¡Hola, hola!
Lo sé, he demorado demasiado. Pero no se preocupen, les tengo una sorpresa.
Nos leemos abajo ;)
Capítulo 8
Londres, 1818.
El día de la boda de los Vinsmoke llegó y Nami se encontraba en la ciudad bulliciosa de Londres desde hace dos días.
Desde que había llegado a la mansión de sus tíos, el conde y condesa de Watersev, las invitaciones para las diferentes cenas, fiestas y galas de sociedad no dejaban de llegar para ella. Ahora como futura esposa del heredero de uno de los marquesados más importantes del país, Nami era una sensación para la sociedad. Sin embargo, que desilusionados iban a quedar al ver que después de cumplir con su objetivo, Luffy partiría nuevamente. Milford se quedaría sin heredero, y ella seguiría siendo la soltera joven abandonada doblemente por los herederos Monkey D. Aunque la primera vez hubiera sido por una tragedia, a la alta sociedad no le importaba eso, hablarían del nieto irresponsable de lord Garp una vez que él desapareciera y condenarían a Nami con sus mortíferas lenguas y cuchicheos a una vida de solterona. De ser repudiada por los demás y tal vez hasta culpable de las desgracias que pasaban alrededor de la reconocida familia Monkey D.
Namira dio un largo suspiro al profundizar esos oscuros pensamientos.
-Oh milady, se ve hermosa hoy. No debería de estar tan decaída. – su doncella la sacó de sus oscuros pensamientos mientras terminaba de peinarla frente al espejo de su tocador. Nami se encontraba preparándose para asistir a la boda de los Vinsmoke pero sus ánimos no eran los esperados. No después de rememorar todo lo que había pasado con Luffy hace dos días atrás en Bath.
Todo lo que habían confesado.
-Tienes razón Carrot, hoy será un maravilloso día. – y sonriendo forzosamente, se incorporó para terminar de prepararse con la ayuda de su doncella.
En esos momentos su fiel compañera y amiga Tashigi se encontraba recargada desde el barandal del balcón de la habitación, observándola detenidamente.
Tashigi se había percatado del extraño comportamiento que su ama había tenido desde hace casi tres días, después de la última visita que habían tenido el pirata y la pelirroja. Y aunque no sabía con determinación lo que habían hablado, Tashigi intuía que ese ánimo decaído de Nami era causado por ese rufián pirata. Y aunque odiara al moreno idiota y al distraído espadachín, no podía hacer nada al respecto. Tashigi conocía los sentimientos que su ama siempre había profesado por el moreno, así que tan sólo le quedaba el apoyarla y estar ahí para cuando ella la necesitara.
Cruzó sus brazos sobre su pecho y siguió mirando como Namira se colocaba sus joyas distraídamente.
Tan sólo esperaba que su ama no quedara con el corazón roto. Aún más de cuando el pirata había marchado la primera vez. Aún más de cuando el honorable vizconde Shanks, su padre, había muerto; dejando a Namira llorando desconsoladamente por la pérdida del pilar de su fortaleza el cual había tenido desde niña.
Las dos personas que más había amado alguna vez la habían abandonado, y sin duda ese tiempo habría sido verdaderamente difícil si Ace no hubiera estado ahí para ella. Tashigi sabía que las intenciones de Nami por vengar a Ace eran verdaderas pues lo había amado como a un hermano. Él había sido la única persona que le había quedado después del abandono de Luffy y la muerte de su padre. Y el perder a Ace hizo crecer en la pelirroja el ansia por vengarlo y buscar a aquel hombre pirata que la ayudaría en su cometido.
Sin embargo, Tashigi pensaba que todo esto no era una buena idea.
El aventurarse solas en busca de un pirata para vengar al hermano de éste, nunca fue una buena idea. Pero Tashigi estaba del lado de su ama, y no dudaría ni un instante en ayudarla. Aun si se trataban de los sentimientos que tenía su estimada y única amiga hacia un pirata, jamás dudaría en apoyarla, tomara la decisión que tomara.
-Todo listo milady, ha quedado magnifica. Lord Monkey no tendrá palabras al verla.
Siguió la entusiasta doncella sin percatarse en ningún momento en el semblante distraído de la pelirroja.
Tashigi suspiró.
-Gracias Carrot, puedes retirarte. Avisa a mis tíos que bajare en un instante. – en cambio contestó Nami amablemente.
La doncella asintió y salió tras una reverencia.
-¿Por qué el pirata no ha venido por usted, milady? – Tashigi habló sin poder contener más sus palabras y Nami suspiró resignada. No había visto a Luffy desde que llegó a Londres y no sabía cómo iba a actuar cuando lo viera en la ceremonia de los Vinsmoke.
-Desde que llegó a Londres lord Garp lo ha tenido muy ocupado con sus deberes de marques. No quiero molestarlo, Tashigi. Será mejor vernos en la recepción.
Tashigi asintió sin darle mucho crédito a sus palabras, pero no la iba a presionar. Salió con la pelirroja de la habitación y juntas se dirigieron al carruaje con rumbo hacia la gala más esperada de esa temporada.
o-o-o-o-o
-Quita ya esa cara de gorila enfurecido Luffy, - Zoro y el aludido se encontraban en la gran mansión de los Vinsmoke en donde la boda se realizaría en unos momentos en el decorado jardín, para después pasar a la recepción dentro del gran salón principal. -¿qué es lo que pretendes? Estos últimos días has tenido un humor de perros. -siguió su compañero espadachín. - Hasta tu abuelo te reprendió cuando descargabas tu ira contra los miedosos administradores. – Luffy le lanzó una mirada furibunda al escucharlo. – Estas cada vez más cerca de tus objetivos, ¿qué infiernos es lo que te molesta ahora?
El moreno gruñó tras escuchar su diatriba, pero entonces suspiró intentando calmar su ira. Se encontraban solos en uno de los despachos de Sanji. Después de saludar a unos cuantos invitados y saber que ni su objetivo ni Nami habían llegado, se habían dirigido a ese lugar a hablar en privado.
Zoro tenía razón, estaba enfurecido. Desde su encuentro con Nami en Bath días atrás no podía controlar sus ansias de golpear algo para liberar la tensión de su ira provocada por las palabras que había dicho y que sabía con claridad habían lastimado a la mujer que amaba. Y por eso estaba enfurecido. Enojado consigo mismo y su estúpido e impulsivo comportamiento el cual no pudo controlar frente a Namira ese día. Y ahora pagaba las consecuencias.
Desde entonces no se había atrevido a verla. A visitarla para pedirle perdón de rodillas, para colmarla de palabras cariñosas, caricias calurosas y apasionados besos. Para decirle cuanto la amaba y que si ella le decía que no regresara al mar a su vida de pirata él no lo haría. Pero entonces la realidad de su circunstancia caía sobre él, fría y sombría, pues no podía hacerlo. No podía hacer todo lo que realmente quería, lo cual era quedarse al lado de Nami y olvidar todo lo que había pasado. Todo lo que habían sufrido por la muerte de su querido hermano, comenzar de nuevo y dejar atrás su vida de pirata. Pero no, definidamente no podía. No tenía el derecho de hacerlo. Mucho menos ahora después de haber lastimado tanto a Namira desde su último encuentro.
Ahora se daba cuenta que Nami era su más preciado Tesoro. Era su fuerza y su debilidad. Era tan inteligente, tan alegre y decidida en lo que hacía, tan bella… que no podía seguir lastimándola de esa forma. Tenía que protegerla. Y alejándola de él, alejando esos fuertes sentimientos que tenía por ella, era como la protegería. Él se encargaría de vengar a Ace y así Nami no tendría por qué mancharse las manos. Y después de eso, se iría para protegerla del peor peligro que se cernía sobre ella el cual era él mismo.
-No es nada Zoro - contestó por fin con osca voz. – Entre más rápido terminemos con esto más rápido podremos regresar a tártaros con los demás. Hemos estado mucho tiempo fuera del mar, y el no poder atrapar a ese bastardo me trae con un humor del demonio. Pero esto terminara pronto y cuando eso pase entonces podremos regresar a casa.
Pero aunque el espadachín lo escuchaba seriamente, no creyó ni una palabra de lo que su amigo y capitán le decía. Luffy se encontraba en ese estado por la pequeña dama pelirroja y Zoro estaba muy seguro de eso. El único que no quería aceptarlo parecía ser su propio capitán.
Con serenidad el peliverde se cruzó de brazos cerrando sus ojos mientras apoyaba su espalda en la pared.
-Aunque no esté su capitán, ellos saben apañárselas solos Luffy. Tu tripulación no es estúpida. – confortó al moreno hablando sobre sus amigos en tártaros. - Te tome el tiempo que te tome en esta situación, sabes que ellos te esperaran.
-¡Lo sé, maldita sea! – rugió el pirata exasperado. – Es sólo que no puedo seguir aquí en Londres. – entonces soltó casi en un susurro: - Entre más tiempo me quede cerca de ella, menos tendré el valor para marcharme. – en ese momento se volvió hacia su amigo con su sombría mirada decidida. – Tengo que terminar con esto hoy.
Zoro suspiró sin entender a su capitán. Sabía que tenía fuertes sentimientos hacia su amiga de la infancia pero se empecinaba tanto en alejarse de ella y marcharse, que no podía comprenderlo. ¿Por qué no hacer lo que en verdad quisiese y ya? Cumplir con su objetivo de venganza, tomar a la chica ¡y listo! Era sencillo y ¡era un pirata, Joder! Hacían lo que querían libremente. Pero aunque su amigo moreno era conocido como el rey de los piratas en el mediterráneo, Zoro no podía dejar de pensar que tal vez las enseñanzas de caballero que Luffy había tenido desde su nacimiento y que tanto se empañaba en negar y ocultar, seguían ahí. Y entonces su orgullo pirata se debatía con su honor de caballero, dejando a Luffy con sentimientos encontrados y una creciente frustración consigo mismo.
Sin embargo, Zoro confiaba en él. Y decidiera lo que decidiera su capitán al final, sabía que tanto él como sus amigos en tártaros aceptarían cualquier decisión que tomara. Después de todo habían seguido a ese cabeza dura por cinco largos años. Y sonriendo de lado con renovado brío, Zoro habló:
-Muy bien capitán, terminemos con esto.
Luffy le devolvió la sonrisa agradeciendo las palabras de su primer oficial. Y con la misma determinación en mente, salieron del despacho para encarar a los invitados que asistían emocionados a la gran boda. Pero sobre todo, Luffy iba decidido a encarar a la mujer que había dejado llorando días atrás.
Tras ese recuerdo se volvió a maldecir mentalmente y se acercó al salón donde algunos invitados aún se encontraban charlando esperando a que la boda en el jardín comenzara. Algunas ya habían tomado sus respectivos asientos en el jardín, pero todavía quedaba una multitud dentro de la sala.
Luffy intentó esconder su mal humor y evitar gruñir cada vez que lo saludaban y comenzaban una pequeña conversación con él. Pero entonces, como si su cuerpo fuera halado inexplicablemente por una especia de presentimiento acogedor, su mirada fue arrastrada como imán hacia la puerta de donde Namira acababa de entrar a la sala. Y Luffy dejo de respirar. Joder, aunque solo habían sido tres días de no tener su exquisita presencia frente a él, ahora su cuerpo reaccionaba en un inevitable deseo a su llegada. A su hermosa apariencia envuelta en un exquisito vestido de colores pálidos, muselina de rosas pasteles y un par de guantes blancos que rodeaban sus esbeltos brazos. Su sedosa y larga cabellera estaba recogida en un alto moño de donde algunos rizos rebeldes habían salido sueltos alrededor de sus hombros desnudos. Luffy tragó saliva, de pronto sentía como su boca se secaba y quería que esos delicados y rosados labios le dieran la vitalidad que necesitaba.
Sin darse cuenta, sus pies lo estaban dirigiendo hacia ella, dejando atrás al invitado número N con el que había estado hablando sin ponerle realmente atención. Y entonces ella se fijó en él. Y ver sus mejillas ruborizarse le produjo un malvado placer al saber que él era el que le provocaba esas reacciones. Al llegar frente a Namira tomó su mano enguantada inconscientemente y la apretó con fuerza sintiendo de pronto un extraño sentimiento de propiedad, de indicar con eso a los demás que ella era suya y no podían permitirse contemplar su belleza.
Nami dio un respingo de sorpresa ante su acción.
-Milord- saludó ella aun sonrojada, pero Luffy pudo darse cuenta como su mirada se notaba indiferente. Hasta podía decirse que un tenue brillo de ira se reflejaba en sus ojos chocolate. Y la podía entender. Después de su último encuentro, Nami tenía todo el derecho de encontrarse furiosa con él.
Luffy se acercó a su rostro plantándole un beso a su mano enguantada.
-Nami te ves… hermosa. – susurró muy ceca de su oído.
Y realmente estaba hermosa esa noche, su belleza deslumbrara con cada movimiento que ella hacia y Luffy tuvo que reprimir difícilmente la punzada de deseo que comenzaba a palpitar en su ingle. Mientras las desenfrenadas ganas que tenía por asaltar sus labios y devorar su boca seguían creciendo.
Suspiró para calmarse en una especie de gruñido deseoso.
Nami frunció el ceño.
-Teniendo en cuenta como nos separamos la última vez, esto es lo más adecuado que me has dicho desde entonces.
Esas palabras por parte de ella hicieron que el pecho del pirata se estremeciera, estaba furiosa con él y él tan solo quería arrodillarse en ese momento frente a ella y suplicar su perdón. Decirle que la amaba. Y llevarla a una habitación para hacerle el amor ahí mismo.
Y sin embargo, de su boca salió todo lo contrario:
-No te pediré perdón por eso, Namira. – habló frunciendo sus cejas de igual manera. – Deje en claro lo que tenía que…
Pero fue detenido abruptamente por el gesto de la mano enguantada de ella frente a él.
-No es el momento milord. – recalcó. Y enredando su esbelto brazo con el de él, lo hizo caminar junto a ella hacia el jardín para tomar sus respectivos asientos para la ceremonia. No sin antes volverse hacia sus tíos y avisarles que se adelantaría junto a Luffy.
Los mayores, que hasta ese momento habían presenciado todo en sospechoso silencio, asintieron hacia su sobrina y de igual manera se encaminaron hacia el jardín.
Solos una vez más, Luffy habló irritado:
-¿Por qué me hablas con tantas formalidades, Namira? – le reclamó irritado. – Jamás me has llamado milord. – casi escupió.
Nami lo miró con una cara de cinismo.
-¿Acaso no es eso lo que eres en este momento y frente a todas estas personas? – el moreno no dijo nada. – Aunque nos conozcamos desde niños, la etiqueta dice que frente a los demás te tengo que llamar por tu título. Así como tú me debes de llamar de igual forma.
Luffy resopló molesto de que ahora Namira se estuviera comportando de esta manera tan arrogante con él. Pero joder, él sabía que se lo merecía.
-¡Al diablo los títulos! – soltó solo para que ellos dos escucharan, Nami le dedicó una mirada airosa.
-No deberías de preocuparte tanto por eso,- replicó ella. - después de todo muy pronto lo dejaras…de nuevo.
Enojado sin saber por qué puesto que lo que decía Nami era verdad, se volvió hacia ella dispuesto a replicar. Pero entonces la pelirroja ganó la palabra:
-Tío Tesoro y tía Stella vinieron a la celebración – informó al moreno haciendo que su atención tomara otro rumbo hacia su objetivo de venganza y olvidara por un momento lo que estaban discutiendo anteriormente. – Así que es muy probable que Arlong Park también asista. Si tenemos suerte acabaremos con esto hoy mismo y podrás ser libre de regresar a tu vida.
Luffy quería seguir discutiendo con ella, pero en cambio se volvió hacia en frente en donde la ceremonia iba a dar comienzo y habló entre dientes:
-Sí, si tenemos suerte.
o-o-o-o-o
La ceremonia terminó y los invitados habían pasado al salón para continuar con los brindis, degustar de los alimentos y bailar junto a los recién casados con el acompañamiento de la música en vivo. El lugar estaba completamente bullicioso, y mientras los jóvenes presentes se quedaban bailando dentro del salón, otro tanto de invitados habían preferido quedarse en los jardines donde también había dispuestas mesas de bocadillos y champan.
-Me parece que lo más correcto sería que dejara de fruncir el ceño de esa manera, milord. Los demás creerán que lo han obligado a bailar con su prometida, cuando en realidad es todo lo contrario.
Se encontraban dando vueltas por la pista de baile cuando Nami le reprochó su semblante. Era el segundo vals que bailaban juntos y Luffy no había cambiado en ningún momento su cara de pocos amigos, cosa que comenzaba a molestar a la pelirroja. Lo que sucedió entre ellos hace unos días había sido todo culpa del moreno, y ahora pareciese que desquitara su mal genio con ella. ¿Pero qué demonios le pasaba a este pirata? Primero la alejaba con sus dolientes palabras de hace tres días ¿y ahora le molestaba que ella lo tratara de forma indiferente?
Eso la confundía, pero Nami tenía que proteger su corazón. Luffy se iría tal vez después de esta noche, y no dejaría que su partida le afectase de nuevo. Ya no más.
-Y un cuerno lo que piensen los demás. Eso jamás me ha importado. ¿Por qué tendría que hacerlo ahora?
-Por supuesto- rio con ironía. – tampoco te importó cuando huiste de casa para llevar una arrogante vida de pirata por cinco largos años. ¿Pero que podría esperar de un pirata? No hay honor en sus palabras, tan sólo los mueve el orgullo y la ambición. No hay nada del honor que un caballero pueda obtener de eso.
-Cuida tus palabras Namira – le advirtió Luffy con un intenso brillo en sus ojos negros. La música seguía y el moreno redujo la distancia de sus cuerpos, apretando con su mano la esbelta espalda de ella. Nami frunció el ceño molesta ante la nula distancia que ahora tenían sus cuerpos y la cual era mal vista por la sociedad en un baile como ese.
-No – contestó entonces envuelta en la excitación que los había llevado su charla. Mientras sentía como Luffy la conducía con sus imponentes brazos sobre la pista. – Tú nunca te has molestado en cuidar tus palabras desde que nos reencontramos. Y gracias a ello, tan sólo he sido yo la que ha salido lastimada de todo esto. Pero es mi culpa por darle la importancia que nunca debió de merecer un caballero como tú. – apretando su mandíbula, Nami lo encaró furiosa. – Pero ya no más Monkey D Luffy. Después de esta noche y de que encontremos a Arlong Park, eres bienvenido a dejar Inglaterra. Huye. Tienes mi palabra de que no te reprochare esa acción de nuevo. Tan sólo te pido una cosa… – por un instante el semblante de Nami fue cubierto por un melancólico velo de tristeza el cual no pasó desapercibido por Luffy. – No vuelvas.
Y antes de que el moreno refutara furioso sus palabras como Nami creía que iba a hacer, el vals terminó con la gran sorpresa que ella jamás pensó que el pirata diría:
-Entonces huye conmigo, Namira.
Y su rostro, aun desconcierto por sus palabras, quedo en blanco. Mientras sentía como era halada por el pirata hasta salir del atiborrado salón. El viento helado golpeó su azorado rostro y entonces se dio cuenta que ahora tan solo se encontraban ellos dos en ese privado lugar al que la había dirigido. Pues se encontraban ahora en uno de los balcones de la mansión. Y al volverse para encarar a Luffy, éste tomó su rostro con ambas manos acercándola peligrosamente a él.
-Huyamos juntos Nami. -repitió. Con un brillo en sus ojos que más bien parecía desesperado. - Huyamos de este lamentable lugar lleno de dolorosos recuerdos. Mi hermano y tu padre están muertos. Ya no nos queda nada por lo que luchar aquí. Ven conmigo, huye conmigo, por favor.
Era increíble pensó Nami, como las palabras que siempre anhelo por escuchar provenientes de él ahora eran reales. Su pecho se contrajo en un remolino de sentimientos encontrados. Pues aunque anhelara el estar con él de esa manera, no podía hacerlo. Y entonces recordó lo que habían discutido hace tres días, como Luffy en su furia había revelado que siempre había estado enamorado de ella y que eso era la causa de que partiera hacia el mar hace cinco años atrás. Una parte de ella había rebosado de felicidad al saber ahora sobre los verdaderos sentimientos del pirata, pero Luffy se iría con o sin ella pues ya había construido toda una vida de pirata fuera de Londres, había conseguido aliados y amigos poderosos como el espadachín que nunca se alejaba de él. No podía quitarle todo eso, y definitivamente ella no podía entregarse plenamente a él huyendo con él. Haciendo lo que él decía.
Tenía que proteger su corazón.
-No – soltó en un lastimero suspiro. - No puedo Luffy. Las personas que amo, mi familia, se encuentran en este lugar. – tragó grueso enfundándose de valor. - Las tengo que atesorar. No puedo abandonarlas, y si huyo es justo lo que hare. Olvidar a quienes más me han ayudado y protegido por tanto tiempo con esta huida, no puedo hacerles eso. – entonces se volvió hacia él con un brillo más poderoso que encendía sus ojos cafés. Y se dio cuenta que Luffy estaba más cerca, sus manos no se habían apartado de sus hombros y la absorbía con su oscura mirada negra. - No me pidas que elija, Luffy. – soltó con una tono amable envolviendo al pirata en su sentimiento. Y ahora fue ella quien tomó una de las mejillas del pirata acariciándola con su mano. - Dices que me amas para que huya contigo, entonces ámame aún más para quedarte aquí a mi lado.
o-o-o-o-o
¡Maldita sea!
¿Cómo era que Nami lo desarmaba tan fácilmente? ¿Cómo era posible que con unas cuantas oraciones quisiera ponerse de rodillas frente a ella y prometerle una vida entera a su lado? sin más sufrimiento y dolor. Sólo ellos dos. Mandar al carajo su vida de pirata que tanto le costó forjar durante cinco años, pero a comparación de lo que Namira le pedía no era competencia. Podría abandonar esa vida, quedarse ahí, tomar el lugar del viejo como marques y formar una familia con Namira en donde la protegería y podría tenerla a su lado por siempre.
Sentía dolorosamente el delicado tacto de ella sobre su mejilla. Lo estaba halando irremediablemente hacia ella. Y sabía que si la besaba en esos momentos perdería cualquier razonamiento. Cualquier plan que había formado para encontrar esta noche a Arlong Park, vengar a su hermano y regresar a su vida de pirata en el mar.
Sabía que si caía esta noche en los brazos de Namira, no habría vuelta atrás para él.
Y sin embargo el destino era caprichoso, y la voz que surgió de la oscuridad sorprendiéndolos y haciéndolo alejarse del hechizante toque de la chica, hizo que todo el pensamiento por quedarse con Nami y dejar de huir desapareciera.
-Así que Tesoro tenía razón, volviste.
La nueva presencia los interrumpió abruptamente, y al reconocer de quien se trataba, Luffy dio un paso hacia delante poniendo a Nami tras su espalda en modo de protección. La furia volvió a invadir su cuerpo al reconocer a la persona frente a él y su moreno rostro ahora reflejaba la ira contenida por años.
-Oh no, por favor. - siguió el recién llegado. – No armemos un escándalo en esta hermosa celebración, Mugiwara.
Al escuchar su nombre pirata, tanto Nami como él se vieron levemente sorprendidos al saber que la persona frente a ellos era consiente de ese dato que guardaban tan celosamente de la sociedad. Sus desconfiadas miradas volvieron a su enemigo. Porque si, era su enemigo. Se trataba de la persona que tanto habían estado buscando.
¿Pero cómo diablos sabía que Luffy era un pirata?
-Arlong – rugió entre dientes el moreno.
El mayor asintió hacia su dirección sin inmutarse. Aunque Luffy pareciera un depredador a punto de lanzarse hacia su presa, Arlong no parecía nervioso. Y continúo hablando con calma:
-No me malentiendas Monkey D Luffy, pero quería reunirme contigo esta noche. - El pelinegro entornó los ojos aun sin confiar realmente en él. - Podrías estar un poco más tranquilo. No soy yo a quien deberías de dirigir toda esa ira.
-¿Y por qué carajos debería de hacerte caso?
Esto era muy extraño, aunque sabían que era muy probable que Arlong asistiera a esa celebración, aun no lo habían divisado en todo ese tiempo. ¿Y ahora tan solo se aparecía frente a ellos? Eso no podía significar nada bueno.
Pero entonces el mayor volvió a hablar con un semblante más serio:
-Porque yo no mate a tu hermano. – ante esas inesperadas palabras, Nami abrió los ojos sorprendida mientras sentía como Luffy frente a ella tensaba sus músculos. – Ni tampoco fue Tesoro.
Hubo un silencio. Luffy no habló. En cambio Nami se apresuró a decir:
-¿Cómo es que sabe sobre…?
-¿Sobre su ansiada venganza? – terminó por ella. – Soy un noble repudiado, querida. Nunca te imaginarias los lugares por los que me he arrastrado y las cosas de lo que uno se entera en el lado más oscuro y podrido de esta sociedad.
Nami siguió mirándolo desconfiada:
-Y aun sabiendo nuestro cometido, ¿por qué tomarte la molestia de mostrarte ante Luffy? Es absurdo. A estas alturas podrías haber escapado. – le hizo ver pues el que apareciera frente a ellos después de estar tras su pista todo este tiempo aún le parecía extraño.
-Namira – Luffy le advirtió.
-No, déjala que hable milord – habló en cambio Arlong satisfecho. – Tesoro me decía siempre que su sobrina era un chiquilla inteligente, y ahora me doy cuenta de ello. – soltó una pequeña risilla y continuó. – De hecho me marcho mañana mismo, milady. Después de todo este tiempo regreso a mi hogar, a América. Estoy harto de las humillaciones que he pasado desde que llegue a vivir aquí a Londres. Pero al enterarme que el nieto perdido de lord Garp había regresado, no podía irme sin contarles una verdad. – carraspeó. – No me malentiendas pirata, no estoy de tu lado pues sabes cuánto odio a tu abuelo y que aborrezco la sociedad, pero ni Tesoro ni yo matamos a tu hermano.
-Explíquese señor Park- seguía Namira confundida por repentinas palabras. Al parecer era la única que podía decir algo, tomando las riendas de la reveladora conversación. Mientras Luffy tan solo se limitaba a escucharlo seriamente. Al menos no se había abalanzado sobre Park para fulminarlo a golpes, y Nami agradecía que pudieran escuchar lo que ese hombre tenía que decir. Aunque no sabía hasta cuanto podía confiar en él, sentía que tenía que escuchar lo que les diría.
Arlong Park continuó:
-Confieso que en mis planes alguna vez estuvo el vengarme de tu abuelo, lord Garp, por todo lo que había hecho con mi reputación de noble extranjero, y el empezar mi venganza con uno de sus nietos era una gran idea. Pero desgraciadamente lo de lord Ace en realidad si fue un irremediable accidente. – ambos presentes lo miraron con ira, aun sin creer en esas últimas palabras. Arlong lo notó: - Y puedo confirmarlo.- se apresuró decidido. - Tanto yo como otros testigos pueden asegurar la verdadera causa de la muerte de Monkey D Ace. Si, estuvo en nuestros planes el deshacernos de tu hermano. Pero el destino jugó primero su carta y mi plan de venganza de un principio nunca se realizó. Después de eso ya no me importó. Ese viejo estaba sufriendo por la pérdida de su nieto e incluso también por el nieto que había desaparecido en el océano por años. Al ver su lamentable situación, ya no había nada que yo le envidiara a lord Garp. Y mi afán por verlo pagar por todo lo que me había humillado se esfumó. –soltó un pesado suspiro. - Y es que comprendí que la venganza no valía la pena. Al comprender mi situación y lo que le había pasado a tu abuelo, supe que siempre se siembra lo que se cosecha, y la vida puede depararte siempre un destino peor. –hizo una leve pausa, en donde miró a Luffy con algo de ¿compasión? Eso no le gustó para nada. – Ahora me marcho, - siguió altivo. - y regreso a mi verdadero hogar. El cual nunca debí de haber dejado.
Se hizo otro silencio y Nami quedo pensativa. Era cierto, Ace había muerto en un accidente en el camino entre Londres y Bath. Su carruaje se había volcado y ni el conductor ni Ace habían salido vivos. Eso era lo que las autoridades le habían dicho a lord Garp y a su familia. Eso era lo que realmente había sucedido. Pero Nami nunca quiso creerlo. No podía ser que una vida tan buena y noble como la que Ace había tenido se hubiera esfumado en tan solo un absurdo accidente. Era por eso que había llegado a las deducciones de que Ace había sido asesinado en ese planeado accidente tras haber escuchado la plática que Arlong y Tesoro habían tenido con anterioridad.
Pero ahora con lo que Arlong les confesaba. Ya no sabía que creer.
-Pero te digo joven lord- siguió el mayor. - que por mi parte tan solo era ese absurdo sentimiento de venganza por recuperar mi orgullo perdido. Y sin embargo no puedo decir lo mismo de Tesoro.
-¿A qué te refieres? – soltó la pelirroja sorprendida al escuchar el nombre de su tío.
-Tesoro quiere algo más que venganza por un orgullo herido. –entonces se volvió para ver de frente a Nami. - Él tenía planes de deshacerse de lord Ace y de usted señorita.
Namira abrió los ojos.
-¿De mí? ¿Pero cómo puede ser eso? cuando los escuche hablando en aquella ocasión creí que solo se referían a Luffy y Ace.
-Tal vez en ese momento si, - rememoró el americano. - pero el objetivo de Tesoro siempre fue esa naviera familiar.
-La naviera de mi padre. – susurró Nami con una mano sobre su pecho. Entonces comenzó a comprenderlo todo.
-Tesoro me contó que lord Shanks había destinado una proporción del negocio a sus hermanas. A su esposa Stella y a la condesa de Watersev. – Luffy se volvió hacia Nami y ésta asintió afirmando esa información.
-Pero mis tías declinaron esa parte del testamento. Al rechazar su porción, entonces toda la naviera paso directamente a…
- Su única hija. – contesto Arlong por ella. – A usted señorita Somerset, o en este caso también al hombre con el que contrajera matrimonio en un futuro. Mientras tanto sus tíos, los condes de Watersev, seguirían manejándola hasta entonces. Eso fue lo que más molestó a Tesoro. – Nami soltó una exclamación, ahora comprendiendo todo. Todo lo que se había desatado desde la partida de Luffy, la muerte de su padre, y la muerte de Ace. –He llegado a conocer a Tesoro en estos años y sé lo ambicioso que puede llegar a ser, él sabía sobre las características de esa herencia y estaba decidido a deshacerse de usted y de su prometido para así hacer que el negocio pasara de nuevo a las manos de las hermanas de lord Shanks. Y con el tiempo él se haría con el poder del negocio completamente a través de su esposa Stella. Por su puesto, y hasta ahora, la señora Stella no tiene noción de los planes de Tesoro.
Nami se quedó sumida en sus pensamientos tras toda esta descubierta información, mientras Luffy fue ahora el que tomaba la palabra.
-Entonces ¿fue un accidente? – soltó casi escupiendo con ira. – ¿Me estás diciendo que a pesar de sus ambiciosos planes ustedes no mataron a Ace?
-No, Mugiwara. No lo hicimos – habló el americano con completa seriedad. – El accidente fue a plena luz del día y la carretera hacia Bath es muy transitada por jinetes y carruajes. Pregunta al viejo Garp, el hizo sus propias investigaciones con anterioridad, ¿pues qué necio marques iba a creer que su heredero había muerto en un accidente? Al final todo quedo claro, él sabe con certeza que lo de Ace fue realmente un accidente.
Luffy entonces se apartó de ahí para acercarse a la pared y descargar en un puño la frustración contenida que había generado durante todo ese tiempo. Nami lo miró preocupada.
Arlong continúo:
-Por mi parte es todo lo que les puedo ayudar. Me marcho a América y espero no volver a estas tierras jamás.
Arlong se dio media vuelta sin esperar respuesta alguna y se encamino hacia la entrada del balcón. Pero antes de salir de sus vistas Arlong se volvió un instante:
-Solo tengan en cuenta que tú, pirata o caballero, has vuelto. Y el compromiso que te une con la señorita Namira Somerset sigue en pie.
Nami entonces se percató de la verdad de esas palabras. Si Tesoro seguía con sus ambiciosos planes, entonces ella y Luffy estaban en peligro.
Entonces Luffy lo detuvo con una simple oración:
-¿Qué tanto puedo confiar en ti Arlong y de todo lo que me has dicho?
-Tanto como para darte cuenta que a pesar de saber todo este tiempo tu secreta identidad de pirata ésta nunca salió a la luz por mi boca. La sociedad es cruel Mugiwara, hiciste bien en marcharte. – miró por unos instantes a la pelirroja y después volvió a los ojos del moreno. – Pero ahora creo que tendrás más motivos para quedarte. –salió del balcón con calma extendiendo un brazo en forma de despedida. – Hasta nunca caballero pirata.
Tras ese extraño encuentro con el que siempre creyeron su enemigo, Luffy y Nami nunca más volvieron a saber de él.
Sus emociones y sentimientos que tenían ambos y los cuales discutían antes de la llegada de Arlong Park, volvían a quedar atrás. Y entonces salieron del balcón regresando al bullicioso salón de baile con una renovada resolución, pues su nuevo objetivo por descubrir a Tesoro comenzaba esa misma noche.
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Muy bien, y la sorpresa es que ya he terminado esta historia. El proximo capitulo es el último e hice un pequeño epilogo que subiré ambas cosas al mismo tiempo. No demorare en subirlos pues de hecho tenía pensado subir todo este día, pero me esperare al siguiente fin de semana para subir ultimo capitulo y epilogo.
Espero les haya gustado este cap y ¡muchas gracias por sus comentarios!
En serio una enorme disculpa por tardar tant,o y saber que les ha estado gustando mucho la historia y esperan por leerla me da mucho gusto! Así que una disculpa por demorarla.
¡Gracias por todo! Y nos leemos pronto
Byebye! :D
