Hooooola a todos, voy a ser breve pues se que han esperado mucho, mucho tiempo por otro capitulo de nuestra miko y sirviente favoritos así que no los hare esperar más.
Incertidumbre
Kagome rodo de un lado a otro en su cama.
Miro el reloj que había en su habitación que marcaba cerca de la media noche y soltó un suspiro frustrado.
No importa cuánto lo intentara no podía cerrar los ojos.
Habían pasado dos días cuando reprendió a Yuki por su descuido, y a Takashi por haber traído su cámara.
Cuando estaba recogiendo las pertenencias de sus hijos, de entre las cosas de Takashi salió su cámara llamando la atención del Conde y sin dudarlo la tomo. Cuando la vio en las manos del Conde sintió que su corazón se detuvo. Tubo que mentirle diciéndole que era otro juguete mientras se lo arrebataba.
Soltó otro suspiro al recordar el trato con Ciel.
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Flashback
– Yo en cambio responderé a una de tus preguntas
Los ojos de Ciel se abrieron un poco ante su oferta.
En cambio, Kagome estaba internamente entrando en pánico. Ella esperaba que no preguntara de dónde venían exactamente. Observo a Ciel meditar por un momento.
– Esa es una propuesta interesante Lady Kagome – dijo con voz suave – Quiero saber…
Ella se tensó en cuanto comenzó a preguntar.
– ¿Qué es esa perla que esmeras en ocultar? – ella se congelo – El día en que fuimos secuestrados me he estado preguntando, ¿Por qué arriesgarías tu vida solo por una joya? – el frunció un poco el ceño – ¿Es tan importante esa baratija?
Ella hubiera preferido que le dijera de donde venia. Que le pregunte sobre la Shikon no Tama solo significara que su vida y la de sus hijos cuelgan de un hilo.
– Estoy esperando Lady Kagome
La ojiazul mordió el interior de su mejilla derecha y estrecho un poco los ojos.
– Pero, además de no tocar las cosas de mis hijos – ella le dio un semblante serio – Es muy importante que Sebastian no sepa de ella
Ciel enarco una ceja.
– Sabes que me estas pidiendo dos cosas ¿No? – se cruzó de brazos – ¿Por qué no quieres que Sebastian se entere?
–… – ella no respondió de inmediato – No le dirás
Se quedaron en silencio por lo que pareció horas hasta que Ciel finalmente asintió.
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Aun no podía creer que acaba de decirle de lo que es capaz la Shikon no Tama. Solo podía confiar en la palabra del Conde, pero realmente no estaba muy segura de que la cumpla. Ella sabía lo que pasaba con los yokais si llegaran a poseer la perla, pero con Sebastian no estaba muy segura de que efectos tendría. Él no es como los demonios de su tierra y la sola idea de que llegue a poseerla podría ser igual o peor que con Naraku.
Reprimió un grito de miedo tan solo pensar en ello.
– ¿Por qué estas cosas me siguen pasando? – gimió mientras intentaba dormir.
Tock Tock
Se sentó al escuchar que alguien llamaba a su puerta. Ella pudo sentir el aura de los gemelos fuera de su cuarto. Ella suspiro y sonrió un poco. Sin duda deben estar arrepentidos por traer el videojuego y la cámara con ellos.
Sin embargo, también fue su culpa, debió checar sus mochilas antes de partir.
Levantándose de la cama fue a abrirles a los gemelos, al menos estaría segura de que con ellos durmiendo a su lado aún tiene esperanza de que todo estará bien.
En cuanto su mano tomo la perilla de la puerta y la giro revelando los rostros de tristeza y remordimiento de sus hijos ella les dio una sonrisa tranquilizadora.
No importa que pase, nunca puede estar enojada con ellos tanto tiempo.
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– Permítame
Kagome miro a su hija aceptar de mala gana la mano del mayordomo para ayudarla a salir del carro sin caerse.
Giro hacia la mansión de Ciel que se ubicaba dentro de Londres. Se le hacia un poco más pequeña que la principal, pero no menos elegante.
El demonio la despertó temprano por órdenes de Ciel de que ella y los gemelos los acompañarían a Londres. ¿Para qué? No lo sabe, pero lo que si sabe es que no puede ser nada bueno.
– Okaa-san…
Volvió su cabeza hacia el gemelo menor y vio que tenía un semblante molesto y su nariz estaba levemente fruncida. Ella de inmediato se puso alerta. Algo fundamental que aprendió de Inuyasha y Shippo es en que los sentidos sobre desarrollados que tienen siempre sabrán si hay peligro cerca.
Cuando sintió unas manos pequeñas tomar las suyas no necesito voltear para saber que Yuki y Takashi sentían lo mismo.
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Tenía en mente una que otra cosa, pero no esto.
Dentro de la sala estaban Lau, Angelina Durless, también conocida como Madame Red y su sirviente Grell, quien Takashi tuvo un breve encuentro con él y lo definió como la inutilidad y estupidez encarnada (aunque no le gustaba el sobrenombre no podía estar del todo en desacuerdo) y vio como ellos eran regañados por Ciel al desordenar su casa por buscar solo hojas para él té.
– Toda la gente que no quería ver, todos ellos vinieron…
Una gota de sudor se deslizo por la nuca de Kagome al escuchar el murmuro del conde.
– Veo que trajo a la señorita Kagome y sus brotes de orquídeas, Conde – saludo a la pequeña familia.
Kagome le devolvió el saludo. Lau fue el único que no se mostró sorprendido de que sea madre tan joven. Tal vez tenga que ver con que en China no es raro que una madre sea tan joven en ese tiempo. Aunque no esperaba que Lau tuviera obsequios para ellos.
Ella le sonrió mientras agradecía el detalle.
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– El té de hoy es un Jackson's Earl Gray
Kagome recibió su taza mientras que los gemelos sostenían un postre. El de Yuki era un trozo de pastel y Takashi un brioche.
Mientras la conversación avanzaba escucho a Madam Red comentar y alabar la gran diferencia del té de Sebastian contra el de Grell. El pobre e… insuficiente hombre se desanimó por ello. En lo que a Kagome respecta, le gustaba más el té verde.
– De todas formas
Kagome casi tira su taza mientras observaba como Angelina frotaba repentinamente las caderas de Sebastian haciendo que se sobresalte, pues no esperaba dicha acción y apenas pudo mantener el equilibrio en la bandeja del té. Miro a sus hijos y ellos parecían tan mortificados como ella.
– Pude pasar el resto de mi vida sin ver eso – murmuro Takashi mientras volvía con su postre en cambio Yuki hizo un mohín.
– Si solo tuviera mi cámara… – gruño mientras volvía a su pastel.
Kagome sudo de nuevo ante las quejas de sus niños y les dio una sonrisa incomoda y volvió a mirar a Madame Red que estaba siendo regañada por su sobrino.
Ella se llevaría muy bien con Miroku.
– Hmp… volviendo a lo importante – el rostro del Conde se volvió neutro – He escuchado últimamente sobre el caso de prostitutas siendo asesinadas en las calles
Los ojos de Kagome se abrieron mientras tomaba su té.
– La forma de ser del asesino es muy especial… no, debería decir anormal – Ciel estrecho un poco los ojos – Esa es la razón por la que "Ella" esta tan interesada
– ¿Ella? – Takashi y Yuki pensaron al unisonó.
– La prostituta asesinada se llamaba Mary Ann Nichols – comenzó Ciel – Las heridas parecían como si fueran de algún tipo de herramienta para marcar, usando cortes rápidos, con una dolorosa muerte
– ¿Y en donde mataron a esa mujer? – Yuki no pudo retener su curiosidad.
Ciel hizo memoria.
– Cerca de un pub llamado The Frying Pan
Takashi gimió por lo bajo.
– Salió del sartén para caer en las brazas
Todos parpadearon por lo que dijo el pequeño Taiyoukai.
– Esa es una expresión muy certera Joven Takashi – Sebastian se froto el labio mientras miraba al albino.
El youkai solo chasqueo la lengua y volvió a su postre.
Kagome no se molestó en reprenderlo por sus afiladas palabras, ella había dejado de escuchar lo que decían los demás mientras trataba de calmar su pulso y sentía el sudor en sus manos. Kagome miro el contenido de su taza mientras sentía que un escalofrió recorría su espalda.
Londres.
Época Victoriana.
Finales del siglo XIX.
Prostitutas asesinadas.
Mary Ann Nichols.
Los ojos de Kagome se abrieron más por el horror que la invadía cuando empezó a conectar los puntos. Estaba tan ocupada adaptándose y a la vez encontrando una forma de escapar, el entrenamiento de los niños y el estrés por su trato con el Conde que paso por alto que ellos se encontraban dentro del siglo que contaba con uno de los casos más importantes, trágicos y oscuros que aterrorizo a la Gran Bretaña.
El asesino más famoso que nunca fue atrapado, y mucho menos identificado y se le atribuyeron 5 asesinatos, y otros 13 pero nunca quedaron confirmados.
– Jack el destripador
El alias del asesino británico salió de sus labios antes de que pudiera detenerlos. Ella se tensó cuando sintió siete pares de ojos sobre ella. Cuando levanto la vista de la vajilla observo que todos la miraban entre curiosidad, asombro y ligera sospecha (este último de parte del Conde).
– Interesante – Sebastian entrecerró imperceptiblemente los ojos – No sabía que Jack el Destripador era conocido fuera del país
– No creo que lo sea – el Conde estrecho los ojos.
– ¿Y se puede saber cómo alguien de tan lejano país sabe sobre él? – a pesar de que estaba sonriendo la sospecha hacia ella era clara. La Miko se reprendió internamente.
¡Error de novato! Dar información mientras estas distraído.
–… – Kagome miro a Sebastian y luego giro los ojos hacia los demás. No había duda de que estaban pensando lo mismo que él mayordomo demoniaco. Reprendiéndose internamente por última vez hablo con la verdad a medias – Escuche de ese asesino de la boca de los hombres que estaban en el barco en el que yo y mis hijos estábamos
En ese lugar solo Ciel y Sebastian sabían la verdad de cómo llegaron a Inglaterra. Aunque no estaban del todo convencidos, ellos tomaron lo que dijo por ahora.
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Undertaker
La familia Higurashi parpadeo ante el nombre del letrero de la funeraria que tenían enfrente.
Poco tiempo después de la plática en la mansión, Ciel los trajo a ese lugar, según para conseguir información.
– ¿Cómo espera conseguir información en un lugar así? – Kagome pensó con una ceja arqueada mientras entraban al lugar.
– Undertaker ¿Estás ahí?
– ¿Undertaker? ¿Qué clase de nombre es ese? – Takashi murmuro por lo bajo mientras miraba el tenebroso y lúgubre lugar. Había de todo lo que implicara en sepultura, hasta vio algunos recipientes de vidrio y algunos aún tenían órganos dentro.
Yuki resoplo.
– Este lugar necesita una severa limpieza – husmeo por el lugar – Huele a muerte por todos lados
Suspiro mientras veía a sus hijos curiosear por el lugar. Sintió que su pecho se calentaba al ver a sus crías actuar como niños curiosos por lo que ven a pesar de la situación en la que están. Aunque estar en una funeraria le quita algunos puntos a la ternura.
– Hola, hola… – una voz resonó en el lugar lo que les puso sus pelos de punta – Sabia que vendrías… – un ataúd se abrió y salió una mano y un rostro con una sonrisa inquietante – Bienvenido Conde
– HAAAAAA~ – gritaron de sorpresa y horror Lau, Angelina y Grell.
Aunque no se unió al trio, estaba muy tentada a volverlo un cuarteto.
Se alejo en lo que el conde y el sepulturero hablaban miro el lugar que manejaba. Era la primera vez que estaba en una funeraria desde la muerte de su padre hace mucho tiempo. Personalmente prefería los de su época a esta, se estremeció al ver un corazón en un recipiente.
Cuando se volvió sudo al ver a los demás sentarse sobre los ataúdes. Solo pudo negar con la cabeza mientras miraba a Undertaker. Nunca se había topado con una persona tan excéntrica como él, en especial al verlo comer galletas con forma de hueso. Esperaba que solo fuera la forma.
CRASH.
Todos voltearon al escuchar algo romperse y vieron a Yuki que estaba sobre uno de los muebles y con la mano extendida hacia el suelo en el que se encontraba un vaso roto mientras tenía una mirada asustada.
– Vaya, ¿Qué es esto?
Undertaker se acercó hacia la niña y parpadeo dos veces detrás de su flequillo al verla mejor. Para sorpresa de la pequeña chillo cuando fue levantada por el peli-plateado, se encogió un poco cuando la observaba intensamente(?) (No estaba segura con los ojos cubiertos por su cabello). De repente empezó a inspeccionarla por todos lados sacándole gritillos de sorpresa y molestia pues se estaba empezando a marear.
– Esto sí que es una sorpresa – sonrió con júbilo mientras detenía su investigación y la miraba directamente a los ojos – Creí que ustedes habían desaparecido hace mucho tiempo
Yuki inclino la cabeza tanto por la duda como por su leve mareo.
¿Qué quiso decir con eso?
– Oi – Takashi se acercó y fulmino con la mirada al sepulturero – Suelta a mi Aneki en este instante
Undertaker bajo la mirada y parpadeo dos veces nuevamente al ver una réplica masculina de la niña que estaba sosteniendo. Paso su mirada de él hacia la niña, algo que repitió dos veces más queriendo asegurar que sus ojos no lo engañaban. Siendo posible, la joven Daiyoukai vio cómo su sonrisa se ensancho más.
– Así que son dos, este día solo mejora, el Conde me visita y me entero de ustedes – se acercó al joven haciéndolo retroceder un poco – Díganme, ¿Qué hacen tan lejos de casa?
– Si me permite – Kagome se acercó al peli-plateado haciéndolo girar hacia ella – Somos invitados de Phantomhive-sama, Undertaker-san y estamos… apoyando al Conde con este caso – le dio un breve resumen mientras que él la seguía mirando haciéndola sudar un poco. Vacilante, extendió sus manos – Ahora… ¿Le importaría devolverme a mi hija? … ¿Por favor?
Undertaker siguió mirándola hasta voltear a los niños y de nuevo hacia ella. A pesar de que no podía ver sus ojos podía sentir que estaba tratando de procesar lo que dijo, casi como si estuviera en un conflicto interno.
Bueno, no sería la primera vez que le pasa eso. Ellos sacaron más del padre que de ella.
– ¿Qué tanto están murmurando? – Ciel llamo la atención de ellos mientras veía al sepulturero entregar a la niña – ¡Y deja de acosar a mis acompañantes!
– Perdón, perdón – el sepulturero se acercó al Conde – Me emocione por las caras nuevas que olvide por un momento a lo que venían
– Hm, nosotros también somos nuevos – se señaló Angelina, junto a Lau y a Grell.
– Ustedes no destacan como ellos – dijo mientras sonreía descaradamente.
– ¿¡Qué quieres decir con eso!? ¡Te reto a que lo repitas! – la pelirroja exclamo furica mientras que Grell trataba de calmarla.
Kagome solo pudo mirar con una gota de sudor sobre su cabeza al ver el infructífero trabajo de Grell en tranquilizar a su Ama.
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Observo como el excéntrico sepulturero incomodaba a los demás mientras decía cosas que no tenían mucho que ver con lo que estaban buscando.
Undertaker será raro, pero debe admitir que sabe recabar muy buena información.
La primera vez que se encontró con él no esperaba mucho, menos aun sabiendo que en lugar de dinero quiere un chiste que lo enloquezca de la risa. Eso cambio luego de la información que les proporciono luego de que hiciera eso.
CRASH.
Sus ojos y el de los demás se movieron hacia el origen del ruido y vio a la pequeña Inuyokai nerviosa sobre uno de los muebles. Suspiro internamente, parece que además del entrenamiento que les proporciona debe de enseñarle una o dos… más bien debe de enseñarle muchas cosas en cómo deben de comportarse, urgentemente para Yuki. Al menos agradece de que Takashi no esté tan mal y sea más reservado que ella.
Pero eso no siempre significa algo bueno, en especial cuando es él el quien tiene que lidiar con ello.
– Vaya, ¿Qué es esto?
Miro hacia el sepulturero y vio que se acercaba a Yuki. Para sorpresa de todos, el canoso agarro a la niña y empezó a inspeccionarla como si se tratara de un objeto invaluable. Algo que debía de asegurarse de que no se tratara de una copia mientras murmuraba algo indistinguible. Observo con leve diversión como la pequeña empezaba a marearse por tantos giros.
Miro de reojo a la oji-azul y vio que tenía una expresión perturbada. Lo mismo se puede decir del gemelo menor que paso de sorprendido a enojado y le exigió que la soltara. Para el sobresalto del infante se acercó a él haciéndolo retroceder.
– Díganme, ¿Qué hacen tan lejos de casa?
Levanto una ceja por lo último que pudo escuchar. Esa era una declaración algo ambigua.
¿Undertaker los conoce? O, ¿Ya estuvo en Japón antes?
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Contuvo un suspiro exasperado.
Este no era su día.
Además de recibir una orden de la Reina. La visita de su tía y de Lau en su mansión dentro de la ciudad era lo último que esperaba.
Sobre todo, que Undertaker estuviera molestando a la hija de Kagome. Cuando termino de revisarla vio que estaba asustada mientras murmullaba algo. Y no la culpa, cuando era más pequeño solía ocasionarle mucho miedo. Y al ver que estaba emocionado al ver no solo a Yuki sino también a Takashi, le hizo darle una mirada interrogante.
Estaba actuando más extraño de lo normal. Hasta donde sabía, Undertaker nunca se había emocionado tanto por las nuevas visitas. Su sospecha aumento al ver que el peli-plateado se volvió inusualmente callado cuando Kagome se acercó. No tenía que mirar a su sirviente para saber que él también tenía sus sospechas.
Sin embargo, eso será para otro momento.
– ¿Qué tanto están murmurando? – llamo la atención de ellos mientras veía al sepulturero entregar a la niña – ¡Y deja de acosar a mis acompañantes!
– Perdón, perdón – el sepulturero se acercó al Conde – Me emocione por las caras nuevas que olvide por un momento a lo que venían
– Hm, nosotros también somos nuevos – se señaló Angelina, junto a Lau y a Grell.
– Ustedes no destacan como ellos – dijo mientras sonreía descaradamente.
– ¿¡Qué quieres decir con eso!? ¡Te reto a que lo repitas! – la pelirroja exclamo furica mientras que Grell trataba de calmarla.
Si, definitivamente no era su día.
Paso unos momentos en tranquilizar a Angelina para proseguir en sacarle una risa de primera a Undertaker. Mientras que los Higurashi se mudaron a su lado ya que el sepulturero les dio una buena impresión de él.
Primero fue Lau, algo relacionado con un tigre y el año nuevo. Ni siquiera estaba seguro de que eso era un chiste.
Pfft.
Giro la cabeza hacia Yuki al escucharla toser.
– Ese chiste fue increíble – susurro bajo.
– ¿En serio? – arqueo una ceja.
Ella giro un poco la cabeza dejándolo ver una sonrisa afilada.
– Increíblemente malo
Ahora fue su turno de toser.
La siguiente fue su tía. No estaba seguro de que paso, después de dos palabras unas manos grandes cubrieron sus oídos mientras continuaba con su chiste. Miro hacia Kagome y miro que su rostro expresaba sorpresa y luego horror, trato de evitar que los albinos escucharan lo que sea que Angelina estaba diciendo. Palabra clave, trato, cuando su tía termino Kagome le dio una mirada fulminante.
– ¿¡TE RECUERDO QUE AHÍ NIÑOS AQUÍ, MADAME RED!?
Kagome no dudo en reprender a Madame Red quien se encogió ante el recordatorio. Miro hacia los gemelos y vio que Takashi lucia confundido y algo apenado mientras que Yuki tenía un fuerte sonrojo en sus mejillas y cuando giro sus ojos hacia los suyos se crispo y los cubrió con sus manos.
Levanto la mirada hacia Sebastian que lucía divertido por la desgracia del trio. Cuando llamo su atención el simplemente negó con la cabeza.
Ya había transcurrido más de una hora y seguían sin conseguir que Undertaker al menos sonriera. No tenía que mirar para ver que los Higurashi estaban igual de frustrados.
– A este paso nos tomara todo el día – se lamentó Takashi con cansancio. Miro de reojo al demonio de Ciel y encaro al noble – Hey, ¿Tu sirviente no se sabe algún chiste o algo que lo haga reír? Ya paso mucho tiempo, nos estamos quedando sin candidatos y ciertamente nosotros no- – sus ojos giraron y se abrieron – ¿¡Yuki, que haces!?
– Todos se están esforzando – dijo la albina mientras imitaba un pájaro en vuelo – Y quiero participar – se sintió orgullosa de que el sepulturero sonrió un poco. No fue mucho, pero llego más lejos que Angelina y Lau.
Le daría un diez por el esfuerzo.
– ¿Sebastian? – miro a su mayordomo que asintió.
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Bueno, había que decirlo, nadie esperaba que Sebastian les dijera que esperaran afuera mientras trataba de hacer reír al canoso. Y ciertamente nadie esperaba que una carcajada atronadora sacudiera toda la funeraria e inclinara el letrero poco después de salir. Incluso Yuki y Takashi saltaron un poco.
Cuando volvieron a entrar no supo que sentir al ver a Undertaker temblando sobre su escritorio mientras aún seguía riendo, pero en un nivel más bajo.
Sus ojos azules giraron hacia el peli-negro que, en cuanto vio su mirada solo le sonrió. Ella se estremeció sin estar segura si quería saber de qué fue lo que hizo mientras esperaban afuera. Habiéndose acomodado todos se sirvieron un poco de té, excepto ella y los niños, no tenía buen presentimiento de esos vasos.
– ¿No piensan que los eternamente dormidos que residen en los ataúdes son tan lindos? – dijo mientras limpiaba un maniquí médico – Mi pasatiempo es el sacar órganos para la investigación
Y ahí estaba su corazonada.
Vio a Angelina, Ciel, Grell y Lau mirar los vasos unos segundos para luego ponerse verdes. Escucho ruidos y vio a Yuki sofocando su risilla junto con Takashi que tosió para amortiguarlo. Suspiro mientras negaba con la cabeza.
– ¿Puedo?
Dio un leve respingo al escuchar una voz masculina y divertida hablarle. Se volvió hacia el frente y vio al sepulturero con la mano extendida hacia ella. Parpadeo dos veces y miro al resto que los miraba con duda y curiosidad.
–… – miro a los niños y vio la negación escrita en sus rostros. Por mucho que quisiera negarle, se vería muy mal ya que él peli-plateado no hizo nada para disgustarla –… Claro
Sin mucha seguridad, tomo la mano de Undertaker y se estremeció internamente cuando una de sus largas y negras uñas rosaron un poco de su piel. Sus ojos se abrieron y soltó un leve jadeo cuando fue jalada de donde estaba sentada y sin contratiempos empezó a bailar con ella.
¡Nadie le dijo que tenía que bailar!
Cuando la hizo girar vio que tanto Ciel como Sebastian parecían tan sorprendidos como ella. Y no fueron las únicas reacciones, Madame Red tenía los ojos ensanchados, Lau estaba sonriendo como niño en una confitería, Grell lucia nervioso, pero vio en sus ojos mucha envidia, y sus hijos…
– ¿¡Que estás haciendo con mi Okaa-san!? – siseo Yuki mientras se paraba sobre el ataúd y sus garras crecían. Para fortuna de Ciel y su mayordomo los demás no lo vieron.
– Estar quieto mientras doy información es muy aburrido – dijo mientras se balanceaba con la Miko – ¿Quién dice que no puedo hablar mientras bailo un poco?
– ¿Y porque con nuestra madre? – los dientes de Takashi empezaban a transformarse.
– ¡Si! – exclamo Madame Red enojada – ¿Por qué no fui yo?
¿¡Esta enojada solo por eso!?
– Hihihi~ Ya lo mencioné ¿No? – acomodo su brazo derecho y la inclino hasta que su flequillo fue víctima de la gravedad – Ella destaca más que ustedes
Grell detuvo a su Ama para evitar que lo estrangule.
Undertaker fue explicando en cómo llegaron muchas de esas mujeres a su funeraria y lo han mantenido muy ocupado. Pero también el cómo la extirpación los órganos no fue hecho por un principiante, el asesino era un profesional de acuerdo a la delicadeza en como extrajo los úteros. Eso reducía mucho la lista de los sospechosos.
Sin embargo, se estremeció cundo la levanto y la uso de ejemplo de cómo operaba Jack. Ella sudo frio cuando sus largas uñas rozaron su cuello para arrastrarlo a su estómago. Si hubiera ido más lejos definitivamente lo habría golpeado.
Cuando finalmente termino suspiro de alivio. Era muy difícil bailar cuando no tenía mucha experiencia, pero a juzgar por las expresiones de los demás no lo hizo tan mal. Creo que debería agradecer a todo lo que paso por conseguir los fragmentos, le dio más agilidad y coordinación de la que tenía en un principio.
Con la información obtenida se dispusieron a continuar su camino, para su ligera sorpresa fueron Yuki y Takashi los que salieron primero y a juzgar por sus rostros estaban molestos. Uno por uno fueron saliendo hasta que ella fue la última en estar ahí.
– Hihihi~ gracias por tan maravillosa pieza – le dio una sonrisa brillante.
Solo pudo parpadear sin saber que decirle.
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– Ella está tardando
Escucho a su Amo murmurar dentro del carro. Ya pasaron casi diez minutos después de salir de la funeraria y la única persona que faltaba aún seguía adentro.
– Iré – él menor se levantó de su asiento y se dispuso a salir del carruaje.
– Espere Sir Takashi – lo detuvo – Mejor iré yo por Lady Higurashi
– ¿Y eso como lo hace mejor?
Suspiro internamente al ver como estrechaba sus ojos en un intento de ser intimidante. Solo pudo lamentarse por dentro, si no fuera un perro lo hubiera comparado con su hermana con adorables gatitos blancos con inusuales ojos dorados.
El concurso de miradas duro unos momentos antes de que el infante suspirara resignado con un raro mohín en su rostro.
'Que decepción'
Alejándose del carro se dirigió a la entrada de la funeraria. Cuando su mano estaba por tomar el pomo de la puerta, esta se abrió dejando ver que fue Kagome quien la abrió. Parpadeo al ver que había inquietud en su mirada. Miro detrás de ella y vio a Undertaker que solo sonreía.
– Vámonos
Fue un susurro bajo y rápido. Sin darle tiempo para preguntar ella lo paso y fue rápido hacia el carruaje. Levanto una ceja ante su extraño comportamiento. Le dio una última mirada al sepulturero y vio que este le despedía mientras agitaba su brazo, le habría preguntado, pero se atrasaría y no quiere hacer esperar demasiado a su Amo. Cerrando la puerta se dirigió al carruaje y abandonaron el lugar.
– ¿Qué piensas después de escuchar esto? – Ciel le pregunto.
Ese fue el detonante para comenzar con la conversación. Cada uno dio sus puntos respecto a lo que era "la temporada". Mientras Madame Red hablaba sus ojos giraron hacia la huésped del Conde.
Ella ignoraba la conversación mientras miraba por la ventana mientras que sus gemelos la miraban algo inquisitivos.
Tal vez tenga que ver de porque tardo tanto en salir.
Mientras Ciel y los demás seguían platicando aprovechó la oportunidad para inhalar profunda y sutilmente. El alma de Kagome era tan puro y embriagante que lo tenía cautivado, y en un espacio tan reducido incluso para él era demasiado. Debería ser un pecado tener tal alma tan cerca y no darle, aunque sea un bocado.
Incluso cuando está lejos aún puede sentir su inmaculada escénica y hace que su hambre aclame por ella. Su apetito ya era difícil por tener el alma de Ciel crecer y ser cultivada de una forma tan tentadora. Pero el alma de Kagome le hace imposible permanecer sentado.
Después de todo…
Siempre quiso saborear a una miko.
Ha estado haciendo sus investigaciones las últimas noches. Y por lo que pudo descubrir recientemente es en que ella es una sacerdotisa muy capaz de acabar con muchas clases de demonios, entre ellos la suya. Sin embargo, de acuerdo con los registros, solo hubo una miko con tal poder y eso fue hace más de trecientos años.
Nunca se ha confirmado que paso con ella pues nunca encontraron un cuerpo, pero con su desaparición le tomo a la humanidad más tiempo para prepararse para lo que sería el Exterminio Yokai.
'¿Tal vez una descendiente?'
Con otra inhalación degusto con el olfato que esa mujer tenía la duda y el miedo exudando por sus poros. Sea lo que fuera estaba muy tentado a acercársele y darle una pequeña mordida sin importarle que haya testigos.
Sin embargo, su euforia se vio interrumpida cuando capto el olor de alguien más. Sus ojos brillaron y sus pupilas se volvieron rendijas solo por un segundo antes de que alguien se diera cuenta.
Tan excitado estaba por esencia que casi olvido lo que sucedió antes. Sabía que Undertaker era raro (era un hipócrita, no lo niega) pero se superó así mismo en esta ocasión. Cuando lo vio tomarla y bailar por el lugar para después arrastrar sus dedos por su pálido y suave cuello hasta su estómago, sintió no solo una inconmensurable ira, sino el leve presentimiento de que estaba perdiendo.
Generalmente le gusta competir, la satisfacción y el placer de arrancarles la victoria a los demás justo cuando estaban por tocarla y verlos caer en un pozo de desesperación.
Pero no en este caso.
No va a permitir ningún otro competidor más que él mismo. Los demonios son codiciosos y eso viene de la mano con ser territoriales. No importa de quien se trate, no permitirá intrusos cerca de Ciel ni de Kagome.
Sus ojos recorrieron a los gemelos que estaban hablando de algo, o al menos la hermana, el menor solo asentía o negaba a lo que decía.
De acuerdo a la creencia popular, para poder ser una miko y seguir usando sus poderes debían de permanecer vírgenes toda su vida. Pero ahora sabe que esa creencia claramente es errónea.
Sus ojos se estrecharon imperceptiblemente.
Odia a los perros, con una pasión tan ardiente que podría ocasionar un incendio. Sin embargo, los tolera no solo por ser hijos de Kagome, sino porque al estar en su forma humana los comprende mejor y para ser demonios ellos tienen almas y son muy cautivadoras. Y siendo sus hijos, le hizo preguntarse algo que ha estado dando vueltas en su mente…
'¿Ellos heredarían su poder?'
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Él nunca creyó mucho en la suerte.
Cuando le sucedían cosas buenas generalmente lo atribuía a la coincidencia considerando su oficio anterior. Pero empezó a creer mucho en la mala suerte luego de ese incidente.
Sobre todo, sus experimentos, no parecían mostrar muchos cambios.
Pero este día le hizo creer mucho en la buena suerte luego de que esas personas entraron a su hogar en compañía del Conde.
Jamás creyó que viviría lo suficiente para ver a dos Inuyokai de sangre pura de nuevo. Hasta donde sabía esa raza estaba prácticamente extinta, al menos, en pureza ya que solo hay algunos registros de la descendencia de ese Hanyo. De los dos que conocía y aún vivían, esa mujer no parecía interesada en reemplazar a su anterior compañero y hace mucho tiempo que no se sabe de su hijo y mucho menos si formo una familia.
Si la hubiera formado se haría mucho revuelo en ese país, más no está seguro de ello, hace mucho que no pone un pie en Japón.
Pero, ni en sus sueños más salvajes creyó que dos puras sangres nacerían de una miko, en especial de ella.
Flashback.
–… ¿De nada? – respondió dudosa.
– Hihihihi~ no seas tímida, lo hiciste muy bien – le alabo con su característica sonrisa.
– Bueno… – lentamente dio vuelta – Si eso es todo, debo irme
– Si, sobre eso – llamo su atención – Sería bueno si me das una ocasional visita cada cuando estés en la ciudad
Soltó una risilla cuando la vio dudar.
–… Seguro…
Cuando la vio irse y estaba por abrir la puerta ladeo su cabeza haciendo que sus cabellos parecieran una cascada.
– Siempre quise bailar contigo, aunque fuera una vez – su sonrisa se ensancho – Shikon no Miko
La sonrisa que tenia casi partía su cara cuando la vio detenerse en seco. Lentamente dio vuelta y vio que su rostro expresaba miedo y escepticismo.
– Tu…
Una risa burlona fue su única respuesta.
– ¿Cómo? – ella apretó los dientes – ¿¡Cómo es que sabes eso!?
En lugar de molestarse, se divirtió por su reacción.
– Hihihihi~ ¿Quién sabe? – se balanceo de un lado a otro – Tal vez solo visite Japón antes de asentarme, o…
– ¿O? – ella frunció el ceño.
– Tal vez solo lo adivine – tarareo.
– ¡Que sepas quien soy no puede ser solo por eso! – casi exclamo al ver al sepulturero sonriente.
– Los misterios de la vida – se encogió de hombros – Además, tu misma me lo confirmaste
Se río de ella al verla petrificarse para luego gruñir en frustración y resignación.
– Bueno, ya sabes quien soy – se cruzo de brazos – ¿Qué vas a hacer ahora?
– Nada
Kagome levanto una ceja. Ella claramente no creía en sus palabras. Undertaker se animó cuando una idea cruzo su cabeza.
– No, de hecho, si hare algo – se acerco a ella con una cinta milimétrica – Voy a tomar tus medidas
La miko rápidamente retrocedió mientras se abrazaba el pecho mientras lo fulminaba con la mirada.
– ¿¡Mis medidas, para que!?
– Para tu ataúd por supuesto
Observo como su rostro perdió color al registrar sus palabras.
– ¿Por qué te molestarías en hacer mi sarcófago?
– Eres alguien muy especial Lady Kagome – soltó una risilla – Y como tal mereces el mejor ataúd que pueda construir – se sentó en uno de sus cajas – Después de todo, las mikos y los monjes son de los primeros en irse por enlazarse con destinos tan trágicos
Miro como sus ojos se ensancharon por lo ultimo que dijo. Y pudo ver en ellos duda y algo de melancolía para después mostrar determinación.
– No te molestes por ello – entrecerró los ojos – No negare que algún día moriré, pero no abandonare esté mundo sin pelear
Con ello se dirigió hacia la entrada.
Fin del flashback.
Hablando de su muerte con tal resolución y sin temor a ella no es algo que se vea a diario. Todos a los que les ha dicho eso se enojan y exclaman que no morirán. Prácticamente entraban en la negación, rechazando su muerte cuando el fin es inevitable y podría llegar en cualquier momento sin importar el estatus o sexo.
Tras pensar en la miko, sus pensamientos vagaron de nuevo hacia los niños que la acompañaban.
– Sin duda son sus hijos – pensó mientras se acercaba a los vasos que dejaron sus visitas – Pero también tienen un parecido con ese sujeto, pero sobre todo de ellos
Mientras limpiaba los recipientes recordó dos figuras del pasado que eran la encarnación de poder e imponencia.
Y es todo por ahora, más de 5,700 palabras, todo se dificulto en estos años, la escuela, el servicio social, y el asco del año pasado no solo hizo que mis clases fueran más difíciles por ser en línea, también he estado viendo con lo de la titulación, pues no pude titularme hasta terminar mi servició y eso fue hace un par de meses así que solo estoy esperando, en resumen empecé este año con mucho estrés.
Pero ahora que estoy libre tratare de actualizar pronto, no habrá algo interesante hasta el siguiente capitulo, y no será solo Sebastian siendo Sebastian, pero no dare spoiler.
Bueno, cuídense y hasta pronto
