sentía, y es que era el hombre más inseguro del mundo. Ella solo me ha ayudado hasta ahora, sin contar que me arrebató la castidad de la forma más placentera posible.

No sé cuánto tiempo pasó pero ya eran las diez de la noche cuando mis amigos dormían tirados en el sofá, por mi parte estaba sentado sobre la alfombra debatiéndome por lo idiota que fui al desconfiar de ella, apenas tres latas de cerveza y no podía ni levantarme del suelo. Miré el celular y no tenía ese mensaje de buenas noches que enviaba precisamente a las diez con cinco minutos…

El silencio era perturbador y entonces oí la puerta de su apartamento, como pude me levanté y afirmé de los muebles para ir por ella… le debía una disculpa sincera.

Salí hasta el pasillo y toqué dos veces, a la tercera ella abría su puerta envuelta en una bata…

-¿Ranma?

-Akane ¿puedo? — pregunté con las piernas temblorosas, ella se tapó la nariz en un gesto que me pareció muy tierno.

-¡Apestas! ¿Estuviste bebiendo? — chilló con desagrado.

-Solo un poco, lo juro — dije dando un paso trastabillando caí sobre ella que a su vez caía sobre el sofá.

-Eres un necio, sabes que no resistes el alcohol ¿por qué bebiste? — preguntó mirándome seria.

Yo la amaba, ella no lo sabe pero estoy enamorado desde los diecisiete años… en esos años usaba su larga cabellera siempre tan linda y sexy todo mundo estaba detrás de Akane Tendo pero yo era un ratón de laboratorio que se escondía detrás de un par de gafas… cuando la encontré en este edificio mis noches fueron bien aventuradas. Pero todo cambió hace unas semanas, nunca imaginé que se fijaría en mí. La creía inalcanzable totalmente fuera de mi liga, pero ella me demostró lo contrario.

-Te amo — solté como un bobo enamorado, ella abrió sus ojos de par en par y me sonrió.

-Estás todo borracho, ya es hora de que te vayas a dormir — dijo removiéndose para que saliera de encima de ella.

-Lo siento… en verdad espero perdones mi imprudencia, soy un tipo muy inseguro. Aun no entiendo cómo es que accediste a estar con alguien como yo — dije sentándome en el suelo a sus pies.

-Hablemos mañana, ahora no estás bien y…

-No quiero, eres la mujer más bonita de todo el mundo ¡dame una oportunidad! — pedí con hipo.

-Eres muy gracioso Ranma, ve a dormir y lleva una bolsa podrías vomitar — decía ella ignorándome.

-Quiero dormir aquí— hablé.

-Bueno, pero dormirás en el sofá será tu castigo por venir borracho a mi casa.

-¿Akane me perdonas? – insistí acomodándome, ella fue por una manta y por si las dudas por una bolsa.

-Tu ternura me conmueve, eres un chico lindo… pero no es amor, no puedes amar a una chica que baila por unos yenes.

-No me importa — me apresuré a decir.

-Solo calla y duerme— dijo posando sus dedos sobre mis labios, cerré los ojos y casi al instante me dormí.

Al día siguiente…

Desperté con dolor de cabeza, recordé todo lo que había platicado con ella por la noche. Akane dormía en su alcoba y fui directo al baño por una ducha, patudamente usé su baño sabiendo que estaba a un paso del mío pero es que necesitaba verla nuevamente, saber si perdonaba a esto tonto loco enamorado.

Cuando abrí la puerta del baño el vapor salió rápidamente encontrándome con Akane estirando sus brazos media adormilada, la playera le quedaba grande y caía por su hombro pero al estirarse dejaba ver su plano vientre y parte de la braguita rosa que llevaba puesta.

Por un momento recordé lo que mencionó "eres muy tierno" acaso ¿eso es malo? Quizás quería a alguien mucho más canchero en las artes del ¿amor?

-¿Cómo amaneciste? — preguntó con su melena despeinada, era una delicia verla en las mañanas.

La quedé viendo casi babeando, pero me apoyé en el marco de la puerta en una pose sexy… ella enarcó una ceja y lamió sus labios, el ejercicio surtía efecto y sabía que a Akane le gustaba mi cuerpo.

-Tengo mucha hambre— dije con voz grave.

-¿Qué quieres comer? — preguntó inocentemente.

Y sí, no quería perderla… ni por ese tal Shinno ni por el alemán Cedrik. Me la jugaría el todo por el todo y dejaría lo pendejo junto con la borrachera de anoche, era hora de la acción.

-A ti — respondí lleno de seguridad, Akane me vio sorprendida y la acorralé sin dudarlo, fue presa de mis besos y fui correspondido notablemente.

Esta vez no sería ella la de la iniciativa, esta vez sería yo quien la haría retorcer de placer. Porque no me importaba si tenía uno o diez pretendientes, ella sería mi chica ahora y siempre.

Continuará…

Estimado lector, un capítulo más reflexivo para nuestro trenzudo y es que el chico la quiere toda para ella pero Akane tiene su vida muy bien diseñada. El bombón alemán claro que le tiene puesto el ojo a las mejores caderas de todo Japón, pero Ranma debe dejar de ser tan bobito y plantarse como el mero macho.

Los tres mosqueteros se fueron de juerga y con apenas tres latas ya estaban bien dormidos, pese a todo apoyaron a su amigo quien no se atrevía a ir solo donde Akane.

Y ahora… ¿qué sucederá con esta relación sin nombre?

Eso y más en el próximo capítulo, si te ha gustado déjame tu preciado review amo leerlos.

Desde Chile una fanática más de Ranma ½

Sweetsimphony._