Capitulo 8: Escape de la Estación de Policía


Ayaka cayó tumbada a la cama, agotada.

Desde que la llevaron detenida, la habían interrogado por lo que parecieron horas de lo que paso y lo que hacía en ese lugar, y cuando terminaron, tuvieron que llevarla a la celda que ahora se encontraba, por una ascensor.

El corazón casi se le sale durante todo el tiempo que estuvo bajando en esas cuatro paredes.

-Odio esto. Recorrí esta basta tierra para olvidar mi pasado, escapar de mi pecado y por un tiempo no la vi...-.

Pero cuando tuvo que entrar al ascensor para descender a esta celda, pudo verla. La Chica de la Caperucita Roja. ¿Un fantasma, ilusión, o algo más? No lo sabe; pero vino a esta ciudad para olvidarla y resulta que no lo ha logrado.

Al menos deseaba descansar un poco.

-Te ves agotada-.

¿Tan mala suerte tenía?

El Espíritu Heroico que se hace llamar Saber, también fue arrestado y lo interrogaron al igual que Ayaka; pero él no respondió ninguna pregunta, también evito dañar a los que lo interrogaron cuando se pusieron agresivos, entendía que solo hacían su trabajo y no sabían nada de la guerra.

-¡¿Eh?!- Ayaka se medio incorporo de la sorpresa, sentándose en la cama.

-Como Espíritu Heroico, puedo tomar mi forma espiritual y atravesar las paredes. No es algo como para sorprenderse- menciono Saber con desinterés en su voz. -Lamento entrar así, pero necesitaba ver como te encontrabas-.

Ayaka se puso de pie en guardia, con sus manos tocando la pared detrás suyo. -Te dije que me dejarás sola, ¿no?-.

-No eres mi Master, ¿verdad?- Pregunto Saber.

-Correcto... no soy tu Master-.

-Entonces no veo razón para hacerte caso-.

-¡Qu...!-.

-Como no tengo Master, puedo actuar como mejor me parezca la situación; pero debido a las circunstancias, tengo que protegerte, quieras o no-.

-¿A que te refieres con "circunstancias?-.

Saber la miro fijamente, sus ojos brillaron de seriedad. -Los tatuajes que tienes por tu cuerpo son Sellos de Comando, en el momento que fui convocado, fui conectado a ellos por una línea de poder mágico, en lugar del mago que me invoco, probablemente porque este ya estaba muerto al momento de mi aparición- explico.

-Que...- Ayaka no se veía feliz por la explicación.

Entendió lo que dijo, ella no era tan tonta, entendía lo que quería decir Saber. Por sus tatuajes, él no se alejaría de ella, lo que significaría que seguiría involucrándose en cosas como la de esta noche aunque no quisiera.

Y era eso lo que la molestaba. No quería ver a este hombre ni meterse en el conflicto del cual la Mujer Blanca, claramente quiere que sea parte.

-Puede que sea un poco molesto para ti; pero me mantengo con tu energía mágica y como no tenemos una relación de Master-Servant, es como si estuviéramos atados por la magia- siguió explicando Saber. -Así que al menos, déjame agradecerte por permitir que me manifestara-.

Le extendió la mano cordialmente y ella lo ignoro, peinándose el cabello a un lado y frunció el ceño a él.

-Si quieres agradecerme, déjame sola- dijo Ayaka.

Saber suspiro internamente. -Me temo que no puedo hacerlo- respondió calmadamente.

-Eres molesto. Deja de interferir-.

Saber intento probar otro punto, para que al menos ella dejara que se quedara y protegerla. Podría quedarse sin importarle lo que ella diga; pero como depende del mana que le suministra, tener una mala relación no es lo adecuado.

-Si te hago caso y me retiro, sería peligroso para tu vida-.

Eso llamo el interés y preocupación de la rubia. -¿Qué clase de peligros...?-.

-De los demás participantes de la Guerra del Santo Grial, por supuesto. Si tu mueres, yo desaparezco, puede que no seas mi Master, pero como me vieron contigo, el resto de participantes nos asociaran como Master y Servant e irán a atacarte y es imposible que seas rival. El resto de Sirvientes son más fuertes que esa asesina en combate-.

Ayaka se llevo una mano a la frente, gimiendo varias palabras que no se entendieron, pero reflejaban lo disgustada que estaba en su posición actual.

-Esto es lo peor...-.

-Por ahora, tendremos que trabajar juntos para asegurar tu supervivencia al menos. Por riesgo a que nos escuchen, no puedo revelarte mi verdadero nombre, así que puedes llamarme Saber-.

Ayaka soltó un suspiro exasperado, el hombre se dirigía a ella de forma cordial, al punto de ser caballeroso, pero eso la hacía sentirse más molesta.

-Ahora... ¿podrías darme tu nombre?-.


(Con Assasin, momento antes, poco después de escapar)

En un edificio parcialmente destruido que estaba ubicado un poco lejos del centro de Snowfield, la False Assassin había llegado luego de escapar del ataque de Saber, había levantando una barrera para que los humanos normales no pudieran entrar y así ella pudiera descansar.

Cerro los ojos y apretó los dientes. No entendía como era posible que hubiera otro Saber, si hace dos noches se había enfrentado al Servant que había identificado como Saber y que por poco muere; pero el poder de esa espada sagrada y la técnica eran sin duda de un espadachín.

No, eso no era lo importante, ni siquiera lo peor. Lo peor fue que tuvo que retirarse de un enemigo, aunque tácticamente fue lo correcto, haber fallado en asesinar esa maga y huir como una cobarde afecto a su corazón.

-Ese hombre conocía sobre el "Viejo de la Montaña". ¿Quién es él? ¿Qué sabe de las técnicas de nuestro gran jefe? Debo pensar en un plan para eliminarlo-.

Si solo se enfocara en desatar grandes poderes, aunque estos fueran de esencia sagrada, podría eliminarlo, el problema era ese gran escudo. Sin duda era un Noble Fantasma, del tipo defensivo obviamente, pero uno muy poderoso para poder repeler uno de los Zabaniyas con facilidad, pero si solo bloqueaba ataques físicos, aun tenía otras formas de matarlo.

Aunque fue su inmadurez la que la permitió sobrevivir, de seguro si hubiera sido uno de los Grandes Jefes, habrían podido terminar con el otro Saber sin tener que levantar una ceja. Su propia inhabilidad para completar el asesinato era prueba de su inmadurez.

Mientras Assassin pensaba en un plan y formas de asesinar al enemigo que fallo en hacerlo la primera vez, en una azotea de otro edificio, su Master, Jester, que ella no sabía que seguía con vida, la observaba desde lejos con una sonrisa de éxtasis.

-Justificaste tu propia retirada y aun así sientes vergüenza de tu propia inmadurez, ¡magnifico! ¡La vergüenza en tu vista es verdaderamente hermosa!- Aplaudió con las manos.

Él había visto lo que ocurrió en la ópera desde las sombras. También estaba confundido por ese otro Saber, aunque no pensó mucho en eso, de hecho, lo encontró más emocionante, parecía que esta Falsa Guerra del Santo Grial era más parecida a la Gran Guerra que a las guerras de Fuyuki.

-No sabía que aun habían eventos así de divertidos en esta época... ha valido la pena venir, ¡ya que también pude encontrar a tal fruto prometedor entre la raza humana! Toda la humanidad debería ver su vida, comprenderla, simpatizar con ella, ¡aprender de su ejemplo!- Negó sus propias palabras con su cabeza. -¡No, miento! ¡Ella es demasiado buena para los humanos! ¡Yo, solo yo, soy digno de saborear con mis ojos, romperla y devorarla!-.

Luego de soltar su grito lleno de egoísmo y sadismo, Jester miro las luces que iluminaban la oscura ciudad, y lamio sus labios con excitación apenas reprimida.

-¿Cómo podría dejar que alguien mas la tenga? Esos Servants del desierto, el espadachín con la espada demoniaca o el nuevo espadachín de la espada y ese gran escudo no tienen permitido tenerla. Pueden atormentarla un poco, hacer que se desespere, ¡pero debo ser yo quien se la coma al final!-.

Alcanzo a ver como Assassin salía de un salto del escondite, dando saltos en las azoteas de los edificios. Vio en la dirección a donde se dirigía y sonrió.

-Bueno... parece que todavía no te rindes, ¡excelente! Estoy emocionado de ver que harás ahora-.


(En el Centro Correccional Especial Coalsman)

Faldeus estaba en las profundidades de las instalaciones de la prisión, encerrado en su taller mágico, de pie en el centro. En la habitación predominaban sobre todo los muñecos que eran desde maniquíes hasta muñecas de trapo. Todos sus "ojos" miraban al pedestal en el centro.

Él venía de una familia de magos que usaban muñecos y que alguna vez participaron en la Tercera Guerra del Santo Grial de Fuyuki, su abuelo, que había fallecido hace años, fue quien hizo el trato con él entonces vivo, Darnic Preston Yggdmillenia, para crear esta Falsa Guerra del Santo Grial. Él había ido a acompañar a su abuelo a realizar el trato y saber del tema de las Guerras, ya que se haría cargo en el futuro de terminar el proyecto.

Incluso ahora, Faldeus todavía no sabía bien de las razones de Darnic para acceder ayudar al gobierno de Estados Unidos, considerando que él fue un Nazi y su abuelo fue uno de sus oponentes en esa Guerra. ¿Un medio de seguridad, por si su Gran Guerra era un fracaso? Tal vez, pero eso no podía importar menos.

Los muertos no pueden cumplir sus deseos.

Su antepasado había invocado a un Assassin para la Guerra del Santo Grial en Fuyuki, inscribiendo como "recuerdos" místicos en las marionetas que pasaron a cada cabeza de la familia Dioland hasta él, así que eso es lo que usaría como catalizador para invocar al True Assassin.

A punto de invocar a su Sirviente, la mente de Faldeus no pudo evitar recordar lo que llevo a que todo esto fuera un éxito:

Hace más de diez años, cerca del tiempo en que su padre había heredado la empresa de su familia, sucedió el punto importante de inflexión, un mago con conexiones con la parte oscura del estado, separado de su familia, llegó un día y propuso...

-Les robare una parte del Grial que tiene la investigación de los Einzbern para ustedes. Todo lo que tienen que hacer es enviarme un agente que sirva como participante y cuando lo traiga, cultivarlo aquí- fue lo que dijo el mago.

Fue absurdo. O eso pensaron todos en un inicio, pero luego escucharon que los Einzbern intentaron reiniciar las Guerras del Santo Grial en Fuyuki, así que viendo una probabilidad, su padre acepto y el gobierno le dio al mago a una de sus mejores agentes de ese entonces, una mujer, para participar.

Al final: el mago volvió con lo que prometió, además que con unas palabras que desconoce, fue quien inspiro a su padre y a su abuelo de negociar con los Yggdmillenia para tener la investigación necesaria para cultivar esa investigación. la mujer enviada fue asesinada durante la guerra, pero fue una perdida aceptable considerando el premio.

Eso fue hace ya más de diez años.

-Llevar a cabo la ceremonia de la Guerra del Santo Grial en mi propio terreno... se pensó que sería imposible, pero ahora...- suspiro Faldeus. -Ahora es el momento...-.

Levantando el brazo, empezó el proceso de invocación.

Plata y Hierro en el Origen.

La gema y el Archiduque de los contratos a la piedra angular.

El canto imposible.

El viento aligerado se convierte en pared.

Los portales en las cuatro direcciones se cierran.

Una ceremonia que jamás pasaría.

Repite cada cinco veces.

Simplemente, destrúyelo cuando este lleno.

Cualquier mago que conociera la Guerra del Santo Grial hubiera dicho lo mismo. Después de todo, todos los Espíritus Heroicos habían sido invocados. Gracias a la investigación que ese mago obtuvo de los Einzbern y la investigación directa del Gran Grial, este Falso Grial, aunque una copia, era lo más parecido a un verdadero Santo Grial de Fuyuki, así que debería haber solo 7 Sirvientes en Snowfield. El mismo Faldeus se lo había dicho a Rohngall y a la Asociación de Magos.

Y no había mentido.

Este es mi juramento.

Soy el que se convertirá en el bienestar del mundo de la muerte.

Soy el que establecerá la maldad del mundo de la muerte.

La Falsa Guerra del Santo Grial. Los Espíritus Heroicos invocados como parte del ritual, reales y falsos.

Los Falsos no eran mas que sacrificios para agitar las líneas de ley e intensificar sus ondas a una dirección fija. Sacrificios... para comenzar la Verdadera Guerra del Santo Grial.

Esa información solo la saben los Masters de quienes serían conocidos como los True Servants.

-Surge del anillo de disuasión, ¡o guardián de la balanza celestial!-.

Al terminar de decir el encantamiento, una luz brillante lleno el taller. La luz se concentro en un solo punto, y a medida que se apagaba, una figura alta se veía en el circulo de invocación.

La luz de la invocación se fue... para dar paso a la muerte.

-¡¿HUGMH?!- Faldeus se llevo una mano a la boca, intentando no vomitar de repente, tosiendo sangre con saliva.

Un frio mortal recorrió toda su columna, alzo la mirada a la gran figura que estaba de pie, imponente delante suyo. Al verlo, cayo de rodillas, todo su cuerpo temblaba, una sensación que nunca antes recorría todo su sistema.

Esa era la sensación del temor a la muerte.

-Un llamado inesperado; pero que por la voluntad del cielo ha sido respondido, el Anciano de la Montaña se te revela con una pregunta. ¿Tu eres el contratista que ha conseguido el milagro de invocarme?-.

El Servant invocado era una figura de una gran altura, tanto su cuerpo como su cara eran cubiertas por telas negras junto a una armadura negra encima de su pecho, tenía una mascara de calavera, rasgo distintivo de los Hassan, donde la zona de sus ojos irradia un fuego azul. Debajo de sus manos que estaban juntas, estaba una espada negra como la noche clavada en el suelo.

Faldeus sentía como la sangre de todo su cuerpo se congelaba con solo la voz del Servant, lentamente, recupero el control de sus instintos y aun con un temor que no sabía que existía en él, levanto la mirada. De nada servía intentar levantarse cuando sabía que no tenía fuerza en las piernas.

La mascara era inconfundible, había invocado a un Hassan como Servant Assassin, pero, ¿qué clase de Hassan invoco? Esta presión tan enorme en su cuerpo, el miedo en su cuerpo, era sobrehumano, aun para estándares de un Espíritu Heroico.

Al ver eses fuego azul en los "ojos" del Servant que invoco, Faldeus estuvo listo para morir, no, SABIA que iba a morir. Aun con eso presente, respondió:

-...Si, si apareciste en respuesta a mi invocación, entonces lo soy-.

La llama en los ojos de la calavera se agitaron, viendo en un siniestro silencio a Faldeus.

-¿A que le tienes fe?- Pregunto el Anciano de la Montaña.

-¿Fe...?-.

-Si quieres que levante mi espada por tu causa, debe ser una fe que sea lo suficientemente fuerte para que el cielo te reconozca digno de mi aparición. Si tu fe es demasiado débil, te cortare la cabeza en este instante-.

Era obvio que no bromeaba, así que tranquilizando su respiración entrecortada, calmando los latidos acelerados de su corazón, Faldeus respondió con determinación.

-Sacrificaría toda la magia por Estados Unidos. Esa es mi fe-.

-¿Tienes la resolución para seguir con tu fe, aun si significa condenar tu alma a las llamas del infierno?- Volvió a preguntar el Anciano de la Montaña.

-Por su puesto. Por el bien de mi país, estaría dispuesto a sacrificar incluso a sus ciudadanos-.

¿Cuántos magos serían capaces de responder claramente y con determinación de forma inmediata mientras sienten el terror de la muerte en todo su sistema nervioso, sabiendo que eventualmente llegara? Una gota de sudor cayo de la frente de Faldeus al suelo.

-...Soy el Anciano de la Montaña, Hassan-I Sabbah. El primer Hassan- se presento Assassin tras un corto periodo de tiempo. -Mientras mantengas la fuerza en tu fe, le daré muerte a tus enemigos en este viaje-.

Tras decir esas palabras, desapareció, pasando a su forma espiritual. Faldeus sentía la conexión que se había formado con el Sirviente después de que se presentara, volviéndolo oficialmente el Master del True Assassin.

El aun inmóvil y arrodillado Faldeus quedo solo, la línea mágica le confirmaba que estaban enlazados.

-Ya veo... realmente, nunca lo había sentido hasta ahora, pero...- es ahora que sentía su sangre volver a correr con normalidad por sus venas, que toda la tensión que tenía se volvió fatiga y el sudor de su cuerpo cayo libremente. -Esta es... la Guerra del Santo Grial-.


(En la estación de policía)

Ignorando que Ayaka y Saber conversaban, Orlando y su asistente caminaban por los pasillos hacía la celda en donde estaban ellos para conversar con la chica y tener información de su participación, y en el mejor de los casos, una alianza.

Una oficinista de la estación los intercepto. -¡Discúlpeme! Tiene un visitante que espera verlo, señor-.

-Lo siento, tendré que verlo más tarde- respondió Orlando. -...No espera. ¿Podría ser Faldeus, o los Kuruokas?- Pensó en esa posibilidad. -¿Quien es?-.

-A ver... dice que es un sacerdote católico, pero parece un poco sospechoso...- respondió la mujer.

-Un sacerdote... ¿podría ser que la Iglesia ha llegado para meter sus narices?-.

Considerando que la última involucración de la Iglesia en un evento relacionado al Santo Grial termino mal para ellos, la posibilidad de que se involucraran en su Falsa Guerra era nula, pero luego del choque de poder en el desierto la noche anterior la posibilidad había aumentando, pero no creyó que enviarían a alguien tan rápido.

-¿Dijo algo más?- Pregunto Orlando para asegurarse que en verdad vinieron por el asunto de la Guerra.

-Ah, no es nada, pero... parecía empeñado en hablarle acerca de una copa robada de Japón que fue robada por Rumania... no tenía sentido- respondió la oficinista.

Eso lo confirmaba, había venido por la Guerra del Santo Grial, y por alguna razón, sabia que parte de la complementación, fue gracias a las investigaciones del Gran Grial.

Despachando a la oficinista y seguido de su asistente, Orlando camino hasta llegar al vestíbulo de la estación que era la entrada principal de todo el edifico, el sacerdote estaba sentando en uno de los asientos viendo su celular.

El hombre se dio cuenta de su presencia, ya que levanto la mirada y guardo el teléfono. -¿Tu eres el jefe, Orlando Reeve?-.

-Correcto, yo soy Reeve, ¿y tu eres?- Respondió Orlando.

-Hansa Cervantes. He sido enviado por la Santa Iglesia de Snowfield como supervisor-.


(Con Ayaka y Saber).

-Así que tu nombre es Ayaka, será un placer trabajar contigo- dijo Saber, tras escuchar el nombre de la chica, que se lo dijo después de algo de esfuerzo. -¿Y que haces en esta ciudad?-.

Era mas por curiosidad, Saber no quería meterse en la vida personal de Ayaka y era obvio que ella no se sentía cómoda con su presencia; pero si iban a trabajar juntos, se sentía con la necesidad de saber porque estaba justamente en la ciudad donde ocurría una Guerra del Santo Grial. Pero si estaba seguro que no era coincidencia.

Ayaka miro a Saber ante esa pregunta. El tipo era callado, pero que tuviera la mirada fija en ella todo el tiempo llegaba a ser incomodo; si no le respondía, era probable que no insistiera, pero por alguna razón, si le decía todo ya, era probable que hiciera menos molesta su presencia.

-Comencé en Japón, escapando de ciudad en ciudad-.

-¿Estabas escapando de algo?- Pregunto Saber.

-No se por cuantos años hice eso. Solo iba a la deriva de ciudad en ciudad...- se mordió los labios. -Eventualmente, termine en la ciudad que empecé. Había un extraño castillo en el bosque y...-.

No termino de hablar, ya que las luces se apagaron de golpe.

-¿Eh?-.

-¿Hm?-.

Saber y Ayaka miraron alrededor de la habitación a oscuras, todas las luces, incluyendo las que están afuera de la celda estaban apagadas. Se dieron cuenta que toda la estación sufrió un apagón total.

-¿Un apagón? Deberían de cambiar la fuente de energía pronto. Creo- menciono Ayaka, su voz se escuchaba un poco asustada en la oscuridad.

-Si... solo si fuera un apagón normal- dijo Saber.

-¿Qué?-.

Una tenue luz ilumino la celda. Ayaka bajo la vista, viendo que una de las espadas de Saber, para ser exactos, la que uso contra la mujer de ropas negras, estaba emitiendo un brillo que se podría considerar celestial, iluminando parcialmente la celda.

-Esta espada tiene esencia sagrada, puedo usarla para iluminar un poco el lugar, pero más de esto estaría lanzando un ataque que sería notado- explico Saber el brillo de su arma.

Poco después, comenzaron a ser escuchados estruendos desde la superficie, al principio fueron leves; pero de a poco, los estruendos comenzaron a ser más fuerte y ya se podía escuchar como algo se desquebrajaba.

-Parece que un Servant entro al edificio, puede que vengan por ti- menciono Saber.

-Supongo que es posible- dijo Ayaka con extraña calma. Estaría mas sorprendida si es que Saber no le hubiera ya advertido de que algo como esto pasaría. Ahora tenía que pensar como salir de aquí.

Parece que Saber leyó sus pensamientos, ya que se acerco un poco a ella. -Espera aquí, iré por las llaves que el guardia tiene-.

Y sin esperar respuesta, desapareció en su forma espiritual, dejándola sola en la celda que volvió a ser completamente oscura por la falta de luz que emitía la espada. Ayaka suspiro, regreso a su cama y se sentó en ella. Pocos segundos después, volvió a levantarse al escuchar el sonido de metales chocando desde fuera de la celda.

Saber abrió la puerta de la celda de aislamiento. En su mano tenía un montón de llaves que debían ser de todas las celdas. Con una expresión seria pero de calma la vio.

-No es algo que haría; pero considerando que estas en peligro aquí, tuve que tomar prestadas un momento las llaves del guardia-.

-¿Prestadas?- Inquirió Ayaka con una ceja levantada.

-Se las dejare de vuelta al irnos. Hay que llevarte a un lugar seguro-.

-¿No es esta celda el lugar mas seguro? Se ve bastante robusta para mi- dijo Ayaka, saliendo de la celda.

-Normalmente estaría de acuerdo; pero este lugar fue modificado por magos desde los cimientos, además, siento que tiene cierta base para el Santo Grial, por lo que estamos en peligro-.

-¿Por que?-.

Saber y Ayaka comenzaron a caminar por los pasillos.

-Estos temblores son causados por el ataque de un Servant, viendo que se apago la luz, muy probable que sea Assassin intentando eliminarnos de nuevo, dentro de la celda seriamos un blanco fácil- explico Saber. -Además... el sello mágico dentro de la habitación te sofocaría hasta la muerte-.

Ayaka giro la cabeza hacía la celda, sorprendida de todo el tiempo, hubo una trampa mortal en la celda.

-¿Cómo...?-.

-Mi... abuela, por así decirlo, me enseño un poco de magia, no al punto de ser un mago o siquiera hacer Taumaturgia decente; pero gracias a sus enseñanzas, puedo identificar la magia establecida- explico Saber, aunque con cierta incomodidad en su rostro serio al mencionar a su "abuela". -Sigamos-.

E ignorando la cara de sorpresa de Ayaka, avanzo hasta la salida de emergencia que conducía al escalera, dejando en el paso las llaves al guardia que estaba inconsciente.

La japonesa, al no tener más opción, siguió a Saber.

Caminaron durante un corto tiempo, todavía sintiendo los temblores del combate que se desarrollaba. Cuando ya habían salido de las escaleras y caminaban por un pasillo en un área alejada del vestíbulo, Saber se detuvo, su mirada se dirigió al vestíbulo.

-¿Qué pasa?- Pregunto Ayaka.

Saber entrecerró los ojos ligeramente. -Siento la presencia de un monstruo-.

-¿Un monstruo?-.

-Si... en mi viaje para cumplir mi misión con mis camaradas, llegamos a toparnos con diversas criaturas y personas, entre ellas, de la misma especie que el monstruo que esta ahora en el vestíbulo. La presencia que ahora siento es parecida a la de unos monstruos que nos topamos en la cruzada; pero esta presencia es mas fuerte que aquellos-.

Ayaka miro sin entender. Saber le había contado algo de su vida; pero no entendía del todo el punto. -¿Eso quiere decir que ese monstruo fue invocado como un Espíritu Heroico?-.

-Lo dudo. No se pueden ir al Trono de los Héroes en primer lugar-.

El primer instinto de Saber era tomar su espada y enfrentar al monstruo; pero tenía que sacar a Ayaka de este lugar o él mismo correría peligro. Su honor le dictaba que ayudara a quien sea que estuviera peleando contra ese monstruo, pero tenía que poner la vida de Ayaka como prioridad.

-Andando- ignorando el sentimiento amargo de dejar a las personas a su suerte, Saber siguió avanzando, esta vez con cautela, hacía la parte trasera de la estación para escapar.


En la Iglesia de la ciudad de Snowfield, Caren Hortensia veía afuera por una de las ventanas. Aun desde la distancia, podía sentir y presenciar el combate que Hansa estaba teniendo, no sabía contra quien, pero si el pequeño escalofrió por su cuerpo era una pista, entonces esperaba que lo eliminara.

-Aunque si es ser es un Master de la Guerra, podría ser un problema...-.

Las puertas de la Iglesia se abrieron sorpresivamente.

-Hola, ¿aquí es donde se registran los Masters en la Guerra del Santo Grial?- Pregunto una voz femenina llena de confianza.

Caren se giro a la persona que entraba. -Ara, eres el primer Master que viene voluntariamente a registrarse, no espere que vinieran a estas horas de la noche-.

-Acabo de convocar a mi Servant y vine a ver si de verdad la Iglesia no estaba involucrada, resulta que ese no es el caso. Quien quiera que desarrollo esta Falsa Guerra del Santo Grial no tiene mucho control en ella-.

-Fufu, supongo que tienes razón, pero ya que has venido hasta aquí, entonces te registrare. ¿Eres la Master de un True o False Servant?-.

La otra mujer dio unos pasos adelante, dejando que la luz de la noche iluminara su cuerpo, revelando a una joven de piel blanca y pálida con un cabello rubio brillante que llega hasta la cintura y ojos azules que brillaban como gemas y tenían una determinación grande. Viste con una vestido de clase de color azul, guantes hechos de piel y medias negras en las piernas junto a botas de marca de color café, además de usar una boina negra en la cabeza.

-Soy la Master de la True Rider, Reines El-Melloi Archisorte-.

Tras presentarse, detrás de ella apareció su Servant: era una joven de una edad similar o un poco mayor a Reines. Su cabello es de color rojo que lo lleva atado en un moño, su piel era de un tono blanco, pero no tanto como la rubia. Su vestimenta consiste en una blanca tela suave y alrededor de su cuerpo tenía una tela hecha de cuero.

Ante la mención del nombre de la Master de True Rider, Caren sonrió enigmáticamente.

Esta Guerra del Santo Grial resultará mas interesante de lo que pensó en un principio.


N/A: Hasta aquí el capitulo, al final, saltee todo sobre la batalla, enfocando más en el escape e interacción de Ayaka y Saber.

Y a partir de ahora podré escribir mas a gusto.

¿A que me refiero? Es que para mi, escribir como base la novela de Strange/Fake es un poco complicado, o hasta molesto, pero ahora con los cambios que hare en esta Guerra que llegarán a distanciarse de lo establecido en la novela, escribire más a gusto.

Y también, considerando que en esta Guerra están Sigurd, Gilgamesh, Enkidu, Alcides y ahora King Hassan... será un desmadre total XD.

Sin nada mas que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.