Capitulo 7: La Noche es Joven
-¿Ese es... el Rey Arturo?-.
El jefe de la policía, Orlando Reeve, extendió las persianas de su oficina con los dedos y vio hacía el estacionamiento, donde una chica rubia de lentes bajaba de un camión de patrulla junto al Servant que escucho que fue arrestado. Por las espadas en su cintura y la armadura, supuso que era Saber. Para ser alguien arrestado, caminaba con un aura sagrada que hace retroceder algunos oficiales por instinto.
Orlando, con su típica mirada agría, suspiro. -Ya veo. No enviamos al Clan Calatin a tiempo-.
-Ocurrió en el centro de la ciudad. Aparentemente unos oficiales en patrulla que estaban cerca se apresuraron antes que pudiéramos llegar- reporto la secretaria y mano derecha de Orlando. -¿Cómo procedemos? ¿Nos ocupamos de ellos dentro de la estación?-.
-Reúne a los miembros del Clan Calatin aquí... pero primero, investiga a la mujer que fue traída hasta aquí. Averigua si ella es una Master o no. Dependiendo de las circunstancias, puede que podamos hacer una alianza- ordeno Reeve.
-¿Una alianza, señor?-.
-Si lo que nos dijo Francesca es correcto, ese debería ser Arturo Pendragon, pero... la descripción física no concuerda-.
-¿A que se refiere?-.
-Francesca dijo que el Rey Arturo era una chica que se hizo pasar como hombre en vida, de estatura baja, cabello rubio y ojos verdes, pero ese chico no solo es varón, también tiene otro tipo de cabello y color de ojos- explico Orlando. -Él podría ser alguien ligado al Rey Arturo... un Caballero de la Mesa Redonda, quizás. Pero de donde sea que venga, no podemos esperar enfrentar a Saber y salir ilesos-.
El jefe junto sus manos sobre su escritorio, ocultando su boca mientras continuaba hablando, ya que este Servant, solo por ser un Saber, se debían tomar las precauciones necesarias.
-Para empezar, si esa mujer se las arreglo para robar el derecho de ser la Master de Saber, es natural pensar que ella tiene alguna clase de plan-.
-No lo se, señor. También es posible que ella sea una amateur y solo conozca las bases de la magia- sugirió su secretaria.
-¿Una marioneta de los Einzbern?-.
Francesca, Faldeus, y él, estaban al tanto que el mismo Jubstacheit estaba en esta ciudad, y que probablemente sea un participante de la Guerra, ya que al ser el creador, puede que conozca mas secretos de lo que ellos saben. Eso solo se confirmo cuando la noche anterior, recibieron un reporte de que un Homúnculo de los Einzbern había entrado en la ciudad.
Pero incluso si el viejo golem no estuviera haciendo un movimiento directo, era una posibilidad que usaran a un mago externo. Si ellos temían a la traición, siempre podían encontrar una forma de manipular a un mago amateur que apenas posee circuitos mágicos para hacer el pacto, y eliminarlo mas adelante.
-También hay que considerar que sea Francesca, y no los Einzbern, que están detrás de esa chica. Esa mujer nos traicionaría en cinco segundos si lo considerara divertido. Faldeus esta aliado con nosotros, pero incluso él se podría volver contra nosotros dependiendo de las indicaciones de sus superiores- señalo Orlando.
El jefe recordó el choque de poder entre los Espíritus Heroicos en el desierto, y el gigantesco cráter que nació como resultado.
-En cualquier caso, mientras tengamos no solo a Gilgamesh, sino otro Espíritu Heroico capaz de enfrentarlo de manera igual, tenemos pocas opciones-.
Entonces, pensando hacía el futuro, como jefe de la policía y Master de esta Guerra, Orlando Reeve, lentamente, empezó a dar instrucciones.
-Mantén vigilado a ambos, a la mujer y al Servant. Siendo el momento, elige detectives que no conozcan las circunstancias, y trátalos como sospechosos en un posible caso de terrorismo. Por último, que no desatiendan la vigilancia sobre Caster. Tu sabes como es él; si él oye sobre esto, él es completamente capaz de intentar hacerse cargo de la investigación por si mismo-.
-De hecho, hubo una petición del señor Caster hace rato- menciono la secretaria. -"Déjame jugar en el casino de nuevo"- recito lo que le dijeron.
Orlando murmuro algo exasperadamente, se llevo sus dedos a la sien. -Santo cielo... ¿qué clase de Espíritu Heroico va al casino cuando hay una guerra?-.
En otra parte de la ciudad, mas especifico, en el casino mas grande de Snowfield, el Hotel Casino Crystal Hill, que también es un hotel de primera clase, cuyo casino tenía tal amplitud y lujos que podía competir con el mejor casino de Las Vegas, había cierto ajetreo.
-Todo al rojo-.
Gilgamesh, vestido con un traje de corte llamativo y su cabello peinado hacía abajo, ya tenía una montaña de fichas ganadas. Las personas alrededor de él miraban asombrados esa montaña, que parecía estar en aumento. Aunque otra cosa llamativa, era que el rubio no parecía disfrutar sus ganancias.
En poco tiempo, vítores y aplausos se desataron cuando la bola de la ruleta aterrizo en el número rojo. Las esquinas de la boca de Gilgamesh se giraron levemente, pero sus mejoras de espíritu parecían ser debido a la admiración, en lugar de ser por haber ganado. Tomo un puñado de fichas, dejando cincuenta veces el puñado que tomo a la deriva de otros jugadores y acepto una copa de coctel de una camarera.
-Difícilmente se adecua a beber- murmuro para si mismo tras sentir el sabor del coctel.
-Lo siento- la voz de su Master se escucho en su mente.
-No tienes que disculparte- respondió Gilgamesh, aun sosteniendo su coctel, telepáticamente.
Parada, sin moverse de su lado, estaba Tine Chelk, su Master. Personas debajo de 21 años no tenían permitido entrar a los casinos, así que Gilgamesh, para que pudiera acompañarlo, le dio a Tine un anillo de su tesorería que tenía inscripciones sumerias que la hacían ver invisible para todas las personas ordinarias.
-¿Bueno? Nadie debería ser capaz de verte- comento Gilgamesh.
-Si, su Majestad. Las bendiciones de este anillo de verdad son maravillosas- respondió Tine.
-Si alguien puede verte, significa que tiene un considerable poder de observación. Dejare el tratamiento de cualquier ladrón que busque el Grial a ti, mi Master, ellos no me importan-.
La razón del porque estaban en un casino, era porque Archer, a mitad del día, se había ido a quien sabe donde y cuando ya era de noche, reapareció en los cuarteles donde ella y su gente se ocultaban, con ropas de civiles de quien sabe donde las consiguió y de mal humor.
-Muéstrame el lugar donde los ricos y la mayoría de la gente se reúnen en esta ciudad- fue la petición, la orden, que fue lo que la hizo traer al casino Crystal Hill.
-Sin embargo, la habilidad que ha mostrado esta última hora ha sido de verdad magnifica- elogió Tine, nunca había visto ni en televisión a alguien ganar tantas fichas.
-La habilidad no tiene nada que ver con ello. Todas las riquezas de mi jardín vuelve a mi. Para mi, apostar es lo mismo que cambiar el dinero desde mi tesoro a mi bolsillo. El acto puede ser significativo, pero no es un juego que disfrutar- respondió Gilgamesh, con una mirada de aburrimiento, volteando las fichas que mantenía en el aire mientras hablaba. -...No me importa si me honras, pero, ¿qué es esta fe ciega? Usa el brillo de tus ojos para encontrar tu propio camino-.
Tine ladeo su cabeza, confundida.
-No, no solo en mi... los dioses, el deseo de tus ancestros, es lo mismo. Abandonar el pensamiento individual para adorar algo solo lleva a que el alma se pudra-.
Al escuchar "el deseo de tus ancestros", Tine se percato que le estaba indicando a ella misma, y se endureció. Gilgamesh vació su copa y siguió hablando.
-¿Quién eres, niña mestiza? Dices que deseas tomar de vuelta esta tierra de los magos. ¿Fue una elección hecha por voluntad propia, o simplemente eres la marioneta de alguien más?-.
Tine abrió los ojos, impactada ante esas palabras.
-Mi amigo esta aquí, así que pretendo ir en serio y disfrutar para mi, de este chiste de guerra. Si quieres abandonar tu infantilismo y decidieras usarme, debes estar preparada a exponer tus verdaderos sentimientos-.
-Yo... yo...-.
Tine no pudo decir mas que eso, sabía que tenía que responder para seguir manteniendo su buena relación con el Rey de Uruk, pero no era capaz de encontrar una respuesta. Estaba lista para matar y ya lo hizo, ¿por que no puede responder, entonces?
-Estoy preparada para dar mi vida pero... tomar la vida de alguien más... ¿pero es mi propia voluntad?- Si era su deseo o era arrastrada por el deseo de su gente y ancestros, ya no estaba segura.
Al ver que la fe ciega con la que la niña había aparecido por primera vez ante él, se estaba esfumando, Archer sonrió. La niña estaba de a poco demostrando su verdadera naturaleza.
-Bueno, no importa. Entre la gente de Uruk ya había niños de tu edad que ya se habían encontrado a si mismos, pero supongo que esperaba demasiado de los mestizos de esta época-.
Él no esperaba ninguna respuesta, y se fue a otra mesa de apuestas.
-Todo al negro- dijo de inmediato al sentarse.
-Apostare todo al negro también-.
Gilgamesh miro a su derecha al hombre del siguiente asiento que coloco una cantidad considerable de fichas para apostar.
Era un hombre de cabello negro lacio con un parche en el ojo derecho y usaba un ropaje negro de cura. Gilgamesh tenía entre sus Nobles Fantasmas, uno que le permitía discernir todo sobre una persona con solo verlo, pero lo mantenía sellado siempre, ya que sería aburrido si supiera todo de antemano; incluso esta farsa de Guerra puede tener una que otra sorpresa que lo pueda entretener, ya que fue capaz de reunirse con su amigo en esta Guerra. Menos usaría ese Noble Fantasma para saber la identidad de un mestizo ladrón.
-¿Estas planeando tomar mis riquezas también como un parasito?- Pregunto Gilgamesh.
-Difícilmente, no estoy interesado en el dinero; solo esperaba que me compartieras un poco de tu suerte. Necesito un poco de dinero para un gran trabajo después de todo- respondió el hombre de parche.
La ruleta giro, cayendo la bola en un número negro, y otra ronda de aplausos vino de los observadores.
-Gracias por ser mi amuleto de buena suerte, regresare las "riquezas" a su jardín luego- el hombre tomo las fichas del mismo gran valor que las de Gilgamesh.
Las regresare a su jardín fue un comentario que llamo la atención de Gilgamesh. -¿Oh? ¿Así que estabas escuchando hablar conmigo mismo antes?-.
-¿Hablar contigo mismo? No es correcto- respondió. Con una sonrisa tranquila, dirigió su vista a Tine. -Jovencita, ya es de noche. ¿No deberías estar en la cama?-.
Tine abrió con sorpresa sus ojos al notar que ese tipo la podía ver, las personas a su alrededor que no la veían miraron por ambos lados, confundidos. La Master de Archer respiro con dificultad por un segundo.
-Ya veo. Parece que tu no eres un simple mestizo. Danos tu nombre- ordeno Gilgamesh. El hombre del parche en el ojo había llamado un poco su interés.
-Hansa Cervantes- respondió el hombre, poniéndose de pie y colocándose su abrigo que traía colgando del brazo, el abrigo tenía un collar con una cruz colgando desde la zona del cuello. -Mi llegada se retraso, pero yo soy el supervisor de la Guerra, o bueno, uno de ellos, ya que la Iglesia considero prudente enviar a dos, después de lo que hizo nuestro último representante. Es un placer conocerte-.
Tras presentarse, Hansa cambio sus fichas por dinero y salió del casino. Afuera, lo esperaban cuatro mujeres.
-Ah, aquí esta- dijo una de las mujeres, de cabello rubio largo usando un gorro de beisbol en la cabeza, piel morena, chaqueta de cuero, pantaloncillos cortos y medias a rayas circulares.
-Al final, terminaste entrando a un casino mientras estabas en tu vestimenta, señor Hansa- comento una de las mujeres, de cabello corto, camisa blanca y falda azul hasta los tobillos.
-Que bueno que nosotras estamos en ropas normales, de otra manera, sería muy conspicuo- dijo otra de las mujeres, de cabello con coletas a los lados y un vestido negro.
-No había otra manera. Nuestra información nos dijo que había una joven Master y un hombre parecido a un Espíritu Heroico entrando a un casino. No tuve tiempo de cambiarme la ropa... de cualquier manera, no le digan esto a mi maestro, ¿ok?- Le dijo Cervantes a las mujeres, encogiéndose de hombros.
-¿Y que paso con la otra chica con la que se vio en la Iglesia y se fue?- Pregunto la última de las chicas, que también era de cabello negro y tenía un parche en el ojo derecho, su ropa era la mas parecida a la de Cervantes.
-Ella fue a donde supuestamente esta la Master de Rider, conociéndola, no tendrá problemas en salir- le dirigió una mirada a las chicas. -En cualquier caso, ustedes deberían cambiarse. Ayer, un cráter fue hecho en el desierto. Quien sabe lo que pasara esta noche-.
Él dirigía sus pasos a cierta institución de la ciudad.
-Yo voy a presentarme y a ella como los supervisores... al hombre que que mueve los hilos detrás del telón, quien yo creo que es el causante de esta broma de guerra-.
(En el hospital de la ciudad)
Rider, con su vestuario con el que fue invocada en esta clase, estaba observando a través de una pequeña bola de cristal el edificio de la estación de policía donde Saber fue llevado. Era cómico que un Servant sea arrestado, pero no era momento de bromas, con él en la estación, era un blanco fácil para ser eliminado, pero el problema era el líder de la policía y su grupo personal.
Ella tuvo familiares rodeando el lugar, vigilando desde todos los costados. Había visto que esa espada que tenía era un Noble Fantasma. Al principio, lo creyó absurdo, pero se hizo mas absurdo al ver que algunos oficiales también tenían Nobles Fantasmas equipados y ocultos.
¿Era obra de Caster? Era el único Servant que se le venía a la mente, pero no conocía a ningún mago que pudiera hacer tal proeza. Crear Nobles Fantasmas es imposible, entendería si fueran Códigos Místicos, pero esto no le encontraba explicación. Tal vez si pudiera ver mas de cerca a Caster, podría descifrar su magia, pero no parece estar dentro del edificio, su Master era precavido.
De repente, sintió la intrusión de alguien en el edificio. Había preparado defensas por si algún Master o Servant entraba al edificio, pero por la cantidad de gente, lo máximo que ha podido preparar estos dos días desde que fue invocada fue un campo delimitado que le avisara de la presencia de un magus, habitar en un lugar publico como base tiene sus pro y contras.
Sintió que la presencia, de manera sencilla, destruía sus primeras trampas en el primer piso, y que subió por el ascensor hasta llegar al piso en que estaba ubicadas, pero se detuvo al salir del ascensor. ¿Sus trampas la habrán asustado? Lo veía improbable, ya que no eran de un nivel diferentes a las del primer piso.
Sintió como, rítmicamente, el intruso liberaba su od, un gesto que sería mortal en un combate, pero ella entendió que era una invitación.
-Ese intruso si que tiene agallas para destruir mis trampas y luego invitarme- murmuro Rider para si misma. Bajo la mirada, acariciando con cariño el cabello de su Master. -Ya vuelo, tengo que encargarme de una molestia primero-.
La niña no le respondió, seguía encerrada en su propio mundo, en esa maldición que sus padres la pusieron sin consideración. Ella misma fue una maga, una bruja, así que no podía juzgar a otros magos, pero igual le producía cierto asco.
Desapareció de la habitación de hospital y en su forma espiritual, se materializo delante del intruso.
-Así que finalmente has aparecido, Servant. Es un gusto conocerte, mi nombre es Caren Hortensia, una de los supervisores de esta Falsa Guerra del Santo Grial-.
La persona delante de Rider era una hermosa mujer joven en sus veinte, con una gran figura escondida en sus ropas de monja. Su cabello gris claro que casi parecía blanco hacía contraste con su piel pálida, sus ojos dorados brillaban de diversión, junto con una sonrisa enigmática en su bello y seductor rostro.
-¿Supervisores? No pensé que los de tu tipo se tomaran la molestia en una broma de guerra como esta- señalo Rider con recelo. Por las palabras de ella, no era la única en la ciudad.
-No importa si es una farsa, es lo mas cercano a una Guerra del Santo Grial que ha existido de todas las Falsas Guerras, así que era normal que nosotros viniéramos a supervisar este conflicto, aun mas con el espectáculo de ayer- respondió Caren tranquilamente.
-¿Cómo me encontraste? Ningún Master sabe de mi ubicación hasta ahora-.
-Fufu, es mi trabajo conocer a los participantes, tanto Masters como Servants, además que pareces sobrestimar tus habilidades; si yo te encontré tan fácil, seguro que otros ya lo han hecho, pero se mantienen al margen de ti-.
Rider soltó un imperceptible quejido, tal vez si había sobrestimado su habilidad, aunque puede usar su Taumaturgia, no al mismo como un Caster.
-Descuida, no planeo decirle a nadie, solo intervendré cuando sea necesario- aseguro la monja. -¿Qué clase eres? Pareces una Caster, pero se que Caster es otro Servant-.
No sabía quien era exactamente esta mujer, pero tenía un gran nivel si había podido recolectar tanta información en poco tiempo. El tomarla ahora mismo como un conejillo de india o controlar su mente como una defensa adicional paso por su mente, pero la descarto. Si en verdad era quien decía ser, traería problemas, ya que el otro supervisor podría dar la orden al resto de Sirvientes de atacarla y ella no tendría conque defenderse.
-...Rider, soy el Servant de la clase Rider- respondió sin ánimos de dar mas información.
-Oh, el Servant jinete, la clase mas agresiva a la hora de atacar, según he escuchado, pero parece que tu no eres el caso. Mas como una jinete, te vez como una bruja- cada palabra alteraba de a poco a Rider. -¿Eso eres? Debió ser mala suerte ser invocada en una clase tan desventajosa. Ahora, tengo mas ganas de conocerte, Rider-san~-.
Y a un movimiento de gran velocidad, Caren saco de una de las mangas de su vestido de monja, una cuchilla de una empuñadura extremadamente corta y de una hoja larga y delgada, bloqueando el golpe de la lanza de Rider que iba a su cabeza.
Lo que sujetaba ahora Caren era una de las Black Key (Llaves Negras) de la Santa Iglesia, y uno de sus Sacramentos mas comunes pero efectivos que usan los ejecutores de la Agencia de Entierro, los Exorcistas, y toda la Iglesia en general.
Cuando la Black Key se desquebrajo ante el choque con la punta de la lanza, Rider retiro su arma y la hizo desvanecer, al mismo tiempo que los fragmentos de la hoja caían al suelo y desaparecían en polvo mágico.
-No te burles de mi, mocosa-.
Pero en vez de intimidarse por la presión mágica que se sentía en el aire alrededor del Sirviente, Caren se limito a sonreír ampliamente, guardando la Llave en la manga de donde la saco.
-No tienes porque alterarte, solo vine a informar de mi presencia como supervisora y la de mi compañero a ti, que eras la mas cercana a mi ubicación, ya el resto de Masters se darán cuenta de nuestra presencia, y espero que cumplan las reglas y vengan a registrarse a la Iglesia- dijo Caren. -Lo de ahora fue un pequeño saludo, ahora que sacie un poco mi curiosidad, es hora de informarte, Servant Rider-.
-Ya sabe de la condición de mi Master, por eso me habla a mi y no pidió su presencia- observo Rider, no perdiendo cada detalle de los movimiento de Caren. -Habla. ¿Qué tengo que saber de esta Falsa Guerra que ya no sepa?- Pregunto con animosidad.
-Esta Guerra no es como tu o la mayoría de los primeros participantes piensan que es. En esta ocasión, se invocaron a 14 Sirvientes, como sucedió en la Gran Guerra de hace dos años, solo que esta vez, en vez de ser una batalla de bandos, parece ser un conflicto de todos contra todos- los labios de Caren estaban estirados en una sonrisa, pero su voz detonaba seriedad.
Rider abrió los ojos sorprendida ante tal revelación, el aire por poco se le va. Si antes tenía que preocuparse por los otros seis participantes, ahora tiene que preocuparse de 13 participantes.
-Tu y los otros Servants que aparecieron en el comienzo de la guerra son conocidos como los False Servants- Caren siguió explicando. -Cuando los siete fueron invocados, los Magus escogidos para ser los Masters de los True Servants se pusieron en movimiento. Al momento que la noche acabe, los True Servants ya habrán sido invocados-.
Rider mordió su labio inferior tan fuerte que podría sacarse sangre. El clima para ella se había vuelto demasiado oscuro, pero había algo que la intrigaba de esa información.
-¿Cómo sabes todo eso? Por lo que parece, los que planearon esta Guerra del Santo Grial no tenían planes de invitar a la Iglesia-.
Caren sonrió enigmáticamente. -Lo lamento, pero las donaciones, tanto de dinero como de información a la Iglesia, se mantienen en el anonimato si la persona así lo quiere-.
-¿Y viniste hasta para decírmelo a mi? Que generosa-.
-Dios ama a todos por igual, esta información será compartida por igual al resto de participantes que encuentre o vengan a la Iglesia de la ciudad-.
Viendo que esa actitud enigmática y molesta ya no le podría sacar información, se dio media vuelta. -Solo porque estoy agradecida con esta información te dejare ir, pero si le dices a alguien sobre mi ubicación o vuelves a mostrarte, te convertiré en mi títere, y solo si estoy de buen humor-.
-Fufu. Parece que eres alguien muy considerada, señorita bruja-.
Antes de que Rider pudiera despeinar un solo de sus cabellos, Caren Hortensia se dio media vuelta y fue al ascensor, retirándose del lugar.
Cuando sintió que la presencia de la mujer salía del hospital, Rider suspiro, soltando el aire que inconscientemente había contenido. Antes, creía que si era cuidadosa y esperaba el momento, podría acabar con cualquiera de sus enemigos, ya que confiaba con orgullo en la fuerza de sus Toros. Pero ahora que hay mas participantes, los cuales desconoce completamente, esa confianza se había esfumado.
Ella sola no podría sobrevivir ante tanta presión. Necesitaba otro Servant.
Si la información que recibió era cierta, no le quedaba de otra que esperar y observar desde las sombras a cada participante de esta Guerra, si podía encontrar uno lo suficientemente fuerte para sobrevivir, entonces podría ingeniar un plan usándolo, para enfrentar al resto de Masters y Servants.
La idea de usar a esos dos Servants, que ya conocía sus apariencias, era tentadora, pero no se arriesgaría. Con semejante fuerza que poseen, no podría acercarse sin que la eliminen.
Además, no quiere estar cerca de Archer. Al verlo, se le hace familiar, pero recordaría haber visto en vida a un Héroe que pudiera lanzar una infinita cantidad de Nobles Fantasmas. Estaba segura que nunca lo vio en vida, pero al mismo tiempo, siente que lo vio en algún lado. Lo que aumenta mas el peligro que tiene hacía él.
Así que esperaría y a su momento actuaría. Por ahora, necesitaba reforzar las defensas alrededor de la habitación de su Master. El mana no le preocupaba, ya que el campo acotado que había instalado, también absorbía la energía vital de los pacientes y empleados adentro, aunque no las absorbía al punto de matarlos, ya que llamaría la atención, pero si al punto que algunos pacientes se desmayen o terminen mas agotados de lo normal. No llamaría mucho la atención por ser pacientes de un hospital.
Su único problema es como podría robar a un Servant de su Master. Su Noble Fantasmas, al ser invocada en esta clase, ya no tenía el poder de romper pactos al mismo nivel, por lo que solo le quedaría secuestrar al Master y amenazar al Sirviente para que haga su voluntad, o robar los Sellos de Comando.
Actuar desde las sombras, observando, esperando su momento, era el modo de actuar de la Bruja de Colchis.
(En otra parte)
-Ah, un Casino, ¿eh? Luce divertido-.
Flat, quien había estado despierto toda la noche, y había sido entrevistado cuando paso de cerca por el teatro de ópera, siguió rondando por el distrito de entretenimiento, hasta detenerse justo delante del Hotel Casino Crystal Hill, ya que su brillante luz de neón que sobresalía entre las demás luces atrajo su atención.
-Podría jurar que los casinos están prohibidos para menores de 21 años en este estado- Jack el Destripador, aun en su forma de reloj, le señalo como reprenda.
-Oh, entonces no puedo entrar. Es una lastima, no he tenido la oportunidad de jugar en uno en años- exclamo Flat, encogiéndose de hombros.
-¿Has estado en uno antes?- Pregunto Jack, impresionado.
-Soy de Mónaco. Allí hay un gran casino flotando en un bote en el mar cerca de mi ciudad natal. Solía jugar allí. Tenían una edad límite también, pero después de un poco de esto y aquello, el dueño me dio un permiso especial... Él me pidió que le mostrara que tipo de magia podía usar a cambio, entonces eso hice-.
-...Verdaderamente, tu vives de una forma diametralmente, opuesta a la de la imagen de un mago-.
-Gracias por el halago-.
-No, no estoy en derecho para hablar. Si así es como quieres vivir, entonces has lo que quieras. Solo espero que otros magos no lo noten- dijo Jack, sonando exasperado.
Pero al repetir en su mente el relato de Flat, un detalle le llamo la atención.
-Si él te pidió ver tu magia... ¿significa que el dueño también era un mago?-.
-Nop, bueno, aparentemente él solía serlo- respondió Flat, dejando atrás el casino, caminando un poco por las calles de alrededor.
-¿Él solía serlo?- Jack no sabía que habían magos que dejaban ese estilo de vida. El marcador del reloj que se inclino era señal de su confusión ante la rara respuesta.
-Si. Él se convirtió en un Apóstol Muerto-.
Ok, el último pensamiento queda descartado.
-¿Apóstol Muerto?-.
-Un chupasangre... ¿lo entenderías mejor si digo que es un vampiro?- Pregunto Flat para que su amigo lo entendiera mejor.
El marcador de Jack se doblo mas ante la abrupta pregunta de su Master.
-Es cierto que existen teorías de que yo soy un vampiro, pero incluso para un mago... ¿no es algo oculto de segunda clase?- Inquirió Berserker.
El Santo Grial le provenía el mínimo conocimiento a los Espíritus Heroicos sobre la era moderna y todo lo relacionado para pelear sin confusiones. Jack no sabía que eran los vampiros o Apóstoles Muertos porque el Grial debió determinar que no era necesario que supiera eso para la Guerra del Santo Grial. Flat observo todo eso en su mente, así que pensó que no le haría mal a su Servant de saber mas de eso.
-Los vampiros son reales. Bueno, místicamente hablando, ellos son llamados chupasangre o Apóstoles Muertos. Son personas que fueron mordidas por un chupasangre y se volvieron uno algunos años después, pero también hay ex-magos que se volvieron un Apóstol por voluntad para vivir para siempre y alcanzar la Raíz, o algo así- explico Flat.
-¿Los magos pueden volverse vampiros?-.
-Si, pero serán cazados por la Iglesia. Aunque hay excepciones, como uno de los mas grandes magos en la Torre de Reloj es un Apóstol Muerto que puede usar magia verdadera-.
-Santo cielo...- exclamo Jack con sorpresa. No se imagino esta información cuando pregunto sobre los vampiros. -Tu, te convertirías en uno sin dudarlo porque "es genial"-.
-Son geniales, pero no se si volverme uno. Esta la urgencia de chupar sangre y esas cosas, preferiría no hacerlo- respondió Flat, de una manera bastante seria, sorprendiendo a Jack. -Además, si me vuelvo uno, ¡el profesor no me volvería a dar clases! ¡No quiero eso!-.
Jack suspiro, el aprecio que el chico le tenía a su maestro rayaba tanto lo admirable como lo estúpido.
De repente, Flat se detuvo, señalando a otra parte de la ciudad. -Oh, mira. Habla del diablo y este te aparecerá-.
-¿Qué pasa?-.
La mirada de Flat estaba en un joven adulto, mayor que él en apariencia, que estaba parado a un lado de la calle principal, viendo a la estación de policía.
-Ese tipo de allá, que mira a la estación de policías... probablemente, él sea un Apóstol Muerto-.
N/A: Hasta aquí el capitulo, algo corto, pero que ya presento ciertas cosas.
Primero, tenemos la aparición de Cervantes, y también de Caren, que en esta línea de tiempo, tendría una edad similar a la que tiene en Fate/Kaleid.
Ahora, aquí tengo una duda que quiero que ustedes, lectores, me respondan. ¿Debería escribir la escena de la False Assassin contra los oficiales de policía? Si ustedes quieren la escribiría, pero por mi parte, yo no lo haría, al menos no completa, salvo unos fragmentos importantes de la batalla para avanzar la historia, pero no le cambiaría nada. Pero si ustedes quieren que escriba la pelea, lo hare. Quiero que me respondan.
También, si ustedes sienten que avanza algo lento la trama, me disculpo, pero avanzo con guía del manga y novela, además que hay que preparar y presentar a todos los personajes de manera correcta y necesaria antes de pasar a combates épicos.
Hoy no habrá hojas de habilidades.
Sin nada mas que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
