Ya habían pasado dos días, tiempo en el que se vio obligado a permanecer recostado sobre la superficie de la cama para permitir que las heridas de su cuerpo sanaran. Levanto la mano observando el vendaje que cubría parcialmente su brazo en silencio, hace mucho tiempo que no había sido lastimado de esa manera pero gracias a los cuidados que le habían proporcionado estas no se demorarían en sanar y pronto no serían nada más que el viejo recuerdo de su experiencia.

Poco o nada le importaban las cicatrices que seguramente dejarían sus heridas, como cualquier Huno se enorgullecí de las marcas dejadas a su piel y más si estas habían valido la pena pues demostraban carácter y fortaleza, y las suyas serían testimonio de su encuentro y victoria contra un oso pardo de lo cual no muchos podían alardear. Lamentablemente Mulan no parecía verlo del mismo modo, sintiéndose culpable por sus lesiones al punto en que buscaba compensarlas insistiendo en untarle un ungüento especial que había preparado su abuela con plantas medicinales.

Por increíble que pareciera ella era la más pendiente de él, pero su abuela seguía atendiendo sus heridas de manera periódica porque eran de las que sólo una curandera con experiencia podía tratar para evitar que se contaminaran con bacterias no deseadas sin embargo Mulan ayudaba en todo lo que podía incluso a tomar la medicina dada por su abuela así como de su alimentación pues sentía débiles los brazos, lo cual aceptaba de mala gana. Era una situación que ponía a prueba su orgullo pero simplemente no se sentía capaz de rechazar su ayuda y talvez era lo que más lo confundía.

Incluso había asumido toda la responsabilidad ante sus compañeros Hunos cuando preguntaron por lo ocurrido, admitiendo el error de sus acciones al no ir debidamente armado y completamente solo obviando el hecho de la presencia de Mulan y sobre el hecho de que había ocurrido mientras la buscaba luego de que esta escapara, explicando que había sido 'ella' la que había ido por él al no encontrarlo en casa salvándolo de que pereciera solo después del inesperado ataque del oso.

En el pasado jamás había tenido motivo alguno para dar la cara por alguien y pese a eso lo había hecho para defender a la pequeña Han, quien vendría siendo técnicamente su enemiga y de su pueblo al haber pertenecido y crecido en el Imperio Chino pero no solo eso...sino que también había arriesgado la vida por la suya un hecho que a su parecer era completamente ilógico, más no pudo hacer nada para evitar aquel comportamiento...su cuerpo se había movido solo.

''Te doy un consejo. Será mejor que no te encariñes con esta niña. Ella no se puede quedar aquí permanentemente y sabes perfectamente porqué..''

Escucho sus propias palabras repetirse en su mente, emitió un gruñido bajo mientras apoyaba el brazo sobre su frente dirigiendo la mirada hacia el techo entrecerrando los ojos casi como si se estuviera reprochando a si mismo, pero no quería amargarse más con eso. Pese a estar mejor que hace un par de días no cambiaba el echo de lo débil que aun estaba, su vida ya no corría peligro alguno pero las heridas resultaban ser una verdadera molestia además de que se sentía como un maldito holgazán al estar en su casa sin hacer nada.

-¡Battar!-Llamo la cantarina voz de Mulan mientras subía por las escaleras hasta su habitación.

Él moreno ladeo la cabeza hacia ella a penas la escucho subir antes de sentarse lentamente sobre la cama con algo de esfuerzo, disimulando perfectamente una mueca de disgusto al sentir el punzante dolor en sus extremidades lesionadas haciendo como si no sintiera nada, con la intención de que de esa forma ella no se preocupara aun más por él. La niña con rápidos pasos corrió hacia la cama sentándose al borde mientras apoyaba las manos sobre el colchón posando sus grandes e infantiles ojos sobre él.

-¿Como te sientes?-Pregunto la pelinegra.

-Lo mejor que puedo estar supongo-Respondió Battar sin pensar realmente mucho en sus palabras poco animadas.

Mulan frunció los labios ante esa declaración algo preocupada antes de fijar su atención en los viejos vendajes que cubrían su cuerpo los cuales ya se encontraban algo sucios y arrugados, recordando que seguramente ya debían cambiarse y por lo que le dijo Yakiu era muy importante mantener las heridas limpias y cubiertas por lo que no lo pensó mucho cuando se levanto y volvió a bajar presurosa ante la atenta mirada del Huno que observo como le daba la espalda.

-Oye ¿A donde vas?-Cuestiono Battar.

Pero no obtuvo respuesta alguna de su parte provocando que bufara algo irritado al verse ignorado de esa forma, sin embargo Mulan regreso rápidamente cargando varios artículos de curación, en especial vendajes y un tazón con agua junto a un paño limpio. Él Huno enarco una ceja a lo que ella simplemente se limito a sonreír mientras volvía a tomar asiento a su lado depositando las cosas a un costado volviéndose hacía él.

-Hay que cambiar tus vendas-Explico Mulan.

Battar guardo silencio un momento limitándose a parpadear antes de simplemente asentir levemente permitiéndole hacer lo que quisiera con él. La niña no tardo en retirar con cuidado los descuidados vendajes dejándolos caer olvidados en el suelo permitiendo ver completamente sus brazos y torso bronceado, empapo el paño con agua lo que le serviría de ayuda para limpiarlo.

Lo humedeció un poco más y al estar satisfecha empezó a limpiar las heridas de su pecho, que si bien no eran tan profundas o abundantes como las de sus brazos aun así no debían descuidarse ni por muy pequeñas que estas fueran. Él gruñó un poco ante esto, no le gustaba que lo tocaran pero con ella hacía una excepción y mentiría si dijera que no comenzaba a acostumbrarse a su toque empezando a disfrutar la forma en que restregaba el paño contra su cuerpo para limpiarlo, lo que lo hacía recriminarse mentalmente por su pensar.

Por su parte Mulan deslizo su pulgar enfundado en la tela por la comisura de las heridas en cicatrización borrando la sangre seca que había quedado alrededor, al mismo tiempo en que se deshacía de todo rastro de suciedad restante que podría causar alguna posible infección. Él poso sus brillantes ojos ámbar sobre ella detallándola a profundidad notándola muy absorta en lo que hacía. Al quedar todas las heridas limpias la niña se mostró muy satisfecha con su trabajo embozando una pequeña sonrisa.

Más cuando sintió la mirada de Battar puesta sobre ella alzo la cabeza para mirarlo directamente a los ojos con la profundidad de su mirada azabache, sintiéndose repentinamente nerviosa ante lo intenso de su mirada ámbar manteniéndose de esa forma por varios segundos que se sintieron eternos en los que ninguno dijo nada además de verse mutuamente casi hipnotizados con los ojos del otro. Hasta que ella pareció reaccionar de su ensoñación apresurándose a continuar con su labor vendando nuevamente las heridas del Huno mientras que este simplemente cerraba los parpados con tranquilidad.

-¡Listo! Ahora sólo necesitas algo de descanso-Dijo Mulan apartando sus manos de él sonriéndole con dulzura. Él moreno la observo de nueva cuenta entrecerrando levemente los ojos mientras sentía una molesta duda importunarlo.

-¿Por qué tanta preocupación de tu parte?-Cuestiono Battar de forma directa.

Él era alguien bastante huraño y reservado pero le era imposible ignorar las atenciones de la niña hacia él, además de que era sumamente extraño ser tratado de aquella manera por otra persona. Los Hunos se caracterizaban por ser guerreros poco afectuosos pese a tener fuertes lazos familiares y realmente nadie había tenido esos detalles para con él.

Ni siquiera su propia abuela se había preocupado tanto ni mucho menos era tan cariñosa como lo era Mulan, además de que su madre había muerto cuando tenía aproximadamente 7 años y una piedra sería más sensible que su malhumorado padre. Por eso mismo, le era insólito sentir que alguien más se interesaba tanto por su comodidad y bienestar mostrándole afecto constante, pero tampoco podía decir que era algo que le molestara aunque sinceramente, le extrañaba.

-Bueno por qué...salvaste mi vida...dos veces-Murmuro Mulan en respuesta antes de bajar la mirada tímidamente -Y por otra parte...te quiero mucho Battar...-Dijo la niña encogiéndose de hombros mientras su rostro se sonrojaba tiernamente resaltando bastante sobre su piel de porcelana.

Él Huno se mantuvo callado sin emitir sonido alguno desviando la mirada sin observar a ningún lugar en particular mientras parpadeaba con aparente desinterés ante las palabras de la niña provocando que ella se encogiera aun más en su lugar al ser recibida por su silencio. Pasaron varios minutos sumidos en aquel pesado e incomodo ambiente hasta que finalmente él azabache decidió colocar más distancia entre ambos, situándose en la esquina más lejana de la cama.

Mulan interpreto aquella acción como una demanda muda en que deseaba estar solo por lo que se preparo para retirarse, sin entender que pudo haberle molestado de lo que dijo. Pero contrario a lo que pensaba, Battar simplemente se había reclinado para sacar algo de debajo de la cama y antes de que ella pusiera un pie en el suelo un gorro lanudo con orejeras fue colocado encima de su cabeza tapándole momentaneamente la vista, a lo que sorprendida lo alzo un poco para dejar al descubierto sus ojos fijándolos en él quien aun tenía la mano puesta sobre el gorro que acababa de colocarle.

-Comienza a hacer más frío debes abrigarte. No quiero que te enfermes-Dijo Battar tranquilamente.

Y aquellas palabras tuvieron mucho significado para Mulan que ilumino su rostro con una radiante sonrisa. Él se mostró satisfecho ante esto disimulando una pequeña sonrisa que se congelo en su rostro cuando la pequeña pelinegra planto un cariñoso beso justo en su mejilla antes de que entre risas comenzara a bajar las escaleras. Se le quedó mirando mientras se alejaba, pero cuando ella se volvió hacia él para despedirse, hizo la cabeza a un lado cerrando los ojos para aparentar que reposaba.

-Descansa Battar. Si necesitas algo estaré ayudando a Nana-Dijo Mulan antes de bajar dejándolo solo en la habitación.

Se cruzó de brazos apoyando la cabeza contra la pared soltando un profundo suspiro, mientras intentaba ignorar el calor de su rostro complementado por el molesto palpitar acelerado de su corazón. Paso un largo rato en esa posición, tanto así que termino por quedarse dormido despertando varias horas después sintiendo su garganta muy seca, paso la lengua sobre sus labios sediento reconociendo que necesitaba un vaso de agua y algo dubitativo observo la entrada considerando pedir que le trajeran uno.

Pero tan rápido como vino ese pensamiento lo descarto, él no era ningún invalido muy fácilmente podría ir a buscar un sencillo vaso con agua. Con algo de esfuerzo apoyo las manos sobre el colchón e ignorando el dolor de sus heridas se levanto colocándose un abrigo que dejo abierto alrededor de los hombros antes de bajar yendo directamente a la cocina donde tomando un vaso bebió una buena cantidad de agua que bajo por su garganta hidratándolo antes de que la puerta de la entrada se abriera dejando ver a su abuela.

-Battar ¿Qué haces? Deberías estar descansando-Dijo Yakiu depositando la canasta que traía sobre la mesa del comedor.

-Ya me estoy cansando de que todos me digan lo mismo. Estoy bien, no necesito estar postrado todo el día en una cama-Espeto él azabache un poco irritado.

-Como sea, solo recuerda que te lo advertí-Dijo la anciana encogiéndose de hombros sacando las plantas que había recogido.

-¿Donde esta Mulan?-Cuestiono Battar al no verla junto a ella, buscándola con la mirada.

-Como paso todo el día ayudándome con las labores de la casa decidí darle un rato de descanso. Esta jugando con varios niños afuera-Respondió Yakiu tranquilamente.

Battar abrió ligeramente los ojos antes de estrecharlos y sin decirle nada más camino hacia la salida posándose en la entrada donde no tuvo que buscar mucho para obtener una vista perfecta de Mulan corriendo junto a un grupo de niños Hunos, de un tamaño visiblemente mayor que ella pese ha que varios compartían su misma edad divirtiéndose mientras corrían. Se cruzó de brazos observándola jugar, se veía tan cómoda e integrada que casi parecía que siempre formo parte de su pueblo y una parte de si se alegro profundamente ante este hecho.

Pero no pudo continuar observando mucho más ese confortable panorama ya que se escucho el fuerte galopar de las pesuñas golpear contra la tierra fresca por lo que dirigió la vista rápidamente hacia donde varios guerreros regresaban montando sus caballos acercándose hacia ellos, varias sonrisas y miradas satisfactorias adornaron los rostros de los Hunos alrededor pero Battar simplemente frunció las cejas al reconocer a su padre entre ellos. La conversación que las circunstancias habían retrasado finalmente había llegado y a diferencia de la primera vez...ahora no quería hablarle de Mulan.

-Qué bueno que ya regresaron ¿Todo bien?-Pregunto Moro recibiendo a su líder.

Un hombre de gran estatura y mirada intimidante compuesta por un par de fríos ojos amarillos bajo de un caballo color marrón provocando que sus botas de piel con tacón resonaran al caer sobre el piso. Su cabello era largo y oscuro atado en una coleta alta, vistiendo una gruesa túnica hasta la rodilla junto a pantalones holgados y varias trozos de metal cubriendo parte de sus extremidades para mayor protección, con una espada reluciendo en su cinturón de cuero.

-Mejor de lo que se esperaba-Respondió Atila seriamente dándoles unas leves palmadas en el lomo a su caballo.

-Qué condescendiente ¡Fue perfecto!-Dijo otro hombre bajando de su montura.

Este a diferencia de Atila era de corta estatura con amplios hombros, vistiendo ropas muchos más lanudas y de colores más claros. Su cabello negro permanecía sujeto en una liga hacia abajo y sus ojos amarillos resaltaban ante la luminosidad que desprendía mostrándose mucho más alegre hasta el punto en que pequeñas líneas de expresión, las que se ocasionan al sonreír, se encontraran muy marcadas complementando las de la edad y ni las cicatrices en sus mejillas lograban darle un aspecto tan fiero como el de los demás Hunos.

-Señor Akira-Saludo Moro golpeándose su pecho con el puño en señal de respecto ante él hermano de su líder.

-Descubrimos poblados Han con buenas provisiones y plata que podemos asaltar mientras que él ejercito se concentra en proteger sus fronteras del Norte descuidando el Sur-Contó Akira satisfecho mirando a Moro.

-Así es-Asintió Atila con un semblante inexpresivo -Esta vez quiero implantar un mayor terror en los corazones de los Han, deben aprender que los Hunos son una fuerza con la cual no deben de meterse-Dijo él moreno acariciando la cabeza de su caballo marrón.

-Si tan solo todas la tribus se unieran podríamos ser una fuerza más de temer-Comento Akira -Pero al parecer todos los líderes Hunos son demasiado orgullosos como para solicitar ayuda a sus hermanos ¿Qué no ven que unidos somos más fuertes? Esta división entre los clanes no nos sirve de nada-Dijo cruzándose de brazos con algo de amargura.

-Por ahora debemos conformarnos con los guerreros que tenemos-Dijo Atila seriamente mirando a su hermano mayor.

Antes de que su vista amarillenta divisara a una pequeña niña de largo cabello negro y piel muy blanca correr en compañía de otros infantes, algo que normalmente sería normal, pero el hecho era que obviamente ella no formaba parte de los miembros de su aldea. Pero aun mucho peor era que ni siquiera fue necesario que prestara mucha atención para reconocer sus rasgos y una ira ciega lo invadió. Era una Han...perteneciente del mismo detestable pueblo que había dado muerte a tantos de los suyos y cuyas acciones depravadas costaron la vida de su esposa hace tantos años atrás.

Akira se mostró sorprendido cuando su hermano menor paso como un rayo por su lado dirigiéndose velozmente hacia un lugar en especifico, emanando un aura que no le agrado para nada. El viento soplo provocando que el gorro que traía Mulan saliera volando, a lo que ella detuvo su carrera permitiendo que tanto Zariel como Kazan la adelantaran agachándose para tomar el sombrero que se la había caído pasando una mano sobre para sacudirle la tierra sin percatarse del peligro que se acercaba.

Atila cargo en contra de la indefensa niña con su espada desenvainada. Battar viendo las intenciones asesinas de su padre no dudo y ni siquiera sintió sus heridas doler cuando salió corriendo a toda prisa hacía ella. Mulan terminaba de limpiar el gorro demasiado distraída como para notar la gran sombra que se cernía sobre ella y mientras volvía a colocarse el gorro Atila empuño su filosa espada que brillo de forma letal cuando la dirigió hacia ella.

La pequeña niña solo atino a abrir los ojos a su máximo punto con sorpresa y horror cuando finalmente noto al embravecido Huno parado frente a ella acercando la peligrosa arma con la intención de atravesar su frágil cuerpo con la hoja de la espada. Pero Battar llego hasta ella justo a tiempo y sujetándola rápidamente por debajo de los brazos la alzo en el aire sacándola del camino.

Sus brazos la envolvieron automáticamente de forma protectora contra su pecho a la par que Mulan se abrazaba a su cuello con miedo. Mientras que el arma que bajo apuñalo con fuerza y facilidad el abrigador gorro que durante el movimiento había vuelto a caerse de la cabeza de la niña atravesándolo completamente hasta clavar la punta de la filosa hoja en la tierra.

-¡¿Qué estas haciendo?!-Grito Atila con rabia ardiendo en sus ojos. Battar actuó rápidamente, bajo a la niña colocándola detrás de si con precaución.

-Corre con Nana-Ordeno él muchacho sin mirarla y no hizo falta que lo dijera dos veces ya que Mulan lo obedeció de inmediato emprendiendo carrera hacia la casa. Él Jefe Huno mostró la intención de ir tras ella pero su hijo se interpuso bloqueándole el paso.

-¡Apartarte!-Grito Atila en tono de advertencia.

-No dejare que la toques-Dijo Battar mirándolo con frialdad.

-¡Es una Han! ¡Ellos asesinaron a tu madre! ¡¿Y tu los defiendes?!-Acuso Atila indignado.

-Ella no es como los demás-Aseguro Battar seriamente con los brazos extendidos hacia los lados.

-¡Maldito seas!-Exclamo Atila completamente fuera de si.

Y contradiciendo su comportamiento normalmente estoico estrello su poderoso puño cerrado contra el rostro de su hijo aventándolo al piso sin esfuerzo provocando que él chico sintiera su cuerpo doler ante el duro impacto. Una marca rojiza que pronto comenzó a oscurecerse en un morado claro se formo en su pómulo derecho mientras su padre colérico alzaba el puño nuevamente, pero antes de que este pudiera repetir su acción una mano igualmente poderosa se aferro firmemente a su muñeca deteniendo su brazo con relativa facilidad.

-Atila. Es suficiente-Dijo Akira seriamente al momento de parar a su hermano -¿No notas el estado en el que se encuentra?-Cuestiono él pelinegro señalando los vendajes que cubrían el cuerpo de su sobrino. Atila pareció reaccionar con esto, parpadeo y la furia de sus ojos se esfumo mientras fruncia los labios con leve preocupación.

-¿Quién te hizo eso?-Pregunto él Jefe mirando a su hijo tendido en el suelo.

-¿Como si te importara?-Murmuro Battar en voz baja mientras se reincorporaba lentamente -Me ataco un oso-Respondió dirigiéndole una mirada inexpresiva.

-¡¿Atila que mosco te pico?!-El fuerte grito de Yakiu retumbo a lo que sus dos hijos volvieron los rostros hacia ella observando como Mulan se escondía detrás suyo, aferrándose a la tela de su ropa.

-Hola Madre-Saludo Akira sonriendo alegre de verla nuevamente. Pero antes de ponerse al día con ella debía arreglar las cosas con su hermano, lo miro con seriedad.

-Tenemos que hablar. Ahora-Dijo él mayor soltándolo bruscamente. Atila bufó pero de igual forma asintió y así ambos Jefes se marcharon a la tienda principal para discutir sobre lo ocurrido. Battar los siguió con la mirada todo el tiempo, aliviado ante la intervención de su tío.

-¡Battar!-Grito Mulan con voz emotiva corriendo hacia él, cuando los dos hermanos desaparecieron de vista.

Él azabache se giro hacia ella notando su semblante asustado e inmediatamente se agacho poyando una rodilla sobre el suelo mientras abría los brazos recibiéndola cuando llego hasta él y lo abrazó con fuerza enterrando la cabeza en su cuello, temblando de miedo. Él lo sintió por lo que cerró los parpados mientras llevaba una mano a su cabello y otra a su espalda acercándola aun más a su cuerpo queriendo transmitirle algo de seguridad.

-Tranquila...no permitiré que te pase nada-Prometió Battar besando un costado de su cabeza en un gesto reconfortante.

Estrechándola entre sus brazos mientras ella se ocultaba en su pecho sintiendo como era levantada del suelo, por lo que envolvió las piernas alrededor de su torso mientras él la cargaba. Había pasado un momento de mucho miedo ante una situación que nunca se espero y no supo por que ocurrió, aunque aun temía por lo que pudiera pasar se sentía mucho mejor al estar envuelta por los protectores brazos de Battar. Confiaba en su promesa...con él siempre estaría a salvo.

- . - . - . - . - . - . - . - . -. - . - . - . -. - . - . - . - . - . -. - . - .- . - . - . - . - . - .- . -

Para mis lectores

.

.

Teseo-Perseo: Me hace muy feliz que te guste mi historia. Gracias por las observaciones intentare prestar más atención en ellas. Si te gustan los tipos de parejas de las que escriben poco puedes leer mis otras historias que varían en temas y series, de las cuales muchas son las primeras con esos personajes juntos.

Abril Elena: Supongo que puede decirse que su destina ya se decidió XD y como ya viste salió él padre de Battar ¿Fue como lo imaginaste? Un hombre muy duro y osco pero no se le puede culpar ha pasado por mucho, y como he escuchado por hay ''Cuando pierdes el amor cambias completamente''

.

.

¿Y bien?

¿Qué opinas?

Ideas

Sugerencias

Correcciones

Son bienvenidas siempre y cuando se las hagas con respeto

¡Nos vemos en la siguiente parte!