Capítulo VI
- Ustedes estarán a cargo de mantener segura a la Emperatriz en mi ausencia- empezó a decirles a los 4 jóvenes ahí presentes- Tendrá además 2 guardias permanentes en la puerta de sus aposentos y 4 más que la escoltarán adonde sea-
- Ben, siento que estás exagerando- cuestionó Rey
- Nosotros estamos encantados de ayudarla, Su Alteza. Para eso vinimos aquí - respondió Poe, antes que Ben pudiera decir algo
- Gracias Poe. Pero no quiero ser una molestia-
- Usted es muy agradable. Jamás sería una molestia, Emperatriz-
Ambos se sonreían... sonrisas que volvieron a molestar a Ben. Dudó de haber tomado una buena decisión al respecto. No lo quería tan cerca de ella. No de ella.
- Creo que... modificaré las medidas recién planteadas- corrigió él, pasando por la espalda de Rey su mano derecha, rodeando su cintura, gesto que no pasó desapercibido para ellos, mucho menos para ella- Rose, Jannah, ustedes estarán pendientes de Rey. Finn y Poe volverán a sus respectivas zonas de trabajo. En tu caso, Finn, vigila al nuevo Comandante Militar. Está a prueba-
- Sí, señor- dijeron los cuatro al unísono
- Ben, yo quería hablarte sobre eso. Sobre lo que planeo hacer con las tropas- agregó Rey
- Te apoyo en todo lo que desees hacer. Plantéalo por escrito y cuando vuelva lo conversamos. Recuerda que debes informarlo después a la Comisión Moderadora con la Resistencia-
- De acuerdo. Si me apoyas siempre, entonces quiero que Poe te acompañe en tu viaje. Será largo y necesito que duermas, Ben. Si Poe va contigo podrás descansar-
Ambos hombres se miraron y le asintieron a la Emperatriz. Ben sabía que él era de confianza, solo no confiaba en sus intenciones amorosas hacia Rey, algo que él suponía... ¿o se imaginaba? Como fuese, sería mucho mejor que estuviera con él.
Fue difícil la despedida. Rey temía que intentara escapar como la vez anterior y a Ben le asustaba que en su ausencia alguien tramara otro ataque. Solo en ese momento entendió lo estúpido que había sido al pensar en exiliarse. ¿Cómo había sido capaz de abandonarla a su suerte? ¿Y si alguien le hacía algo? Ella era muy poderosa en la Fuerza, pero demasiado inocente. Tal vez fue su error, él la educó así. Era tan hermoso ver su mirada dulce y sincera, que no veía malas intenciones... incluso en él. Solo aquello retenía su propia oscuridad, la cual ella tenía presente, sin duda, pero como un carbón extinto.
- Regresa, Ben, por favor...- le suplicó, llena de dudas
- Lo haré. No quiero volver a estar lejos de ti-
Su suave beso en los labios la dejó más tranquila.
"Sabes que nos veremos de todos modos" le dijo a través de la Fuerza, una vez ya en el espacio, haciendo que ella sonriera.
Le parecía muy extraño estar sentada ahí, con aquellas dos desconocidas. Eran jóvenes, como ella, pero por alguna razón se sentía fuera de lugar.
- ¿Siempre almuerza por separado, Su Alteza?- le preguntó Jannah, siendo la primera en hablar
- Díganme Rey, por favor- quiso aclarar- En realidad... sí, a veces sola, pero la mayoría de las veces como con Ben.-
Volvió el silencio. La cara de preocupación de Rey fue muy evidente para las jóvenes que la acompañaban. Ella sabía de las buenas intenciones de Ben, pero dudaba que ir a Mustafar de verdad le ayudara: ese lugar tenía impregnada la esencia de Darth Vader y, en general, de los Sith.
- Rey, ¿estás bien?- le preguntó Rose
Ella asintió mientras seguía comiendo. Se sintió mal por ser tan descortés.
- Disculpen, es que yo... es un momento difícil en mi vida- se excusó
- Para eso estamos aquí, podemos ser sus amigas- le dijo Jannah
Ella las miró asombrada. ¿Hablaban en serio?
- Tienes otras amigas, Rey?- quiso saber Rose
- Yo... yo no tengo amigas. Solo tengo a Ben conmigo- susurró, casi con vergüenza
Rose y Jannah se miraban inquietas. No se imaginaron algo así, que ella estuviera tan sola a pesar de su gran influencia.
- Es un alivio que el Almirante Solo la acompañe siempre. Es muy atento contigo- agregó Rose
- Sí, se nota que le importas mucho. Se ven lindos juntos- comentó Jannah, sonriéndole mientras comía
- No... nosotros no estamos juntos, somos amigos... creo-
- A qué te refieres con eso?- insistió Rose
Ni ella misma sabía de qué estaba hablando. Desde que se besaron la primera vez que ella ya no supo qué tipo de relación tenían. Ben tampoco se lo mencionó. Intentaban actuar como siempre pero algo había cambiado... después él la volvió a besar. ¿Qué significaba eso? ¿Qué eran en realidad? Entonces ocurrió la falsificación... nunca pudieron hablarlo. Los sentimientos se mezclaban entre ellos todo el tiempo. Y ahora ella lo había besado... y él de la nada sacaba un anillo pidiéndole matrimonio. ¿Cómo es que se complicó tanto su relación?
- Son novios?- preguntó Jannah, muy curiosa ante su silencio
- No... es que, no lo sé - respondió sonrojada.
- Pero tú lo quieres, cierto?- inquirió Rose, con voz tímida - Disculpe si fui muy entrometida- se excusó de inmediato
- No te disculpes, está bien- le sonrió. Era primera vez que se sinceraba con alguien y aunque era algo incómodo, le resultaba reconfortante a la vez- Él... él siempre ha estado conmigo desde que nos conocimos. Reconozco que al principio fue difícil, nos insultabamos seguido, pero él no era tan insoportable después de todo- seguía sonriendo mientras recordaba sus vivencias.
- Así ocurre a veces, Rey. Hay amores que crecen más con los años, sobre todo cuando es un amigo especial. Hay un suceso que marca un antes y un después en la relación, cuando inconscientemente se decide a querer algo más que amistad- le aclaró Jannah
- Cómo sabes eso?- preguntó Rey, muy atenta a su respuesta
- Porque a mi me pasó con Finn. Fuimos amigos por algunos años desde que abandonamos juntos este lugar pero ahora ya somos novios-
- A ti te pasó lo mismo, Rey?- la interrogó Rose, con gran interés. Ella no era muy experta en el amor.
La joven Emperatriz hizo memoria para ver si le sucedió algo similar. Sabía que a los 18 años ya lo quería como algo más, mismo periodo en que empezó a espiarlo cuando entrenaba solo. Pero no recordaba exactamente en qué momento el sentimiento había cambiado. Sin duda, las conexiones que aparecieron entre ellos ayudó a unirlos más. Aquello ocurrió casi un año después de empezar a entrenar con él, cuando ya tenía 17. Recordaba ver su semblante alegre cuando se tomaron las manos a través de la Fuerza... era como si estuvieran en el mismo lugar. Le prohibió de inmediato comentarlo con otros, menos aún con Snoke. Pero había algo más... fue entonces cuando lo entendió. Jannah tenía razón.
- Creo que sí hay un momento. Fue un día, un poco antes de cumplir mis 18, cuando lo vi con una herida grave en la espalda. Era horrible... llegó de un combate así, la herida cruzaba casi toda la zona hasta el hombro- les comentó, evitando dar detalles para que no lo relacionaran con Kylo Ren. Detalles importantes, como el hecho de que discutieron en esa ocasión nuevamente por la insistencia de él de seguir con aquella guerra y obedecer a Snoke- Tenía droides que lo curaban pero los aparte y quise hacerlo yo. Quizás los droides lo habría hecho mejor pero su mirada... su mirada estaba tan perdida y quebrada, que supe que necesitaba el contacto humano-
- En serio? Y él qué hizo?- quiso saber Jannah
¡¿Qué haces?! Deja que los droides hagan su trabajo!
No! Lo haré yo! No puedes vivir rodeado solamente de máquinas, Ben!
¡Ya déjame en paz!. No he pedido tu ayuda!!
No, y aún así estoy dispuesta a dártela. ¡Deberías dar las gracias en vez de alegar tanto!
Él se quedó callado, mientras sentía punzadas en la herida. Ella se la limpiaba y desinfectaba. Dejó secar los medicamentos tópicos antes de vendarlo.
Disculpa, yo... no debí tratarte así - murmuró él
¿Cuándo vas a entender que todo lo que hago es porque quiero verte bien? Mírate... Snoke te está destruyendo. Ya no sigas...- le rogó, con lágrimas en sus ojos
Tú... tú eres la única que me cuida, Rey
- Él aceptó mi ayuda a regañadientes- le contestó Rey a Jannah- Y cuando lo terminé de curar, lo sentí... sentí que ahora me miraba distinto. Yo... yo no quería verlo sufrir más. Estabamos tan cerca... sus ojos no dejaban de mirarme y yo... - hizo una pausa, recordar esas emociones la perturbaron- Pero entonces la nave se sacudió muy fuerte y los dos caímos. Alguien nos empezó a atacar- omitiendo que el ataque era de la Resistencia.
- Estoy segura que el siente lo mismo por ti- le dijo Jannah a la Emperatriz- Sino, no se esforzaría tanto por ayudarte y protegerte-
Rey les sonrió a las dos. De verdad era agradable hablar con ellas. Realmente quería creer en lo que le decían: creer que Ben de verdad la quería tanto como ella a él. Que no seguiría nunca más aquel sendero que eligió antes de conocerla, nunca más.
¡No es cierto! Tú solo te fijaste en mi por mi título, verdad?! Jamás te habrías fijado en una carroñera como yo, ¡reconócelo! Solo te importé el día que supiste que yo era una Palpatine... ¡pero no me quieres por lo que soy en realidad!
Ben despertó alterado. Se había quedado dormido mientras Poe dirigía la lanzadera clase Upsilon. Pero la voz de Rey sonó tan real en su cabeza que pensó que le estaba gritando ahí mismo, a su lado. Quiso ignorar sus palabras... seguro era una mala jugada de su cabeza. Estar tan cerca de Mustafar lo estaba poniendo demasiado tenso.
- Este lugar es... horrible- comentó Poe, mientras aterrizaban
- Te quedarás aquí, Dameron. No tardaré demasiado-
Entonces tomó el casco de su abuelo y también el casco que él usaba antes. El hecho que ya no lo usara no significaba que lo hubiera destruido, aunque seguramente eso pensara Rey. Llevaba su sable en la cadera.
El calor era sofocante en aquel lugar, pero él casi ya estaba acostumbrado después de ir tantas veces a aquel castillo. Ya le parecía normal ver ríos de lava a su alrededor. Entró como tantas veces antes, solo que esta vez sería diferente. Sabía que sería la última.
Recorrió cada rincón del castillo, recordando como es que había llegado allí la primera vez. Él solo quería ser como Darth Vader... y sin embargo nunca logró ser un Sith... o tal vez, nunca quiso serlo.
"¿Dónde está Padme? Está a salvo? Está bien?"
" Al parecer, en tu ira, la asesinaste"
Se paralizó apenas escuchó las voces. ¿Por qué ahora lo oía? ¿Acaso si terminaría siendo igual que Darth Vader, asesinando a su esposa? La imagen de él con su sable en el cuello de Rey, la que ambos vieron al conectarse, lo hizo temblar nuevamente. ¿Era solo una advertencia o su destino?
Retomó el rumbo a pesar de su confusión. No quería pasar más tiempo del imprecindible allí. Llegó a una gran biblioteca. Siempre hubo textos interesantes ahí por leer. Se los conocía casi todos, aunque sin duda había algunos más oscuros que otros. Tomó unos 10 textos Sith y los colocó sobre una mesa. También algunas reliquias y holocrones sith que él mismo recolectó, junto con las que ya estaban en el lugar. Mientras seguía buscando, encontró unos libros que no había visto antes. Eran 3. Tomó uno y lo abrió. Era un texto Jedi... abrió el resto, todos lo eran. No tenía idea de cómo habían llegado ahí... o quizás siempre lo estuvieron.
Acarreó todo lo que juntó usando la Fuerza, porque ya no le cabía todo en las manos. Salió del castillo, colocándose frente al enorme río de lava.
Primero lanzó los textos sith y los vio consumirse por completo en el fuego, luego hizo lo mismo con las reliquias y holocrones.
- Me alegro que por fin lo hicieras, Ben- escuchó decir a un hombre detrás de él. Se volteó a verlo.
- Quién eres?- le preguntó a la silueta brillante de aquel hombre joven
- Respóndeme tu primero: ¿por qué admiraste a Darth Vader en vez de a mi?-
- Porque Anakin era débil - le contestó sin reparos
- No creo que alguien débil hubiera peleado las Guerras Clones como yo lo hice-
Ben se quedó callado, contemplando al hombre. Aún no creía que de verdad fuera su abuelo.
- Te preguntarás porqué no aparecí antes- volvió a decir Anakin
- Tengo entendido que solo se pueden ver a los jedi que uno conoció en vida- aclaró
- Esa es la regla general, pero tú eres una excepción- le dijo, esta vez regalándole una cálida sonrisa
- Snoke se hizo pasar por ti. Supongo que lo sabías - añadió molesto, mientras seguía lanzando reliquias a la lava- El maldito me engañó. Pensé que era Darth Vader el que me hablaba-
- Sí, y por eso me alegro que lo eliminaras. Sin duda aquella joven ha sido tu mejor motivación-
- Te refieres a Rey?- le preguntó, dejando de lanzar cosas
- Sí, pero dudas... Ella ve también la Luz en ti, ¿por qué tú no quieres verla?-
- Y si de verdad soy como él? Y si Rey tiene el mismo destino que Padme?- preguntó angustiado
Anakin Skywalker lo miró afligido. Aquel no era un tema fácil para él tampoco.
- El destino de Rey, si se queda a tu lado o no, solo depende de ti. ¿Dejarás que el odio y la ira te consuman?-
- Desearía que no pero quizás... nunca logre ser lo que ella quiere- respondió con pesar
- Y qué es lo que tú quieres ahora, Ben?-
Contemplaba su sable de luz mientras pensaba en la última pregunta de su abuelo. No pudo evitar recordar la primera vez que Rey le preguntó sobre su arma...
- Ben, ¿puedo tener un sable de luz?-
- Sí, claro. Pero hay que conseguir un cristal kyber primero-
- Gracias!! Quiero que sea azul, no, mejor amarillo, o blanco, rosado también me gustaría - le hablaba emocionada
- Rey, los cristales toman su color cuando se conectan con un usuario de la Fuerza. Y tú no eliges el color. La mayoría son verdes o azules, hay pocos de otro color así que no te ilusiones. Además, aquí solo usarás rojo-
- Como el tuyo? Y por qué es rojo?-
- Porque... después te explicaré eso. Ahora sigue leyendo, me estás distrayendo de mis deberes y ese texto que te di es importante que te lo aprendas-
- Perdón, es que soy muy distraída -
- Ya lo noté. Para la próxima será mejor que estudies sola-
- No! Eso es peor. Menos me concentro y me aburro-
- Si vas a estudiar en mi presencia entonces hazlo en silencio-
- Sí, Maestro-
Nunca pudo decirle la razón del rojo de su sable, hasta que ella lo vio cuando visualizó sus recuerdos. Tampoco quiso obligarla a vivir ese proceso... esa cruel técnica que la encaminaría a la oscuridad. Su Luz era tal, que cuando le consiguió los cristales y sintió la atracción hacia uno, este se volvió amarillo. Pero no quiso enseñarle a hacer su sable, no mientras Snoke estuviera vivo. No la aceptarían con un sable de ese color. Por mientras seguiría usando un sable rojo que Snoke le proveyó. Y pasó el tiempo, Snoke ahora estaba muerto, pero ella seguía sin su sable personal... lo había olvidado, aunque seguramente ella no. Debía tener guardado su cristal. Se dio cuenta que, aunque decía protegerla y cuidarla, de todas formas la dejaba de lado por no ser como él.
Tomó y lanzó su sable hacia la lava. Generó un escudo utilizando la Fuerza para evitar daños por la explosión. Bajó la mano una vez que cesó.
- La quiero a ella- finalmente le respondió a su abuelo
- Cada vez estás más cerca de ser quien eras- lo incentivó Anakin
- Ya ni siquiera lo recuerdo...-
- Te niegas a verlo, Ben. Así como pensaste que los textos Jedi que encontraste ahora no estaban ahí, pero siempre lo estuvieron-
- No sé si quiero volver a serlo... él era débil. Aún así siento que ahora también lo soy-
- Todo depende desde que perspectiva lo veas. Lo que otros ven como tu debilidad, puede ser para ti tu fortaleza, solo que ellos no lo saben-
Entonces lo entendió. ¿Y si Rey no era su debilidad sino su fortaleza? ¿No era ella la que lo incentivaba a enfrentar su dolor y sus miedos? Ella le hacía buscar otro tipo de valentía, fuera del campo de batalla.
Tomó su casco, el que llevó usando casi 7 años, y lo lanzó lejos en la lava, viéndolo derretirse frente a sus ojos. Pero le quedaba lo más difícil: quien había sido por años su modelo a seguir.
- Darth Vader fue más débil que yo- le comentó Anakin- Se dejó llevar por emociones negativas y por ideales que en realidad no eran suyos. La venganza y el odio lo llevó a perder lo que más amaba. Quiso después llevar a sus hijos por el mismo derrotero... para finalmente darse cuenta que estaba solo como consecuencia de sus malas decisiones. Aprende de sus errores, Ben, pero no lo imites... ya no más -
"La venganza y el odio lo llevó a perder lo que más amaba" Solo pudo pensar en Rey. Aquello fue suficiente para arrojar todavía más lejos aquel casco que ya estaba chamuscado, para verlo arder en la lava.
Anakin le sonrió nuevamente. Se colocó a su lado contemplando el hervir de la lava.
- Será suficiente con eso?- preguntó su abuelo, mirándolo a los ojos.
Ya no usaba la capa, pero la chaqueta y los guantes eran los mismos de antes. Realmente tenía muy arraigado a Kylo Ren. Se los quitó, quemándolos en ese río también. Ver todo lo que lanzó en llamas le resultó increíblemente liberador.
- Dónde está? - inquirió Ben a su abuelo, estando seguro que sabía a quién se refería
- Tu madre lo sabe- le contestó - Solo tienes que hacer una cosa más para ser libre-
- Lo sé ... Es la más complicada - admitió
- Nunca es fácil perdonar, Ben, pero los años que pasen sin hacerlo dejan huella-
- ¿Volveré a verte?- quiso saber, estando seguro que su misión ahí estaba completa
- Quizás el día que tenga un bisnieto- se rió
- Siempre y cuando ella me acepte- comentó un poco desanimado
- Ni yo ni tu padre desistimos en eso, Ben. También lo llevas en la sangre. Si la amas, luchas hasta conseguirla-
La convicción en sus palabras lo alentaron más que nunca. Pudo sonreírle por fin a Anakin Skywalker.
- Gracias-
- Snoke siempre fue la marioneta de alguien más. No lo olvides... Que la Fuerza te acompañe, Ben- fue lo último que le escuchó decir antes de verlo desaparecer
Volvió al castillo por aquellos textos Jedi que encontró, antes de ir a la nave. De regreso pensaba en la conversación. Poe ya se estaba asustando cuando por fin lo vio llegar.
- Dijiste que no tardarías tanto... yo ya pensé que alguien te había atacado- alegaba Poe- Mira que si algo te pasa, la General Organa me culpara por eso.-
- A propósito, ¿dónde está viviendo la General?-
- Chandrilla-
Escuchar ese nombre le hizo poner la piel erizada. Pero ya era tiempo de enfrentarlo también.
- Fija el rumbo para allá -
- Quieres que le avise a la General?-
- No es necesario. Ella ya lo sabe-
