*Los rws los respondí al final y dejé una pregunta. :)
Capítulo 8: La Pijamada.
Después de hablarlo con Kagome, esta había accedido feliz a hacer la pijamada en la cabaña. Inuyasha preguntó qué era eso, a lo que su hija explicó que consistía en una reunión de chicas para conversar y luego dormir. Los padres decidieron que saldrían a pasear para dejar a las chicas solas un rato y que Kenji iría a cazar de noche, cosa que cada cierto tiempo solía hacer. Lo que sí, Moroha había omitido la parte de la transformación para la competencia, solo les dijo que uno de los juegos consistía que vestirse con kimonos y cosas de niñas normales, cosa que haría solo para darle en el gusto a Towa.
Con el comienzo oficial de la ampliación de la cabaña, Inuyasha y Kagome decidieron ser los encargados oficiales, junto a un par de aldeanos que se dedicaban a dicha labor, por lo que dejarían sus respectivas tareas de lado por un tiempo. Habían liberado a los chicos de la casa de dicha obligación, aunque, en secreto, el dueño de casa había conversado con su discípulo. La situación de la noche anterior lo tenía especialmente molesto, ya había sido especialmente duro tener que mirar y oler al maldito mini pulgoso en el desayuno, así que le pidió a Kenji que inventara cualquier cosa con tal de alejarlo de Moroha ese día, al menos unas horas mientras él estuviera ocupado.
Por su parte, el joven hanyo se debatía aún entre su culpabilidad para con la situación de Moroha y los deseos de apoyar a su maestro (y si, en cierto modo también los deseos de que el cargante de Hiro dejara a cada momento de coquetearle a la shinhanyo) "Es una falta de respeto para mi maestro, no corresponde" pensaba. La noche anterior cuando noto el aroma de los aludidos y los vio tan cerca algo lo impulsó a hacer aquel acto temerario de interrumpirlos. Se decía que si su maestro estaba deshabilitado le tocaba a él detener aquel acto. Si, eso era. Luego del desayuno, el hanyo, el lobo y Beniyasha salieron juntos caminando hacia la aldea, conversando casualmente hasta que se sentaron a la sombra del árbol favorito de la chica, donde Moroha les contó en detalle a ambos de la competencia por un buen rato, hasta que se fue dejándolos solos porque iría en búsqueda de Towa para alistar la pijamada.
-Aparte de tus pruebas, Hiroyuki, debes saber que es importante que si quieres ser parte de esta familia, debes cumplir con ayudar al clan- Kenji le habló a Hiro cuando Moroha avisó que se iría, aprovechando de cumplir con lo pedido por su maestro.
-Tiene sentido-
-Ayudarás con la ampliación, mis maestros necesitan que busques en el bosque que está a una hora de aquí algo de madera. También, necesito que vayas a la aldea vecina y compres algunas cosas de construcción que ya te indicaré. -
-No suena dificil, yo lo haré, dile al señor Inuyasha que yo me encargaré-
-Su magnificencia, Hiro. Más respeto. Mi maestro está un poco enfadado contigo, así que utiliza todas tus armas. No se te ocurra volver aquí sin todo. Ah, y cuando regreses debes ir a buscar agua suficiente para el baño tanto de la señora Kagome como de mi maestro ... y para mi también, me apetece bañarme.
-¿Y el tuyo por qué?
-Por que yo soy quien te da las indicaciones, además ¿quieres que le diga a mi maestro como te encontré con Moroha ayer?
Hiroyuki se quedó en silencio. Kenji había dicho eso con real seriedad, ninguno de ellos podía ignorar que con el gran sentido del olfato de Inuyasha evidentemente sabía que su hija y el pulgoso habían estado juntos, pero tanto Hiro como Kenji sabían a su vez que no podía conocer a cabalidad el hecho de que casi se habían besado a la luz de la luna. El hombre lobo se limitó a sonreírle asintiendo.
-Bien, gracias por guardar el secreto. Haré lo que me dices, de todas formas no creo que me demore tanto. Ya verás.- cuando el chico desapareció en un instante corriendo, Kenji hizo una mueca con los labios, el maldito lobo tenía razón, le había dado pocas tareas.
El hanyo suspiró, se quedó un rato mirando a la gente pasar y a un par de aldeanas que le sonrieron coquetas, hasta que por el relajo se quedó dormido. Al despertar sentía muchísima hambre así que se limitó a andar en silencio hasta que llegó a la puerta de la cabaña nuevamente. En la mañana sus maestros habían despachado rápidamente a los tres adolescentes fuera para avanzar, pero tenía deseos de ir a buscar algo de dinero para comprar algo de comer por ahí. Cuando estaba por entrar, se encontró con que en dirección contraria volvía Moroha.
-¿Ya viste a Towa?
-Sí, todo listo- Moroha le sonrió, mostrando un colmillo.
-Mañana tendrás que encontrar la forma de ocultar tus colmillos…
-Towa dice tener la solución, pero no me la dijo.
Ambos entraron a la cabaña, pero se paralizaron sorprendidos al encontrar a Inuyasha sentado en su típica pose en el piso y entre sus brazos, sobre él, a su mujer, que le daba de comer en la boca con una cuchara de una forma muy "sugerente" a juzgar por sus expresiones. Moroha solo reaccionó riéndose divertida y rascándose la cabeza, pero Kenji se sonrojó de verlos tan acaramelados.
-Ah, no los esperábamos, creímos que comerían fuera.-Kagome no se movió de su posición, solo los miró de reojo. Su esposo tampoco se movía, solo parecía un poco molesto por la interrupción, por como arrugó su frente.
-Vinimos por el dinero de Kenji y salimos, tranquilos, nos vamos a comer. - Moroha agarro de la ropa al hanyo después de que esté, en silencio, agarrara una especie de lazo del que colgaban monedas de una esquina de la cabaña.
Cuando estuvieron fuera, un poco lejos, Kenji seguía silencioso y un poco rojo. La chica lo soltó y le dio un golpe suave pero certero en el hombro para que se despabilara.
-Hey, vamos despierta, había que dejarlos solos -
-Sí... solo que me sentí incómodo de interrumpirlos…
-Es culpa de ellos, esa parte de la cabaña es común, supongo que no pensaron en nada más- Moroha se reía frente al sorprendido hanyo que aun no salía totalmente de su impresión.- me gusta verlos así, que se quieran.
-Sí...tienes razón. ¿Ya te había pasado?
-Sí. La primera vez fue terrible- la chica cerró los ojos y puso sus manos detrás de la nuca.- los pillé besandose muy entusiasmados.
-¡¿Qué?!
-Sí, te lo juro. No sabía donde meterme, primero me sentía avergonzada. Después, me enojé. Les grite que se guardaran, que no necesitaba ver esas cosas. Tu sabes que suelo reaccionar así a veces…
-Lo sé
-Ya las próximas veces entendí que está bien, mejor eso a que se peleen mucho.
-Cierto.
-Es divertido verte tan abochornado, no estabas así de callado desde que llegaste. Es curioso, tus ojos se tornan casi morados de lo oscuro que están y tus orejas están muy rojas.- Moroha se acercó para mirar mejor sus facciones, dejando una distancia muy mínima entre ambos. La diferencia de altura era considerable, así que además tenía que inclinarse hacia él. El pobre hanyo no supo en qué momento la niña estiró su mano intentando tocar una de sus orejas, pero ante ese gesto se erizó completo y, sin pensarlo, la agarró de ambos hombros bajándola y alejándola bruscamente de él, lo que hizo que la adolescente perdiera un poco el equilibrio ante la sorpresa.
-Eh...oye, quizá podríamos entrenar un rato para dejarlos solos. O comer, no sé...lo que prefieras.- Kenji se giró, intentado cambiar el tema con mucho esfuerzo. Estaba alterado y no podía taparlo con nada.
-Vamos a comer algo donde la anciana amiga mía, quizá nos regala un dulce después...- la reacción del hanyo dejó un poco contrariada a Moroha, antes ya se había acercado a él e incluso se había apoyado sobre él sin que tuviera algún rechazo ni la alejara. Pero ahora, por alguna razón, su sola cercanía lo había puesto muy nervioso.
Fueron juntos donde la anciana en cuestión, compraron un par de almuerzos que comieron con mucha calma mientras conversaban normalmente, superando un poco el bochorno anterior. Kenji, como siempre, tuvo que pagar todo ante la cara de desentendida que puso Moroha. Luego, ambos se fueron a un sector junto al bosque a entrenar. Primero, la chica quería que le enseñara alguna de las técnicas físicas de su padre (que a ella nunca le enseñaría, claro estaba) a lo que él accedió. Lo principal era aprender a esquivar golpes clásicos, aprovechar el cuerpo del oponente para contraatacar y algunos toques físicos que más que tener una forma eran propios de quien aprende con la experiencia de pelear cuerpo a cuerpo. Cuando Moroha se sintió un poco cansada, le propuso algo.
-Si me enseñas más de estas cosas que aprendes con mi viejo otro día, yo te puedo enseñar a usar un arco ¿te gustaría? - al inicio su interlocutor no dijo nada, solo la miraba. Pero, tampoco podía ser mala idea, después de todo nunca estaba demás aprender algo nuevo.
-De acuerdo, pero que mi maestro no sepa que te enseñe estas cosas, se molestaría-
-Deja de tenerle miedo a mi papá, tonto. Se hace el rudo pero es muy tierno en el fondo...y te digo algo más. Mi papá te quiere, mi mamá igual, aunque eso ya lo sabes, ya te lo dije antes.
-No sé qué decir a eso...gracias, supongo.
-No agradezcas por eso, eres de confianza. Ya, basta de tonterías sentimentales, comenzamos ahora mismo. Toma- le entregó su arco y una flecha. A la niña le encantaba la idea, siempre había querido ver como se le daba enseñar algo.
Le explicó la posición clásica del cuerpo, como tomar el arco, agarrar la flecha y como debía enfocar la mirada. Se notaba que el chico tenía habilidad con las manos, porque poco le costó acostumbrarse a la tarea de sostener ambas cosas. Aun así, se ganó un par de reprimendas de su nueva maestra por la forma distraída que tenía de lanzar la flecha las primeras veces que lo intentó
-Mira bien Kenji, maldita sea. Tu forma de sostener es maravillosa, no entiendo porque te equivocas tanto al final- Moroha estaba con el ceño fruncido y se esforzaba con sus manos en agarrar las de Kenji, pero la altura lo imposibilitaba.
Al rato se fue caminando rápido y trajo consigo una roca enorme que puso al lado del alumno. Se paró sobre ella y logró estar a una altura similar.
-Bien, ahora hazlo de nuevo, esta vez mira fijamente el punto que te marqué. ¿Lo ves bien cierto?- Moroha se posó justo detrás de él, ajustando su cuerpo a la espalda del hanyo y, con una mano, guiando la mano derecha de Kenji que agarraba la flecha, intentado darle una guía. Con la otra mano, se sostenía a sí misma agarrada al hombro izquierdo del chico. En el fondo, lo tenía abrazado por detrás y le respiraba en el oído instrucciones rudas y fuertes, ya que tenía su mentón sobre su hombro derecho para poder mirar al objetivo.
-Moroha...no me grites, tengo buen oído- el pobre estaba lo suficientemente avergonzado de tenerle tan cerca para además quedar sordo en el proceso.
-Perdona, es que me exaspera que falles al lanzar, ahora yo te guiaré con esta mano, no alcanzo tu otra mano pero creo que bastará- Kenji pensó que fue peor, porque la chica comenzó a hablar muy bajo, casi como un susurro.
Cuando lanzó, lo hizo un poco mejor pero seguía fallando. Ni siquiera estaba pensando, Kenji se había entregado al agarre de su emisora y no estaba muy concentrado en realidad. Le molestaba un poco que ella no pensara que su aroma suave le daba de frente en su sensible nariz. Moroha de verdad tenía un olor grandioso, tal como había dicho Hiro, era cítrico y liviano, algo que nunca había sentido antes de llegar a la aldea. Quizá solo un poco en la señora Kagome, así que Kenji asociaba eso a la sangre humana de la shinhanyo. Si bien lo había sentido desde que la conoció, la proximidad le daba una perspectiva nueva muy exquisita. No solo eso, el tenerla cerca le permitió notar que ella estaba también un poco inquieta. La instructora le ordenó volver a dirigir una flecha, tomando su mano similar a la vez anterior.
-¿Estás bien, Moroha?
-¿Por qué? Claro que no. Estoy enojada contigo, no puede ser que tengas buena forma y poca puntería.- la niña dió un pequeño gruñido mañoso.
Kenji se atrevió a girar su cabeza hacia la chica, intentado leer en su cara si era cierto, pero él sabía en el fondo que no. Podía sentir su respiración más fuerte y como sus latidos habían aumentado gradualmente. Por otro lado, cuando Moroha volteó levemente y lo observó, notó como Kenji la miraba como si quisiera leer sus pensamientos...y recién ahí dió cuenta de lo cerca que estaban y lo ceñidos que estaban sus cuerpos. Prácticamente podían chocar sus narices si así lo quisieran, un hecho que hizo que la chica sintiera un cosquilleo en el estómago.
-Estas rara. Dejémoslo...si eso es lo que quieres- el hanyo ni siquiera volteo para salir de esa cercanía, se dejó llevar por cómo los enormes ojos cafés de Moroha no le soltaban la mirada. Todo su nerviosismo se había transformado en curiosidad, le gustaba como lo estaba mirando, con atención, como queriendo descubrir algo en él.
-N-noo...yo dije que te enseñaría. Ahora, concéntrate- con el tono con que él le habló, suave y lento, Moroha logró sonrojarse, pero por alguna razón no podía dejar de observar sus hermosos ojos violetas y salir de ese trance, ni siquiera cuando ella misma le dijo que se enfocara.
Entonces, Kenji, sin dejar de mirarla, le sonrió con dulzura. Estaba nerviosa.
-Bueno, vamos.
Esta vez, el chico cerró los ojos, dejó que sus sentidos se concentraran en la vista. Miró al frente y se preocupó de que el exquisito aroma de la niña lo abandonara, a su pesar. Lanzó, haciéndolo bastante mejor. Cuando lo logró, Moroha dio un grito feliz.
-¡BIEN! sabía que podrías. - en un impulso impensado, la chica aprovechó la cercanía y lo abrazó con fuerza por la espalda, moviéndolo de lado a lado totalmente feliz, mientras apretaba su mejilla contra la de él. Kenji se dejó abrazar, envuelto en una sensación que lo quemaba por dentro, algo que ya no era solo bochorno, sino también un sofoco delicioso en el pecho que nunca había sentido y que había subido la temperatura de todo su cuerpo.
-Ya basta, te caerás y me botaras contigo.- Kenji salió por un momento de sus nuevas sensaciones y se rió de esa reacción tan genuina de la niña, realmente era cariñosa cuando quería y no estaba de mal humor.
Cuando lo soltó y bajó de la roca, ambos tenían una sonrisa enorme en el rostro, pero ya no eran capaces de mirarse.
En un momento un ruido hizo que se fijaran en los árboles, para encontrarse con Hiroyuki que parecía agitado. Kenji maldijo por dentro, efectivamente las tareas fueron insuficientes para que se perdiera por todo el día.
-Morohita, estoy libre, por fin podremos pasear- el chico tenía la sonrisa más grande y (a juicio del hanyo) irritante de la historia.
-¿Qué haces aquí?- el semidemonio no podía disimular su cara de pocos amigos.
-Ya terminé lo que tenía que hacer y muy bien, ahora que los dos nos desocupamos vine a buscar a Morohita.
-Estábamos practicando arco- Kenji tomó un tono para hablar que a Moroha le recordó el característico gruñido de su padre cuando estaba molesto.
-Pueden hacerlo luego, además no dudo que ya aprendiste algo, a juzgar por lo que veo en el árbol. Sigue tu solo, nos iremos- el lobo tomó de la cintura a Moroha apretándose contra él, haciendo que la sorpresa dejará congelada a la chica.
-¿Qué sabes tú? Y no la tomes así, que te pasa ¡suéltala!-
-Oye ¡no me grites! No es tu asunto.
-Ya cállense los dos.- ella se soltó de Hiro mirando a los dos chicos junto a ella enojada, estaban hablando de ella como si no faltara su opinión.- No iré a ningún lado, me voy a la cabaña.
-Prometiste mostrarme el lugar y no lo haces aun- ahora el lobo se adelantó al alegato que quedó en la garganta del hanyo.- ahora es buen momento.
-También es cierto- la verdad se sentía un poco cansada e incómoda de tener un pequeño "problema" frente a ella.
-Si no deseas ir no vayas, no le debes nada- Kenji peleaba con los deseos de agarrar a la chica por su lado y seguir con la práctica, estaba todo bien hasta que el otro impertinente llegó.
-Nah ... tranquilo Kenji, Hiro tiene razón, probablemente después no podré- miro al chico que aun sostenía su arco- Mañana seguiremos...y cuando quieras. Y tu, la próxima vez que me agarres de esa manera ¡te arranco la mano! no soy una chiquilla para que me andes llevando a tu antojo.
Hiro levantó los brazos en señal de disculpas. Luego de eso, no se lo pensó mucho, hizo un gesto para que ella avanzará y llevársela de ahí, por fin.
-Adiós, nos vemos en la cena….-Moroha ya iba al lado de su galán- ¡sigue practicando!
Kenji no le respondió, ni siquiera la miró irse. Solo maldijo de nuevo, no había logrado seguir alejando al mini pulgoso de la hija de su maestro y eso le molestaba … "eso es" se decía así mismo mientras daba un suspiro.
—
El resto del día Hiroyuki recorrió la aldea y los alrededores con Moroha hasta que se detuvieron en el río, mientras hablaban del pasado, de las cuevas, de sus hermanitos, de Koga y Ayame…
Hiro comenzó a recordar en particular la época en que ella tenía cinco años, para ella los recuerdos eran borrosos pero para él no, ya que la superaba por siete años. Eran las memorias de los días que volvía a las cuevas, la niña aún no se marchaba a entrenar y su vida se movía más que nada cuidando de los miembros más pequeños del clan y entrenando con el arco.
-Recuerdo perfectamente como solías pelearte con los lobeznos del clan- Hiro la miraba divertido, los gestos de desprecio de Moroha le encantaban.
-Solo me defendía, solían gritarme que olía a perro mojado y sucio...entre otras cosas. ¡Los odiaba! Pulguientos malditos…
-No seas tan dura, ahora nadie te dirá nada…
-¿Y por qué? Me detestaban por mi raza y por ser casi humana, no los extraño. Si volviera solo sería por tu familia, para ver a Ayame y a los chicos…- Moroha seguía hablando con su tono duro, inquebrantable. Ellos son los que nunca olvidaré, el resto puede pudrirse.
-Sigues teniendo esa feracidad que tenías de niña. Ahora no dirán nada porque llegarás conmigo, después de todo yo seré el siguiente en liderar a la manada-
-Keh...no necesito que nadie me defienda de ellos, ahora soy mucho más fuerte que entonces….y otra cosa…-
-¿Que?
-Ahora tengo mi propio clan, soy parte de la familia extraña que han formado mis papás, con parientes que no son parientes, con mezcla de especies, con variedad de formas de agrada.
-Suena bien, lo admito- ahora el joven lobo se había levantado frente a ella en el río para que lo mirara, salpicando agua hasta que la chica sonrió.- no estés molesta, vinimos a divertirnos.
-Keh...tu empezaste.
-Sobre el tema de los clanes...sabe que se supone que algún día reemplazaré a mi papá y sospecho que será luego. Nunca le ha gustado mucho su tarea-
-Lo sé. Dejame decirte Hiro que debes decidir por ti mismo que harás con tu vida ¡Quienes se creen esos lobos añosos y con olor a cadáver que dirigen el clan!
Hiroyuki se rio relajado del desplante de Moroha, solo ella podía hablar así del consejo de ancianos.
-Debo cumplir con ellos, es mi obligación de sangre seguirlo.
Moroha no dijo nada. No le gustaban esas convenciones, no las seguía tampoco pero conocía a los lobos y discutir eso con Hiro sería inútil
-¿Sabes que los sorprendería de muerte al consejo de ancianos? Que me case contigo-
Ahí iba de nuevo, Moroha un poco acostumbrada al actuar insistente de Hiro se limitó a alzar la vista hacia a él y mirarlo con los ojos entrecerrados. El chico le respondió, como siempre, sonriéndole coquetamente.
-No te preocupes, cuando nos casemos dejaremos claro que serás la líder del lugar sino, los pondrás en su sitio. Y al final del día nos dedicaremos a cuidar de los cachorros y de l…
-¿QUÉ? ¿cachorros? Estás loco. No me veo en nada de eso. - la chica lo miró aterrada, levantándose de su asiento a la orilla del río y levantando la voz. No solo había saltado mil pasos temporales entre ellos asumiendo que se casarían, sino que también estaba teniendo hijos hipotéticos con ella.
-Eso dices ahora, pero verás que para una mujer al final del día tener una familia y sus propios hijos es muy re….
-HIRO BASTA. No me interesa hablar de nada de esto ¡Eres muy confianzudo a veces! Baja la intensidad quieres…- la chica ya estaba gritando, tenía deseos de salir corriendo de lo alterada que la habían dejado la mención de bebés con cola y colmillos.
-Perdona- el chico no se mostró preocupado, conocía el carácter de su enamorada así que prefería bajarle el perfil- pero no creas que me rindo...
Moroha se había vuelto a sentar, seguía queriendo golpearlo por abrumarla con tantas tonterías pero se ordenaba a sí misma tener el control de la situación, sabía que Hiro era así por naturaleza, atrevido y cariñoso. Pero necesitaba mostrarse seria con aquel tema, si seguía terminarían hablando de la noche anterior y no se sentía preparada para responder lo que fuera que él esperaba que respondiera con respecto a su confesión. Simplemente no sabia que pasaba, la verdad lo poco que analizó en la noche luego del show de celos que dió su padre, fue que saber que Hiro sentía cosas románticas por ella, lo que había abierto una ventana de curiosidad y de ilusión que la habían hecho sentir...feliz, pero un feliz que la reconfortaba y la hacía sentir culpable al mismo tiempo ¿por qué? Porque temía que en el fondo lo único que había hecho esa confesión era alimentar su ego como "mujer" y no precisamente hacer surgir sentimientos recíprocos...y claro que eso la hacía sentir una persona, por lo bajo, un poco despreciable.
-Olvídalo, aprovechemos la tarde y bañemonos ¿bueno?- Hiro rompió el caos mental de su acompañante y le estiro la mano-
La chica lo miró sonriéndole. Debía admitir que aunque la tenía muy confundida, la liviandad de sangre y de formas de Hiro le gustaba. Y que nunca se rendía. Tomó rápidamente agua con sus dos manos y la lanzó con fuerza contra el lobo que comenzó a gritarle.
-¡No, que tramposa!- él hizo lo mismo contra ella y disfrutó de oírla reír divertida, solo con lo que le lanzó la había empapado completamente.
-Ya era hora que te bañaras "mini pulgoso"- Moroha se movía ágilmente por la orilla y seguía mojando el lobo que se dejaba.
-¿Ahora también me llamas por el encantador seudónimo que me dio tu papá?
-Vamos, admite que te queda, no puedes engañarme a mi, nunca fuiste bueno para los baños y solías rascarte mucho siempre...pulgoso- ahora la chica se detuvo para doblarse de risa. Hiro la miró fijamente, fingiendo estar molesto (pero a quien engañaba, le gustaba estar así con la chica) se acercó a ella y la levantó sin problemas por la cintura dejando su cabeza en su espalda.
-Oye bájame maldito, apestas me dejaras maloliente y mi papá me obligara a rodar por lavanda para quitarme tu aroma- Moroha lo golpeaba con fuerza por la espalda, si no la soltaba lo arañaría, igual que cuando eran pequeños.
-Ya, antes de que me arañes- Hiro la tiró con fuerza con el agua dejando que se sumergiera, sabía que sabría caer así que no temió. Cuando la chica salió del agua, tontamente empapada, se vengó lanzándose contra él como un perro salvaje, haciendo que se sumergiera completamente en el agua.
-¡El baño del año!
—
Más tarde, luego de haber seguido jugueteando, Moroha detuvo el desorden para decirle que debían volver. Caminando hacia la cabaña en silencio, en parte por el cansancio y también por el hambre , la chica se sentía feliz, pero no pudo evitar volver a pensar en las cosas que estaban en el aire. Lo miró de reojo, fijándose en cómo movía la cabeza a los lados para secar su cabello.
Su ser interno le decía a Moroha que se estaba volviendo blanda desde que vivía en una casa con sus papás. Y eso no estaba bien, no en un mundo tan complicado como ese. Lo único de lo que estaba segura es que ella era fuerte y nada podía bajar sus defensas. Ni nadie. Por otro lado, también analizaba su vida y creía que se merecía alguna vez bajar un poco la guardia y "dejarse llevar" un poco al menos, como realmente lo haría una adolescente normal, sin pensar realmente que sentía y como aquello afectaba su seguridad, solo viviendo las cosas.
Y particularmente sobre Hiro... esa tarde, disfrutando de su compañía y riendo con él junto al río, dejando solamente que las cosas fluyeran, la convencieron de que las cosas eran mejores así. "Listo, decidido" pensó en silencio.
Simplemente había determinado que dejaría que las cosas avanzaran, sin sobrepensar en los molestos sentimientos...si el camino la llevaba a amistad, romance, aventura, lo que fuera, ella lo viviría. Disfrutar de los momentos que le diera la vida "con Hiro... o con quien sea" y cuando pensó eso, no puedo evitar recordar su práctica de arco.
—-
Al día siguiente Kagome tenía todo dispuesto para la pijamada de las chicas, preparó cosas deliciosas, ordenó de manera femenina y le dio indicaciones a Moroha de donde irían con Inuyasha para dejarlas a solas. Cuando se acercaba la hora y aun los papás, Hiro y Kenji no se marchaban, llegó una carroza frente a la cabaña, de la que bajó Rin con sus hijas.
-Les traje algunas cosas para la velada, algo de comer, ropa de cama nueva, batas de dormir y algunas cosas para que pasen la noche- un demonio que parecía ser sirviente de la mujer bajo cajas y cajas con las cosas, pidiendo permiso para entrarlas.
-No era necesario Rin, eres muy amable- Kagome estaba un poco compungida con tanto regalo. Aunque su concuñada solía ser así.
-Es un evento especial para mis niñas y mi señor me dijo que hiciera lo que estimara suficiente- con esa leve mención de su hermano, Inuyasha dio un gruñido bajo detrás de su mujer. Si bien permitía a sus sobrinas y cuñada, no quería saber nada de Sesshomaru.
-¡Gracias tía, eres maravillosa!. Prometo ir a verte un día de estos - Moroha, como siempre, era la más feliz con los presentes.-¿Todo esto puedo quedarmelo verdad?
-Claro, mi niña- Rin le dio aquella sonrisa tan hermosa que solo ella podía dar. Quería mucho a su sobrina.
La mujer se despidió de todos y se marchó a su hogar. Kagome la vio irse en la carroza que volaba pensando en lo sola que debía estar la pobre. Recordaba que, recién casada, Rin siguió viviendo en la aldea, pero ahora con todos los años y los sucesos, se había establecido en aquel frío y enorme palacio. Las niñas saludaron a todos y sin esperas comenzaron su reunión. Inuyasha salió con su mujer a dar su paseo para ver las estrellas, idea de Kagome. Mientras Hiro iría con Hisui a ver no sé qué entretención en la aldea cercana y Kenji se marcharía a cazar en soledad.
Lo primero que hicieron fue vestirse cómodamente con unas hermosas batas de una tela finísima, la idea era comer y luego comenzar con el plan "preparando a Moroha" si bien tenían que dormir, verían las diversas opciones y al día siguiente solo las replicarían. Estuvieron casi una hora disfrutando de la comida hablando del día siguiente. Lo que no sabían es que afuera, mirando por un agujero dejado de la ampliación de la cabaña, estaban Hisui y Hiroyuki espiándolas, con el lobo encargado de escuchar atentamente para informar. Horas antes habían logrado que Takechiyo les diera la poción que quitaba el olor, sumado a que Kin`u les dio un pergamino que borraba la presencia demoníaca y los ruidos, así que ninguna de las primas podría sentirlos. Habían decidido hacer ese vil acto guiados por sus deseos de saber que opinaban las chicas de ellos, luego de que Gyo les dijera que en esas veladas las mujeres solían confesar cosas así.
-Lo primero será ver las opciones de peinado, luego buscaremos cuál de estos kimonos te queda mejor. - la mayor de las tres ya había dejado de alimentarse para enfocarse en el plan.
-Mejor kimonos y luego peinados, Towa- Setsuna tenía su mirada impávida de siempre, había accedido a esa absurda reunión solo porque quería dar en el gusto a su madre.
-Cierto, veamos...Moroha, suéltate el pelo.- cuando la chica obedeció, Towa le sonrió- te ves muy linda así, deberías dejarlo suelto.
-Keh...es incómodo para pelear- la niña no ponía atención, estaba más entusiasmada comiendo las maravillas que había a su disposición.
-Lo que podemos avanzar hoy será limar tus garras y resolver lo de los zapatos. Tienes que usar algo en los pies- cuando su prima iba a replicar, la peliplateada hizo un gesto con la mano- No digas nada, tu ideaste esto primero.
-Mandona...
-¿Qué?
-Nada
-Oigan, las pijamadas también llevan juegos de preguntas o retos. Pensaba que podríamos hablar de la situación de ustedes dos- Towa miró a sus acompañantes. Como ninguna dijo nada, comenzó.
-Bien, iremos por turnos y las otras dos idearan una pregunta. Si no quieren pregunta, realizan el reto. Pero deben jurar que cumplirán con el juego, den su palabra de honor.- las dos chicas no le respondieron, ambas con cara de hastío pusieron su mano sobre la de Towa y juraron que lo harían.
-Muy bien, primero...a Setsuna.- Moroha se acercó divertida a su prima y empezaron a hablar bajito juntas, mirando de reojo a Setsuna que tenía los ojos en blanco.
-Setsuna ¿qué ha pasado entre Hisui y tu? Con detalles.- la hanyo las quedo mirando hastiada. Era obvia la pregunta que le harían.
-¿Y cuál sería el reto?.
-Buuuuh, bien. Reto. Reto a que te pares, bailes y cantes al mismo tiempo una canción inventada por ti. - Moroha se reía sola mientras sus prima la miraba con odio.
-Eres detestable
-Estamos jugando, no lo arruines. Elige.
-No voy a bailar ni a hacer el ridículo. De acuerdo…- Setsuna se acomodó en su asiento, estaba sobre unos bellos almohadones de colores pasteles.
Fuera de la cabaña, Hisui comenzó a sudar frío, le aterraba que comentara lo que fuera que dijera. Hiro lo miraba divertido y le daba codazos cómplices.
-Hemos salido como amigos. También hemos salido en citas, él me ha invitado.
-Y tu no te haces de rogar, a que no- Moroha le sacó la lengua, le encantaba lo incómoda y sonrojada que estaba su prima.
-Cállate ruidosa. Eso. Y a veces nos hemos tomado de las manos.- Towa dio un gritito entusiasmado asustando a Moroha- Y...una vez, intentó besarme. Y lo hizo, fue casi un roce.- ahora Moroha y Towa dieron un salto entusiasmadas.
-No puedo creerlo, que grande Hisui, rompiendo las barreras de la mujer de hielo- Beniyasha ya no se reía, solo sonreía imaginando dicha escena totalmente sorprendida.
-¿Te gustó?- Towa fue al grano, haciendo que Setsuna enrojeciera más.
-Eso no era parte de la pregunta, no hagas trampa. Ahora le toca a Moroha.
***Afuera Hisui maldijo su mala suerte, lo que más le importaba no había sido dicho. Cuando Hiro se dirigía a molestarlo, ambos sintieron una sombra detrás.
-Qué hacen aquí, malditos.- Kenji los miraba desde lo alto con los ojos en llamas, estaba enfurecido.-
-¿Cómo nos viste? -
-Serán estúpidos, pueden ocultar su aroma y presencia, pero seguí su rastro y los descubrí a simple vista porque no son precisamente invisibles, idiotas.
-Tranquilo amigo, no queremos ver nada indebido, con Hisui solo queríamos saber un poco que opinan las chicas de nosotras. De hecho, ahora están hablando de eso...acabo de oir tu nombre- mintió el lobo para convencerlo- ¿por qué no te unes? Así controlas que apenas se ponga distinta la situación, nos iremos.
-¿Y si mejor yo le digo a mi maestro y lo ayudo a degollarlos vivos y hacer lindos techos de cabañas con sus pieles?- Hisui se puso pálido con esa sola mención.
-Porfavor no, Kenji. Aprecio mi vida, por lo bajo tu maestro me cortara una oreja- el hanyo quedó mirando al humano, pensó que quizá si apoyaba el acto podría producir que Hisui dejará de tratarlo con distancia y se volviera más su amigo. Aparte, algo de él si quería escuchar esa conversación…
-Me dieron lastima. Acepto, pero solo porque los parare apenas paren las preguntas.- se agacho junto a los otros dos y tomo un poco de la poción.***
Dentro, las chicas habian parado luego de la primera pregunta para probar unos peinados en Moroha y limarle un poco las garras de las manos.
-Ahora...la pregunta a Moroha.- la aludida no dijo nada, ahora figuraba con una trenza que cruzaba por detrás su cabeza y decoraba su pelo suelto. Sus primas se unieron a conversar silenciosamente.
-Sabemos que Hiroyuki está detrás de ti. Lo vimos, es muy coqueto y sabemos que se te confesó.
-¿Y cómo diablos se enteraron?-
-El mismo nos dijo. Así de tanto le gustas.- Towa le guiño un ojo divertida.
-Keh…
-Lo que queremos saber, con lujo de detalles, es que cosas te gustan a ti de él. Tanto de su personalidad como de su físico.
-Noooo, que bochornoso. Mejor el reto. Yo bailaré, cantaré, lo que pidan.
-Tu reto en cambio, será que vayas donde tío Inuyasha y le digas que tuviste relaciones con un chico de la aldea, que te embarazaste y que te casarás con él- ahora, Setsuna, con una sonrisa que despedía maldad, le daba su sentencia.
-¿Enloquecieron? Mi papá podría morir. Sino, mata a todos los aldeanos sin preguntar cuál de ellos era.- la expresión de desesperación de Moroha no dejó de llamar la atención de los chicos afuera.
-Responde entonces.- la pobre se lo pensó un rato, tenía que decirlo todo de una para que no la abrumaran con más preguntas.
-Ya. Diría que me gusta su carisma, es alegre y se puede confiar en él. Me gusta que tenga tanta confianza en sí mismo y que haga amigos tan fácilmente. Me gusta que sea fuerte y veloz. También que es buen hermano y es muy de piel...aunque..eh-
-¿Que?- Towa estaba maravillada de cómo Moroha decía todo eso-
-No nada.
-Falta físico- Setsuna, apuñalando nuevamente.
-Maldita. Ya, si. Es alto, me gusta eso. Su cabello largo también...Emm...ya, podría decir que sus dientes, su sonrisa. - a medida que hablaba se sonrojaba más y más-
-¿No opinas nada de su cuerpo…?
-Ahh...desgraciada. ¡No voy a decirles nada de eso, estás loca!
-Si no cumples debes realizar el reto
Moroha gruño, estaba enfadada pero la perspectiva de tener que realizar el reto no era más linda.
-Solo diré que...tiene brazos grandes y fuertes. Y creo que me gusta su espalda, es ancha. Ya basta, las odio.
Sus primas se pusieron a reír de buena gana de la pobre shinhanyo que no podía más del calor en su cara. Había entonces decidido que se hundiría el resto de la noche sobre una almohada.
***Afuera, Hiro es más feliz que nunca, todo lo que dijo la chica había subido su autoestima a más no poder. Hisui bromeaba de que hubiera querido saber eso en su caso y Kenji solo estaba en silencio. Por dentro el hanyo estaba en blanco, solo había podido sentir mucho odio con todo lo que Moroha decía del pulgoso maldito junto a él. Cuando pudo verse a sí mismo apunto de golpearlo solo por eso, se dio cuenta de que estaba un poco fuera de sí, al propio estilo de su maestro. "Que mierda me pasa, basta" se obligó a sí mismo a callar su mente, pero la desolación no se iba de su pecho***
-Ya, desgraciada. Towa, no hay mucho de dónde sacar pero con Setsuna queremos saber si sientes algo por alguien. Si sientes atracción de cualquier tipo por alguien.
-Que originales. Sí, no tengo problema con decirlo.- Towa se acomodó de su posición, acercándose a sus verdugos.- Me gusta mucho alguien y pretendo intentar algo con él. Y creo que me irá bien.
-Que confiada. ¿Es Shinta?- Moroha no podría imaginar de quién se trataba.
-No. Me interesa otro chico. Me gusta mucho Kenji. Y voy a ir por todas
—
Nota:
Holaaaa ¿como están? Me decidí por actualizar los jueves, aunque la verdad tengo muchas ganas de actualizar luego el siguiente cap, creo que va a depender de mi ánimo de seguir jaja me puso muy feliz que les gustara el anterior, gracias por los rws. Y les adelanto que ya en el siguiente cap porfin es la competencia y se vienen varios conflictos y una sorpresa...o dos.
Vuelvo a agradecer a los que siguen leyendo esta historia, que es 90% puro amor a Moroha y sus papás.
Respondiendo rws:
-Daide Luct: gracias por tu comentario! la verdad sí, es interesante como se han dado las cosas jajaja Me da curiosidad... ¿Por qué te agrada más con Kenji? Me gustó tu mención de un triángulo amoroso, espero poder responder a aquella expectativa ;) un abrazo !
-Manu: gracias c: se me olvidó decirte que soy fan de Samurai X, no sé porqué lo olvidé. Y ví (de nuevo) algo de Naruto, es graciosa y recordé mi flechazo por Sasuke jajaja. Aun no he podido ver lo que me recomendaste por el estudio, pero mañana tendré tiempo. Estuve analizando tu pedido de fanfic de InuxSango y se me ocurrió una idea interesante para varias mini historias, pero por tu fidelidad...te prometo que escribiré algo sobre eso, no te prometo cuando porque tengo mucho que hacer, pero lo haré como otro proyecto futuro ;) a mis esos shipps me atraen por la variedad, pero soy inukag de corazón. Un abrazo!
-Andres888: muchas gracias por escribir! Me alegró mucho tu comentario jaja y me encanta porque yo siento lo mismo por todos esos personajes...ahora, espero que te siga gustando como va la historia...
-ImHollyBlue: gracias por escribir! por mi actualizaría más pero no los quiero abrumar tampoco jajaj un abrazo !
-Guest : gracias por escribir, te cuento que yo estoy igual jajaja como dije, la shippeo con todos, un abrazo!
-Javi24: gracias por escribir y responder a mi pregunta, he escrito un poco pero aun estoy dudándolo jaja no sé si el tema enganchará. y sí, estoy de acuerdo contigo..pero he querido trasmitir que Moroha tiene esa personalidad en gran parte por lo que ha Tenido que vivir, ahora que sus papás le dieron la oportunidad de vivir como una adolescente común (dentro de lo posible) está, inevitablemente, sintiendo y viviendo cosas nuevas...y creo Que se lo merece, es tan querible!. Un abrazo!
Disculpen lo largo, tenía deseo de responderles a todos así...aunque no sea tan común.
Pregunta final, por si enganchan: ¿team Kenji o Hiro? jajajajjajaja
Doratina.
