Día 8: Un relajante baño
Ya una vez que todos terminaron de comer, el robusto peliverde le entrego una enorme bolsa al cocinero que a primera vista se podía decir que estaba llena de monedas y se despidió de todos con varios opuestos en sus palabras.
Collete: Aahhh… Parece que se acabó la hora del almuerzo, tengo que volver a trabajar, nos vemos, Blake.
Blake: Claro, hasta luego.
El rubio vio como la ojinaranja subía corriendo por las escaleras hacia el segundo piso, y se preguntaba cómo era posible que después de comer tanto, pudiera moverse tan ágilmente.
Blake: "Je, tal vez si estoy un poco celoso de su metabolismo... Mmmm, ¡Oh!, es cierto"
Cuando estaba pensado en donde ir a continuación, el rubio recordó algo que la había contado la pelinaranja en la mañana, por lo que se levantó de la mesa y fue en dirección del tranquilo cocinero.
Blaise: ¿Qué pasa, Blake?, ¿sigues aquí?
Blake: Jaja, sí. Me sentía tan satisfecho que necesitaba descansar un momento.
Blaise: Que bueno que te haya gustado. Y bien, ¿sucede algo?
Blake: En realidad quería preguntarte donde podría conseguir una encimera.
Blaise: Ohh, ¿acaso estas interesado en la cocina?
Blake: ¡Por supuesto!, tenía curiosidad por cocinar ya que tengo que depender de mí mismo de ahora en adelante, pero ahora que probé tu comida, quisiera aprender a preparar algo tan bueno como tu cocina.
Blaise: Me halagas. Siempre me alegra ver a alguien que se prepara para entrar al arte de la cocina. Así que necesitas una encimera, ¿verdad?
Blake: Sí. Me preguntaba donde conseguir una.
Blaise: No te preocupes, llevare una a tu casa más tarde, no será mucho problema.
Blake: Uh, ¿no es demasiado?, digo, al menos debería pagarte por ella.
Blaise: No es necesario, tengo muchos repuestos, no me causara ningún inconveniente. Dijiste que quieres aprender, por lo que debes practicar cuanto antes, ¿no lo crees?
Blake: Bueno... Tienes razón...
Blaise: ¿ves?, solo acéptalo como un regalo por tu iniciación, ¿quién sabe?, tal vez en un futuro te conviertas en un increíble chef.
Blake: Jaja, aun así, no creo que sea tan bueno como tú.
Blaise: No digas eso. Si te esfuerzas lo suficiente, podrás lograr lo que sea... Claro que solo podrás hacer platillos sencillos de momento, necesitaras utensilios de cocina para hacer más complejos y mejorar, pero no te preocupes, también tengo muchos aquí, pero estos si deberás comprarlos.
Blake: Entiendo y gracias una vez más, Blaise. La comida estuvo increíblemente deliciosa, te prometo que no desperdiciare el regalo.
Blaise: De nada. Supongo que seguirás tu camino, ¿no es así?
Blake: Sí, ya debería irme. Nos vemos.
Blaise: Espera, Blake.
Blake: ¿Sí?
Blaise: ¿Podrías hacerme un pequeño favor?, si sigues el camino hacia arriba, llegaras a la posada del pueblo, si es posible, quisiera que le llevaras algo a la hija de la dueña.
Blake: Claro, no es ninguna molestia.
Entonces el cocinero le entrego al rubio una bolsa llena de monedas, no era tan grande como la del robusto peliverde, pero aun así era una buena cantidad.
Blaise: Ella me consiguió unos cubiertos importados de otros países, le dije que le llevaría el pago más tarde. ¿Podrías hacerme el favor de dárselo?, su nombre es Sakuya, estoy seguro de que no tardaras en encontrarla.
Blake: Sakuya... Lo tengo. Lo entregare sin problemas.
Blaise: Estoy seguro de eso. Bueno, no te molesto más.
Blake: Nos vemos.
Ya que salió del restaurante, el rubio metió la bolsa en su inventario y avanzo por el camino que le había dicho el cocinero. El clima del sendero era agradable y ya que había degustado aquella deliciosa comida, el rubio sentía mucha paz dentro de él. Había avanzado un buen tramo, hasta que vio una silueta a lo lejos y se acercó para verla mejor. Lo primero que alcanzo a ver fue lo que parecía ser una especie de santuario, había varias rocas con detallados símbolos hechos en ellas, alrededor se alzaban grandes trocos de bambú generando una sombra sobre el santuario y muchas decoraciones que parecían dar una sensación de armonía por todo el lugar. El rubio inconscientemente llego lo más cerca que pudo al sitio sin prestarle atención a la silueta que estaba al lado de él, su mente solo ponía su atención al bello lugar que tenía en frente, y ahí hubiera permanecido mucho tiempo si no fuera por que llamaron su atención.
?: Es hermoso, ¿no es así?
Una vez que escucho esa voz y salió de su trance, el rubio pudo ver quien era en realidad esa silueta que había visto. La voz pertenecía a una mujer, llevaba un atuendo color amarillo parecido a un kimono, ella tenía un largo y brillante cabello negro, su piel como porcelana era blanca al igual que la nieve y sus ojos color rosa además de la amable sonrisa en su rostro hacían que el rubio estuviera seguro de algo. Ella era la mujer más hermosa que había visto en toda su vida.
?: Jejeje, si me miras tan intensamente, terminare sonrojándome.
Ahí fue cuando el rubio se dio cuenta de que no había apartado su vista de ella en ningún momento e hizo que se sintiera avergonzado y algo nervioso por lo descortés que había sido.
Blake: Y-Yo lo siento... No era mi intensión incomodar.
?: Jeje, no necesitas ponerte nervioso, te ves tan lindo sonrojado que tal vez no resista las ganas de abrazarte.
Blake: ¿Eh...?
?: Oh, lo siento, creo que dije eso en voz alta.
El rubio se sentía muy nervioso, ya sea por el comentario de la pelinegra o porque no podía evitar seguir mirándola. Ella podía ver su expresión en su cara y quiso jugar un poco con él.
?: Mmm... ¿Hay algo extraño en mi cara?, no has dejado de verme desde que llegaste.
Blake: ¿Qué?, no, no, no hay nada...
?: ¿Entonces por qu...?, ah, ya sé, es porque soy rara no es así.
Blake: ¿Qué?
?: Sí, debo estar molestándote y solo quieres seguir con tu camino. ¿Qué joven quisiera hablar con una rara mujer como yo?
Blake: No diga eso, por favor... Claro que no me está molestando ni creo que sea extraña, y la razón por la que no he dejado de mirarla es...
Aquí el rubio estaba muy avergonzado por lo que iba a decir, pero no podía evitar ser sincero consigo mismo...
Blake: ¡Es porque es muy hermosa!
La pelinegra se estaba divirtiendo mucho viendo todas las expresiones que hacía el rubio con su actuación y solo quería seguir jugando un poco más con él, pero ese último comentario la había tomado con la guardia baja, no es como si nunca le hayan dicho antes que era bonita, pero al ver como el joven ante ella le decía eso mientras la miraba directamente con esos brillantes ojos azules, por alguna razón la hacía sentirse como si hubiera vuelto a su adolescencia y no pudo evitar que su corazón se emocionara un poco.
Blake: "Estoy seguro de que ahora está molesta conmigo"
El rubio había cerrado los ojos después de haberle dicho eso, no escucho nada más, por lo que abrió un poco sus parpados para ver si esa mujer seguía allí y puedo ver que ahí estaba, pero actuaba de forma extraña, había retrocedido unos cuantos pasos y parecía estar escondiendo su cara entre sus manos por alguna razón. Le iba a preguntar si se sentía mal, pero su voz se escuchó antes.
?: Pervertido.
Eso dejo frio al rubio, sabía que no debió verla tan fijamente antes y se estaba preguntando si en verdad era un pervertido. Quería volver a disculparse, pero la risa de la pelinegra hizo que se detuviera.
?: Jejeje, solo estoy jugando contigo, jeje.
Blake: Jaja...
Solo pudo producir una risa nerviosa, aunque no veía la gracia, pero se sintió agradecido de poder ver la cara sonriente de la pelinegra.
?: Pero... Eres muy audaz para decirle eso a una mujer que acabas de conocer.
Blake: Lo siento si hice que se molestara.
?: Jeje, te disculpas demasiado, Además... Cualquier mujer estaría feliz de escuchar que le digan que es hermosa, ¿por qué debería molestarme?, aunque, quisiera pedirte algo como compensación.
Blake: ¿Qué cosa?, lo haré lo mejor que pueda.
?: Deja de ser tan formal, no hay nada de malo en hablar como si fuéramos cercanos, después de todo, nos veremos muy seguido en el pueblo, ¿no lo crees?
Blake: Mmm... Bueno, creo que tienes razón, jeje. Se siente algo extraño en realidad.
Aunque ella misma trataba de ignóralo, podía sentir un pequeño sonrojo en sus mejillas al ver la sonrisa del rubio, solo quería hacerle una pequeña broma ya que sabía que él era quien se acababa de mudar al pueblo, pero se le había salido un poco de las manos. Después de que ambos se calmaron un poco, el rubio fue el primero en hablar esta vez.
Blake: Bueno, creo que no me he presentado todavía. Me llamo Blake...
?: Así que tu nombre es Blake, ya había escuchado de que un joven rubio se había mudado al pueblo, ese deberías ser tú.
Blake: Sí, creo que todo el pueblo ya lo sabe, estoy viviendo en el árbol Sharance.
Shino: Creo que terminaras siendo un amante de la naturaleza después de un tiempo, jeje. Mi nombre es Shinonome. Shino, para acortar, es un placer conocerte.
Blake: Igualmente... Venia por el camino y me dio curiosidad este lugar, ¿qué es exactamente?
Shino: Este es un santuario, es un lugar agradable para pasar el tiempo, y todos en el pueblo cuidamos de él.
Blake: Así que es un santuario, me dio curiosidad porque te encontrabas muy concentrada cuando lo veías, ya me di cuenta del porqué.
Shino: Solo estaba orando un poco y dejando una pequeña ofrenda... Me gusta venir de vez en cuando por un poco de paz.
Aunque no había quitado su sonrisa cuando dijo eso, el rubio pudo notar una mirada de melancolía en la cara de la pelinegra, sentía curiosidad, pero sabía que no estaría bien intentar indagar más.
Shino: Bueno, Blake, ¿a dónde te diriges?, tal vez pueda indicarte el camino.
Blake: Me dirigía a la posada.
Shino: Jeje, que coincidencia, también me dirigía hacia allá. ¿Qué tal si vamos juntos?
Blake: Te lo agradecería mucho.
Shino: Entonces sígueme.
Después de eso, ambos tomaron el mismo camino. A pesar de la diferencia de edad entre los dos, su conversación era muy fluida y agradable, hablaron de muchas cosas, como sus gustos, disgustos, entre otras cosas. El rubio descubrió que la pelinegra tenía un gusto especial por el sashimi y por alguna extraña razón también por las setas, hubieran seguido hablando de más cosas, pero tuvieron que parar ya que llegaron a la posada.
Shino: Aquí es, Blake, ¿qué te parece?
El lugar era muy único, la construcción parecía tener un diseño japonés, la entrada y el camino estaban divididas por un puente de madera donde había unas pequeñas estatuas, ya que alrededor de la construcción había lo que parecía un estanque artificial con varias hojas de lirio y peces en él, la posada era relativamente grande y contaba con dos pisos. Ya que estuvo viendo por un rato, el rubio respondió a la pregunta.
Blake: Tiene un diseño muy interesante, me pregunto cómo será por dentro.
Shino: ¿Y qué estás esperando?, entremos.
Tomando su decisión, ambos cruzaron el pequeño puente y el rubio fue el primero en cruzar la entrada con la pelinegra siguiéndolo por atrás. Una vez adentro vio una gran recepción, había un enorme mostrador justo al entrar, al lado derecho se podían ver unos carteles que daban a entender que allá estaban los baños y a la izquierda había lo que parecía ser una mini tienda de algún tipo. El rubio iba a seguir viendo, hasta que una voz lo llamo.
Pia: ¡Bienvenido!
De nuevo se encontró con la extraña pelirosa que conoció en el lago, todavía podía ver su gran sonrisa en su rostro y no parecía haber puesto atención en quien era el rubio.
Pia: ¿Quieres tomar un baño?, ¿o quieres ser como un baño?
Otra vez el rubio no sabía cómo responder a sus comentarios ni parecía dejarle tiempo para decir algo.
Pia: ¡El baño está por allí!, ¡vamos, el agua está genial!
Y antes de que se diera cuenta, ya estaba siendo arrastrado por la pelirosa hacia los letreros que tenían "baños" escrito en la parte superior de ellos. No podía liberarse de su agarre, pero una voz logro evitar que la pelirosa siguiera.
?: ¡Pia, no lo confundas!
Esa voz pertenecía a una chica que hizo que el rubio se le quedara viendo pensando haberla visto en algún lugar. Ella era muy linda, parecía tener su misma edad, su cabello era largo y de color castaño, pero la razón de por qué se le hizo familiar, era porque al igual que la pelinegra, esta también vestía un kimono y tenía los mismos ojos rosados de quien lo había cautivado antes.
?: Lamento eso. ¡Ven, vamos por aquí!
Blake: ¡¿Qué, también tú?!
El rubio había soltado esa expresión, ya que la castaña también lo había tomado del brazo, pero esta lo estaba llevando al lado contrario de los baños.
Pia: ¡Sakuya, no te ATREVAS a robármelo, él es MIO!
Por lo que escucho el rubio, pudo decir que el nombre de la castaña era Sakuya, y recordó que ella es la chica a la que tenía que entregarle el pago.
Sakuya: ¿De qué estás hablando?, ¡está claro que venía hacia a mí!
Pia: Snif... Snif...
Sakuya: Ah, vamos, Pia... No llores...
La castaña tenía una mirada nerviosa en su rostro al ver a la pelirosa llorando en el suelo desconsoladamente, se podía ver que no sabía qué hacer, hasta que se le ocurrió una idea.
Sakuya: ¡Ya sé, hagamos esto!, puede venir conmigo, y luego tomarse un baño. ¿Qué te parece?
Pia: ¡Eso servirá, ajaja!
Sakuya: ¡Genial!
Entonces se pudo ver como ambas chicas, después de reconciliarse, voltearon a ver al rubio con unas miradas que le hacían temer por su seguridad.
Blake: ¿No puedo dar mi opinión primero?
Aun con sus intentos de entablar una conversación, ambas chicas lo ignoraron y solo seguían acercándosele. Ese parecía ser el final de nuestro rubio, pero el guion saldría a su rescate.
Shino: Deténganse, ya es suficiente. ¿Por qué nunca recuerdan lo que les he enseñado?, el cliente siempre es lo primero. Me alegra que les entusiasme tanto el trabajo, pero no deben presionar a un cliente así.
El rubio se sorprendió de que la pelinegra pudiera detener a las cazadoras de clientes y les llamara la atención, además de que estas parecían escuchar atentamente mientras la pelirosa tenía una mirada de arrepentimiento en su rostro y la castaña fruncía el ceño en señal de molestia.
Pia: Siento haber luchado por el cliente...
Sakuya: ¡Rayos!, ¡y yo que había pensado en un plan perfecto!
Shino: ¡Sa-ku-ya!
Sakuya: Umm... No importa. Olvida lo que dije.
Shino: Siento mucho que tengas que ver esto, Blake.
Blake: Descuida...
Shino: Bueno, creo que debería presentarme una vez más. Bienvenido a la posada Miyako, soy shinonome, la dueña de la posada, y ella son mis lindas empleadas, mi hija Sakuya y Pia. Tenemos unas comidas fantásticas y unos baños maravillosos. Por favor, no dudes en usar nuestras instalaciones de vez en cuando.
La actitud de la pelinegra había dado un gran giro, ahora el rubio podía ver como se convertía en toda una mujer de negocios y como le mostraba todas las características del lugar. Además de que se sorprendió de que tuviera una hija, ya que la pelinegra se veía como si estuviera en sus veintes y no daba la sensación de mujer casada.
Pia: ¡Exacto, mis baños abren de diez de la mañana a diez de la noche!, ¡espero verte alguna vez en ellos!
Shino: Como ves, Pia es la encargada de los baños y Sakuya tiene una tienda de recuerdos y objetos extraños al lado opuesto. Deberías echar un vistazo alguna vez.
Sakuya: ¡¿Qué quieres decir con "objetos extraños"?!, vendo cosas que encuentro en mis viajes y siempre hay una gran variedad de productos que les puede interesar a los clientes.
Blake: Um, está bien, me asegurare de echarle un ojo...
Shino: Por cierto, Blake. ¿Para qué tenías que venir a la posada?, no es que te esté intentando espantar ni nada de eso, solo tengo curiosidad.
Sakuya: ¡Oh!, ¿acaso quieres alquilar una habitación?, ¡perfecto!, te llevare a que la reserves en este instante.
Y la misma escena se estaba repitiendo, la castaña tomo al rubio del cuello y lo llevaba arrastrando a quien sabe dónde mientras que la pelinegra solo podía dar un suspiro de impotencia.
Pia: ¡Sakuya, no puedes hacer eso todavía!
Sakuya: ¿Eh?, ¿por qué no?
Pia: El cliente debe estar cansado, ¡necesita tomar un baño cuanto antes!
Sakuya: Pero, Pia...
Otra vez, el rubio fue secuestrado. Lo arrastraron sin dejarle la mínima oportunidad de protestar, y una vez que pensó mejor las cosas, sintió que en realidad seria agradable tomar un baño, por lo que se dejó llevar por la pelirosa.
Pia: Ajaja, ¿cómo te gustaría tu baño?, ¿frio o término medio?
Blake: Estamos hablando sobre un baño, ¿verdad?
Pia: ¡Por supuesto!, nuestros baños son los mejores del mundo, nuestras aguas termales hacen que tu cuerpo se relaje y tu energía se regenere al completo, te sentirás como calamar en una olla, pero antes de entrar debes de dejar tu ropa en uno de los lavados del cambiador, así tus prendas se limpiaran y secaran para cuando salgas, ¡¿no es genial?!
Blake: Supongo...
Pia: ¿Cuál es tu nombre?, debo llevar un registro de todos lo que usan los baños.
Blake: ¿No lo recuerdas?, nos conocimos esta mañana.
Pia: Mmmmmmmmmmmmm... ¡Oh!, ya recuerdo, eras el amigo del señor trucha, ¿no?
Blake: Aahhh… Sí. Soy Blake...
Pia: Un gusto, Blake, puedes llamarme Pia.
Blake: Sí. Ya me habías dicho tu nombre antes.
Pia: ¿Enserio?, ¿estás seguro de que no eres un vidente?
Blake: No, no lo creo...
El rubio no podía seguirle el ritmo, sentía que, si la conversación se alargara más, los comentarios por parte de la pelirosa iban a tener menos sentido mientras más tiempo pasara. Estaba formulando un plan para terminar la conversación, pero no fue necesario.
Pia: Bien, Blake, puedes entrar por esa cortina color azul, por ahí se va al baño de los chicos. Normalmente tendrías que pagar trescientas monedas para usarlo, pero la primera vez siempre es gratis. ¡Tomate tu tiempo y disfruta del baño!
Entonces la pelirosa comenzó a alejarse dejando al rubio mientras este daba un suspiro de alivio. Una vez que abrió la cortina y entro, pudo ver un enorme pasillo que llevaba a las termas. En medio había una especie de banca donde sentarse y a los lados del lugar se podían ver varias toallas y unos extraños artefactos que supuso que eran los lavados de los que hablaba la pelirosa.
Blake: "¿Sera aquí donde debo dejar mi ropa?"
Lo primero que pensó el rubio al ver el artefacto, fue que se parecía mucho a una lavadora, pero luego se extrañó porque no sabía lo que era una. Era de tamaño mediano y de un material duro de color blanco, en frente había lo que parecía una pequeña puerta circular y el rubio dedujo que por ahí debía meter su ropa. Vio que no había nadie alrededor, por lo que comenzó a desnudarse, tomo una toalla para cubrirse y metió su vestimenta dentro del lavado. Al principio se sintió confundido ya que no pasaba nada, pero después de investigar un poco, vio que en la parte de arriba del artefacto había lo que parecía un botón. Lo presiono y entonces comenzó a funcionar.
Blake: "Qué extraño, ¿también tendrá un hechizo adentro para funcionar?"
El rubio una vez más se sorprendía por los usos de la magia y de lo misteriosa que era, además de que pensó que gracias al sistema tal vez podría entender como realmente funcionaba, pero sintió que lo mejor sería entrar al baño y no perder mucho tiempo. Se acercó a la puerta y vio un pequeño cartel.
Blake: "Recuerda que antes de entrar a las termas, debes lavar tu cuerpo o un calamar gigante vendrá a devorarte"
Después de leer el peculiar cartel y entrar, vio a que se refería. El baño era enorme, estaba rodeado por una pared de bambú, el agua de las termas soltaba algo de vapor indicando lo caliente que estaban, y al lado izquierdo había unos cubos de madera al igual que un enorme recipiente con agua. El rubio supo que ese era el lugar donde debía lavarse, pero cuando se estaba acercando, vio una cabellera dorada que también estaba ahí y recordó quien era.
Blake: Hola.
Rusk: Hola. ¿Ummm...?
Blake: Soy Blake. Acabo de mudarme al árbol Sharance. Hace un rato te vi en el restaurante y pensé en presentarme.
Rusk: Ah, ya veo. Soy Rusk. Mmm, perece que tenemos la misma edad. Así que tratémonos de manera informal.
Blake: De acuerdo, un placer conocerte, Rusk, jaja.
Rusk: Sí, igualmente. Normalmente estoy en el restaurante, así que si me buscas puedes encontrarme allí. Yo acabo de terminar, me voy yendo, disfruta del baño, Blake.
Blake: Ah, sí. Hasta luego.
Ya que el pelidorado se fue, el rubio no perdió más el tiempo y comenzó a lavar su cuerpo, el agua no estaba caliente ni fría, además de que había una especie de jabón para que lo usara, tenía un agradable olor y era suficiente para él. Una vez que termino, se acercó a las aguas termales y comenzó a entrar poco a poco... Al sentir el agua caliente en contacto con su piel, hacía que todo su cuerpo se relajara. El rubio estaba al borde del baño mientras tenía el cuerpo dentro del agua por debajo de los hombros a la vez que usaba como almohada la toalla que anteriormente tenía para cubrirse, se sentía como si su cuerpo estuviera volando, y la sensación de relajación solo seguía aumentado cada segundo que pasaba haciendo que cerrara sus ojos para disfrutarlo más.
Blake: Awww... Ojalá nunca tuviera que salir de este lugar... Se siente tan bien que... Fwaaa... Me estoy sintiendo... Fwaaa... somnoliento...
Solo necesito un momento y quedo totalmente dormido sin saber lo que el futuro tenía preparado para él.
[Progreso guardado]
