Cap. VII "Solo días".
Cuando logré resignarme a quedar abandonada aquí, creí, ingenua de mí, que algo saldría bien cuando lograra adaptarme. No me he adaptado en lo absoluto y me sigue asustando hacer algo mal. Logré ingresar al coro, es uno de mis momentos favoritos, principalmente ahora que Yaya-chan no está, no quiero verla. Ella viaja mucho a otros lugares por los concursos de coros que representan las mejores del grupo. No le hablo desde aquella vez en el baño, cuando la encontré desnuda y besando a otra chica, ella es así, siempre así. Creo que han pasado dos semanas, ella se rindió en algún punto, de cualquier forma nos vemos poco, casi nada, pero supe que Amane-Sempai estará de regreso mañana por la noche y eso me anima un poco. Me pregunto si podemos ser amigas.
Es una noche fría, la escuela entera está atenta a los camiones que han aparcado en el estacionamiento de la entrada, Amane- Sempai sale casi al último y el paso le es cerrado por sus fans, ojalá yo tuviera el valor de acercarme tanto a ella, saber que es imposible me hace suspirar y termino por retirarme antes de que ella siquiera voltee a verme, lo más seguro es que ni siquiera me recuerde.
Es extraña la manera en que paso mis noches sin "ella" leyendo en su cama o luciendo sus atrevidas pijamas, además su shampoo me alegra la noche, la pulcritud en su escritorio y las notas sobre su cama me hacen querer esforzarme. La he extrañado últimamente, por algo así como dos semanas.
Amanece y mi día es casi normal. He cogido una chaqueta extra para tolerar el frío de este día, el invierno está próximo, sé que pronto será periodo vacacional y he apresurado una carta a mis padres para saber dónde pasaremos los dos meses que podré salir de aquí.
Las clases casi me resultan divertidas, Yaya-chan ha entrado a algunas y entregado trabajos en otras, no parece que le moleste ese ritmo de vida, es tan independiente que parece que lo único que no encaja en su vida… soy yo.
La comida me ha traído un mal sabor de boca. He pasado día tras día reprimiendo un sentimiento de culpa por tratar mal a Yaya-chan, ¿qué responsabilidad tiene ella conmigo o con cambiar algo de su estilo de vida por mí? Incluso pudo devolver alguno de los golpes que le di. No importa realmente, me siento triste, de nuevo he peleado por no encajar cuando parecía que podría y ahora solo no está, ni siquiera duerme en su cama. No quiero pensar donde lo hace.
Extraño como es mi día, Amane-Sempai ha venido a los ensayos del coro, al menos aquí el alboroto no ha sido tan desastroso pese a que alguien ha suspirado al verla, quizá es porque prefieren más a las chicas altas de cabelleras oscuras por acá. De cualquier forma he sonreído al ver al príncipe llegar. Al terminar el ensayo salgo con Amane-Sempai, no habla mucho y su sonrisa es muy discreta, Yaya-chan es radiante, de sonrisa contagiosa y podría sacar tema a partir del encuentro de dos partículas en el mundo cuántico, viéndolo bien ella es demasiado inteligente, quizá la más inteligente de Spica, es su estilo rebelde el que no ayuda.
"¿Tú has estado bien?"
Me he sumergido en un pensamiento innecesario cuando el encuentro con Sempai ocurrió al fin. No sé si soy tonta o tengo afición por sabotearme la vida.
"So… Yo. Sí".
Ha ido mal. Muy mal. Es solo, que no estaba preparada para esto, es decir, ¿Sempai vino por mí?, ni siquiera lo noté, he perdido la noción de la realidad porque extraño demasiado a Yaya y ahora solo quiero llorar.
Y lo hago.
Termino sollozando desesperadamente porque de pronto notar la situación, de todo, de ahora, me ha hecho entrar en pánico y no sé qué más hacer.
Pero el príncipe de Spica hace honor a su título de nuevo y posa su mano sobre mi frente para detener el miedo, para centrarme, para hacerme ver la realidad de frente y solo parar, respirar hondo tras un par de sollozos más. Me mira con una gentileza que tiemblo. Y la abrazo. Muy fuerte. Todavía no estoy preparada para la vida en este lugar.
