Slade
Esta historia no es mía; fue escrita por Laurann Dohner. Esta es una adaptación (sin fines de lucro) de su trabajo con personajes del anime/manga Fairy Tail, creados por Hiro Mashima. Esta es la segunda novela de la larga saga de Nuevas Especies. Algo interesante de esta saga es que no necesariamente tienes que seguir el orden para entender lo que está pasando, aunque si lo haces, puedes comprender mejor la historia de algunos personajes.
Espero que disfruten la historia tanto como yo y si es así, los invito a leer la novela (Slade) en su idioma original, inglés, ya que tengo entendido que no se ha traducido de manera oficial al español.
***Advertencia***
El contenido de esta historia es fuerte, contiene escenas de sexo y violencia, tanto explícitas como implícitas. Lean bajo su propio riesgo.
Actualizaciones los miércoles y domingos
Capítulo Siete
"Maldita sea," gruñó Gray en voz baja mientras observaba a los hombres desde uno de los matorrales, donde estaba escondido. Su sentido de la audición le fue muy útil ya que pudo escuchar sus planes. Tenían a Juvia. La rabia se apoderó de él y tuvo que luchar por controlar el impulso de saltar al campo para matarlos a todos.
No eran los mismos hombres que los echaron fuera de la carretera. Eso significaba que había más humanos buscándolos a él y a la Doc. Le preocupaba no saber cuántos eran. La configuración del campamento lo alarmó también. Habían hecho una base en un corto período de tiempo, significaba que estaban organizados y el peligro aumentaba de manera exponencial.
"Cálmate," se ordenó en un suave susurro.
Eran muchos y tenían más armas que él. Había adquirido una y no sería de mucha utilidad si uno de los humanos utilizaba a Juvia como rehén para hacerle arrojar el arma y funcionaría. De ninguna manera iba a permitir que le pegaran un tiro. No si podía evitarlo. Incluso aunque eso significara que tenía que soltar el arma y caminar hasta ellos.
No podría eliminar de esa forma todas las amenazas. Su seguridad era primordial para él. Tendría que usar sus habilidades y matarlos uno por uno. Atacar el campamento con todos ellos alrededor de ella sería su último recurso. Moriría por tratar de salvarla a pesar de no tenía muchas probabilidades de evitarlo si decidían matarla. Sería un suicidio para los dos.
Escuchó que los hombres planeaban ir a buscar a un humano herido y seguirlo a él. Un plan comenzó a formarse en su mente. El hombre con los ojos llenos de lujuria moriría primero si los otros hombres lo dejaban a solas con su mujer. Gray sabía que el hombre quería tocar a la Doc. No iba a pasar. No mientras él respirara.
No encontrarían al humano que estaban buscando. Una sonrisa llego a sus labios cuando decidieron que ese hombre no se quedaría con Juvia. Eso le demostró que tenían algo de inteligencia. Cuando los dos hombres abandonaron el campamento se levantó, listo para atacar, pero luego se detuvo y observó la escena de abajo.
El macho que se quedó con Juvia le dio comida y bebida. No parecía amenazador. La necesitaban con vida, necesitaban sus habilidades como médico y que podría estar más segura a su lado mientras él liquidaba las otras amenazas. Olió el aire, pero no encontró el olor de ningún otro humano en la zona. Eso no quería decir que no estuvieran cerca o que aparecieran pronto. El polvo en el viento le dificultaba distinguir los olores.
Su mirada se fijó en Juvia. Ella comía y bebía con calma. El tipo que estaba con ella no la estaba amenazando o mirando su cuerpo con intenciones lujuriosas. Parecía lo suficientemente inteligente como para saber que hacerle daño cuando necesitaba sus habilidades sería perjudicial. El imbécil que la había cogido del pelo pagaría un alto precio por hacerle daño. Quería matarlo primero por hacerle eso. Cuanto antes, mejor.
Por ahora parecía segura y si otros humanos llegaban al campamento, el macho que la estaba vigilando sabía que la necesitaban. Tardarían algo de tiempo en darse cuenta de que no necesitaban sus habilidades como médico. No podía ocultarla en ninguna parte antes de seguir a los varones que se habían convertido en una amenaza para ella. Miró al hombre que vigilaba a la Doc.
El chico parecía aburrido, pero no parecía dispuesto a moverse tampoco. Gray se agachó de nuevo. Y cuidadosamente empezó a seguir el hombre mayor que se había atrevido a tirarle del pelo. Su sangre hervía por la rabia. El macho pagaría por causarle dolor. Lo pagaría muy caro.
El silencio era terrible. La brisa soplaba y los árboles susurraban al viento. Juvia escuchó a los pájaros que parecían estar muy lejos. Estaba sentada bajo el sol y deseaba ponerse a la sombra. Ella también necesitaba usar el baño. Cuando su vejiga estuvo a punto de estallar, volvió la cabeza y miró a Bill.
"Tengo que ir al baño, por favor. "
Él parpadeó. "Está bien. Estás muy pálida por estar bajo el sol de todos modos. Es muy fácil deshidratarse y tu piel puede quemarse. Estaba pensando en cambiarte de lugar. "
"¿Puedo levantarme entonces?"
Él asintió con la cabeza. "Ver al árbol junto a la tienda. Ponte detrás de él. Te romperé las piernas si intentas huir de mí. No es una amenaza en vano. No las necesitas para curar a Pat. Ve detrás del árbol, orina y puedes quedarte a este lado del árbol, bajo su sombra. ¿Te quedo claro? "
"Como el cristal. Gracias." Juvia se puso de pie. Su cuerpo se había adormecido por estar tanto tiempo en la misma postura. Fue cojeando hacia el árbol. Se agachó junto a una de las ramas más bajas, no había mucha intimidad, pero no tenía otra elección. Ella se desabrochó los pantalones, se inclinó y rápidamente orino antes de subírselos de nuevo. Rodeo el árbol y se encontró con Bill.
Ella no le había oído acercarse. Levantó la mirada hacia él. Bill era un hombre fornido que media un metro ochenta y nueve. Tenía duras arrugas en la cara. Él frunció el ceño.
"Estoy cansado. No dormí mucho anoche así que esto es lo que vamos a hacer. Te voy a atar a este árbol. Quiero que te pongas de espaldas a él. "
Juvia le miró con miedo. ¿Qué va a hacerme? Tenía la sensación de que sería algo muy malo.
"Solo te voy a atar al árbol para poder descansar. Eso es todo. Voy a dormir a pocos metros de ti para poder escuchar cada sonido que hagas. Acabas de comer, hiciste pis y tienes algo de beber. Estarás a la sombra y no hace frío. Vas a estar bien. Ahora, date la vuelta antes de que yo lo haga."
No era como si tuviera otra opción. Bill era un hombre mucho más grande. Parecía ser la clase de idiota al que nadie querría enfrentarse en una pelea de bar. Él no era demasiado alto, pero tenía esa mirada mala que decía que cortaría la garganta de alguien en un santiamén. Ella asintió con la cabeza y lentamente se apoyó contra el árbol.
"Agárrate a las ramas, los brazos de par en par."
"¿No puedo sentarme?"
"Dije," él ordenó en voz baja, "Que te agarres a las ramas. No te lo estaba pidiendo. Te lo estoy ordenando y no voy a repetirlo otra vez. Puedes hacer lo que te digo o cambiare tu forma de pensar. Sería una elección dolorosa. ¿Me entiendes? "
Ella levantó los brazos para agarrarse a las ramas que estaban justo por encima de su cabeza. Vio que el hombre metía la mano en el bolsillo trasero del pantalón y sacaba un pañuelo que probablemente utilizaba para limpiarse el sudor. Se acerco a ella. Utilizó el pañuelo para atar una muñeca a la rama.
Él apestaba y necesitaba desodorante. Olía a alcohol y también a tabaco de mascar. Contuvo la respiración tanto tiempo como pudo mientras envolvía una tela áspera en la otra muñeca. Él le ató las muñecas muy fuerte. Retrocedió y con él también el olor horrible.
Bill la miró, asintió con la cabeza y luego le dio la espalda al entrar en la tienda. Juvia miró sus brazos inmovilizados. Les había atado las muñecas a las ramas más delgadas con dos pañuelos. Tiró de ellas, pero sólo se movieron un poco, lo que le demostró que no podría liberarse. Ella maldijo en voz baja e intento sacar las manos. Las había apretado demasiado.
Bill salió de la tienda con un saco de dormir y una almohada. Le lanzó una mirada antes de colocar el saco a cuatro metros de donde estaba Juvia. Ella había pensado que era un poco decente ya que le había ofrecido bebida y comida, pero eso fue antes de que él la atara como un espantapájaros. Después de un rato las piernas le iban a doler por el cansancio.
El tipo se tendió de espaldas en el saco de dormir, frente a ella y puso su arma en el pecho. Ella vio el cuchillo de caza que le asomaba de una bota cuando cruzo las piernas. Empujó la almohada detrás de la cabeza y cerró los ojos.
A Juvia le dolían los brazos y las piernas casi no la sostenían. Ella se puso de puntillas para nivelar los brazos con los hombros pero después de un rato, los dedos de los pies le dolían tanto que tuvo que apoyarse de nuevo sobre los pies. Ella trató de dormir, pero cada vez que se adormecía las piernas se le doblaban y los brazos le dolían al tener que soportar su peso.
Algo hizo un ruido leve. Bill se despertó al instante, rodó sobre su estómago y apuntó con su arma en la dirección del sonido.
Conmocionada Juvia también miró fijamente. Un pájaro salió volando en esa dirección. El hombre suspiró y rodó de espaldas y la miró.
"Tengo un sueño muy ligero y estoy harto de ello." Cerró los ojos y apoyó la pistola en su pecho.
En realidad no dormía. Juvia le miró el pecho, subía y bajaba lentamente. El sonido que el ave había hecho había sido tan suave que apenas ella lo había oído, pero el hombre actuó como si hubiera sido una amenaza. Incluso había apuntado el arma en la dirección correcta. Si fingía dormir oiría cualquier sonido que ella hiciera. Su esperanza de escapar disminuyo considerablemente. Hubiera sido mejor si hubieran dejado a Tom con ella. Un hombre que solo podía mirarle a los pechos parecía mejor opción que estar atada tan incómodamente a un árbol.
El dolor la despertó bruscamente y gimió. Su cuerpo se había desplomado y sus muñecas tuvieron que soportar todo su peso y le dolían. Juvia luchó contra lágrimas. Puso todo su peso sobre sus pies y se puso de puntillas. Eliminó la tensión de las muñecas y la sangre fluyó de nuevo en sus brazos. Llevaba atada al árbol la mayor parte del día. El sol ya estaba ocultándose. Miró al hombre en el suelo y lo encontró mirándola fijamente. Ella no podía decirlo con seguridad, pero tenía la mirada fija en su estómago.
"Estás despierto," señaló en voz baja. "¿Puedo sentarme ahora? ¿Por favor? "
Se sentó y la observó con el ceño fruncido hasta que dejo el arma en el suelo al lado del saco de dormir y se levantó de un salto. Se dirigió a la tienda. Juvia levantó la barbilla para mirar al cielo. Bastardo. Él tenía que saber que estaba sufriendo y que estaba incómoda. Necesitaba también ir al baño otra vez. Lo oyó regresar y vio el walkie talkie que llevaba en una mano.
"Aquí Bill," habló. "¿Base?"
"Hey, Bill," contestó un hombre a través del pequeño altavoz. "Informe."
"No lo hemos encontrado todavía. " Juvia observó Bill y él se llevó un dedo a los labios indicándole que se callara. "Estamos en la sección veinte y dos. ¿Alguien tuvo suerte? "
"No está muy lejos. Ustedes tienen más probabilidades de pillarlo por ahí. "
"¿Hay otros chicos por aquí?"
"Nop. Solo tu ¿Cómo es que Tom no ha llamado? "
"Está con diarreas. El chico esta de color verde. Vamos a volver a llamar por la mañana. Cambio y fuera. " Apagó el walkie talkie. "No han encontrado a tu amigo animal todavía. " Él dejó caer el walkie talkie en la almohada. "Estoy descansado y listo para la acción. Quería asegurarme de que no había nadie más en la zona y ahora estoy seguro de que sólo estamos nosotros. "
El estómago de Juvia se revolvió. No le gustó la forma en que lo había dicho o como su mirada le recorrió su cuerpo. Esa mirada lasciva se levantó lentamente hasta que se encontró con su mirada temerosa.
"Eres una mujer guapa. Tú eres una de esas perras que quieren que esos animales tengan los mismos derechos que los humanos, ¿no es así? ¿Amas a los animales niña? " Él se desabrochó el cinturón mientras la miraba. "Yo no quería que Tom permanecería contigo porque el niño no sabe qué hacer con una mujer. "
"Oh Dios," gimió Juvia, mientras le veía sacarse la correa de los pantalones. Su mirada voló hacia él. "Lo que estás pensando hacer, por favor, no lo hagas. "
"Cállate o usaré la correa contigo. No me gustaría oírte gritar. ¿Me entiendes? No necesitaras la lengua para curar a Pat cuando Tom lo traiga aquí. Él es un idiota y estoy seguro de que tenemos un par de horas antes de que regrese. No podría encontrar su propio culo sin que alguien le llevara hasta él. Te voy a cortar la lengua si gritas."
Bill tiró la correa en el saco de dormir y se agachó. Sacó un cuchillo de caza largo y afilado de su bota derecha. Él la miró y pasó un dedo por un lado de la hoja. La parte posterior tenía un borde dentado. La hoja tenía diez pulgadas de largo. Juvia lo miró con horror. Levantó la cabeza para darle una sonrisa fría.
"Digamos que eres una perra que pide los derechos de esos animales. "
Ella negó con terror. Ella abrió la boca, pero no salió nada. Ella tiró con fuerza de las muñecas, pero no pudo liberarlas.
"Di 'Yo soy una amante de los animales' " le exigió en voz baja. "Ahora."
"Soy una amante de los animales." susurró Juvia.
Sonrió ampliamente. "Buena chica. " Dio un paso más cerca mientras sostenía el cuchillo de caza con una mano y con la otra agarró la cintura de sus pantalones. "Quítate los zapatos. "
"Tengo que usar las manos para sacarlos," mintió. Su voz tembló.
"Sácatelos ahora o... " Él puso le puso el cuchillo en el pecho y empujó que empezó a sangrar justo debajo de su pezón. "Me imagino que esto podría deslizarse por lo menos tres pulgadas más antes de tocar el hueso. "
"Oh Dios mío," exclamó Juvia con pánico. "Está bien. " Ella usó el zapato de un pie para quitarse el zapato y uso los dedos del pie para quitarse el otro.
"Dios no está aquí pequeña. "
Bill se movió de repente y levanto el cuchillo hacia su cara. Cuando vio la hoja tan de cerca ella gritó. Ella giró la cabeza hacia un lado y espero que la hoja le rajara la cara, pero no fue así. El dolor que se esperaba nunca llegó. Le oyó reír. Ella giró la cabeza y vio el cuchillo incrustado en el tronco del árbol, a un lado de su cara.
Sus manos fueron brutales cuando la agarró de la cintura de sus pantalones. Se los desabrochó y se los bajó. Él metió los pulgares en sus bragas y tiró de ellas hasta abajo. Cuando llego a los tobillos él sólo tiró con fuerza para arrancarlas. Las piernas se le doblaron cuando él lo hizo y ella volvió a gritar. El dolor le atravesó los dos hombros y las muñecas.
Se levantó y miró a Juvia mientras ella luchaba contra el dolor de los brazos. Ella estaba desnuda de la cintura para abajo y sabía que planeaba violarla. Volvió la cabeza y la agarró del pelo.
"Mírame perra, amante de los animales," gruñó a cabo.
Juvia gimió por el dolor que le infligía. Él le dio tirones en el pelo hasta que ella no tuvo más remedio que mirarlo. Él sonrió fríamente.
"Cuando los muchachos regresen, esto nunca sucedió. Te mataré yo mismo si se lo dices y no será sin mucho dolor. ¿Me entiendes? No me voy a arriesgar a que uno de esos se emborrache, se vaya de la lengua y mi esposa se entere. Voy a decirles que trataste de correr si no haces lo que digo. Te voy a destripar mientras estés respirando. ¿Me oyes, niña? Haz lo que digo o no vivirás. Le dices a alguno de los chicos lo que tú y yo estamos a punto de hacer y me rogaras que te mate en el momento en que termine contigo." Él le guiñó un ojo. "Seguro que los demás querrán hacértelo también. " Su mano le soltó el cabello mientras se reía. "Pensándolo bien, los chicos no podrán hacértelo. Te matare antes. "
"Por favor, no lo hagas. Tengo dinero. Podría pagarte lo que quieras. Por favor-"
La golpeó con fuerza. El dolor le explotó desde la mejilla hasta su mandíbula. Ella gimió. Sus rodillas se doblaron de nuevo. Luchó y el mundo giró. El sabor de la sangre le llenó la boca. Acomodó su peso sobre sus pies.
Esas manos estaban en su pecho. El imbécil tiró de su camisa hacia arriba y se la sacó por la cabeza. Se quedo enganchada en su cuello dejándole el pecho expuesto. No podía quitársela sin desatarla o cortarla. Sus manos estaban fuertemente atadas y no podía liberarlas.
Bill agarró la parte frontal de su sujetador y tiró con fuerza hasta romperlo y empujo a un lado las copas.
"Te ves mejor que mi esposa, pero es que la perra tuvo seis hijos. " Él la agarró de la cintura dolorosamente. "Apuesto a que estás jodidamente apretada. No tienes estrías así que no has tenido hijos. Lo puedo decir por tus tetas."
Juvia se recuperó lentamente del mareo que sufrió por el golpe. Le escupió la sangre. Él la violaría de todos modos. "Vete a la mierda imbécil. "
Él la agarró de la garganta. Juvia sólo pudo mirarlo con horror mientras le apretaba el cuello dolorosamente con la mano. Parecía absolutamente violento mientras se acercaba hasta que casi estuvieron nariz contra nariz.
"¿Crees que eres demasiado buena para mí niña? ¿Crees que puedes insultarme? Apuesto a que estás deseando sentir mi lengua ahora. " Él respiró hondo. "¿Quieres aire? Eso es bueno. Te estás poniendo azul. " Su mano la soltó.
Juvia se quedó sin aliento y luchó por coger aire. Ella le miró fijamente mientras él se desabrochó lentamente el pantalón. Él asintió con la cabeza y luego los dejó caer hasta los tobillos para dejar expuestos sus calzoncillos. Él los agarró y los empujó hasta los tobillos. Él agarró su pene con su puño y lentamente se acarició. Juvia lo observo con asco.
"¿Ves lo que vas a conseguir niña? Te voy a follar todos los agujeros que tengas. ¿Crees que puedes insultarme con esa boca? Trata de insultarme cuando te la meta hasta la garganta, puta. "
"Prefiero morir. ¡Mátame!," Le gritó ella "Eres un perdedor de mierda. No eres más que un violador de mierda gilipollas. "Esperaba que la matara. Prefería morir antes de que él la tocara. "Y lo que tienes entre las piernas es jodidamente patético. Soy médico y he visto a un montón de ellas y la tuya es ridícula," se burló él. "Patética," gritó.
Su rostro se puso rojo y rugió de rabia cuando se lanzó hacia adelante. Juvia se puso tensa y empujo la espalda contra el árbol mientras intentaba golpearle con los dos pies. Sus hombros y muñecas gritaron de dolor, pero le golpeó. El dolor se disparó a sus dos piernas cuando sus pies hicieron contacto con su cuerpo. Ella había apuntado a la entrepierna, pero le dio en los muslos.
El hombre enfurecido no cayó y solo retrocedió un metro, casi tropezó con los pantalones alrededor de los tobillos, pero se mantuvo en pie.
"¡Maldita perra!" Gritó. "¿Quieres jugar duro? ¿Crees que puedes tratar de darme una patada en las pelotas y no pagar por eso? Voy a hacerte tanto daño que me rogarás que te mate y luego voy a hacerlo. "
Se acerco a ella otra vez. Le vio levantar el puño y sabía que no podía esquivarlo. Su último pensamiento fue que él le haría el daño suficiente como para no estar consciente cuando la violara. Ella no quería ser consciente cuando la violara y la matara.
Creo que nunca les dije cómo conocí esta saga.
Hace muchos años, creo que alrededor de cinco o seis años, habían dos autoras que adaptaron los primeros 10 libros de la saga (creo que eran todos los que había en ese entonces), una se centraba en sasusaku (yep, todas sus adaptaciones eran con esa pareja) y la otra con Serena y Damien de Sailor moon (también todas sus adaptaciones eran con esta pareja). Pero hace unos años no pude encontrar sus adaptaciones.
(También he notado que los libros de Laurann Dohner, de diferentes sagas, han tenido muchas adaptaciones con diferentes autores en fanfiction, principalmente me las he encontrado con personajes de Naruto).
En ese entonces estaba haciendo la adaptación del primer libro de esta saga como un crossover entre FT e Inuyasha, pero como pueden ver, descarté la idea y borré la adaptación que ya había empezado para evitar confusiones.
Hasta después de empezar a compartir la adaptación de esta segunda novela con Gruvia, fue cuando noté que ya había una adaptación de la misma con Jerza.
Como menciono al inicio de todos los capítulos, las adaptaciones que comparto son sin fines de lucro, lo hago sólo para compartir con ustedes historias que he disfrutado y que realmente me han transportado a su mundo. Son totalmente libres de elegir cuál (sea adaptación o no) es la que les gusta y disfrutan más, después de todo, todos tenemos nuestras parejas favoritas.
*También tengo que admitir que me he encariñado con las novelas de NE relatadas con sasusaku, y la saga de los guerreros zorn (otra saga de Laurann Dohner) con Serena y Damien...aunque también me he encontrado adaptaciones de Naruto con esta saga*
A todos los que están disfrutando de esta adaptación, me alegro mucho y espero que me acompañen en este largo viaje con los primeros diez libros de la saga.
